"cada persona tiene un anhelo, algo que siempre han querido en esta vida.
En mi caso aún no sé que es, vivi toda mi vida con lo que siempre quise, sin nada que me hiciera falta"
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HIROMI
"24 de Diciembre. Edad:15 años
Querido diario, hoy es Navidad. Y como siempre nuestra familia repite la misma rutina cada año; nuestra familia tiene su propia empresa, anteriormente mi madre era pobre pero al casarse con mi padre, que es un CEO, mi madre poco a poco fue cambiando.
Era conocida por ser amable, humilde y ayudaba a muchas personas necesitadas, dandoles de lo que ella tenía.
Quien sea que lea este diario en el futuro, se preguntará ¿Por qué cada Navidad escribo esto?; Yo no escribo esto solo porque lo quiera, sino que simplemente lo hago por necesidad.
Cada día es un infierno para mi, siempre tengo ganas de llorar, gritar y tirar todo; se lo he comentado a mamá porque lo que siempre hace una madre es escuchar pero, ella es diferente.....
Cuando hablo con ella sobre lo que siento, me ignora y simplemente pone un dedo en mis labios haciendo referencia a que me tengo que callar.
Después de varios intentos de querer hablar con ella, ahora veo que nada funciona y ahora me he rendido por completo.
Ahora me encuentro sola en mi mundo, sin nadie al que puedo decirle de mi sufrimiento.
Y desde entonces en mi mente llegué a crear un lema....un lema del que tengo que vivir siempre: "El dinero cambiará a las personas, excepto a mí"
*Transmisión en vivo
"Estamos transmitiendo en directo desde la escena del accidente, donde un auto de color negro se descontroló.
La familia Fredickson es la que se ha visto afectada en esta ocasión.
Tenemos informes de que el señor y la señora Fredickson se encuentran en riesgo de muerte, la pequeña también se encuentra grave pero tiene más posibilidades de sobrevivir.
Le mantendremos informados...."
5 meses después
Después de lo sucedido en Navidad por fin el único miembro que quedaba con vida ha despertado, luego de haber pasado del coma.
- ¡¡Doctor!! ¡¡Doctor!! ¡ La paciente Hiromi Fredickson, por fin ha despertado! -
El doctor rápidamente se dirigió a la habitación Hiromi, reviso su pulso y todo lo demás confirmando que se encontraba estable.
Después de todo eso, ella pregunto por sus padres.
- Doctor sé que apenas he despertado pero, ¿Podría decirme en donde están mis padres? -
El doctor sabía perfectamente que sus padres habían muerto pero, no quería que Hiromi se alterará por lo que simplemente trato de evadir la pregunta.
- Hiromi....en este momento te encuentras exhausta, deberías descansar un poco más, después te diremos donde se encuentran tus padres. ¿Si? -
A Hiromi le pareció un poco extraño el comportamiento del doctor, pero tenía que obedecer.
- Está bien, pero al menos podría decirme algo de ellos -
El doctor se dio la media vuelta saliendo así de la habitación, ignorando la pregunta de Hiromi.
Luego de que saliera el doctor de la habitación, llegó la enfermera parecía ser un poco gruñona pero al pasar un poco el tiempo se dio cuenta de que en realidad era bastante amable.
Ella observo que Hiromi se encontraba aburrida por lo que decidió llevarle algunos libros que tenían guardados.
Paso el tiempo, Hiromi y la enfermera se llevaban bastante bien.
Hiromi de verdad disfrutaba de leer los libros y, al observar tal felicidad por parte de la enfermera, decidió preguntarle a qué se debía tal felicidad.
- Hiromi, ¿Tanto te gustan los libros que te he traído? -
- ¡Sip!, bueno..... -
La enfermera vio que la pequeña dudaba.
- ¿Qué ocurre Hiromi? -
- La verdad es que....jamás he leído un libro como este -
- ¿A qué te refieres? ¿Acaso en tu hogar no te regalaban este tipo de libros? -
- Pues verá, mi familia casi nunca ha estado unida, siempre me he quedado sola en casa. Mi padre tenía que trabajar y nunca estaba en casa.
Mi madre nunca me puso atención y siempre salía con sus amigas, me dejaba a cargo de la sirvienta. -
- ¿Y tu casa no tenía ningún estante con libros? -
- Si, nosotros teníamos una biblioteca gigante, pero mi padre siempre la cerraba con llave y nunca podía entrar -
La enfermera empezó a sentir lastima por Hiromi, y tenía el instinto de que debía darle una brazo.
- Hiromi... -
- Yo...yo jamás he podido ser feliz.... siempre estaba sola... -
Cada vez la abrazaba más y más fuerte, le daba palmaditas en la espalda tratando de consolarla.
- Si te sientes incómoda diciendo algo así, entonces no lo digas.
Por ahora llora y desahogate, yo estaré aquí contigo -
Hiromi empezó a recordar pequeños fragmentos de los que fue su vida, al no poder soportar más, rompió en llanto devolviendo el abrazo a la enfermera diciéndole con sus gestos que no la dejé sola. La pequeña Hiromi continuó hasta quedarse completamente dormida.
Al despertar se dio cuenta de que ya era de noche y que la enfermera ya se había retirado.
Quería levantarse y dirigirse al baño, pero en ese momento no se encontraba nadie quien la pudiera ayudarla a levantarse. Tomo en cuenta el hecho de que aún no podía caminar muy bien, se apoyo de la mesa de al lado, en ella había un papel, lo tomo y lo leyó.
" Hiromi si de repente te da hambre, come lo que te deje"
Y a un lado estaba la caja de almuerzo.
- Gracias....enfermera -
Por fin existía alguien que se preocupaba por ella e hizo que sintiera ganas de aferrarse más a la vida.
Regresando a la situacion de querer levantarse, ella sabía por lógica que no podía hacerlo. Cerca de su mesita de noche vio una silla de ruedas y, aún si fuera arrastrándose ella se dirigió hacia la silla, se sentó como pudo y se dirigió al baño.
De regreso se comió por completo lo que la enfermera había dejado para ella y de nuevo se dirigió a su cama para dormir.
Continuará....
Semanas después
Hiromi realizaba de buena forma sus terapias, mejoro de una forma drástica.
Al ver la recuperación de Hiromi el doctor quedó sorprendido, no había indicios de que se recuperaría tan pronto.
Y cada día estaba más cerca de comenzar una nueva vida.
- Hiromi -
- ¿Si? -
Ahora la enfermera y Hiromi practicamente parecían madre e hija, cada vez que estaban juntas Hiromi parecía estar cómoda y cada día platicaban mucho, cosa que ninguna enfermera logro hacer con ella.
- Alguien vino a visitarte -
La enfermera abrió la puerta, detrás de ella venía alguien familiar, era su abuela materna.
- ¡Hiromi! -
- ¿A-Abuela? -
- Hiromi he venido por ti -
- ¡Abuela es....¿es enserio lo que me estás diciendo? -
- Claro que si mi pequeña -
La niña se veía muy feliz, pero esa sonrisa se desvaneció por un instante.
- pero abuela.....¿y mis padres? -
- Hiromi ¿acaso aún no te lo han dicho? -
- Decirme qué abuela -
La abuela de Hiromi se quedó observando a la enfermera y está solo negó con su cabeza.
- Hiromi cuando salgas de aquí conmigo te lo diré todo ¿si? -
- Umm....está bien -
Hiromi desde el fondo de su corazón ya sospechaba lo que le había sucedido a sus padres, no se esperaba lo mínimo, sino que, ya esperaba lo peor.
- Vendré dentro de tres días ¿Puedes esperarme? Necesito arreglar unas cuantas cosas -
Hiromi no le dijo nada y asintió con la cabeza.
- Enfermera, la dejo a su cuidado -
- Claro, ella esta en buenas manos ¿no es cierto Hiromi? -
Con una gran sonrisa la niña contesto.....
- Sip -
La abuela de Hiromi se retiró, la enfermera y Hiromi se quedaron solas.
- Entonces....¿que quieres hacer ahora pequeña? -
- Hmmm..... ¿Qué tal si jugamos a un juego de mesa? -
- Claro déjame traerlo, espera aquí -
- Jejejje no es como si pueda moverme de todas formas -
La enfermera salió de la habitación en busca de un juego de mesa.
La espera valió la pena, durante toda la tarde jugaron hasta que Hiromi cayó rendida en su cama.
La enfermera limpio el cuarto de la pequeña para que durmiera cómoda; Está se retiró de la habitación para dejarla descansar.
Los días continuaron y Hiromi mejoraba bastante, los últimos tres días que estuvo en el hospital, para Hiromi fue como un solo día, gracias a la compañía y a la interacción constante de la enfermera.
Al inicio del cuarto día, Hiromi había preparado todas sus cosas, esperando a su abuela; en cuanto a sus piernas, ella ya podía caminar un poco más, sin embargo, le recomendaban llevarse una silla de ruedas, en caso de que sus piernas ya no aguantarán más.
Mientras esperaba en su cuarto, Hiromi se encontraba viendo la televisión de su cuarto y casualmente se encontraba en un un canal de noticias.
- Han pasado tres días desde que nos han confirmado la muerte de la familia Fredickson, se tenían esperanzas de que la niña sobreviviera, sin embargo, su abuela recién nos confirmó la muerte de la pequeña y actualmente la compañía completa y la madre del empresario más reconocido se encuentran en luto, hasta aquí las noticias de la familia Fredickson, en caso de que se obtener nueva información se los haremos saber -
Hiromi quedó en shock por el momento , ya que, no sabía que pensar; ¿Entonces quién soy yo?, ¿Acaso esto es un sueño y yo realmente estoy muerta?.
En eso iba entrando la abuela de Hiromi y la enfermera, emocionadas por la pronta salida de su nieta. Observando la confusión de la pequeña su abuela se preocupó.
- Mi niña ¿qué es lo que te ocurre? -
Hiromi le respondió casi susurrando
- yo....... -
- Mi niña no te escuchó, ¿podrías repetirlo? -
- Dicen que yo estoy muerta, ¿es cierto abuela? ¿Realmente mori? -
La abuela de Hiromi se dio cuenta de lo que sucedía, pues Hiromi era muy inocente y se había enterado de aquello que como su abuela más temía.
Su abuela había cambiado su nombre e identidad por motivos familiares y personales, su abuela paterna no la dejaría disfrutar su niñez y entrenarla para algún día tomar la empresa, su abuela no quería que Hiromi pasara por eso y ocultó su existencia tanto de su abuela paterna como del propio mundo.
Posteriormente su abuela tomó a Hiromi de sus hombros y la abrazó.
- Mi niña tu sigues viva, sigues conmigo y estarás conmigo hasta que lo desees; yo simplemente testifique que has muerto porque no quiero que sufras, quiero que estés conmigo y disfrutes tu vida ¿Estas dispuesta a cambiar de identidad y seguir con tu vida como otra persona? -
Hiromi se quedó pensativa por un momento, sin embargo, comenzó a romper en llanto.
- Abuela.....yo....estoy dispuesta....mientras este contigo seguiré con mi vida -
Unas horas después, luego de que Hiromi se calmara, su abuela le explicó el por qué cambio su identidad.
- Mi niña se que fue muy egoísta de mi parte cambiar tu identidad sin siquiera preguntarte o avisarte pero quiero que vivas feliz mientras puedas -
- Abuela yo....realmente te agradezco y entiendo tus razones, no me importa el ser quien soy ahora, mientras pueda estar contigo, haré lo posible para vivir felizmente contigo -
Ambas se dieron un fuerte abrazo y a lo lejos se podía ver el amor brotar de ellas.
- Pero mi niña ¿no extrañas a tus padres? -
- A decir verdad, no los extraño, pase muchos años con ellos pero para mi el tiempo que interactúe con ellos fue mínimo y tampoco tuve muchas memorias felices; solo se que ansío vivir contigo abuela -
- Mi niña, te quiero muchísimo -
- No es verdad, yo te quiero más jijiji -
Ambas pasaron todo el día en el hospital, pues decidieron irse al día siguiente para que Hiromi se calmara.
Llegando el día y con todo preparado la enfermera, Hiromi y su abuela se encontraban despidiéndose en la entrada del hospital.
- (Con un fuerte abrazo) Hiromi te extrañaré mucho, tienes que visitarme seguido ¿entendido? -
- jijiji Claro, claro que te visitaré -
Ambas de quedaron viéndose fijamente a los ojos, pareciera que se podían comunicar telepáticamente, inesperadamente Hiromi se acercó a la enfermera y le dio un beso en la mejilla.
- Hiromi, cuídate y recuerda que tienes que divertirte y disfrutar tu vida -
- ¡Si, señora! -
Hiromi tomó su equipaje con una mano y con la otra tomo la mano de su abuela, dirigiéndose a su nueva vida.
- Mi niña se me olvidaba decirte, tu nombre ahora será Kristal Hillton, tomando mi apellido -
- ¿En serio abuela? -
- Claro que si (con una gran sonrisa en cara) -
- Entonces, ¡comencemos una nueva vida! -
Pasan cerca de 4 años, Hiromi se convierte en una nueva persona pasando de ser Hiromi Fredickson a Kristal Hillton, ahora vivía felizmente con su abuela junto a un pequeño cachorro Husky de pelaje rojizo y ojos azules, ambos eran los mejores amigos e inseparables compañeros de constantes aventuras.
Hiromi ahora tenía 19 años y había cambiado demasiado, era más alta y pinto su cabello con algunas mechas rojas, estudiaba en la universidad de administración de empresas más prestigiada del país, sus calificaciones eran de las mejores, incluso a nivel nacional; en cuanto a su personalidad era muy sociable aunque selectiva en cuestión de escoger amigos, los profesores la tenían en alta estima y además era autora de grandes investigaciones que realizó y público para su escuela.
"Querido diario, han pasado 4 años desde que comencé mi nueva vida, me sigo encontrando con la enfermera que me cuidó en aquel tiempo y debo decir que nos hemos vuelto muy unidas, a veces salimos a tomar un café o a pasear.
He entrado en una universidad muy prestigiada, sinceramente no quería llamar mucho la atención pero veo que no va a ser posible porque soy una alumna destacada, pero no me puedo quejar, tengo unos cuantos amigos y mis profesores son muy amables conmigo.
Hoy es un nuevo día rutinario, lo cual no es malo, es como siempre deseaba, desayunando, ir a clases y regresar para jugar con max mientras veo televisión......."
\- Kris ¿te has arreglado para la universidad? -
Mientras escribía en mi diario, escucho como mi abuela me llama.
\- Ya casi acabo abuela, en un momento salgo a desayunar -
Cuando estaba a punto de volver a escribir llega Max y se abalanza sobre mi y debo decir que ya no es un pequeño cachorro como lo solía ser.
\- Max... Max déjame -
Recibía lenguetazos por parte de Max mostrando que estaba muy feliz y energético, normalmente hacía todo esto cuando el quería que fuera a desayunar con la abuela.
\- Esta bien Max ya voy -
Cerrando mi diario, tomé mi mochila y salí al comedor junto con Max.
\- Buenos días abuela -
\- Buenos días mi Kris -
Me acerco a mi abuela para darle un beso en su mejilla y de paso para ver que desayunaremos este día.
\- Abuela no me digas que.... -
\- Si, hice tu favorito, huevo con tocino en forma de carita feliz y un jugo de naranja con una rebanada de pan tostado -
\- ¡Wow! Abuela....¿te lo he dicho? -
\- ¿Qué? -
Me abalanzó hacia ella y le doy un fuerte abrazo con unos cuantos besos en casi toda su cara.
\- Eres la mejor jeje -
Pero mi abuela me responde pellizcando mi cachete.
\- Eres muy traviesa niña, vamos a desayunar para que vayas a la escuela -
\- Ok -
Mientras desayunamos veo como Max se lame su bigotes en señal de que quiere de mi desayuno por lo que le doy la mitad de mi salchicha.
Una vez que acabamos de desayunar me dirijo a la salida.
\- Abuela ya me voy -
\- Ve con mucho cuidado ¿si? -
\- Claro abuela, me voy -
\- wooff -
Escucho el ladrido de Max y regreso a la entrada, tomo su cabeza peluda y suave con ese color rojizo y le doy un besito entre sus orejas puntiagudas.
\- Claro que no me olvidaré de ti Max, te quiero y sabes que eres mi mejor amigo ok? -
Instantáneamente Max me lame la cara
\- ¡Maaxx! -
Una vez despidiendome de Max voy de camino a la escuela, cada vez que voy por el camino me detengo varias veces para ver los lugares por los que paso, veo el cielo y me doy cuenta de que el cielo está hermoso, ese color azul claro que lo caracteriza con las nubes tan blancas como un malvavisco flotando sobre la ciudad, la ventisca que golpea mi cara y el calor que puedo sentir me da la sensación de que se acerca el verano.
Sin darme cuenta, en un abrir y cerrar de ojos llego a la entrada de la escuela, caracterizada por sus espacios abiertos y la gran vegetación que se encuentra en esta, árboles con sus hojas de distinto color, moradas, rojas, rosas.
Su increíble edificio y los increíbles maestros también la hacen notar.
\- ¡Buenos días Kris! -
Esa voz no la puedo olvidar, es la del chico que me gusta y mi mejor amigo, Leo.
\- Bu-Buenos días....Leo -
Esto me da mucha vergüenza, a pesar de ser amigos de vez en cuando me noto bastante nerviosa al estar cerca de Leo.
\- Kris ¿has desayunado? -
\- Si Leo -
\- Que lástima, justamente ayer compre esta rebanada de pastel de chocolate que tanto te gusta y también de tu pastelería favorita -
Oh por Dios, ¿esa pastelería donde tienes que estar en fila por más de media hora y que sus pasteles son tan buenos que se acaban en un abrir y cerrar de ojos? No puedo dejar pasar esta oportunidad, ese trozo de pastel debe de ser mío a toda costa.
\- Leo -
\- hm? -
\- Tal vez no me sirva de desayuno pero me puede servir de postre para más tarde ¿no crees? -
Ambos nos miramos a los ojos y simplemente sabía que era una guerra de miradas, debo de convencerlo de darmela.
\- Tal vez....mmmm.....esta bien -
Leo me da la bolsita en la que trajo aquel trozo de suculento pastel.
\- Leo, muchas gracias -
Le regaló una sonrisa e inmediatamente salgo corriendo de ahí, es nuestra manera de jugar como grandes amigos y tal vez futuros novios.
Entro a clase y estas van de lo más normal y rutinario, hoy salgo a las 17:00 y por salir temprano tal vez le pueda comprar un regalo a la abuela.
Horas más tarde
\- wooahh -
Hoy fue un día un poco aburrido, iré a la tienda de ropa para comprarle una nueva blusa a mi abuela.
Justo cuando llegué a la salida pude notar a dos hombres vestidos de negro viendo a los alrededores, como si buscaran algo o a alguien y en la acera de enfrente estaba un auto negro estacionado que parecía muy lujoso, raro por esta parte de la ciudad. Como alguien que perdió su antigua identidad no me preocupe mucho pues en esta ciudad casi nadie conocía mi identidad anterior.
\- Creo que es ella, ¡detenla! -
Cuando escuché esas palabras un escalofrío recorrió mi espalda, ¿acaso me buscarán a mi? No, he cambiado mucho y no queda nadie que sepa de mi.
\- Hiromi -
Escuchar ese nombre fue lo peor que me pudo pasar, ¿quién demonios me buscaba? ¿tengo que escapar?.
No era tiempo de averiguarlo y decidí mejor regresar a casa corriendo, no podían alcanzarme, además no podrían seguirme con su auto pues mi casa estaba en sentido contrario, tomé varios callejones que solo residentes conocían y servían como atajos, nadie debería ser capaz de seguirme, de milagro pude perderlos, rápidamente entre a casa y escuché a Max avisar mi llegada.
\- Kris ¿qué te ha pasado? -
Como siempre mi abuela al verme muy agitada se preocupó pero no pienso decirle lo que ha ocurrido, ha lidiado con muchas cosas y es hora de que yo la proteja.
\- No ha pasado nada abuela, solo que tenía prisa por llegar, hoy nos han dejado un proyecto y tengo que entregarlo a las 20:00 -
Mi abuela sospechaba, lo sabía pero dentro de ella no quiso desconfiar de mi por lo que lo dejo pasar.
En cuanto a mi, me dirigí a mi cuarto, me encerré, ¿quién me conocía antes y por qué me buscan?, en la universidad no había nadie que se llame Hiromi, tenia que actuar ya, buscar información de cualquiera que recordara que estaba al lado de mis padres y hacer un plan en caso de que todo esto se pusiera peligroso.
Pero ahora que lo pienso, esa voz me pareció familiar, una voz de un mujer no muy joven y definitivamente no puedo concluir eso porque no pude ver su figura pero de alguna manera tengo la sensación de que la conozco.
Justamente ahora debo investigar a toda la gente pero el hecho de que pude escuchar la voz puede que me de una pista sobre la persona que me estaba buscando.
Continuará.......
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