Ahí estaba, de rodillas, Elina Florence, la joven princesa peliverde, sus ojos de sol se apagaban lentamente, su cuerpo estaba cubierto de heridas.
Un chico de cabello negro y ojos rojos, la miraba sin reacción alguna, su nombre era Jordan Reign; el chico sostenía en sus manos una espada ensangrentada, tras el chico, una joven de cabello corto, los observa con tristeza.
- lo lamento, lo lamento...hermana...
-no lo lamentes Jenna, solo así podremos ser felices.
- t-tú...ambos...¿como han podido? Yo di todo por ti...
Los ojos de la peliverde se tornaron llorosos, ella, que amaba tanto a aquel chico, que hizo todo por darle el puesto de emperador y ahora, la traiciona de esa manera, si tan solo tuviera otra oportunidad, no volvería a caer de esa manera, jamás haría nada por ese hombre que la traicionó; su vista se dirige a lo lejos, había un chico de ojos purpura, ojos que la miraban con tristeza ¿quien era él? Si, ya recordó, él es Alexis, el hermano menor de Jordan, pero ¿por qué parecía llorar? Nisiquiera sabe porque tiene esos pensamientos, solo agacho la cabeza y su vista ya empezaba a ser borrosa, hasta que finalmente, sintió como el filo de la espalda atravesaba su espalda, incluso se escuchó como choco la punta contra el piso, había atravesado por completo su pecho, la sangre se hizo presente, Elina podía solo escuchar la voz de aquel chico, llamando su nombre una y otra vez con la voz quebrada, sintió su cuerpo levantarse, mientras escuchaba las voces discutiendo.
-ella te amaba ¿como pudiste?
- que importancia tiene para ti...esto era una competencia y mi amada Jenna la ganó...
- jamás te perdonaré, solo la usaste, sabías que yo si la amaba...
¿Que? ¿Ese chico la amo? Si tan solo pudiera cambiar las cosas, se vengaria de ese par. Con las pocas fuerzas que le quedaban, movió la cabeza contra el pecho de ese chico, mientras escucha el choque de las espadas, después de eso, todo se volvió silencioso y oscuro, era como si flotará en esa oscuridad, hasta que una luz se hizo presente, la luz era tan brillante, que solo podía ver a alguien que le ofrecía la mano, dudo un poco, pero fue hacía esa luz, sosteniendo esa mano mientras que todo se hizo aun más brillante y se escuchaba el sonido de la alarma de un reloj. Cuando finalmente abrió los ojos repentinamente, asustada se sentó en la cama, instintivamente llevo su mano a la mesita de noche y apago el reloj, se llevo esa misma mano al pecho, en busca de las heridas que había sufrido, no había nada. Pero, lo que más le llama la atención, es que esa era su habitación del palacio, lo fue durante toda su infancia, no entendía nada, se levanto caminando hasta un espejo, se podía ver así misma, entonces la puerta se abrió, era Olivia, su dama, quien llevaba consigo el vestido que usaría ese día.
- buen día princesa, le traje este vestido ya que hoy el emperador quiere verlas a todas.
Observa extrañada, pero le llama la atención el vestido y las palabras de Olivia.
- Olivia ¿que día es hoy?
- pero que cosas dice princesa, hoy es el día 12 del año 4030.
Elina abrió los ojos con sorpresa, esa fecha la recuerda a la perfección, ese día fue cuando su padre, el emperador, anunció que su heredero sería, aquel chico, Jordan Reign, el hijo de su amigo el Duque Reign, ahora estaba más que nada confundida.
- mi hermanas...
- oh! Ellas también asistirán, así que sea lo que sea, debe verse mejor que todas.
- c-claro...yo, quiero bañarme primero.
- si princesa, iré a preparar el baño.
Se sentó en la orilla de la cama ¿no se supone que había muerto? ¿Acaso regreso el tiempo? Elina se quedo en silencio hasta que de pronto una leve sonrisa se dibujo en sus labios, si el tiempo regreso antes de que todo empezará, entonces esta teniendo una segunda oportunidad, una para vengarse se aquel hombre que la traicionó, Jordan Greign, pagará por sus mentiras y por haberla usado; apretó las manos en las sábanas, realmente estaba furiosa consigo misma del solo recordar como se dejo engañar solo porque amaba a ese hombre, pero, eso no será así de nuevo, ese sentimiento de amor, ahora solo es una sed de venganza. Olivia salió del baño, para decirle que el agua estaba lista, así que Elina se puso de pié, mientras camina al baño se quita el camisón que lleva puesto.
- Olivia, busca otro vestido, uno más cómodo y sexy.
Si algo era distintivo en ella, era que, su manera de vestir, era un tanto reveladora a diferencia de las otras princesas; todo estaba listo, Elina ya estaba frente a las puertas del salón del trono del emperador, su padre y si el tiempo volvió atrás, significaba que hoy sería el día, en el que su padre, daría a conocer el plan para elegir al heredero y quien de todas ellas, será la emperatriz.
Año 4030, un mundo donde la tecnología y la magia se mezclan a la perfección, pero, el mundo sigue siendo gobernado por reyes y emperadores, algo que ha funcionado muy bien, cada país próspera con sus propios méritos y durante años, la paz se ha mantenido en todo el mundo, el país Clover, es gobernado por el emperador Carlo Florence, quien, con su reina solo tuvo 2 hijas, así que trajo diferentes concubinas con la esperanza de alguna pudiera dar a luz a un heredero, pero para su mala suerte, cada una solo tuvo niñas, sumando un total de 10 princesas, de modo que no había heredero, ya que, pese a ser un mundo con igualdad, entre la nobleza no era así, solo los hijos varones eran quienes podrían heredar los títulos de sus padres, entre ellos, el puesto de emperador. Por eso, el emperador había ideado un plan, tenía el chico perfecto para ese puesto, el mejor en sus clases, bueno con la espada y con un padre lo suficientemente influyente, ese chico era Jordan Reign, el hijo mayor de la familia de Duques Reign, a sus 20 años, ya era todo un prodigio, tango en el manejo de la espada, como en la magia, su maravilloso plan era que, tenía que casarse con una de sus 10 hijas, no importaba cual, el puesto de emperador sería suyo, pero, no era él quien debería elegir entre las princesas, no, el plan era, que las princesas tendrían que competir para que puedan subir al trono junto con Jordan. Bajo esta idea tan desalmada, dio inicio un juego, en el que todas las princesas competían por ser emperatriz y más que nada por sobrevivir, ya que, en esa competencia, matar a sus oponentes era la mejor opción, cuando las concubinas se enteraron de esa competencia le reclamaron al emperador, incluso la emperatriz estaba en desacuerdo, no iba a permitir que sus hijas se mataran entre ellas, pero, el emperador no aceptó sus quejas bajo el argumento que, si no sobreviven, es porque no sin dignas de pertenecer a la familia real.
Elina y Jordan eran amigos de la infancia, puesto que, la madre de la chica era la emperatriz y la madre de Jordan era la mejor amiga de la emperatriz, ambos se veían seguido en las reuniones de sus madres, de ahí que ambos se llevaran bien, incluso con el tiempo, Elina se enamoró de Jordan y siendo la que más se asemeja a su edad, suponía que un día la harían su prometida, pero toda esa ilusión se acabó en ese salón donde el emperador daba aquella absurda idea, pero, Elina prometió a Jordan que daría lo mejor de si para llevarlo al trono, Jordan le daba su apoyó, que cuando ambos llegaran al trono, echarían al viejo emperador por causar una masacre en la familia, pero claro, Jordan solo usaba a Elina, pues su verdadero interés era solo ser el emperador y apoyar a la más fuerte, lo llevaría al trono rápidamente, pues entre todas las princesas, Elina era la más hábil en todo, en espada y en magia, por otro lado, Jenna, era solo un año menor que Elina y ella, mencionó que solo apoyaba a Elina, que ella no estaba en la competencia, sin saberlo, Elina confió en ambos, sin saber que sería vilmente traicionada.
Y ahí estaba nuevamente Elina, en ese salón junto a sus hermanas, la mayoría hijas de diferentes concubinas, solo ella y la mayor, eran hijas de la emperatriz, todas centraron su vista en la peliverde por como iba vestida, finalmente el emperador hizo su entrada y tras él venía Jordan, quien tomo su lugar a un lado de la silla del trono, las princesas estaban intrigadas por todo, la única tranquila era Elina, pues era tal como pensaba, había regresado en el tiempo y su enemigo principal estaba a lado del emperador, pero esta vez, a ese pobre miserable, le espera lo peor, ya que, ha perdido su apoyo principal y por supuesto, ella va quitarle su grandiosa oportunidad de subir al trono y también, le quitará a su preciada Jenna.
Así, el emperador dio a conocer su vil plan, dejando desconcertadas a todas, temerosas de lo que sucederá, pues sabe que esa competencia, no es para nada, un juego, es una prueba de supervivencia. Elina paso hacia delante levantando la mano, lo que llamo la atención del emperador.
- pero majestad ¿no sería más divertido, que nosotras seamos quienes elijan a su candidato a emperador?
- ¿que? Princesa Elina, su idea es absurda.
Elina podía ver la cara de descontento de Jordan, pero ella solo sonrió y mantenía la vista en los ojos del emperador.
- ¿absurda por qué? Sería mucho más justo, elegir al menos un candidato más ¿no puedo padre? Al menos déjeme a mi elegir un chico y yo lo llevaré al trono.
Los ojos de Elina estaban fijos en los ojos del emperador, esos ojos que eran similares a los de ella, el emperador se quedo callado por un momento y río, ahora que lo piensa, la idea de su hija, parece mucho más interesante.
- ¿y bien? ¿Quien sería tú candidato?
- majestad...eso...
Por supuesto que Jordan iba a protestar pero el emperador lo detuvo, quería saber a quien quiere proponer Elina.
- eso, quisiera hablarlo en privado, quiero que sea un secreto, ya que, soy yo quien va competir y no él.
- de acuerdo, las reglas son las que he dicho, quien gane, se casa con el joven Reign, a excepción de Elina que tendrá otro candidato.
Las demás princesas estaban murmurando entre si, ya que, ninguna puede proponer otro, pues no saben quien podría ser adecuado, así que todas se retiran, incluso Jordan, quedando solo Elina en presencia del emperador.
Las puertas se cerraron después de que todas las princesas y Jordan salieron del salón, Elina se dispuso a hablar con el emperador, mientras que las princesas aun no asimilan lo que esta pasando, Jenna que esta entre ellas, es la primera en llorar.
- ¿por qué? ¿Por qué padre es tan cruel? Sería mejor si el joven Jordan solo elige a una de nosotras.
- si, sería lo mejor ¿no cree joven Jordan?
- s-si, pero el emperador esta terco con ese absurdo juego.
- Joven Jordan por favor, haga lo posible por convencer a mi padre.
Jenna le sujeto el brazo, temblorosa, para Jordan es normal que eso pasará, pues ellas no están listas para enfrentarse entre si, en una absurda batalla. Rato después, las puertas se abren y Elina sale, Jenna quiso hablarle pero ella solo paso de largo, ignorando a todas, pues nuevamente, sus propias hermanas serán sus enemigas. Jenna se apresuro a seguirla sosteniendo su mano, pero ante esto, Elina la aparta golpeando su mano.
- princesa Elina!
Jordan se apresuro para intervenir parándose entre Elina y Jenna.
- ella me toco sin mi permiso...
Elina le lanzo una mirada fría a Jenna quien se dio cuanta y se encogió de hombros. Elina siguió su camino, tiene algo importante que hacer, ya que su padre si acepto el que ella tuviera otro candidato, esta vez, ella va ganar y acabara con Jordan, antes de que esté pueda intentar algo en su contra. Al día siguiente, todas las concubinas y la emperatriz, estaban descontentas con lo que el emperador había planeado, así que le reclaman, pero, ellas poco pueden hacer contra su autoridad.
- majestad, no puede hacer que sus hijas se maten entre sí.
- mi hija nisiquiera sabe usar una espada.
- mi hija tampoco, ellas han sido educadas para ser unas damas.
- silencio! Precisamente por eso son unas inútiles ¿de que sirve que sea unas damas?
- pueden ser buenas esposas para un príncipe de otro país, reforzaría el tratado de paz.
- eso no me sirve, no estaría pasando esto, al menos una me hubiera dado un heredero.
- majestad ¿como puede ser tan cruel? Mi hija, es la única, si ella muere ¿que será de mi?
- entonces, toda aquella que quiera, puede no participar, pero tanto madre como hija, serán echadas del palacio y perderán sus privilegios, se les dará una pequeña suma para que puedan vivir y una casa fuera del país.
Las concubinas se miran entre si, eso no es conveniente para ellas, pues están acostumbradas a vivir bien y llenas de lujo, incluso la emperatriz, no puede solo renunciar a todo. El emperador estaba tranquilo, por fin esas mujeres dejaron de ser ruidosas.
- solo las que tengan dos hijas, pueden elegir una para participar y la otra queda fuera. Emperatriz, Elina es quien participará, su hermana estará fuera, podrá servir para un matrimonio en un futuro.
- si majestad, gracias por su compasión.
La emperatriz puede estar tranquila, pues Elina, no es una chica débil, desde pequeña se dedico a entrenar con la magia y la espada, tiene la esperanza de que pueda sobrevivir y quizás hasta ganar la competencia.
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