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AL LÍMITE

incierto Destino

Valeria es una joven noble de 16 años.

Lista, extremadamente hermosa y bondadosa, pero... para su familia ella es una desgracia, pues aun a esa edad ella no había madurado como mujer, lo que hacía imposible que pudiese casarse y siendo que la edad apropiada es a los 15 años, sus padres estaban muy molesto.

Por la extrema hermosura de Valeria, múltiples y convenientes propuestas de matrimonio habían llegado a la familia. Un ejemplo claro, fue cuando un joven y guapo conde que la vio pasar cierto día, quedo tan fascinado con ella que comenzó a enviar obsequios carísimos.

Pero al darse cuenta de lo que ocurría, declinó la propuesta matrimonial, esta situación se repitió muchas veces más, todos hablaban muy mal de la familia y su madre y hermano no dejaban de maltratarla por tales motivos, sin mencionar que cuando su padre llegaba la situación no cambiaba, así transcurrieron 2 años.

Cierto día, les llegó una notificación real, Valeria debía ser entregada para "servir" al dios de la montaña, esta ceremonia se llevaba a cabo cada año en esas mismas fechas, las jóvenes enviadas jamás regresaban.

Lo hacían llamar así, pero todos sabían que allí permanecía un ente maligno, ya que en aquel lugar jamás parecía amanecer y además si alguien llegaba por error, jamás regresaba.

Claro que sus padres podrían haberse negado y pagar el tributo que correspondía a 100 monedas de oro, que posteriormente se entregaría a la familia de la otra joven que sería llevada en lugar de Valeria, dada la posición de la familia de Valeria, podrían pagarlo, más, sin embargo, aceptaron entregarla. Pues para ellos era la oportunidad de deshacerse de una hija inútil que no les traería ningún honor.

La ceremonia se haría esa misma noche, Valeria fue llevada a la solitaria casa que quedaba a las afueras de la ciudad, un grupo de unas 15 mujeres se encargaron de vestirla y adornarla, el vestido era rojo, el bordado era a mano, la tela era suave y fina, si de verdad la entregaría para ser una sirvienta se estaban tomando demasiadas molestias.

Valeria lloraba, sabía que no regresaría y el hecho de que su propia familia ni siquiera lo pensara para entregarla, ni mucho menos darle palabras de aliento, le partía el alma.

-¡no llores que arruinarás el vestido!

Dijo una de las mujeres algo molesta.

-¡siempre es lo mismo!

Dijo otra.

-¡ya déjenla!

Se oyó una voz áspera decir desde la esquina.

Valeria miró en aquella dirección, la mujer traía un hermoso velo hecho a mano, con diamantes y rubíes en él.

-es normal que esté asustada, no sabe lo que le espera, si estuvieran en su situación estarían igual,

los ojos de la mujer se centraron en Valeria.

-en cualquier lugar puede crecer una bella flor, pero solo si es lo suficientemente fuerte para abrirse paso entre la mala hierba.

Luego de dedicarle esas palabras la mujer le puso el velo.

-¿pero estarás loca?

Dijo otra de las mujeres,

-¿acaso no ves que ese velo no se puede usar?

Continuó tras tener la atención de la primera.

-quien lo ha ordenado?

Preguntó la mujer.

-según sé. Continuó mientras arreglaba el largo cabello negro de Valeria bajo el hermoso y delicado velo

-nadie lo ha usado, pero es porque a ninguna de las anteriores le lucía, pero mírenla, se ve perfecta con él.

Todos los presentes estaban de acuerdo con que Valeria se veía preciosa.

A eso de las 10, la marcha hacia el que sería su hogar comenzó.

Valeria iba dentro de una carroza, era imposible para ella mirar el camino y cuando intento espiar fue detenida.

-yo no haría eso si fuera tú.

Dijo la mujer que momentos antes le había puesto el velo.

-a dónde me llevan?

La voz de Valeria estaba quebrada, temerosa porque imaginaba tal vez no le gustaría la respuesta.

Pero no hubo tal.

-qué pasará conmigo?

Cambió la pregunta.

-voy a morir?

Seguía esperando una palabra de la mujer que antes le pareció amable, pero lo único que oyó fue cuando dijeron que habían llegado y le abrieron la puerta para bajar.

Valeria caminó nerviosamente por el pequeño puente colgante que la dejó sobre una única plataforma de roca, que parecía flotar sobre la niebla.

En cuanto puso un pie en ella, tuvo la impresión de haber llegado a otro lugar, fue la sensación de un cambio de ambiente, como cuando estás en el exterior donde hace frío y luego entras a la comodidad de la casa donde es cálido y acogedor.

Cuando Valeria se dio la vuelta estaba sola, no había nadie tras ella, ni mucho menos un puente, estaba al pie del acantilado, mirando solo lo profundo y tenebroso que era, retrocedió unos pasos sin comprender nada, tropezando con alguien.

-terminaste de perder el tiempo Valeria?

Se oyó una ronca voz masculina decir.

Ella se volteó asustada y su pregunta salió.

-quién es usted?, y cómo es que sabe mi nombre?

-sígueme!

Ordenó el hombre, que parecía muy desinteresado en las dudas de Valeria y en su miedo mismo.

El hombre era alto, de unos 35 o más años, cabello negro, un ojo azul y el otro gris.

-señor, puede decirme a dónde vamos? Yo creo que hubo un error.

Mientras Valeria hablaba, la figura del hombre se perdía y se encorvaba, le salió un denso pelaje negro, garras en sus manos y pies, era una pantera que medía más de 3 metros, Valeria grito de horror y se aterró aún más cuando este le habló.

-hay intrusos, quédate tras de mí!, o morirás!

Valeria se desmayó sin más ante tal hecho, el ahora animal seguía desinteresado.

-al menos ella no salió corriendo como las otras, detesto tener que seguirlas.

el príncipe del castillo

Para cuando Valeria despertó, estaba acostada en el pasto, y la persona de antes de pie frente a ella.

Sabía que no fue un sueño, basto con abrir los ojos para saber que lo que había visto fue real, aún tenía el velo puesto las palabras "no te lo quites hasta que lo ordenen", resonaban en su cabeza, así que ella no intentaba siquiera quitarlo.

El hombre le habló.

-el amo te espera, ve!.

Valeria: no me dirá quién es usted, ni donde estoy?

-no es mi deber responder tus dudas, sigue aquella alfombra y tal vez encuentres respuestas.

Valeria obedeció y caminó lento, mientras detallaba aquel lugar.

Había una línea dorada que se disparaba en 6 direcciones, notó que cuando llegó estaba sobre la línea señalando el centro, ahora aquella línea se perdía, era como si delimitara algo.

Momentos después de caminar vio un castillo, era muy hermoso, demasiado limpio, totalmente blanco, un hermoso y enorme jardín, que se extendía hasta donde su vista no alcanzaba por ambos lados.

Quiso detenerse a oler las rosas, pero tuvo miedo de salir de la enorme alfombra roja que la guiaba hasta la puerta de aquel castillo.

No fue necesario tocar la puerta, pues esta se abrió por sí sola y ella tuvo el deseo de correr por mero impulso, entonces la figura anterior apareció a su lado.

-continúa, el amo espera.

Valeria nerviosamente camino por el lugar detallando todo el blanco, dorado y rojo que estaban presentes en cada parte y detalle. Cada adorno de la pared, cada cuadro, cada silla, todo parecía perfectamente elegido y colocado en ese lugar en específico, las cortinas, los manteles, todo!.

Valeria: (es muy hermoso, nunca había estado en un castillo antes, podría ser que aquí no viva un monstruo!, no, es imposible que no!, el hombre de hace un momento no era humano, su amo tampoco debe serlo, tal vez, yo muera esta noche).

Llegó hasta el comedor, había un delicioso y hermoso banquete preparado.

Valeria: qué significa todo esto?

Una voz muy masculina, juvenil y sexy se oyó tras Valeria.

-todo es en tu honor! Espero te guste.

Valeria se dio la vuelta, casi se queda sin respiración al ver al hombre que estaba tras ella, sus ojos de un miel profundo y cautivador, su cabello castaño claro, piel muy Blanca, su rostro perfectamente esculpido y sus labios tan rojos y seductores, su cuerpo tenía un aspecto fuerte, varonil, el aroma que despedía hizo sentir a Valeria cómoda, segura y a salvo.

Valeria: quién es usted? La rápida y nerviosa pregunta le salió sin más

-me llamo Santiago y soy el príncipe de este castillo.

Dijo él acercándose a ella

-me dirás tu nombre?

Su voz sonó más suave, casi hipnótica, mientras sus manos se disponían a quitar el rojo velo del rostro de Valeria.

Ella que se sentía incapaz de retroceder o avanzar ante aquel hombre, solo se limitó a decir.

-en realidad no quiere saber mi nombre, usted ya sabe quién soy, verdad?.

Santiago sonrió leve ante la respuesta.

-así es!, pero no está de más oírlo de ti.

Él había levantado por completo el velo, ahora sus miradas se cruzaron, los ojos azules de Valeria parecían hechizados por los de él, mientras que Santiago la miraba en detalle.

Valeria: va a matarme?, preguntó ella con horror

Santiago: quieres que lo haga?

Valeria negó rápidamente.

-no quiero, pero sé que en realidad usted no es como se ve ahora, tal vez se convierta en una horrible criatura y me use como su alimento después.

Santiago: tu deber aquí, bella Valeria, es mucho más importante que solo alimentarme.

Valeria: si no va a matarme que hago aquí?, acaso no soy un sacrificio?

Santiago: para responder a tu pregunta, primero debes responder a la mía.

Al decir esto, Santiago se acercó casi tocando los labios de Valeria.

-dime bella, aceptarías ser mía?, darte a mí por completo?

Valeria parecía no entender la pregunta, por lo cual agregó con desconcierto.

-creí que no iba a asesinarme?

Santiago solo sonrió.

-y no lo haré, no, mientras no quebrantes la ley, no es necesario que entiendas aún mi pregunta. Pero es obvio que tienes miedo que resulte ser un monstruo, ¿verdad?

Valeria asintió con rapidez y deseó preguntar

-cuáles son esas leyes que jamás debo romper?

Santiago: tienes razón en dudar, la que vez ahora no es mi verdadera apariencia, pero aún no es el momento de que la veas.

Siéntate y come, mientras te explico cuáles son esas leyes, luego podrás ir a tu habitación, darte un baño y cambiarte de ropa.

Mientras comían Santiago explicó.

-jamás debes ir más allá del límite de la línea dorada que está alrededor de mi propiedad.

Desde el momento en que fuiste enviada aquí eres mi novia, por tanto, nadie además de mí puede tenerte.

Valeria interrumpió

-su novia?, cómo o es eso?, yo no puedo estar comprometida ni mucho menos casarme.

Santiago: no eres pura?

El rostro de Valeria se volvió muy rojo, jamás pensó que aquella persona le haría tales preguntas.

Valeria: yo, no me refiero a eso, es que yo...

Santiago: en tal caso no hay problema, hay 5 castillos más alrededor de esto, y 5 príncipes que los habitan jamás debes ir con ellos.

Valeria dejó de comer, e interrumpió

-incluso si ha sido tan amable y ha preparado tanto por mí, no creo ser la esposa que le conviene, señor, me gustaría poder regresar a casa!

Santiago: no es posible!, aun si no fueras la novia que necesito, debes permanecer aquí un año, es el tiempo que tarda el portal que te trajo en abrirse...

Valeria, si quieres volver, no debes entregarte a mí ni a nadie, basta con que logres negarte una vez, si no lo haces debes permanecer al lado del príncipe que te tomó...

Te conviertes en su esposa en ese mismo instante, pero al haber llegado como mi novia puedo elegir si perdonarte o matarte, y ten en cuenta que yo jamás elegiré la primera opción.

La mirada de Santiago se tornó fría y amenazante, Valeria se estremeció de miedo y apartó su vista.

Todo lo que Santiago decía era difícil de entender para Valeria, solo sabía que debía evitar a los príncipes y podría volver a casa.

Valeria: ya he terminado puedo retirarme?

Santiago: así es, Jef te llevará a tu habitación, iremos a dar un paseo, ve a cambiarte.

Jef salió tras la columna y condujo a Valeria hacia su habitación, se detuvieron en la 4 puerta, ella entró y cerro sin más, dio un gran suspiro y se tiró en el suelo.

Valeria (que es este lugar?, por qué esta persona es tan extraña?, y que me pasa cuando está cerca?, parece simple, solo rechazar a los 6, pero por qué siento que no es tan fácil como lo pintan?)

Valeria se quitó el velo, la habitación estaba muy poco iluminada, aun si Jef dijo buenos días, sabía que aún era de madrugada.

Caminó al ropero y eligió algo para usar, se fue al baño y metió a la bañera, fue tan relajante que se olvidó de las palabras de Santiago y hasta se quedó dormida, algunos minutos despertó y fue a vestirse, antes de hacerlo por completo y estando aún en ropa interior, Valeria oyó una voz familiar.

Santiago: no esperé ser recibido de esta manera, pero ya no quiero solo mirar.

Valeria se cubrió y retrocedió

-señor Santiago, qué hace aquí?.

-vine por ti, para dar un paseo

Seguía acercándose, había un destello en su mirada, sus ojos miel ya no lo parecían tanto, ahora estaban algo dorados.

Valeria seguía retrocediendo hasta que la cama la dejó sin escapatoria, pero Santiago no se detuvo hasta estar a tan solo centímetros de ella.

-señor Santiago, me quiero vestir, por favor retírese.

Pidió Valeria con voz avergonzada y miedosa.

-vestirte?.

Agregó, esa intensa mirada no era fácil de ignorar.

-Valeria, recuerdas que querías saber mi verdadera naturaleza?.

Ella se abstuvo de contestar, pero él agregó.

-quería esperar un poco más, pero me temo que será imposible, eres tentadoramente bella.

Incluso el tono de la voz de Santiago cambió y al decir estas últimas palabras, besó a Valeria apasionadamente.

escape

Aquel sentimiento era nuevo y único para Valeria, sintió su cuerpo arder en un instante, sus fuerzas faltaron en todo su cuerpo y todo su ser se debilitaba haciéndola caer en los brazos de Santiago, que la tumbó sobre la cama sin separar sus labios.

Cuando por fin tuvo la oportunidad de tomar aire y separarse de aquel beso que la hacía perderse, quiso saber que le pasaba a su cuerpo.

Valeria: me siento extraña, qué fue lo que me hizo?

la voz excitada y gentil de Santiago estremeció a Valeria al susurrarle al oído y recorrer su vientre con su mano.

-nada aún, pero te aseguro que te sentirás mejor.

Valeria se estremeció apoyándose en los hombros de Santiago, la manera en cómo se aferró no dejaba en claro si pretendía alejarlo o contener su propio impulso de gemir, algo estaba claro, su rostro estaba muy rojo, no entendía lo que le pasaba, jadeaba ante el toque y cercanía de él.

Valeria: se-ñor~ por favor!, aahhh yo... tengo miedo.

Él le sujetó las manos dejándolas contra la cama, y volvió a besarla.

-no tengas miedo, no voy a lastimarte, dime quieres que continúe?

La mente de ella estaba sumergiéndose en aquel sentimiento de placer y deseo, incluso si aún podía negarse Santiago con su toque y besos consiguió que hiciera lo contrario, sus palabras llegaron solas, un ahogado "si" entre jadeos salió de los labios de Valeria.

Y él, satisfecho por las palabras de ella, bajó hasta su cuello, comenzando a besarla, el sonido que se escapó de los labios de la chica la avergonzó muchísimo, mientras que a Santiago lo Llevo al límite.

sus ojos pasaron de ser con un tono dorado a teñirse de color sangre, su cabello se tornó plateado y su cuerpo mucho más fuerte.

la manera en que él se incorporó para observarla, la aterró e hizo pensar que iba a morir.

Valeria intentó irse, pero Santiago no lo permitiría.

-déjame probarte!

ordenó él, mientras sus colmillos crecieron y se clavaron en el cuello descubierto de Ella.

La mordida de Santiago provocaba un fuerte dolor a Valeria y aunque ella se quejó y suplicó se detuviera, él no tenía pensado hacerlo, por el contrario, quería tomarla, poseerla en aquel vivo instante, estaba tan excitado por el sabor y aroma de su sangre, que olvidó que si no se detenía ella moriría pronto.

lo único que lo hizo detenerse fue cuando las manos de Valeria dejaron de intentar librarse, de su agarre y sus lágrimas rodaron en sus ojos cerrados por la inconsciencia.

volvió en sí para ver lo que había hecho y se arrepintió por su acción, nunca había sentido tanto deseos de poseer y matar a alguien con tanta fuerza como a ella, en la medida en que deseaba tenerla y hacerla suya, en esa misma medida deseaba y necesitaba su sangre.

la mordida desapareció de Valeria y su tono natural volvía a ella aunque seguía sin despertar.

Santiago se levantó y salió, llegó hasta su habitación y se sentó.

Jef entro a la habitación.

-veo que no le fue posible contenerse, imaginé que sería difícil cuando se presentó en la mesa hoy.

-ni siquiera podía concentrarme al tenerla frente a mí, nunca me había sentido así con alguien más, ella tiene la capacidad de perderme...

Jef: señor, puedo hacerle una pregunta?

Santiago asintió y Jef agregó.

-porque aceptó la novia esta vez? después de lo que pasó hace 200 años, las novias para el primer hijo siempre fueron rechazadas, entonces por qué de pronto me ordenó que fuera por ella?.

Santiago: ella era imposible de ignorar, o tal vez es que simplemente ya me convertí en el monstruo que siempre dijeron que seria.

Jef: con todo respeto señor, pero no lo creo, usted jamás ha perdido el control de esa forma antes, ni siquiera cuando la maldición es más fuerte, y aunque hoy sin duda no fue usted mismo, no creo que esa sea la razón.

Santiago se puso de pie.

-encárgate de cuidarla.

Jef: se irá?

Santiago: así es, asegúrate que se mantenga a salvo.

Santiago se fue.

días después Valeria despertaba, los recuerdos de lo ocurrido venían a su mente.

-pensé que moriría, esa persona quería matarme!

Jef: no es así!

la voz de Jet obligó a voltear a Valeria, ya que no había notado que él estaba allí.

-el amo no iba a lastimarte, continuo él,

-es la primera vez que toca a la novia sin que ella así lo quiera.

Valeria: desde cuando está...

Jef intervino

-he estado aquí desde que abriste los ojos, será mejor que te alimentes, has dormido 4 días.

Valeria algo temerosa preguntó.

-y él donde está?

Jef: el amo no está en el castillo, no puedo decirte cuando volverá.

Valeria se sintió más aliviada al oír aquella noticia, tal como Jef se lo dijo tomó un baño y fue a comer.

Aún sino quería quedarse en aquel lugar, mientras no supiera cómo salir, debía buscar algo que hacer, así que pidió a Jef le permitiera ayudar con algunas tareas.

Jef: estaré trabajando en los jardines tal vez puedas ayudar.

Valeria parecía feliz la idea de trabajar en ese bello jardín si que la emocionaba, además de que podría salir de las paredes de aquel enorme castillo.

Jef: empezamos mañana, ve y descansa.

Valeria no tenía sueño, el día había sido muy tranquilo, así que quiso dar un paseo, recordó que la última vez que caminó fue sorprendida por Jef antes de entrar al pasillo sin alfombra, Jef le había dicho que no había nada interesante de aquel lado, pero ella pensaba lo contrario.

Valeria: estoy segura que hay algo en aquel lugar, tal vez sea la forma de salir.

Se dirigió hacia aquel lugar, después de tanto caminar por aquel largo y opaco pasillo, solo vio una oxidada puerta de metal, tuvo que hacer mucho esfuerzo para abrirla y se lastimó al hacerlo, pero logró entrar.

Vio muchas cajas de madera, algunas apoyadas en la pared otras en el suelo, cada una tenía el mismo símbolo, era como si detallara el fuego.

Avanzó algunos pasos, cuando las cajas de la pared se abrieron Valeria no pudo evitar lanzar un grito de horror, en cada caja había un cadáver, la mayoría tenían vestidos rojos, aún si el diseño era diferente, un detalle era el mismo: una rosa tejida a mano en su brazo derecho, la misma que le habían puesto a ella minutos antes de pisar aquel puente, ellas también habían sido enviadas allí para ser novias de aquel hombre.

Valeria: (es por esto que las chicas jamás regresan, no puedo quedarme aquí! él va a matarme también.)

Corrió alrededor de las tumbas, hasta que encontró una puerta abierta, daba al bosque, cualquier lugar era más seguro que allí, eso pensó así que corrió y corrió hasta que sus piernas dolieron.

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