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La Casa De Eleonore

Capítulo 1

que aburrido es ver todos los días la misma pila natural en medio de aquel bosque, he vivido aquí por más de un siglo, hasta ya olvidé el nombre de mi tía, seguro ya desapareció... a quien le importa.

justo cuando había pensado que nada malo pasaría, tres camiones llegaron a plantarse a orillas del ojo de agua, bajando un montón de personas a instalar un montón de aparatos que conectaban con la pila.

dirán que sabes tú si andas lamiendo tu cola todo el día, el dilema aqui es que muchos de mi especie han ido desapareciendo a medida que pasa el tiempo, y eso me preocupa?... por supuesto!.

ya me aburrí de tanto admirar a esos tipos hacer desastres en aquel lugar, mientras iba a mi refugio me encontré con un problema... había desaparecido mi casa, estaban un montón de sujetos haciendo hoyos.

"oigan... miren lo que encontré!"

"que pasa?"

"mira, es un zorro... seguro viene a saludarnos!"

seguro... tengo ganas de borrarlos de la faz de la tierra porque destruyeron mi casa, me daba flojera decirles y no quería parecer idiota ante ellos que si lo parecían viéndome como si nunca vieron uno.

"se quedará con nosotros si le damos comida?"

"talvez... dónde está?"

"se fue?"

me fui de aquel lugar, en el camino me había encontrado un teléfono, me llamo la atención de que no había nadie por allí, así que lo tome y me fui lo más largo de allí, bajo un árbol de Sakura me puse a revisarlo.

"buscar!"

de suerte tenía el sistema de voz activo, abrió búsqueda de Rooble.

"Eleonore... Wilson?"

miraba el icono resplandecer mientras la barra terminaba de cargar, al mostrar los resultados ví después de mucho tiempo a aquella persona, convertí mis patas en manos para poder tocar aquella imagen.

"talvez... ella me acepte"

dije mientras veía su cuenta en Faceblock, mire la dirección donde vivía... era al otro lado del mundo, en principio no sabía cómo diablos llegaría a aquel lugar, así que con ese teléfono indague métodos para hacerlo.

"porque no falsifique un pasaporte?"

decía mientras iba en aquella caja entre Miles de cajas dentro de un barco, de por sí era incómodo como se movía, el ruido de afuera y el ruido de los demás animales en la bodega, que era... mudanza de zoológico?.

"espero no esté Pi por aquí"

después de varias semanas de infierno en ese lugar, sentí que estaba más aliviada cuando llegó al puerto, ya estaba motivada, finalmente iría en total tranquilidad.

"que crees que manejas!... un deportivo?"

quien conducía ese camión era peor que un tipo con ganas de ir al baño, ya me estaba arrepintiendo de haber eso tal salvajada, pero ya lo había hecho, al final llegué a ser dejada en brazos de una persona.

"quiero que firme aquí... luego aquí... y por último aquí, es todo un placer!"

"de nada... que raro, mi tía no dijo nada de un paquete"

fui dejada sobre un sofá o algo demasiado suave, encendió el televisor y seguro se quedó viendo un partido de fútbol, viendo que este sujeto no me iba a abrir... tuve que romper la caja.

"ouch!"

"fuepu... que nota?"

mientras me ponía sobre mis patas sentí un aroma extraño, saliendo de la cocina un melenudos Husky iba presuroso hacia mi hasta que unas manos lo sujetaron del cuello.

"tranquila Nikita!... wow, tu venías es la caja?"

"acaso no sabes que se debe abrir una caja menso!"

"este... perdona... em..."

"que, porque tartamudeado?"

"estás desnuda!"

estaba rojo como tomate, desviaba la vista hacia todas partes con tal de no verme mientras sujetaba a la mecha de lampaso.

"si no quieres que este así tráeme ropa"

me dió un enorme camisón con un dibujo de Goku en él, me senté el el sofá a tragar un galón de agua mientras el chico ese me veía con la mejías rojas.

"dejaras de verme de esa manera?"

"perdóname por eso, entonces vienes desde Japón... cómo hicistes para caber en esa caja"

"solo me metí y le pedí a alguien que la cerrará"

"debió ser incómodo... eres contorsionista?"

"no idiota, tenía mi forma original allí dentro, tuve que hacer esto para salir de la caja, querés ver?"

"bueno...si?"

tome mi forma original frente a el, al volver a verle note su cara de tonto, guiando la vista un poco hacia abajo, estaba la tal Nikita con los ojos saltones.

"es impresionante!"

"humanos..."

"vaya... por cierto, porque venir aquí, pudiste ir a Europa o a la Yusa?"

volví a tomar esa forma humana para poder hablar con aquel sujeto, al abrir los ojos sucedió algo que no esperaba que pasara... Nikita había de alguna forma, convertido en ser humano.

"la cagué"

"Niki..."

aquel chico terminó cayendo al suelo después de ver a su apreciada mascota tener apariencia humana, aunque no completa, la cola y las orejas seguían presentes.

"que... oye?... que nota"

"que estás diciendo?"

"Eleonore!... que tal?"

"que mal pervertido eres, siquiera puedes ver a una chica al descubierto cuando ya estás en el suelo"

"TIA POR FAVOR!"

"todo lo tomas en serio... levántate que te quieren ver"

"ya voy... ver?"

"Samuel!"

"ay no... Nikita"

aquella no dejaba de menear su cola al ver al chico rascarse la cabeza, lo único que pasaba por mi cabeza en ese momento es que tenía hambre, pero no quería arruinar el show.

"entonces... Yuki?"

"así es"

"entonces viniste hasta acá a encontrarme?"

"de dónde vengo todo es aburrido, así que quise reunirme contigo, por cierto... tienes algo de carne?"

"estás segura que no te equivocaste de personas"

"no... creo"

"sígueme"

me llevo a la segunda planta de su casa, me senté en su cama mientras ella buscaba entre unas cajas hasta sacar un sobre de una de las cajas del gavetero, de este saco una foto y me la mostró.

"no puede ser..."

capítulo 2

Esa noche dormí en el sofá, la pulgada de Nikita estaba en el piso al lado del sofá, a veces movía la cola y me daba mi solo, me levanté del sofá y le di con el pie en el hombro.

"Oye!"

"Deja de mover tu cola, no la soporto"

"Está bien... Duerme"

Volvió a acomodarse en el suelo, me acosté en el sofá con los brazos tras mi cabeza pensando en todo lo que había hecho para llegar allí y que al final no pudiera encontrar a esa persona.

"Eres tú, el pelo y todo, porque dices que no?"

"Porque ella fue mi madre, murió hace dos décadas, meses después de este viaje"

"Pero... Cómo?"

"No tienes que ver con ello, murió mientras trataba de salvar a unas personas durante el huracán Mich, muchos la recuerdan por esa proeza"

"Entonces tú eres su hija?"

"Así es, mi nombre es Daysi Eleonore Wilson, hija de Eleonore Katrina Wilson Lara, me quedé con su apellido porque mi padre fue por un boleto de lotería, creo que se le perdió el vendedor"

"Entonces... Yo... Que?"

"Me hubiera gustado ver ese emotivo reencuentro pero sientete en casa, puedes vivir aquí lo que necesites, de todos modos necesitaré que ayudes a Nikita a comprender su nueva apariencia"

La abrace fuerte mientras mis lágrimas salían de mis ojos, ella estaba un poco sorprendida, lentamente bajo sus manos a apoyarse sobre mis hombros.

"Si quieres puedo prepararte algo de comer"

"Si por favor"

Es increíble saber que una persona tan maravillosa como ella tuvo una hija igual que ella, amable y entregada, cualquiera dudaría de mi en su lugar pero me recibió con los brazos abiertos.

"Yoko... Hueles raro"

"Que dices pulgosa"

"Que hueles raro, te tiraste un pedo?"

"CALLATE PERRA RENCA, LAS DEIDADES NO SE TIRAN PEDOS COCHINA!"

En eso sentí un aroma rancio, cuando trate de adivinar su origen me di cuenta que si provenía de mi pero no sabía porque, habrá sido eso a lo que le llaman gallopinto.

Horas más tarde el sol estaba asomándose por la ventana, apenas me incomodaba pero lo que si me despertó fueron los pesadas manos de Nikita sobre mi abdomen.

"Buenos días!"

"Quítate de encima!"

"Vamos, hay que despertar a Eleonore"

"Porque ustedes son mimados en cautiverio y muy serios en la naturaleza?"

"De que hablas?"

"Olvídalo"

Nikita subió por las escaleras a entrar al cuarto de Eleonore, me había llamado la atención de que ella ya había dominado andar con ese cuerpo, se había adaptado muy rápido.

"Buenos días!"

Entraba el joven Juan con camiseta rojo con blanco y un balón de fútbol en mano y un bolso pequeño sobre su hombro, en eso veo brincar a Nikita sobre el chico cayendo ambos al suelo.

"Juan!"

"Nikita... Por poco me sacas los pulmones"

"Dónde están?"

"Es solo un decir"

"Nikita, déjalo en paz o se le va a subir el cohete"

"TIA POR FAVOR!"

Me senté en el sillón pequeño, veía a Nikita acostada en el sofá mientras Juan acariciaba su cabeza, Eleonore preparaba el desayuno pero no sentí el aroma de gas quemado lo que me hizo dudar en cierto momento.

"Listo, ya esta el desayuno"

"Que croquetas más raras, son muy suaves aunque huele a carne"

"Nikita, eso es un sándwich"

"En serio... Que es un sándwich"

"Por dios, solo cómetelo y ya!"

"No seas dura con ella, apenas sabe de la complejidad humana... Cómo dijistes que te llamabas?"

"Mi nombre es Yoko tarado!"

"Ni siquiera me se tu nombre y quieres que me aprenda con todo y apellido?"

"Te burlas de mí!"

"Chicos, por favor... Disfruten de la comida, sobre todo tu Juan, sabes que no me gusta que busques pleitos"

"Lo sé tía"

Mientras Juan le enseñaba como comer el sándwich a Nikita, me asomaba por la ventana para ver qué tal era allá afuera, creí que vería varios edificios o casas en los alrededores, era todo lo contrario.

Siquiera había una casa cerca o a la vista, todo era árboles y más árboles, con costo distinguía la carretera a varios metros de la casa, me di cuenta que estaba en un punto acolinado, parecía estar en un lugar remoto.

"Oigan... Y la ciudad?"

"Si, estamos distantes de ella, a un kilómetro de aquí queda la academia de fútbol"

"Un lugar ideal para vivir la jubilación no lo crees?"

Luego de varios minutos salí a conocer un poco lo que rodeaba la casa, no era tan arbolizado como los bosques de Hokkaido pero se sentía tan fresco y relajante.

"Quieres dar una vuelta?"

"Que... Contigo?"

"Y con Nikita claro está, todos los días la llevaba a pasear para que no se aburriera en casa"

"Espero no caminar tanto"

Ya estaba con ganas de regresarme pero cada vez quedaba largo la casa, mientras Nikita iba muy feliz junto a Juan quien iba como tomate, cualquiera se pondría así si una chica de ojos bicromaticos sujeta su brazo derecho.

Llegamos a una cancha de fútbol con banderas del mismo color de la camiseta de Juan, en ella varios chicos se pasaban el balón y hacían ejercicios de estiramiento.

"Aquí vengo a practicar, es la academia del Real"

"Porque no estas allí?"

"Porque mi turno ya terminó, quieren beber algo?"

Nos detuvimos en una tienda donde Juan compró unos jugos de botella para los tres, nos sentamos en una bancas a la par de la carretera, viendo el pasar de los autos.

"Mira!, Que enorme"

"Es un bus"

"Y eso?"

"Una camioneta"

"Gran cosa, mira una cosa que arroja humo y mata cientos de conejos a su paso"

"Conejos?"

"Que pasa?... Te incomoda algo que hacemos?"

"En realidad todo, cuántos árboles tuvieron que destruir para hacer esta cosa que llaman carretera, cuántos animales han matado esas cosas a las que les llamas buses, camiones, no me incomoda... Lo odio"

"No entiendo"

"Yo si, sabes... Tienes razón en lo que dices, pero algunos tratan de hacer lo posible por enmendarlo"

"Pero les ha dado resultado?"

"A veces si... Otras veces no, nadie piensa igual"

"Eso lo sé"

Seguíamos sentados en aquella banca, viendo el pasar de los autos por la carretera, en eso su reloj de mano lanzaría un titineo, Juan lo vio, se puso de pie, dejo la botella en un barril y tomo a Nikita de la mano.

"Nos vamos?"

"Si!"

"Tienes medido el tiempo para todo o solo para este paseo?"

"A veces olvido que el tiempo vuela, debo llegar temprano a casa"

"No vives cerca?"

"No, vivo cerca del estadio de béisbol de la ciudad, si salgo a estás horas llegó antes de las 6:00 de la tarde"

Llegamos a casa, se despidió de Eleonore, tomo sus cosas y despidió a Nikita acariciando su cabello, salió de la casa y allá iba, a un lado de la carretera andando muy presuroso.

"Hora de comer"

"Si!"

Eran las 2:00 de la tarde, Eleonore veía un partido de fútbol, uno de los equipos portaba los colores de la camiseta de Juan, cuando mostraron una imagen cerca hacia uno de los jugadores note que era el mismo nombre de la academia, Real Estelí.

"Allí juega Juan"

"Si te refieres a mi sobrino, no, pero si el papi de Juan Barrera, que dices... Están bien iluminadas esas nalgas?"

"Que cuerpo tan robusto, porque Juan es tan flaco si juegan lo mismo"

"Apenas es un chiquillo, el lleva décadas jugando, incluso nos hizo llegar a un subcampeonato en la Copa Continental"

"Y... Apoyas a su equipo?"

"En realidad mi apoyo lo tiene el Ferretti, uno de los mejores equipos del país, son esos de rojinegro"

"Son buenos?"

"Sip"

Me quedé con ella viendo el partido completo, el Real Estelí y el Ferretti quedaron empatados esa tarde sin goles, una hora más tarde pasaban otro partido, Managua vs Diriangen, me parte me gustó el fútbol del capitalina.

Capítulo 3

Un nuevo día hacia presencia en aquel lugar, nuevamente acostaba en el sofá pero con algo incómodo en mi espalda, cuando voltee a ver tras de mi, estaba Nikita acostada al lado mío, sus brazos rodeaban mi cintura... Estaba amcalentita pero no me gustó.

"Que haces aquí?"

"Temblabas de frío así que me acomode y dormiste bien"

"Que lindas se ven las dos acostadita en el sofá, les tomaría una foto pero no me acuerdo donde deje el teléfono"

"Buen día Eleonore, porque tan elegante?"

"Voy a apoyar a Juan, va a participar en la Liga juvenil... Vamos?"

"Que es eso... Se come?"

"Ahora que lo pienso... Necesitan ropa, vamos a la tienda antes"

Llegamos a la banca de la otra vez, subimos a un taxi que nos llevó a una tienda de ropa cerca de allí, al bajar Eleonore se quejo porque le había cobrado el doble de la tarifa oficial, al final el del taxi salió disparado de allí dejándonos con una Eleonore molesta.

"Bueno, vamos de compras"

Andábamos dando vueltas en aquella tienda, viendo los cientos de atuendos y zapatos, vestidos sencillos y exóticos, Eleonore ayudaba a escoger la ropa interior a Nikita, cuando me mira con su mano me pidió que me acercara.

"Ayúdame a llevar estos de aquí, los iremos a probar en los vestidores"

"Está bien"

Nos metimos las tres en el vestidor, Eleonore usaba sus manos para medir el ancho de su cuerpo con nosotras, de inmediato se puso a revisar entre la montaña de ropa interior y acertó con nuestras medidas.

"Que buen ojo tienes"

"Soy una mujer maravillosa, por cierto... Creí que serían pequeños pero tus pechos son grandes lobita"

"Grandes... Estos?"

Decía Nikita mientras señalaba sus pechos talla D, estaba de frente a mi así que no se distingua mucho hasta que se puso de lado, en cambio yo los tenía pequeño, quizás talla A o por allí, un ojo azul, uno verde y dos grandes pechos... Para rematar caderona.

"Vaya!, Había ido muchas veces a compara pero es la primera vez que me siento tan bien"

"En serio no entiendo porque la algarabía"

"Porque comprar con un hombre es como ir sola, no hay propuesta ni comparativas, solo hay un dale pues y ambos, veré qué día iremos de nuevo"

Llegamos a la academia, Eleonore fue por los boletos pero le decían que ya se habían agotado, mire por la entrada a la cancha hacia las graderías las cuales estaban vacías en gran parte, apenas habían unas 30 personas bajo la zona techada.

"Bueno chicas, hallamos un lugar para nosotras tres!"

"Hasta que al fin"

Mientras las graderías estaban llenas y los chicos jugaban en la cancha, nosotros estábamos del otro lado de la cancha, sentadas en una banca de madera junto a la acera que da a la carretera, bajo la sombra de un árbol.

Juan estaba en la arquería, aprovechaba los gatitos de las jugadas contenidas para voltear a vernos de reojo, algunas veces sonreía aunque se agitaba cuando el equipo contrario llegaba a acercarse.

No entendía porque Eleonore no podía acceder a aquella cancha, para aquel entonces me sentía muy inocente que pensaba que era algo raro y no algo tan serio, al finalizar el primer tiempo todos se fueron a los vestidores y los demás iban al área comercial.

"Olvidé que veníamos varias aquí, traje un poco de comida, comanla... No tengo tanta hambre"

Mientras Nikita comía aquel arroz con coco muy afanada, veía a Eleonore que anotaba en su pequeña agenda varias cosas, no sabía con exactitud que anotaba en ella pero si que lo hacía en ratos, vuelven al juego y todos ponían atención a los chicos.

"Vamos Juan tu puedes!"

Veía a Eleonore motivar a Juan estando desde la banca de madera, era interesante que era la única que mencionaba su nombre en aquel lugar, el partido terminó y la academia ganó 12-0, un número que por si mismo habla.

"Tia!... Que tal estuve?"

"Fantástico mi pequeño arquero"

"Que bien que vinieron ambas"

"De paso les compre algo de ropa para que no anduvieran con tu ropa, por poco y les creen chimbaronas"

"Si..."

"Juan!... Ah, quédate allí"

"Quien es ella?"

Le preguntaba Nikita a Eleonore al ver a una chicade piel algo morena y de cabello liso ir hacia Juan, al acercarse a el, lo sujeto de los hombros, beso su cabeza y luego la agitó con sus manos entre risas silenciosas.

"Que tal el partido... Eleonore, no creí que vendrías?"

"Tenía que ver jugar al talento de la familia"

"Veo que tienes compañía, quienes son?"

"Ellas son Yoko y Nikita... Mis nuevas inquilinas"

"Y que paso con el perrito creo que era que trajistes de afuera"

"Está en casa, durmiendo"

"Entonces ya no va a ser necesario que Juan vaya a cuidar de ella verdad?"

Cuando lo dijo sentí algo de incomodidad, lo dijo en un modo que se sentía más como una afirmación que una pregunta, Juan nos veía de reojo y volvía la vista hacia su mamá, Eleonore puso su mano sobre mi hombro y volví la vista hacia ella.

"No tanto, pero cuando necesite de él, te tender informada"

"Bueno, Juan... Tu papá te tiene una sorpresa, vamos antes que se vaya a trabajar"

"Está bien, adiós tía, adiós chicas!"

"Adiós Juan, cuídate"

Ambos iban hacia el estacionamiento, subieron a un pequeño sedan azul marino y se fueron de allí de inmediato, volví la vista hacia Eleonore quein tenía su cabecha agachada, por algo Nikita estaba un poco desanimada.

"Que pa..."

"Hay que irnos, creo que deberíamos ordenar comida... Quien quiere carne?"

"Carne?... Vamos!"

Íbamos por la acera camino a casa, pero seguía viendo algo extraño, había notado dos cosas que me daban que pensar en absoluto, aunque Eleonore estaba feliz con nosotras parecía que tenía secretos, algo que al parecer todos saben.

Llegamos a casa, pidió la orden de comida y en media hora llego el repartidor, pidió una propina que superaba el doble el cargo de la comida y comimos de ello, las alas estaban deliciosas pero cuando tome la pierna y arranque un pedazo de carne, sentí un poco húmedo y rancio.

"Que cosa le pasa a este pollo?"

"Todavía está crudo... No importa, iré a recalentarlo"

10 minutos más tarde y la carne tenía una mejor consistencia, luego de eso veíamos las noticias deportivas, hablaban de las ligas profesionales del país y un resumen de las ligas infantiles, no hablaron del partido de hoy.

Minutos más tarde Eleonore lavaba los trastes en la cocina mientras veíamos videos musicales, podía escuchar a Nikita tataradear la música que sonaba aunque no todas las que presentaban, la mayoría eran canciones bailables locales.

"No sabía que tenías gustos musicales"

"No sé de qué hablas"

Apagamos el televisor, y nos acomodamos ambas en el sofá hasta que Eleonore se asomo en la sala y nos vio a ambas en aquel incómodo lugar.

"Porque no mejor suben, les tengo un lugar para ustedes dos"

"Suena bien"

"Entonces síganme"

Subimos a la segunda planta, era en la habitación de enfrente de la habitación de Eleonore, la cama ya estaba hecha y estaba nuestra ropa ordenada en un ropero, cada una señalada con nuestros nombres.

"Este será su habitación... Su ropa interior está en las gavetas de abajo y el baño es aquella puerta"

"Es demasiado"

"Que... Me exedi en algo"

"En todo"

"Dormiremos juntas?"

"Por el momento sí, no hay más camas y no creo que Juan comparta la suya"

"Tiene habitación aquí?"

"Si, es el que está al fondo... A veces lo usa, tiene su propio televisor, espero no vea cosas para adultos"

"Que es eso"

"Nada que quieras saber Nikita"

"Ok, a dormir pequeñas!"

Eleonore nos dejó en aquella habitación, nos acostamos en esa cama y nos quedamos viendo el techo, al rato mis ojos empezaban a sentirse pesados hasta que me quedé dormida, ni cuenta me di si seguía despierta Nikita.

Abrí los ojos y estaba de nuevo en Japón, podía escuchar la armoniosa melodía del bosque, camine por el angosto sendero hasta llegar a un pequeño estanque dónde varios animales bebían agua.

"Pero si son... Están con vida, que alivio!"

Decía al ver a una pequeña coneja bañándose mientras una cría de venado la veía sorprendida, en eso escuché un enorme estruendo venir desde lo profundo, todo se torno oscuro y mis patas estabananchadas de sangre.

"No... Esto no está pasando..."

"Nikita..."

"Porque, porque, porque?!"

"Nikita!"

Abrí los ojos de inmediato, interrumpiendo aquella pesadilla, aún sentia el aroma de la sangre pero en ese momento no entendía nada hasta que ví los ojos de Nikita, estaban vidriosos y sus lágrimas deslizanan hacia la almohada.

"Que?"

"Me haces daño"

"Mire hacia sus brazos, tenía mis uñas clavadas en sus antebrazos y la sangre que olía era en realidad de Nikita, solté lentamente mis manos de sus brazos y las pegue a mi pecho, me tomo de los hombros y me pego hacia su cuerpo.

"Que haces?"

"No temas... Estoy contigo pequeña, no estás sola"

Me decía mientras me rodeaba con sus brazos y acariciaba mi hombro, eran las 4:25 de la mañana cuando Eleonore se asomo en el cuarto, bajamos a la sala y allí trataba las heridas de Nikita, me senté de rodilla a un lado de ambas y apoye mis manos en el piso.

"Lo siento mucho"

"Tranquila, después de todo no fue grave"

"Mira... Ya estoy bien!... Auch!"

"Tranquila... Ya terminé, por lo que veo padeces de pesadillas y tienen que ver con algún episodio de tu vida cierto?"

"Cómo lo supo?"

"Experiencia supongo, una cosa que debes saber es que todo problema tiene solución, cuando halles calma todo eso dejara de hostigar"

"Algo como olvidarlo todo?"

"Más bien... Aceptarlo y pasar a la siguiente página"

Guardaba el resto de cosas en la caja de primeros auxilios, lo dejo a un lado de la mesa y tocó los hombros de Nikita quien de inmediato respondió con una sonrisa y su alegre movimiento de su cola tupida.

"Aún es temprano, podemos tratar de dormir un poco"

"Segura?"

"Si tienes miedo, abrazala"

"Haré el intento"

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