Ana lucia Suárez caminaba por ciudad de Cali aun teniendo una hermosa sonrisa en los labios se sentía desesperada al no poder conseguir un empleo después de haber dejado muchas hojas de vida y estar muy cansada de caminar decidió sentarse en un parque mientras miraba los niños correr de un lugar a otro olvidando por completo sus problemas algún día voy a traerte al parque y te compraré todos los helados que quieras mi pequeño ángel mientras decía aquella palabra una lágrima rodó por sus mejillas levanto la mirada al cielo y estaba un sol radiante entre lágrimas miro que no todo mundo había nacido para brillar ni para tener una vida perfecta su vida siempre había estado llena se dificulta solo era una joven de 19 años y quizás los había vivido como una persona de 80 años desde muy niña sabía que era el hambre los golpes y los insultos había aprendido a tener miedo, pero aun así tenía la esperanza de darle una vida mejor a su hijo un día después de una paliza que le había dado su madre había huido de casa mientras caminaba por las calles de Cali sin tener a donde ir y sin un peso y con la cara empapada de lágrimas se preguntaba qué era eso tan malo que había hecho en la vida pues no entendía porque la vida e ensañaba con ella mientras le reprochaba a la vida y a Dios por todo lo que le estaba pasando ni cuenta se había dado que alguien la estaba observando milena había decido sacar su perro y al mirar a la joven tan triste se había acercado y le pregunto con vos tierna y calmada que ase una jovencita tan hermosa tan sola entre lágrimas respondió siempre he estado sola, pero ahora no tengo a donde ir mira que en mi casa hay una habitación esperándote si quieres ir conmigo Ana lucia miro a la señora con desconfianza pues la vida le había enseñado que las personas siempre quieren algo a cambio, pero la señora lucia tan amable que termino aceptando mientras caminaban la mujer le hacía muchas pregunta ¿qué te ha hecho salir de casa tan tarde? Mi madre me ha echado de casa la mujer había decido no preguntar miro que era muy duro para una jovencita vivir eso, pero lo que más había conmovido el corazón de Milena era mirar aquella chica entre lágrimas con un niño en brazo pues no había tenido el corazón de simplemente hacer de cuenta que no la había visto.
Ana Lucía respiró profundo quedó mirando nuevamente a la mujer con mucha inseguridad miró el niño que tenía en brazo dormía tranquilamente mientras ella no sabía qué decisión tomar pero la señora Milena lusia confiable que Ana Lucía levantó la cara al cielo y quizás era Dios dándole una oportunidad o poniéndole un ángel en el camino Ana Lucía un poco avergonzada le dio las gracias a aquella mujer Milena al mirar la inseguridad de aquella joven le dijo no tienes que tenerme no te haré daño no soy una mala persona tenlo por seguro las palabras de aquella mujer reconfortaron Ana Lucía a seguirla a su casa a llegar a la casa de Milena no era tan grande pero tenía un excelente diseño era muy hermosa Ana Lucía nuevamente le dio las gracias a la mujer no te preocupes dijo Milena. Milena se fue hasta la cocina y sirvió una taza de café con pan y se lo trajo a la chica una lágrima empezó a correr por las mejillas de Ana Lucía se encontraba muy triste y pues explicarlo con palabras era muy difícil mientras comía del pan lloraba y Milena solo la observaba pues aquella chica le parecía muy tierna y a la misma vez sentía una gran pena por ella qué tan grave le había hecho la vida para mirarse tan indefensa Milena miró que quizás con un pan no era suficiente se dirigió a la nevera calentó del almuerzo qué había quedado y le llevó un plato a la joven si quieres puedes acostar al niño ya te muestro la habitación en la que vas a dormir pero Ana Lucía se aferró al pequeño Ángel la mujer no solo miró que la chica había sufrido muchísimo sino que la vida le había enseñado a ser desconfiada Milena tranquilizó a la chica diciéndole tranquila no haré nada que te haga daño si quieres dormir con el niño en brazos o quizás amarrado a ti por mí está perfecto al mirar que Ana Lucía había terminado de comer Milena levantó el plato rápidamente lo llevó hasta la cocina y le dijo no te preocupes que mañana se lavará al mirar la intención que tenía la chica de preguntarle dónde quedaba el lugar para lavar el plato creo que ya es hora de descansar dijo la mujer llevó a Ana Lucía hasta una habitación y era la habitación más grande que ella había podido ver en su vida la mujer salió de la habitación y se sentó en una silla se quedó mirando por la ventana hacia la calle un largo rato recordando su juventud pues cuando llegue ella era joven había sido una mujer demasiado vanidosa nunca se había interesado en tener hijos
pues sentía que con un hijo no iba a poder tener la misma oportunidad de volar pero al mirar a la chica que no tenía absolutamente nada pero tenía algo que a ella le falta un hijo y aún sin tener nada se podía aferrar a él una lágrima rodó por la mejilla de Milena la cual limpió rápidamente mientras tanto Ana Lucía observaba la habitación sin soltar a su hijo aún se sentó en el colchón porque hacía rato estaba de pie y miró lo suave que era dio un gran suspiro y volvió a llorar sonrió le dio un beso a su hijo y luego dijo hoy tenemos donde dormir pero mamá te promete que te dará algo mejor de lo que ella ha tenido, puso el niño en la suave cama y luego se arrodilló y le dio las gracias a Dios por haberse encontrado con aquella mujer perdón señor dijo porque yo que he renegado tanto de ti porque pensé que no me tenías presente porque siempre te he preguntado por qué me castigas y porque siempre he dicho que hay muchas vidas y quizás en una de esas fui una mala persona y lo estoy pagando en esta sonrío por lo que estaba diciendo pues desde que era niña había renegado de Dios lo había culpado por lo que le pasaba le había reclamado en silencio la mayoría de las veces le decían a ella que era malo hacerlo que a Dios no se le reclamaba pero ella recordaba cuando tenía 12 años y su madre le había dado una paliza entonces le reclamó a Dios y le dijo por qué si no me ibas a dar una familia amorosa por qué no me diste dinero y lloró tanto y luego sintió que alguien la consolaba entonces desde ahí entendió que a Dios no había que ocultar las cosas si no había que decirle las cosas como la sentía por lo menos eso era lo que ella creía pero esta vez estaba tan agradecida con Dios que le pidió perdón, y lo primero que dijo fue gracias .
Al día siguiente al levantarse Ana Lucía había encontrado a la señora Milena sentada en el mesón de la cocina Ana Lucía se le acercado a la mujer un poco tímida pero Milena tenía una enorme sonrisa y le dijo Buenos días señorita cómo durmió muy bien respondió Ana Lucía le doy gracias por no dejarme en la calle a pesar de no conocerme.
Mientras Milena le brindaba el desayuno y trataba de tener una conversación con la chica para que entrara en confianza no solo descubría que era una chica golpeada por la vida sino era una chica que casi no había tenido oportunidad con una voz firme preguntó cómo me dijiste que te llamas Ana Lucía levantó la cara y quedó mirando a la mujer con voz genuina le dijo Ana Lucía Suárez con una sonrisa la mujer devolviéndole La sonrisa le dijo hermoso nombre cuántos años tienes en realidad tengo 19 años eres solo una joven y no sé por qué pregunto pero se te nota la mujer tenía ganas de preguntar por el padre del niño de la joven pero se contuvo solo dijo Ana si gusta te puedes quedar conmigo sabes a mis 55 años puedo llegar a decirte que he tenido una vida rodeada de luz pero no fue así siempre realmente he venido a cali de visita pero donde vivo realmente es en Medellín pero si tú quieres puedes quedarte conmigo todo el tiempo que quieras no tienes que ser mi empleada seré una amiga para ti Ana Lucía la quedó mirando con una mirada tierna de sorpresa ella que siempre se había quejado de los seres humanos porque decía que no habían buenos por eso prefería los animales porque en ellos encontraba más gratitud pero descubrió que simplemente ella no había dado con las personas buenas que realmente habían personas como aquella mujer con un buen corazón Ana Lucía sonrió nuevamente y con un poco de insegura preguntó enserio me puedo quedar contigo claro que sí respondió Milena con muchísima seguridad Ana Lucia no supo en qué momento se levantó de la silla y abrazó a la mujer y mientras la abrazaba por primera vez sintió unos brazos cálidos ese abrazo que había anhelado toda su vida que era un abrazo de madre donde ella se sintiera segura a Milena la acababa de conocer y mientras la abrazaba se sintió segura ahí por primera vez en su vida sintió que no estaba sola y por primera vez en su vida pidió perdón a Dios por todas las veces que le había reclamado por no haberle dado una familia o personas buenas en su vida quizás aquella mujer era ese regalo de vida que Dios le estaba mandando a ella.
Prometo que no haré nada de lo cual te sientas decepcionada creo que no me vas a decepcionar confío en ti qué quieres estudiar preguntó Milena la verdad me encantaría estudiar diseño de moda ese es mi gran sueño tener mi propia marca de ropa pero sabes es solo un sueño sabes algo los sueños hay que creerselo y hay que luchar para conseguirlos no siempre las personas que ves arriba han estado arriba esas personas también tienen una historia que contar y algunas de ellas son más triste que la tuya y la mía pero tuvieron el valor de saber tomar decisiones y lucharon por conseguir sus sueños tú eres la única que decide si tus sueños se quedan en solo sueños o si los haces realidad la primera cosa que harás es creer en tus sueños y no solo por ti si no por tu hijo la mujer le hablaba con tanta seguridad a la chica que cada palabra la llenaba de confianza ella nunca había dado con una persona que la hiciera sentir tan capaz con una persona que en vez de decirle que no puede le hiciera sentir que todo es posible Ana Lucía en ese momento sentía que su sueño de ser una gran diseñadora no era tan imposible si no posible entonces seré una gran diseñadora esa palabra la había dicho pausada y lenta y aunque lo había dicho que tratara de sonar segura aún sonaba insegura eso está muy bien dijo Milena entonces lo primero que harás es estudiar.
Tú me has ayudado a creer en mí y eso hace que mi sueño lo vea posible espero en el camino no decepcionarte y si lo hago espero corregirlo porque sé que de una decepción no se salva nadie porque somos seres humanos y a diario nos equivocamos pero como somos un libro abierto somos capaz de escribir nuevas líneas borrar las malas y corregirlas por unas nuevas algunas letras cuando empezamos a escribir no son perfectas y cuando ya lo hacemos bien es cuando creemos que es perfecta pero tampoco lo es sigue siendo una línea pero más recta hoy tú haces que mi línea sea más recta y que la imperfección se vea menos porque decidí abrir un libro y comenzar nuevas líneas y en esas líneas aunque sea imposible de creer me las estás ayudando a escribirlas tú. Milena se sintió dichosa aunque físicamente eran personas totalmente diferentes ella había aprendido la diferencia de dos mundos con esa chica pues ella era una mujer que siempre lo había tenido todo por así decirlo porque gracias a su belleza a su ambición y a su inteligencia desde muy joven la habían llevado a tener mucho dinero hacer una mujer reconocida y Ana Lucia una chica con sueño frustrado que desde muy pequeña había carecido de cariño y tenía muchas necesidades pero aún así sostenía algo que ella había perdido porque así lo quiso un hijo.
Pero ahora Milena se sentía afortunada pues ya tenía una familia formada y sin pensarlo un nieto quiero que empaques tus maletas mañana nos iremos Ana Lucía no tenía mucho que empacar y todo lo que tenía había sido comprado por aquella mujer mientras Ana Lucía empacaba miraba su pequeño Ángel vestido diferente y eso también debía agradecerle a aquella mujer al día siguiente estaba un hombre en la puerta
el cual la llevaría a un nuevo destino mientras viajaban por carretera Ana Lucía miraba los hermosos paisajes colombianos quizás debería de sorprenderse mucho por tanta belleza pero no lo hacía pues ella venía de un lugar donde podía abrir los ojos y mirar el inmenso mar y ni qué hablar de los manglares era un puerto el cual algunas personas se creían pobres porque aparentemente así parecía donde los joven en vez de mirar esa belleza sostenía un arma Ana Lucía miró que la vida era irónica pues había tanto por descubrir pero el dinero cegaba a las personas y quizás no era el dinero si no el hambre por qué en un lugar donde había tanta abundancia a la misma vez había tanta hambre pues las malas decisiones de las personas hacían que en aquel lugar aunque hubiera mucha belleza y mucha abundancia esa belleza fuera opacada y esa abundancia fuera escasez Ana Lucía miró que el puerto de buenaventura era un lugar maravilloso pues solo había que poner orden tomar mejor decisión construir empresas y hacer que ese inmenso mar brillará más que nunca pero la gente que estaba allá vivía de prisa con miedo y si nos adentrábamos al Pacífico descubríamos la grandeza de la naturaleza al ver que la joven iba muy callada la mujer le habló y le dijo en qué piensas Ana Lucía sonrió y le respondió mirando estos hermosos paisajes me llevaron a mi niñez donde corría descalza y al peligro no le tenía miedo donde podía ver el agua cristalina y los peces nadar en el fondo del agua dulce, y ni qué hablar del inmenso mar del puerto de buenaventura. sabe siempre digo que no me gustaría ser rica pero si lo llegara a hacer una de las primeras cosas que cambiaría de mi pueblo es la violencia la mujer sonrió y le dijo y cómo lo harías pues que en vez que sostengan un arma sostengan un libro porque en ellos hay mucho más que eso hay bailarines hay escritores hay policía hay médicos hay de todo un poco solamente que no hay quien le ayude a descubrir aquel talento a la mujer se le iluminaron los ojos al mirar a la chica pensar así.
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