-¡Se castiga al duque Kenneth por codiciar a la futura reina y traicionar a su hermano el rey, el duque será aislado a las tierras del norte de la frontera en el palacio frio donde será responsable de la gente que habita en la frontera”
El duque hermano del rey se encontraba de rodillas frente a su hermano mientras este lo observaba tristemente, la mujer que había codiciado la cual ahora se encontraba al lado de su hermano lo miro con amargura al ver a su querido amigo de la infancia siendo castigado por querer revelarse contra el rey para tenerla a ella a su lado, esa noche el duque fue enviado en un carruaje escoltado por veinte guardias hacia las tierras del norte donde solo se podía ver pobreza y dolor.
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-¡Papá no puedo dejar al niño así tengo que ayudarlo!
-Alice, hija en cuanto lo sanes los sacerdotes del templo te encontraran y te llevaran con ellos.
-No papá yo no iré jamás al templo, yo decido que hacer con la vida que se me ha dado ellos no decidirán por mí, tendré una vida libre y hare todo lo que quiera hacer sin que nadie me limite padre tal cual como tú y madre me han enseñado.
Una joven chica quien había despertado su poder divino había estado curando a los plebeyos del reino quienes vivían cerca de la cabaña donde ella vivía con sus padres, esta había crecido libremente sin ningún límite siendo hija de una plebeya y un cazador, este se dedicaba a vender carne y pieles los cuales el y su hija Alice cazaban juntos.
-Hija, no te diré que debes hacer pero los del templo ya pusieron sus ojos en nosotros si realmente quieres salvar a este niño tendrás que huir en cuanto lo sanes.
-Lo se padre, sé que tendré que huir si no quiero pertenecer al templo pero no tengo problemas con eso, se cazar y soy lo suficientemente fuerte para vivir por mi cuenta, no te preocupes padre y solo dile a madre que siento mucho causarles todos estos problemas.
Dijo la joven mientras bajaba la mirada y tomaba la mano de un pequeño niño moribundo, esta cerro sus ojos y una luz resplandeciente emano de sus manos cubriendo al pequeño niño que se encontraba recostado sobre la cama, “Estarás sano pronto pequeño” dijo para sí misma Alice mientras veía poco a poco al pequeño abrir los ojos, al terminar de sanarlo esta recibió pan y frutas de la madre del pequeño y una capa para que esta pudiera escapar.
-Hija ten mucho cuidado.
-No te preocupes padre nadie me encontrara lo prometo así que no te angusties, por favor papá dile a mi madre que lo siento mucho y que la quiero, cuídense mucho.
Alice se despidió de su padre y del pequeño niño que acababa de salvar y comenzó a correr hacia el bosque donde se quitó la ropa y la cambio por ropa masculina para así no ser descubierta por los sacerdotes del templo “enterrare mi ropa aquí, si la quemo el humo podría atraerlos” pensó la chica mientras cortaba su hermoso cabello rubio y corría por el bosque con un arco en su espalda “no dejare que me atrapen y me usen como su marioneta, yo nací libre y nadie me quitara eso” se dijo Alice corriendo a mas no poder hasta que encontró un grupo de cazadores en el bosque “Son solo dos, y vinieron en caballos…lo siento pero no tengo otra opción” Alice tomo uno de los caballos y galopo a toda velocidad por el bosque durante días, hasta llegar a la frontera del reino.
-Oh…estoy agotada no creo poder seguir así por muchos días más.
Alice llevaba seis días cabalgando mientras cazaba y conseguía su alimento por si misma esperando despistar al templo, quienes siempre llevaban con ellos a quienes tenían el poder divino con el fin de poder trabajar para los nobles y conseguir mayores donaciones para el templo.
-Creo que hay alguien allí… ¿Quién?
-Creo que hay alguien allí… ¿Quién?
* Argh*
Se escuchó un quejido de dolor en medio del bosque lo cual llamo la atención de Alice quien siguió aquel ruido, “estoy segura que eh escuchado a alguien” pensó está bajándose de su caballo para acercarse al lugar, fue entonces que vio a un hombre joven de tez morena y pelo blanco recostado al costado de un árbol.
-Hola, oye ¿puedes oírme?
Pregunto Alice al hombre mientras trataba de llamar su atención, Alice acomodo su ropa y se aseguró que sus vendajes en el pecho estuvieran lo suficientemente firma para acercarse mas a aquel joven.
-Eh…oye no te ves bien ¿Dónde te duele?...eh, ven déjame ayudarte.
Dijo Alice tomando al hombre y subiéndolo a su caballo con gran dificultad “No lo conozco pero es demasiado guapo, sería un desperdicio dejarlo aquí en este estado” pensó mientras galopaba rápidamente siguiendo el camino con la esperanza de encontrarse con alguna aldea cercana, pero cuando al final llego a la aldea que se encontraba en la frontera, solo pudo ver hombres, mujeres y niños muriendo de hambre, la mayor parte desnutridos con casas en ruinas y cadáveres sin ser enterrados.
-Esto…es horrible.
Alice siguió cabalgando con la esperanza de encontrarse con algún lugar donde aquel hombre pudiera recibir tratamiento pero en vez de eso solo encontró más ruinas y pobreza, fue entonces que un anciano que reconoció a aquel joven que Alice llevaba en su caballo y la guio hasta un palacio el cual parecía en ruinas.
-Es aquí joven.
-Gracias señor, de verdad le agradezco su ayuda.
-No se preocupe, espero que él no esté tan grave.
Alice asintió al ver al anciano marcharse “en realidad podría sanarlo yo rápidamente si muestro poder divino siendo un hombre no me harán mucho problema ya que solo buscan a las mujeres pero aun así prefiero evitarlo a menos que este al borde de la muerte” pensó Alice mientras llamaba a las puertas del palacio el cual parecía estar casi vacío.
-¡¿Quién golpea así la puer…?! ¡Oh mi señor Kenneth!
Grito una mujer mayor la cual parecía tener alrededor de sesenta años, esta acaricio el rostro del hombre que Alice traía con ella y luego dio un suspiro gritándole a otras personas las cuales se acercaron para ayudar a llevar al hombre al interior del palacio, fue entonces que la mujer se puso frente a Alice con el ceño fruncido y la miro molesta.
-Tu muchacho, ven conmigo.
Dijo la mujer al ver a Alice confundiéndola inmediatamente con un hombre “creo que mi disfraz es perfecto si puede engañar a una mujer como esta señora” se dijo Alice mientras se sentaba en la sala esperando que la mujer comenzara a hablar.
-Jovencito ¿Dónde encontró al gran duque? ¿Sabe porque él señor Kenneth se encuentra en tan mal estado?
-Eh… , ¿duque? ¿Quiere decir que el hombre de hace un momento es…es el duque?
Pregunto Alice nerviosa al darse cuenta que había acabado de encontrarse con el duque hermano del rey quien había sido exiliado al castillo a la frontera del reino “¿Qué…que debería hacer?”.
-Sí, es el duque Kenneth ¿no lo sabías?
-Yo...yo lo encontré así en el bosque, él estaba respirando agitadamente y se encontraba inconsciente yo…yo.
-Yo...yo lo encontré así en el bosque, él estaba respirando agitadamente y se encontraba inconsciente yo…yo.
-Entiendo estas sorprendido, ven por favor necesitamos que me acompañes al cuarto de nuestro señor para que expliques que fue lo que viste exactamente…vamos apúrate.
Alice miro a la mujer frente a ella nerviosamente y la siguió mientras caminaba detrás de esta “¿Qué debo hacer…no esperaba encontrarme con un noble aquí, menos aun con el duque quien fue degradado y exiliado hasta aquí” Alice sentía el sudor frio correr por su espalda mientras caminaba rápidamente y sus manos se enfriaban por el nerviosismo, fue entonces que la mujer abrió la puerta y ambas entraron al cuarto donde se encontraba él duque, este tenía la tez completamente pálida y parecía estar delirante “el parece estar realmente mal”.
-¿Qué fue lo que paso? Dime muchacho ¿Cómo encontraste al señor Kenneth? ¿Dónde estaba? ¿Cómo?
-Yo, yo…solo escuche a alguien adolorido y me acerque, lo vi tendido en el suelo al lado de un árbol no se veía bien por lo que lo subí a mi caballo para buscar ayuda.
Dijo Alice respondiendo a la pregunta que le estaba haciendo el mejor amigo del duque, este se presentó como Andrew un escolta antiguo el cual había seguido al duque hasta el exilio para no dejarlo solo después de que todos le habían dado la espalda.
-¡Argh!
-¡!
La gente que se encontraba en la habitación se preocupó al escuchar al duque quejarse por el gran dolor que estaba sufriendo por lo que Alice dio un paso adelante y se acercó a este provocando sospechas en el amigo que acompañaba al duque el cual se puso delante de Alice para bloquearle el camino.
-¿Que intentas hacer?
-Déjeme presentarme, soy Eddie cazador y sanador, yo puedo curar a su excelencia el Duque…él fue envenenado.
Dijo Alice mientras se presentaba ante todos con el nombre de Eddie para no levantar sospechas y que nadie dudara de ella si en algún minuto el templo llegaba hasta allí.
-¡¿Puedes curarlos?! ¿Entonces porque no lo hiciste antes?
-Necesito tiempo, curar una herida y una enfermedad es muy diferente a desintoxicar un veneno el cual está matando a una persona, la herida simplemente se debe cerrar, la enfermedad solo debes fortalecer el cuerpo para que este haga su trabajo rápidamente combatiendo el virus pero un veneno…un veneno es diferente, el veneno está hecho para matar y dañar el cuerpo de quien lo tiene por lo que conlleva horas poder deshacerse de cada sustancia que está dañando el cuerpo debilitándolo y eliminando el proceso regenerativo e inmunológico natural del cuerpo.
Alice miro a todos a su alrededor mientras el duque se quejaba bruscamente y su tez comenzaba a empeorar.
-Señor Andrew al duque le está subiendo la fiebre…
-Bien entonces Eddie ¿Qué debemos hacer?
Pregunto el amigo del duque mientras veía a su amigo sufrir por el dolor del veneno.
-No necesitan hacer nada, si quieren pueden traer darme una manzana mientras tanto…tengo hambre, y no se preocupen yo me encargare de que el duque se ponga mejor.
Alice camino hacia Kenneth y se arrodillo al costado de la cama de este mientras tomaba la mano del duque, fue entonces que todos pudieron notar una luz brillante salir de las manos de Alice y envolviendo la mano del duque que esta estaba sujetando, “¿Eso es…poder divino? Este chico es un poseedor de poder divino, jamás pensé que llegaría alguien así a este lugar del reino, ellos suelen trabajar para los nobles en el templo pero este chico no parece ser de ese tipo de hombres” pensó Andrew mientras observaba a Alice cerrando los ojos sujetando firmemente la mano del duque.
-Jovencito Eddie, aquí le traje algo de comer espero le guste.
-Está bien gracias.
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