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Amor Obligatorio.

Cristopher Renault.

Me despierto muy temprano, hoy como cada día odio las mañanas, anoche regrese demasiado tarde a casa, para ser exactos solo dormí 4 horas, el trabajo en la clínica es muy agotador, puedo escuchar como podan el césped y como los horrorosos pájaros cantan con mucho entusiasmo, me pongo de pie y me coloco las pantuflas, camino hacia el Baño y abro la regadera para que salga el agua caliente, me quito la camisa de la pijama y luego el pantalón, solo deseo que llegue la noche para poder regresar a casa a descansar.

Solo para aclarar mi nombre es Cristopher Renault, tengo 29 años recién cumplidos y vivo en una mansión que se ubica en París Francia, tengo a mi fantabulosa madre, la Señora Michell Renault y a mis 2 hermanas, la mayor Izzy Renault y la menor Isabell Renault, ambas son solteras y demasiado cariñosas cosa que yo odio con todo mi corazón; Mi padre, mi adorado padre, un hombre inteligente y conservador como yo, el es el motivo de mi grandeza, para mi mala suerte el falleció hace un año, el me heredo el hospital, el cual tomare en posesión el día que yo me case, eso es algo de verdad absurdo, pero mi padre pensaba que jamás podría encontrar el amor debido a mi frialdad. Mi aspecto, bueno este no es el mejor, o por lo menos eso es lo que mi madre piensa, pero para ser mas exactos les mostrare una foto mía.

Si bueno, tal vez soy un poco adicto a los tatuajes, pero eso solo es 1 de mis pocos defectos, por qué para ser sincero mi arrogancia me hace sentir perfecto.

Las gotas de agua que caen de mi cabello hacen que me despierte un poco más de ese sueño tan fallido, para ser sincero no debí de dormir esas absurdas 4 horas, pues se que ocasionará que tenga un patético día.

Salgo de la ducha y me dirijo a mi clóset, algunos lo verán absurdo, pero mi clóset es enorme, tengo una extensa cantidad de ropa pues mi hermosa y empalagosa madre me trae ropa nueva cada vez que puede.

Tomo lo básico de todos los días, mi camisa blanca y mi pantalón de vestir, y prosigo a ponerme mis zapatos negros de charol para el trabajo.

Me pongo desodorante y una buena cantidad de perfume. Abro la puerta de mi habitación y lo primero que miro es a Robie, el me espera con mi maletín que se adelantó a tomar de el despacho que está abajo.

Robie: Buenos días Señor, quiere el desayuno.

Cristopher: Robie Buenos días, sabes perfectamente que no tomo desayuno.

Robie: Claro Señor pero quería intentarlo.

Para ser exactos Robie es mi mano derecha, el hombre que recibe órdenes y me cumple mis deseos, el es maravilloso, el atendió por muchos años a mi padre y ahora está conmigo.

Cristopher: Algún pendiente para hoy Robie?.– Le pregunto mientras bajamos las escaleras.

Robie: Hoy tiene 2 cirugías Señor, después de eso todo indica que está libre.

Cristopher: Bien, por favor le ordenas al chófer que pase a la cafetería, necesito un café.

Robie: Claro Señor, tal vez debería comprar algo para que desayuno. – Lo fulminó con la mirada.

Cristopher: Bien es hora.– El abre la puerta de la mansión y yo salgo delante de el.

Robie: Señor, suba por favor. –Me abre la puerta de la camioneta y yo subo, le he dicho demasiadas veces que no es necesario, pero el insiste.

Todo el camino a la cafetería yo reviso el celular y veo los mensajes pendientes, entre ellos obviamente sigue el que mamá me envió ayer, aún no me decido a abrirlo, no sé que responderle.

Mensaje....

Mamá: Hijo, recuérdalo por favor, necesitamos hablar sobre la clínica.

Yo sé a qué se refiere con eso, papá puso una cláusula muy clara, si a los 30 años yo aún no tenía una esposa, la clínica pasaría a manos de el jefe de cirugía y yo sería un empleado más, pero mamá piensa que es sencillo, yo no tengo interés en algo serio solo quiero divertirme, aún soy joven. Robie me saca de mis pensamientos cuando habla.

Robie: Señor emos llegado.– el baja de inmediato y me abre la puerta de la camioneta para que baje.

Puedo sentir como el aroma a café invade mis fosas nasales, los que son médicos lo entenderán, el café es indispensable en mi día a día; Camino hacia el lugar y abro la puerta y enseguida una campanita suena, avisando que alguien a entrado a la tienda, Robie toma mi portafolio y yo camino a la caja a pedir un café.

Observó el lugar, es muy lindo, si tan solo tuviera tiempo no dudaría en tomar mi café ahí. Pero mi mirada se pierde, hay un grupo de chicas en una de las mesas observando me con mucho coqueteo, yo solo sonrió en dirección a ellas en modo coqueto y ellas se sonrojan, mi ego se alimenta demasiado, pero mi mirada se pierde en esa chica, es la única que no me mira, tiene una taza de café y Lee un libro, parecería que no estuviera con ellas, su sencillez me fascino y su imagen no desaparece de mi mente.

Pero Robie me saca de mis pensamientos una vez más.

Robie: Señor Renault, llegaremos tarde.

Cristopher: Bien, tienes razón Robie, vámonos.

Yo tomo mi taza de café y me giro para salir, no sin antes mirar una vez más en dirección a esa mesa, observó que esas chicas aun me miran, pero esa joven parecería no notar mi existencia. Robie me abre la puerta y finalmente salgo de ahí, subimos a la camioneta y nos dirigimos a la clínica. Sin duda fue muy raro, jamás la había mirado antes, pero me parecía particular mente conocida, el auto estaciona y después de todo por fin llegó a la clínica. Robie se baja y antes de que me abra la puerta yo bajo, miro mi clínica, la más prestigiosa de el país, mi padre hizo un imperio poderoso y yo pienso seguirlo.

Alexa Ripoll.

Hoy me desperté muy temprano como todos los días, me pare de la cama y me dirigí a la ducha, el agua caliente caía por mi cuerpo mientras pensaba en las cosas que debía hacer hoy. Yo era escritora, ocea que tenía demasiado tiempo libre, vivía en una bonita casa ubicada en París Francia, en donde mi padre el Señor Augusto Ripoll se había encargado de darme la mejor vida. Salí de la ducha y busque algo de ropa en el closet, no tenía demasiada ya que me gustaba vestir muy sencillo, así que tome un vestido negro y unos tenis blancos, camine hacia la cama y comencé a vestirme, me puse un poco de maquillaje y un poco de perfume de vainilla, tome un libro y salí de mi habitación. Baje hasta el cuarto que estaba en el primer piso, en donde mi padre se encontraba recostado ya que está demasiado enfermo; Para ser exactos mi padre tiene Cáncer en la ingle, lo emos tratado por mucho tiempo pero todos los doctores dicen que no pueden hacer nada,el último doctor que lo reviso fue el famoso cirujano Renault, pero de la misma manera no pudo hacer nada. Camino hasta su habitación en silencio y abro la puerta, lo miro el esta dormido, o por lo menos eso parece, me giro para salir y escucho su voz.

Augusto: Ha donde vas?.

Alexa: Papá buenos días, saldré a desayunar con unas amigas.

Augusto: Vete.

Mi padre es muy indiferente conmigo, desde que era demasiado pequeña, el siempre me echo en cara que por mi culpa murió mamá, pues ella murió al darme a luz, yo no lo culpo tal vez tenga razón, mate al amor de su vida.

Aún no les hablo de mi, mi nombre es Alexa Ripoll, tengo 21 años, soy hija única, mi padre era militar para ser exactos el era el mejor de todos, el era el jefe. Al jubilarse todo fue muy difícil, yo crecí con una Nana diferente cada año, pues papá en realidad lo que estaba buscando era una madre sustituta para mí pero las nanas se fastidiaban de tener que estar a cada minuto conmigo. Crecí leyendo demasiados libros, la mayor parte de ellos eran de romance, entonces decidí dedicarme a eso, escribo historias de amor, que aunque son ficción, te dejan deseando que todo fuese realidad.

Salgo de casa y camino hacia la cafetería, las calles de Francia son muy lindas y tranquilas, llegó a la cafetería y entro, escucho esa curiosa campanita sonar, entro y veo a mis amigas sentadas en una de las mesas de el lugar.

Lexie: Pensé que no vendrías.

Mili: Si andas demasiado distante.

Lorena: Te pedí un rico cafe negro.

Alexa: prefiero venir que quedarme con papá, el cada día me odia más.

Lorena: Te he dicho que lo evites.

Mili: Lo mejor sería que buscarás tu propio lugar para vivir.

Mi café llega y yo ignoro por completo sus pláticas, abro mi libro y comienzo a leer mientras bebo mi café. Después de un rato escucho la campanita sonar, las chicas murmuran algo, a lo que yo presto atención sin dejar de leer mi libro.

Lorena: Es el.

Mili: Por dios, es un bombón.

Lexie: Podría comerlo.

Lorena: Alexa, ve a esa dirección, el es el doctor Renault.

Alexa: Lo siento chicas, no me importa.

Escucho a una de ellas gritar en silencio y decir.

Lorena: Nos miro.

Lexie: Si lo hizo.

Mili: Hay me moriré de la emoción.

Ellas están demasiado concentradas en coquetear y yo en mi libro. Después de un rato mi café se termina y yo me tengo que ir.

Lorena: Quédate un momento más.

Alexa: Lo siento, tengo que terminar un libro en unos días, necesito escribir todo lo que me sea posible.

Las chicas se despiden de mi con un beso y yo me retiro de el lugar. Camino muy concentrada en mis pensamientos y en ese momento un fuerte choque me hace quejarme de el dolor. Alzó la mirada y veo a una hermosa rubia delgada con Cara de preocupación.

Izzy: Lo siento de verdad, no ví por dónde caminaba.

Alexa: No te preocupes, no es tu culpa.

Izzy: Te sientes bien? mi hermano tiene una clínica su quieres te puedo llevar para que te revise.

Alexa: No es nada, me tengo que ir.

Yo sigo mi camino mientras miro como la rubia me ve aún con cara de preocupación, no se de dónde salió pero por su puesto que no me iré con una desconocida. Sigo mi camino y llegó hacia casa, entro a mi cuarto y me tiró en la cama mientras prendo la televisión con el control remoto. Lo primero que me llama la atención son las noticias, en ellas se habla sobre el famoso doctor Renault, según un joven muy exitoso, viendo que no hay nada interesante apagó la televisión y me pongo a escribir de nuevo.

Narra Cristopher.....

Al abrirse el ascensor puedo ver mi hermosa clínica, hoy en particular hay demasiado gente, camino hasta mi oficina y las enfermeras me siguen mientras me dan informes.

Enfermera: Tiene cirugía en una hora.

Enfermera: El doctor Ruiz quiere verlo.

Cristopher: Bien, dile que puede venir.

Dilan Ruiz es el jefe de cirujanos, el tiene un puesto menor al mío.

Las enfermeras salen de inmediato, yo tomo asiento mientras continuo tomando mi café, Robie está sentado en el sofá de enfrente revisando unos papeles cuando la puerta suena.

Robie: Adelante.

Ruiz: Cristopher, que gusto amigo.

Cristopher: Que necesitas Dilan?.

Ruiz: Solo recordarte amigo, tu madre me ha llamado, al parecer aún no tienes una esposa y en un año este puesto será mío.

Cristopher: Eso crees, estoy saliendo con una hermosa chica que pronto será mi esposa.

Ruiz ríe en voz alta, muy alta.

Ruíz: Por favor, sabemos que eso no es verdad, Renault odia los compromisos.

Cristopher: Eso era antes, ahora soy un hombre diferente.

Ruiz: Esta bien, intentaré creerte, ahora te dejo solo para que planifíques tu matrimonio falso.

El sale de la oficina dejándome demasiado enojado.

Robie: Señor, tal vez no le creyó.

Cristopher: Robie, tendremos que buscarme una esposa.

Planes a futuro.

Un día más abriendo mis ojos tan temprano, camino aún con los ojos cerrados hacia el baño y abro la ducha; Ayer esas 2 cirugías se convirtieron en 4 y causaron que solo durmiera 5 horas, tal vez no debería quejarme tanto, papá siempre decía que tener trabajo era una bendición, pero considero que igual dormir lo es. Me quito la pijama y me meto al agua fría, mi piel se eriza y mis ojos se abren al sentir las gotas caer, me tomo mi tiempo para despertar bien, cierro la ducha y salgo envolviendo mi cuerpo con una toalla, reviso mi closet, se que tengo que usar una camisa blanca, pero hoy optó por unos jeans de mezclilla y unos tenis blancos, peino mi cabello y me perfumo. Abro la puerta y como cada Mañana ahí está Robie, esperando con el maletín en mano.

Robie: Buenos días Señor. –Robie me sigue mientras bajo las escaleras.

Cristopher: Buenos días Robie, hoy no tenemos mucho tiempo así que iremos de inmediato por mi café.

El asiente con la cabeza y me abre la puerta principal para salir.

Robie: Ha marcado su madre Señor. –Me dice mientras abre la puerta de la camioneta y yo subo.

Cristopher: Ha dicho que necesita?.

Robie: Pronto estará aquí.

Yo me atragantó con mi propia saliva y me preocupo demasiado, que mi madre esté en camino es muy extraño, se que ella solo lo hace para ocuparse de la mansión y normalmente no pide verme.

Cristopher: estabien, le dejas la llave.

Robie: Señor, ella viene para hablar con usted, pidió verlo.

Mi cara ya no es la misma de siempre, mi piel se eriza y siento náuseas.

Cristopher: Cuando estará aquí?.

Robie: Está noche Señor, pase lo que pase tenemos que llegar temprano.

El coche se detiene y yo me bajo sin responderle a Robie, entramos a la cafetería y por instinto giro hacia la misma mesa donde estaban las chicas ayer, pero hoy no están, yo me resigno a no ver más a esa jovencita que tanto llamo mi atención, ordenó mi café y escucho esa odiosa campanita sonar y una dulce voz a un lado mío.

Alexa: Lo mismo de siempre por favor.

Yo giro a su dirección y nuestras miradas se conectan, ella me mira con confusión y termina apartando su mirada de la mía, la veo caminar hacia una de las mesas y sentarse mientras saca un libro de su pequeño bolso.

Si es de verdad muy bella, tiene unos ojos particularmente bellos, son diferentes y grandes, sus labios son muy carnosos y sus cejas son tupidas. El toque que Robie me da en el hombro me hace exaltarme.

Robie: Señor le he dicho que se nos hace tarde. –Me dice Robie mientras toma mi café y me indica que salgamos.

Giro una última vez a la dirección de ella y nuestras miradas se encuentran una vez más, no quisiera irme, quisiera admirarla todo el día, pero el deber me llama, salgo de el lugar y subo a la camioneta, pero pienso demasiado en su rostro.

Narra Alexa.....

Horas despierta, el insomnio no me deja Descansar, cierro la computadora y cubro mi cabeza con la sábana, son las 6 de la Mañana y no pude dormir mas de 3 horas, anoche papá grito de el dolor, yo no sabía que hacer e intentaba entrar y el me sacaba sin piedad alguna, solo pude recostarme y escucharlo gritar mientras lloraba con la cabeza hundida en la cama, quería gritar, quería morirme en ese mismo instante, por qué me despreciaba tanto?. trato por un momento olvidar que todo está mal, me pongo de pie y entro a la ducha, me sumerjo en la bañera y me quedo con la cabeza dentro un largo rato hasta que me falta la respiración, unos minutos después estoy mirándome al espejo con la ropa recién puesta, pensando que debería de hacer para ayudar a mi padre, tomo mi bolso y me dirijo de nuevo a su habitación.

Augusto: Vete, no Quiero verte.

Alexa: Papá déjame ayudarte.

Augusto: Que te vallas maldita sea.

El me grita y yo me exaltó, siento como mi garganta se cierra y mis lágrimas quieren salir, pero me doy la vuelta y salgo, me pegó a la pared e intento controlarme, finalmente salgo de la casa, comienzo a caminar hacia la cafetería, solo puedo pensar en lo difícil que es mi vida; Al llegar entro y esa curiosa campanita suena igual que todos los días.

Alexa: Lo de Siempre por favor.

Mis ojos y los de el se encuentran, es tan guapo y aunque su cara de frialdad no ayuda puedo notar que me mira y las pupilas se le dilatan. Yo aparto mi vista de él y camino hacia una de las mesas, saco un libro de mi pequeño bolso y comienzo a leer, unos segundos después la campanita suena de nuevo y giro a la dirección de la puerta encontrándome de nuevo con su penetrante mirada, el sale de ahí y aún no entiendo nada, su mirada no mostraba ningún sentimiento, no sabía si le había parecido muy insignificante o si tal vez hubo algo que llamo su atención, entonces las palabras salieron de mi boca.

Alexa: Entonces el es Cristopher Renault.

Narra Cristopher....

Mi día laboral termina, salgo del quirófano y me lavo las manos, me quito el gorro y camino hacia mi oficina en dónde Robie me espera en la puerta.

Robie: Su teléfono ha sonado más de 10 veces Señor.

Cristopher: Sabes que no gozó de mucho tiempo Robie.

Robie: Es su madre Señor, se encuentra en la mansión.

Ahora lo recuerdo, ella estaría ahí para hablar conmigo.

Cristopher: De acuerdo, toma mi maletín, te veré en el auto.

Camino a la velocidad más rápida que mis pies me lo permiten, se que mi madre odia esperar, subo de inmediato al auto y enseguida llega Robie y sube tras de mi, dando indicaciones de que nos llevarán de inmediato a casa, unos minutos después el auto estaciona y yo bajo de inmediato sin mirar a ningún lado más que a la puerta, la cual abro y me encuentro en seguida a mi madre sentada en la gran silla de descanso que adorna la sala.

Cristopher: Madre.

Michell: Cielo, no sabía cuánto tiempo me dejarías esperando.

Cristopher: Perdona, el trabajo en la clínica es exaustivo.

Michell: No es bueno trabajar tanto.

Cristopher: Me da gusto que estés aquí, hace tiempo que no me regañaba nadie.

Michell: No te pongas feliz que aunque soy tu madre está no es una visita amigable.

Cristopher: Bien, te escucharé.– me siento en uno de los sofás a escuchar.

Michell: Quiero conocerla.

Cristopher: De que hablas?.

Michell: Ha la hermosa mujer que estás cortejando.

Me quedo paralizado, como se enteró si solo lo sabíamos Robie, yo y.... claro Dilan.

Cristopher: Es demasiado pronto.

Michell: Si es la mujer con la que te casarás no importa si es pronto o no, considero que deberían de estar viviendo juntos.

Cristopher: Madre por favor, no es momento es todo lo que te tengo que decir.

Ella se pone de pie y camina con mucha seguridad a mi dirección.

Michell: Bien, te doy 3 meses Cielo, regresaré y quiero a tu mujer contigo, la clínica de tu padre no se quedará en manos de un hombre sin metas, necesito que tengas planes a futuro, una familia e hijos.

Ella me da un beso y sale de la mansión dejándome solo en la sala.

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