VIOLETA

Soy Violeta Cáceres, una muy famosa diseñadora de modas de 29 años, se podría decir que lo tengo todo, belleza, fama, talento y al hombre que yo quiera a mis pies, sin embargo, también tengo fama de ser promiscua. Que equivocados están, hay algo que nadie sabe... Soy virgen.

Siempre supe que era lo que quería, comencé a diseñar desde la preparatoria, cuándo seleccione la universidad, ya sabía que iba a entrar a diseño de modas y como toda mujer joven y guapa, tenía novio, Diego, tuvimos una relación de aproximadamente 2 años, en los que nunca tuve relaciones con el, sentía que no era el tiempo, no era que esperara que nos casáramos, simplemente no estaba lista.

Un día, llegue a su departamento, acababa de salir de clases y quería invitarlo a comer, tenía llave, éramos de confianza, entre y lo primero que vi, fue ropa de hombre y de mujer esparcida por toda la sala, sabía exactamente lo que estaba pasando y estába a punto de irme, pero tenía que comprobarlo con mis propios ojos.

Cuando abrí la puerta de la habitación, en efecto,ahí estába mi novio con una rubia, en pleno acto, cuando me vio se taparon y yo cerré la puerta, para que siguieran teniendo privacidad, sentía una opresión en el pecho y casi podía escuchar a mi corazón quebrarse. Me quede inmóvil por un momento, no quería dejar salir mis lágrimas, no soy una persona débil.

Mientras yo intentaba tranquilizarme, salió Diego, a medio vestir.

- ¿Tienes calor?- Dije burlona mente y el bajo la cabeza.

Lo siento, esto no se ve bien, pero no es lo que piensas.-

- Y ¿Me puedes decir que es lo que estoy pensando?- No tenía vergüenza.

- ¡Escucha, me he cansado de esperar a que tú estés lista y al paso que vamos, nunca va a pasar, yo tengo necesidades!-

Eso sí era cinismo - Muy bien, entonces quieres decir, que yo tengo la culpa de que tú me hayas visto la cara de idiota, ¿Verdad?-Le pregunté. - ¡Escúchame, tu a mí, te dejo, ya no voy a hacerte más sufrir, acuéstate con quién quieras, por qué definitivamente, conmigo no!-

Salí de ahí dando un portazo, era la única manera que tenía de desahogarme por el momento. A partir de ahí, me concentré en mi carrera, ya habría tiempo para el amor... O no?

Pues no lo hubo, terminando la carrera, fijé mis metas, si quería ser reconocida, no podía parar.

Saque mi primera colección, tuvo buenos resultados, pero yo quería más, la segunda fue llevada a las pasarelas y de ahí puse mi tienda con mi marca VIOLETA'S CLOTHING, lindo no? Ahora nunca tengo tiempo y menos para conocer a alguien. Y no quiero, no me molesta pensar que voy a ser la señora de los gatos.

Si bien, mi fama creció, también los rumores en los que se aseguraba, que salía con cuánto modeló, se me acercaba. No voy a negar que son muy lindos y los cuerpos que tienen, uff! Pero solo me gusta mirar, eso no tiene nada de malo. Además algunos tienen la cabeza hueca y no voy a salir con alguien que tarda más en arreglarse que yo.

Tengo un hermano mayor, Nicolás, es celoso y sobreprotector, menos mal que no vive aquí, es abogado y está casado con la mujer más santa del mundo, Andrea, es un amor y sus 2 hijos son los más hermosos sobrinos del mundo. Mis padres murieron en un accidente cuando éramos chicos, así que de ahí viene el que sienta que debe cuidarme.

La única persona que sabe que no tengo la experiencia que se presume, es mi amigo y asistente personal Benji y cuando me hace enojar Benjamín. Es un encanto, nos encanta mirar modelos juntos.

SANTIAGO

Mi nombre es Santiago Duarte, tengo 33 años y soy un gran empresario en el mundo textil, aunque las mujeres me asedian, soy muy reservado, no salgo mucho, a menos que signifique ganar dinero, no me gustan las fiestas, es una perdida de tiempo.

No tengo ningún interés en el matrimonio, es un contrato del que nunca vas a salir bien librado, ¿ la razón?, Es muy simple, una vez estuve casado, de una mujer hermosa y muy inteligente... Demasiado, diría yo.

Corina, una linda chica, morena, alta, con unos ojos color avellana, que te derriten, la ternura andante, pero no todo es como lo pintan. Tuvimos 1 año de noviazgo y yo decidí que ella era la indicada. Para ese entonces, yo apenas iniciaba en el mundo de los negocios, se me daban muy bien, sabía exactamente lo que quería y no me daba miedo arriesgarme.

Tal vez, fue esa seguridad la que me llevo a cometer el peor error de mi vida. Yo estaba confiado, de que ella realmente me amaba, así que cuando estaba a punto de firmar mi primer contrato, le pedí matrimonio, ella acepto, y nos casamos en una ceremonia muy sencilla, y pocos invitados, entre ellos mis padres que no estaban muy conformes, mi hermana menor, mi amigo de la infancia Gerardo y algunos amigos de ella, dado que no tenía familia.

Los primeros 6 meses, fueron buenos, pero apartir de que comencé a tener buenos negocios, la cosa cambio, ella salía mucho y llegaba tarde. Ya no era la muchacha tierna que yo conocí, era fría y gastaba mucho dinero.

Un día de repente, solo dijo - Quiero el divorcio, esto se acabó-

- Pero, que pasó, no entiendo?- Estaba más que confundido.

- Quiero la mitad de todo- Así que ahí comprendí, ella solo me engaño

Claro que consulte un abogado, pero resulta que si no le daba la mitad, íbamos a entrar en una batalla legal, que no sabía cuánto iba a durar, además que no me aseguraba que iba a salir a mi favor.

Le di lo que quería, no sin antes me firmara un contrato, en dónde, renunciaba a pedir más de lo que se le entregaba. Era una muy buena suma, a lo que ella acepto y se fue de la ciudad con su amante.

Supongo que pensó que no iba a sobresalir más... Que equivocada estaba.

Ahora, no solo, es la fabricación de telas, si no también, compro o invierto en pequeñas firmas, de diseñadores, para confeccionar sus modelos e importarlos, todos salimos ganando.

Con respecto a mi familia, no viven en la misma ciudad que yo, pero estamos en contacto muy seguido, para mi madre, aún soy un niño, que no sabe cuidarse, mi padre en cambio, para el ya soy un hombre demasiado mayor y aún así, me manda un mensaje casi todos los días, para preguntar si ya comí. Mi hermanita, ella está en su mundo, esta estudiando diseño de modas y se que algún día, sera parte de mi empresa.

Por ahora mi mundo esta bien así, sin complicaciones, ah no ser que a Gerardo, se le ocurra que quiere ir a algún antro a ligar.

No sabía que al destino le importa muy poco lo que nosotros queremos y más por qué estaba a punto de entrar a mi vida una mujer, que igual que un torbellino iba a poner mi mundo de cabeza.

VIOLETA

Estoy en mi estudio, bastante concentrada, se viene la próxima colección y aún no termino, todo tiene que salir bien.

Estoy enfrascada en mi boceto, de un hermoso vestido de gala, aún estoy debatiendo el color, quiero un color que tenga presencia, que nadie olvide.

A pesar de ser una empresaria, me gusta vestir cómoda cuando no espero a nadie, sin embargo siempre estoy a la moda, ¿que les puedo decir?, es mi negocio.

Sigo en lo mío, cuando recibo una llamada, es la recepcionista.

- Señorita Violeta, aquí esta el señor Santiago Duarte, quiere habla con usted- Hago un gesto molesta.

- ¿Quien es, y que quiere?- Me enoja que la gente se presente sin avisar y más cuando tengo tanto trabajo.

- Es el director de Duarte's Manufactura, dice que tiene una propuesta de negocios.- Me dice ya algo nerviosa.

- Hazlo pasar, yo me encargo- Ya .e imagino su propuesta, claro que he escuchado de esa compañía, se dedica a comprar mini empresas textiles o "Colaborar" con diseñadores para hacer sus creaciones en masa, quitándoles todo lo especial de ser, una prenda única. Es algo que no deseo para nada, si bien es mucho dinero a corto plazo, no cambiaría, todo por lo que he trabajado, por unos billetes extras, por qué yo soy quien se ha esforzado por qué mi marca sea reconocida.

Tocan a mi puerta y contesto con un - Adelante- Sin despegar la vista de mi boceto. Lo escucho entrar y lo primero que percibo es un olor a colonia de buena calidad, que huele muy bien.

Me doy la vuelta y me quedo embobada con lo que veo, es un hombre alto, fornido, que le queda muy bien el traje sastre azul obscuro, hecho a medida por supuesto, su rostro decido es realmente apuesto, tiene ojos negros y una barba que dan ganas de acariciar... Y esa boca, definitivamente fantasee con esa boca.

Salgo de mi letargo y me alejo de mi mesa de trabajo y me acerco solo lo suficiente para hablar con el, por qué aunque sea exageradamente guapo, ya se a lo que viene, me quiere quitar mi empresa.

- Buenas tardes, señorita Cáceres, soy Santiago Duarte, es un placer- Lo último lo dice con un suspiro, después de haberme escaneado de arriba a abajo tendiendo su mano al presentarse.

- Buenas tardes- le digo sosteniendo su mano y al hacerlo siento como hormiguea mi piel. - Puede sentarse- suelto su mano y le hago una seña al escritorio, me sentiré más segura, estando detrás del escritorio.

Me siento en mi silla con el al frente, sigo en las mismas, es igual de imponente que si estuviera al lado de el.

- Me dijeron que tenía una propuesta para mí, lo escucho señor Duarte y rogaría fuera lo más rápido posible, tengo una colección que terminar.- Le digo sin mostrar el más mínimo interés, gracias a esos años de práctica, no quiero que sepa que me tiene tan alterada.

- Me agrada que sea tan directa, muy bien, no le quitaré mucho tiempo- Dice hablando seguro de si mismo, mientras me pasó una carpeta. - No se, si abra oído de nuestra compañía, pero básicamente, nos dedicamos a apoyar mini empresas y a diseñadores, en este caso como usted, que ya tienen renombre, pero que aún no llegan a todos los mercados. Nosotros no encargamos de la fabricación de prendas, y la importación y exportación de la mercancía. Todo eso, por un mínimo porcentaje de ganancia.- Explica detalladamente.

Abro la carpeta y finjo leerla, la arrojó al escritorio y el me observa con molestia.

-Basicamente, seríamos socios, mientras yo hago todo el trabajo, ustedes solo toman mis diseños, los hacen en cantidad y los venden, ¿Me equivocó?-

Sus ojos brillaron con furia, creo que no contaba con mi respuesta. Y la única verdad, es que no me importa, por muy afectada que me ponga su sola presencia, no es diferente a todas las demás personas que quieren aprovecharse de mi.