Alonso, nunca imaginó llegar a enamorarse perdidamente de una chiquilla inmadura y consentida como lo era Gisell Cooper, mucho menos aún imaginar que tendría un hermoso hijo con ella. Él pensaba que después de lo

sucedido con aquella mala mujer en su adolescencia él se cerraría a las posibilidades del Amor. Pero no sabía que el destino le depararía grandes sorpresas todas ellas relacionadas con la hermosa Gisell, una chica a la cual como decía Alonso nunca le había faltado nada por lo tanto no sabía lo que era la vida realmente.

Gisell Cooper por su parte no tenia en sus planes quedar embarazada tan joven, menos aún enamorarse nuevamente, pues después de su sufrimiento en la escuela, solo se dedicó a cambiar y mostrar una personalidad antipática y superficial, nadie imaginaba que detrás de esa actitud prepotente existía una historia.

Acompáñame a leer esta bella historia, se puede decir que es la continuación de la anterior Solo Sé Mía, aunque  esta estará enfocada en las vidas de Alonso y Gisell.

Esta historia al igual que las anteriores son de mi entera autoría, prohibido el plagio, pues mis obras están debidamente registradas.

En el pasado:

XXX:Wow Alonso, me encanta eres el mejor.

Alonso recuperaba su respiración mientras se recostada al lado de la chica.

-Te Amo Karina, te Amo como un loco.

La chica solo rodaba sus ojos, pues le fastidiaba escuchar la melosería del pobre Alonso, porque eso era para todos en el instituto un pobre diablo, aunque su apariencia era agradable y muy apuesto para todos no dejaba de ser un muerto de hambre, incluso para la malvada y hermosa Karina, la chica más popular del instituto, todos los hombres babeaban por ella, la creían inalcanzable, pero esa mala mujer disfrazada de belleza solo era una chica inmadura adicta al sexo que se burlaba de todos los hombres incluido Alonso, a él solo lo veía como el juguete que calmaba sus ganas cuando ella quería  a pesar de que no desconocía que el pobre estaba supremamente enamorado de ella.

Alonso: ¿Quieres que te lleve a comer un helado?

Le decía mientras acariciaba su rubia y larga cabellera.

Karina: Cariño no creo que con lo que recibes como repartidor de pizzas, te alcance para comprar un helado de los que suelo consumir.

Alonso bajo su cabeza en tono de vergüenza.

-No digas eso. ¿Sabes? he ahorrado cada centavo que he ganado en el verano porque quiero darte algo, para que lo conserves como símbolo de nuestro amor. Toma.

Le decía mientras extendía la pequeña cajita de terciopelo.

Karina tomo la caja y la abrió para observar una hermosa cadena, la cual tenía una lagrima azul como dije.

La chica soltó una fuerte carcajada.

- ¿Como crees que yo podría llegar a lucir una baratija como esa?

Alonso sintió tristeza al notar como la chica que amaba lo menospreciaba.

-No tienes por qué ser tan cruel, ya te he dicho que cuando termine de estudiar conseguiré un buen empleo y entonces podré darte los lujos que quieras.

Karina: Eso no pasará ni en dos vidas nené.

Alonso se puso sus bóxers y su pantalón de golpe.

Karina: ¿A dónde vas?

Alonso: Ya que no quieres aceptar un helado, iré a trabajar doble turno.

Karina: Cariño no te enojes, sabes que solo bromeaba, ven quédate un rato conmigo en la cama, mis padres hoy llegarán tarde.

Alonso negó.

-Es mejor que me vaya a trabajar, además mañana tenemos exámenes y no he estudiado.

Karina: Bien, como quieras, recuerda salir por la puerta del jardín.

Alonso sonrió con amargura.

-No te preocupes ya sé que nadie puede verme contigo.

Karina asintió y regresó a su cama.

Alonso salió bastante triste, la actitud de su novia le dolía bastante, eran novios desde hace un año y aún no conocía a sus suegros formalmente, porque Karina aseguraba que si él no fuera pobre todo sería diferente, y él sabía que tenía razón, pues para la gran familia Dakota su hija era su mayor tesoro y esperaban que solo se codeará con muchachos de su mismo círculo social, un repartidor de pizzas que de vez en cuando hacía servicios de jardinería en la mansión, no era digno de andar con esa hermosa chica.

XXX: Alonso, ¿Qué haces aquí?

El chico se puso nervioso, pues no esperaba que la señora Carla madre de su novia, regresara pronto.

Alonso: Ahhh, puedo explicarlo señora Carla.

Carla: No es necesario ya sé, viniste para poder podar la parte que hace falta del jardín.

Alonso suspiro aliviado.

-Si, si, aproveche que hoy tengo tiempo libre en la pizzería y quise venir y terminar el trabajo de fin de semana.

Carla: Bien, ve para que Antonio te entregue los implementos.

Alonso asintió y se retiró, no sin antes maldecir su mala suerte, pues la ropa que utilizaba la había comprado precisamente paraimpresionar a su novia, pero lo más probable era que la iba a estropear en el jardín.

Antonio quien era el mayordomo de la familia Dakota, se acercó a Alonso.

-Muchacho cuantas veces te he dicho que debes dejar en paz a la señorita Karina, si los señores se llegan a enterar de que frecuentas a su hija a escondidas, lo más seguro es que te despellejen vivo.

Alonso: No es mi culpa Antonio, pensé que ellos llegarían hoy tarde.

Antonio: Estas jugando con fuego muchacho, ten presente que en caso de que los señores se enteren tú serás el más perjudicado.

Alonso ignoro las palabras del anciano, pues en su mente y corazón solo importaba Karina, por lo cual estaba dispuesto a hacer lo que fuese necesario para estar con ella.

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Al siguiente día se encontraban en el instituto.

Alonso ingreso y saludo a su novia con un tierno beso, el cual la chica correspondió con fastidio.

Karina: Sabes muy bien que en la escuela no me debes saludar así.

Alonso: Perdóname, pero me es imposible no querer besarte y querer que todos se enteren de que tengo a la mujer más hermosa como novia.

Karina: Cariño debes acatar las reglas.

Alonso bajo su rostro con tristeza.

-Lo sé, no me pueden ver contigo ni en la escuela, ni en tu casa.

Karina: Así es.

XXX: No entiendo Karina por qué estas con el muerto de hambre de Alonso, amiga ¿Qué pasa por tu cabeza?

Karina soltó una fuerte carcajada.

-Sabes muy bien, que solo es un juego Darla, el pobre piensa que soy su novia.

Darla: No sé, no estoy de acuerdo contigo, por más de que digas que el tipo es un semental en la cama, para mí no deja de ser pobre y ordinario.

Mientras tanto en Nueva York:

Melisa: Hija por Dios, no me gusta que llegues tan tarde a casa, ¿En dónde estabas?

Gisell: Lo lamento madre solo me quede con unas compañeras haciendo un trabajo de la escuela.

Melisa negó molesta.

-No vuelvas a llegar tan tarde, o de lo contrario me veré en la obligación de hablar con tu padre.

Gisell: No te preocupes madre no volverá a pasar.

Melisa: Ve y te cambias de ropa, ya es bastante tarde como para que aun estés con el uniforme de la escuela.

La chica quien durante toda la conversación había tenido su cabeza mirando hacia el suelo, obedeció a su madre quien en ningún momento pudo notar el mal estado emocional en el cual había llegado la pequeña Gisell.

Gisell subió a su habitación y después de cerrar la puerta se desplomo en el piso mientras las lágrimas caían por sus mejillas.

Flash Black:

XXX: No te entiendo Gisell, si no quieres acostarte conmigo entonces ¿Para qué carajos viniste?

Gisell: Mi Amor, no digas eso, yo si quiero entregarme a ti, pero tengo miedo.

XXX: ¿A que le tienes miedo?, a disfrutar y que después te quede gustando.

Gisell: No es eso, no me entiendes.

El hombre se levantó furioso de la cama.

-La que no me entiende eres tú, llevamos más de 6 meses de novios y aun no quieres tener sexo conmigo, eres una mojigata.

Las lágrimas empezaron a notarse mientras resbalaban por las redondas mejillas de la hermosa jovencita, porque, aunque apenas contara con 15 años, era una de las chicas más hermosa de la escuela con sus cachetes redondos, su largo cabello castaño y sus hermosos ojos color gris, tenía un cuerpo bastante desarrollado el cual dejaba a más de uno babeando.

XXX: No, no, no empieces a llorar, sabes que eso me desagrada.

Gisell: No me trates así Dereck, sabes que te Amo.

El apuesto joven de nombre Dereck era dos años mayor que Gisell, y cursaba último año, en la escuela era el más guapo y no era para menos pues tenía un cuerpo bien trabajado por sus entrenamientos como capitán del equipo.  Era un campeón, un hombre que a pesar de su corta edad ya se había acostado con la mayoría de las chicas de la escuela, se podría decir que Gisell era la mujercita con quien más había durado en una relación, y esto no se debía

al amor que el joven sentía por ella, sino por el contrario era a causa de que aun no lograba su cometido de llevarse a la cama a la hermosa chica para después votarla, así como hacia con todas.

Dereck: Eso me pasa por ser tan idiota y meterme con una niña de cuarto.

Gisell sentía que iba a perder a su novio, por lo tanto, aun con sus temores decidió complacer los deseos del joven, se acercó a él y empezó a retirar su uniforme.

Dereck: ¿Esto significa que?

Gisell: Te quiero demostrar que si te Amo y no soy ninguna niña.

Dereck: Créeme lo vas a disfrutar.

Con esas palabras se acercó a la chica de manera peligrosa y empezó a besarla desesperadamente, mientras él también se despojaba de su ropa, la llevo hacia su cama y subió sobre ella para meterse entre sus piernas, al observar los pequeños pero desarrollados pechos de la chica los empezó a besar con necesidad, Gisell no podía emitir sonido pues los nervios hicieron que se paralizara y solo empezara a temblar.

Dereck: No te alcanzas a imaginar cuando he anhelado esto.

Le decía mientras retiraba la última prenda de su cuerpo, Gisell no pudo evitar que sus nervios se incrementarán al observar el miembro grande de su novio, quien sonrió de manera malvada.

-No te preocupes yo me encargare de que quepa a como dé lugar en tú pequeña y rosadita entrada.

Con esas palabras ingreso de golpe en la chica, quien no pudo evitar que un fuerte y doloroso grito se le escapara, aunque esto en ningún momento detuvo al hombre quien solo continúo entrando y saliendo del estrecho interior de la chica hasta sentir como se liberaba por completo.

Dereck: Ufff, la espera ha valido la pena.

Le decía mientras se recostaba sobre los pechos de la chica, quien no pronunciaba palabra y tenía su mirada perdida, pero sus lágrimas eran una gran evidencia de que para ella no fue un momento mágico como siempre lo soñó, por el contrario, fueron los minutos más dolorosos de su vida.

-Vamos levántate, te llevare a tu casa.

Gisell asintió y con bastante dolor en su parte intima se levantó y empezó a vestirse.

Fin del Flash Back

Queridos lectores estos son los primeros dos capítulo de mi nueva novela, como siempre espero que sea de su agrado, estaré atenta a sus comentarios, y espero sus valiosos votos. Bendiciones y un abrazo para todos.