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NUESTRO SECRETO

PROLOGO

PROLOGO...

Era un día de verano en los Estados Unidos. La familia Duncan se preparaba para viajar a Italia a visitar a su familia, al igual que todos los veranos.

El dia anterior habian estado dando un recorrido por el aerodromo, controlando que todo este en perfectas condiciones. Los niños correteaban por el lugar con complicidad, mientras que los hombres se habian adelantado para hablar de sus asuntos. Detras de ellos, sus bellas mujeres establecian una charla y hablaban de lo que harian los proximos dias. Sobre todo con esos pequeños diablillos que por primera vez, desde su nacimiento, estarian a cuidado de otras personas que no eran sus padres.

Al dia siguiente, los Duncan se preparaban para emprender una nueva aventura.

-Rose, recuerda no dejar que los niños se queden despiertos hasta muy tarde y llámanos si surge una emergencia. –Le hablaba Isabella a la Ama de Llaves de la mansion.

-No se preocupe señora Isabella. Todo estará bien. Le ruego que disfruten sus vacaciones y no se estrese. Estaremos bien. Estoy segura de que esos dos diablillos no me daran trabajo. Ademas, me encanta cuidarlos.

-Lo sé. Eres la mejor. –Dijo ella abrazando a Rose. Era el primer viaje de los Duncan sin sus pequeños hijos: Matteo y Victorio. Era logico que la Señora este tan preocupada por dejar todo en orden.

Samuel e Isabella partieron hacia el aeropuerto donde los estaba esperando un avión privado con la leyenda "Duncan Enterprise".

Samuel Duncan era un magnate de la industria automotriz. Nació en Italia y se fue muy joven a los Estados Unidos, donde fundó su empresa. Luchó mucho para convertirse en quien es ahora. Conocio a Isabella en la Universidad y desde ese momento han sido inseparables. Amaba a su esposa y a su pequeña familia.

Sus hijos eran traviesos pero buenos muchachos. Ambos fueron lo mejor que les paso a la familia. Incluso su abuela que los veia muy poco, adoraba a los pequeños. Eran dulces pero rudos. El sentimiento por defender a la familia por sobre todas las cosas las heredaron de su padre. Eran muy unidos, algo que le facilitaba las cosas a Isabella, ya que rara vez los chicos estaban peleando.

Despedirse de los niños era dificil, pero sabian que quedarian en buenas manos... Al llegar al aeropuerto, encontraron a sus amigos esperandolos para despegar.

-Buenos días Samuel e Isabella, ¿Están listos para partir?. –pregunto William, un viejo amigo de Samuel y un destacado piloto, muy reconocido en el mundo de la aviacion.

-Will! como estas? Es un buen día para volar hoy... Oh! Que bueno que hayas podido convencer a Sofía de acompañarnos, que agradable sorpresa.

-Claro. Despues de todo es nuestro aniversario de bodas, no era justo que se quede sola en casa. Creimos que seria una buena oportunidad para viajar los dos solos. –Dijo William riendo.

-Siempre es un placer volar con ustedes, amigo mio.

************

William Megceza era un piloto de avión muy respetado en los Estados Unidos. Se recibió muy joven como el mejor de su clase. Era muy querido por la familia Duncan, para quienes trabajaba desde hace un tiempo y sobre todo formaban una linda amistad.

William habia trabajado muchos años para una empresa privada de aviones, hasta que su buen amigo le ofrecio trabajar para el como piloto de su jet privado, como gran empresario, Samuel viajaba mucho por negocios y necesitaba tener a alguien de confianza.  Esta ocasion era diferente, las dos familias viajarian a Italia para pasar un tiempo de vacaciones.

Antes de partir de su casa, William y Sofía fueron muy precisos con las indicaciones en cuanto al cuidado de su única hija, Emilia, quien solo tenía 7 años y quedaba a cargo de su abuelita Grace.

A diferencia de los Duncan, los Megceza eran una familia humilde pero de igual manera pudiente, el trabajo de William era muy bien remunerado y le alcanzaba muy bien para mantener a su familia. Aunque solo tuvieran una hija, eran una familia muy feliz y unida.

Desde que Emilia llego a sus vidas, fue como una luz en medio de la oscuridad. Habian pasado por muchas cosas y les costo lograr la felicidad que tanto anhelaban. Emilia les trajo todo eso.  Por eso, serian capaz de dar la vida por su pequeña. Isabella no pudo concebir mas hijos despues de ella. El hecho de que la pequeña haya nacido con vida fue un milagro, un milagro hermoso. Uno por el cual estaban dispuestos a todos. Ellos veian en un futuro a su hija convertida en una mujer fuerte, exitosa, con caracter, pero sobre todo dulce y gentil.

***********

-Samuel, Isabella. Prepárense para despegar.- Exclama emocionada Sofía.

-Sofia, espero que me acompañes durante el viaje. Sería muy agradable tener con quien charlar. Verás, Samuel no es buen conversador.- Dice Isabella.

-Oh, claro querida. Es un placer. Supongo que Samuel no ha cambiado en absoluto. Siempre ha sido tan callado y reservado que a veces era muy dificil saber que pasaba por su cabeza. –Exclamo Sofia, provocando la risa de todos los acompañantes.

-Es una pena que los niños no nos acompañen. –Dijo Isabella.

-Si... Pero ambas sabemos que lo hacemos por su bien. –Respondio Sofia.

Despues de su pequeña charla, ambas señoras se ponen cómodas para emprender un viaje de 8 horas con destino a Florencia. Mientras que los hombres, por su lado, decidieron compartir juntos la cabina del piloto.

Luego de unas horas de viaje, el avión comenzó a tener turbulencias fuertes. Era extraño, ya que no habia vientos fuertes ni tormentas. Segun la ruta de viaje, el vuelo deberia ser tranquilo y sin problemas. Preocupada, Sofía se levanta y se dirige hacia la cabina del piloto para asegurarse de que todo esté bien.

-Mayday, mayday...

-Cariño, todo está bien?. -exclama Sofía preocupada.

-Mayday, mayday... Yanqui Rayos X. Perdimos fuerza en los motores. Debemos regresar a La Guardia.

-William... Que ocurre?

-N-no lo se. Los controles no responden.

-Que quieres decir William?

-No responden! Nos vamos a estrellar!

CAPITULO 1

EMILIA.

La alarma sonó a las 5 a.m dando inicio a un nuevo día. Emilia se levantó de la cama con gran pesar.

Era el aniversario de muerte número 17 de sus padres, lo que significa que debía apresurarse si quería llevarle flores antes de ir a trabajar.

Emilia vivía sola. Sus padres fallecieron cuando ella tenía únicamente 7 años, y su abuelita falleció 8 años más tarde de un cáncer fulminante. Sin embargo, ella salió adelante. Comenzo a trabajar en bares y cafeterías y gracias a eso, fue a la universidad y se recibió con honores.

Hoy es su primer día como asistente ejecutiva del CEO de "Duncan Enterprise". Consiguió el puesto gracias a su mejor amiga Nicki, quien lleva un tiempo trabajando como ejecutiva del vicepresidente y le recomendó que en dicha compañía había una vacante a la cuál se presentó y la aceptaron de inmediato. Sin embargo, hoy conocería a su jefe.

Emilia se dio una ducha y se puso una falda tubo color azul, una camisa de mangas largas color blanca y zapatos del mismo color que la camisa. Se colocó sus cremas, se maquilló un poco y se echó perfume. Una vez conforme con su aspecto bajo a desayunar.

No sentía nervios por su primer día en el trabajo. Ella sabía que todo iría bien. ¿Qué podría salir mal? Era una persona respetuosa, aplicada, responsable. Jamás había tenido algún problema en sus anteriores empleos, por el contrario tenía muy buenas referencias en su currículum.

En ese momento, suena su celular, era Nicki.

-Hola cariño! Como amaneciste hoy?, atendió Emilia.

-Amiga!, cuéntame, estás nerviosa por tu primer día?

-Solo un poco. Pasaré por el cementerio antes de ir al trabajo.

-Oh claro. No te tardes, al jefe no le gustan las impuntualidades y debo darte el recorrido inicial para que conozcas las instalaciones.

-No te preocupes. Llegaré a tiempo. Chao.

Emilia colgó, agarró las llaves de su coche y partió rumbo al cementerio.

Emilia se bajó del auto y se dirigió a las lápidas de sus padres. Dejo un ramo de hermosas rosas azules en cada una de las lápidas. Permaneció junto a ellas un rato, miró la hora en su teléfono y se dirigió a la salida, pensando en sus padres. Emilia no recordaba como eran ellos de no ser por las fotos. Nunca supo como fallecieron tan jóvenes, su abuela siempre dijo que fue un accidente de auto y se negaba a darle más información que esa.

Mientras estaba concentrada en sus pensamientos, la chica tropezó. Cerro los ojos con fuerza esperando una dolorosa caída. Pero nunca llegó. Al contrario. Sintió un par de brazos fuertes que la sostenían por la cintura y un fuerte pecho donde estaba apoyada.

Emilia abrió los ojos lentamente y lo vio.

Un hombre alto y ejercitado la estaba mirando.

Ella se quedó hipnotizada en sus ojos grises y sus pestañas largas y negras que hacían que ellos se noten más.

-Deberías fijarte por donde caminas, puede que la próxima no haya nadie para salvarte. - Le dijo el hombre misterioso.

¡Quien se cree que es! ¡Es tan arrogante!

-No necesito ser salvada por nadie. Y menos por un tonto, arrogante como tú!. -exclamó la chica furiosa.

El hombre la soltó y la dejó ir, esbozando una sonrisa triunfal.

Emilia se fue apurada y subió a su coche.

10 minutos después, estaba frente a su trabajo. Aparcó el coche y agarró sus pertenencias para dirigirse a la entrada donde la esperaba su amiga Nicki.

Emilia se tomó su tiempo. Levanto la mirada y admiro el edificio en el que trabajaría a partir de hoy.

Soltó una sonrisa y suspiro, dirigiéndose al ascensor para empleados, donde estaba esperándola Nicki.

-Y ahí estás! Vamos. Tengo que mostrarte todo. - exclamó eufórica, Nicki.

-Qué bueno que te encuentro!.- Exclamó Emilia. -No vas a creer lo que me pasó. - Dijo, para luego contarle lo que sucedió en el cementerio por la mañana con aquel hombre misterioso pero a la vez arrogante.

-Oh vamos cariño, es tan romántico. Imagínatelo. Es como un cuento de hadas.

-Ay no es para tanto. - Exclamo Emilia, riendo.

Cuando salieron del ascensor Nicki le realizó un tour por la empresa para mostrarle su escritorio y las instalaciones rápidamente. Por último la llevo a conocer al jefe.

-Y por último. -Continuó Nicki. -Esta es la oficina de tu jefe, Matteo Duncan. El cual, por cierto, está para chuparse los dedos.

Emilia se echó a reír por las ocurrencias de su amiga.

Nicki golpeó la puerta y ante el asentimiento del jefe, entró a la oficina.

-Sr. Duncan, vengo a presentarle a su nueva asistente.

-Oh, las estaba esperando, señorita Mars. Hágala pasar.

Nicki abre la puerta y le hace una seña a Emilia para que pase. La chica se dirigió a conocer a su jefe segura de sí misma y con una sonrisa le dijo:

-Buenos días, Sr. Duncan. Mi nombre es Emilia Meg... ¡Tú! ¡QUE HACES TU AQUÍ!

De pie ante la chica, yacía él. El hombre misterioso.

...............

MATTEO.

El pitido de la alarma le indicó que era la hora de levantarse. Matteo se levantó, se puso un short, una camiseta y zapatillas deportivas y salió a correr al igual que todas las mañanas. Si bien era un hombre muy dedicado a su trabajo, se tomaba unos momentos para ejercitarse.

Luego de 15 minutos de correr, entro a ducharse y a vestirse para comenzar su día laboral.

Era el aniversario de sus padres así que quería llevarle flores al cementerio antes de ir a la empresa.

Desde hace 6 años, Matteo Duncan se convirtió en el CEO más joven en la historia de "Duncan Enterprise", asumiendo el puesto en la empresa de su padre a los 21 años. Luego de que George Dessault, el mejor amigo de su padre y a la vez, padre de su mejor amigo Noah, dejara la presidencia interina de la empresa para ocuparse de sus problemas de salud.

Matteo salió de la ducha  y se vistió con un traje color negro y una camisa Blanca. Hoy prefirió no usar corbata, ya que solo las usaba cuando había juntas de accionistas en la empresa. Se roció con su colonia favorita y bajo a desayunar.

-Buenos días mi niño. - exclamó Rose. - Hoy estarás tu sólo, el niño Vittorio se fue muy temprano.

-Hola nana. Nada más tomaré algo y me iré rápido también.

-Trabajas demasiado mi niño.

-No te preocupes nana. Solo pasaré por el cementerio antes. ¿Es el aniversario de papá y mamá, recuerdas?

-Claro que sí cariño. Como si hubiera sido ayer.

-Hace 17 años juré sobre la tumba de mis padres que los vengaría. Haré pagar por lo que les hicieron.

-No estés enojado cariño. Las pericias determinaron que fue un accidente. Además el piloto y su esposa fallecieron en el mismo accidente. A quién culparías?

Lo cierto es que Matteo sabía que su nana tenía razón. Pero también que había una pieza de la historia que no encajaba del todo. Alguien había ocasionado el accidente y asesinado a sus padres y él no dejaría que esa persona quede impune de tal atrocidad.

-No lo sé, nana ya sabes lo que pienso sobre eso. Ya me voy, no quiero llegar tarde. Ten un buen día.

Beso la frente de Rose, tomo su maletín y se dirigió al garage donde lo esperaba Michael, su chófer.

-Buen día Sr. Duncan, irá directo a la empresa hoy?

-Hola Michael. No, por favor, llévame al cementerio primero.

-Como ordene Sr.

-Llámame solo Matteo, Michael, ya te lo he dicho.

Matteo sube a la limusina y se dirigen hacia el cementerio, para dejarle flores a sus padres.

Cuando entro al cementerio se topó con una chica que venía distraída. Ella levantó la vista y él la vio. Una chica rubia, de cabello largo hasta la cintura, ojos celestes y un cuerpo muy bonito. Ella era preciosa. Matteo sonrió. Algo dentro de él despertó su instinto seductor. Sobre todo cuando la chica lo insulto por haberla chocado.

Matteo se río, a causa de la reacción de la chica y la dejo ir. Cuando ella se fue, él volteó a verla. Salió del cementerio a paso apurado, moviendo sus caderas de forma cautivadora. El muchacho sonrió para sí mismo, dejó las flores en las tumbas de sus padres y se dirigió hacia el coche.

Llegó a la empresa y se subió de inmediato al ascensor para ejecutivos, hacia el cuarto piso, donde esta su oficina. Al bajar del ascensor pasó primero por la oficina de su hermano, quien es el vicepresidente de la empresa.

Matteo golpea suavemente y abre la puerta con cuidado.

-Vitto, cómo estás? No te vi en la mañana.

-Que susto me has dado Matteo. -Dijo este llevándose una mano al pecho. - Lo lamento, tenía mucho trabajo para hoy y me dispuse a venir más temprano.

-Está bien. Llámame si me necesitas.

Matteo se dirigió hacia su oficina pensando que hoy ingresará su nueva asistente, por lo que tenía que estar preparado para cualquier cosa. Dado que la anterior duro poco. La pobrecita creyó que por tener sexo con él, le pediría casamiento, que ilusa. Claro que no lo haría.

Él era un hombre frío, no tenía sentimientos hacia las mujeres, solo las usaba y luego las desechaba, después de todo, todas las mujeres son iguales para él.

15 minutos después golpean la puerta de su oficina. Matteo supuso que era la Srta. Mars, para presentarle a la nueva asistente. A esta hora ya debía de haber terminado de darle el recorrido por las instalaciones.

-Adelante. - dijo él.

-Sr. Duncan, vengo a presentarle a su nueva asistente. - Anuncia Nicole Mars, la asistente de su hermano.

Matteo dio el asentimiento para que pasen y se pone de pie al lado de su escritorio, esperando a conocer a su nueva asistente. Tenía mucho trabajo atrasado y deseaba ponerla al día cuanto antes. Unos minutos después, la chica ingresa.

Matteo la observa sorprendido, era ella. La chica que salvó en el cementerio. Sonrió ampliamente recordando las palabras de ella. Nunca nadie lo había llamado arrogante y estúpido. Y no porque no lo opinaran, él daba demasiados motivos para caerle mal a las personas, sino porque no se atrevían a insultar a Matteo Duncan.

El chico pensaba que este día se ponía cada vez mejor...

CAPITULO 2

EMILIA

No podía ni pensar en que ese idiota sea mi jefe y para colmo la había cagado. De seguro estaré despedida antes de mi primer sueldo.

-Emilia? Que sucede?. -pregunta Nicki.

-Buen día, señorita Emilia. Debo suponer que usted es mi nueva asistente?

-Sí. -Dijo dudando. - Si, señor Duncan.

-Señorita Mars, podría dejarnos a solas?

Nicki asiente y sale por la puerta confundida.

-Lo lamento, no sabía que usted era mi jefe.

-Quien? Yo, el tonto, arrogante que la salvó de una caída tan torpe?. - pregunto desafiante Matteo.

Emilia se sonroja por la vergüenza.

-Tome asiento señorita, comencemos. -Dijo él ante la falta de respuesta.

La chica toma asiento silenciosa.

-Puede repetirme su nombre señorita?

-Emilia Megceza, Sr.

Matteo la observo por un momento, pálido. No podía creer lo que había escuchado. Sin embargo, el CEO se compuso y comenzó a decirle lo que esperaba de ella como asistente y a explicarle las reglas de la empresa haciendo hincapié en la puntualidad, ya que él detesta que sean impuntuales.

-Entiendo Señor, contesta ella.

-Puede retirarse a realizar su trabajo. Hemos terminado, ordenó.

Emilia se levantó de su silla y se dirigió rápidamente hacia la puerta. Quería salir cuanto antes de ese momento incómodo.

Nicki la estaba esperando en su escritorio para preguntarle por su actitud.

-Es él! El hombre misterioso, es él!. - exclamó Emilia.

-Te despidió?

-No, solo me puso al tanto de lo que necesitaba de mí y las reglas de la compañía y me envió a hacer mi trabajo.

-Que alivio. - exclama Nicki.

-Sí, supongo.

...****************...

A la hora del almuerzo, Nicki se encargó de mostrarle quien era cada persona mientras ocupaban una mesa…

- Ese es Vittorio Duncan, mi jefe y el hermano menor del tuyo. Ese de allí es Noah Dessault, es el gerente de marketing y el mejor amigo de tu jefe, prosiguió Nicki; y ese de allí es Ethan McMillan está en el área administrativa de la compañía.

-Vaya Nicki, de verdad conoces a todos aquí.

-Hola señoritas. - Saludo Ethan, acercándose.- Supe que hay una nueva asistente y quise acercarme a saludar.

-Hola Ethan. -saludo Nicki. - Ella es mi mejor amiga, Emilia Megceza.

-Mucho gusto señorita Megceza. Mi nombre es Ethan Mcmillan.

-El gusto es mío Sr. Mcmillan.

-Ethan se ha convertido en un gran amigo durante mis años trabajando aquí.

-Claro, desde hace 3 años. - comentó Ethan

-Deberías salir con nosotros este fin de semana Emi, iremos al Lux. - invito Nicki.- Además podemos festejar que eres la nueva asistente de Matteo Duncan, el hombre más codiciado del mundo.

-El Lux? No lo sé. Es demasiado lujoso para mí.

-Oh, vamos Emi, te ayudaré a elegir un vestido.

-Está bien. Me lo pensaré.

Los tres compañeros compartieron el resto del almuerzo y el día terminó sin más emociones. Al terminar sus deberes, Emilia paso por la oficina de su jefe para avisar su retirada. Golpeó suavemente la puerta y al oír el asentimiento, ella entró.

-Señor Duncan, ya iba de salida. Se le ofrece algo más?

-No, señorita Meg-Megceza. La veré mañana.

Emilia se despidió y sin esperar la respuesta cerró la puerta y se retiró. Se dirigió a su coche reflexionando en lo raro que se había comportado Matteo al despedirse de ella. Creía que era un hombre misterioso y ella amaba los misterios.

........

MATTEO. 

Al oír el apellido de la chica, Matteo se quedó helado. Había escuchado varias veces ese apellido. William Megceza. Probablemente, ella sea su hija. ¿Después de todo, que otro Megceza hay en la ciudad? Intento componerse hasta que finalmente se liberó de ella y pudo llamar a su hermano.

-Vitto. Necesitamos hablar.

-Matteo que sucede?. Pasa por mi oficina.

Matteo cuelga el teléfono y sale apurado a hablar con su hermano.

...****************...

-Es ella Vittorio. - exclama Matteo entrando a la oficina de su hermano.

-De que hablas Matteo? Cálmate, no te entiendo.

-Mi asistente.

-Que ocurre con ella?

-MEGCEZA. Su apellido es Megceza.

-Que? De qué hablas?

-Emilia Megceza, Vittorio. Emilia es la hija de William Megceza.

-No puede ser. -exclama Vittorio. - Ella sabe sobre sus padres y el accidente?

-No lo sé.

-Está bien Matteo. Mantén la calma. No sabemos si ella sabe quienes somos y si es así, no sabemos que pretende.

-Yo sé lo que quiero. Me vengaré por la muerte de papá y mamá.

-Matteo que dices! Cálmate. Es una chica. Cuantos años habrá tenido al momento del accidente? Era una niña. Como nosotros. Mañana daré una vuelta y conoceré a la chica. Solo cálmate.

-Está bien. Está bien me calmo. Solo volveré a mi oficina a... calmarme.

Matteo estaba concentrado en su computadora cuando oyó los golpes en la puerta.. Esos toques suaves, el ya sabía de quién se trataba.

-Adelante, habla Matteo

Estaba en lo correcto. La chica pasaba a informarle que se retiraba. Pues claro, pensó. Es muy tarde. Estaba ta concentrado en su trabajo y en sus pensamientos que la hora se pasó volando.

Luego de que ella se fuera, se quedó pensando:

"Megceza. Solo oír ese apellido me causa escalofríos. William Megceza, el hombre que pilotaba el avión que llevaba a mis padres a Italia.

Qué fue lo que pasó? Nunca encontramos la caja negra del avión. Nunca supimos que paso con mis padres.

Las pericias dijeron que fue un accidente. Pero yo no lo creo. Algo pasó. Pero que?. Debo saber la verdad. Debo vengar la muerte de mis padres.

No pararé hasta lograrlo.

Pero los Megceza... Qué tanta culpa tenían en esto? Sabe Emilia quien era su padre? Sabe quien soy yo?

Después de todo sus padres también fallecieron en el accidente. Asi que... Eso hacía en el cementerio. Que tonto. También es el aniversario de sus padres.

Por qué no puedo dejar de pensar en eso? En ella en mis brazos, en sus ojos, su pelo… Su perfume de rosas. Su carácter, vaya carácter. Su voz tan dulce."

Sin darse cuenta Matteo estaba sonriendo por una chica, la primera vez en mucho tiempo.

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