cuando tenía 8 años, un día buscando algo que me ayudara a recordar a mi madre encontré algo que me hizo sentir de una forma inexplicable, miré libros que mamá había escrito cuando estaba pequeño no sabía el talento y potencial que mi madre logró alcanzar, la recuerdo muy bien, su sonrisa, sus abrazos, todo de ella viene de repente siempre a mi mente porque muchas cosas me hacen creer que ella se encuentra cerca de mí cuando me siento solo voy al parte donde ella solía llevarme y nos sentábamos yo comía algo de helado y ella escribía sus novelas y después de un rato jugaba conmigo.
Volviendo a este preciso momento veo que es un atardecer hermoso el de hoy, aunque parece que va a llover un poco y todos estamos cansados de estar moviéndonos todo el día ya que cuando el lugar se llena nos toca esforzarnos demasiado, llevo unos meses acá en este trabajo de medio tiempo que lo busqué para poder aprovechar mi tiempo en algo más positivo que lamentarme por el pasado... Estoy en la universidad en mi primer semestre en mi ciudad natal, Lille es muy linda y además muy visitada por muchos turistas, estoy empezando una carrera en medicina que me parece una gran oportunidad para mí aunque al principio estuve en mi carrera de literatura, tenía sueños sobre ser un escritor y poder ayudar a personas a salir de su vacío interior a provocar un poco de sonrisas en ellos tal vez…solo tal vez sentirme mejor nada fue posible porque durante años de esfuerzo mis novelas fueron catalogadas como "Basura" con tan solo veinte años decidí alejarme completamente de aquella desilusión, tengo veintidós y estoy empezando de cero aunque me está costando. Viendo los clientes recuerdo aquella carta que fue la gota que derramó mis esperanzas.
"Joven Antoine Bernard, después de leer un poco a esto que usted le llama "novela", hemos visto que no tiene ni la mínima idea de escribir, lleva 4 semestres de los cuales parece no haber aprendido nada, creemos que nuestro proyecto no podrá contar con usted más tiempo, bien por su esfuerzo, espero pueda mejorar o espero encuentre otra profesión".
Aquella mañana mis sueños fueron arrebatados por tan solo una carta, subí a mi cuarto tomé todo lo que tenía sobre literatura lo guardé y al día de hoy no lo he sacado están llenos de polvo, mi habitación solo observa oscuridad, llego del trabajo entro a mi habitación y me olvido que existo fuera de estas cuatro paredes en donde puedo encontrar un poco de paz. Mi madre murió dejando historias que ella narraba más algunos de sus libros favoritos, empecé a leer y desde los once años me apasioné por las obras literarias.
Es triste verme cada día en el espejo y recordar la sonrisa de aquel niño que se enamoró de la literatura y soñaba con escribir por toda su vida, en aquellos días era muy feliz, sentía que escribiendo conectaba de cierta forma con mi madre, pero aquello se perdió hace algunos años, me perdí en un mundo cruel en donde mi único amigo es mi padre. había noches en las que me encerraba en mi habitación a escribir y escribir por horas y horas, perdía la noción del tiempo y sin darme cuenta la noche había caído y el amanecer iluminaba mi ventana, tomaba una taza de café y me dirigía a la universidad desde hace mucho me siento un fracasado no logré nada de lo que anhelaba estoy estudiando algo de segunda opción, pero no soy feliz y me toca repetir esta rutina cada día hasta que muera lamentándome por lo que hice con mi juventud, perder el tiempo en algo que te gustaba realmente pero que no eras bueno en ello frustra y frustra demasiado sinceramente, las noches suelen ser bastantes largas, los días ya no brillan igual que antes y ya nada parece ser como lo era habitualmente.
Después de llegar de trabajar, me senté y miré el cielo, anocheció de repente las horas parecen minutos cuando estás feliz y cuando tu mundo es un caos las segundos parecen horas mientras el reloj de arena te va hundiendo cada día un poco más y más, estoy viendo la lluvia en una noche sin ninguna estrella y sin un ruido alguno se siente la tranquilidad y la paz en mi habitación.
Escuché la puerta sonar y alguien subía las escaleras así que debía ser papá que había terminado su turno en el hospital.
- Antoine no sabía que estabas en casa ¿como te fue hoy? — Papá siempre salía temprano en las noches para llegar a casa y preparar algo de comer y charlar un poco con mi, él es unos de los mejores médicos que se encuentran en ese hospital—
- Hola papá, pensé que llegarías más tarde, es una noche demasiado lluviosa
- Salí porque no tenía más citas hoy además me siento algo cansado así que traje comida china ¿tienes hambre?
- No papá, saldré a caminar un poco
- ¿Con este clima?
- Llevaré la sombrilla, adiós
- Está bien, pero ve con cuidado y te quiero a las diez en punto en casa
Salí a caminar un poco solamente para pensar en mí vida... Y claro también porque quería verla a ella, Aurora la chica más hermosa que mis ojos podrían haber visto, en esta noche llena de melancolía y oscuridad, ella es el único brillo que tengo frente a mí, no olvido aquella primera mirada.
"Fue la tarde en la que guardé todos mis libros, mis escritos y mis sueños, tomaba una taza de café, miraba las gotas caer, los autos pasar y de repente veo alguien acercarse, una chica con unos ojos llenos de bondad, una sonrisa encantadora y me dice "Parece que ya va a parar de llover, tardes así te hacen pensar que todo está mal, pero el sol siempre vuelve y hace creer que hay esperanza, ¿se te ofrece algo mas?".
parecía que ella hubiera pasado por lo mismo que yo pasé, me entendía, aunque ella no supiera que aquel día en el que miraba la ventana, sentía que una parte de mi perdió su vida, esa parte era la felicidad, desde aquel día no volví a ser el mismo.
Camino a casa solo pienso en aquellos libros que guardé, cartas que escribía pensando en mi "Futuro" como escritor, es deprimente caminar bajo la lluvia sin saber porque la vida te está tratando tan mal lo único que me hace sentir bien en este momento es la música de mis audífonos a todo volumen que me hacen pensar que todo a mi alrededor fue eliminado, vivo en una fantasía en la que soy feliz y en la que la realidad simplemente ya no existe, pero cuando entro a mi casa, me siento y miro hacia arriba, aquella fantasía... se desvanece con el viento.
Desperté en la madrugada esto me sucede casi siempre y no puedo dormir bien, está lloviendo un poco y miro por la ventana solo se observa el callejón vacío, me siento mientras tomo un vaso de leche para poder descansar correctamente, no reviso mi celular porque se que no tengo mensajes de nadie, tengo 2 amigos que están un poco ocupados, uno está en un grupo de lectura en el cual estuve pero salí cuando empecé mi carrera de medicina y el segundo está escribiendo un libro, ya han pasado los años y el tiempo puso a cada uno en su lugar, yo emprendiendo un nuevo camino y los otros siguiendo el sendero que guía su destino, al parecer la lluvia ya paró así que trataré de dormir más cómodamente
Desperté tarde esta vez la alarma no sonó, pero tengo mucha suerte que hoy en mi día libre no trabajo hoy y tenemos un pequeño receso de una semana en la universidad así que no tengo muchos planes hoy, de pronto vaya a comer algo o quizás me quede en casa comiendo lo que encuentre en el refrigerador y escuche algo de música.
- Hijo, voy a ir al hospital y pensé que sería bueno que me acompañes hoy para que veas un poco lo que hago y como tu padre se gana la vida.
- Está bien papá, de todas formas, hoy es mi día libre así que no tengo nada que hacer
- Increíble, empaca tus cosas y vámonos.
Miré cosas un poco interesantes en el hospital los pacientes que se sentían muy confiados con sus doctores, las formas de analizar los distintos casos, el directorio de papá donde está sentado, en su Juventud tuvo que esforzarse mucho por llegar a lo que es hoy en día, un gran director de un gran hospital. Así se fue todo el día y de pronto algún día con suerte logre ser la mitad de lo que él es, ya está un poco tarde así que iré a dormir porque mañana tengo que trabajar duramente.
Es una fría mañana y me dirijo hacia el trabajo, hoy es un día de esos que parece que va a estar un o poco solo pero aún así debemos ir y ver que es lo que sucederá, mi casa queda cerca del trabajo así que no hay problema en que camine, me gusta hacerlo porque paso cerca de un lago que es completamente hermoso, me detengo por 4 minutos y veo a las personas pasar y solamente escucho música y sigo mi recorrido, pasado por la librería a la cual solía visitar, viendo un local de videojuegos que es inmenso recuerdo que cuando tenía 12 años me gustaba demasiado venir a este lugar y jugar con mis dos amigos y por último llegamos a la cafetería, es un ambiente agradable aunque por veces parece un poco aburrido.
- Llegas temprano Antoine, pasa y come algo de lo que tenemos.
- Buen día y gracias gerente.
- Esfuérzate hoy porque presiento que va a ser un largo día—El gerente lleva mucho tiempo acá y es prácticamente el máximo responsable de que este lugar tenga tanto éxito—
- Chicos, los reuní a esta hora porque quiero que todos trabajen muy fuerte hoy, hoy acabaremos un poco más tarde de lo normal porque hay una reservación en el lugar que debemos aprovechar, así que sin más que agregar... A trabajar —Fueron las palabras del gerente—
Las horas han pasado y seguimos trabajando, ya está anocheciendo y estamos todos totalmente cansados de tanto movernos por el lugar.
- Antoine, ya que tú eres el que más se a movido y vemos que el lugar está prácticamente solo así que no estaría mal que tomes un descanso.
- ¿Estás segura Juliette? aún puedo seguir trabajando, solo quedan algunas personas y creo que podré resistir.
- Insisto en que debes descansar porque no se te olvide que tenemos una reservación aún, y no sabemos qué tan larga vaya a ser.
- Ya veo, entonces tienes razón así que iré a comer algo y descansaré.
Juliette siempre es una chica demasiado amigable se preocupa por nuestro desempeño.
Que largo día y ahora estoy en la sala de nuestros descansos, acá es donde venimos a comer y a hablar de vez en cuando, casi no tenemos comunicación porque todos tenemos gustos diferentes, al parecer va a llover, espero que no sucede porque papá no podrá venir por mí ya que está muy ocupado en el consultorio.
Pasó una hora y la reservación se canceló por las fuertes lluvias así que vamos a cerrar todo.
- Chicos es hora de irnos, ¿Todos tienen un medio de transporte seguro? porque si alguno no tiene podemos esperar a que las lluvias paren. —Dijo el gerente preocupado por nosotros ya que en épocas así muchas cosas pueden suceder—
- Mi papá viene por mi, en realidad ya me está esperando –Dijo Juliette–
- Mi moto está atrás, así que me iré rápido —Habló Calvin
- Yo voy en bus, así que todo está bien —Adrien exclamó—
- Yo me voy caminando, pero vivo muy cerca así que no hay problema. —Yo no tenía problemas ya que la lluvia no me parecía tan mala, de hecho estoy acostumbrado a trotar un poco con este clima—
-Yo también vivo cerca así que tampoco tengo problema —Dijo Aurora—
- No hay nada más que hablar, vámonos chicos—Fueron las palabras finales del gerente—
Estaba caminando por mi ruta cuando ella se acercó a mí
-Antoine, ya que los dos vivimos cerca pensé que podríamos ir juntos ¿Te parece bien? —Sus ojos resaltaban con la lluvia, y su rostro estaba tan perfecto como aquella primera vez—.
- Claro Aurora, vamos los Juntos... ¿Qué tal va universidad?
- Todo va bien, ¿cómo vas tú?
- Voy bien, y me alegra que vayas bien
- Igualmente a mí, ¿Estás estudiando literatura, cierto?
- En realidad medicina
- Que extraño, solía verte pasar con un grupo de chicos que les gustaba escribir, en realidad está cerca de mi casa.
- Si, pero cambié de carrera, ahora estudio medicina
- ¿Por qué medicina?
- Es una larga historia.
- Algún día tendrás que contarme esa historia
- Claro que lo haré.
Después de minutos de estar en silencio, sin que ninguno de los dos dijera una palabra, se me ocurrió decir algo.
-Mira este lago, siempre suelo Parar aquí todos los días para ver el agua fluir y las personas pasar, en las noches es muy hermoso
- Es un lago demasiado hermoso, mi casa es acá, gracias por acompañarme, al parecer la tormenta ya paró, espero verte mañana.
- Adiós, también espero verte mañana, descansa.
La miraba dirigirse hacia su casa con esa sonrisa tan hermosa, pensar que hoy creía que sería un día aburrido como todos, pero estar con ella me hizo sentir diferente, hizo que, bajo la tormenta, nos sintamos cálidos, porque yo siento que me da la calidez que ningún lugar me logra dar.
Ahora estoy sentado al pie de mi cama viendo la ventana, veo las últimas gotas cayendo para después desvanecer, donde la luna brilla más que nunca, y donde de repente pienso en ella, así que voy a dormir y espero soñar con ella.
Esta mañana me dirijo hacia la universidad, hoy es esos días que pienso que todo saldrá bien, el día está soleado, el viento sopla fuerte y nos refresca a todos, llevo los libros que papá utilizó en su juventud esperando que me sean de gran ayuda cuando los necesite y de repente me encuentro con un viejo conocido.
- Antoine, ¿cómo estás amigo? — Eric, fue uno de mis mejores amigos cuando yo hacía parte del club de escritores, Junto a Jean. —
- Eric, estoy muy bien ¿qué me cuentas tú?
- Estoy muy bien, ahora estoy disputando una beca para entrar a la misma universidad de Jean y seguir sus pasos.
- Es increíble, espero lo logres, adiós tengo una reunión importante.
- Amigo... —Hubo una pausa, sus ojos me miraban de una manera triste y su voz se cortaba— Deberías volver a escribir, tienes talento.
- Talento tienen Jean y tú, al final el tiempo puso a cada uno en su lugar, Jean como un escritor Joven y muy reconocido, tú luchando entre los mejores escritores del país para ganarse un lugar y yo... yo, encontré un nuevo camino.
—Después de eso nos quedamos simplemente en silencio, hasta que el dijo—
- ¿Recuerdas ese sueño que tuvimos los tres? soñábamos con lograr grandes cosas... Pero te rendiste muy fácil.
- No perderé tiempo de mi vida en algo en lo que no soy bueno, Adiós.
Después de eso estuve distraído en toda la sesión que tuvimos solo pensaba en mi niñez al lado de mis amigos, de verdad que éramos muy unidos, pero después de que me retiré, perdimos toda clase de contacto y parecemos desconocidos.
Han pasado unas cuantas horas y todo en el trabajo está totalmente tranquilo, así que todo parece que hoy saldré temprano, la noche está oscura y silenciosa, las calles están un poco solitarias, así que disfrutaré mucho mi recorrido a casa.
De repente mientras caminaba miré que Aurora venía cerca, quería hablarle aunque realmente me moría de pena así que mejor me quedaba callado y volvería a ser un extraño ante los ojos de ella.
- Hola Antoine, quería agradecerte por acompañarme anoche a casa. —Me sorprendió demasiado que ella me hablara, después de tambalear un poco recuperé la noción.
- Aurora, tranquila no hay nada que agradecer en realidad me gustó pasar tiempo contigo.
- a mi igual... me gustó, hablar contigo, llegaste tarde así que no alcanzaste a escuchar al gerente mañana tenemos día libre.
- Ya veo, pues qué buena noticia.
- Si, estaré limpiando unas mesas, después hablamos.
La miraba tan hermosa como siempre, con el tal solo hecho de tenerla cerca y hablarle me pone nervioso, debería decirle algo que tengo guardado, pero tengo miedo, debería hablar más con ella, Solamente debería... Olvidarme de eso... o no.
- Aurora
- ¿Si? —Estaba sudando un poco o no sabía que palabras decirle, pero ya me metí en esta situación y tengo que salir de ella—.
- ¿Estás ocupada mañana?
- ¿Mañana? no lo creo ¿por qué?
- Quiero invitarte a salir, si te parece bien, a donde tú quieras. —Estaba asustado, pero vi como surgió una sonrisa en ella que me tranquilizó—
- ¿Pasas por mi a las 7:00 PM?
- Claro, yo paso por ti
- Está bien, es una cita.
Creo que es uno de mis mejores días desde hace mucho tiempo, aunque puedo volver a sonreír un poco, a pesar de ser una noche tan oscura, hay un poco de luz.
Es una madrugada oscura y fría, en la que nuevamente desperté bien veo el cielo y está totalmente nublado todo, escucho música en mis auriculares, veo ese espacio vacío que solía ser mi escritorio donde dormía más horas en el que en mi propia cama, a pesar de ser alguien que no le gusta un desorden siempre que escribía dejaba mis hojas y notas por todos lados y habían veces en las cuales todo se revolvía... Extraño aquella sonrisa, esos tiempos los días eran soleados, las noches eran estrelladas y las calles eran coloridas ahora no para de llover, las noches son oscuras y patéticas y las calles son daltónicas, ahora el único color que veo más allá de mi mirada es todo a blanco y negro. Recuerdo aquellos libros que tan ansioso compraba y era cuestión de días para que lo terminara y fuera por más ahora nada es igual, aquella librería sigue ahí y siento una gran necesidad de ir y encontrarme nuevamente, pero tengo miedo... Fracasar es algo que realmente duele, prefiero no volver a intentarlo es mejor mirar todo de lejos tranquilamente y envejecer al final solamente me dolerá todos los días antes de ir a dormir, ver el cielo y pensar en que hubiese sido de mí sí tan solo una simple carta me hubiera dado noticias buenas hoy todo tendría un diferente rumbo... Pero así es la vida y no se puede devolver el tiempo.
Salí a caminar un poco bajo la soledad de la noche y oscuridad de la ciudad, hay un recuerdo de mamá que aún mantengo intacto y en mis noches más tristes sueño con aquel momento que era una despedida, siempre que despertaba me sentaba durante horas y horas y aquella escena giraba en mi miente durante horas hasta quedar nuevamente dormido.
Todo el día estuve preparando todo para que realmente fuera perfecto, tenía preparados los lugares a los cuales le llevaría, y espero que a ella le agraden, no sé si sería muy romántico llegar con rosas o sería muy anticuado, Creo que nunca en mi vida me sentí tan nervioso.
De repente veo que mi padre se acerca con su sonrisa tranquilizadora como siempre y toca mi hombro.
-Chico, no te preocupes tanto por lo que va a suceder, si esa chica es especial te va a aceptar tal como eres.
-Lo sé Papá, pero realmente quiero que toda esta noche salga bien.
-Muchacho, me recuerdas en mi Juventud, mi primera vez en una cita fue igual, temblaba, sudaba y casi vomito, esa cita fue con tu madre.
-Me puedes contar sobre aquella vez. —Miré los ojos de papá, parecía triste—
-Claro hijo, en aquella cita le llevé rosas, Sudaba demasiado, estaba tan hermosa como aquella primera vez que la vi, sus ojos eran hermosos, su cabello, su sonrisa. Su...Su... su todo... Era perfecta, la llevé a comer un helado y me contó sus sueños sobre ser una gran escritora y recorrer el mundo mostrando sus novelas, sus escritos y que pudiera hacer feliz a muchas personas con tan solo sus letras, aunque en aquellas novelas dejó plasmado más que simple letras... Su alma quedó plasmada en tales escritos, pero continuando en lo que habíamos dejado, después del helado fuimos hacia un velero que es de tu abuelo, nos sentamos durante horas a ver el cielo, escuchar algo de música que sonaban en algunos lugares abiertos a esa hora, hablamos sobre nuestra vida, y por suerte mi papá me dejó las llaves del velero esa vez y la llevé a recorrer el río hasta el amanecer, al regresar ella sonreía demasiado y se notaba en su rostro que estaba totalmente feliz, después de eso mi sudor había parado y no temblaba, pude dominar mi miedo y estaba muy seguro, de camino a casa me habló sobre lo increíble que lo pasó a mi lado, al llegar a su casa me dijo que le gustaría salir conmigo otra vez, en la segunda cita me leyó sus escritos, en la tercera cita me contó sobre cómo quería que fuera su futuro, en la cuarta me escribió un poema y en la quinta... Nos besamos y empezó... Esta historia de amor. —Los ojos de papá brillaban—
-Papá ¿no has pensado en intentar conocer a alguien más?
- No chico, tu madre aún es el amor de mi vida, ahora mi mente solo quiere cuidarte porque... cuando te veo recuerdo todo sobre ella, nuestra historia solo tuvo un pequeño contratiempo, pero nos volveremos a encontrar y nunca... nos volveremos a Separar.
—De repente una lágrima bajaba por la mejilla de papá—
-Ya chico sal, ve y respeta en todo momento a esa chica.
-Lo haré papá, aunque me gustaría saber lo del velero, pensé que el abuelo lo había vendido.
-Hijo, hoy visité a tu abuelo y me dejó las llaves del velero, yo no tengo razón para quedarme con él, así que te lo regalo ya sabes conducirlo así que es todo tuyo.
- ¿En serio papá? Muchas gracias
-No hay nada que agradecer hijo, sal antes de que se te haga tarde.
-Adiós papá. —Fue un abrazo largo con mi padre, pude sentir un poco de su dolor, y creo que mi padre es increíblemente fuerte soportar todo lo sucedido, madre era una mejor maravillosa en todos los sentidos y ahora entiendo que papá también es igual—.
De camino a casa de Aurora en el auto de papá ya que me concedió las llaves para llevarla al lugar que tengo planeado encuentro un lugar de flores y me detengo viendo este lugar por dos minutos, veo unas rosas blancas, unas rojas, Lirios entre muchas más y hacia cada vez más difícil mi decisión.
Al final me decidí por los Lirios que me aconsejaron que serían los más apropiados, estoy frente a su casa y no puedo evitar sentirme un poco tímido... pero tengo que hacerlo, así que debo tocar la puerta.
Después de tocar la puerta, me sentía un poco inquieto y veo que la puerta se empieza a abrir y la veo a salir así.
-Buenas noches Aurora ¿Como estás?, Te traje Lirios
-Hola Antoine muchas gracias por los Lirios, están hermosos y yo estoy muy bien ¿Qué tal estás tú?
-Muy bien y me alegra que estés bien.
-Gracias, a mi igualmente me alegra, podemos irnos. ya que mi tía debe estar en el segundo piso.
-Entiendo ¿Y tus padres?
-Están de viaje, regresan en un mes
-Ya veo, sin más que agregar, Vámonos.
—Sabía que tenía que abrirle la puerta como todo un caballero, debería dar la mejor impresión frente a ella—
-Muy lindo auto ¿Es tuyo?
-Gracias y no es mío es de mi padre en realidad
-Ya veo, cualquier chico diría que el auto es suyo para impresionar a una chica, me agrada que seas sincero, ¿A donde tienes planeado llevarme?
-Es una sorpresa, solamente espera y verás
-Está bien, me gustan las sorpresas.
Fue un bello recorrido de algunos minutos por la gran ciudad, tenerla tan cerca me llena de nervios, pero ya me siento cada vez más tranquilo, disimulo un poco para verla y realmente está demasiado hermosa, no se como lo hace para cada día estar más hermosa, es un precioso vestido blanco, los hermosos colores de la luna y la ciudad combinan con su sonrisa a la perfección.
Llegando al lugar que había planeado me siento algo Tenso y le dije cual era el lugar, parecía que ella iba decir algo así que por unos minutos se frenó mi respiración.
-Así que una Heladería, No está nada mal.
-Creí que te gustaría comer un poco de Helado así que por eso, este fue el primer lugar al que decidí mostrarte.
-Es muy lindo, ¿Entramos?
-Adelante, pasa por favor.
Fue un momento increíble que pasé junto a una chica increíble, su sonrisa es tan hermosa que no podía parar de verla, aquella chica parecía que cada día fuera feliz, siempre mostrando una hermosa sonrisa, apoyando a sus compañeros de trabajo y parece que tuviera una vida perfecta. Después del helado decidí llevarla al lugar en el que papá me dejó el Velero.
- ¿Adónde me llevas Antoine?
-No abras los ojos, es una sorpresa... Puedes abrirlos.
—El cielo estaba brillante gracias a la cantidad de estrellas que había en este preciso momento, la luna se reflejaba en el agua, Sus ojos brillaban más que la primera vez y en aquel momento, sentí que me había enamorado totalmente de ella—.
Ella miraba todo como si fuera la primera vez, era sorprendente ver cómo la luna hacia dar un toque de romance a esta situación.
-Esto es... es, hermoso.
- ¿Quieres navegar un poco?
- ¿Tienes permiso para hacer esto?
-Si, si lo tengo ¿vienes o te quedas?
-Está bien, voy.
—No había olvidado como funcionaba desde el primer día que mi abuelo me enseñó a como navegar en el, ese fue uno de los mejores días de mi vida porque pude ir a conocer lugares más allá de lo que mi vista miraba, y esta noche sentí como si fuera la primera vez de aquel día, el cielo nos observaba y ella miraba las estrellas contemplando su perfección y yo la miraba a ella contemplando su perfección, yo la miro con las misma pasión con la que ella visualiza el cielo, estaba feliz y lo notaba por su hermosa sonrisa, sus manos tocando el Agua, sintiendo el viento y un poco de frío rosando su cuerpo, terminé navegando hasta llegar a lo más alejado del río Deule, donde el velero quedó flotando sin rumbo fijo como si estuviéramos Naufragando—.
- ¿Quién te enseñó a navegar de esta forma? Dijo Aurora
-Fue mi abuelo, hace algunos años me traía y me enseñaba cosas y fue una tarde en la que decidió dejarme el timón.
-El cielo está perfecto esta noche, sus estrellas, la luna simplemente es increíble.
-Y la noche no es lo único increíble
- ¿A qué te refieres?
-No nada y bien ¿Estudias algo?
-Desde hace unos meses decidí dejar la fotografía, ¿Y tú estás estudiando algo?
-En este momento estoy estudiando Medicina, aunque antes de escoger esto, estaba en literatura, pero simplemente, no se dio como esperaba.
- ¿Qué sucedió?
-Simplemente no fui lo suficiente bueno para aspirar a algo más grande.
—Hubo unos segundos de silencio, pero no nos sentíamos incómodos, estábamos admirando la noche y el silencio, en realidad el único ruido era el agua que nos estaba llevando a cualquier lugar en cualquier momento—
-Tus escritos- Me dijo ella mientas me encontraba perdido por esos hermosos ojos.
- ¿Disculpa?
-No se mucho sobre cómo es la vida de un escritor o un aspirante, pero debe tener escritos o novela las cuales escribe deseando que alguien algún día la lea y la disfrute
-Si, tengo algunos, pero son desde hace años atrás porque llevo meses sin escribir nada.
-Perfecto, cuando volvamos a salir quiero que me enseñes tus escritos y me permitas leerlos.
-No lo sé, de pronto después... Ya veremos, me hablaste sobre la fotografía ¿Qué pasó?
-Desde pequeña me enamoré de la fotografía, desde que guardé uno de los mejores momentos con mis padres en una simple fotografía, cuando recibí mi primera cámara no dormí toda la noche solo por tomarle fotos a la luna, pero después de que el tiempo pasó y empecé a estudiar descubrí que no era lo suficientemente buena para aquel arte y simplemente un día guardé todo, y estoy viendo posibilidades para este año.
-Deberías enseñarme tus fotografías y yo las califico
-Quizás, Ya veremos.
—La noche era la melodía perfecta en el momento perfecto, todo había desaparecido, solo éramos dos chicos bajo la luz de las estrellas, uno frente al otro disfrutando de la compañía que nos estamos dando, disfrutando lo que está pasando—
Las horas pasaban y el velero se había alejado un poco, seguíamos conversando cada vez más, sobre un poco del pasado y nuestros anhelos del futuro, y simplemente nos acostamos y mirábamos las estrellas, susurrábamos cosas y por veces nos quedábamos en silencio, y fue así hasta quedarnos dormidos.
Yo había despertado primero que ella y la había empezado el recorrido a casa porque estaba un poco largo, el sol se empezaba a asomar y volteo a verla a ella, y ya había despertado y mientras el sol ilumina su rostro ella sonríe, que forma tan increíble de recibir un amanecer.
Fue un día perfecto, dejé a Aurora en casa y la miré nuevamente sonreír como la primera vez, mi cuerpo temblaba un poco y le dije que era por el frío de la noche, aunque realmente no dormí mucho anoche, porque mientras ella dormía yo la miraba y al mismo tiempo observaba las estrellas, mientras escuchaba un poco de música con un volumen demasiado bajo porque no quería dañarle el sueño, simplemente estaba totalmente perfecta, fue una noche mágica siendo orientados por la corriente a cualquier lugar pero es hora de volver a mí mundo en el cual hábito, esta fantasía de una noche había llegado a su fin, y era hora de volver a la normalidad.
Teníamos unos días libres en el trabajo ya que Jefe se encontraba de viaje así que sería un momento perfecto para poder descansar de la mente, pero debería estar otra vez en la universidad en la tarde y por suerte ya tenía todo preparado para una exposición que tenía que hacer al frente de algunas personas especializadas en mi investigación, entré a mi cuarto y miraba la ciudad y aún tenía en mi mente bien detallado la noche mágica que tuve, fue la mejor desde hace muchos tiempos atrás, pero de repente otra vez esos pensamientos en mi mente, mientras veo mi taza de café y fijo mi mirada solamente en el rincón de mi habitación donde guardé todas mis esperanzas de poder conectar de alguna forma con mamá cuando de repente recibo una llamada.
-Buen día ¿Con quién hablo?
-Hola amigo, soy Eric y solamente te llamaba para invitarte a salir, si tienes un poco de tiempo libre claramente. —Su llamada me parecía un poco extraña, la última vez que hablamos no habíamos terminado muy bien y desde hace mucho no recibía una llamada suya.
-Tengo que ir a la universidad en la tarde, pero tengo tiempo ahora, ¿Qué necesitas?
- ¿Aún recuerdas todos los puestos de libros que ponen dos veces en el año? Pues toda esta semana los puestos están en la ciudad y quería saber si me podrías acompañar.
-Entiendo, Si ya voy a tu casa
-Genial amigo, te espero.
Sé muy bien de lo que habla y claramente recuerdo aquellos puestos llenos de cientos, miles y hasta millonadas de libros de tantos escritores de todas partes, desde el país más grande hasta el último rincón, desde el Paulo Coelho hasta un escritor de diez años, es una locura la cantidad de lectores que se animaban por ir a descubrir un mundo nuevo en aquello libros, cuando tenía diecisiete años papá me dio una gran cantidad de dinero y llegué con casi veinte libros de los cuales los disfruté todos, pensar en aquellos tiempos me traen nostalgia.
-Hola amigo, disculpa la demora
-Tranquilo hermano, vamos que debe estar lleno.
Mientras conducía manteníamos una increíble conversación sobre lo que Jean había hecho en Barcelona, cada vez se hacía más conocido y los dos estábamos muy alegres, yo sé que Eric está a la altura de Jean, solamente le hace falta aprender un poco más y explotar al máximo su potencial, sus ideas eran casi perfectas, sus historias tenían una coherencia absoluta.
-Llegamos Antoine, recuerdo que a nuestra temprana edad vinimos acá y que nuestros corazones casi se salían de nuestro pecho, recuerdo muy bien cuando Jean y tú discutían sobre las mejores obras... Recuerdo cuando éramos los tres mejores amigos
-Lo sé, también lo recuerdo y fue mi mejor época.
-Claro... ¿aún hablas con Jean?
-Desde que se ganó esa increíble Beca, no, pero he estado muy pendiente de todos sus movimientos y me alegro de todo lo que está logrando y ¿Tú aún hablas con él?
-Si, prácticamente todas las noches hacemos vídeo llamadas y hablamos demasiado... Él te extraña... al igual que yo. —No sabía que decir después de esas palabras, decidí no tocar el tema y cambiar de rumbo—
-Vamos a ver que libros encontramos, antes de que se llene más. -
Fueron unas cuantas horas viendo el lugar y tantos libros de los cuales escoger, tantos escritores que dejaron consejos para poder alcanzar algo más que llenar un pequeño vacío, lograron dejar su huella en un mundo escondido en letras, en una dimensión donde todo podía ocurrir, en pocas palabras... En un libro.
Parecía un niño cuando entra a una Juguetería, ver aquellos locales abiertos fueron un deleite para mí, ya había comprado unos dieciséis libros, algunos de pequeños escritores locales y otros de grandes leyendas literarias todo era Bueno, hasta que llegué a ese libro, el primer libro de Jean con el cual pudo conseguir una beca en una buena universidad además yo no podía olvidar en esos días en los cuales Jean me contaba cada día de como avanzaba con su historia, no dormía, no salía y creo que tampoco comía, duraba casi 10 horas escribiendo y el resto de tiempo hacia lluvia de ideas, empezaba de nuevo, borraba partes y agregaba partes trataba de hacer una historia demasiado completa, con una coherencia sublime con la cual no dejar ni un solo espacio vacío, no dejar ninguna palabra sobrando yo leía cada día lo que hacía y realmente era brillante el toque que le daba a sus historias, Jean es increíble.
Mientras veo el oscuro cielo azul indicándonos que la noche está por asomarse, veo la historia y recuerdo todo como si fuera ayer, no era un libro como el que tengo ahora, eran hojas tachadas por algunos de sus errores escritos con su puño y letra, mientras nos sentábamos los tres en el parque, Eric leía conmigo mientras que Jean arrojaba algunas rocas al lago, cuando hizo una fiesta para celebrar su presentación oficial de aquel libro, no fui porque llevaba un tiempo asimilando mi fracaso en el mundo de los escritores, solamente no tuve el talento, es increíble y un poco nostálgico ver a chicos con la misma edad con la que yo empecé a escribir, leyendo libros tan difíciles de entender y extremadamente icónicos, veo por sus ojos que resplandecen al pasar de página en página que sienten la misma emoción que yo y desean alcanzar lo mismo que alguna vez quise lograr, tan solo espero que los dados Jueguen a su suerte y puedan escribir libros que terminen en lugares como estos y a su vez en niños como ellos y puedan seguir un ciclo por unos largos años, no me arrepiento de haberme enamorado de esto, solamente el destino me llevó por un camino un poco diferente de lo que esperaba esto es como un amor no correspondido, lo amas demasiado pero simplemente no es para ti y quizás y tan solo quizás halla algo esperando al final del día que te pueda volver la ilusión y decidas avanzar gracias a eso.
-Amigo ¿Nos vamos?
-Adelante amigo, vamos a casa
-No Antoine, la noche aún es demasiado Joven, vamos al parque y comemos unas hamburguesas y terminamos la noche en aquella cafetería que está abierta toda la noche ¿La recuerdas? -
-Como olvidarla, donde leíamos nuestros libros y escribíamos mientras sonaba música clásica y buenas tazas de café. -
-Exacto, hay que revivir esa época. -
-Está bien amigo, adelante.
Realmente no olvidaba esa cafetería, Eric nos llevó a Jean y a mí una noche como esta después de comer llegamos y nos sentamos y sonaba un poco de Jazz y Blues, Rock clásico, Bon Jovi, un poco de John Lennon entre muchas más melodías, duramos casi toda la noche sentados leyendo libros bebiendo café, comiendo de todo lo que había hasta salir cansados y dormir en la casa, los 3 íbamos allá cada sábado en la noche creo que a esa edad lo más normal sería ir de fiestas o salir cada uno con su pareja, pero nosotros 3 siempre terminábamos allá, leyendo, escribiendo y charlando mientras mirábamos la oscuridad de la noche por la ventana la música no paraba de sonar algunos chicos y chicas que iban por la música bailaban abrazados disfrutando de un momento de tranquilidad.
Llegamos al lugar de las hamburguesas donde comimos hasta no poder más. Después de unos cuantos minutos llegamos al lugar y seguía igual a como le recordaba, nos sentamos y el humo de algunas personas que fumaban mientras leían nos traía viejos recuerdos, de la música sonando bajo pero que llegaba perfecto en nuestros sonidos, se conectaba nuestro gusto musical y literario para formar uno solo, las letras fluían mientras la música nos tranquilizaba.
-Qué recuerdos no amigo. — Quedé en silencio unos segundos viendo que el lugar no había cambiado prácticamente en nada—.
-Si amigo... Buenos recuerdos.
El resto de la noche fue tranquila, solamente nos sentamos a beber café y leer libro tras libro, ver la lluvia caer por la ventana y jóvenes enamorados disfrutar de su pequeño romance el frío cada vez era más abismal y cada vez llegaban más personas buscando despejar un poco su mente, Acabada la noche me despedí de Eric y fui a casa en la madrugada.
Llegué a casa y vi una de mis cajas que había guardado encima de mi cama, mi mirada se dirigió totalmente a ella y no recordaba haberla dejado en aquel lugar, me dirigí a ella y solamente miré... Los recuerdos que tenía de mamá, su foto de graduación en una universidad en París , sus fotos con su equipo de Voleibol, su reloj favorito que fue el que papá le dio en el día de su cumpleaños, y duré unos minutos mirando objeto por objeto, algunos de ellos me traían recuerdos tan largos que por poco me ocasionaban lágrimas hasta que llegué a su libro favorito, lo miré, recuerdo cuando mamá lo leía, una y otra vez como si fuese la primera vez, le contaba a Papá sobre la belleza de aquel libro y sobre su contenido, papá se hacía el sorprendido aunque ella ya le había contado mil veces sobre eso y de tanta felicidad parecía no acordarse, miré uno de sus escritos de su Juventud, sobre lo duro que era para ella seguir un camino que aunque la hacía feliz a ella nadie la apoyaba, ella era totalmente increíble, y vi un libro más y estaba a punto de guardar todo cuando de repente, cae una foto que estaba dentro de aquel libro, al tomarla mis ojos no pudieron sostener las lágrimas. Era una foto que papá nos había tomado a mí y a mamá en el hospital, ella estaba enferma, pero sabía que era mi cumpleaños y me compró un libro pequeño, recuerdo que en esos me dijo, me acuerdo tanto que los escribí en una hoja para leerlo hasta sentir que ella me lo estaba diciendo frente a mí.
"Hijo mío, sin importar que pase quiero que sepas que estaré contigo y no solamente en tu cumpleaños... Estaré para siempre, quiero que seas feliz, quiero que Escojas algo que te haga feliz, ya sea siendo escritor como tu mamá y si quieres ser un doctor como tú Papá, mi amor, me quedan pocos de meses de vida... Me siento tan feliz de tener un hijo tan bueno y gentil como tú, sin importar que pase... Siempre estaré contigo".
Recuerdo muy bien que ese final, cuando mamá murió recuerdo que escribía esa frase detrás de mis cuadernos y solamente pensaba en lo feliz que fue, desearía que estuviera acá para que me diera un abrazo, porque no puedo seguir más, me siento infeliz al saber que no pude ser como mamá, tal vez esa fue mi obsesión con lo de ser un escritor, quizás y tan solo quizás, guardaba una pequeña esperanza de que mamá me estaba viendo desde un lugar, y se sintiera feliz de que su hijo había logrado lo mismo que ella, de que su hijo siempre quiso ser como ella y que supiera que su hijo cada noche derrama lágrimas pensando en ella y solamente la extraña, esta noche una vieja herida se abrió, y no quería volver a guardar las cosas de mamá, decidiré descansar un poco, quiero descansar de todo este peso que cargo, quiero simplemente ser feliz en cualquier lugar.
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