Adriana se sentía angustiada, cada vez quedaban menos para su boda con Jack y sus pensamientos estaban nublados, Miranda palmeo el hombro de su hija que parecía perdida.
—¿Cariño, estás segura de esto que vas a hacer?— Miranda le dedicó una sonrisa a su hija.
—No lo sé, estaba muy concienciada de que lo mejor que podía hacer era amar a Jack y borrar a Jason, pero me he mentido a misma y a todos... Ahora solo puedo seguir con esto.— Miranda la miró con seriedad.
—Siempre puedes hacer como tu padre, huir despavorido...— Eizan entró en ese momento escuchando a su esposa.
—Esto no es lo mismo querida, nuestra pequeña no puede olvidar a su primer amor y padre de su hijo. Pero el estar con otro hombre solo te va a llenar por un tiempo y creo que sabes perfectamente que Jack no merece que lo engañes.— Adriana bufó ante las palabras de sus padres mientras terminaban de arreglarla.
— Dejarme sola un momento con Rebecca, quiero hablar con ella que me entiende.— Susurro Adriana mientras su mejor amiga entraba por la puerta de la habitación observando a sus padres salir .
— ¿Que paso ahora? Tu no sueles ser alguien indecisa.— La rubia carcajeó mientras le recogía el cabello a su amiga con algunos ganchos y le ajustaba el vestido.
—Realmente me siento confusa Beca... Pero se que debo casarme para estar con Jack, él hizo tantas cosas por mi y no puedo lastimarle. — Susurro la morena.
—Jack ya sabe que no esto no debería suceder pero desea que pase, porque te ama, la pregunta es ¿Tú lo amas de la misma manera que él a ti? ¿o tu cabeza tiene a Jason?— Rebecca sabía que tenía razón con sus propias palabras.
—Ya estoy lista...—
Adriana bajó al salón donde estaban su familia, el pequeño Jayden corria detras de Ethan quien tenia los anillos, camino al exterior de la casa para ser acompañada de su padre hasta el coche, le abrió la puerta a la joven quien tomó su vestido y se sentó y ayudó a su pequeño a subir al coche. Cuando llegaron al juzgado observó a Jeremy y a Jason quien hablaba animadamente con una de las primas de Jack, dejó de hablarle en cuanto vio bajar a Adriana del coche.
—Cierra la boca hijo, Adriana esta preciosa.— Jeremy tomó al pequeño Jayden quien se lanzó a las piernas de su abuelo para abrazarlo.
—Pense que no vendrías Jason...— Susurro Adriana parándose frente a él.
—No sería buen amigo si faltara a la boda de mi mejor amigo, pero sé que no debería estar aquí. Te ves preciosa..— Se notaba el ambiente tenso entre ellos.
—Gracias, creo que debería entrar, mi padre está esperando para dejarme en el altar...— Jason tomó su mano y ambos se miraron unos segundos.
—Adri... Enhorabuena, te deseo lo mejor junto a Jack.— Una punzada recorrió el cuerpo de Jason quien se soltó y camino de vuelta junto a su padre.
Eizan le ofreció el brazo a su hija para entrar a la capilla del juzgado, ella no deseaba casarse por la iglesia, Jack estaba junto al juez, la marcha nupcial comenzó al mismo tiempo que las lágrimas de Adriana caían por sus mejillas estropeando el poco maquillaje que tenía puesto. Al llegar junto a Jack le dedicó una sonrisa al chico mientras el juez empezaba a hablar.
—Adriana tu aceptas a Jack...— Adriana interrumpió al juez mientras se quitaba los tacones y le lanzaba el ramo de flores a su amiga Rebecca.
— Lo siento Jack no puedo seguir con esto...— Sujeto su traje de manera que echó a correr por el pasillo hacia el exterior.
—Papa quedate con Jayden...— Susurro Jason mientras saltaba la banca y salió detrás de ella, ella corría demasiado para llevar aquel vestido de novia.
Logró alcanzarla y la tomó del brazo, ella paró en seco al ver el ángel que llevaba en su muñeca, era ella y supo que Jason era quien había corrido detrás de ella.
—Jason dejame, quiero irme lejos... Mi cabeza no está donde debería.— Jason suspiró mientras le tomaba el mentón.
—Mirame Adriana ¿podrías decirme donde se encuentra tu cabeza en estos momentos?— Al principio evitó mirar a los ojos miel del rubio quien solo la observaba.
—No lo sé, este momento debería ser hermoso para mi... Pero mi corazón y mi mente no están aquí. Me siento confusa, yo estaba tan segura de que era la persona que quería para mi futuro.— Jason bufo al escucharla y soltó su corbata.
— Entonces vuelve al interior y no plantes a Jack en tu día especial, crees que yo estoy cómodo en esta situación. La persona que más amo va a casarse con mi mejor amigo.— Adriana abrió sus ojos al máximo, lo que la había confundido y la hacía sentirse egoísta era la frase que Jason le había dicho días atrás.
—Dijiste que ya no me amabas, que podrías seguir adelante...— Jason la interrumpio.
—Yo también puedo mentir de vez en cuando Adriana, quería mentirte para que no te arrepintieras de tus decisiones.— Ella golpeó el pecho ajeno con su cabeza, Jason solo soltó el recogido y dejó caer la larga melena de Adriana. — Maldita sea cómo podría dejar de amar a la única mujer que he amado después de mi madre.
—Jason dejame ir... No creo que deba estar aquí...— Adriana tiró con fuerza del vestido y dejó caer aquella gran cola, se abrazó a sí misma mientras avanzaba hacia el parking.
— Y una mierda... No puedo dejarte ir.— La volvió a detener y esta vez la tomó del mentón para besarla, pensaba que lo golpearía pero siguió el beso.
Ambos se separaron ante la mirada perpleja de Cassy que llegaba tarde a la boda, Adriana se ruborizo, no pensó que la persona que estaba enamorada de Jason los vería de aquella manera.
—Creí que esta relación del pasado estaba superada, pero ambos son unos idiotas y decidieron engañarse asi mismos... Marchense lejos durante un tiempo y piensen con claridad qué es lo que quieren en sus vidas.— Cassy lanzó las llaves de su apartamento que tenía cerca del colorado.
—Cassy yo... Lo siento.— Jason colocó a Adriana en su hombro y caminó hacia su coche.
—¿Jason dónde vas?— La voz de Jack desde la puerta del juzgado hizo que el joven se detuviera sin soltarla de su hombro.
—Digamos que voy a llevármela lejos, te avise de que me la llevaría si no era feliz. Además Jack, ella siempre fue mía, hermano siempre lo has sabido. — Jack dio una carcajada y le hizo un gesto para que se fuera mientras se frotaba el rostro.
—¿Jason estas bien de la cabeza?— Pregunto Adriana cuando la dejo en el asiento delantero del mustang y camino hacia el asiento de conductor.
—Digamos que no, porque acabo de llevarme a la novia que pensaba fugarse...— La tomó de la mano y la llevó a sus labios.
—No me había dado cuenta de que estabas tan loco, eso es realmente peligroso...— Jason dio una carcajada mientras reía con fuerza y arrancaba saliendo del lugar a gran velocidad.
—Estoy loco por ti, desde hace mucho tiempo pero es algo que ya sabías...— Adriana sonrió mientras tomaba la mano ajena con fuerza.
—No tomes ventaja de este momento maldito Mccan, tienes que tomar distancias hasta que mi mente este aclarada.— Frunció el ceño ocultando aquella sonrisa que solo podía hacer cuando lo observaba.
— Bueno entonces tendré que olvidar de mis pensamientos ese beso que me dio una hermosa chica vestida de novia, la cual está ahora mismo en mi coche esperando a que la lleve muy lejos.— Carcajeó de nuevo, los días grises de Jason habían desaparecido en el momento que había salido detrás de ella.
El aire caliente golpeaba el rostro de Adriana que observaba la carretera, no sabía cuántas horas llevaba Jason conduciendo hasta llegar a la carretera secundaria en la que se encontraban.
— ¿Donde estamos Jason?— Pregunto curiosa mientras recogía su cabello, Jason le lanzó una mirada cansada mientras quitaba la mano del volante para soltar de nuevo su cabello.
—Te ves más tu con el cabello suelto...— Susurro observando un cartel que decía "Motel a doscientos metros" Se sintió bendecido al poder detenerse a descansar.— Por cierto tengo más de veinte llamadas de tu padre, creo que va a buscarme por secuestro...—
Adriana carcajeo y tomó el móvil de Jason, miró al joven y luego asintió.
—Pues seguramente, detente en ese motel y descansemos un poco... Llevas muchas horas conduciendo, yo llamaré a mi padre.— Susurro ella, pues no quería que pusieran en busca y captura al joven.
—Jayden se quedará con mi padre, yo hablé con él mientras tú dormías. No vas a creértelo pero hemos llegado bastante lejos, estamos cerca de Colorado. — Adriana miró de reojo al joven y bufo molesta.
—Estas loco, como has conducido tanto, podríamos haber tenido un accidente, mirate estas exhausto.— Jason le dedicó una sonrisa, el gesto de preocupación de la chica le hizo sonreír.
— Preciosa, estoy grandecito para conocer mi limite, pero me alegra saber que tengo un lugar a donde regresar, una persona que se preocupa por mi...— Adriana apartó la mirada, hacia unas horas que se había escapado con Jason y ya sentía que su corazón iba a salir de su pecho.
— Callate Mccan... — Susurro Adriana bajándose del coche estirandose, aún tenía la mitad del vestido de novia puesto, miró al chico que le lanzó su chaqueta.
—Yo no me escapé de mi propia boda, si te sirve de consuelo... Pero por suerte tengo ropa de repuesto en el maletero. Estas de suerte angel. — Aquel apodo y el tatuaje volvieron a la mente de la chica.
Porque había tenido que tomar malas decisiones en su vida o en parte eso creía ella, ahora se encontraba de nuevo junto a su primer amor y padre de su hijo.
— Agradezco en estos casos que aprendieras a poner una muda de tu ropa en el coche, ahora puedo aprovecharme de ello.— Una sonrisa le dedicó mientras Jason frunció el ceño sacando la bolsa con la ropa y cerrando el coche.
—Vamos novia a la fuga, pagare una habitación y nos quedaremos a descansar, luego iremos a comer algo, siento que muero de hambre.— Se acercó a ella y le mordió la punta de la oreja izquierda. — Aunque podríamos comprar algo y que me prepares algo delicioso.
—Jason... Idiota no hagas eso, no puedes morderme...— Jason sonrio mientras le sacaba la lengua.
—No debo, pero poder, puedo no lo olvides...— Ambos fueron interrumpidos por una anciana que los estudiaba con la mirada, Adriana le sonrió a la señora y esta hablo.
—Tengo una habitación para recién casados, no se si se sientan cómodos, las cosas aquí son diferentes a la ciudad. — Susurro la mujer mientras sacaba las cuentas y la llave.
Jason sacó su tarjeta para pagar y tomó la llave, le dedico una tierna sonrisa a la mujer.
—Ella y yo...— Adriana le tapó la boca al chico con la mano.
— Gracias por la hospitalidad, es un bonito lugar, me gusta más que la ciudad.— A tirones consiguió llevarse a Jason que no paraba de reír ante la reacción de la joven.
—Adriana, no puedo mentir ya... Aprendí de mis errores del pasado. Tu y yo no estamos teniendo una luna de miel, por mucho que me duela aceptarlo. Espera, no me duele porque de momento esta cabecita no sabe dónde situarse.— Golpeó con suavidad la cabeza de la morena la cual le golpeó el hombro y inflo sus mejillas molesta.
— Eres un idiota y un cerdo...— Jason se hizo el ofendido y se cruzo de brazos.
—Soy un cerdo por querer aclarar las cosas, si fuera un cerdo no crees que haría peores cosas.— Al dar con la puerta de su habitación la empujo contra esta mientras eran observados por una pareja vecina.
Jason acercó peligrosamente sus labios a los de Adriana y observó cómo está cerraba los ojos esperando ser besada, Jason llevó sus labios esbozando una sonrisa al oído de la chica.
—No voy a besarte, abre los ojos... Esto sería ser un cerdo, acorralarte y besarte, hacerte suspirar mientras la pareja de allí nos mira. Pero no lo haré, contigo nunca he sido un cerdo, no lo seré nunca o eso creo.— Se apartó de ella abriendo la puerta dejándola pasar.
Adriana pasó tirándose en la cama escondiendo su rostro, porque esperaba un beso de Jason, hace unas horas que había abandonado su enlace con Jack y ahora estaba cerca del Colorado con Jason.
—La vida da tantas vueltas y en todas me lleva a él...— Susurro antes de quedarse dormida mientras el chico estaba en el baño.
Adriana se estiró y sintió el cuerpo de Jason a su lado, no sabía cómo había terminado en aquella postura, podía ver dormir plácidamente a Jason, la pequeña barba que tenía le hacía ver más adulto. Claro estaba que ahora eran mucho más mayores que cuando se conocieron en aquel campus de la universidad. Su mano viajó al rostro ajeno acariciandolo, recibiendo una mirada del contrario.
—No quise despertarte antes, cuando termine de ducharme te encontré dormida y te coloque bien para que no te doliera nada luego.— Adriana asintió sin dejar de acariciar la mejilla ajena.
—Gracias... Jason, no pensé que fueras a perseguirme y mucho menos que te escaparas conmigo... Esto es un poco extraño.— Jason tomó la mano de la chica y la beso.
—Adriana toma mi mano y agárrala, dime todo lo que necesites en cualquier momento porque se que se siente ser alguien que pierde el rumbo y mientras yo esté contigo evitare que eso te pase.— Jason acercó su rostro al contrario para depositar un beso en los labios de la chica.
Adriana se lo devolvió, en ese momento Jason se subió sobre ella dejando que su diestra le acariciara la cintura a Adriana, ella lo apartó con suavidad y nego.
—Jason, no me he duchado desde ayer... Además, no es momento para eso... No tenemos protección. — Jason frunció el ceño divertido y le mordió el cuello.
—Lo de la ducha era una excusa estúpida, pero la segunda aún era más estúpida... No necesitamos protección, ya tenemos un hijo y si continuamos de esta manera... Ya sabes, que tu te aclares y nosotros volvamos... Quiero darle un hermano a Jayden.— Hizo una pausa y luego descendió sus besos por la clavícula de la chica— Si no volvemos podemos continuar con esto... Pero me gustaría que tu fueras mi primer y última mujer en la vida.
—Eso sonó muy cursi Mccan, pero ahora mismo no se que sería bueno. No me siento apta porque no quiero hacerte daño, pero de algo estoy segura... Yo nunca deje de amarte, lo intente... Intente pasar página pero mis sentimientos por ti son fuertes.— Jason se quedó pensativo, nunca nadie le había dicho aquellas palabras, un amor correspondido pero no era momento.
Ambos habían pasado por tantas complicaciones y momentos que los había distanciado, ahora mismo estaban unidos de nuevo, Adriana volvió a apartarlo ligeramente y se puso de pie, tomó la ropa de recambio de Jason y corrió al baño.
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