Los cuatro nos fuimos caminando las dos cuadras que nos separaban de la oficina. Llegamos y estuvimos hasta mitad de la tarde con las ediciones y la compania de estos grandes cantantes y bailarines.
Sinceramente me he hablado con todos los chicos Exo, como empecé a llamarlos, menos con Sehun, ya sabemos por qué.
Cada vez que están en los ensayos todos entran y nos saludan simpáticos, y lo mismo cuando se van. Él hace lo mismo, pero no sé siento que es mutuo que no nos caemos bien, pues con Agustín es muy simpático, pero conmigo es más distante. Me mira, y me pone nerviosa. El luego solo desvía su mirada y sonríe. Creo que lo hace a propósito por que sabe que me molesta.
*Escribiendo en tú Diario*
Esa tarde terminamos tarde de trabajar D.O y Kai, se fueron a media tarde. Nosotros con Agustín, nos quedamos hasta la noche, debíamos entregar el material al día siguiente, por eso el apuro. Salimos de allí con todo terminado y Agustín me invitó a cenar.
Poco y casi nada sabía de la vida de Agustín, sólo que hacía dos años había venido de Inglaterra también por trabajo como yo y se había quedado contratado fijo para SM®. Había tenido una novia en Inglaterra con la que terminó en buenos términos, pero el sospechaba le había sido infiel con un amigo de ella.
No voy a negar Agustín era un chico guapo, simpático, estudioso, amaba lo que hacía y disfrutaba hacerlo. Me gustaba compartir tiempo con él. Me la pasaba muy bien.
Mientras cenamos. Vi entrar al restaurante a Sehun. Iba solo y "disfrazado". Gorra negra. Anteojos de sol, a las 21hs. Barbijo negro también, y una chaqueta varios talles más de los que seguro suele usar. No sé si quería pasar desapercibido o que lo vieran más.
Te preguntarás, querido diario, cómo lo reconocí. Soy muy observadora. Primero el nerviosismo con el que entro al lugar asustado por que lo reconozcan. Mirando hacia todos lados, esperando no toparse con paparazzis. Además ya conocía su andar, y caminar. Sabía que era él y lo comprobé cuando paso por dónde estábamos con Agustín y nos miró fijo y revoleo sus ojos, en señal de desgrado. Seguramente por verme ahí.
Yo sólo suspiré frustada, para todo esto Agustín ni cuenta se dio. Él estaba hablando por celular con los de la compania, por las fotos.
Sehun se sentó dos mesas más a la nuestra y se sentó mirándome. Se quitó el barbijo y vi lo que pareció una leve sonrisa al encontrarse con mí mirada fría. Luego desvió su mirada y no me volvió a mirar en lo que duro mí cena con Agustín.
Terminamos la cena. Me acompaño a mí casa y se despidió de mí algo raro. Entré a mí departamento y como pude me puse el pijama, me aliste y caí rendida en mí cama.
Demasiado trabajo por hoy.