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Una Nueva Vida

Una estrella fugaz y un deseo

Emma es una chica común y corriente de 15 años, con intereses comunes y corrientes. Ama todo lo que tenga que ver con literatura y el arte; su libro favorito "Un amor de ensueño", a sido la inspiración para decenas de sus dibujos.

En la escuela es tratada como una chica del montón: no es tonta, pero sus calificaciones no son las mejores, por lo que los maestros no le prestan gran atención, ni siquiera es digna de la atención de los bullies del salón. No tiene amigos y cada día come sola. Su tiempo libre lo pasa en la biblioteca con su única confidente, la señora Dotts. A pesar de la patética vida que pueda tener en la escuela, el gran edificio estudiantil es un refugio para el infierno de su hogar.

La madre de Emma se llamaba Sophie, y falleció dos años atrás en un accidente de auto, cuando recogía a Emma de una clase de canto: la chica había insistido en querer ir a su clase a pesar de las fuertes lluvias, durante el camino de regreso un conductor derrapó sobre la carretera impactando el auto de su madre. Emma quedó inconsciente y sufrió un par de fracturas, su madre en cambio, quedó prensada entre el volante y su asiento. Murió antes de que la pudieran sacar.

Después de la muerte de su madre, su padre empezó a culpar a Emma, inconscientemente o no, de lo sucedido con su madre. Ahogó sus penas en alcohol, perdió su trabajo y comenzó a apostar, dando como resultado la pérdida de la casa en la que había vivido por 15 años. Terminaron viviendo en un pequeño departamento a las afueras de la ciudad.

Emma salía cada mañana lo más temprano que podía de su hogar y regresaba lo más tarde que podía, para tratar de evitar algún encuentro casual con su padre. Incluso había encontrado un empleo de medio tiempo como mesera en un restaurante, aunque luego de probar un postre hecho por ella, la dueña la hizo como una ayudante general. Su padre hacía mucho tiempo que le había dejado de dar dinero para su gastos, y ella tenía que apañarselas para comer y pagar sus gastos de la escuela.

El día de su cumpleaños número 16, una fuerte nevada cubrió el mundo de blanco, y Emma salió silenciosamente de su casa, tratando de hacer el menor ruido posible, su padre había llegado casi a medianoche y no se durmió hasta después de las tres de la madrugada luego de pelear con los vecinos por el ruido que hacía. Ese día en la escuela fue tan mediocre como cualquier otro, a excepción de un bonito regalo que le dio la señora Dotts: una libreta de dibujo con una caja de 120 colores de la mejor calidad. Estaba muy agradecida y por primera vez en mucho tiempo, deseo llegar rápido a casa para poder estrenar su magnífico regalo de cumpleaños. Por la tarde, al salir de la escuela, se dirigió al restaurante donde trabajaba, y al llegar la señora Mary la propietaria, la recibió con un caluroso abrazo y un pastel de chocolate negro alemán.

- Feliz cumpleaños, mi pequeña Emma. Te hice tu pastel favorito. Se que tu haces los postres más deliciosos, pero quería hacerte algo que te gustara.

- Señora Mary, no se hubiera molestado. No era necesario.

- Claro que es necesario. El cumpleaños de una bella niña como tú, no debe pasar desapercibido.

- Oh señora Mary, muchas gracias. - Emma no pudo contener más sus lágrimas, sin duda habían personas que aún la querían y apreciaban.

- Limpia esas lágrimas nena, o me harás llorar, sabes que soy muy sensible, y hoy es un día de felicidad.

Emma fue recibida por sus compañeros de trabajo con una canción de cumpleaños y muchos abrazos. Nunca se hubiera imaginado que esos chicos y chicas la tuvieran en concideracion. Recibió diversos regalos, aunque no tan caros como el primero, la llenaron de mucha felicidad, le dieron unos aretes, un par de libros de poesía, broches de pelo, una linda blusa, y el hijo Mary que era un chico muy guapo, le había regalado una tarjeta de una librería con 100 dólares para comprar en sus sucursales.

Jack era dos años mayor que ella, lo había visto de lejos muchas veces y consideraba que era el chico más guapo que había conocido. Le gustaba ir a las clases de canto porque Jack también iba, y cuando falleció su madre, creyó que jamás lo volvería a ver. Cúando entró a la escuela, se dio cuenta que estaban en el mismo edificio y lo admiraba desde lejos. En el momento de solicitar trabajo en el restaurante, no sabía que Mary era la madre de Jack, pero se sintió dichosa de poder pasar un poco más de tiempo con el. Jack siempre fue amable con ella, y la apoya tanto en el trabajo como en la escuela. Era sin duda su primer amor.

Al terminar la jornada de trabajo, Mary le pidió a su hijo Jack que acompañara a Emma a su casa, lo que hizo con mucho gusto. Todo el camino fueron hablando amenamente y Jack le contó cómo desde hacía dos semanas se venían preparando para su cumpleaños. Desde que Emma había llegado, sus postres eran parte de la venta principal del restaurante, nadie podía resistirse a una rebanada de pastel, un rico flan o su estrudel preparado por Emma. Una vez estacionados, Jack estaba muy nervioso, este era el día que había esperado. Le habrío la puerta del auto a Emma y la acompañó hasta su puerta.

- Muchas gracias por traerme, Jack, no era necesario.

- Es un placer, si me permites puedo traerte cada día, nada me haría más feliz que eso.

- Oh, gracias, pero no te quiero causar problemas... Bueno... Ya me tengo que ir... Se hace tarde

- Espera, no te vayas, te quiero decir algo

- Dime

- Desde el primer día que llegaste, me gustaste mucho, eres muy linda, y quiero saber si quisieras salir conmigo...

- Yo... No... Yo no...

- ¿Tienes novio verdad? Una chica linda siempre tiene muchos pretendientes, soy un imbécil...

- ¿Qué? No, no tengo novio. En realidad nunca he tenido novio, es sólo que no se que responder.

- Perdoname, quizá con esto te decidas.

Emma estaba confundida, no sabía de qué hablaba Jack, cuando sintió una mano en su cintura y otra en su hombro, abrió los ojos con sorpresa y vio a Jack acercarse a sus labios, ella cerró los ojos, y sintio su suave beso. Era tan tierno y cálido, sabía al pastel de chocolate qué habían comido por su cumpleaños, por un momento se dejó llevar por eso beso. Ese día era el más feliz de su vida. Entonces el se separó suavemente y tocó su cabello.

- Me gustas mucho de verdad, piénsalo, yo esperaré tu respuesta.

- Yo... Si quiero ser tu novia -dijo sonrojada-. Ya es momento de que entre. Nos vemos mañana.

Emma entró rápidamente a casa, se sentía arder en el rostro a pesar del frío que había afuera. Jack estaba extremadamente feliz, se subió a su camioneta con una gran sonrisa e iba de regreso a su casa, unas cuadras antes de llegar, se dio cuenta que Emma hadia dejado sus regalos en la parte posterior del coche, decidió regresar, era una buena excusa para ver a Emma otra vez. Mientras tanto, ella había entrado a su habitación a guardar sus ganancias del día en su caja de ahorros y traía entre sus brazos su libro favorito, cuando su padre irrumpió en su habitación gritando y apestando a alcohol

- Tú, ¡pequeña perra! Eso es lo que haces cuando no estoy,.. ¿Verdad? Te vendes a cualquier hombre.

- ¿Qué? No papá, el es un compañero de mi trabajo, eso es todo.

- ¡No creas que soy imbécil! Te vi besándolo, andas de ofrecida.

- No es verdad papá...

- ¡CÁLLATE, PERRA DESGRACIADA! Ya que tanto te gusta venderte, ¿porque no te entregas a mi? Te he criado por 15 años, deberías pagarme por mis esfuerzos.

- Papá, no, detente, no me hagas daño, por favor.

- Quien sabe si yo sea tu padre -Emma veía a su padre con horror, tenía los ojos enrojecidos, y cuando hablaba escupía saliva por todas partes- quítate la ropa o lo haré por la fuerza.

- No papá, por favor no, no lo hagas -Emma lloraba y suplicaba a su padre, no sabía que le pasaba, no se parecía al padre bondadoso que recordaba.

Emma y su padre comenzaron a luchar, mientras ella intentaba cerrar las piernas y arañaba su rostro, el hombre la abofeteaba y golpeaba en el abdomen. Cuando Emma le dio un rodillazo en la entrepierna, pudo librarse y correr hacia la puerta, estaba a punto de abrirla cuando sintió que la jalaban del pelo y le propinaban un puñetazo en el rostro, el dolor le sacó lágrimas que corrían por sus mejillas hinchadas. Pero su padre no se detuvo, tenía el rostro completamente hinchado y bañado de sangre. Gritos de auxilio salían de su boca al escuchar que alguien tocaba el timbre de su puerta.

- Emma, responde, ¿estas ahí? -era Jack que escuchó los gritos de Emma- Voy a tirar la puerta

Jack tiró la puerta y encontró al padre de Emma tratando de levantarse, con los puños llenos de sangre, mientras que ella estaba llena de sangre, con la falda a media subir y la ropa interior enrollada a medio muslo. Jack se sintió morir por el dolor de ver a Emma en ese estado, no tenía mucho tiempo de aberls dejado en su casa, pero ahora estaba así. Se acercó al padre de Emma y le dio un peñetazo que lo tiró sobre una destartalada mesa. Recogió suavemente a Emma y la sacó de su casa rumbo al hospital.

Mientras Jack caminaba con Emma en brazos, ella abrió los ojos, y en el firmamento observó una estrella fugaz surcando los cielos. "Desearía tener una oportunidad de una nueva vida", pensó Emma, mientras seguía abrazando firmemente el libro que había sido el favorito de su madre, "si pudiera estar en un mundo mejor, donde pueda tener la oportunidad de escapar de mi cruel destino, donde no me vea obligada a pasar por este mismo dolor".

- Emma resiste, pronto llegaremos al hospital

Un estruendo rompió el silencio de la noche. El papá de Emma se acercaba rápidamente con un arma en la mano.

- Sueltala y largate si quieres vivir -vociferó el padre de Emma.

- No, la llevare al doctor, ella lo es todo para mi -Jack se dio la vuelta y otro disparo sonó, Jack tropezó y calló de rodillas-. Tranquila Emma, estarás bien, yo te protegeré.

- Jack, nos volveremos a encontrar. Yo te buscaré y estaremos juntos.

Emma volvió a desear con todo su corazón "si alguien puede escucharme, denme la oportunidad de volver a encontrar a Jack, yo me aseguraré de que no corramos con el mismo destino".

Jack acercó sus labios a los de Emma y le dio un último beso, la miró a los ojos y le susurró "te amo desde la primera vez que escuché tu voz en los jardines de esa vieja academia, por favor, canta para que nos volvamos a encontrar". Con su último aliento, Jack cayó al piso nevado junto con Emma, mientras ella acariciaba su rostro y daba su último suspiro.

Despertar

Emma sintió dolor en el cuerpo, no sabía en dónde estaba, luego, como si de un rayo se tratara, miles de recuerdos comenzaron a invadir su mente, recuerdos de su vida como Emma en el mundo moderno, de su padre, de Jack y de la muerte de ambos. También habían recuerdos de Emma Rocher, el cuerpo en el que vivía ahora, una niña de ocho años. Se levantó de su cama y se miró al espejo de su tocador, no era muy diferente de cómo había sido en su vida anterior: sus cabellos antes castaños y cortos ahora eran negros y caían en suaves y largos rizos, sus ojos cafés se volvieron púrpuras, era más blanca de lo que había sido antes, su piel parecía de porcelana, su nariz y sus labios eran los mismos en cuanto a su forma, y tenía aún su pequeño rostro en forma de corazón. "Únicamente cambió el color de mis rasgos notorios, lo de más es lo mismo", pensó. Volvió a su cama y se acostó, "tengo ocho años, eso quiere decir que Maximiliano acaba de salvar mi vida y la de mi padre, este es el primer momento cronológicamente importante en el que aparece Emma Rocher en la novela, porque definitivamente esta alcoba es como la describen en el libro".

Emma no estaba asustada ni confundida, al contrario, estaba feliz y emocionada. Su deseo se había concedido. Tenía la oportunidad de una nueva vida, y seguramente Jack estaría por ahí, en la espera de que ella lo encontrara.

- Te encontraré Jack, me salvaste en el momento más terrible de mi vida. Te encontraré y seremos felices juntos.

El sonido de la puerta abriéndose hizo que Emma girara la cabeza. Era Joanna Rocher, su abuela, y madre de su padre. Su abuela era la persona más cercana a Emma, había querido evitar las decisiones de su tonta nieta que la llevaron a la muerte, Emma Rocher se casó con el príncipe Arthur, y este la utilizó para lograr el apoyo de su padre el ministro de economía, el marqués Rocher; la inculparon de matar al bebé de la concubina favorita del príncipe que era su hermanastra Chantal. Luego estos dos cometieron traición contra el emperador, provocando una guerra, donde el general Maximiliano, que era el mejor amigo del emperador, les dio muerte y trajo paz al reino. Después de esto el emperador William, que había perdido la memoria, pudo regresar con su esposa Elizabeth que estaba embarazada. La novela terminaba con los emperadores ancianos y rodeados de nietos. "Después escribiré todos los sucesos importantes", pensó.

- Emma, querida, has despertado por fin -lloró la mujer-, estaba muy preocupada por ti.

- Estoy bien abuela, no te preocupes, creo que solamente me duele el cuerpo por dormir mucho.

- Debes seguir recostada. Le pediré a Julia que traiga comida para ti, debes estar ambrienta. -Julia Potts era el ama de llaves, y mejor amiga de la abuela- Betsy, que bueno que llegas, ayuda a la señorita a darse un baño en lo que traen su comida.

- En seguida, mi señora -la pequeña Betsy salió corriendo de la habitación para preparar todo. La Emma anterior la maltrataba mucho cuando ella siempre había sido fiel, incluso la acompañó hasta el palacio, donde murió por las intrigas de Chantal y el estúpido príncipe Arthur. En esta vida Emma cambiaría muchas cosas.

- Abuela, tengo algo que contarte, te pido que me escuches atentamente y que por favor me creas. Esto solo te lo puedo decir a ti, porque padre no me creería nunca.

- Habla ya, dilo sin tanto rodeo.

- El accidente no fue un accidente, abuela. Fue planeado. Lo hizo Loretta, la esposa de padre.

- ¿Que dices? ¿Tienes pruebas? Es muy serio esto que dices.

- Abuela, yo estaba jugando escalando un árbol, cuando Loretta le dio una bolsa llena de monedas al cochero, le dijo que tenía que manipular el carruaje para que nosotros cayeramos al barranco, y que si eso no funcionaba, también había contratado bandidos para matarnos en el camino. Como sabes abuela, el padre está en forma, y salto junto conmigo antes de caer, y luego ese joven nos ayudó. Puedes revisar las pertenencias del cochero y ver si es verdad.

- Esto es muy serio. ¿Porque Loretta querría que tu padre muriera?

- Abuela, ella nos quiere matar a todos en la familia, también a mi hermano y a ti. De esa manera ella se quedará con toda la fortuna. No sería la primera vez que enviuda.

- Cómo planea matarme a mi y a tu hermano -la abuela estaba pálida por semejante noticia, se notaba que nunca había desconfiado de Loretta, si bien no la tenía en alta estima, no creía que fuera esa clase de mujer. En el libro, Loretta había empezado sus planes luego de casarse: envenenaba a la abuela poco a poco con el té que preparaba para ella, su sirvienta siempre cargaba el frasco consigo. La abuela finalmente moría cuando Emma tenía 12 años, y ambas tenían una pésima relación causada por Loretta y Chantal. Su hermano moriría dentro de poco tiempo, cuando regresara a casa por unas graduarse del internado, su carruaje sería emboscado, y de esa manera moriría el único hijo del marqués Rocher.

- La tarde antes de irnos en el viaje donde pasó el accidente, vi a la sirvienta de Loretta echándole algo a tu té abuela, pero no al de Loretta, lo que es muy extraño, y cuando Loretta le entregó el dinero al cochero le dijo que si lo hacía bien, le daría otro trabajo para encargarse de mi hermano -ante estas palabras, Joanna palidecio aún más-, se que es difícil de creer abuela, pero es verdad, observala con mayor cuidado. No te estoy mintiendo.

- Hay que tratar esto con sumo cuidado hija. No le digas esto a nadie más. Si vuelves a oír o ver algo dímelo inmediatamente, y has como que no sabes nada, ¿entendiste?

- Si abuela entiendo. Perdoname por preocuparte más abuela, pero no quiero que nada malo te pase. Eres la única que me ama y se preocupa por mi.

- Tranquila mi niña, yo te amo, y siempre te cuidare.

- Lo sé abuela.

Emma abrazó a la mujer mayor, ahora tenía la oportunidad de una nueva vida, donde había alguien que la amaba y la cuidaba. Si quería encontrar a Jack tenia que ser más lista y poderosa. Ahora sabía quienes serían sus enemigos, y si quería tener una vida feliz, se tendría que deshacer de aquellos que pretendían dañarla.

Una nueva/vieja aliada

Emma y la abuela platicaron un poco más hasta que Betsy, junto a otras criadas entraron con los cubos de agua caliente para su baño.

- Emma, querida, ya me retiro, mandaré llamar al médico para que te revise. Descansa, no estés de traviesa. Si tienes hambre, solo pídelo.

- Si abuela, lo que tu digas.

- Betsy, cuida bien de tu señorita. Cualquier cosa que suceda, avísame inmediatamente.

- Si, señora Rocher.

Betsy ayudó a Emma a desvestirse y a entrar en la bañera, pero el agua estaba muy caliente todavía. Cuando Emma puso un pie dentro, lanzó un pequeño grito y Betsy tembló de miedo y se arrodillo.

- Discúlpeme señorita, no me di cuenta que el agua estaba muy caliente. Castígueme.

- No exageres Betsy, ¿en los cubos hay agua fría todavía? Solo pon más agua fría y se templará.

- Si señorita. Enseguida. -rápidamente Betsy templó el agua de señorita, y está se recostó cómodamente en la bañera. Betsy estaba perpleja ante el nuevo comportamiento de la señorita, primero no hizo berrinches con su abuela y ahora era amable con ella, que era una simple sirviente.

- Betsy, ¿cuanto tiempo llevas en esta casa?

- Toda la vida señorita, mis 12 años los he vivido aquí, en la residencia de servicio.

- ¿Alguno de tus padres trabaja aquí entonces?

- Si señorita -mientras lavaba el cabello y cuerpo de Emma, Betsy relató su historia-. Mi padre fue un caballero que sirvió al suyo, señorita, se llamaba sir Kyle, y falleció en cumplimiento de su deber protegiendo al imperio de un ataque del reino nómada hace nueve años. Mi madre es Lucía, fue dama de compañía de su madre desde que tenían 15 años, y su sirvienta desde los 10. Su madre trajo a la mía a vivir a esta mansión, y aquí se conocieron mis padres. Tengo un hermano menor de 10 años llamado Justin, que se encarga de hacer mandados y llevar mensajes. Mi madre ahora no puede trabajar, quedó coja luego de que evitara que un carruaje aplastara a su madre, y aunque mi madre quiso seguir sirviendo a su señora, ella se negó, pues consideró que sería mucho trabajo para la condición de mi madre. Ahora pasa sus días bordando y remendado vestidos de algunas damas a cambio de algunas monedas.

- ¿Cuando empezaste a trabajar?

- A los 10 años. Cuando su padre se volvió a casar, se nos cortó el apoyo de subsistencia que su madre nos proporcionaba luego de la lesión de mi madre. Mi hermano quiere ser médico, por lo que los dos trabajamos duro para poder cumplir su sueño.

- Entiendo, esa perra incluso les quitó dinero a ustedes.

- ¡Señorita! Usted no puede decir tales palabras obscenas.

- Es la verdad, si no fuera por Loretta, no tuvieras que trabajar tan duro. Dime, ¿ella y su hija te ponen las cosas difíciles?

- Yo no puedo hablar mal de mis patrones señorita.

- Entonces si lo hacen. A partir de hoy, si te hacen algo dímelo, si escuchas cualquier cosa inapropiada dímelo, si tratan que hagas algo indebido dímelo, o si intentan amenazarte, dímelo también. Esa mujer es un arpía, y su hija es de la misma clase. La arpía mayor quiere matar a mi abuela, lo sé, e intentarán por todos los medios usarme y eliminarme también. Debo actuar a tiempo, y asegurarme que no sean un estorbo cuando encuentre a Jack.

- Quién es Jack, señorita -preguntó con curiosidad Betsy.

- Mi destino es encontrarlo. Este es un ancho mundo y solo tengo ocho años. Tengo mucho trabajo por delante.

Betsy pensó que su señorita estaba actuando muy extraño, aunque decía cosas extrañas, parecía un cambio para bien, esperaba que fuera permanente. La impresión de casi morir dos veces seguidas debió de ser muy grande para una niña de su edad, y quizá la iluminó para tener un mejor comportamiento.

Por otro lado, Emma verdaderamente había cambiado, en su vida anterior nunca hubiera maquinado contra nadie, pero después de largos años de maltrato y de que su padre casi abusa de ella, supo que no podía seguir siendo la niña ingenua que fue. Ahora sabía las cosas que sucederían en esta nueva vida que le fue otorgada, le había jurado a Jack que lo encontraría y que vivirían felices, no sabía como lo iba a encontrar, pero tenía tiempo, primero tenía que asegurar su propia seguridad.

Una vez terminado el baño, la vistieron con una bata blanca y se fue a acostar. Le pidió un libro a Betsy, y está fue por una bebida y bocadillos para su señorita.

La abuela y el médico llegaron, este último la revisó y dijo que se encontraba en perfecto estado, recomendaba reposo, evitando actividades agitadas o ejercicio extenuante, pero podía caminar por los jardines por un par de horas. Después de que el médico se fuera a la sala, la abuela se sentó a orillas de la cama, tocando el cabello de la pequeña.

- Te pareces mucho a tu madre, eres igual de hermosa -Emma sonrió con verdadera felicidad, en su vida anterior y en esta se parecía a su madre, aunque hubiera fallecido, era un alivio saber que tenían cosas en común.

- Gracias por el cumplido, abuela. Quisiera hablarte de Betsy y su madre. Necesito que me hagas un favor, abuela.

- ¿Hay algo mal con la niña?, ¿acaso no estas satisfecha con su servicio?

- Betsy es la mejor abuela, somos muy cercanas, pero hace unos días Betsy me comentó que su madre se sentía mal y que tenía dolor en los huesos a causa de las lluvias. Quería saber si el médico podría ir a revisarla, ya que ella no puede costear el gasto yo lo pagaré con mi asignación mensual, de tal manera que no te costará nada. Solo pídele al médico que vaya.

- ¿No lo pueden pagar? Como es eso posible, tu padre le juró a sir Kyle que el cuidaría de su familia.

- Abuela, Betsy y su hermano trabajan en la mansión para poder subsistir, ¿crees que trabajarían tan duro si tuvieran un ingreso asegurado? Quizá el encargado de pagar a los empleados a sido negligente en sus deberes - Emma hacia pucheros con la boca, como si pensara que ese empleado fuera muy malvado, cuando en realidad sabía que la encargada de las cuentas era Loretta, poco a poco tenía que sembrar dudas en su abuela, para arrebatarle el poder que tenían en la mansión.

- Ahorita mismo llevaré al médico con Lucía y aclararé algunas dudas. Gracias por mencionar este asunto querida. Mandare a Betsy para que te haga compañía.

- Claro abuela, gracias.

Poco después llegó Betsy con una bandeja llena de comida, y la puso a un costado en la mesita de noche.

- Betsy, le he pedido a la abuela que lleve al médico a ver a tu madre. Se que por las lluvias le debe de estar doliendo la pierna. No te preocupes por los gastos, ya está resuelto todo, solo debes estar pendiente de que siga las indicaciones del médico.

- Señorita, muchas gracias -entre lágrimas la muchacha agradecía y besaba las manos de Emma-, ¿como puedo agradecer su bondad?

- Lo único que quiero de ti es tu amistad, nunca me falles, porque yo nunca te fallaré a ti. Se mi compañera de aventuras, Betsy. Quizá, si todo sale bien, ya no serás una sirvienta. Le pediré a la abuela que seas educada como corresponde a la hija de un caballero y héroe, y si tu quieres, puedas ser mi dama de compañía cuando seamos mayores, y me aseguraré de que te cases con un buen hombre que te ame. También haré lo posible para ayudar a tu hermano. Así que, por favor, solo dame tu amistad.

- Si señorita, claro que sí -entre lágrimas de felicidad y asentimientos, Betsy abrazó a Emma.

- Bueno, vamos a comer, esto es mucha comida, y solo es medio día, es mucho para mi sola y ya esta próxima la comida.

Entre charla ligera Emma y Betsy aprendieron una de la otra, y forjaron la base de una solida amistad que duraría toda la vida.

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