A mi querida familia:
Dejo esta carta para ustedes, quiero decirles aqui todo lo que no puede en vida, tal vez mi suicidio no sea la desicion correcta, tampoco se cuando leerán esto, es posible que no haya encontrado la fuerza para hacerlo, pero aún así quiero contarles, cuando confesé ser gay jamas pense que reaccionarían de esa manera, siempre pensé que se molestarían pero no a este grado, y no estoy dispuesto a seguir viviendo si se que mis padres se avergüenzan de mí, asi que lo siento.
Madre, mamita, mi intención jamas fue darte vergüenza, tampoco quería que papá se fuera por este motivo, quiero que sepas que me hago responsable por todo lo que paso, pero creo que no soy culpable de nacer gay, si pudiera elegir te juro que hubiera querido ser diferente, a ti hermano mayor, te agradezco infinitamente todo el apoyo y cariño que me diste, siempre fuiste mi ejemplo de vida yo siempre quize ser como tu, pero jamas logre pareserme a ti. Gabriela mi dulce hermanita siempre se buena como lo has sido, siempre fuiste mi niña consentida.
Papá si acaso les esto, quiero decirte qué siento no ser el hijo qué tu deseabas, tal vez si yo no estuviera tu podrías volver con mamá y con Gaby, espero qué logren perdonarme alguna ves, pero ya no aguanto mas esta situación, los amo con todo mi corazón.
—Alejandro
Mi nombre es Alejandro tengo 16 y... estoy apuntó de quitarme la vida con una navaja, suena estúpido lo sé, pero según las personas, las estupideces es lo único que sé hacer correctamente.
Hace apenas cinco días, yo estaba en el patio de mi casa pensando en como iba a salir del closet, para mi fortuna mi hermano mayor lo sabía y estaba apoyándome mucho, ese día llego a casa con su novia, dijo que me ayudaría con ese asunto, luego de esperarlo un rato él llegó conmigo
—Hola Alejandro cómo estás?
—Hola hermano, —le dije bastante desanimado, se acercó y me dio un abrazo.
—¿Te sientes listo Ale?
—para nada, —le respondí con miedo—. pero tengo que decirles ya
—No es verdad Ale, si no te sientes listo todavía no se los digas,
—Bruno, tengo que hacerlo ya y lo sabes, tienen que saber que soy gay
En el fondo no queria decirle a mi padres, pero tampoco queria seguir ocultándolo como si fuera algo malo.
—Hermanito no tienes que explicarle a nadie quien te gusta.
—Lo sé Bruno, pero no sé, es complicado nesesito que lo sepan.
—Esta bien ya dicelo, pero avisame cuando lo hagas para estar contigo ¿si?,
—Claro que lo haré, también tendré que decirle a mis amigos
—¡Oye! no tienes porque decirles nada
—¿Pero y si un chico me gusta? ¿no tengo que decirle?,
—Bueno, si te gusta, sí le tienes que decir.
—Je, je, te lo dije, ya no quiero ocultarme.
—Ven sigueme Alejandro.
—A donde vamos? —le pregunté siguiéndolo.
–Vamos con Marla iremos por un helado.
Siempre he tenido una buena relación con mi hermano mayor, él fue él primero en enterarse que soy gay, y me ha apoyado mucho desde entonces, también mi cuñada Marla. Aunque siento que le incomodo un poco.
Luego de caminar un rato llegamos con ella, que nos estaba esperando.
—llegamos! —dijo Bruno dando un beso en la mejilla a su novia.
—Hola Ale —me saludó.
—hola Marla me da gusto verte,
—igualmente cuñado.
Nos trajeron nuestro helado y comencé a pensar como será comer helado después de "destaparme"
Puede ser que sea más dulce. Siempre he tenido debilidad por la vainilla.
—Debimos traer a Gabi también ¿No creen? —dijo bruno con voz preocupada.
—No te preocupes —le respondí. —Ella salió por ahí con sus amigos.
—Dime cuñado —me cuestionó Marla con curiosidad —. ¿Ya tienes un chico guapo?
—Marla no le preguntes eso, —le reprochó mi hermano, con autoridad—.
—¿Pero qué tiene de malo?
—¡No tiene nada de malo, pero lo incómodas! —le respondió él.
—No pasa nada. De hecho si alguien, es Fernando, tú lo conoces Bruno.
—¿Es tu mejor amigo no? —me preguntó Bruno con una sonrisa.
—Sí es él, pero no se si decirle, ya saben, lo siento,
—Bueno cuñado —me dijo Marla—. Es posible que no te corresponda, pero si es tu amigo, no le importará tu orientación sexual.
Que Marla me dijera eso me subió el animo, tenia miedo pero, me estaba sintiendo mas tranquilo.
—Vamos a casa chicos —dijo Marla,
—Adelantense ustedes, yo quede de ir al parque con una amiga,
—Muy bien, no llegues muy tarde.
Yo siempre fui el raro, y no solo por tener una sexualidad diferente, por mas que trataba no parecia encajar con nadie, hasta hace poco me preocupaba demasiado la opinión de los demás, pero eso se acabo cuando conocí a Fernando y Alicia, mis mejores amigos, nunca tuve las agallas de decirles. Me preguntaba cosas como: ¿Serán homofóbicos? ¿Y si ya no quieren ser mis amigos después de contarles? Así que se podría decir que estoy en lo mas profundo de mi closet.
Llegue a casa de Alice y toque la puerta...
—Eres tú Alejandro, ¿que te trae por aquí? —me dijo la madre de Alicia.
—Buenas tardes señora Sara, ¿Está Alicia?
—Sí, permiteme hablarle, ¿Gustas pasar?
—Sí, muchas gracias, señora.
Luego de unos minutos Alicia bajo.
—Hola Ale, ¿Cómo estas?
—Bien, gracias ¿tú qué tal?
—Estoy bien —me respondio ella con una sonrisa.
—¿Iremos al parque? —le pregunté.
—SÍ, ya le avise a Fer, y dijo que nos ve allá,
Mientras caminamos pensaba en decirle a Alice, tal vez me entienda.
—Oye Alejandro, ¿Te puedo decir algo?,
—Claro que si, ¿que pasa?
—Hace tiempo que siento algo por ti
Esperaba todo menos esto.
—Yo...
—Sí, sé que tal vez no me correspondas —me interrumpió ella—. Pero aún así queria que lo supieras.
Tome sus suaves manos y le dije:
—Alice a mi me... Gustan los hombres, yo espero que me entiendas, y no te moleste.
—¿Entender? claro que entiendo, ¡Eres un maricón!, —dijo con furia.
—¿Qué? —le pregunté algo avergonzado.
—¿Cómo pude fijarme en un desperdicio como tú?
—yo creí que me apoyarías,
—¡Ay en serio nenita!, ¿Y ahora que haces? ¿Vas a llorar?,
—Así es, estoy llorando por ti ¿sabes lo vergonzoso que es eso para mí?
—¿Qué dices marica?
—Lo que oíste, me avergüenza sentirme así por un asco de persona como tú.
Me quite las lágrimas y en eso llego Fernando.
—¿Qué pasa Ale, estás bien? —preguntó Fernando con confusión—. ¿Por qué estás tan enojada Alice?
—¡Pregunta a tu amigo, yo me voy!
Ella se fue molesta. Solo había visto a Alice una sola ocasión y por cierto fue para defenderme.
—¿Qué pasa Alejandro? No e entiendo nada.
—Lo que pasa es que me confesó que le gusto.
—¿Y eso que tiene de malo? —me preguntó.
—Ella se enteró que me gustan los hombres y se molesto conmigo,
—¿Te gustan los hombres?
—Así es Fer, no pensé que le afectara tanto, ¿Tú que piensas de eso?
—¿Yo? ammm... no tengo problema con eso, ¿Somos amigos cierto?,
—Me hace sentir bien que lo digas —le dije con una sonrisa.
—Oye Ale, lo mejor es irnos, nos vemos luego.
—Sí, no hay problema, pero ¿Y Alice?
—No te preocupes por ella, deja que se calme y se disculpara contigo
—¿Tú crees?
—Estoy seguro que si, te veré... luego
—¡Muy bien amigo! —le respondí un poco más calmando.
Bueno no parece que le haya molestado, pero si se porta algo raro, solo espero que no se aleje de mí.
Era viernes al dia siguiente, durante las clases estaba tomando valor para decirle a mi papás, pero no sabia si decirlo o no, hace tiempo que ellos no se quieren, mi madre dice que si se separan ella no podría vivir, ¿Y si empeoró las cosas en su relación? No puede ser tan malo ¿Verdad?
Ese dia establamos hablando de la homosexualidad en clase, que conveniente ¿No?
—¿Alejandro puedes darnos tu opinión? —dijo el profesor.
—Sí, yo creo que las personas pueden vivir como quieran siempre y cuando no le agan daño a nadie.
—Muy bien Alejandro, ¿Por qué piensas así?
¡Por que soy gay profe! Pensé en ese momento...
—Pues amar no tiene nada de malo, es algo bueno ¿Entones cual es el problema con que a un chico le guste un chico o a una chica le guste una chica?
—¡Excelente respuesta! ahora en sus cuadernos...
—¡Ay! todos sabemos que Alejandro es gay y por eso los defiende ja, ja, ja —dijo uno mis "compañeros" interrumpiendo al profesor.
No era la primera vez que escuchaba algo así, realmente no me importaba pero aveses me incomodaba que me lo dijeran...
—Y si lo fuera ¿Qué? —dijo Alice en mi defensa—. Te aseguro que si tu fueras gay nadie te haría caso.
—¿Qué dices? ¡Soy hermoso!
—¿Entonces si eres gay?
—¡Claro que no, ni que fuera puto!
—¡Bien es suficiente! —dijo el maestro—. Señor Rafael si a usted no le gustan los hombres que son gays no se case con uno.
Luego de algunas risas, nos dejaron tarea y termino la clase, antes de salir Alice se me acerco.
–Oye amigo, —me dijo Alice—. quiero disculparme por todo lo de ayer, no soy una homofóbica ni nada por el estilo, tú eres una increíble persona Ale, y no quiero perder tu amistad.
–Tranquila Alice siempre seremos amigos y disculpa por decirte que eras un asco de persona, eso no es verdad.
—No, no te disculpes me lo merecía, y ¿como lo tomo Fer?
–Realmente no lo sé, no me dijo nada malo, pero hoy no a querido hablarme
—¿Crees que le molestó, Ale?
—No estoy seguro, pero mientras tu seas mi amiga los demás no me importan,
–¡Así se habla mi amigo! —me dijo Alicia emocionada—. Ven te invitó un helado.
Le dije a Alice que queria contarles a mis papás y para mi sorpresa no me dijo lo que esperaba escuchar...
–No creo que sea buena idea Ale.
–¿Por qué crees eso?
—No quiero molestarte, pero tus papás son... amm ¿Cómo decirlo?
—Dilo no hay problema
–Bueno, no son muy buanas personas, y no quiero presionarte más, pero creó que deberías esperar a que seas mayor de edad.
—Pero aún faltan casi dos años, no creo poder esperar tanto tiempo.
—Tienes razón, hagas lo que hagas te apoyaré, puedo acompañarte si quieres.
—Muchas gracias, amiga de verdad lo aprecio mucho.
—Por nada, cuentas conmigo para lo que sea.
No se que habria hecho de no ser por Bruno y Alice, bueno tal vez, lo que estoy planeando hacer ahora mismo.
Estaba decidido, les diria ya mismo, lo que siento no tiene nada de malo. Ya me sentía preparado.
Eran casi las nueve de la noche y estaba hablando con mi hermana menor, con ella no tengo que ocultar quien soy, ella tiene 13 años, me escucha y sabe lo que pasa, pero... No entiende muy bien el asunto...
–Oye Alejandro —se acercó curiosa—. ¿Te gusta el yaoi?
–¿Qué es el yaoi?
Jamás había escuchado esa palabra.
–¡Es tu realidad hermano! —me dijo poniendo una cara muy pícara.
–Creo que no te entiendo.
—Bueno olvidalo ¿Hoy le diras a mis papás?
–Así es Gabi, estoy bastante asustado.
–¿No tenias que avisarle a Bruno?
—Así era, pero se fue a su casa, no quiero molestarlo mas de la cuenta,
–bueno, cuando tengas un novio...¿me dejarías ver?, –¿Qué ? ¿De qué estas hablando Gabriela?
–Ya sabes, cuando se den amor.
–¡Gabi! no digas esas cosas.
–Bueno solo lo quería ver en la vida real,
–necesitó quitarte ha el internet,
–Ay ¿Por qué?
–¡Ay! ya olvidalo ¿Podrías hacerme un favor?
–¿Qué quieres?
–Ayúdame a buscar el lapicero que me regalaste, no lo encuentro.
–Por eso no te regalan cosas
–Anda, busca aquí, mientras voy al baño.
Baje las escaleras para decirles, me sentía aterrado pero... ¿Por qué? ¿Por qué me estoy armando de valor? ¿Por qué tengo miedo de decir esto?
Papá y mamá estaban sentados juntos en la cocina, después de pensar un montón de veses lo que les diría... respire hondo y entre...
–Mamá, Papá, quiero contarles algo.
–¿Qué pasa? —preguntó mi mamá—. ¿Hiciste algo malo en la escuela?
–No para nada
—¿Qué ocurre entonces? —preguntó papá en su tono irritado habitual— ¡Dilo rápido! mañana tendre que ir a horas extras.
–Bien hee... hoy en la escuela estuvimos hablando de la homosexualidad, y nos pidieron que preguntemos a nuestros padres su opinión.
Trague saliva y espere lo mejor.
–¿Papá?
–A mí no me importa lo que les guste meterse por el culo a los demás
–Bien , mamá tu que...
–Mira Alejandro —me interrumpió mi papá—. No quiero que me digas que eres maricón por que te juro que me largo de esta puta casa, hace ya mucho tiempo que te veo actuar muy delicado.
–Yo, yo no...
–¿Qué tanto balbuceas Alejandro?
¡YO, NO AGUANTO MÁS!
–Bueno papito espero que tengas tus maletas listas por que si ¡soy gay!
–¡Que carajos dices!
–Cómo lo oyes, soy gay me gustan los hombres, y eso jamás lo podrás cambiar.
Él se me acercó para golpearme, pero Bruno llegó para detenerlo justo a tiempo.
–¡Ya es suficiente papá! –le gritó bruno.
—¡Sueltame Bruno! no voy a tener un hijo maricón.
–¡No le digas así! Papá escuchame, Alejandro, tu hijo es gay y eso no tiene nada de malo, si no puedes respetarlo lo mejor es que si te vallas.
–¡Jodance todos ustedes!, me largo de aquí.
Bruno lo soltó y salio de la casa detrás de papá y mi madre, bueno... Ella se me acercó y me puso su mano en la mejilla, me le acerqué para darle un abrazo, pero me dio una cachetada,
–¡A partir de este momento tu ya no eres más mi hijo!
—Pero mamá yo creí que... —Ella salió corriendo para ir por mi padre.
Me eche a llorar, y Bruno me abrasó para consolarme
—Ale se suponía que me avisarías.
—¿Y para que? ¿que hubiera cambiado contigo aquí?
—Ay hermanito, ven, acompáñame por Marla.
—¿Por qué los dos están aquí? —le pregunté—. Es que tuve que llevar a coche al taller y nos vamos a quedar aquí con ustedes, o esa era la idea.
—Ve tú por Marla yo estare en mi cuarto.
Subí a mi cuarto y Gabi seguía ahí.
—Ale yo... lo escuché todo, ¿quieres platicar o algo?
—No Gabi, mañana hablamos ¿si?
—En... yo pienso que si hablas te sentirás un poquito mejor
—¡Grabriela quiero estar solo ahora! por favor vete, mañana hablaremos
—Esta bien, te veo mañana Alejandro,
Luego de que se fue apagué la luz y comencé a llorar otra vez, pero podia escuchar la discusión de mamá y Bruno allá abajo, mi padre de verdad se había ido de la casa por mi culpa.
—¿Cómo solo pudiste callar mamá?
—¿¡Qué querías que hiciera yo Bruno!?
—¡Defender a tu hijo! ¿O te importa mas tu cobarde esposo? —mamá le dio una cachetada—. ¡No te atrevas a hablar así de tu padre!
—Marla esta afuera, nos iremos con Alejandro
—No Bruno, quedence, solo hay que olvidar que esto pasó.
—Olvidar, ¿esa es tu solución mamá?
—¿Se te ocurre algo mejor? Mañana arreglaré todo, ya verás.
Luego de eso, estuve despierto como 2 horas llorando, al final pude dormir pero ya no quería despertar...
Baje a la cocina para desayunar, todos menos Marla estaban ahí.
—Buen día —saludé a los presentes con miedo—.
—Buenos dias Ale, se ve que no dormiste —dijo Gabi,
—¿Tú creés hermana? ¿Para mi no hay plato mamá?,
Ella me estaba ignorando...
—¡Mamá! —gritó Bruno—. Alejandro tiene hambre ¿no lo escuchaste?
—Sí lo escuché, pero no tengo por qué obedecer,
—¿Qué dices mamá? —preguntó Bruno con enfado—.
—Está bien Bruno ire yo... Bueno mamá ¿esa es tu idea? —le pregunté a mamá mientras me servía—. ¿Vas a fingir que no existo?
—Gabi sube a tu cuarto, —dijo Bruno—.
Nunca había tenido tanta necesidad por decir lo que pienso.
—¿Que esperaban de mí mamá? ¿Querian que me casara con una mujer es eso?
—No tengo deseos de discutir Alejandro.
—¡Pues no me importa! ¡¿A qué le tienes miedo!?
—¡Ya vasta! —Me dijo ya molesta—.
—Solo responde esto y te dejo en paz —le dije tratado de negociar—. ¿Por qué te molesta que me gusten los hombres?
—Ale tiene razón, ¿Qué tiene de malo, mamá? —dijo Bruno uniéndose a la conversación—.
—¿Qué tiene? Qué me da asco, y no estoy dispuesta a ser madre ¡De un maricón!
—¿En cerio es por eso mamá? —le preguntó Bruno—. O es porque el cobarde de tu esposo te abandono?
—¡No digas eso de tu padre! y tu Alejandro, de verdad me decepcionas, siempre te di lo mejor que pude, ¿Por qué tenias qué hacer esto?
–¿Crees qué yo pedi ser gay? —Mis ojos comenzaban a llenarse de lágrimas.
—No me importa si lo escoges o no, y ahora por esta persona que eres...
—¡Suficiente mamá! —le interrumpió Bruno, pero ella siguió:
—Esta repugnante persona en la que te convertiste, echó a perder mi familia.
—¿Pero por qué yo? ¿Qué he echó mal? ¿Soy un mal hijo?
—Debí haberme desecho de ti cuando pude, ahora por tu maldita culpa tu papá nos dejo, no eres mas un pedazo de...
—¡Ya callate! —Le gritó Bruno golpeando la mesa—.¿Estás escuchando lo que dices? Que ese maldito hombre te dejara es lo mejor que te ha pasado. Él tiene otra mujer, desde hace mas de 10 años
¿Qué ? ¿Tiene una amante?
—Cómo puedes decir algo así Bruno —dijo mamá llevando sus manos a su rostro—.
—Ese hombre es un cobarde.
—Pero ... ¿Cómo como sabes eso Bruno? —le pregunte, llorando a moco tendido—.
—Porque me la presento el muy imbécil.
—Esto no puede ser real —dijo mamá—. ¿Hace cuanto lo sabes?
—La primera vez que me llevó con ella tenia 11 años.
Mamá se sentó y seguia lamentándose.
—No puede ser
—¿Ahora lo entiendes mamá? Ese hombre queria irse con ella, y uso a su hijo como pretexto!
—Hijos por favor salgan de la casa ¿si?, dejenme pensar bien las cosas y... cuando vuelvan hablamos Alejandro.
En ese momento me sentía raro, estaba triste por lo que me dijeron pero también estaba enojado con ese hombre al que llamó padre, me senti ridículo, mis problemas no eran la gran cosa.
—¿Dónde esta Marla? —le pregunté.
—Ella se fue anoche a casa —me respondió—. Quería que se quedará, pero con lo que pasó, prefirió irse.
—Entonces ... ¿Ya te vas?
—Sí Ale, créeme que mamá ya estará más tranquila cuando vuelvas, ve con tus amigos mientras se calman las cosas.
—¿Y Gabi estará bien?
—Sí no te preocupes por ella, tengo que ir por mi auto, llámame si algo pasa ¿De acuerdo? —si yo te llamó Bruno.
Él se fue alejando y para mi mala suerte recibí una llamada de Fernando:
—Hola
—Hola, Alejando ¿Cómo estas?
—Estoy bien y tu que tal?
—Bien hee... Me preguntaba si querías salir con Alice y conmigo
—¡Claro! me gustaría ir.
—¡Genia ! te veo en el parque Alejandro.
—esta bien Fer, voy para allá.
Salí de casa y parecia que iba a llover. Llegue al parque, pero Alice no estaba, solo Fernando.
—Hola que bueno que llegaste —me dijo él—.
—¿Dónde está Alice?
—Me dijo que en un rato llega
—A muy bien, ¿y qué hacemos?
—Sé a donde ir sígueme Ale.
Luego de caminar una media hora llegamos a una pequeña colina a las afueras de la ciudad.
—¡Wow ! este lugar es genial Fer
—Qué bueno que te gusta, oye quiero hablar de algo contigo —me dijo con seriedad–. ¿Recuerdas al pesado de Rafael?
—Si ¿Qué pasa con él?
—Me enteré que es gay, por eso se burla cuando hablan de eso.
—¿Y como lo sabes?
—Lo encontré jalándosela con porno gay
—Eso es desagradable. Tú... ¿Lo estuviste espiando Fernando?
—Emmm... Eso no importa, el punto es ese.
—¿Y porque me lo cuentas a mi? —él miró al cielo—. Creo que va a llover.
—Si eso parece, pero... ¿Por qué me cuentas lo de Rafa?
—No por nada en especial.
—¿Estás seguro?
—Bueno creí que podrias tener algo con él si quisieras.
—Ja, ja, es eso. Rafa no es mi tipo supongo.
—¿No? Yo creí que sí.
—Para nada, siempre he creído que así son las personas como él
—¿Qué quieres decir?
—Bueno las personas que son homofobicas tienden ser homosexuales, pero les da pena admitirlo, me refiero a los hombres claro.
—Y. .. ¿En el caso de los papás que no aceptan a sus hijos? —me preguntó Fernando—. ¿Por qué pasará?
—Púes tal vez... Porque están educados a la antigua, y creen que es algo malo,
—Puede que sea eso, mira empezó a llover, acompáñame.
Al caminar detras de algunos árboles puede ver una pequeña choza, creó que era un cobertizo o algo así, cuando entre, vi algunas mantas en el suelo.
—¿Ya habías estado aquí Fer?
—Sí, hace como un mes.
—pero esto esta muy limpio para tener un mes.
—Bueno... es posible que viniera mas temprano
—Alicia no vendra ¿Cierto? —él salió de la choza y me dijo estando afuera—. No la necesitamos Ale, solo nosotros.
De nuevo entró a la choza conmigo.
—Hace tiempo que quiero hacer esto Alejandro.
Se me acercó y me dio un dulce beso en los labios, luego levanto mi playera y comenzó a besarme de nuevo, yo me sentía feliz, pero extrañado a la par, yo... No quería más
—Fer ¿tu?... —me interrumpió con otro beso—. No quiero.
—Sólo dejate llevar ¿Quieres?
Me separe de él.
—No quiero hacer esto Fer.
—¿Por qué no? —me dijo sujetándome del brazo—. Ya estamos aqui no voy a desperdiciarlo ¿Qué dices?
—¡Sueltame Fernando! —Me empujó sobre las mantas para luego subir encima de mí y comenzó a besarme en el cuello—. ¡Te digo que no quiero!
Él ignoraba mis palabras y comenzaba a besarme con mucha desesperación.
—¡Ya basta! —Le di un golpe en la cara tratado de safarme.
—¿Qué te pasa putito? ¿No es esto lo que te gusta?
Mientras decía esto, le di un puñetazo, que le hizo sangrar la nariz.
—¡Maldito maricón!
Me sujeto por el cabello y golpeó mi cabeza contra el suelo hasta que todo se volvió oscuro.
No puedo recordar que pasó en ese tiempo.
Desperté, y podía sentir como él... Hacía lo que quería conmigo. Unos minutos después, se levantó , y me orinó encima él muy cerdo hijo de puta... Me beso la frente y me dijo:
—Ni una palabra de esto a nadie mi niño bonito, di algo y esto seguirá pasando una y otra y otra vez.
El se largo de ahí, yo me sentía asqueado y con ganas de vomitar, me puse mi ropa, guarde mi móvil esperando que no se mojará con la lluvia, y sali de esa maldita choza.
Estaba corriendo hacia casa, me hacia sentir bien mojarme, la lluvia me estaba limpiando, cuando corría hacía mi casa, lo primero que hice fue llamar a mamá.
—Mami, mami, ayúdame —No podia dejar se decirlo mientras lloraba bajo la lluvia—.
Cuándo llegue a casa vi mis cosas afuera mojándose, la puerta estaba cerrada asi que empeze a gritarle a mamá, después de un rato ella abrió la puerta,
—¿Mamá porque sacaste todo eso? ¿Quieres que me valla? —le dije llorando a mas no poder, me miro a los ojos y dijo:
—No tendré un hijo homosexual, cerro la puerta y me dejó fuera.
—¿¡PORQUE ME HACES ESTO MAMÁ!? —comencé a gritar desconsolado— !Yo nunca quize ser gay! ¡Yo no pedi ser esto! ¿Qué esperabas que fuera?
Solo me tire en el suelo, no sabia que hacer ahora, trate de llamar a Bruno pero el móvil se mojó, ¿Qué hago?
—¡Ey chico! —Fijé la mirada a un chico que me hablaba desde un taxi.
—¿Está bien? —me preguntó.
No tuve la fuerza para responder, estaba ahogado en llanto, él bajó y le dijo al taxi que se fuera,
—Venga Conmigo —trate de resistirme pero no quería quedarme ahí—. Vamos, lo llevaré a mi casa.
Pensé en si, hice lo correcto ¿acabó de cometer otra estupidez?
A tres casas de la mía, estaba la de él, me dijo que me sentara, mientras llamaba a alguien, luego salio una señora un poco mayor
—Joven ¿pero que esta haciendo aquí afuera?
—¿Entonces puede pasar? —preguntó él chico—.
—¡Si pase, muchacho, adelante.
No iba a entrar a la casa de unos desconocidos.
—Oye , te prometo que estarás bien —me dijo él—
Bueno solo pediría su teléfono para llamar a Bruno, asi que entre.
—Joven debería tomar un baño —dijo la señora con preocupación—. Traele algo de ropa Sebastián.
—Sí voy por ella.
Mi ropa seguía escurriendo.
—s...señora ¿porque me están... ayudando? No tengo idea de quienes son ustedes.
—¿No necesitas que te ayuden muchacho? —Me dijo ella—. Sé lo que debes estar pensando, unos extraños me están ayudando sin conocerme o ¿no?
Eso es lo que acabo de decir. No podía dejar de temblar de frio.
—Estarás bien aquí, sigue a Sebastián te dirá donde puedes ducharte.
—Sígueme —me indicó el chico con una sonrisa—.
El chico me llevó al baño y me dio algo de ropa.
—Creó que usamos la misma talla de ropa, esperó te quede.
—Muchas gracias. Sebastián, ¿verdad?
—Sí, mucho gusto...
—Me llamó Alejando.
Cuando el se fue, abrí el agua caliente y podia sentir como mi cuerpo se calentaba, me sentía tan sucio, tan lleno de ira, me senté en el suelo y empecé a llorar abrazando mis rodillas, como pudo ser que mi mejor amigo, por el que sentía algo, más que amistad... ¡Abusara de mí! No se como, pero lo haré pagar, haré que ese maldito cerdo se arrepienta de cada segundo que estuvo conmigo,
pero por ahora tenia que irme, no podía darle molestias a estas buenas personas, esperó que Bruno venga por mí.
Download MangaToon APP on App Store and Google Play