La luz del fuego entrelazaba los pedazos de mis recuerdos, mientras abría y cerraba consecutivamente mi tan preciado reloj.
Mi servidor no dejaba de insistir, para que le contara el motivo de cómo llegué aquí. Un noble puede transformarse en prófugo, pero siempre será un noble. Eché más leña al fuego, manteniendo mi mirada en su calor.
–Fuiste un genio en la academia, me dijeron que podías pasar todas las asignaturas sin estudiar.– Me persuadía mi acompañante Astolfo. Un joven formidable, bueno dentro de lo que cabe. Alguna vez fue un ayudante de cocina en el reino del Este. Sin embargo, aquí estaba, admirando al fuego. Siendo el servidor de alguien lejano a una cocina, pero cercano a un cuchillo. Él tiene una historia, como todos, como yo. Pero, se ensimismada en la mía.
—Escuché que fue por un hada–.
–Esa hada— Dije. —Era especial. Siempre lo fue.—
—Te enamoraste de él— Afirmó.
—¿Enamorarme? Esa palabra es efímera en comparación a lo que siento. Aún lo amo— Dejé quieto el reloj entre mis manos.
—¿Cómo es posible que un hada y un demonio se asociaran?—
—Él tenía unos gustos peculiares— Sonreí y él no comprendió. —Está bien, te contaré las memorias de esta vida...—
Lamentablemente, mi historia no comienza en el momento que lo conocí. Si lo hubiera conocido en mi infancia, tal vez mi personalidad no se hubiera tornado tan turbia. Probablemente no sería el malévolo rey demonio que le cuentan a los niños antes de irse dormir.
Me crié en el clan Ryu, un lugar apartado de los humanos en la Tierra. Y desgraciadamente mi destino estaba escrito antes de que naciera. Me convertiría en el rey demonio y me casaría con la princesa del Reino Edela. Una irritante princesa que vino desde el mundo de las hadas para ser criada como mi prometida. Al principio, no me había enterado de su existencia hasta que cumplí mis 14 años.
Mi padre me contó sobre la princesa heredera de un reino de Aldona. Su padre Maximus Browme, se casó con Erika Ashembart, mejor reconocida como Erika Von Edela. Tuvieron dos herederas; Miranda Angeline Von Edela y Cyara Mistletoe Von Edela. La primogénita renunció a su herencia para convertirse en la emperatriz de los 4 reinos de Aldona. Así a Edela solo le queda Cyara .
—¿Por qué me cuentas esto, papá?—
—Sería bueno para tí, que te casaras con un omega heredero de Edela— En otras palabras, mi viejo me comprometió mentalmente con una chica que ni siquiera conocía.
Para colmo, ya le tenía fobia a enamorarme, porque en mis vidas pasadas morí por las personas que amé.
—¿No puede ser alguien mejor?—
—¿Mejor? Vaya, autoestima tienes... Entonces crece y cásate con la emperatriz— Negué con la cabeza. —Hijo, cuando pises el mundo de Aldona, tu vida no será tranquila. Las hadas odian a los demonios como nosotros y tienes la suerte de que Cyara nació para casarte contigo, no te repudiará por ser de raza demoníaca— Sonrió inconforme. —¿Crees qué encontrarás a un hada que pueda amarte por lo que eres? La probable respuesta es no. Y tienes que casarte con un hada, como príncipe de los demonios—
Creí que era imposible ser amado por como soy. Sin mencionar, que mi personalidad es terrible. No tenía una oportunidad. Así que decidí tomar la decisión de mi papá y enamorar en ese transcurso de tiempo a Cyara.
A los 16 años ya podía tener una conversación normal con esa chica. Por supuesto, adopté mi personalidad a una más agradable para ella. A su lado todo era inverosímil.
¿Y para qué...? Quedarme con ella era lo que menos me convenía. Ya que existe alguien a la medida conmigo.
A esa misma edad se realizan las pruebas de los dragones. Son diferentes cada año. Las pruebas varían desde retos físicos a mentales. Aquello es una tradición del Clan Ryu, y tienen como fin reforzar a los dragones jóvenes. Sin embargo, saber cuándo uno está listo para dar la prueba es un misterio.
O lo era, hasta el día que mi alpha comenzó a hablarme. Entre sueños oí una voz repetitiva decir «Sed, sed, sed...» y se intensificó hasta ver mis manos manchadas de un líquido rojizo. Tal pesadilla me despertó agitado.
Mi madre abrió la puerta de la habitación —Hijo— Llamó mi madre. —Tu tiempo ha llegado— Me ayudó a calmarme.
—¿Qué fue ese sueño...?— Estaba aterrorizado.
—Escúchame, tanto tu padre como yo somos solo guías. Hay una memoria que todavia no ha despertado en tí. Y cuando logres despertar y controlar el otro lado de tu alma estarás listo para reinar el cielo y el infierno—
—¿El cielo? No lo entiendo. ¿Cómo un demonio gobernaría el cielo? No voy a acabar con los dioses—
—Escúchame— Tomó mi hombro. —Pase lo que pase. Hagas lo que hagas. Tienes que mantener a la persona que ames a tu lado. Sé que tu padre te dijo que debes enamorarte de Cyara, pero eso dependerá de tí. Algún día sabrás quién es la mejor persona para tí, el omega que será la madre de tus hijos. Cuando completes la prueba comprenderás— Pasó su mano detrás de mi oreja y me mostró uno de mis mechones. —Ya estás despertando— Blanco. Tenía un mechón blanco.
—¿Qué...?— Escondí rápidamente el mechón entre mis cabellos.
—Ven, ya es momento— En medio de la noche, nos dirigimos al pequeño santuario del Clan Ryu. Mi padre ya estaba ahí, junto al fuego, por lo que me senté enfrente y él comenzó una oración.
Las palabras de mi madre cobraron esperanza en mí. Tal vez si haya alguien que pudiera amarme como un demonio ahí afuera.
De las llamas creció un dragón. El ser me analizó y dictó con voz espectral «La memoria de la primera vida que perdiste te dirá la verdad». Fui absorbido por aquellos ojos inexistentes.
En un segundo ya no me encontraba frente al caluroso fuego, ni en los terrenos de mi Clan. Estaba en un lugar oscuro, solo iluminado por una vela. Y esa vela era sujetada por un chico idéntico a mí, si no fuera por su cabello albino y unos atemorizantes ojos rojos.
—¿Dónde estoy?—
—En tu inconsciente— Respondió con una voz más ronca que la mía. Aquél ser no me daba buena espina, sentía terror por su cercanía. Retrocedí algunos pasos. —¿Tienes miedo de tí mismo?— Le observé desconcertado. —¿No es obvio que tú eres yo?— Sopló la vela, pero en vez apagarse, el fuego se propagó como olas formando figuras. Me mostró una imagen de mi anterior vida, en todas estaba destinado a casarme con alguna princesa de Edela y en todas morí joven por insistir en obtener un amor que no me correspondía.
—¿Por qué me muestras ésto? ¿Me dices que nuevamente no tengo esperanzas?—
—Todo lo contrario, hay una memoria que no has despertado, y yo soy esa memoria— El demonio movilizó sus garras en las llamas esparcidas, mostrandolo a él con una mujer que lo aceptó por lo que era. —Ella es Circe y coincidentemente las tres personas por las que desesperamos están en Aldona—
—¿Dónde? ¿Dónde puedo encontrarle?— Él colocó su dedo índice en sus labios indicando silencio.
En ese gesto me encontré en un campo de trigo y frente a mí divisé unos hermosos ojos color miel. Distinguí que a quien le pertenecían esos bellos iris; A un chico omega. Mi mano se alzó para acariciar esa linda carita empolvada en tierra. Pero, cuando creí alcanzarlo ya no estaba en el campo de trigo, volví al mismo oscuro lugar.
—Tengo que ir hacia allí— El demonio me miró burlón. —¡Él era mi omega! ¡Dime cuál era ese lugar!— Le grité al chico.
—¿Quieres conseguirlo?—
—¡Sí!— Exclamé.
—Entonces conviértete en el gobernador de Aldona—
—Pero no quiero gobernar el mundo de las hadas—
—Tienes que recuperar lo que es tuyo, el reino de las hadas eran de los demonios en primer lugar, hasta que ellos nos echaron, nos mutilaron. Y si consigues ser el rey de los demonios, podrías finalmente ser amado— Era convincente. —¿Qué dices? ¿Aceptarás que posea tu cuerpo?— Me regaló una sonrisa macabra.
¿Qué debía hacer? Sé que estaba haciendo un trato con el mismísimo diablo, pero él tiene que estar conmigo de todas maneras. Y no perdía nada.
—Acepto— Hice el pacto.
Aclaración ⚠
Por favor piensen en Leviatán como la segunda personalidad de Kentin, al igual que en un transtorno psiquiátrico.
Lo aclaro aquí, porque muchos no entienden cuando le dicen a Kentin que sufre del “Fenómeno del doble” o que tiene un alfa que se demuestra en una segunda persona.
Para los que les guste la psicología siniestra o parecido les gustará ^^
Disfruten mucho de esta historia que me costó sudor y lágrimas realizar :") ♥
La Escuela Absenta. Un internado creado por la Orden Mágica, para unir a distintas razas en la sabiduría de la magia. Su verdadero fin es darle un alto a la discriminación y poder mantener a raya a los demonios. El anterior rey de Edela es realmente inteligente por haberla ingeniado junto al actual rey Maximus.
Caminamos por viejos callejones de la Tierra. Calles repletas de edificios descompuestos por la contaminación y llenas de hierbajos. Madre tocó tres veces a la puerta deteriorada. Dentro de la casa el paisaje era otro. Una sastrería prolija, donde trabajaban pequeñas hadas. Venía por mi uniforme escolar, lo pedían puesto para la ceremonia.
En la caja había un duende limando consecutivamente sus uñas. Nos saludó y examinó a través de sus pequeños lentes.
—Nathaniel y Angie, profesores de la academia de magia. Salen mucho en los periódicos— Sonrió. —¿Y éste polluelo es su hijo?—
—Sí, seguramente lo vea de aquí en adelante en el diario—
—Tomaré atención— Nos invitó al otro lado del mostrador. Las pixies me empujaron a los vestuarios, para tomar mis medidas. Me pusieron la ropa, dejándome impecable ante los aplausos de mis padres. La vestimenta constituía pantalones camisa y corbata. Nada fuera de lo normal. Aún debía escoger mi uniforme de brujo. —Espero tengan un buen por venir— Nos despedimos del duende.
—Bueno, ya podemos ir directo a la academia— Con el uniforme puesto entramos a un parque de atracciones.
Mi madre sacó su varita, dando un golpecito a una noria oxidada, para que empezara a moverse y subieramos.
—Hay que comenzar a prepararse— Mamá cubrió sus ojos con una tela negra. —Hijo, es posible que tengas problemas con Leviatán, el demonio con el que pactaste. Puedes considerarlo tu doble personalidad— Ahora resulta que tengo un trastorno de identidad.
—Pero, no es algo anormal para los estudiantes de la Academia Absenta. El fenómeno del doble o del gemelo opuesto, está catalogado en los libros. De todas maneras, todo irá anotado a tí, porque comparten tu contenedor—
La cabina se soltó de la nuria para irse flotando. Esta era la manera de llegar hasta el mundo de la Orden mágica.
—¿Cómo es el mundo Absenta?— Pregunté.
—Es un mundo que atraviesa una barrera dimensional en el cielo. Arriba verás que son un montón de islas flotantes, unidas mediante puentes y teleféricos—
—Sí, y puede sobrevivir gracias a la fuente de poder de las pixies. Ya sabes, son hadas pequeñas elementales. Fue idea del rey de Edela trasladar la población de las pixies a un lugar seguro. Al ser muy frágiles tuvieron muchas bajas en Aldona— Contó papá. —Vas a simpatizar con la academia de inmediato— La primera impresión no es la que da tu presencia.
Mi mamá lee todos los años lo que dice su bola de cristal a los estudiantes. Ella predice el elemento de la persona y su destino. Hasta el día de hoy jamás se ha equivocado. Tu reputación dependerá de esa predicción, aunque no es que me importe demasiado.
—¡Agárrense!— Dijo en el momento que la cabina se conectó a unos cables del teleférico. Hizo un movimiento violento al cambiar de rumbo.
Ya habíamos llegado a Absenta. Un mundo asombroso, lleno de luminosidad fantasiosa. Habían torres en forma de espiral, árboles enormes, entre otras construcciones gigantes.
Al bajar de la cabina, unos gnomos revisaba las identidades y mandaban el equipaje a la habitación asignada. Me separé de mis padres, pero no por mucho.
—¡Polluelos, estudiantes de primer año! ¡Por aquí!— Nos reunían un grupo de alumnos con capas doradas, en vez de negras. Ellos deben ser de la casa de los Grifos, estudiantes únicos que controlan el rayo. Normalmente, son estudiantes de un grado más alto. Es muy poco probable que alguien nazca con el poder de ese elemento, pero los que lograron obtenerlo se les invita a ser parte del grupo de los Grifos. Son como un consejo estudiantil o centro de alumnos.
—Muy bien, vamos a dividirnos— Seguimos al chico de pelo verdoso. —Mi nombre es Franck, soy el presidente de los Grifos, tienen de suerte de tenerme como guía— Nos guiñó un ojo. —Comenzaré hablando de la ceremonia de apertura. Se lleva a cabo en la torre de espiral. En general se utiliza para éste tipo de cosas; eventos, ceremonias, aperturas, bailes, etc.— Nos encaminó hasta allí. —Sé que estarán emocionados y asustados. Así que para romper tensión, antes de entrar contestaré sus preguntas. Seguro, tienen muchas— Una chica levantó la mano primero.
—Se comenta que dentro de la academia hay un sistema de casas ¿Podría explicarlo?—
—¡Es una buena pregunta! El director o alguno de los profesores lo mencionará en la ceremonia, pero se los diré en más detalles. La escuela tiene este sistema para separar y unir a los estudiantes en alianzas con sus contrapartes. Hay 4 casas, siendo 3 las oficiales, ya que a la casa de los Grifos no es usual que entres en el primer año, por el hecho que se necesita experiencia para adquirir el elemento eléctrico. Ustedes podrán entrar a Manticora, Esfinge o Hidra. La casa de Manticora es de los elementos sombra y luz. La de Esfinge tierra y viento. La de Hidra agua y fuego. Pronto serán seleccionados en algunas de estas tres casas—
—Disculpa... En el diario se vieron rumores de alguien que nació con elemento rayo hace unos años. ¿Eso era verdad?—
—Es cierto— Afirmó. —Les diré un secreto. Nosotros vinimos con esa responsabilidad en mente. Podemos identificar por nuestras descargas alguien que también las posea— El grupo hizo un eufórico «Ohh» —¿Alguna otra pregunta?—
—¿Vamos a tener tiempo para hacer las compras?—
—¡Sí, los vigilantes de sus casas les permitirán ir!— Con aquel entusiasmo entramos a ver la ceremonia.
La torre espiral era amplia, como un estadio. Los suelos eran de mármol y la rodeaban vitrales con escaleras que subían en su estética. Al frente, habían sillas de distintos colores donde se sentaban los profesores. Y al lado izquierdo, una agrupación de sillas para los grifos.
—¡Bienvenidos a la Academia de Magia Absenta!— Saludó el director. —Desde hoy emprenderan un viaje hacia el conocimiento. Reirán, llorarán y gritaran en el duro trayecto. ¡Muestren de que están hechos polluelos!—
—¡Sí!— Aclamaron los estudiantes.
—¡Y ahora que comiencen las elecciones!— Uno de los profesores se puso de pie para dar el discurso.
—Antes de empezar. Las elecciones son dependiendo de tu personalidad, elemento de nacimiento y destino— Señaló a mi madre, que se levantó de su asiento con su bola de cristal, posicionandose en una mesita con mantel violeta. —La profesora Angie adivinará su destino. Hasta hoy nunca ha fallado en una predicción— Los nuevos fueron víctimas de sus nervios. —Tranquilos, sea cual sea su destino serán instruidos para el servicio. Los vigilantes ya les habrán informado de las casas. Serán llamados por sus nombres— El profesor volvió a su lugar y mi madre comenzó a nombrar.
—Vania Lewis— Una chica con el pelo de palmera se acercó. Al hacer contacto su mano con la bola de cristal, algo se iluminó. Un brote creció de la bola hasta arriba. Floreció hasta hacerse polvillo, mostrando imágenes de su destino.—¡Esfinge! ¡Elemento tierra! ¡Destino en la Orden mágica! ¡Podrás convertirte en una gran científica del rey!— Una guapa profesora se acercó a recibirla, dándole un broche.
Continuó llamando, mostrándole un destino brillante a cada uno de los que salió adelante.
—¡Astolfo Brando!— Un chico con apariencia delicada, de cabello rosa trenzado subió. Enseguida tocó la bola, ésta se tornó negra, una sombra salió de ella, con unos colmillos invisibles. Los alumnos retrocedieron. La sombra lo mostró al lado del rey demonio. —¡Manticora! ¡Elemento sombra! Destino... Servidor del rey demonio— Quedé impactado, los nuevos lo rechazaron con la mirada, y no sé cómo alguien como él podría llegar a ser un servidor del rey demonio. Si a él lo miran mal ¿Qué me queda a mí?
—¡Cyara Mistletoe Von Edela!— Ya se hace obvio que su linaje es noble. La bola resplandeció cegandonos. Unas alas cristalinas se abrieron, dando a conocer un mundo de justicia, luz y felicidad. —¡Manticora! ¡Elemento luz! ¡Destino, héroe, mensajero de la paz!— La gente quedó extasiada, aplaudieron ante su nueva heroína. Aquella predicción me ponía ansioso. No sé si era un beneficio para mí. Seguían llamando, pero no presté atención hasta tanquilizarme.
—¡Soren Hesper!— Un chico, que a mí parecer, tenía una escencia extremadamente atractiva fue por su predicción. Y noté que él era el chico que me mostró Leviatán.
El presidente de los grifos, junto al profesor que dió el discurso cuchicheaban alarmados. De la bola irradió un rayo, que relampagueó por toda la sala. Comenzó un jaleo entre los grifos, el presidente estaba regañando a una de los suyos. Y se mostró el destino de una leyenda. —¡G-grifo!— Dijo nerviosa mi madre, porque la situación se salía del protocolo. —¡Elemento rayo! Destino... El héroe que venza a la oscuridad— Rápidamente el presidente y el profesor lo cubrieron con una capa dorada y se lo llevaron. Esa casa es realmente misteriosa, al igual que la belleza de ese chico.
—¡Debrah Bernice!— Continuaron con normalidad. —¡Franny Achlys!— A pesar de que esa estudiante era elemento sombra tenía un destino "común y corriente", fuera de ajetreos demoníacos.
—¡Kentin Dracon!— ¡Maldición! Fui hasta tocar la bola. Como esperaba, se torno negra e hizo resplandecer una luz morada. Hasta a mí me alteró el torbellino oscuro que proyectó la bola, una corona con cuernos satánicos. —¡Manticora! ¡Elemento sombra!— Miré a mi alrededor, todos me temían. Sin embargo, sonrisas se posaron en el rostro de mis padres.
—¡Destino... Rey demonio!— Una risa se apoderó de mi cabeza. Leviatán estaba contento por la predicción, pero yo no podía mantener la calma.
—¡Lo hicieron bien! Bienvenidos a la casa Manticora. Soy el profesor Nathaniel, quien está asignado a su casa, al igual que el presidente de los vigilantes Franck— Se presentaron.
—Algunos ya me conocen, llevemonos bien y recuerden respetar los toques de queda— Guiñó.
—¡Te los dejo Franck!— Mi padre se retiró.
—Éste año tenemos muchos alumnos prometedores— Comentó revisando en su tabla porta hojas. —Los dormitorios son mixtos, y antes que reclamen no corren ningún peligro, sus compañeros de habitación fueron escogidos con cuidado por el profesor— Sacando un lápiz, comenzó a apuntar. —Astolfo y Franny, sus llaves— un par de llaves fueron flotando hasta ellos. —Cyara y Kentin— Nos dió las llaves.
Estoy seguro que mi viejo me puso con ella a propósito. Realmente sabe empeorar mi vida. Abrí la puerta de la habitación.
—¡Kentin, qué felicidad que nos haya tocado juntos!— Ella trató de abrazarme por lo que la esquivé.
—No me toques. Mantente en tu lado— Le indiqué la división del dormitorio.
—Estamos comprometidos, los límites son innecesarios—
—Para mí son muy necesarios— Me dediqué a desempacar. —No estamos casados y es solo un compromiso hecho por nuestros padres, Cyara— En mi anterior vida me había comprometido con su madre, estaba tan enamorado de ella que no dude en dar mi vida. Pero, a ella solo le importaba Maximus. No voy a confiar en alguien que nació de esa mujer, mucho menos de él.
El presidente llegó y abrió la puerta. —¿Cyara y Kentin?— Nos entregó una caja a cada uno. —Ahí vienen algunos de los materiales. Bueno, para no provocar una multitud les mostraré el camino hasta las tiendas— Salimos de los dormitorios hasta el mercado.
—La primera tienda que verán, es la de artefactos mágicos. Venden desde varitas hasta báculos.— Llamaban la atención las decoradas varitas con piedras de distintos tamaños, como también los cetros.
—La segunda es un bazar con bolígrafos, plumas, papel, cuadernos y libretas. Al lado está la librería, es obligatorio ir para comprar sus libros. En la cuarta venden artilugios. Es el lugar ideal para comprar calderos, recipientes, si necesitan algo para su clase de alquimia vayan ahí. Finalmente la tienda de familiares— Nos adentramos en la última. Inundada de huevos de toda clase. —No les recomiendo adoptar por ahora, tener un familiar es una alta responsabilidad y podrán obtener el suyo en alguna de las pruebas.—
—¿Hay esa clase de exámen?—
—Sí, es muy entretenido— Compramos artefactos básicos, como calderos, cuadernos, plumas, tinta, boligrafos y nuestros libros. Después nos dirigimos a la sastrería que no nos nombró. —Ya es momento de que hagan sus trajes de magia. El uniforme que utilizan ahora es el general, pero para otras clases, necesitan un traje apto a sus habilidades.—
La vendedora se acercó comprobando nuestras figuras. Luego, nos analizó con unos lentes puestos. —Una hechicera y un brujo. Tengo los trajes perfectos para ustedes— Ese era mi uniforme favorito iba acorde a mi personalidad.
Adquirimos todo lo necesario antes de volver.
—En las cajas encontrarán sus horarios, polluelos, y recuerden que trabajar en grupo es primordial. Nos veremos— Se retiró al dejarnos en la habitación.
Nos quedaba abrir la caja. Traía un mapa de la escuela, el horario y salas, la agenda escolar, nuestro carnet estudiantil, algunos regalitos, como lapices y libretas. Una incubadora, un pañuelo bordado y una tarjeta de felicitación.
Las clases comenzaban a las 8:30 A.M, por lo tanto a las 7 ya estaba alistándome para ir a la cafetería y tomar un buen desayuno. En cuanto me senté en una mesa todos se fueron de la cercanía dejándome solo. Después, no tardé mucho en dirigirme a la clase de Historia de la Magia con ayuda de mi mapa. Todas las materias tenían un salón exclusivo, por lo que pensar que iría de allá hacia acá me daba mucha pereza.
Al llegar a la sala los alumnos retrocedieron al igual que antes. Mi presencia es pobre ¿Cómo son tan cobardes? Me senté en la primera fila junto al pelirosa que también esquivaban. Él me miró espantado.
—¿Qué?— Emití con voz grave.
—N-ada...— Tartamudeó temblando. Rodé los ojos sacando mi libro.
—Buenos días, Kentin— Saludó Cyara. —¿Por qué te fuiste sin mí?—
—No creí necesario despertaste— Comenté desabrido y ella puso atención al niñito de mi lado.
—¿Eres un hada?—
—N-no... Soy un vampiro— Respondió asustado.
—¿En serio? Creí que solo las hadas podían tener cabello claro— Yo hice una mueca hacia su ignorancia.
—No deberías presentarte con ellos. Eres el héroe, se supone que son rivales a muerte. Si te juntas con esa clase, te contagiarán lo mala hierba— Le dijo una alumna a Cyara y ella no dijo nada, simplemente siguió al grupo para sentarse en otro lado.
—Todos a sus lugares— El profesor interrumpió el alboroto. —Buenos días, empezarán la clase de Historia conmigo, Soy el profesor Ray Zaidi— Algunos gritaron del gusto al percebir su escencia, pero a mí me parecía desagradable. ¿Y qué se cree utilizando la camisa abierta? —Comenzaré la clase con una pregunta ¿Por qué las hadas tememos al regreso del Rey Demonio?— No sé, dígame usted porque temen que me convierta en rey.
—Debido a la catástrofe del principio de los tiempos— Una chica de la casa de Hidra levantó la mano.
—¿Nos contarías de esa catástrofe Melody?—.
—Cuando el Rey Azul se transformó en un demonio mató a muchos civiles inocentes. Él era el rey de la hadas, pero se convirtió en un rey demoníaco— Mis puños se cerraron fuertemente. Las hadas cambiaron la historia sobre su llegada a Aldona. En el principio de los tiempos existió el Rey Azul, así era llamado por las hadas, pero realmente su nombre era Leviatán. Y sí, el mismo demonio que me poseyó. Sin embargo, la historia de las hadas dice que él se convirtió en un demonio debido al asesinato de su amada. El Rey Azul ya era un demonio para empezar, pero liberó sus poderes sin control alguno y su cabello claro se convirtió en negro. Por esa razón todos creen que los de cabello negro son demonios.
—Parece que tengo estudiantes aplicados este año— Acarició la cabeza de la hidra. —Le daré una ventaja en el examen a tu casa— Los hidra la alababan. —La historia de la creación de Aldona es interesante, pero no hablaremos de ello hasta que estén en cuarto. Saquen sus libros en la página 92— El rey Maximus está estampado en la hoja. —Indagaremos en la historia de nuestro héroe favorito. El fue instruido en la magia por la hechicera Margaret y el héroe Trenti Browme. Una leyenda nacida de leyendas. Y ya deben imaginar el potencial del director, él fue el maestro en la adolescencia del rey Maximus— ¿En serio? Me aburrí por el resto de la clase.
Me quedé dormido, por lo que desperté justamente al término de la clase. —¿Ya se terminó?— Me estiré para espabilar.
—Sí...— Contestó el niño pelirosa. —Ahm... Gracias por ser el único que se sentó a mi lado— Hice un movimiento de cejas incomprensible. —Mi nombre es Astolfo...—
—Yo solo me senté aquí porque estaba vacío.—
No huelo un potencial desorbitante de él. Su escencia es empalagosa y muy inestable. ¿Cómo puede estar destinado a ser mi sirviente? ¿Será bueno limpiando? ¿Cocinando?
—¡Whaa!— Oí el bostezo de la persona que se movió flojamente hacia la salida, pero se detuvo al ver a Astolfo. —Oh, así que estamos en la misma clase, rosita—
—H-hola Franny— Ella era una demonio como yo.
—¡Oh! Tú eres el rey demonio— Me apuntó.
—Apuntar es de mala educación— Gruñí.
—Como sea... Soy Franny Ashlys— Me dió la mano, por lo que la recibí.
—Creo que no es necesario que te diga quién soy—
—Eres famoso, ahaja— Se rió de mí.
Luego de platicar, regresamos a nuestros dormitorios para cambiarnos y asistir a la clase de telekinesis.
La asignatura se lleva a cabo en campo abierto. Es parecido a una cancha de fútbol. El profesor fue puntual, es el mismo que dió las indicaciones en la ceremonia de apertura.
—¡En fila!— Su voz era grave. Nos posicionamos uno a lado de otro y pasó observando. —Esta no será una clase fácil. No crean que les daré ventajas o premios como los demás profesores.— Tenía un broche de Grifo en el cuello de la polera. —Empezaremos con ejercicios de respiración. Separence un metro de distancia, no querrán chocar con el de al lado— Aproximadamente 15 minutos hicimos estiramientos. —Mientras un mayor control mental, mayor será su capacidad. Y para ello, necesitan estar conectados con su cuerpo primero. La telekinesis te permite controlar las energías del medio. Comenzaremos con captarlas—
Estiró sin mucha fuerza su puño y provocó una onda de aire. —Si su mente logra conectarse con su cuerpo lo lograrán.— Chasqueó sus dedos y apareció una lata más adelante. —Derriben esa lata como les enseñé, iré tomando notas. No tienen permitido usar magia— Todos haciamos el esfuerzo por tirar una onda. ¡Qué complicado! A la tercera vez logré algo leve. Finalmente una onda se expandió desde mi puño izquierdo hasta botar la lata.
El profesor se encaminó a ver la lata.
—Utilizaste mucha fuerza, necesitas más control sobre tí mismo— Analizó mi debilidad en un segundo.
Entonces, una de las latas de más a la derecha salió volando hacia arriba. El maestro la atrapó antes de caer. Miró cada detalle del objeto. —¡Perfecto! Como era de esperarse del alumno de mi casa— Tocó el hombro de esa persona. Él era el chico del poder del trueno que predijo la bola de cristal. Y supongo que mi nuevo amor platónico. —No causaste ningún daño a la lata, logrando dominar a la perfección el primer paso— Sonreía con su gran boca el profesor. —Ven, muéstrales como se hace— Orgulloso de él lo obligó a representar delante de la clase el ejercicio. Y volvió a hacerlo sin ningún problema. Él era asombroso. Su escencia me trae a la memoria a alguien que no puedo recordar, voy a suponer que a algún antiguo amor de Leviatán. Más razones para que me parezca lindo.
Tocaba la hora de almuerzo, el profesor de telekinesis nos llevó hasta el comedor. De camino no dejaban de hacerle preguntas a Soren, quien ejecutó excelente el ejercicio. Se hizo popular rápidamente. Como iba un poco atrás en diagonal oía la conversación.
—¿De dónde vienes, Soran?— ¿Su nombre se pronuncia «Soran»?
—Soy del Reino Austro— Así que del Sur de Aldona. Tiene unos cuernos de toro en la cabeza, así que no me sorprende. No obstante, es lo único de su raza. ¿No debería ser de la cintura para abajo un toro? Mis ojos se pasearon por el cuerpo del chico y automáticamente me relamí los labios.
—¿Naciste con el elemento del rayo?—
—Eh, eso creo— Parecía no querer seguir con el interrogatorio de sus fanáticas.
Y ese instante fue extraño, él miró hacia mi dirección, creo que era obvio que lo observaba. Ese color miel conectó con mis ojos y un abrumante calor me sacó de sitio.
—Oh, él es un chico lindo— Murmuré, desviando la mirada.
—¡A un lado!— Avanzó raudamente Franny, pasando a llevar a más de una tipa preguntona. Gracias a ella el rubio pudo huir del grupito.
En el comedor, las mesas de las tres casas estaban separadas por tres metros, mientras que la cuarta mesa de los profesores y Grifos se ubicaba al frente, lejos de nosotros. Ahí estaba el presidente y Soran compartiendo pan. Gnomos pasaban ofreciendo jugo, condimentos y salsas.
—¡Atención!— El director se paró de su asiento.
—Quiero recordarles los juegos de admisión. Más que nada, es para identificar sus habilidades cooperativas. Por favor, tomenla en serio, porque será el primer paso para decidir a los representantes del evento del Capitolio. Es una oportunidad para promocionarse— Levantando sus manos, nos rodeó de auroras que proyectaron imágenes de los juegos.
—Cada año, los reyes de los cuatro reinos de Aldona, vienen a ver el espectáculo. Y esta vez, asistirá la emperatriz, así que no los decepcionemos— Bajó las manos y su magia se disipó ¿Utiliza magia ilusoria?
Las voces en el salón incrementaron. Todos queríamos participar en los juegos, pero seguro tenemos mucho que aprender.
La siguiente clase era la de alquimia. Llegué al laboratorio, la profesora ya estaba ahí con antelación. Miré las pocas mesas y las muchas sillas.
—Ya es la hora. Soy la profesora de Alquimia, les haré las clases de herbologia y pociones. Mi nombre es Rui Von Chariot.— Nos regaló una sonrisa. —Normalmente esta materia es en grupos, creo que ya se habrán dado cuenta por la cantidad de sillas— En ello un alumno entró rápidamente.
—¿Ya comenzaron?— Era Soran, quien llegó cansado.
—¡Llegas tarde!— Lo regañaron. ¿Qué es ese dulce olor? Me tapé la nariz. La escencia aumenta si el usuario suda, entonces, este excitante olor pertenece a Soran. La profesora lo rocío con un líquido extraño.
—¡Ah, profe! ¡Lo siento, lo siento! ¡Ya deje de rociarme con eso!— Ese líquido paró su escencia. Ese chico tiene un perfume muy atrayente, por un segundo casi me vuelvo loco.
—Formaré los equipos de trabajo—La lista voló hasta ella. Se cubrió los ojos con la mano y dejó caer su dedo sobre los nombres. —Melody, Debrah, Evans y Kentin— Mis ánimos decayeron. ¿Era imposible que me tocara con una persona simpática? Tomamos las sillas y nos sentamos. Ninguno se miraba con buena cara.
—Lo que me faltaba... Un montón de ineptos— La tal Melody empezó una absurda discusión.
—¿A quién llamas inepto? Por si no sabes soy una persona importante— Dejé de prestarles atención, para oír a la profesora.
—Haremos una poción para dormir. Si tienes insomnio estos son los ingredientes perfectos. Una cucharada de miel, ramitas de lavanda, manzanilla...— Siguió hablando tan rápido que ni siquiera yo capté.
—¿Qué? ¿Qué dijo?— Preguntó frenética Melody, que anotaba lo que podía. —¿Podría repertirlo?—
—No lo repetiré— Maldición, estamos perdidos.
—¿Alguno alcanzó a oír?— La chica kitsune, que asumo que es Debrah, estaba preocupada por pintar sus uñas. Mientras que Evans se veía ansioso.
—¡Una cucharada de miel!— Melody fue poniendo lo que decía. —4 ramitas de lavanda, 1/4 de...— ¿Qué era? La castaña revisaba sus apuntes.
—¡Hierba buena!— sacamos hierba buena de un saco.
—5 minutos— Dijo la profesora. Nos empezamos a alterar.
—¡Manzanilla!—
—¿Manzanilla qué? ¿Cuánto?—
—¡Ay, que feo color!— Debrah tiró el frasco de pinta uñas al caldero. La poción se volvió asquerosa y explotó. Todos tratamos de cubrirnos de la extraña sustancia verde. Al retroceder, Choqué con alguien y su caldero cayó al suelo junto a nosotros.
—¡Son un completo fracaso!— Bueno, parece que todos tuvimos problemas, el grito fue general. —¡Tomen un descanso! Los reagruparé—
Para mi suerte, el chico que boté al suelo, era Soran. —Perdóname...— Me aparté de él fijándome en su cabello cubierto de cenizas.
—¡Ahaja! Estás lleno de esa cosa viscosa— Mi abrigo se ensució con la pócima fallida.
—Y tú estás lleno de ceniza— Le sonreí de medio lado, dándole la mano para levantarse. Llevaba unos guantes.
—¿Tú nombre era Kentin?—
—Sí, y tú eres Soran—
—¿Ya toda la escuela me conoce?— Yo asentí sonriendo. —Y eso que tú te convertiste en el chisme de la semana, rey demonio— Miró que aún no le soltaba la mano. —Ahm... ¿Me devuelves mi mano?—
—Sí, lo siento— ¡Qué vergonzoso!
—Cambio de planes. Haré los grupos de nuevo. Esta vez serán trios. Franny, Soran y Melody. Evans, Debrah y Priya. Astolfo, Cyara y Kentin—.
—Parece que no nos tocó juntos— Me quedé hechizado por su belleza. Su cabello estaba lleno de ceniza, pero siendo un desastre resaltaba a mis ojos. —Nos vemos— Se despidió con su mano y me quedé en mi lugar verlo alejarse.
—Es mejor estar con conocidos— Opinó Cyara, pero no la oí, mi mente gritaba de alegría por haberle hablado a ese chico.
—Qué bueno que me tocó con ustedes... Estaba asustado, el anterior grupo me amenazó— Lloriqueó Astolfo. Qué crueles... Pobre niño.
—Debes aprender a defenderte— Le dije.
—¡Preparen los ingredientes para comenzar la poción!— Pudimos trabajar más tranquilos esta vez. Cyara mezclaba los ingredientes, yo los media y Astolfo los molia en el mortero. —Mejoraron, esto sí parece una poción somnífera. Que les sirva de ejemplo. Cooperar en grupos es importante, así que de ahora en adelante eligan bien a sus camaradas—.
Por fin acabaron las clases del día. Entre pociones y telekinesia... Quedé agotado y solo fue mi primer día. Espero tomar el ritmo.
Me fui a dormir. Al amanecer algo había cambiado, mi cuerpo se sentía ligero, en verdad ni siquiera parecía moverse. Me levanté y abrí la puerta del baño, la princesa se lavaba los dientes.
—¡No entres así! ¿Quién eres...?- Dejó caer su cepillo de la boca. Tal cual dijo, no era yo quien poseía mi cuerpo. Y Leviatán tuvo que decirle que yo era su doble personalidad, cosa que Cyara no entendió del todo.
Para ir a clases se puso el traje de brujería. Por suerte era el día libre. Éste tipo es capaz de quemar el colegio si se le da la gana. Si antes me esquivaban, ahora corren a gritos de mí.
—¡Ahí viene el Rey Demonio! ¡Corran!—
—¡Cállense! ¡Dejen de ser tan ruidosos!— Un aura asesina emanó de mi cuerpo.
Definitivamente será un año de locos.
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