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Amor, Pasión Y Dolor En El Imperio

Prólogo

¿Que es el amor ?, ¿Cómo sabemos cuándo lo es y no lo es ?, ¿ Cómo distinguirlo entre tantas vanidades en el mundo ?...

Son preguntas que se contestarán aquí, el amor todo lo perdona a todo se sobrepone y persiste apesar de las dificultades, el amor es...

[Entrega ]...

[Sacrificio]

Y cuando menos te lo esperas..

se va ...

Cuando ya ha cumplido su función .

Dejándonos un profundo vacío qué con nada se llena y con nada se cura...

Año 1615, un jóven emperador subió al trono con tan solo 15 años de edad, después de la precipitada muerte de su padre, El emperador Gu a manos de la Dinastía Backje, no se supo cómo fué que hayaron el campamento donde el estaba residiendo y tampoco el como fué que lograrón asesinarlo si los más preparados en todo el reino eran los soldados que lo custodiaban.

Sin ningúna experiencia en su ámbito, su madre una emperatriz con experiencia fue su más leal consejera, ayudando al reino en los asuntos más importantes como mantener la alianza de paz entre los 12 Dinastias que corea mantenía bajo su dominio. Fue gracias a su gran consejo que Hyeon dejo atrás su gran sed de venganza logrando un tratado de paz con Backje por el bien del pueblo que debía proteger . No fue nada fácil para él, trazar su firma en el lienzo que debía firmar, tenía que otorgarle al rey de Backje todas las tierras que pedía para no desatar una guerra sabiendo muy dentro suyo que estaba haciendo la paz con el hombre que emboscó a su padre.

Después de 5 largos años,( periodo que gobernaba Hyeon), Hyeon ya tenía 20 años y mucha más experiencia en su ámbito. Se volvió un hombre de contextura grande, fuerte, más que entre todos los hombres que alguna vez gobernaron Corea, su mirada era desafiante y su cabellera era larga hasta la cintura, por todos lados el era imponente . Casi todas las mujeres morían por él, pero a ninguna hizo caso .

La emperatriz Fuing era la encargada de dirigir el harén, puso a las mujeres más sofisticadas a su disposición, todas eran de clase alta y de gran belleza como de altivo corazón, La reina madre no sabía que entre esas sonrisas piadosas y voces de pajarillos, se escondías serpientes listas para atacar a cualquiera que se pusiera en su camino.

Cada una quería ser la primera en darle un hijo varón al joven rey, y así coronarse como la futura madre reina del emperador de toda Corea.

Esto lo sabía muy bien Hyeon, el no caía ante sus halagos cuando se le arrimaban a sus costados, ni ante sus poses de mujeres frágiles de buen corazón que dibujaban en sus rostros, solo sentía por ellas repugnancia y esto hacía que no les atrayera en lo más mínimo como para llevarlas a su aposento privado .

Un día la reina madre se llenó de quejas y lamentos de sus nueras a las que había adoptado como " hijas" por no ser elejidas para para pasar la noche con él. Está fue a verlo muy furiosa por no cumplir con su deber, no era que le importase sus asuntos de alcoba, lo que le daba agravio era que aún no había logrado concebir ni un solo heredero al trono .

Esto era por qué el se la pasaba en burdeles para satisfacer sus apetitos sexuales, conservando obviamente su anonimato, disfrazándose como un hombre común y corriente para no llamar la atención . Prefería hacerlo allí antes que hacerlo con las mujeres que su madre eligió como sus concubinas .

Después de oír las quejas de sus nueras la reina madre fue directamente a buscar a su hijo en la oficina donde el atendia los asuntos del Reino, entró sin improviso sin ser anunciada, por los guardias que custodiaban su puerta, abrió las puertas de par en par dejando a su hijo perplejo, por el increíble alboroto que ella estaba haciendo gritando un

" ¡Debo hablar con mi hijo en este instante ! " los guardias después de verla entrar de esa manera como una mujer enfurecida sin ningún tipo de educación quedaron petrificados como piedra titubean ante la mirada fija de su emperador por permitir tal acto " M-M i S-Señor ", " L-lo s-sentimos no supimos q-que hacer " alejó un poco su mentón de su mano , cerro sus ojos después de un largo suspiro lleno de agobio y volvió su rostro a su madre, aguantando uno a uno los gritos y reclamos que oía de su boca, el hace unos minutos estaba concentrado en el pergamino que tenía en frente de su fina mesa de madera y ahora estaba soportando una total tortura .

Frunció un poco el seño y luego se frotó la frente al oír " Necesitas más concubinas " . Y la miro seriamente .

— Madre, ¿no te es suficiente con las que has elegido para mí ? — Dijo con una expresión aterradora en su rostro parecía no soportar la idea de tener otra .

Su madre lo miró con rabia, el hecho que no le diera ningún heredero a Corea después de haber reinado por 5 años, la estaba poniendo en vergüenza. clavó su mirada en su hijo, sabía que el estaba empezando a molestarse, pero aún así no se retractaria con lo que iva a pedirle

— Tienes que darle un heredero a este imperio Hyeon, ¡ese es tu deber !, ¿Por qué aún no lo has hecho ?, ¿Acaso no te gustan las mujeres que escogí para ti ? — Remarcó, sin oír respuesta alguna —¿Cómo es que no has podido dar un hijo a este reino ?, ¿Sabes cómo nos vemos ante los reinos vecinos ?, ¡Están comentando que Corea es un reino débil !— Golpeó la mesa haciendo sonar cada cosa que había en ella .

Hyeon alegó— Madre, respeto tus buenas intenciones hacia el reino y hacia mí, pero ..— Hizo una breve pausa, poniéndose firmé después de tantos años que soporto que ella manejará quien entraba a su cama, Su madre puso aún más atención a las palabras que diría a continuación — ¿ No crees que deberías dejarme elejir a la madre de mi propio hijo ? — Musitó con voz grave, mirándose el tono serio en que lo decía .

La emperatriz no quería a ninguna mujer que no haya pasado antes por sus estrictos estándares de una concubina digna de su hijo, pero sabía que capaz esa era la razón por la cual no había dejado embarazada a ninguna y pensó " Si no dejó que escoja a la mujer que quiere no tendremos un heredero jamás " .

— ¡Bien ! — aceptó a regañadientes —¡ Si tanto deseás buscar una mujer que yo no apruebe ! — Apunto hacia afuera— ¡Entonces ve y búscala ! ¡ Ya andan comentando que el emperador es estéril o impotente ! — exclamó.

Hyeon sintió aún más agobió pero no cambio su cara de seriedad, solo respondió con frialdad — Mañana iré por una —. pensando muy adentro suyo " Levantaré a la primera que se me cruze" . Que él haya mencionado que quería escoger a la madre de su hijo no significaba que quisiera una nueva concubina . Se refería a que cuando el quisiera un hijo, le gustaría elejir con que mujer lo tendría. Pero estaba muy casando como para discutir eso con su madre así que continúo con sus deberes reales después de que ver cómo su madre desaparecía de su oficina .

La emperatriz parecía ya estar un poco más calmada al saber que el mismo escogería está vez a una concubina para su harén, tenía la esperanza que así tal vez con aquella mujer tuviese aquel hijo que ella y el reino tanto ansiaban.

Poco sabía que enrealidad Hyeon no quería tener un hijo todavía, lo que más quería por el momento era ocuparse de su reino y no le importaba lo que los reinos vecinos comentacen puesto que el sólo tenía 20 años, era conciente que podía tener cientos de hijos después. Además que la única mujer que quería a su lado era la niña que conoció en su infancia, la tenía en su mente todavía ya que fue su primer amor, ella era la única que lo había hecho sentir vivo cuando nadie más le hablaba por ser hijo de un emperador, era como ser el hijo de un dios .

En otra parte ...

Dónde había una pequeña plantación de arroz, se encontraba una pequeña casa en ruinas, de ella provenian algunos sonidos de niños riendo y corriendo de un lado a otro . En ella había una madre y su hija, la madre estaba sentada en una pequeña banca, mientras que su hija peinaba su larga cabellera con un gran peine fino.

La niña que peinaba a su madre se llamaba Yuki tenía ojos grandes de color avellana, su piel era tan blanca y terza como la de los bebés recién nacidos. Su estatura era pequeña y su cabello siempre estaba trenzado con flores que ella encontraba en el campo. Acaba de cumplir años, 14 tenía, nadie se lo había festejado nisiquiera se habían acordado, pero a ella no le importaba sabía que su familia estaba pasando una mala situación por la llegada del invierno lo que menos quería era ser honrada con algo . A su edad Yuki debería estar siendo instruida en escritura y lectura . Además de entre otros modales. Pero la situación tenía muy preocupados a todos en el hogar como para ocuparse de lo que ella estuviese necesitando .

La madre no parecía muy feliz a pesar de que la rodeaban las risas de sus hijos, solo se aferraba a una vasinija en forma de olla, donde ella guardaba el arroz que sus hijos cosecharon en el verano antes de que el invierno secará la plantación que tenían .

Las lágrimas empezaron a caer de la mujer con largos rizos, ya no tenía nada más que ofrecerle a sus hijos para comer el día de mañana . Eso la llenaba de impotencia y no dejaba de lagrimear sollozos que se hacian cada vez más evidentes.

Su hija la mayor Yuki notaba que su madre estaría apunto de desmoronarse así que llamó a sus hermanos menores .

—¡ Niños!— De inmediato todos los pequeños que corrían en círculo cercando a su madre y hermana mayor voltearon, Yuki hizo una expresión de desaprobación con los brazos en la cintura, poniendo una mueca en sus labios rosados y frunciendo el seño hacía ellos — ¡Dejen descansar a mamá ! —.

La pequeña de ojos avellana, de peinado trenzado trato de ser lo más dura que se pudiese con ellos, para que así dejarán de molestar a su madre, creía que tal vez esa era la causa de que se haya derrumbado por completo . Los tres pequeños le sonrieron y se burlaron de ella al ver cómo intentaba fruncir el seño como su madre, era obvio que Yuki no podía aparentar ser mayor y madura por qué tenía tan solo tenía 14 años de edad . Su rostro era blanquecino y redondo como una bola de arroz, se rodeo enseguida de unas mejillas coloradas, le avergonzaba que sus hermanos no la tomarán enserio, la dulzura de su edad no se podían contener con ese puchero forzado que intento hacer para esconder su enojo.

Las risas de sus hermanos se volvieron cada vez más fuertes y Yuki ya no podía contener la vergüenza y el enojo que le daba no ser tomada enserio . Apretó sus puños y gritó a todo pulmón —¡¡ Vayanse o les prometo que los nalgeare ahora mismo! ! —.

Sus hermanos fueron aturdidos por el grito que ella pegó y se hicieron humo como si fuera por arte de magia, su tono de voz los atemorizó está vez .

habiéndose ido sus pequeños hermanos Yuki cambio su rostro molesto por uno preocupado al ver cómo su madre sollozaba sin consuelo sosteniendo aquella olla vacía, se acercó por un costado y trato de mirarla a la cara — Madre, ¿que sucede ?— Quiso verla a los ojos pero ella oculto su rostro cubierto de lágrimas de su hija mayor no permitiría que ella la viera de ese modo. Yuki depronto vió la olla que ella sostenía y se dió cuenta que ya no tendrían para comer, los gallos y las gallinas se habían acabado, ya no tenían vacas y mucho menos terneros o cabritos. Yuki lleno sus ojos de un brillo de tristeza, también quería llorar pero contuvo sus lágrimas para no darle más penas a su madre así que fingió una sonrisa y limpió la pequeña lágrima que quería caer por el costado de su pequeño ojo izquierdo .

— ¡No te preocupes madre, ya verás que todo se solucionará ! — Dijo con una gran sonrisa iluminada, siempre mostrando un gran brillo parecido al del mismo mañana .

Su madre no volteó a verla solo siguió mirando hacia el fondo de la olla, y se levantó de un solo movimiento de dónde estaba sentada para tirar la olla por un costado y salir corriendo . Yuki al ver cómo la olla caía al suelo, se sorprendió y se paralizó por un instante " ¿Madre ? ", pero volvió en sí a los segundos, al divisar a lo lejos a su madre subir al pozo de agua, sus ojos se llenaron de horror y corrio hacia ella, rogando que no la hayan visto sus hermanos pequeños. Su madre estaba intentando suicidarse la presión y la impotencia la habían consumido.

—¡ Madre !— Gritó con sus trenzas al viento y logró atajarla por las piernas justo cuando estaba por lanzarse al vacío. Las lágrimas caían de sus ojos cerrados aferrándose con todas sus fuerzas a la mujer que le dió la vida. — Por favor madre, no lo hagas ....—.

Su madre por fin abrió la boca y soltó un " No llores Yuki", después de ver el desconsuelo de su hija mayor al no dejarla suicidarse, se dió cuenta que en medio de la desesperación abandonaría a sus pequeños hijos .

Ella bajo del borde del pozo ayudada por su hija mayor, y luego se derrumbó en lágrimas junto al pozo — Ya no se que vamos a hacer, desde que tu padre está postrado en esa cama sin sus piernas, ¡Lo hemos perdido todo! — Dijo cubriéndose el rostro con ambas manos — ¿Cómo haremos para sobrevivir el invierno, si ya no nos queda nada para vender ? —Musito.

Yuki intentaba calmarla sobando su espalda, aún tratando de contener su angustia — Madre te prometo que todo saldrá bien, mañana iré al mercado temprano a pedir limosnas y está vez traeré algo para comer. — Menciono Yuki.

La niña estaba sin consuelo aunque intentaba ser fuerte para levantarle el ánimo a su progenitora, tomó sus manos con fuerza y bajo la cabeza para ocultar las lágrimas que salían de sus ojos en contra de su voluntad . — Pero por favor, no nos dejes —. susurró en voz baja.

Su madre se sorprendió de su actuar, nunca supo en que momento se hizo fuerte como para afrontar la situación en la que vivían ...

Al otro día, en el mercado ...

El emperador Hyeon fue con toda su tropa y escoltas al Mercado principal del pueblo, sabía que su madre no lo dejaría en paz hasta que encontrará otra mujer, y como pensó el día anterior el levantaría a cualquiera que se le cruzará enfrente sin importarle, raza, condición o posición social .

Yuki no tiene ni la menor idea que su vida daría un giro inesperado al estar en el mismo lugar que Hyeon .

..

..

..Nota del autor : Los nombres de los personajes femeninos, están en japonés, aunque solo Yuki es japonesa a las demás no tuve tiempo de cambiarles el nombre. Sepan disculparme

El mercado

Yuki tambaleaba en las entradas de el gran Mercado de mercaderes, arrastraba los pies como una esclava que acababa de terminar su horario laboral, no era que estuviese cansada, o enferma físicamente, su espíritu era el que estaba sin ánimos, si no encontraba una manera de traer algo para comer a casa, seguramente su madre se suicidaría o le tocaría ver la difícil y dolorosa transición de ver a su madre prostituirse, ella se acariciaba el brazo derecho con su mano izquierda sabiendo esto, cabizbaja mordió sus ligeros y suaves labios rosados, tan solo imaginarselo la llenaba de angustia, sus ojos se llenaban de lágrimas no podía consiliar la idea de que una mujer ( Sobretodo su Madre) se vendiese por comida, pensando ésto avanzaba de apoco en medio de la gente que transcurría a sus costados.

Luego de caminar por unos minutos teniendo estos pensamientos catastróficos en su mente levantó su mirada al centro del Mercado, dónde ancianos, cojos, o incapacitados de cualquier forma se encontraban pidiendo limosnas para pasar el invierno. Yuki ahora sería una persona desvalida también...

Apretó sus pequeños puños y tragó una bola de saliva que se juntaba en su garganta por el nerviosismo que le causaba hacer eso .

La mayoría de los hombres solo la miraban con lacibia, sus ojos perversos se clavaban en la belleza de su juventud, muchos le ofrecieron ser su exclava sexual personal, ofreciéndole todo clase de comodidades que ella había negado con la cabeza, aguantaba como podía cada una de las proporciones indecorosas que los hombres le hacían a la jóven de cabellos negros como la noche .

Tomó valor y está vez decidió no hacerlo en aquel lugar dirigió su vista hacia un lugar más apartado de dónde transitaba la gente que ingresaba al mercado, observó un espacio vacío entre la fuente y los vendedores de animales de granja. Pensó que allí tendría una mejor oportunidad de recibir monedas.

Caminó lentamente hasta ese espació y se sentó al costado de la fuente de agua y los vendedores de animales enjaulados . Puso sus manos hacia adelante como alguien que quería sentir con sus palmas si llovía o no, y empezó a rogar con una voz seca "Por favor, mis hermanos necesitan que comer" En su desesperación, Yuki empezaba a soltar la gran angustia que contenía su ser y no pensó bien lo que dijo a continuación "Haré cualquier cosa por algo para mí familia" .

Sus gritó llegó a los oídos de un hombre de buena familia y postura, se le notaba por las ropas que traía puestas . Usaba las telas más refinadas y caras que su dinero podía comprar, no necesitaba de nada ni de nadie por haber nacido en una familia privilegiada por el anterior emperador, esté mismo tenía familia esposa e hijos, pero despilfarraba en burdeles y en la mala vida, bebiendo y comiendo hasta que tuviera ganas de vomitar .

Ese día el venía de una reunión con jefes de familia de buena postura social, los cuales eran cómo él y solo habían tomado como excusa el reunirse para poder embriagarse con mujerzuelas que contrataron como damas de compañía, él estaba ebrio, había bebido tanto que se tambaleaba por el caminó. Al oír la voz de aquella niña diciendo que haría cualquier cosa por algo de comer tomó unas cuantas monedas de oro que tenía en su túnica y tambaleándo fue hasta ella con una gran sonrisa que mostraban los dientes que se le habían podrido por comer en exceso .

Tiró las monedas enfrente de ella, y ella al ver cómo caían tantas monedas juntas abrió los ojos como platos y sonrió ingenuamente creyendo que alguien de buen corazón se había apiadado de ella, pero cuando subió su mirada hacia arriba, su sonrisa se borró y su rostro se llenó de pánico, la sonrisa perversa de aquel hombre mostraban sus claras intenciones hacía ella. El hombre se agachó hacía ella y la tomó fuertemente del brazo.

"Te ofrecere todo ésto,

si te acuestas conmigo "

Escuchó Yuki de aquel hombre que olía a orines, ella estaba asustada ningún músculo de su cars se movía nunca había visto una expresión como la que vió en aquel tipo, ni en las personas que la acosaron la última vez. Era por qué ninguno de ellos mostraba obstinación en querer tenerla .

Depronto una breve imagen cruzo por la mente de la doncella como si de una flecha se tratase.

El recuerdo la inundó y recordó el primer encuentro que tuvo con un niño de su infancia, el cual había pasado los mejores momentos de su vida, el había sido bueno con ella, y cuando recordó su rostro levemente pálido con unos bellos ojos amarillos como el sol, su corazón empezó a latir por qué ella había jurado muy dentro suyo no entregarse a nadie más que no fuese él.

Luego de recordar la leve risa encantadora de aquel niño que aún amaba y esperaba en su interior. Yuki cobró valor y alejó su brazo de aquel agarré tan fuerte mirando al hombre fijamente a los ojos .

—¡ No ! — Le afirmó —¡ Mi corazón le pertenece a alguien ! — exclamó dejándolo atónito al principio ella parecía una niña frágil, pero de la nada su espíritu cobró valor de alguna parte.

Ella se quiso levantar para alejarse de la presencia de aquel hombre aterrador, pero el hombre en cuánto vió que está buscaba huir la agarró del hombro, Yuki pegó un solo gritó agudo al ser jalada hacía atrás, forsejeo como pudo con él pero no bastaba con valor para deshacerse de su agarré, todo era en vano el tenía más fuerza, en medio forsejeo desgarró su túnica por el costado, haciéndola caer al suelo, dejando ver su hombro derecho y clavículas al descubierto, aquel hombre se encendió más en su deseo al ver su piel.

Y al igual que de un lobo hambriento se tratase levantó a la pequeña joven de un jalón, forsejeando con ella pidiéndole que lo dejará besarla, ella gritaba intentado apartarlo

—¡Ayuda !, ¡Por favor que alguien me ayude ! — el olor de a basura que salía de su boca llegaban a sus fosas nasales " Que asco su boca huele a excremento " pensaba mientras intentaba alejarlo como podía en sus fuerzas.

En eso el emperador hacía su entrada gloriosa al Mercado en su corcel junto con toda su tropa que lo custodiaban, que también Iván a caballo.Los hombres de la derecha y de la izquierda sacaron de entre sus cosas unas trompetas y empezaron a anunciar la presencia de el emperador a la gente, para que la gente se arrodillara y le mostrarán respeto

" Su majestad el emperador está aquí con ustedes "

La gente al escuchar las trompetas y el anuncio se quedaron asombrados de que Hyeon saliera del palacio, no era costumbre verlo pasearse entre sus súbditos, los deberes del emperador siempre se atendían en el palacio y nadie podía imaginarselo si no era sentado en su gran trono dorado, algunos no creían lo que veían y otros simplemente susurraban desde las muchedumbres; " ¡Oh, por los dioses es el emperador ! " ¿ Que está haciendo nuestro emperador aquí ?, ¿habrá venido a comprar algo ?,¡ Pero si en el palacio lo tienen todo ! "

" ¿Será que vino por otro asunto ? el nunca se pasea de esta forma por las calles " . Pero una vez Hyeon pasaba cerca de ellos el brillo de su armadura los dejaba ciegos y caían rostro en tierra reconociendo a su soberano .

Poco escucha los susurros el joven emperador, de presencia imponente, tenía la peor cara de amargado al tener que estar buscando una mujer en vez de estar ocupandose de asuntos más importantes que requerían su atención.

Mientras paseaba con su caballo oía a lo lejos unos ligeros gritos que se hacían cada vez más fuertes entre los cientos de ruidos que se escuchaba por todo el lugar, se escuchaba hombres apostando a lo lejos, cacareos de gallinas que estaban enjauladas, sonidos inconfundibles de mercaderes cocinando comida al exterior, también risas de adultos y niños, pero poco a poco todos estos sonidos se aplacaban cuando notaban su presencia dejando la gente todo lo que hacía para rendirle honores a su soberano .

Y así como se apagaban los sonidos de el mercado también se hacía cada vez más notable los pedidos de auxilió de Yuki que gritaba desde alguna parte del Mercado, la gente que caminaba a los costados de ella no hacían caso a sus gritos, nadie quería meterse en problemas con un hombre de buena posición social y económica, miraban hacía otro lado mientras Yuki intentaba con desesperación tratar safarse de aquel hombre que intentaba forzarla a darle un beso . Pero estos lamentos los escuchaba muy bien Hyeon quien ya no soportaba escuchar a una mujer pedir desesperadamente ayuda .

Giró su caballo hasta donde provenian aquellos sonidos. Mientras su tropa quedaba desconcertada ante aquel movimiento sin previo aviso de su señor. fuerón tras él custodiando su espalda.

El observó la situación cuando ya estuvo cerca de aquellos gritos, tenía que mantener su postura incomovible para saber si era necesario intervenir, debía comportarse ante su pueblo, después de todo no era cualquier persona .

Yuki y su acosador no se daban cuenta de quién estaba observandolos, ella seguía impidiendo que aquellos labios robustos de boca con aliento a excremento la lograrán besar, poniendo una mano entre su boca y otra entre el pecho de aquel tipo quien la tenía sometía agarrándola de los hombros.

—¡Ya le dije que no haré tal cosa, ni por monedas, ni por nada en este mundo ! — Seguía intentando apartarlo de su lado — ¡Prefiero morir! —.

El hombre que la deseaba se canso al ser rechazó inumerables veces por aquella muerta de hambre que prefería morir antes que estar con él. Agarró aún más fuerte a la pequeña de sus hombros y la arrojó hacía atrás— ¡Pequeña zorra !— le gritó, y está cayó de espaldas dando leves quejidos por el golpe que se llevó, — ¿Crees que no se quién eres ? — le dijo aquélla bestia levantando la voz hacía todos los que se encontrarán cerca.

— Oí lo que le pasó a tu familia, perdieron todo después de la muerte del anterior emperador — exclamó dejando en shock a Yuki quién como podía

intentaba ponerse en cuclillas, sobando su brazo, la mayoría del golpe se lo había llevado en esa parte.

El hombre prosiguió — Tu, y tú familia antes eran de la clase alta, la familia más respetada entre todos nosotros, ¿ no es así?, y ahora mírate entregandote a cualquiera por un pedazo de pan— acercó su rostro a la pequeña que empezaba a llorar —¿ Que se siente sufrir por el invierno como todos los demás ? — Carcajeo, disfrutaba la atención que estaba recibiendo de los lugareños, pero no sabía que esa atención enrealidad era por qué el emperador estaba ahí lanzo otra risa al ver el rostro pálido de la niña, quien no dejaba de llorar .

Algo se movió dentro de Hyeon al ver cómo aquella pequeña doncella había caído tan bajo, la reputación de una familia lo era todo en esos tiempos, preferían mil veces ser muertos a espada que al ser manchada su reputación.

Hyeon bajo del caballo y se acercó a la escena callando la gran risa que se pegaba el hombre delante de la niña caída en desgracia.

" Es una falta de respeto, no reverenciar a su señor"

El hombre dejo de reír y volteo para su costado, vió la armadura resplandeciente como oro que distinguía al emperador por siempre usarla cuando salía rara vez del palacio. Luego de subir su mirada se encontró con la mirada sería y fruncida de su señor, terminando de decir de su boca " Cuando esté está presente ".

Hyeon caminó hacia él " Algo que se castiga con la muerte " dijo con un tono hostil, era bien sabido que el emperador era muy estricto, dejando al hombre paralizado del miedo, la gran pelea que hizó con aquella muchacha para poder besarla le impidierón escuchar el sonido de las trompetas que habían anunciado la presencia del emperador en el Mercader .

El se arrodilló enseguida antes de que el siguiera avanzando, poniéndo rostro en tierra— L-Lo siento mi señor, no me di cuenta que usted estaba por aquí —.

El ignoró al insensato hombre que rogaba por su perdón y se dirijo hacia la doncella que seguía en el suelo, para ver en qué más podía ayudarla. Yuki admiró el rostro de su salvador, se quedó como quién miraba algo que nunca antes había visto, totalmente hipnotizada por los resplandecientes ojos amarillentos que destellaban por el reflejo del sol, quedaban muy bien con el color de su armadura, que brillaba como el mismo sol, nunca antes había visto tal varón igual entre los aldeanos, su majestuosidad no se distinguía más por lo que llevaba puesto, si no, por su rostro que no tenía ninguna imperfección, su seriedad la dejaban a la deriva su alma creía que estaba en presencia del mismo dios, el temor así como el asombro ante tal aparición la dejaban boquiabierta, nunca antes lo había visto en persona, nisiquiera la vez en que fue coronado a los 15 años, en esos tiempos ella cuidaba de su padre enfermo.

Cuando lo tuvo de cerca un gran silencio se apoderó de la escena por unos segundos, ambos se quedaron mirándose a los ojos, mientras la brisa fresca los rodeaba y los murmullos de la gente no se hicieron esperar,

"¿ Que le sucede ?", " ¿Por qué no hace reverencia ? ", " Que indignante ".

Yuki se dió cuenta y se sonrojo de la vergüenza poniendo su rostro en tierra, totalmente avergonzada por quedarsele mirando por un buen rato .

El sonrió levemente por un instante, al notar lo despistada que era la pequeña doncella que estaba en frente de él y le preguntó. —¿De que familia provienes ? —.

Ella se llenó de miedo al estar en presencia del mismísimo emperador, las palabras no podían salir de su boca, estaban atrapadas en su interior. Titubeó — Y-Yo ", "Y-o pro-vengo ", "Soy de la familia Ozhuda, m-majestad —Titubeo con los ojos cerrados.

Cuando el emperador escuchó el apellido

" Ozhuda " enseguida vinieron recuerdos a él, de el anterior comandante del ejército coreano. Era además de el primer hombre al mando un gran amigo de su padre cuando el solo era un mocoso, solía sentir admiración por él, ya que el se tomaba el tiempo de contarle como eran las batallas que su padre ( El emperador Gu ) y él habían ganado.

Sus ojos siempre se llenaban de brillo, cada vez que lo escuchaba hablar. El fue para Hyeon como su padre, por qué fue el encargado de enseñarle a manejar la espada, también lo ayudo a formar su carácter para que fuera firme a la hora de quitarle la vida a un hombre .

Hyeon pronunció delante de ella con duda, — ¿Ozhuda ?— y volvió a preguntar una vez más para estar seguro, — Hija del comandante, ¿Ozhuda ? — Sin salir de su asombro.

Ella sin subir su mirada hacia él respondió, —

e-ex comandante m-mi señor, — hizo una breve pausa al ver a su padre en su mente, postrado en una cama sin ambas piernas y dijo con gran tristeza— El ... ya no se encuentra en servicio —.

Su mirada llena de tristeza se ocultaba del emperador pero sus palabras mostraron la pena con la que lo mencionó. El se atrevió a preguntarle el por qué sus palabras con extrañes—¿ A que se refiere ?—.

Yuki contestó ni muy lenta ni muy perezosa— Desde que volvió de la guerra la cual murió nuestro anterior emperador, se le fue amputadas ambas piernas mi señor ... desde entonces mi familia y yo estuvimos viviendo de lo que nos quedaba, pero con los años se nos fueron agotando de apoco — .

La forma en que pronunció la muerte de el anterior emperador sin ninguna delicadeza la hicieron caer en el grave error que habia cometido.

Se mordió los labios ensanchando los ojos " Maldición, no debí recordarle la muerte de su padre a manos de los rebeldes" . Subió levemente su mirada hacía él para ver si lo había enfurecido de alguna forma . Pero cuando lo vió su rostro no mostraba ninguna expresión.

" Lo lamento mi señor " iva a decir Yuki pero fue interrumpida a la mitad de la frase.

— Ozhuda, y mi padre eran grandes amigos —Dijo Hyeon sin titubear, con algo de tristeza que el intentaba ocultar en sus palabras y en sus ojos. Ella levantó enseguida la mirada cuando escuchó aquello, apesar de que estaba prohibido levantar la cabeza ante su majestad sin que el se lo pidiera.

Hyeon giró su mirada hacia su comandante que estaba a su derecha, y dió una orden. — Busquen a la familia de esta jóven, denles comida y bíveres por un mes, ¡ llevenme a su padre al palacio!, ¡ será atendido por mi médico personal !— ordenó con algo de enojo al saber cómo terminó el hombre que le enseñó todo en la vida. El general de su ejercicio agachó su cabeza junto con sus soldados confirmando su orden.

Yuki no sabía que decir solo se quedaba con los abiertos mientras las lágrimas caían de su bello rostro, cerro los ojos sintiendo un gran alivio en su pecho y volvió a poner su rostro en tierra — ¡Gracias su majestad !— dijo mientras el se giraba dándole la espalda disponiendose a volver a su caballo.

Después de un breve minuto..

Habiendo llegado a dónde estaba su caballo y su tropa. Hyeon estaba por subir a su corcel cuando se le ocurrió una idea que la ayudaría a ella y dicho sea de paso a él también.

" Señorita Ozhuda, "

Dijo Hyeon de espaldas hacía su caballo. Yuki subió una vez más su cabeza pero está vez el ya la había llamado así que podía hacerlo sin miedo a ser reprendida.

Vio al emperador de espaldas hacía su caballo, sin saber lo que quería decirle.

Y Hyeon termino su frase .

"Si quieres mantener bien a tu familia.Te propongo formar parte de mi harén, para que tú familia pase a ser directamente parte de la mía"

Los músculos de cada parte del cuerpo de Yuki se paralizaron al igual que su respiración, y un gran temor se apoderó de cada uno de sus sentidos. Ser una de las mujeres conyebaba muchas responsabilidades y recato además de que tenía que servir a sus deseos y placeres carnales, esto era lo que más la dejaba en shock. Solo las muchachas de más alto rango y de buena estirpe eran tomadas en cuenta para esto; Normalmente se prepara a las mujeres desde su nacimiento para este tipo de cargo, si se negaba podía que le cortarán la cabeza si el así lo quisiera .

De camino al palacio

..." Y-Yo ... "...

..." Y-Yo .. "...

...Titubeo....

Después de lo acontecido la pequeña doncella Yuki se había quedado sin palabras nuevamente y su silencio se prolongo por más tiempo que la última vez, el pánico se apoderó de ella, pensaba muy dentro suyo mientras empezaba a temblar "¿ Yo una dama del emperador?", " Si digo que no, ¿Me mandará a matar ?". Agachó la cabeza sumergida en sus pensamientos, " Pero si digo que si ... ", visualizo el rostro de su emperador y sus mejillas empezaron a arder, se tornaron de un color rojizo, coloradas a más no poder, al imaginarse ser una de las concubinas de aquel hombre tan imponente. Ya no podría retractarse si decía un "si", y tampoco si decía un " no ". Así que en esos breves segundos en los que dos simples palabras cambiarían su vida, Hyeon estaba desconcertado de que no le haya respondido aún, giró su cabeza un poco hacía el costado y miró hacía atrás en su dirección mientras estaba de espaldas hacía su caballo.

Las muchedumbres como siempre no se hicierón esperar con sus murmullos, " ¿Por qué no responde ?", " Ser llamados parientes del emperador no hay mayor honor ", " ¿Por que no acepta ? "

Hyeon dibujo una leve sonrisa en su rostro y se subió en su caballo supusó que esa propuesta fue demasiado para una simple niña como lo era ella. Tomó las riendas de su caballo y giró el corcel que estaba montando, sin perder la sonrisa encantadora que estaba surgiendo en él al ver el rubor que la pequeña doncella mostraba.

Ya no podía ella no hacerse más evidente, cuando subió su mirada nuevamente hacía su emperador, el se estaba llendo, y solo podía ver su espalda, una sensación en su pecho la hizó reaccionar, si ella aceptaba sus padres y hermanos vivirían como si fuesen de la realeza por qué así serían tratados al ser parientes de una de las mujeres de su señor.

" Mi padre y madre viviendo en un palacio, no hay mayor regalo " . Pensó en esos segundos

Ensanchó los ojos y se levantó de inmediato — ¡Mi señor, espere ! — Gritó a lo lejos extendiendo la mano hacia él.

El frenó el caballo y toda la tropa que iva con el también lo hizó, los relinchares y sonidos de herraduras chocando en el suelo hacían eco en todo el Mercado . El la miró desde su caballo y ella bajo de inmediato su cabeza de nuevo al encontrase de nuevo con esas pupilas doradas que penetraban su alma. Y con la voz temblorosa dijo "a-aceptó su majestad "; Casi llendosele el mismo aire en ese dicho.

El río muy dentro suyo, sonriendo tiernamente hacía ella, tanto había tardado por un simple " si " .

— Bien, mañana pasaré por tí — y con esa misma encantadora sonrisa arreó su caballo y cabalgo a trote veloz junto con toda su tropa. Yuki miró detenidamente como la tropa se alejaba de ella .

Se escucharon los trotes y sonidos de caballos alejarse cuando el salió del Mercado. Yuki se levantó del suelo asimilando cada una de las cosas que acababan de ocurrirle, pensando en como sería su vida de ahora en adelante.

Al otro día, Hyeon estaba trazando algunos edictos cuando su madre entró de nuevo por aquella puerta del mismo modo como lo hizó la última vez, abriendo las puertas de par en par sin hacerse anunciar anteriormente por los guardias que custodiaban su puerta.

Hyeon se frotó las cejas y trato de juntar paciencia ante la insolencia que mostraba su madre sin ningúna culpa enfrente de él.

Su madre agitó un abanico que sacó de su manga mirándolo con seriedad — ¿Es cierto que hoy vendrá la nueva concubina que escogiste? — aunque su mirada mostraba desdén enrealidad tenía mucha curiosidad por los rumores que escuchó de los sirvientes.

Hyeon suspiró mientras soportaba el gran dolor de cabeza que estaba empezando a surgirle — Sí, madre, ya se lo dije ayer — bajo su mirada al pedazo de papiro que estaba escribiendo y continúo como si no estuviese presente, estaba dejándole en claro que estaba ocupado y que no dejaría su deber a un lado por su presencia .

Su madre notó su actitud y rechino los dientes "¿ Acaso me está ignorando ?", apretó con fuerza el abanico que le tapaba la boca y tosió con disimuló para llamar su atención. — Espero que está jovencita haga desaparecer tu fama de impotente, hijo —.

Esto último hizó que quebrará su pluma con la que estaba redactando.

Mientras tanto en la casa en ruinas de Yuki.

Su madre arreglaba sus cosas con rapidez, poniendo las prendas que más necesitará en grandes sacos dónde antes solía juntar el arroz . Ella estaba tan llena de gozo que daba gritos de alegría — ¡Que alegría! , ¡ Que bendición ! — decía mientras se apresuraba a rellenar todos los sacos que tenía, ahora su hija sería parte del harén de su majestad, ella junto con toda su familia serían trasladados al palacio donde vivían todos ; las ambiciones de su corazón no la hacían ver qué su hija mayor quién estaba a su costado, no estaba tan alegre como ella .

Estaba feliz por ver a su madre feliz nuevamente, como antes de que su padre llegará de la guerra. Pero por dentro ella estaba sufriendo como no se lo imaginaba, no tenía ni la más mínima idea de que es ser una consorte y tal título la hacía temblar. No tenía la actitud de una dama, no fue educada para ser recatada, desde pequeña ella lo perdió todo, no sabía tocar ni un solo instrumento como las mujeres del palacio lo hacían para complacer a su majestad .

Al perderlo todo a temprana edad sus padres se mudaron más allá de la ciudad para poder plantar arroz, y así sustentar a la familia, pero el invierno devoraba el trigo como una ola de fuego, su esperanza era cosechar antes de que esto sucediera, y así lo hacían, durante los veranos ella junto a su madre y hermanos cosechaban para el invierno, y vendían lo que tenían para poder comer en verano. Fue prácticamente criada la mitad de su vida como una flor de campo, libre y sin ningúna atadura .No conoció la maldad por estar rodeada de paz por lo cual siempre fue risueña y de buen corazón .

Su madre notó la tristeza que invadía el rostro de su hija mayor apesar de que Yuki se mostraba casi alegre, lo cubría muy bien con la simple sonrisa que tenía. Dejó lo que estaba haciendo y fue hasta su hija, puso una mano en su hombro sacándola de su trance, ella estaba sumergida en sus pensamientos catastróficos otra vez.

Su madre la miró sin entender su pesar— hija, ¿por qué no estás feliz ?, desde ahora estarás rodeada de lujos por todas partes, los sirvientes estarán a tus órdenes y deseos, hombres y mujeres se arrodillarán ante ti por miedo a quien perteneces, serás bendecida en tu entrada y en tu salida, entonces ¿ Por qué no sonríes ? — preguntó.

Su hija dejo de fingir la sonrisa y mostró su preocupación en su mirada — Madre, no es que no esté feliz, es solo que ...— empalidecio y no pudo continuar .

Enseguida su madre creyó entender su malestar y tomó su mano, Yuki volteó al instante hacía su madre al sentir como la agarraba de la mano, y cuando al fin unieron miradas las dos, su madre le dijo unas palabras — Hija no hay nadie mejor que el emperador, te tratará bien, no se ha sabido que maltrate a ninguna de sus consortes—.

A ella no le interesaba eso, su miedo era no poder llegar a los talones de tan gran título, si tan solo tenía 14 años y apenas se sabía comportar, . Y al pensar que tambien tendría que entregarle su virginidad la pesanumbraban más .

Desvió su mirada hacia el suelo —Yo esperaba entregarle mi virginidad a alguien que yo amará —.solto de su boca.

Su madre estaba por decir algo más hasta que escucharón como se cayó la gran puerta principal de su casa, eran los sirvientes del soberano quienes entraron a toda prisa llevándose todas las cosas que veían a los carruajes que estaban afuera .

Ésto era por qué el emperador había mandado a traerla de inmediato, ya no pensaba seguir tolerando a su madre, pensó pasar así su malestar a Yuki para estar tranquilo.

Yuki y su madre quedaron en blanco al ver cómo sin ningún permiso alzaron hasta el último trapo sucio que se encontraba en la casa. Ambas quedaron pasmadas por la velocidad en que lo hacían .

Sin salir de su asombro, fueron llevabas a los empujones hacía afuera y subidas a la carroza principal, mientras que los hermanos de Yuki fueron metidos a las demás. Los sirvientes fuerón tan rápidos que nos les dejarón protestar en ningún momento. Yuki nisiquiera estaba arreglada como para ingresar al palacio, tenía puesto su vestido común que ella misma confeccionaba.

Después de una hora en la carroza...

Después de ser tomada por sopresa por aquellos desconocidos, Incómoda y triste la joven muchacha se acurrucó como una niña junto a la ventana, suspiraba mientras espiaba al exterior sabía que ahora su vida de libertad como doncella corriendo por los prados había acabado. Su madre no dejaba de alagar la gran carroza lujosa en la que estaba mientras que su hija mirando el paisaje se preguntaba " ¿ Cómo será el palacio ? " , " No fuí a la coronación de nuestro actual emperador por estar cuidando de mi padre " . Aturdida y confundida divisó entre los árboles a lo lejos un gran palacio principal donde residía Hyeon, con puertas y ventanas de Marcos bañados en oro. Tenía estatuas de bronce en forma de dragones en la entrada y dibujos de estos también en todas las revestiduras de las paredes. El emperador tenía un peculiar gusto por las criaturas místicas mandando a hacer varias estatuas, pinturas de todo tipo de dragones. Le gustaba la idea de que existíeran criaturas maravillosas como estás.

Al mirar bien el lugar donde viviría apartir de ahora su corazón se llenó de ansiedad, cerro enseguida la tela que cubría la gran ventana para undir su rostro entre sus piernas, todo eso era demasiado para una plebeya que solo conocía flores y praderas. De día corría con las gallinas y noche dormía junto a los terneros . Así aprendió a amar a los animales.

Su madre quien seguía concentrada en las cosas que veía por dentro del carruaje, notó que Yuki no hacía conversación, hace tiempo que ella estaba hablando sola, la miro como se acurrucaba rodeandose con sus brazos .

" Yuki, Hija, ¿estás bien ? "

Habiendo llegado hasta la entrada de el gran patio de la entrada el gran carruaje que las transportaba a ambas se detuvo. La madre dejó de observar a su hija y exclamó con gran alegría — ¡Ya hemos llegado ! —.

Yuki tembló desde la coronilla hasta las puntas de sus pies.

Ni se imaginaba quiénes estaban en la entrada esperando su llegada; De un lado derecho de la entrada estaba la emperatriz moviendo un enorme abanico mirando a la carroza con ojos desafiantes, ya moría de ganas por ver quién había cautivado a su hijo, y al otro costado estaba Hyeon vestido con su majestuoso traje de lino, cruzado de brazos con un rostro nada amigable, estaba molesto por estar allí en vez de en su oficina, pero su madre lo había convencido de recibir a su nueva consorte y para evitar más dolores de cabeza le hizo caso.

La pequeña doncella esta por dar un gran paso al baje de esa carroza, no sabe ni se imagina las cosas que vivirá en ese palacio. Empezando por el gran amor y pasión que experimentará tras esas paredes revestidas de criaturas míticas, hasta sus mayores penas y desagravios, ¿ Buscará la manera de atraer la atención de su salvador para mantenerse a su familia y a si misma ?, ¿Podrá contraponerse contra las otras concubinas ?, ¿ Podrá dejar atrás su inmadurez y espíritu rebelde propios de su edad, para comportarse como se debe ?, o ¿acaso encontrará alguna otra forma de agradar al emperador?,

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