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Princesa Amazona

Ross

Ross acaba de cumplir 16 años, edad suficiente para asumir el cargo de princesa de la isla amazona, estatus que le pertenecio a su madre hasta el día de su muerte, ella fue criada por su abuela la Reina Esmeralda, había recibido la educación de princesa y guerrera pues en aquel lugar los hombres no podían habitar pero el día de su coronación llegó a la isla la guardia principal del Rey de Gardenia con órdenes estrictas de llevar a la princesa ante la presencia del Rey, sin poder oponerse la reina accedio a la orden.

Ross solía ser una chica obediente por lo que no pudo oponerse cuando su abuela accedió, tenía miedo claro estaba, pues penso que tal vez el rey la quería para engendrar un hijo, claro como amazona esa era la forma de concebir un heredero, pero ella no estaba lista para tal cosa. Subió al barco resignada a su destino, su mirada estaba llena de tristeza, su abuela lo noto pero no podía hacer nada ante las órdenes del rey.

Durante el viaje se mantuvo alejada de los guardias, aunque ninguno trato de faltarle más aún le trataban con total respeto y le reverenciaban cada vez que la veían, eso fue algo extraño ya que había escuchado de algunas amazonas que los hombres las veían solo como mera diversion.

El viaje a gardenia duro 4 días, al llegar estaba anocheciendo, el carruaje la esperaba en el puerto y subio nerviosa, quería huir pero eso daría problemas a su familia y su familia era la isla amazona.

El viaje al palacio fue durante una hora, Ross se sentía demasiado cansada y con miedo, no sabía lo que le esperaría al llegar.

Cuando llegó al palacio los guardia la llevaron hasta la recepción donde la esperaba una mujer de edad mayor, vestía un vestido negro y colgaba un juego de llaves en su cintura, su cabello lleno de canas agarrado a un moño.

-Bienvenida- Dijo la mujer acompañada de una reverencia, miro a la chica de pies a cabeza, Ross vestía un vestido corte romano largo, con una abertura en medio de la pierna, se notaban sus sandalias de tiras largas hasta sus rodillas, su cabello negro y largo hasta la cintura estaba adornado con una diadema dorada, en su brazo izquierdo llevaba un brazalete que había pertenecido a su madre.

-Vamos- Le dijo mientras comenzaba a guiarla por el palacio, subieron las escaleras hasta llegar a una puerta, la anciana uso su juego de llaves para abrirla y dio paso a una enorme recámara, Ross estaba asombrada de lo que veía.

La anciana se dirigió al armario y saco una bata de seda blanca y la dejo en la cama.

-El baño, está listo... ¿Quiere que le ayude?- pregunto, Ross la miro sin saber que responder, según las amazonas, ellas tenían que ser aseadas antes de estar con alguien, pero siempre eran revisadas por una mujer de confianza de quién las había pedido, pero aquí le daban la opción de asearse sola.

-Puedo... hacerlo- Respondió la chica apenas, la anciana asintió y le mostró el baño.

Ross tardo lo suficiente en la bañera no quería salir pero tenía miedo que aquella anciana la sacará por las malas, aunque hasta ahora la habían tratado con respeto.

Cuando salió la anciana le ayudo a ponerse su camisón, de igual manera le había traído una charola de comida y la había dejado en una mesita, después de vestirse y comer la anciana la dejó sola, dejándole lista la cama para descansar, Ross se mantuvo nerviosa esperando que esa puerta se abriera nuevamente.

*******

Aquella anciana se dirigió al estudio donde el Rey revisaba algunos documentos antes de ir a descansar, entro e hizo una reverencia.

-Se ha seguido su órdenes, alteza, la niña está en la habitación.- Dijo la anciana.

-Gracias Nana, puedes retirarte a descansar- Dijo el hombre su vos varonil sin dejar de revisar aquellos documentos, una vez se marchó la mujer, soltó los documentos acompañados de un largo suspiro.

********

Cuando Ross despertó ya había amenecido, la noche anterior espero hasta tarde pero nadie más llegó, se sentía aliviada, pero sabía que en cualquier momento algo sucederia, la anciana entro con dos mucamas una llevaba una charola de comida y la otra se dirigió al armario de donde saco un vestido azul celeste, entre las tres vistieron a Ross quien había aceptado al notar que tenía que usar corset y es algo que no usaban en su Isla y aunque fuera algo incómodo sabía que podía sobrevivir, los zapatos era lo segundo más incómodo, más por aquel tacón que era lo segundo que jamás había usado, por suerte aquella anciana se apiadó de ella y los cambio por unos cerrados sin tacón.

-Gracias- Sonrió amable, la anciana asintió, la llevo a la mesita para que desayunara pues ya estaban atrasadas.

-El rey la espera en el estudio- Dijo haciendo que el apetito de Ross desapareciera apenas y probó bocado, así que decidió dejar de comer e ir a ver al rey en cualquier momento tendría que verlo, pues no lo haría esperar más.

Al llegar al estudio la anciana le dio indicaciones de que esperara en lo que ella la anunciaba.

Espero como 3 minutos cuando la puerta se abrió pero no salió la anciana, en su lugar era un joven de cabellos oscuros y ojos color ámbar, sus miradas se cruzaron por segundos pero el joven de mirada fría continuo su camino.

-El rey la espera- Dijo la anciana sacando de su pensamientos a Ross aquel joven de mirada fría le había llamado la atención de una manera inexplicable.

Ross asintió y comenzó a sudar frío entro al estudio y pensó que aquella anciana la acompañaría pero una vez ella cruzo las puertas, fueron cerradas desde a fuera.

El rey se mantenía de pie frente a ella una corta distancia los separaba la chica mantenía su mirada baja, nerviosa y con temor de lo que sucedería.

-Heredaste la belleza de tu madre...- Esas palabras hicieron eco en ella, aquel hombre conocio a su madre.

Ethan

-¿Mi madre? ¿La conoció?- Pregunto, su miedo se había ido, aquel rey conoció a su madre y quería saber el porque.

-Asi que la reina Esmeralda no te dijo nada... Era de esperarse- Soltó con pesadez dejando a Ross más confundida.

-Expliquese, ¿Cómo carajos conoce a mi madre? ¿Que estoy haciendo en este maldito lugar?- Grito molesta, su timidez se había convertido en irá, la única respuesta lógica que tenía es que su madre había estado con el rey en su juventud y ahora ella estaba ahí por órdenes de él.

-Tranquila Ross, estas aquí por tu bien, conozco las reglas de tu isla, no iba a permitir que pasarás por el mismo destino que el resto de las amazonas...se lo prometí a tu madre- El rey se acerco pero la chica retrocedió no quería aceptar sus palabras- Ross...yo soy tu padre- Dijo.

Ross se detuvo aquellas palabras eran demasiado para ella, había crecido sin su madre, sin un padre, y ahora se enteraba que el Rey de Gardenia la máxima autoridad, nadie se negaba a sus órdenes y era temidor por muchos.

-Hija...por favor, te traje aqui para que vivas a mi lado, como la princesa de Gardenia, ese es tu legado, lo que tú madre deseaba- Dijo nuevamente se acerco a ella al notar que había dejado de retroceder.

- Si es lo que deseaba...¿entonces porque me dejaste durante 16 años? - Le miro a los ojos sus lágrimas recorrían sus mejillas y esperaba una respuesta sincera por parte de él.

-Porque no pude en ese entonces, las reglas no me lo permitían... Por eso luche para volver un rey poderoso y sobrepasar todas esas reglas, pero cuando tuve el poder....Tu madre murió como último deseo pidió que te educaras como amazona pero en tu mayoría de edad vivirlas como princesa de Gardenia- Explico, aunque él sabía que omitia ciertas cosas pero no era el momento para decir más.

-Mamá.... ¿La amaste?- Pregunto, era ilógico preguntar tal cosa pero quería saber porque el rey se preocupaba tanto por la última voluntad de su madre.

-Por supuesto, aunque nuestro encuentro fue de acuerdo a las reglas, me enamoré de tu madre, pero nuestro amor era imposible...Prometi que cuando ascendiera al trono ella se convertiría en mi reina...pero murió antes de eso...Ross por eso te lo pido acepta vivir aquí....-Se acerco a ella y acaricio su mejilla secaba sus lágrimas.

Ese toque hacía que Ross se sintiera protegida y amada, aquel hombre era su padre al que anhelo conocer alguna vez, aunque había descartado esa idea cuando algunas Amazonas dijeron lo cruel que eran algunos de los padres de sus hijas.

-Esta bien...padre- Dijo en susurro.

El rey sonrió aliviado al fin tenía a su hija junto a él, la abrazo con fuerza y ella respondió, aquel era un momento conmovedor pero fue interrumpido cuando las puertas se abrieron nuevamente, un joven de cabellos oscuros entro rápidamente sin saber lo que sucedia.

-Padre enserio...Estoy harto de negociar con esos ancianos son unos....- Dijo el joven, pero calló al ver la joven de cabellos oscuros apartarse de su padre.

-¿Padre?- Susurro, miro al rey quien tallaba si sien.

-Oh...lo siento, olvide que... ¿Ya le dijiste?- Pregunto algo apenado, miro a la joven ella era hermosa pero parecía confundida y algo asustada.

-Ross, hay algo que pensaba decirte con más calma...-Miro al joven quien se acerco un poco- Él es... Ethan, tu hermano....Ethan y tú son gemelos- Dijo, Ross abrió los ojos una sorpresa tras otra era demasiado, su abuela jamás le hablo de un hermano gemelo. - Cuando nacieron me informaron de un varón y una niña por lógica la niña era bien aceptada en la isla pero el varón, así que cumplirían con lo establecido en las reglas de las amazonas, pero no lo permiti... Así que Ethan me fue entregado y lo crié como hijo y el heredero al trono- Explico.

El rey miro a sus dos hijos eran el mayor tesoro que su querida Diana le había dejado y ahora los tenía juntos.

-Finalmente te conozco, pequeña hermana- Se acerco Ross y la abrazo tomándola por sorpresa.

-Ethan, no está acostumbrada...- Dijo el Rey al notar los nervios de la joven.

-Lo siento...solo me emocione, había deseado tanto conocerte- Río, Ross respondió a la risa se sentía realmente feliz de tener un padre y un hermano, su vida sería diferente ahora.

**********

Pasaron los meses desde que Ross llegó a Gardenia se había acostumbrado a su nueva vida y ahora comenzaba a tratar con más personas, tenía deberes como princesa pero había uno que detestaba totalmente y ese era asistir a las reuniones con otras princesas, duquesas, baronesas, más que reuniones eran clases de etiquetado y aunque conocía su estatus comenzaba a odiar esas clases.

Un día no soporto más y al llegar al palacio de dirigió al estudio del Rey quien estaba en una reunión importante, al verla noto su molestia, hizo unas señas y los dejaron solos en el estudio.

-Estoy harta, por favor no quiero ir más a esas reuniones de princesitas, es horrible...por favor padre, déjame asistir con Ethan- Dijo en forma de súplica.

-Ross, eso no...las reuniones de Ethan son de hombres, se dedican al entrenamiento de armas, defensa...- Miro la emoción de su hija al saber que tipo de reuniones tenía su hermano, sabía que si más decía no desistiria.

-Es perfecto, quiero ir...- Dijo.

-No, no esta permitido, además...Hija por favor, se negaran....-

-Eres el rey de Gardenia, nadie se opondrá ante tus órdenes- Dijo con seguridad- Padre...por favor.

Las puertas se abrieron y entro Ethan, miro a su hermana y luego a su padre, siempre llegaba en el momento inoportuno.

-Etha, hazle entrar en razón, no debe ir contigo al entrenamiento- Ordenó el rey, sabía que Ethan y Ross eran muy unidos y él podría ayudar a entrar en razón a su hermana.

-No veo el problema, ella es muy fuerte, además me ayudó a mejorar mucho con el arco, me divertire mucho con ella...- Dijo haciendo que el Rey se lamentara.

-Bien puedes ir con él, pero cuida de ella...- Ordenó.

-Creeme, ella cuidara de mi- Dijo Ethan emocionado.

Ross también lo estaba comenzaría una nueva etapa de su vida y continuaría con su entrenamiento como lo hacía en la isla.

Entrenamiento

El día tan esperado llegó para Ross, asistiria al entrenamiento oficial de caballeros, no había podido dormir por días, ya que el rey aún siendo el tuvo que hacer ciertos movimientos para que su pequeña hija pudiera asistir.

Optó por usar un vestido no tan llamativo que le daba libre libertad de moverse, claro está que ya en el entrenamiento usaría otro tipo de ropa.

-Bien Ross, debes tener mucho cuidado...Hay grupos, tu sabes, algunos no aceptarán que una mujer este recibiendo entrenamiento...Pero no te preocupes eres la hija del Rey de Gardenia...- Decía un tanto nervioso Ethan, iba en el carruaje con su hermana, camino al recinto donde se daba el entrenamiento.

-Entiendo, no daré problemas y solo me enfocare en el entrenamiento... Es lo único que quiero- Dijo emocionada.

No tardaron en llegar al recinto, primero bajo Ethan y ayudo a Ross a bajar, ella observo era una palacio con un gran jardín, también se lograba ver un bosque el cual moría por explorar. Noto igual que llegaron más carruajes de dónde bajaban jóvenes algunos inlcusos niños, no había ninguna mujer, bueno solo ella y era el centro de atención.

-Ethan... ¿Porque te acompaña esta mujer?- Pregunto un rubio de ojos azules, vestía un traje elegante color azul rey, miro a Ross de pies a cabeza.

-¿Una acompañante de cama?- Soltó otro joven de cabellos castaños.

-Mide tus palabras ante la princesa de Gardenia- Soltó con un tono de voz amenazante y no solo su voz Ethan mostraba una mirada fría y asesina, raro en él quien siempre se mostraba sereno.

Los dos jóvenes se tensaron antes las palabras y mirada de Ethan, decidieron retirarse no sin antes darle una reverencia a Ross.

-Wow...Te tienen miedo- Dijo Ross al ver la reacción de aquellos dos, Ethan la miro y sonrió como era costumbre.

-¡Ethan!- Grito un chico de cabellos claros, era delgado y más bajo que Ethan quien además de ser alto poseía un cuerpo atlético.

-Hola Donald- Sonrió al ver al joven frente a él.- Ella es Ross mi hermana- Sonrió, Donald la miro e hizo una reverencia.

-Mucho gusto princesa, es un placer tenerla aquí- Sonrió tan amable.

-Dime Ross- La chica se mostró feliz, Donald parecía un chico amable aunque también se veía débil por su cuerpo.

-De acuerdo Ross, por cierto escuché que el hijo del general fue a negociar con el mundo bajo...su primera mision- Dijo Donald en susurro.

-Lo sé, fue orden directa de mi padre- Ethan parecía algo incómodo con el comentario de Donald pero trato de disimular.

*******

Después de la llega le mostraron su recámara a Ross, sabía que durante su estancia en aquel recinto debía compartir recámara, pero para su sorpresa cuando llegó a su habitación asignada que era incluso más grande que su recámara del palacio, no había nadie más solo ella, había una enorme cama que disfrutaría todas las noches, tal vez hicieron modificaciones de última hora fue lo que pensó, se dirigió a su armario que era más bien una habitación más, su ropa ya estaba ahí, incluso sus ropas de entrenamiento, se sentía emocionada y quería iniciar ya su entrenamiento, tomo unos pantalones holgados y una camisa negra que se acentuaba a su cuerpo, sujeto su cabello a una coleta caballo y por último se puso las botas, estaba lista para iniciar, salió de su recámara y se dirigió al jardín trasero donde iniciaria su entrenamiento, cuando llegó se llevó una nueva sorpresa, el jardín estaba dividido en fases, una era especialidad para tiro al arco, otro era un campo de arena para combate físico, había un lago incluso donde practicaban combate en el agua.

-¿Te gusta?- Llegó Ethan vestía ropas similares a su hermana solo que en color azul, ella asintió.

-Bienvenida princesa Ross- se acercó un hombre mayor de cabello negro con una barba de candado vistiendo ropas similares de color negro, hizo una reverencia a ambos y ellos solo asintieron- Aunque conozco tu descendencia y por ende tus habilidades, aquí empezaras de Cero, tu primera clase sera...Correr, esta semana darás cien vueltas diarias al jardín de entrenamiento- Soltó el maestro, Ethan frunció el ceño no era una prueba de cero, lo sabía, el Maestro Arnold había sido uno de los que se negó a aceptar a Ross en la academia, pero sabía que su hermana tomaría esa prueba con satisfacción.

-Entiendo, cien diarias- Acato mirando el terreno era enorme pero no tanto como en su isla en la cual siempre se desplazaba caminado, sería difícil pues durante su estancia en gardenia había perdido el ritmo pero no le importaba, sin más se dedicó a comenzar su entrenamiento, algo que sorprendio al maestro Arnold.

-Maestro, espero no se quiera burlar de mi familia... ¿Sabe las consecuencias no?- Dicho esto amanazante se dirigió al campo de combate fisico y al estar en medio fue rodeado por cuatro compañeros que se veían más fuertes que él, pero no sé inmutó aquellos atacaron al príncipe al mismo tiempo pero en abrir y cerrar de ojos Ethan los noqueó, sacudió la tierra de sus ropas y miro al maestro, como dándole a entender sus palabras.

Ross logro cumplir las cien vueltas, aunque le había costado realmente había perdido condición física, a como pudo se dirigio a su recámara apenas llegó y se tiró a la cama tenía que darse un baño y bajar a cenar pero no tenía fuerzas quería tan solo dormir y así fue, tanto era su cansancio que se durmió vestida.

****

Los primeros días fueron agotadores para Ross pero después de recuperar su condición física, podía terminar las cien vueltas antes del atardecer, algunos estaban sorprendidos del aguante de la chica, otros seguían molestos por su sola presencia pero no hacían nada en su contra debido a que Ethan siempre se mantenía vigilandola.

-En algún momento....- Dijo el rubio mirando a Ross y Ethan pláticar, quería cobrarsela por haber sido amenazado claro que el príncipe era de temer, pero la princesa era tan solo una mujer y una amazona que solo servía para satisfacer las necesidades de un hombre y eso es lo que el queria.

*****

-¿Te vas?- Pregunto Ross

-Asi es, papá quiere que vaya a visitar a unas personas importantes, y me refiero a ancianos aburridos- Soltó con pesadez Ethan, no quería irse y dejar sola a su hermana, había escuchado los rumores que algunos hombres querian atacarla por ser amazona, su partida podría ocasionar problemas a Ross.

-Tranquilo puedo cuidarme- Dijo Ross conocía a su hermano y también había escuchado los rumores pero ella podía defenderse.

-Cualquier cosa, ve con Donald no lo aparenta es fuerte ¿Ok?- Dijo mirando al chico quien era vencido fácilmente por su compañero de combate.

-Lo se...Es malo fingiendo- Río Ross mirando como Donald se paraba sin ninguna dificultad y sin poner atención a las burlas de sus compañeros.

-No le gusta llamar la atención- Rió Ethan.

Después de la plática, Ethan se marchó y toda la academia se enteró, la princesa había quedado desprotegida y podrían actuar fácilmente.

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