PARTE I: EL DOLOR DEL PASADO
“¿Alguna vez has intentado escapar?” fue lo primero que me preguntaste, yo me quedé confundida y anonada por tu mirada que me descomponía de pies a cabeza. No supe qué responder en ese momento, tal vez porque en tus ojos castaños, no encontraba la respuesta que quisieras escuchar.
“¿Todo va a estar bien?” me preguntó un muchacho de alrededor de unos 20 años, sus manos, aferradas a su instrumento, parecían temblar, pero su cuerpo estaba rígido y con miedo, recuerdo haberlo tomado del hombro y susurrar un “Todo va a estar bien”. No volví a verlo.
“¿Quién es la causa de tu martirio?” me preguntó un joven alto y tenía un abrigo negro, en ese entonces sólo era un niño de 6 años y no entendía su amplio vocabulario, rio un poco y me preguntó: “¿Quién te hizo llorar?” “¿Quién te hace sufrir?” […] Sólo recuerdo que me acarició el cabello con sus grandes manos, sacó un caramelo de uno de sus bolsillos, me lo entregó y se fue.
Todo el pueblo tenía preguntas sin respuestas, no sólo la pregunta de ¿Quién era ese joven? Si no de esas preguntas hechas por aquel chico que caminaba solitario tocando profundas canciones que… extrañamente encajaban en el sentimiento de quien se lo encontraba. Sin embargo, algo cambió. Sólo algunos, escuchaban un saxofón, una melodiosa pero triste sinfonía que inundaba al pueblo. Al principio, todos los que escuchaban esa melodía eran tomados como locos o enfermos mentales, ya que nadie había tenido la “fortuna” de escucharlo. Otros hablaron con él y exponían sus preguntas tan profundas, pero nadie creía de su existencia, así que eran tomados como mentirosos.
En ese momento, la pregunta sin respuesta del ¿Quién eres?, se hizo eminente, dime como vas a explicarle a tanta gente tu canción o como les vas a explicar a aquellos que admiran tu talento ¿Hasta cuando vas a esconderte entre las sombras de la noche?, ¿A qué le tienes tanto miedo?, ¿Por qué te escondes del mundo?
A veces nos abraza tanto la soledad que no encontramos el camino correcto, a veces desconfiamos tanto que nos sentimos vacíos, a veces no sabemos cómo explicar nuestros miedos porque sencillamente las palabras no alcanzan, entonces sólo buscamos una melodía para una melancolía. Chico del saxofón, ¿Esa es la melodía que nadie logra comprender?
Atentamente
Evolet De Loughrey
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Canción de inspiración: "I'm not okay"-Deadfish
Instagram: @Liristories
Spotify: "La melodía de una melancolía" - playlist
"Evolet De Loughrey"
Caminaba sin rumbo.
Esa tarde con un cielo que reflejaba tristeza o nostalgia, un cielo gris que muchos lo describirían como soledad o la agonía de una depresión profunda.
Mis pisadas resonaban en la calle vacía, sin embargo no prestaba atención a mi alrededor, sólo me podía concentrar en el nudo de mi garganta, en los pensamientos del "¿Por qué?", ¿Por qué me sentía así? Esa sensación que me mareaba y me revolvía las entrañas.
Sólo había salido de casa sin pronunciar una palabra, sólo buscaba despejarse y entender cómo la monotonía es capaz de destruir el interior de alguien, lograr un vacío en el pecho. Después, simplemente te levantas todos los días diciendo "todo está bien", de un día para el otro dijiste que escuchabas la canción y que todos te tomarían como loco. Y ahora no te encontraba por ningún lado, mi búsqueda parecía en vano, ya no quería regresar a casa si no iba a encontrarte.
Me senté en una banca, de pronto me faltaba el aire, observé tu foto y sólo pude ponerme a llorar como niña desolada, sentía sólo un hueco que parecía que no se podía llenar con nada.
De pronto sentí una presencia detrás mío, junto con una melodía que me consolaba y a la vez me hacía mojar más mis mejillas. Cuando volteé para saber de dónde venía ese melodioso sonido, estaba vacío.
Me puse de pie extrañada y mi corazón empezó a latir con fuerza, esa adrenalina me hizo decidir que era mejor volver a casa. Limpie mis mejillas mientras regresaba sobre mis pasos hasta que volví a escuchar con más claridad un saxofón tocar aquellas melodiosas notas, así que mi curiosidad me hizo caminar hacia ellas ¿Esto era lo que escuchabas? ¿No mentías? ¿O acaso yo también me estoy volviendo loca?
Entonces vi al dueño de la melodía, era un chico, no muy alto con cabello despeinado y unas facciones muy marcadas, traía una chaqueta negra y unos pantalones de mezclilla. Sus dedos se movían con agilidad en el instrumento mientras su cuerpo se apoyaba en un pilar. Parecía tan sumido en la canción que no advirtió de mi presencia hasta que acabó de tocar. Cuando se dio cuenta que lo observaba, su rostro era acompañado por un antifaz que combinaba perfectamente con su chaqueta.
-¿Alguna vez has intentado escapar? .-fue lo primero que salió de sus pequeños pero gruesos labios, me quedé confundida y anonada por su mirada que me descomponía de pies a cabeza. No respondí.-¿Todo va a estar bien? .-Fue cuando vi sus ojos castaños, casi vacíos ¿Será por eso que me acerqué?
-Tal vez, algún día todo estará bien, no soy la mejor para decirlo, pero, todo va a estar bien.-escuché una risita sarcástica por parte del muchacho.
-¿Cómo lo sabes? .-preguntó altanero.-¿No crees que es raro que se lo digas a un desconocido? .-dijo con voz áspera con un toque de tranquilidad. Dio un paso hacia atrás y guardó su instrumento en su estuche.
Fruncí el ceño y solté: Soy Evolet
¿Desde cuándo acá digo mi nombre a extraños? No lo sabía, pero tal vez, era demasiado magnético para no hacerlo.
-Evolet...-pasó su lengua por sus blancos dientes aún con su sonrisa.-¿Alguna vez has intentado escapar? .-su mirada me examinó hasta el alma y soltó una risita haciendo que mi entrecejo se frunciera de nuevo y rodeé los ojos. Seguro era uno de los patanes de la calle Eulberg.
-¿Qué? ¿De qué te ríes? .-sus labios formaron una sonrisa burlona acompañado de un "nada'' .- ¿Nada? ¿Cómo que nada?¿Por qué te ríes?
-Evolet, ¿has intentado escapar?-volvió a preguntar; ¿Quién es este tipo? Evade todas mis preguntas y ni siquiera me dice su nombre.
-N-no lo sé.-respondí con duda. Y era cierto, no sé si era porque sentía su estúpida mueca irónica o porque no entendía a qué se refería, parecía que hablaba en clave.-¿Quién eres?.-repetí mi pregunta, esta vez, con algo de desespero y dureza, aunque, ahora que lo pienso ¿Realmente quería saberlo?
-El quién soy, no importa ¿O sí?-se acomodó la chaqueta y comenzó a caminar.-Adiós Evolet.-me guiño el ojo y desapareció por el oscuro callejón. Miré tu foto y luego hacía donde había ido el chico extraño mientras me repetía en mi cabeza la pregunta: ¿Alguna vez he intentado escapar? ¿O es que realmente lo hago siempre?
Posiblemente sigo creyendo y teniendo la esperanza que sigas afuera y que te acuerdes de mí.
(- - -)
-¡Observen! ¡El nuevo loco de este loco pueblo!-se escuchó la risa de una gran multitud.-Diles Willey, diles lo que viste anoche.-dice un hombre agarrando por el cabello a un chico de unos 16 años.
-E-era un hombre tocando el saxofón, v-vestía una chaqueta negra, ¡con un antifaz del mismo color!-todo el mundo se reía y lo miraban como loco o con pena, seguramente ambas.
-¿Ah sí? ¿Y que hacía?-dijo el señor burlón intentando dejar al pobre muchacho en ridículo mientras lo tiraba a la banqueta.En mi mente sólo podía repetirme "No te metas".
-T-tocaba una canción, era bellísima, yo la escuché, ¡lo juro!-sólo podía ver rostros carcajeando y burlándose.
No te metas, no te metas...
-Deberíamos mostrarle a este mocoso cómo castigamos a los locos.-el hombre se acercó para golpear al chico. ¡Argh! ¡Maldita sea! Corrí hacia Willey y lo dejé atrás mío, dejándome enfrente del hombre.
-Demián, quítate.-me dijo de forma amenazante y dura, mirándome con ganas de golpearme.
-Déjalo, ya fue suficiente.-espete retando con la mirada.- Es sólo un niño, sólo busca llamar la atención, sólo está mintiendo. Yo hablaré con él ¡Todos, fuera de aquí! ¡Ya no hay nada que ver!-el lugar fue despejado con abucheos y reclamos y aquel hombre se fue de mal humor. Me da gracia como todos parecen tratar de loco a lo que no pueden entender.
-G-gracias Demián.-dijo el chico temeroso y tartamudeando poniéndose de pie, para después, soltar un suspiro como si liberara el miedo que traía.-T-tú, Tú si me crees, ¿cierto?
Miré al joven por unos cortos segundos con compasión, parecía que este lugar se autodestruye por un simple mito, hay cosas más graves e importantes que atender.
-Sólo deja de buscar que todo el mundo te crea, Willey.-dije cortante y continúe mi camino, cargando, tal vez, con un peso más que tenía que soportar por las noches de desvelo. Suspiré fastidiando acomodando mi cabello, cuando alcé la vista, una sonrisa divertida se formó en mí.
-Buenos días, Demián.-dijo una voz dulce y cálida.
-Hola Evolet...
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Canción de inspiración: "insane"-gnash
𝐈𝐧𝐬𝐭𝐚𝐠𝐫𝐚𝐦: @Liristories
Spotify: "La melodía de una melancolía"
𝐍𝐨𝐬 𝐥𝐞𝐞𝐦𝐨𝐬 𝐩𝐫𝐨𝐧𝐭𝐨.
-Buenos días, Demián.-dije con una pequeña sonrisa mientras saludaba con mi mano.
-Hola Evolet.-me dio una sonrisa pequeña.-¿Qué cuentas?-suelto una pequeña risa por su característico saludo, como si aquí en Palacio hubiera mucho que contar, aunque aún no he podido sacarme de la mente aquel muchacho extraño, pero no es como que pueda hablarlo, me arriesgaría a que el mismo gobierno me mantuviera vigilada, ya tengo mucho con que lidiar desde que desapareciste.
-No mucho.-dije.-sólo vengo por mi dosis de alegría.
-Ah...esa tontería.-Suspira rodando los ojos.-¿Tú crees en eso?
-Supongo.-me encojo de hombros con una mueca en mis labios.
Desde hace unos días, el gobierno obligó a todo residente a tomar semanalmente unas gotas llamadas "Χαρά" ¹. Cuando aquel saxofonista llegó, mucha gente cayó en depresiones o ataques de ansiedad inexplicables. Así que su solución fue un medicamento que logra aumentar las hormonas de la felicidad sin dañar el sistema del cuerpo, o eso nos dicen. Ahora no puede haber nadie, sin consumirla.
Demián rueda los ojos de nuevo y se cruza de brazos.
-No sé si esa es la solución a los problemas de este pueblo.-dijo seriamente.-Pero no he escuchado nuevas quejas, entonces, tal vez lo sean.-Mis labios se volvieron una sonrisa burlona al ver su rostro lleno de frustración.
-Siempre que vengo, hay algo que te molesta.-solté una pequeña carcajada.
-Hay muchas cosas que molestan. -Se encoge de hombros y su sonrisa se vuelve irónica, eso me hizo pensar en el hombre misterioso nuevamente ¿Será que no es feliz? Su mirada era tan triste, desolada, vacía, ¿Quién era?, ¿Por qué me tiene tan intranquila no saber su paradero o si quiera su nombre?
-Oye, ¿me estás ignorando?-frunce el ceño.-Andas extraña, más que otros días.-interrumpe mis pensamientos el castaño algo cortante.
-Si, estoy bien, sólo tuve una noche larga.-En sí no mentía, miro la fila para poder tener el medicamento e irme de una vez.
-¿Larga? ¿Te encontraste al saxofonista o qué?-mis ojos se abren de golpe por unos pequeños segundos e intentar ocultar el hecho de que eso fue exactamente lo que pasó. Sin embargo, cuando escucho a Demián reír, mi corazón vuelve a la normalidad.-Es broma, ese hombre no existe, sólo es un mito, un chisme, algo para llamar la atención, ¿no crees?
Me limité a asentir, ¿Y si tenía razón?, ¿Y si sólo fue una mala jugada de mi cabeza? Seguramente por pensar tanto en ti, sólo divague. Debo estar loca después de todo. Miré a Demián de nuevo, parecía serio y sumiso en su cabeza, era raro escucharlo hablar sobre su familia o de su vida prácticamente. Parecía que no notaba nada de su alrededor, ni aquellas chicas que siempre lo observaban como si se lo fueran a comer vivo.
El chico no estaba nada mal y además siempre se caracterizó por ser muy listo en todo lo que hace, además talentoso con los instrumentos. Aunque en realidad, no sabía mucho de él, me cae bien.No obstante, recuerdo que después de la primera vez que lo conocí, no toleraba cruzarmelo, ¿Qué habrá cambiado? Desvíe la mirada cuando llegamos al mostrador, me dieron mi fuente de bienestar y me fui deseando que esa sea la razón de mis ilusiones absurdas.
(----)
A veces la vida se va como agua entre manos, algo tan efímero, parecemos tan huidizos, que no disfrutamos el hecho de respirar si quiera, esa sensación, como cuando la brisa nos abraza haciendo que nuestra piel se erize por completo, disfrutar de aquella mangata, cuando la luna se hace dueña de la noche acompañada de esos astros que se reflejan en una mirada. Pero parece que estamos llenos de vacío y bailamos con la soledad como si nuestra amiga fuera, jugando así, con un arma de doble filo, alguien me susurró una vez: "Está bien estar solos, pero no sentirse solos". No entendí hasta que aprendí a diferenciar el "estar" y el "sentir".
Entonces, dime, ¿Por qué nos sentimos así?, ¿Por qué es tan difícil encontrar las respuestas aunque tengamos todo de frente?
Pero, ¿no crees que es ser sincero?, ¿Estar desolados de vez en cuando?, ¿Por qué tenemos que vivir aparentando estar bien?, ¿Hasta cuando nos van a tener en esta tramoya, ¿Es fácil? ¿Fácil fingir que no sucede nada? Seguimos regalando sonrisas a personas que probablemente no lo merecen.
Son tantas dudas y tan pocas respuestas, ¿no?
Pero ahí va la vida derrochandose. La vida no se trata de ser felices todo el tiempo, es estar satisfechos, sentir cada segundo de la vida... ¿Estás satisfecha, Evolet? ¿Regalando tu oportunidad de dejar de sentirte vacía?, Él ya no está, él se fue.
Hey, Evolet, ¿Has intentado esca...?
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Me desperté de golpe con mi respiración agitada. Prendí la luz de la mesilla.
Sólo fue otra de tantas pesadillas: Sólo una habitación vacía y una voz diciéndome mis errores, aunque ahora esa voz no parecía tan desconocida. Seguro que estoy perdiendo la cabeza. Despejate, Evolet.
Me reacomodo en mi cama, una vez con la luz apagada, viendo hacía el lado derecho que daba a mi ventana, las cortinas estaban semi-abiertas, así que, podía ver perfectamente a mi compañera, la luna. Tomé una respiración muy profunda.
-Todo estará bien, Evolet.-Me susurré a mi misma buscando consuelo.- Mañana será otro día...
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Entre las calles oscuras de Palacios se encontraba aquel muchacho que aparentemente era sólo una "ilusión", tocando de nuevo esa melodía que, quizá, sólo era él capaz de entender y por eso todos aquellos curiosos mueren como tal gato, aunque para él, por lo menos todos esos gatos mueren sabiendo.
Su composición se detuvo al ver a un pequeño grupo de policías haciendo su rondín diaria, bueno sí "diaria" se significaba cada que su gana apetecía.
-Genial .-refuño de mal humor el artista entre dientes.- De todos los malditos días, tenían que venir hoy.-Guardó su saxofón y corrió lo más rápido que sus piernas le permitían, llegando así, a una casa con una luz tenue, dando a entender que alguien vivía en esa morada. A lo lejos, se veía una chica joven, en un pequeño hueco de sus cortinas. El enmascarado sonrió divertido analizando los movimientos de aquella muchacha.
-Te encontré...Evolet De Loughrey...-se lamió los labios, aún con su sonrisa y caminó hacía la puerta.
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Χαρά (Chará): griego. Alegría.
Canción de inspiración: "My future"- Billie Eilish.
Spotify: "La melodía de una melancolía" -Playlist
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