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Eterno-Disponible Hasta El Capítulo 45

Sinopsis

Dieciocho años antes.

Todos estaban en la terraza del hospital  y fueron guiados por la luz magistral de color blanco que brilló disparándose tan llamativa hasta el cielo, ellos abandonaron lo que hacían para bajar a ese sucio planeta tras siglos enteros de casi todos haberlo abandonado.

— ¡Ay, qué ruido!— Dijo una voz masculina en la obscuridad de la terraza.— Olvidaba lo escandalosa que era la sociedad humana.

— Yo aún no me acostumbro a mi bolsa de carne.—Mencionó otra voz masculina muy distinta a la anterior.— ¿Dónde está el tercero?

—Hace años que habita este caótico planeta.— Comentó otra tercera voz masculina.— Pensé que sería el primero en llegar.

— Estoy aquí.— Habló una fuerte y varonil voz en la obscuridad que estaba apartada de ellos.— Hay que ir a verlo, tengo que regresar a mi vida mundana.

Rápidamente, todos desaparecieron del techo de la terraza, los nueve reaparecieron en una habitación enorme con cuneros, pero quien llamaba su atención era aquel bebé que resplandecía una fulgente luz blanca de su alrededor, pues lo cubría como un fino manto blanco.

— ¡Ah, qué desastre!— Se quejó una voz masculina diferente a las anteriores.— Es un varón, al tercero no le gustan los hombres.

—Eso no es lo peor, es un humano.— Eludió una distinta voz masculina muy apática.— ¡Qué horrible!

— Mátalo ahora.— Pidió otra diferente voz masculina que era más agresiva y parecía enojada.— Quítale desde nacimiento lo que te ha robado.

— ¡Alto todos hermanos míos!— Pidió una voz masculina sensata y sabia que hizo que todos los ocho callaran, quien hablaba era el menor de los hermanos.— Dejémoslo decidir, ¿qué harás con él?

En la obscuridad de la habitación de los cuneros él avanzó y le echó una mirada indiferente a esa cría recién nacida de humanos, arrugó la nariz con desagrado.

Solo veía un bebé de piel blanca con ligeros toques rosados en sus mejillas muy gordas, un cabello castaño obscuro, era la cría humana más sin gracia que él haya visto en toda su eterna vida, más porque era un hombre, a él le desagradaban los humanos varones.

— Me desharé de él ahora mismo.— El tercero materializó un cuchillo filoso, caminó hacia el cunero y apuntó el arma mortal hacia la cría indefensa humana.— Debo reclamar lo que me has quitado, maldición mía.

—¡Alto! Yo también fui humano.— Les recordó angustiado el sexto hermano, haciendo que todos giraran la cabeza a verle pese a la obscuridad.

— Te equivocas, tú eres un híbrido, hijo legítimo de nuestro auténtico sexto hermano.— Habló sensato y con voz fría el primer hermano de todos, pero el sexto hermano apretó los labios, estando molesto cuando todos se giraron para deshacerse de la cría humana.— En cambio, este es solo una simple cría humana.

El sexto hermano por su naturaleza mitad humana sintió una compasión enorme, así que desatando su luz rojiza celestial se aventó pasando de largo a lado de su tercer hermano, él desobedeciendo agarró a la cría humana y desapareció dejándolos a los ocho anonadados por el arrebato tan inesperado.

— ¿Qué ha hecho?— Interrogó el séptimo hermano muy confundido al ver la cuna vacía de la cría humana.— ¿Lo ha robado?

— No puede robarse a ese ladrón y a mi maldición.— Gruñó enojado el tercer hermano que deshizo el arma mortal.— Los encontraré y mataré a la cría humana.

— Entonces, quédate en este inmundo planeta y busca a nuestro sexto hermano.— El cuarto hermano suspiró profundamente, puesto que todos traían cuerpos de carne.— No seas tan duro con él, apenas lleva un par de milenios.

Todos desaparecieron de los cuneros, excepto el tercer hermano que se quedó de pie con un profundo resentimiento hacia el sexto hermano que le había robado la oportunidad de volver a estar completo, él se quedó en silencio y después desapareció del hospital. El tercer hermano pensó que siendo una cría humana no podía el sexto hermano escapar de ese planeta, así que iba a encontrarlos a ambos, por lo que iba a buscar por cada rincón del mundo hasta dar con ellos.

1. Si pudiera soñar.

*Nueva edición*

"**Si pudiera soñar hubiera elegido ser feliz".**

Quince años después.

En un espacio cerrado, frenético y caluroso, cientos de cuerpos bailan pegados unos a otros al ritmo de la altísima música que suena a través de los parlantes, del techo cuelgan bailarines semidesnudos enjaulados que animan la atmósfera sudorosa y caliente, también hay acróbatas semidesnudos con cuerdas que dan un espectáculo tan sorprendente, sensual y osado que alienta a la multitud a seguir bailando hasta que caiga la noche.

Aquel club nocturno solamente es iluminado con las luces de colores que saltan del escenario donde se encuentra el DJ tocando la música que hace bailar tan exaltados a todos y los vasos con bebidas alcohólicas fluorescentes que toman más de los cientos de cuerpos borrachos y acalorados que se arriman en aquel bailen sinfín.

Rondan de medianoche cuando un joven castaño de cabello ondulado se mueve nervioso entre la multitud, lleva un vestido de seda negro ajustado al cuerpo y labial rojo pasión, a su lado está un joven castaño lacio con un vestido rojo satén brillante.

— Sabes que aún no podemos ser Kisses, pero estafar a algunos hombres pervertidos, ¿ya viste lo fácil que fue entrar a este sitio? Te dije que no habría ningún problema, mi primo es amigo del dueño.— Dice Emory con una mano en la cintura y una sonrisa llena de orgullo, estando tan satisfecho de haberse colado y él ve al alrededor con esos ojos maliciosos y esa sonrisa pícara.— ¿Ves a esos tipos en la barra de la zona VIP que no bailan con nadie? Esos son los más ricos y poderosos, si te pillas a uno, en una noche ya tienes para el pan de un mes…

¡Jake!

— ¿Qué?—Pregunta aquel castaño de cabello ondulado hasta los hombros, él siente su cara toda pegada por el maquillaje y siente sus labios pesados por aquel labial, él está tan aturdido e incómodo porque esa ropa le queda apretujada y tiene muchas miradas sobre él, pero mira a su amigo y siente un escalofrío al ver su mirada de reproche.— Lo siento, estoy preocupado por mamá. ¿Qué pasará si el señor Gutiérrez regresa a hacerle daño?

— Después de lo que hiciste, estoy seguro de que regresará, pero por ti.— Halaga Emory pasándole la mano a Jake por debajo del mentón, luego acaricia su labio inferior con su dedo pulgar mientras Jake echa la cabeza levemente para atrás estando incómodo.— Por qué mírate, tienes un don de causar deseo a quién sea te mire a los ojos.

— No me gusta esto, no quiero esta vida para mí, solo será temporal hasta que vaya a la universidad y sea de adulto el mejor diseñador de moda del mundo.— Susurra el castaño ondulado bajando la cabeza para cubrir sus ojos cafés claros con sus mechones de cabello, él oculta su cara y se cruza de brazos estando tan abrumado, sus hombros pesan tanto cuando Emory suelta una carcajada divertida en burla para él.— Sé que las cosas cambiarán cuando crezca, serán mejor que hace dos años, será mejor cuando sea adulto y pueda trabajar de algo decente.

—¡Ay, por Dios, Jake! La gente como tú y yo no van a la universidad, no tienen nunca un trabajo decente, y con pura suerte apenas terminan la escuela secundaria.— Repite Emory jalando fuertemente de la barbilla a Jake que niega con la cabeza y aprieta la barbilla con aprensión sintiendo que está al borde del llanto, él está tan perdido y Emory siendo más grande que él lo mira con más seguridad y certeza.— Pero los chicos bellos como tú y yo tenemos una ventaja, poder aprovecharnos de nuestra belleza para poder escalar a la cima de la Elemental.

— No entiendo...— Susurra Jake negando con la cabeza mientras soporta el dolor y hace una mueca, ya que Emory encaja sus largas uñas sobre su mentón con cierta crueldad, pero aún se mantiene a su lado y ve fijamente a los ojos esos maliciosos ojos celestes.— Dijiste que si le hacía eso al señor Gutiérrez él se iría, pero solo regresa por más, y ya me cansé de ir a las calles para sacarle dinero a otros hombres.

—Creí que después de dos años ya habrías aceptado esta vida, entiéndelo, tu padre nunca regresará por ti y tu madre está tan chiflada que apenas es capaz de darte un techo, esto es lo que te tocó, acéptalo podría ser peor.— Recuerda Emory sacándole las uñas de encima a Jake que echa la cabeza para atrás  y se libera de su tosco agarre, él lo mira con ojos conmocionados mientras el mayor se arregla el peinado y se acomoda el escote del vestido.— Si hubieses nacido feo seguro estarías haciendo trabajo forzado y siendo explotado como un esclavo, ¡pero no! Tienes un lindo rostro y lo único que tienes que hacer es sonreírles a los hombres para poder vivir bien.

— Pero estoy cansado, Emy, llevamos todo el día trabajando y mañana tengo que ir a la secundaria, en dos meses será mi graduación.— Susurra Jake con un auténtico entusiasmo hasta que Emory le llama la atención y él se encoge de hombros tan reprimido y baja la cabeza con una expresión llena de conflictos.— Quiero pasar los exámenes finales de la secundaria, así podré pasar a la educación media superior y poder ingresar a...

— ¡Jake, Jake, querido Jake!—Repite Emory su nombre con fastidio y gran molestia que muestra en aquel gesto lleno de desagrado cuando arruga la nariz y niega la cabeza, se lleva las manos a la sien y lo mira con represión haciéndolo callar por completo.— Este es tu único camino, deja de ser un sabiondo y mejor sonríe, que estamos a unos pasos de entrar a las grandes ligas.

— ¿Cómo?— Pregunta Jake con una expresión confusa y hace una mueca de lado de desacuerdo hasta que Emory lo jala del brazo con fuerzas, pasa una mano por encima de su hombro y le sonríe con picardía teniendo esos ojos llenos de malicia que le provocan a Jake un escalofrío en toda la piel.

— Querido Jake, si todo sale bien esta noche, dejaremos de ser unos chiquillos estafadores y podríamos ser algo más como kisses o damas de compañía, o incluso cazar a uno hombre ricachón para ser sus amantes...— Emory luce tan entusiasmado, pero Jake coloca una mueca de desagrado, Emory se aparta y coloca sus manos sobre sus mejillas obligándolo a sonreír.— Sabes qué grandiosa es la vida de un amante de un rico, tendrías todo lo que deseaste de niño, una vida de lujo sin preocupaciones de qué comer, dónde dormir o qué será mañana de ti.

2. Hubiera elegido.

*Nueva edición*

Jake niega con la cabeza con las mejillas apretadas y los labios en pico de pato debido a que Emory le está apretando fuertemente con sus manos, el mayor deja de ejercer presión en sus mejillas y él siente una completa liberación mientras ve esos ojos celestes maliciosos con una expresión llena de miedo cuando se las talla con timidez.

— Pero ser infiel está mal, es peor que estafar a hombres por unos cuantos dólares.— Susurra Jake con una expresión molesta, él pliega sus cejas en un ceño fruncido al igual que sus labios en una mueca de más desagrado hasta que Emory le obliga a sonreír al colocar sus manos sobre las comisuras de sus labios y estirarlas hacia los lados.— Podríamos ir a la cárcel además eso implica tener intimidad, yo no quiero, no quiero ser como mi mamá.

— ¡Jake, no serás como tu madre, será mucho más inteligente que ella! Te conseguirás un esposo rico que ponga todo a tu nombre y siendo hombre no te podrá dejarte con un hijo que arruinará tu vida.— Susurra Emory alejando la vista de Jake que hace una expresión de dolor ante sus palabras mientras el mayor comienza a coquetear con miradas a la distancia  con un hombre desconocido.— Harás eso rápido si no no quieres ser por el resto de tu vida un kiss o una dama de compañía de hombres ricos, no hay de otra, y es mejor empezar desde ahora.

— Emy, no te vayas, no me dejes solo aquí.— Jake trata de jalar a Emory del brazo, pero el mayor se escapa de su agarre y se va dejándolo completamente a solas, él hace una expresión asustada con los ojos llenos de miedo mientras su amigo a la mitad de la pista se reúne con un sujeto mucho mayor que él.— Tengo miedo.

— No le  hagas caso a Emory, Jake, solo disfruta de la noche y deja que la vida te lleve a donde tienes destinado ir — Aconseja Efraín, un rubio de ojos azules que es mucho más alto y mayor que Jake, quien tiene un sobresalto por la sorpresa al verlo llegar a su espalda, pero se tranquiliza cuando pasa una mano por encima de sus hombros.— Así es como me convertí en dama de compañía y gano muy bien, al punto que puedo tomarme días libres como hoy sin preocuparme por el dinero.

— ¿Qué se supone que debo hacer hoy?  Él me dijo que si no aprovecho esta oportunidad nunca tendré nada bueno en la vida, no podré nunca ser un kiss o una dama de compañía de renombre.— Repite Jake con pesadez y coloca una mueca llena de preocupación mientras Efraín mantiene la vista lejos de él y ve hacia el piso superior, por curiosidad sus ojos se desvían también hacia allá y ve a un hombre de traje azul marino.

— Es muy guapo, ¿no lo crees? Pero no tengo ni idea de quién es, y eso que conozco a varios hombres acaudalados que vienen aquí.— Susurra Efraín jalando a Jake del brazo para que abandone aquella esquina donde se ha refugiado y lo mete en el mar de la multitud de personas que arrimadas sacuden sensualmente sus cuerpos unos contra los otros.— ¡Ya sé! ¡Es...!—Efraín gira la cabeza con una enorme sonrisa emocionada y le grita algo más que se pierde entre la música fuerte y los gritos excitados de la gente que se sacude en torno a ellos.— Acompáñame iré a seducirlo, tal vez y con suerte me lleva a conocer su pent-house esta noche.

Efraín espera a Jake y lo jala sacándolo de los sujetos que ya estaban arrimándose contra él para bailarle, el rubio le envía una mirada molesta y les saca el dedo a los pares de tipos mientras agarra a Jake de los hombros que ni siquiera es consciente de lo que acaba de ocurrir, él está tan aturdido por las luces de colores, por la música a tan altísimo volumen y el cansancio que pesa en su delgado cuerpo, tiene tanta hambre que le ruge la barriga así que sin pensarlo se lleva la mano a su vientre y lo estruja esperando que con eso se le pase la sensación de vacío.

Jake siente el brazo de Efraín colocarse encima de sus hombros mientras lo guía a las escaleras de la zona VIP, él sin rechistar le sigue a su lado mientras el rubio sonríe de oreja a oreja y aparta bruscamente a la gente que se les cruza bailando en sus caminos, algunos hombres gritan cosas que Jake no logra oír porque está más preocupado en sentir a sus tripas retorcerse por el hambre, pero solo siente que Efraín le echa el cabello en la cara y lo jala pegándolo a él.

— No le hagas caso a esos cerdos, Jake, ellos no valen la pena, los hombres que valen la pena están subiendo esas escaleras.— Efraín dice eso contra su oreja, pero Jake ya tiene las comisuras de sus labios hacia abajo en una mueca de dolor, pero su rostro oculto bajo su cabello ondulado la tapa y hace que Efraín no note lo incómodo que está además el joven rubio tiene su atención en otro lado.— Sabes si logras hacer que algunos de esos hombres que valen la pena se fijen en ti, podrás tener todo lo que tú quieras cuando tú quieras.

— ¿Podría pedirles incluso una hamburguesa de doble queso con papas fritas y una soda fría con juguete incluido?— Susurra Jake imaginándose tan exquisito manjar mientras Efraín mira a los chicos que los rodean y tiene que empujarlos lejos de ellos para que los dejen avanzar.

— Eh, sí, pero si puedes tenerlo toda la comida del mundo, ¿por qué pedir eso?— Dice Efraín distraído y rápidamente coloca una media sonrisa antes de soltar una leve risa, voltea a ver a Jake que camina con los hombros encogidos y las manos rodeando su propio vientre con fuerzas.— ¡Ja, se nota que aún eres un niño! Por favor, Jake, piensa a lo grande.

— Es que siempre quise de niño que mamá me llevará ahí, pero ella dijo que pagar tres dólares por una hamburguesa era demasiado costoso.— Susurra Jake con esa expresión deprimida y agobiada en él mientras Efraín lo mira fijamente por unos segundos luego le da unas palmadas de consuelo en la espalda y le da por un momento una expresión cálida y reconfortante.— Lo sé, disculpa, Emy dijo que no debería de hablar de cosas tristes, que necesito cambiar y ser más alegre porque nadie quiere a la gente triste.

— Jake, entiende que en esta vida dependerá de ti, no del gobierno ni de tus padres, salir a adelante y obtener lo que quieres.— Jake levanta las manos de sus costados y se aparta el cabello ondulado de la cara mientras ve fijamente esos ojos azules llenarse de una melancolía que nunca había visto allí así que coloca los labios en una fina línea estando lleno de conmoción.— Si me hubiese quedado llorando la muerte de mis padres, quién sabe que hubiera sido de mí, tal vez ya estaría muerto, pero no lo hice y sobreviví, aún lo hago. Ahora te toca a ti.

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