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VULNERABLE

Vulnerable

¿Cuando comenzó?... En realidad no lo sé.

Quizás fue aquel día que compartimos un cigarrillo detrás de la cancha de baloncesto o esa vez que lloró sobre mi hombro después de que sus padres se divorciaron.

Supongo que las cosas se fueron dando de está manera y no hubo nada que yo pudiera hacer para evitarlo.

Tampoco recuerdo las veces que me he prometido a mi mismo dejarlo, pero al final termino siendo tan vulnerable a este amor que simplemente no puedo hacerlo.

Incluso me he preguntado a qué se debe está debilidad que tengo hacia él, el porque vuelvo a caer en sus redes una y otra vez como una obsesión enfermiza de la cual no puedo escapar y por más de que intente poner distancia entre nosotros, a él solo le basta sonreírme para obtener lo que quiera de mí, porque aún sabiendo que jamás será mío, yo me conformo con estos efímeros momentos que disfruto a su lado.

Puedo parecer patético pero cada vez que pronuncia mi nombre o susurra esas palabras sucias en mi oído mientras hacemos el amor, siento que soy especial para él y aunque sé que no soy el único en su vida; cuando estamos solos dentro de estás cuatro paredes, soy yo al único al que ama.

Pero lamentablemente esa hermosa ilusión desaparece en cuanto vuelve a colocarse esa alianza dorada, esa simple alianza que simboliza una promesa que no tiene conmigo y que lo aleja de mi lado una vez más.

Por último hace lo mismo de siempre, se coloca el abrigo y se dirige hacia la puerta sin siquiera mirarme, como si eso aliviara un poco la culpa que siente por haberse acostado conmigo.

_ Te llamaré._ Me dice antes de atravesar la puerta.

_ De acuerdo..._ Susurro mientras cubro con la sábana mi cuerpo desnudo.

El sonido de la puerta cerrándose detrás de él y el silencio abrumador que me envuelve solo me recuerda cuál es la cruel realidad generándome una angustia imposible de soportar.

La tarifa solo cubría hasta las 23, quedándome solo media hora para desocupar este cuarto de hotel barato ubicado en un lugar remoto de la ciudad, en dónde nadie puede vernos porque después de todo solo somos dos amantes haciendo algo indebido.

Después de llorar por algunos minutos hice lo que normalmente hago luego de que se va, me dí un baño rápido y volví a ponerme aquel traje de segunda mano para volver a mi vida cotidiana, esa en donde él no esta.

Desde un principio sabía que esto sería así, en todo momento estuve de acuerdo con las reglas del juego, solo era sexo y nada más, tampoco puedo culparlo por haberme involucrado más de la cuenta en esta extraña relación.

Quizás en esta historia no me tocó ser el inocente chico por el cuál el protagonista hace hasta lo imposible para hacerlo feliz, en esta patética historia soy el amante olvidado que solo es usado y descartado cuando ya no se le necesita, estando por siempre a la sombra de la hermosa damisela que ocupa un lugar que yo anhelo con tanta desesperación.

Bajé uno por uno los escalones hasta la precaria recepción de aquel lugar, luego entregué la llave en completo silencio y sin mirar a la cara a la persona que horas antes me había recibido con una sonrisa.

Al llegar a la calle detuve un taxi que iba pasando y apenas me senté, le indiqué la dirección del modesto apartamento en el cuál vivo desde hace un par de años.

A medida que las farolas de la carretera iluminaban tenuemente mi cansado rostro, noté que mi cuerpo olía a shampoo barato de hotel de mala muerte haciendo aún más evidente lo que había pasado horas antes, entonces una sonrisa de tristeza se formó en mi rostro mientras las palabras que nunca pude decirle se atoraron en mi garganta enmudeciendo mi voz.

_ Señor... Señor, ya llegamos._ el conductor tuvo que llamarme varias veces para sacarme del letargo en el cual me encontraba sumergido.

Limpié una lagrima que escapó de mi ojo mientras intentaba recuperar la calma para así poder pagarle al chófer.

En cuanto bajé del automóvil, recorrí el camino de cemento que conduce al deteriorado edificio en el cuál vivo, luego subí las escaleras hasta el segundo piso ya que el ascensor dejó de funcionar hace tiempo y por último me detuve frente a la puerta del departamento 13 B.

Solté un suspiro de frustración mientras buscaba la llave dentro del bolsillo de mi chaqueta, luego entré sin encender la luz y sin siquiera quitarme la ropa, me dejé caer sobre la cama en donde me abracé a la almohada.

_ Buenas noches mi amor..._ Murmuré antes de quedarme dormido.

...ΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩ...

Condición.

Otro día más en este extenuante y tan poco gratificante trabajo.

Si hubiera sido por mí, jamás habría puesto un pie dentro de esta compañía, pero debido a la cantidad de deudas acumuladas que tengo, sumado a mi inexistente experiencia laboral, tuve que aceptar el puesto que él me ofreció dentro de la empresa de su padre.

Al no haber terminado mis estudios universitarios fuí relegado al sector de ventas, bajo el mando de un maldito bastardo que se cree que por ser el encargado puede maltratar a los empleados a su antojo.

Él no solo me envía a prepararle el café como si fuera su sirviente, también crítica mi trabajo, siendo que yo, soy el empleado que más ventas registra a diario.

Sin ir más lejos, hace un momento me pidió que le sirviera una taza de café y luego se la dejé sobre su escritorio como de costumbre, pero no hizo más que probarlo y de inmediato lo volvió a escupir dentro del recipiente.

_ ¿Que es esta mierda? ¿A ésto le llamas café?_ El bastardo se aseguró de decirlo bien fuerte para que todos lo oyeran.

_ Lo siento. La próxima vez lo haré mejor._ Traté de ignorar aquello y me dirigí hacia mí escritorio para seguir con mi trabajo.

No pasaron ni cinco minutos hasta que ví al encargado venir hacia mí cubículo mientras negaba con su cabeza.

_ ¿Que carajo significa este reporte de ventas?_ Me arrojó los documentos en el rostro._ Hasta un niño de seis años lo haría mejor que tú.

Mi paciencia había llegado al límite y si no me calmaba pronto, iba a romperle la cara al maldito imbécil.

_ El informe está bien confeccionado. Esos son los porcentajes de ventas que tuvimos durante la última semana._ Comencé a recoger los papeles del piso.

_ ¡Eres un incompetente!. Cómo se nota que fuiste contratado solo porque eres cercano al hijo del dueño._ Me susurró mientras sonreía irónicamente logrando que mi molestia se disparara.

No sé que pasó por mi mente en ese momento, pero me enojé tanto debido a sus insinuaciones que sin pensarlo lo tomé del brazo y prácticamente lo arrastré hasta dentro de un depósito en dónde lo sujeté del cuello estampando su espalda contra la pared.

_ Óyeme bien, imbécil. Tanto tú como yo, somos dos insignificantes empleados que trabajamos a diario por un maldito salario. ¿Quién carajo te crees que eres para tratarme así delante de los demás?_ Lo tomé con fuerza de la solapa del saco haciendo que se asustara._ Si vuelves a humillarme de esa manera te voy a destrozar ese asqueroso rostro que tienes. ¿Oíste?

_ Si...si..._ Balbuceó como un cobarde.

Lo empujé fuertemente haciendo que se chocará contra la pared una vez más, para luego apuntarlo con el dedo.

_ La próxima no será una advertencia.

Por último salí del depósito con dirección a la terraza, estaba demasiado nervioso y si no me calmaba de seguro iba a cometer una estupidez mucho peor.

Subí corriendo los cuatro pisos hasta llegar a la azotea en donde me dejé caer sentado al piso y me cubrí el rostro con las manos.

Desde que volví a esta maldita ciudad las cosas han ido de mal en peor y siento que estoy a punto de colapsar.

Pasado unos minutos saqué los cigarrillos del bolsillo de mi abrigo y encendí uno para tranquilizarme un poco, luego de levantarme del piso caminé hacia la baranda en donde me quedé observando los edificios de la ciudad mientras fumaba.

_ Tendrás que controlar ese temperamento de mierda que tienes._ Escuchar su voz en un momento como éste era lo último que necesitaba.

_ ¿Ya te fueron con el cuento?_ Respondí sin siquiera voltear a verlo.

_ El gerente de ventas estaba furioso. Dijo que lo amenazaste.

_ Que agradezca que no le arranqué los ojos._ Murmuré con el cigarrillo entre mis labios.

Él se acercó a mí rostro quedando a pocos centímetros de distancia y entonces tomó aquel cigarrillo que tenía en mi boca para luego comenzar a fumar de el.

_ Si sigues cometiendo errores no podré seguir cubriéndote las espaldas aquí dentro, y no creo que quieras perder tu trabajo con todas las deudas que tienes._ Exhaló el humo.

_ No me fastidies._ Intenté quitarle el cigarrillo pero él lo escondió detrás de su espalda mientras me sonreía._ Te divierte esto ¿No es así?

De pronto me tomó del rostro apretando mis mejillas y luego exhaló el humo dentro de mi boca por lo cuál comencé a toser.

_ Me divierte muchísimo._ Dijo sonriendo.

_ ¡Idiota!_ Lo empuje aún tosiendo y luego me dirigí hacia las escaleras mientras lo oía reírse detrás de mí.

_ Oye, ven aquí. No huyas..._

Habíamos bajado un par de escalones cuando nos encontramos de frente con Martín, el asistente de su padre, por lo cuál me detuve abruptamente en medio de la escalera.

_ Joven Jared, su padre acaba de llegar y quiere verlo en su oficina.

_ Está bien, ahora voy._ Le respondió mientras pasaba junto a mí.

Por un momento su amplia espalda bloqueó por completo mi visión, él ya no es como solía ser cuando nos conocimos, por aquel entonces era más pequeño de porte y era yo el que siempre terminaba defendiéndolo de los bravucones.

Quién diría que aquel indefenso niño se convertiría más tarde en el causante de mis desvelos.

_ También pidió por ti._ El asistente me sacó de mis pensamientos y cuando reaccioné me di cuenta que ambos estaban mirándome._ ¿Te encuentras bien?_ Martín me miraba preocupado mientras que Jared miraba hacia otro lado tratando de no reírse.

_ Por supuesto..._

_ Entonces camina. Al señor Brown no le gusta que lo hagan esperar._ Me ordenó aquél hombre que llevaba más de veinte años trabajando en este lugar.

Caminé detrás de ellos sin decir ni una sola palabra, solo me límite a oír su conversación sobre los nuevos inversionistas y la estrategia de ventas que pondrán en marcha durante las próximas semanas.

Al entrar al despacho del señor Brown, éste se encontraba sentado en su gran sillón de cuero negro, mientras sostenía un puro en su mano derecha.

_ Mis muchachos... Adelante, siéntense._ Hacía ademanes con su mano indicándonos que nos sentáramos en las sillas que están frente a su escritorio.

_ ¿Para que me mandaste a llamar?._ Jared se cruzó de piernas mientras observaba fijamente a su padre.

_ Bien, vayamos al grano. He decidido nombrarte vicepresidente de la compañía en la próxima junta de accionistas.

Quizás para cualquier otra persona esa noticia sería bastante satisfactoria pero sin embargo para él significaba todo lo contrario. Lo conozco mejor que nadie y sé perfectamente que estar al frente de la compañía no es lo que desea en realidad.

Lo que aún no entendía era el porque su padre me había pedido que yo también estuviera presente durante esta reunión.

_ Padre, ya habíamos hablado sobre esto. Te dije que aún no estaba preparado para semejante responsabilidad.

_ Por supuesto que lo estás. Te he mandado a la mejor universidad y también te he enseñado todo lo que necesitas saber sobre el negocio familiar. Estás más que calificado para ocupar ese puesto. ¿No es así, Ethan?_ El señor Brown se quedó esperando mi respuesta y entonces entendí porque había pedido que yo estuviera aquí.

Él sabe muy bien que su hijo siempre me escucha y toma en cuenta mis opiniones ya que desde que somos adolescentes siempre hemos sido muy buenos amigos y confidentes.

_ Yo creo que él es capaz de hacerse cargo de la vicepresidencia..._ Noté que Jared soltó un suspiro de frustración mientras apretaba su puño.

_ ¿Lo ves? Incluso Ethan piensa que ya estás listo.

_ Ya veo que no voy a convencerte de lo contrario _ Le dijo a su padre.

_ Por supuesto que no._ Apagó el puro en el cenicero.

_ Si es así, entonces acepto, solo con una condición._ Tanto el señor Brown como yo nos sorprendimos al escuchar su respuesta.

_ Está bien.Te escucho.

_ Quiero que Ethan sea mi asistente personal._ Se cruzó de brazos reclinándose hacia atrás.

No podía creer lo que estaba escuchando. Ya era demasiado malo para mí estar trabajando en la compañía de su familia, pero ser su asistente personal eso sí sería mi ruina total.

Me quedé observando al señor Brown esperando a que se opusiera a semejante incoherencia.

_ Sabés que le tengo aprecio a este muchacho pero sinceramente no creo que esté capacitado para tal puesto.

_ Es cierto. Es demasiada responsabilidad para mí, Jared necesita a alguien más competente. Además me siento más cómodo en el sector de ventas._ Traté de persuadir a su padre.

_ ¿Oíste? Él tampoco quiere ese puesto.

_ Esa es mi condición. Si no dejas que él sea mi asistente vete olvidando que acepte la vicepresidencia.

El señor Brown me miró y luego volvió la vista hacia su hijo quien permanecía firme en su decisión, mientras yo rogaba para que no aceptara tal pedido. Por último soltó un suspiro de resignación haciendo que mis esperanzas se esfumaran por completo.

_ De acuerdo. Que sea tu asistente._ Se levantó del sillón y luego se paró delante del gran ventanal mientras miraba hacia afuera._ Pero tú te encargarás de enseñarle todo lo que tiene que saber sobre el funcionamiento de la compañía.

_ Lo haré, padre. Le enseñaré muy bien._ Dijo Jared apretando mi pierna con su mano.

Continuará...

Te necesito.

Después de que me asignaran como asistente personal de Jared, mi mente se nubló por completo, por eso al salir de la oficina del señor Brown no sabía que hacer o adónde debía ir, entonces me limité a regresar a mi antiguo puesto de trabajo.

Fui en dirección al ascensor en donde pulse el botón del primer piso pero cuando la puerta estaba a punto de cerrarse, alguien la detuvo.

_ ¿Estabas escapando de tu nuevo jefe?_ Jared entró al ascensor con una sonrisa dibujada en sus labios.

No podía comprender cuál era el motivo detrás de esa absurda condición que había puesto para aceptar la vicepresidencia. Él mejor que nadie sabe que lo más conveniente para ambos es mantenernos lo más alejados posible, entonces ¿Porque estaba haciendo todo lo contrario?

_ Mi padre me pidió que te dijera que te espera a cenar está noche en su casa. Susan y yo también iremos.

_ Ya sabes que no iré. Inventa alguna escusa por mí._ Respondí sin mirarlo.

_ Te das cuenta que ahora eres mi asistente y por ende tendrás que acompañarme a todo tipo de eventos._ Me susurró al oído mientras apoyaba su mano en mi espalda.

_ Eso no incluye reuniones familiares, para eso ya tienes a tu esposa._ Le contesté quitando su mano de un golpe.

En ese mismo momento la puerta del ascensor se abrió y salí cuánto antes mientras oía su risa burlesca a mis espaldas.

Apenas entré al sector de ventas, ví que el encargado estaba esperándome junto a una gran pila de documentos que había sobre mi escritorio.

_ Hoy no te irás hasta que termines de revisar todos estos contratos de venta._ Después de lo que había pasado minutos antes, no tenía ganas de seguir discutiendo con él y por eso solo me límite a obedecer sus órdenes. De todos modos, dejaría este puesto en cuanto nombraran a Jared vicepresidente de la compañía.

Al finalizar mi agotadora jornada laboral no tenía ánimos para nada, ya era demasiado tarde para ir a cenar y solo quería regresar a casa para dormir hasta el día siguiente, pero una llamada de último momento cambio todos mis planes.

_ ¿Que demonios quieres?

_ No me hables así. Mi padre insiste en que vengas a cenar y le dije que trataría de convencerte.

_ Maldito estúpido, acabo de salir de la oficina y estoy exhausto... Te dije que inventaras una excusa por mi._ Respondí apretando los dientes de la rabia que sentía.

_ No seas tan malhumorado. Le diré al viejo que vienes en camino..._ Me colgó.

_ ¿El cabrón se atrevió a colgarme?_ Grité en medio de la calle haciendo que las personas a mi alrededor me miraran raro.

No tuve otra opción más que ir a la maldita cena en casa de los Brown, había pasado tiempo desde la última vez que estuve en ese lugar y volver no se me hacía nada agradable.

Después de que sus padres se separaron, su padre volvió a hacer pareja con una mujer 10 años menor, mientras que su madre se dedicó a viajar por el mundo dejando a un hijo de apenas 15 años a su suerte.

Por el aquel entonces Jared era un adolescente tímido y retraído, no hablaba con nadie y solo se la pasaba estudiando para llegar a ser el mejor de la clase, mientras que yo era todo lo contrario, un idiota problemático que se la pasaba metiéndose en todo tipo de pleitos, fumador compulsivo, estrella del equipo de baloncesto y un completo donjuán con las mujeres.

Nunca entendí como terminamos siendo tan cercanos cuando ambos éramos tan diferentes.

Aún me pregunto ¿Porque cambiamos tanto?, ¿Donde quedaron aquellos niños que éramos antes? Si pudiéramos regresar el tiempo atrás, estoy seguro que no volveríamos a cometer los mismos errores del pasado, al menos yo no lo haría.

Al llegar a la lujosa residencia, el mayordomo me abrió la puerta y luego me escoltó hasta el gran comedor en donde todos estaban reunidos.

Apenas me vió, el señor Brown me regaló una amplia sonrisa mientras levantaba su copa de vino hacia mí.

_ Mi querido Ethan, te estábamos esperando._

El mayordomo corrió la silla que estaba junto a Jared invitándome a sentarme.

_ Lamento llegar tarde. Tenía trabajo que terminar en la oficina.

_ Este muchacho, siempre ha sido muy trabajador y dedicado.

_ Eso es cierto padre, él es muy eficiente en todo lo que hace._ Jared sonrió de lado.

_ Susan, deberías presentarle alguna de tus amigas, Ethan ya está en edad de conocer a alguien y sentar cabeza._ Le dijo el señor Brown a su nuera.

_ Lo haré con gusto..._ Respondió ella mientras me sonreía y entonces yo me atragante con la comida por lo cuál comencé a toser.

Tuve que levantarme e ir al baño para no incomodar a los demás. Luego de que se me pasara la tos, regresé al comedor, pero antes de entrar me detuve afuera de la puerta para escuchar su conversación.

_ ¿Cuando van a darme un nieto? Ya es hora de que tengan un heredero._

_ Lo estamos intentando señor Brown, pero no es fácil._ Susan respondió tratando de calmar a su suegro.

_ ¿Desde cuando tener un hijo es tan difícil?_ soltó una carcajada.

_ Eso no es algo que se tome a la ligera, padre. Un hijo es una gran responsabilidad, además una decisión tan importante como esa debe ser tomada en conjunto.

_ Susan quiere un hijo desde hace mucho tiempo, ¿Acaso tú no quieres tener un hijo con ella?

_ No es que no quiera, solo creo que aún no es el momento indicado._ Jared se oía bastante molesto.

_ ¿Y cuando lo será? ¿Cuando sea tan viejo que ni siquiera pueda sostener a mi nieto entre mis brazos? Deben tener un niño ahora que ambos son jóvenes.

_ No voy a discutir de esto contigo. Eso es algo que solo nos concierne a Susan y a mí._ Por el tono de su voz podía darme cuenta que esta conversación le estaba afectando más de la cuenta.

_ También me concierne cuando se trata de mi propia familia..._ El señor Brown golpeó la mesa.

_ Ahora te preocupas por tu familia después de haberme abandonado cuando más te necesitaba. Tu no tienes derecho a opinar sobre mi vida privada. Ya es suficiente con que quieras imponerme la vicepresidencia a la fuerza.

_ Eres un maldito desagradecido, si no fuera por mi, quién sabe dónde estarías ahora._ Después de oír eso, ví a Jared salir enfurecido hacia la calle.

No sabía que hacer, lo único que se me ocurrió fue ir detrás de él. Lo seguí hasta donde estaba su vehículo estacionado pero al parecer él no se había percatado de mi presencia.

_ ¿A dónde vas?_ Le grité logrando que se detuviera, entonces se devolvió sobre sus pasos quedando frente a mí.

_ Ven conmigo._ Me tomó del brazo jalándome hacia su vehículo.

_ Detente, no me jales así._ me solté abruptamente.

_ Sube._ Me ordenó señalándome su automóvil._ Vámonos ahora mismo de este maldito lugar.

Sabía perfectamente que si ponía un pie dentro de ese vehículo esto no pararía jamás, sabía que al irme con él estábamos haciendo algo incorrecto que dañaría a muchas personas incluyéndonos a nosotros mismos.

_ Te necesito..._ Pronunció con su mirada en el piso.

Miré hacia atrás para ver si alguien estaba viéndonos, luego volví mi vista hacia él y en cuanto levantó su mirada no pude resistirme a esos ojos que pedían desesperadamente que lo sacara de allí.

Quizás estaba siendo un completo egoísta al anteponer mis propios deseos antes que el bienestar de los demás, pero en ese momento solo me importaba rescatarlo de ese infierno.

_ Está bien, vámonos._

Le arrebate las llaves de las manos y lo saqué de ese lugar sin pensar en las consecuencias... Solo conduje lo más rápido que pude tratando de escapar de esa cruel realidad en la cuál ambos estábamos sumergidos.

CONTINUARÁ...

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