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Princesa Guerrera

Capítulo 1- despertar

créditos a la portada a @multifandom.fan (si quieres una, comunícate a su instagram)👆

Sakurai Mei, una joven belleza, de cabello largo y oscuro, al igual que sus ojos, siempre lucia hermosa sin importar lo que llevara puesto.

Tuvo muchas propuestas de matrimonio, pero a sus 15 años, el emperador la solicito para casarse con el segundo príncipe, ella era hija del primer general Sakurai, el general más poderoso debido a su gran ejército y que era bastante influyente en la corte del emperador, por ello, para el emperador, era conveniente tener a la chica, dentro de la familia real. Mei era una chica educada, pero sumisa, había estado enamorada del segundo príncipe Arai Jiro, un chico de 17 años con buenos logros y muy guapo, pero, su matrimonio fue solo político, por lo que el príncipe Jiro, no tenía ni las mínima consideración ante Mei, ya que él, amaba a otra, a la cual tuvo que meter a su palacio solo como concubina, Jiro pasaba su tiempo con esta chica, dejando en el abandono a Mei, aun cuando este, procuraba buscarlo, queriendo ser una buena esposa, Jiro solo la apartaba y le decía lo molesta que era, ante esto, Mei cayó en una profunda depresión, se recluyo en su salón del loto, que era la residencia a la que fue enviada, una sala pequeña y con pocos sirvientes, ya que el salón principal, el salón de la luna, fue dado a la concubina amada de Jiro, por supuesto, el padre de Mei no sabía nada de esto, ya que la mayor parte del tiempo, estaba en sus viajes para proteger el país y su madre, ella había fallecido cuando Mei solo era una niña.

En su reclusión, Mei tomo un camino desesperado, al no ser amada y estar sola, tomo veneno, buscando que el menos con eso, su padre regresará para estar aunque fuese en su funeral, las sirvientas de Mei habían llamado al médico y cuando este ya la daba por muerta, misteriosamente despertó, pero, estaba muy confundida y sin saber quien era, ante esto y para evitar que alguien pudiese hacerle daño, todos sus sirvientes callaron y dejaron pasar todo, nisiquiera el príncipe Jiro fue informado del envenenamiento, pues los sirvientes ya sabían que no se molestaría en buscar al culpable.

Un mes ha pasado desde el incidente y los sirvientes estaba totalmente confundidos por el cambió en la manera de ser de la princesa, pues a los pocos días de despertar la chica pidió todo tipo de armas y se la había pasado en su patio entrenando con ellas, descuidando sus rutinas diarias que eran tejer y beber el té con otras jóvenes de sociedad, incluso ya no iba a visitar al segundo príncipe, para perseguirlo buscando un poco de su atención; al menos eso último, era bueno para sus sirvientas, así evitaba ser la burla de las concubinas.

- parece que últimamente esa princesita, ya no se arrastra hasta el príncipe...

Hablo la segunda concubina, de nombre Yamada Keiko, cuando estaba bebiendo el té con otras chicas, las cuales se sorprenden ante esas palabras.

- imposible señorita Yamada, todas sabemos lo rogona que es esa chica.

- hasta lástima da, rogando por la atención del príncipe, cuando es obvio que el solo mira a la primera concubina.

Keiko se enoja por esas últimas palabras, aunque el menos, ella si recibe al príncipe de vez en cuando, incluso por eso, se diese superior a Mei. Tal vez cuando se vayan sus invitadas, ella vaya a hacerle una visita a esa princesa cobarde. Claro, ella no sabe, que se llevará sorpresa cuando descubra que la princesa Mei, ya no es la misma chica que ella conocía. Por otro lado, el príncipe recibe el informe de su sirviente que la princesa no ha sido vista, incluso menciona que no ha ido a verlo, aunque es obvió que el príncipe esta consciente de ello, pero para él, eso es mejor, pues así él, podrá vivir tranquilamente con su amada.

capítulo 2- ahora soy una princesa

"Mi nombre es Toudou Akira, tenia 26 años, provengo de una familia de policías y soldados, por ello, yo, era un agente especial del gobierno, el mejor en mi campo, mi especialidad era el combate con distintas armas, sean blancas o de fuego, pero un día, durante una misión, mi compañero me traicionó ocasionando con ello mi muerte. Extrañamente desperté en una época antigua, en el cuerpo de una joven llamada Sakurai Mei, una princesa olvidada por su esposo y tratada mal por las demás concubinas, según sus memorias, ella se suicido, para que pensaran que alguien la había envenenado, pero, todo parece indicar que nadie le tomo importancia a excepción de sus sirvientes. Y me percaté que pese a verse como un antiguo Japón, las ciudades y países, son totalmente diferentes, a lo que una vez leí en los libros de historia, es como si fuese otro mundo, debo estudiar más sobre la época y sobrevivir a como de lugar, pero, lo primero que debo hacer, es salir de este lugar rompiendo con este molesto matrimonio"

Ha pasado un mes entero desde que reencarno en Mei, durante ese tiempo, se ha ido adaptando a la situación, aunque lo más difícil era el poder moverse bien con los kimonos y la poca fuerza que la chica tenía, pero de a poco, ha logrado acostumbrarse; como cada mañana, estaba en su entrenamiento cuando un sirviente le dice que la segunda concubina ha irrumpido a el salón y exigiendo ser atendida mientras la princesa sale a verla. Mei les dijo que la sacaran, si ella no quería irse, ordenó del que la arrastren del cabello fuera.

- princesa, si hacemos eso, el segundo príncipe nos castigará.

- oh! Cierto. Iré yo misma.

Le dejo su espada a la mujer que estaba con ella y esta la sigue de cerca, en la sala, Keiko regaña a las jóvenes sirvientes por no atenderla como se debe y diciendo que le hará saber al príncipe, lo mal que la tratan, hasta que ve entrar a Mei.

Mei se queda viendo a la mujer, sin duda, con ese aspecto, más que una concubina parece una *Oiran.

- vaya, hasta que se digna a verme, que falta de educación al no atender a su invitada.

- ¿invitada? No recuerdo haberla llamado.

- no necesito invitación para venir a verla, princesa.

- claro que la necesita, una simple concubina debe conocer su lugar.

- ¿que has dicho?

Keiko puede notar que la manera de hablar de la princesa es totalmente diferente, además de que, mantiene la cara levantada y no ha agachado la mirada como suele hacerlo.

- aparte de zorra, sorda. Imagino todos escucharon ¿cierto?

Observa a todos, pero nadie dice nada, solo miran sorprendidos por la actitud de la princesa. Keiko al escuchar hablar así a Mei se puso de pié y se acercó a ella dándole una cachetada, Mei agachó la cabeza hacía un lado, mientras los sirvientes miran asustados, aunque ellos no pueden decir nada y esta no es la primera vez que Keiko, golpea a la chica.

- bien...con esto, que quede claro que lo siguiente, es porque me estoy defendiendo.

Mei cerro el puño y le lanzó un golpe directo a la cara a Keiko, quien por el impacto cayó contra la mesa tirando la taza de té sobre ella, las sirvientas que la acompañan corren a ayudarla.

- princesa ¿sabe lo que acaba de hacer?

- acaba de dañar a una de las preciadas concubinas del segundo príncipe.

- silencio, no se les ha dado permiso se hablar. Además ella primero me golpeo, a mi, a la señora de este palacio.

Se acerca y cuando la concubina se esta levanta, la sujeta del cabello y la arrastras hasta las puertas, mientras las sirvientas de la mujer le siguen mientras le gritan que lo que hace esta mal y será castigada.

- abran las puertas.

Los sirvientes aun sorprendidos, abren las puertas del patio y Mei tira con fuerza del cabello a Keiko hasta lanzarle fuera de la residencia, sus sirvientas corren a ayudarla; Keiko solo llora desconsolada por lo sucedido, pero eso no quedará así, pues tiene pruebas de la agresión que Mei le ha hecho.

- te vas a arrepentir, maldita!

- yo solo he castigado a una mujer irrespetuosa y encima, que me golpeo primero.

Mei se dio la vuelta y las puertas fueron cerradas, nuevamente les pide a los sirvientes no abrir ante nadie, que primero sea avisada si tiene alguna visita. Keiko, sin arreglarse, corrió hasta el salón del príncipe, llorando y lanzándose a sus pies.

- majestad, haga justicia por esta concubina.

- majestad, la princesa atacó a la concubina Keiko.

- fue grosera y agresiva. Castigue a la princesa por el honor de nuestra señora.

Las sirvientas de Keiko se arrodillan también ante el príncipe, éste, puede darse cuenta del rostro herido de Keiko, así como su ropa sucia y el cabello desaglado, pero, le resulta difícil creer que haya sido la princesa quien haya hecho eso. Como la primera concubina, Aneko Sumi, una joven bella, de cabello castaño y mirada amable estaba ahí, esta se acerca al príncipe.

- alteza, la concubina Keiko, siempre esta molestando a la princesa. Quizás ella, ya se cansó...

- aun así, Sumi, la princesa no tiene derecho a castigar a mis concubinas.

- pero alteza...

- llamen ahora mismo a la princesa. Arreglaré esto.

Sumi deja salir un leve suspiro y se mira preocupada, conoce bien a Keiko y sabe que sería capaz de dañarse así misma con tal de dañar a la princesa.

(Nota: "Oiran" es el termino japonés para referirse a una prosti.

Para cuando ponga una palabra con algún significado pondré en ella un * para que al final, yo les ponga nota con el significado 😬)

capítulo 3- cambio extremo

Un mensajero del príncipe, fue al salón de loto para informar a la princesa Mei que el príncipe solicita su presencia debido a la agresión hacía la concubina Keiko, Mei solo se asomo en la puerta para responder que no irá y que si la concubina fue golpeada, fue porque le falto al respeto entrando sin permiso a su casa y que fue ella quien agredió primero.

- princesa por favor, no se meta en más problemas con su alteza.

Hablo el sirviente, pues es bien sabido que el príncipe no le tiene ni la más mínima consideración y con ese problema, ahora la princesa estará en grandes problemas.

- ya dije, solo discipline a una concubina irrespetuosa.

- princesa por favor, si usted es castigada, sus sirvientes también lo serán.

Mei voltea para ver a sus sirvientes y estos agachan la cabeza, así que, no le queda de otra, ellos no tienen porque sufrir. Decide ir, pero antes, toma de entre las armas que le habían conseguido, un látigo corto, porque no duda que lo vaya a necesitar.

Al llegar al salón del príncipe, éste, esta sentado en su trono, a su lado, la concubina Sumi y al otro, Keiko, quien se ha cambiado de ropa y arreglado el cabello, cuando Mei estuvo frente al príncipe, mantenía la frente en alto, sin siquiera hacer la reverencia acostumbrada, además el príncipe pudo notar, que se veía completamente diferente a la Mei habitual.

- princesa Mei, la concubina Keiko me ha informado que fue agredida por usted.

- ¿también le dijo que irrumpió a mi salón y me golpeo primero?

Mei le sonríe con burla a la concubina, quien no hace más que enojarse aun más, se arrodilla ante el príncipe con lágrimas en los ojos, al ver esto, Mei solo gira los ojos con molestia y más cuando el príncipe la consuela.

- majestad haga justicia, yo solo fui a saludarla.

- tranquila. Princesa, no importa lo que haya pasado, es mi responsabilidad disciplinar a las concubinas.

- ¿lo hubiera hecho si le dijera que me agredió?

El príncipe se queda en silencio, pues la respuesta era obvia, no, no habría hecho nada.

- me lo imaginé. Nunca ha hecho nada por mi, pero, bien que busca justicia por esa Oiran mentirosa. Sin duda los hombres solo se guían por lo que traen entre las piernas.

Todos se sorprenden por la manera tan "vulgar" de hablar de la princesa, ella siempre ha cuidado su vocabulario, pero ahora, ella es tan diferente. El príncipe molesto golpea la mano en el brazo de su trono, Sumi es quien le sostiene la mano y le pide calmarse.

- alteza, la princesa solo está enojada por las injusticias que ha vivido. Escuchela antes de juzgar.

El príncipe respira profundamente, ante esto, Keiko mira con molestia a Sumi, pues sabe que esa chica tiene mucha influencia ante ella.

- majestad por favor, justicia para esta humilde concubina, solo escuche lo mal hablada que esta siendo con usted.

- Sumi, la concubina Keiko tiene razón. Príncipe Mei, será llevada al patio y recibirá veinte golpes en la espalda.

- ¿que? Pero que cara...

Antes de poder protestar, dos hombres ya la sostenían de los brazos para llevarla al patio.

- príncipe, ella no resistirá, su cuerpo es incluso más débil que el mío.

Pesé a las peticiones de Sumi, la princesa fue llevada hasta el patio, Keiko y el príncipe van con ella, pero Sumi prefiere quedarse, no puede ver como esa chica esta siendo maltratada; estando en el patio, justo cuando el sirviente esta por golpearla con una madera Mei se gira y lo detiene con la mano, le quita la madera y lo usa para lanzarla contra Keiko, aunque no le da, la mujer grita y se esconde ante el príncipe quien se asombra al ver con que habilidad, Mei se esta defendiendo de los hombres que tratan de sostenerla.

- princesa Mei! Deténgase y reciba su castigo.

- oh! Dijo que debo recibir un castigo, pero nunca dijo que debo quedarme quieta.

- pero que grosera! Príncipe, no deje que esa mujer se quede sin castigo.

Gritaba Keiko, pero los pocos hombres que quisieron detenerla, ya se quedaban de dolor en el piso. Mientras que el príncipe, seguía sin poder creer lo que estaba sucediendo.

- mire príncipe, si no quiere que sus Oiran sean dañadas, dígales que no entren a mi salón y no se metan conmigo, de ese modo, llevaremos la fiesta en paz.

Los sirvientes presentes, siguen sin poder creer ese cambio tan extremo en la princesa, incluso en su forma de hablar, dejo esos buenos modales y ahora habla de una manera tan informal. Antes de que el príncipe pudiera reclamar algo, Mei ya se ha dado la vuelta para ir de regreso a su salón; Keiko ante sacude el brazo del príncipe.

- majestad, no la deje ir, por favor no deje que se vaya, haga justicia.

- yo...pero que...no comprendo...

- basta concubina Keiko, ya ha causado problemas, además, no olvide que usted sigue siendo una concubina y ella la esposa legal.

- cállate! No sabes lo que sufrí ante esa mujer.

- basta! Concubina Keiko, regrese a su salón.

El príncipe se sentía un poco humillado por lo que acaba de suceder, aunque por ahora lo dejará pasar, deberá solucionar esa actitud tan desafiante de la princesa, pero por ahora, regresa dentro de su salón acompañado de Sumi. Quien se siente tranquila, porque Mei no fue castigada, aunque, conociendo al príncipe, apenas pueda, esta segura que irá a reclamarle a la princesa.

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