Mi vida no había sido fácil vengo de una familia poderosa, pero yo soy diferente a ellos me conformo con poca cosa y no voy presumiendo de la fortuna que tienen mi familia durante generaciones.
Estaba en el coche de mi mejor amiga, habíamos decidido ir una temporada a un viejo pueblo donde no viven muchas personas, podremos descansar de tanta ciudad y ruido.
Entramos al pueblo por fin, después de tantas horas de viaje era un poco extraño este pueblo ya que no había mucho decorativos en las casas y demás, había investigado sobre el pueblo había un rumor sobre que en los años 60 hubo vampiros, ese mundo me llamaba demasiado la atención desde bien pequeña, me había leído un montón de libros, pero solo era eso rumores.
Pasemos por un sitio un poco solitario donde había una casa bastante grande parecía que estaba sacada de una película de miedo, ya que las plantas estaban muertas y había cuervos y dentro de la casa se veía algunas lapidas que parecían que llevaban hay una eternidad.
- ¿Has visto eso? - llamo la atención de mi amiga Carlota, señalando en la dirección donde estaba la casa.
- ¿El que? ¿La casa esa? - señalo ella también, asentí.
- Ya empiezas con tus misterios Aura – volvió a hablar con una sonrisa.
- Solo me llamo la atención la casa – siguió conduciendo alejándonos de la casa.
- Pues por eso te gusta todo lo terrorífico desde siempre – puse los ojos en blanco, me llamaba muchísimo la atención el pueblo había leído las guerras que hubo en un pasado muchas personas murieron, al igual que se rumoreaba también que había gente que había muerto en la guerra y resucitaron por alguna razón.
- Deja de pensar en esas cosas solo son rumores Aura, ya sabes cómo son los pueblos – aparca el coche cuando ya hemos llegado al hostal que nos vamos a hospedar.
- Está bien tienes razón hemos venido de vacaciones a relajarnos – la digo cerrando la puerta cuando ya he cogido mis maletas.
- Dulce y querida Aura nos lo merecemos después de una larga temporada de estudio – me reí por su cara cuando sube y baja sus cejas, se asegura que el coche está bien cerrado y nos vamos andando hasta el hostal, donde una mujer bastante mayor nos atiende.
- ¡Buenos días señoritas! - nos saluda una mujer mayor amablemente, mi amiga no paraba de mirar todo a su alrededor haciendo muecas, la doy un codazo disimuladamente, se veía que era antiguo y ella había venido porque la convencí ella quería irse a un sitio con más lujos.
-Hola, buenos días – saludo yo ya que mi amiga se permanece callada y atenta. - Queremos una habitación con dos camas si es posible por favor – vuelvo a decirla a la mujer, ella mira un cuaderno viejo y desgastado.
- Ummm tenéis suerte señoritas solo queda una libre – coge una pluma metiéndola en tinta negra para después ofrecérmela, dudosa la cojo. - Firme aquí - me pide señalando con su dedo un hueco en el cuaderno, termino firmando.
- ¿Para qué es la firma? - pregunto mi amiga, la mujer la reviso de arriba abajo.
- Para que quede en constancia que os quedáis en esa habitación - mi amiga me miro de reojo, intente no reírme porque sabía que tenía algo de miedo.
- Muchas gracias muy amable, ¿Aquí tenéis teléfono? - la pregunto viendo que en mi móvil no tenía cobertura.
- Si, ten – saca de debajo del mostrador un teléfono antiguo, que tenía que pasar mi dedo por cada número y se movía haciendo un ruido extraño.
- ¿Dónde me trajiste Aura? Volvemos a la guerra civil – comenzó a reír recibiendo una extraña mirada de la mujer mayor dejando que ría al instante.
Marco lentamente el número de mi madre, me lo llevo al oído esperando a que contestase, la mujer no me quitaba la mirada, mirándome fijamente a los ojos, me estaba resultado un poco incomodo, pero intentaba ponerme firme para que ella no lo notase.
- ¿Hola? - mi madre habla por la otra línea.
- Mama soy yo Aura, te llamo desde otro teléfono ya que en mi móvil no tengo cobertura – mi madre era muy buena y a la vez rara, se vestía raro un poco a lo antiguo y a lo moderno a la vez.
- Ohh mi niña, ¿Cómo habéis llegado? - pregunto animada.
- Muy bien ya estamos en el hostal, solo te llamaba para que te quedases tranquila – mi amiga tira de mi camiseta para que me diera prisa.
- Está bien, tener cuidado por ahí, por la noche salen criaturas extrañas - reí cuando la escuché, desde bien pequeña me decía eso.
- Te quiero – me despedí, ella me dijo lo mismo despidiéndose volví el teléfono en su sitio y rápido la mujer lo guardo donde estaba.
- Gracias por ser tan amable – me tendió unas llaves que también eran algo viejas, y sin más nos dirigimos a la que era nuestra habitación era el numero 200, mi amiga ahogo un grito pequeño al ver que teníamos que subir escaleras.
- No seas tan dramática, solo son unas escaleras – ella me miraba como si me hubiera salido dos cabezas.
- ¿Qué seremos sin ascensor? - me cruce de brazos soltando mi maleta, porque sabía lo siguiente que iba a decir. - ¿Acaso estamos en la época donde no existían? - bufe sonriéndola.
- Deja de quejarte bastante que la mujer no nos ha sacado dinero de más por nuestras pintas – la dije cuando mi amiga antes la había soltado un billete de quinientos sin tan ni siquiera preguntarla el precio de la estancia.
- Está bien, entiéndeme a mí no me gusta estas cosas – la deje, paso para que fuese la primera en subir las escaleras.
Si os dijera que estaba normal os mentiría porque quince minutos después ya estamos en nuestra habitación, estaba agitada por todas las escaleras que tuvimos que subir con las maletas, las deje en el suelo para sentarme en la cama que se hundía.
¿Serán buenas estas pequeñas vacaciones?
¿Qué nos deparara en este pueblo?
Espero que mi amiga no me dé mucho la tabarra.
En la foto tenéis a Aura
Espero que os guste 😁❤
Mi amiga se dedicó a mirar toda la habitación de pies a cabeza, ponía cara de asco y repelús, yo me dedique a sacar mi ropa negra, me solía vestir más de negro y poca ropa de color tenía, deje encima de la cama mi bolsa de aseo, mientras que mi amiga se apropiaba del baño.
-¿Cómo se supone que nos bañaremos? El agua sale congelada – se dirigió hacía a mí fingiendo que se secaba unas lágrimas, cuando decía que era una dramática no exageraba.
-Tranquila lo hablare con la mujer – puse música en mi móvil, ya que era lo único para lo que podría usarlo, ella comenzó a bailar mientras que colocaba las cosas, yo sin embargo guarde mi ropa interior en uno de los cajones mientras que pensaba en los sitios que podríamos visitar donde había mucha historia.
-Yo no te mientoo, todavía te espero, todavía te quieroooo no se vivir sin ti – canto cuando llega ese momento en la canción y ella me sigue.
-¡Súbeme la radio! - grita, me rio de ella.
-¿Abra discotecas aquí? - me pregunta sentándose en su cama.
-No sé, supongo que no, es un pueblo donde no vive mil personas más o menos cuatros cientos viven aquí o eso ponía en internet – la cuento.
-Entonces no nos podremos divertir – suelto un pantalón mío para mirarla y prestarla más atención.
-Te puedes divertir de otras maneras boba, relájate iremos viendo – asiente para tumbarse totalmente en la cama, la doy la espalda para dirigirme al baño cuando escucho su grito y un golpe.
-¿Qué pasa? - digo corriendo donde esta ella, su cara es de horror cuando me mira.
-¿Lo has visto? - niego.
-¿El que? - miro a la ventana donde estaba señalando.
-Un cuervo se acaba de estrellar contra la ventana – sin más me acerco abriéndola viendo en el cristal un poco de sangre.
-Espérame aquí voy a bajar a ver – asiente no muy convencida, salgo de la habitación directa a las escaleras bajándolas deprisa, cuando llego la mujer de antes sigue en su sitio corro donde esta nuestra ventana me paro agitada en el mismo sitio encontrándome con que el cuervo ya no está, Carlota se asoma.
-¿Y el cuervo? - me cruzo de hombros sin entender.
-No se parece ser que se fue – la digo sin llegar a entender cómo se fue volando si estaba herido es más parecía que estaba muerto.
-Ese cuervo tenía que estar endemoniado – comenzó a reír fuerte, la deje ahí riéndose mientras que volvía adentro parándome para preguntarla a la mujer sobre el agua.
-Perdona, me he dado cuenta que solo tienes agua fría – ella me mira.
-Si, se suele estropear el cacharro mucho le diré al chico que lo arregla que venga de nuevo – asiento despidiéndome con la mano para subir de nuevo las escaleras.
-Y ese fuego que quema por dentro y te convierte en piedra – voy cantando mientras que subo las escaleras, sintiendo un frio aire, me restregué mis brazos abrazándome yo misma hasta que llegué a la habitación llamando.
-¿Tienes frio? - me pregunta cuando abre la puerta.
-Por un momento hacía frio en las escaleras, las subí de dos en dos para no tardar tanto – veo que tenía botellas de alcohol en una mesa de madera que había.
-¿Mmmm? ¿Por qué me miras así? - cojo una viendo que era J-B.
-¿Enserio? Te trajiste alcohol – ella me miro picarona.
-Nunca se sabe
-Voy a limpiar la ventana – cogí un trapo viejo para limpiar la sangre del pobre cuervo que se había dado contra el cristal, miré mejor dándome cuenta que había un montón de pinos un poco lejos de aquí parecía que era un bosque, pero el olor a pino llegaba aquí cuando el viento se movía con más fuerza.
-¿Dónde vamos a ir esta tarde? - me pregunta cuando ya había terminado con la ventana.
-He visto algunos sitios con historias muy bonitas e interesantes – ella hace una mueca.
-¿Mas historia? - asiento.
-Está bien, tu hoy eliges mañana decidiré yo
-Me parece buena idea, prepárate y ponte algo cómodo que nos vamos a ir – la dije cambiándome las botas por unas zapatillas más cómodas.
Pasaron diez minutos cuando Carlota ya estaba lista del todo, salimos volviendo a bajar las escaleras, estaba claro que iba a hacer unos mejores glúteos de tanto bajar y subir estas escaleras.
Cuando estábamos abajo la mujer no estaba en el mostrador, salimos a la calle, Carlota iba a coger el coche, pero la arrebate las llaves negándola con la cabeza.
-De eso nada, hoy no abra más coche – ella abre la boca de sobre manera.
-¿Lo dices enserio? - pregunta sin creérselo.
-Así es, iremos andando a todos lados – me daba igual sus réplicas saque mi móvil mirando los pantallazos que había echo de los sitios donde estaban las cosas históricas.
Llegamos a un pequeño museo donde había cosas antiguas, mire todo atentamente emocionada por ver cosas de miles de años, mi amiga no se la veía muy animada como yo por el simple hecho de que a ella no la iban estas cosas.
-Mira Aura ven – me hizo un movimiento con su mano para que me acercara.
-¿Qué? - la dije cuando ya estaba a su lado.
-Es la casa que te llamo la atención esta mañana - me fije en la foto, era la misma casa, pero era en blanco y negro y se veía que había todo tipo de flores y estaba más decorada.
-Esta casa se construyó en el año 1560, por una familia con muchas riquezas poseía muchos terrenos del pueblo, era una familia de seis miembros – leo en voz alta para que ella también lo escuchase.
-Anda mira como tu familia – la mire mal. - Digo por la fortuna y eso de hace mucho tiempo – volví mi vista a la foto y sin más la hice una foto con mi móvil.
-Interesante, ya decía yo que esa casa me llamaba tanto la atención - mi amiga al ver mi gesto negó rápido.
-No, ni se te ocurra que no se te pase ni por esa cabeza – la sonreí.
-Venga no seas fastidiosa no pasara nada
-Que no, no vamos a ir a esa casa – mire a nuestro alrededor.
-Seguro que no vive nadie hay, parecía que estaba abandonada – negó con su cabeza repetidas veces.
-Como puedes ser tan cabezota ¿eh? ¿y si hay alguien? O peor aún un asesino – comencé a reírme por sus absurdeces.
-No exageres, ¿Cómo va a ver un asesino?
-Nunca se sabe, mira aquí sale otra foto de la que fue supuestamente la familia – me acerque dos pasos más mirando en la dirección donde estaba la foto.
-Pues este tío estaba bastante bueno para su época, yo me lo hubiera tirado – la di con mi brazo cosa que ella se quejó frotándose.
-Estas muy salida, te lo he dicho muchas veces – levante mis cejas más de la cuenta.
-Pero estaba bueno y no me lo puedes negar – suspire.
-Era guapo porque ahora al saber dónde estará se abra convertido en polvo – un escalofrió paso por mi cuerpo por tal pensamiento.
-Bueno, pero en mi mente me puedo... - la calle antes de que siguiera.
-Dios cállate no sigas – las dos reímos a la vez.
Seguimos viendo más cosas que había antiguas protegidas por cristales para que nadie lo pudiera tocar, solo pensaba en una cosa y era en la casa que vimos al llegar al pueblo, tenía algo que me llamaba la atención tanto que fuera hasta allí para ver que había el misterio podía más.
En la foto tenéis a Carlota
Salimos del pequeño museo, andando en la dirección donde estaba la casa misteriosa, mi amiga seguía insistiendo en no ir con sus paranoias.
-Aura, ¿Estas segura? - me pregunto por sexta vez cuando ya estábamos en frente de la casa.
-Si, segurísima esta casa tiene algo que me llama la atención - asiente agarrándose fuerte de mi brazo.
-¿Se puede saber qué haces? - me reí de ella.
-Tengo miedo Aura – la aparte de mi lado.
-Apenas pasemos de la valla por dios – miro alrededor con cara de asustada.
-¿Cuántas posibilidades de que las leyendas sean ciertas? - pregunto de repente.
-¿Ahora sí que te las vas a creer? - la mire cruzando mis brazos.
-Puede ser que sí o no depende – sin más abrí la valla vieja y oxidada ya que estaba abierta no tuve ningún problema.
-Aura, espera no me dejes sola – casi gritó corriendo desde afuera, mire el gran jardín, se notaba los años que había pasado por él, tanto que las plantas estaban todas muertas dejando en claro que llevaba años sin que nadie pasara por aquí y las cuidara.
-Valla esto es hermoso – subí el primer escalón, causando que crujiera por mi peso.
-¿Esto te parece hermoso? ¡Enserio Aura me sorprendes! - rodé los ojos, me fijaba en los pequeños detalles siempre.
-¡AH! - me gire rápido en la dirección donde estaba mirándola como si la fuese a matar.
-¿Qué pasa ahora? Ni si quiera hemos entrado todavía ¡Por dios! - ella con su dedo señalo hacia arriba donde supongo que daban las habitaciones había una ventana.
-La cortina se movió – me reí de nuevo de ella bajando de nuevo tocando el viejo jardín.
-Estas mal de la cabeza enserio, lo que haces para que nos vallamos – niego con mi cabeza mientras que no quito la sonrisa de mi cara.
-¡Oye Aura decía la verdad! - sube ya los tres escalones llegando a mí, sin hacerla caso fui a abrir la puerta, pero esta no abría.
-Lo ves está cerrada ahora vámonos – tiro de mi brazo.
-No espera – me di media vuelta quitando su mano, hay fue cuando escuchemos el crujido del suelo y la puerta siendo abierta sola.
-Vale, esto no me está gustando nada – volvió a decir ella, toque la puerta abriéndola aún más.
-Aura... - fastidiada tire de ella entrando por completo en la casa.
-Shhhh o los fantasmas se asustarán – dije riéndome en su cara.
-Joe Aura eso no es gracioso vale... - dijo en voz baja, pase mi brazo por sus hombros.
-Relájate anda no pasara nada, mira esta todo con polvo aquí lleva sin vivir nadie años - al parecer mis palabras la relajaron un poco más cuando me sonrió asintiendo.
-¿Tienes mi cámara? - la pregunte mirando en la dirección donde tenía su mochila, asintiendo sacándola de la cartera.
-Está bien, al parecer el comedor esta por aquí - cada paso que dábamos crujía el suelo por el gran paso del tiempo.
-Guau – dijo mi amiga asombrada al ver el salón, la luz entraba por las ventanas dejando ver la cantidad de polvo que flotaba en el aire.
-¿Es bonito verdad? - hice una foto, rápido la pequeña foto salió, la sacudí para después dársela a mi amiga.
-¿No es mejor comprar una cámara más moderna que se guarden? - rodé los ojos negándola para después hacer una foto a la gran chimenea, el largo tiempo había pasado por ella dejando tiras de telarañas sobre ella dejándola aún más bonita por lo menos a mis ojos.
-¿Eso que es? - se acercó a la cortina vieja que daba a la ventana, para después pegar un grito.
-Es solo un murciélago por dios – agarre mi tripa por la gran carcajada que salía de mi boca.
-Joe siempre me asusto por nada – grito, fastidiada.
-Anda déjalo, y sigue disfrutando – la dije para tirar otra foto a la mesa que había con algunas cosas encima todavía como si el tiempo se hubiera parado, sacudí la foto para después dársela a ella.
-Pensaba que no iba a quedar nada, pero me equivocaba – habla acercándose a mi lado.
-Pues esta todo tal cual como la última vez que la dejaron – salimos del comedor dirigiéndonos a una sala que me dejo a cuadros haciendo que abriese la boca impresionada.
-Creo que estoy en un sueño - la toco en su brazo llamando su atención.
-Es una estantería gigante – contesta ella igual de impresionada que yo.
-Esto es hermoso, es como si te teletransportará a ese año - digo acercándome aún más para ver los libros viejos, estaban llenos de polvo y tela de arañas.
-¿A ti no te daban miedo las arañas? - me pregunta, la miro alejando un poco la cámara.
-Si cuando las tengo encima, más que miedo, me dan repelús – cuando termino de decirla una de las puertas de la casa es cerrada de un portazo, consiguiendo que vibrase la casa.
Nos miramos por unos segundos a la vez, con una sola mirada basta.
-¿Tú también lo escuchaste? - vuelve a estar muerta de miedo.
-Si, tiene que haber sido alguna corriente – le quito importancia.
-No hace aire – la miro de nuevo.
-A veces si, cuando viene fuerte pasan estas cosas no te preocupes – intento que no pierda la calma quiero seguir disfrutando de la belleza de este sitio.
Seguimos con el tiempo avanzando por la casa, es bastante amplia así que me paro en muchos momentos a hacer fotos, dejo un momento a Carlota en una de las habitaciones donde solo había papeleo y uno que otro cuadro.
Me dirijo a la parte de arriba, con muchísimo cuidado subo las escaleras, pero me sorprendo al darme cuenta que estas no crujen como el suelo y aguantan mi peso, parece ser que estas escaleras fueron cambiadas mucho más tarde que el abandono, no sé porque me daba por pensarlo, pero igualmente se veían antiguas.
Ya arriba estaba todo más oscuro, ya que las ventanas estaban tapadas por las cortinas rojas, de mi mochila saco una linterna que va colgada en mi cabeza, la enciendo para no chocarme con los muebles que hay en medio.
El olor es super diferente que el de abajo, huele a viejo y el paso del tiempo, pero también parece que huele como a rosas, parece que me estaba volviendo loca pero pocas veces mi olfato fallaba.
-Madre mía creo que me volveré loca en este sitio – digo en voz baja al entrar a lo que era una habitación de matrimonio.
Hago unas cuantas fotos de la cama y los pocos decorativos que quedaban, las fotos las guardo en un plástico que tenía en la cartera, no había electricidad por lo que parecía claramente esto llevaba años abandonado.
Justo cuando hice una foto a una cuna que había al lado de la cama de matrimonio una ventisca muy fría paso por detrás de mi haciendo que rápido me diese la vuelta alarmada dando con mi linterna en esa dirección.
-¿Carlota eres tú? - pregunte al aire sin obtener respuesta alguna.
-Qué raro... - susurre siguiendo para otra habitación, esta tenía otro toque diferente a las demás incluso parecía que estaba más limpia.
-Guau – observé un cuadro extraño de una mujer que estaba sujetada por un tipo y parecía como si la estuviera mordiendo el cuello, al observarlo sentí un aire frio detrás de mi nuca haciendo que los pelos se me pusieran de punta, poco a poco me di la vuelta sin encontrarme con nada nuevo.
-Uffff – musite, creía en los espíritus que se quedaban en este mundo atrapados, y me daba la sensación que aquí arriba no estaba sola.
-¿Hay alguien aquí? - pregunte, escuche un crujido de la habitación de matrimonio rápido me dirigí hacía allí, pero nada, no había nada.
-AHHHHHHH AURA – escuche el grito de mi amiga rápido baje las escaleras corriendo sintiendo como si fuese una presencia detrás mía que me estaba angustiando.
-¿Qué pasa? - la dije cuando estaba llegando hasta donde había escuchado su grito.
-Mira - señalo en la dirección donde estaba la mesa de la cocina, había un lobo desangrado tirado en el suelo, rápido aparte la mirada asqueada tapando mi boca por el olor a sangre.
-Joder – susurre para salir de la cocina corriendo.
-¿Quién pudo hacer eso? - ella fue detrás mía.
-Algún otro animal – tenía mis manos apoyadas en mis rodillas intentando coger aire.
-Es horrible no se me va de la cabeza – podía oler la sangre todavía como si estuviera en la cocina.
-El olor es horrible – ella alzo su ceja.
-¿Qué olor? - preguntó.
-Sangre, pero es fuerte el olor – ella miro a una dirección para después posar su mirada en mí.
-Aura de verdad algún día me gustaría descubrir porque tu captas olores que yo no puedo – me puse recta de nuevo.
-No lo sé, pero mis padres les pasa lo mismo vendrá por genética, en fin, sigamos
-Estas, loca hay un puto lobo que al saber cómo entro en la cocina – deje caer mis hombros.
-¿Y qué? Sigamos – comencé a andar de nuevo cuando por las escaleras empezó a caer algo, me asuste por culpa de Carlota cuando me agarro.
-Me asustaste – la deje en claro.
-¿Es tu linterna? - fruncí mi ceño, confundida, toqué mi frente sintiendo como la linterna no estaba.
-¿Pero qué? - la cogí mirándola a ella confusa.
-Si, es tu linterna
-No entiendo si la tenía puesta – intente encontrarle una explicación, pero me calle porque no había ninguna.
-Esta casa es muy rara, es mejor que nos valla... - la detuve cuando escuché un crujido cerca de nosotras.
-Shh espera calla – parecían pasos.
-Aura... - apreté el agarre en su brazo para que se callase.
-AHHHHHH – la puerta de la entrada había sido cerrada de un portazo, corrió mi amiga a ella para abrirla.
-No se abre, Aura no se abre – me apresure a llegar donde ella para hacer lo mismo y ver que no se abría.
-Se ha tenido que quedar atascada – seguí escuchando los pasos más cerca de nosotras, hasta Carlota los escucho cuando se empezó a asustar más aún.
-Aura sácame de aquí por favor me va a dar algo – las cortinas fueron quitadas del comedor dejándolos oscuros, Carlota volvió a gritar desesperada y mi cuerpo se quedó rígido al estar a oscuras y sentir la misma sensación que había presenciado arriba.
-Quieta... - gruñí ordenando a Carlota.
Parecía una respiración, pero no estaba segura porque te dejaba la nuca fría, aprete mis puños intentando controlarme y que el miedo no invadiese mi cuerpo, un fuerte golpe segundos después de un mueble movido se escuchó y lo vi cuando encendí la linterna.
-¡QUIERO SALIRRRRRRR! - grito Carlota pegando patas a la puerta.
-Carlota – susurre, pero ella por el pánico no me escucho, vi como alguien estaba bajando por las escaleras, y ahí fue cuando me asuste tanto que grite fuerte tanto que mi garganta dolía, pero no podía detener mi grito, la puerta de la entrada se abrió y Carlota tiro de mi tan fuerte que mi cámara se cayó al suelo.
-¡NO, NO DETENTE ESPERA CARLOTA MI CAMARAAAAA! - la grite, pero ella no escuchaba por el pánico, me arrastro hasta fuera de la casa para después soltarme y gritarme como una estérica.
-¡AURA ESTAS LOCA NO TE TUVE QUE HACER CASO ESA CASA ESTA ENCANTADA POR CASI MORIMOS! - empecé a sentir la garganta dolida.
-Mi cámara... - es lo que pude decir después de unos segundos.
-¿Hemos estado a punto de morir y es lo que único que dices? - las imágenes de la presencia que vi bajar por las escaleras volvieron a mi dejándome anonadada.
-Aura, eh Aura – me sacudió para que reaccionara.
-Eh, ¿Qué pasa? - dije saliendo del trance.
-¿Qué te pasa? ¿Vistes algo? - negué rápido ocultándola, podría ser mi imaginación que mi cabeza quisiera jugármela por el miedo.
-Necesito volver a por mí cámara – la dije, dispuesta de volver adentro.
-¡ESTAS LOCA! ¡NO! - me grito intentando detenerme.
-Pero mi cámara esta hay sabes lo importante que es para mí – soltó una respiración larga.
-Lo sé, pero no podemos volver por lo menos hoy – negué rápido.
-De eso nada puede entrar alguien más verla y llevársela – la, quite de mi camino volviendo a pisar el gran jardín corriendo directo a la casa, Carlota por más ganas que tuviera de detenerme no me siguió por el gran miedo que tenía todavía en el cuerpo.
Estaba de nuevo parada delante de la puerta vieja de la casa, pensando dos veces como entrar, intentando bloquear mi mente del miedo.
-Aura recuerda no hay que temer a los muertos, porque muertos ya están – recordé la frase que me repetía mi padre, cuando de pequeña tenía miedo a Halloween, solté un suspiro para después abrir la puerta de la casa de nuevo.
-Venga Aura tú puedes – me dije a mi misma en bajo intentando animarme, estaba todo oscuro, encendí la linterna mirando al suelo por donde sentí que se había caído la cámara, di cuatros pasos más alejándome de la puerta justo donde se había quedado la cámara, pero no estaba.
¡Mi cámara había desaparecido!
En la foto tenéis la casa como me la imagino en mi mente 🤭
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