Afuera de las oficinas centrales de la compañia Sky, se encontraban frente a frente dos mujeres muy bellas, una era Elizabeth Garcia una chica de cabello azul con negro, una altura de 1.65, traia un vestido azul claro que le combinaba perfectamente con su hermosa piel blanca y unos ojos marrones llenos de brillo los cuales hoy estaban vidriosos al ver a las personas enfrente de ella.

una era su prima Olivia acosta, una chica comun con un tono de piel un poco mas morena, de una estatura un poco mas baja de 1.58 sus ojos negros pero con una mirada lasiva y calculadora, llevaba un vestido blanco entallado dejando ver sus piernas se veia bastante bulgar para su edad.

Y la cereza del pastel el guapo hombre frente a ella, su prometido con el que en tan solo una semana se iba a casar, Cesar Olivares un brillante empresario joven acargo de la gerencia de Sky, con una mirada fria y dominante que hacia juego con su costoso traje y su cabello marron, que en este momento estaban apuñalando el corazon de Elizabeth.

-¿Por ella me pediste que cancelara la boda?- dijo entre cortado pero aun firme en su postura.

-Claro que es por Olivia, resulta que no eres nada comparada con ella- dijo en tono burlon.

-Cariño, no le expliques nada a Lizy ya vez que ella es una mugigata que no te entiende- dice tratando de menospreciarla.

La gente se aglomeraba alrededor como moscas en la miel para saber que ocurria despues de todo era un escandalo de las familias mas poderosas de la ciudad.

-Cres que esta perra vale mas que yo verdad, dejenme recordarles que ya que a tenido mas de un amante acaba de reparar su himen hace un mes y el doctor dijo que no puede tener relaciones sexuales al menos en tres meses- grito enfadada, queria que todo el mundo lo supiera.

-Callate, no le hables asi- grito Cesar furioso, pero en su mente estaba dudando de la veracidad de sus palabras.

-Oh, espera aun no te he dicho tu parte- se dirigio unos pasos hacia Cesar -Creeme que solo eres un titere mediocre bajo la mano de tu familia, nunca llegaras lejos-

Cesar se adelanto y la abofeteo con tal fuerza que incluso le escurrio un poco de sangre de los labios.

Enojada como estaba se dio la vuelta y camino hacia su auto, no salio sin antes advertirles - Una perra y un don nadie cuanto tiempo duraran, pero felicidades-

Despues de sus palabras salio a toda velocidad en su auto deportivo, estaba muy emocional, asi que cuando condujo por un tiempo decidio ir a un bar a desahogar sus penas.

Ya era un poco pasadas las dos de la mañana cuando un poco embriagada subio nuevamente al auto, no queria saber de nada ni de nadie, llego a la caceta de peaje de una carretera hacia el mar y no dudo en ir hacia alla, con el corazon roto como estaba solo queria un poco de tranquilidad y sobretodo olvidar olvidar todo, su vida, su padre que solo la utilizaba para poder tener su dinero, todo.

Cuando llego a la playa, se subio en el toldo del coche, saco una botella mas de vodka y de un trago tomo la mitad, estaba cantando y tarareando sus penas, de pronto sintio la necesidad de ya no vivir mas, como podria seguir con su miserable vida.

-Elizabeth, desde que tu madre murio, ya no tienes familia, el nombrado padre solo te quiere por el dinero de la herencia, pero si no hay Elizabeth no hay herencia verdad- se dijo a si misma mientras se adentraba al mar.

-Para que vivir, si ya lo has perdido todo, hasta a ese amor de infancia te han robado, que estupida y paterica eres, sera mejor morir- dijo por ultimo mientras se adentro mas al mar y dejo que las olas la arrastraran.

Temprano en la mañana Jacob salio a correr como de costumbre estaba llevando esta rutina por los ultimos dos años, siempre corria en las mañana para olvidar su enfermedad, aunque era un hombre joven y exitoso desde hace un par de año le detectaron un tumor maligno inoperable, asi que se confisco en su casa de playa para buscar cualquier tratamiento posible, ya que amaba su vida y no queria morir.

Vamos rocky le grito Jacob a su perro fiel que corria con el pero este parecia que habia encontrado algo en las rocas, se acerco a la figura y se sorprendio al ver a la hermosa joven inconciente en la arena, trato de despertarla pero no reacciono, su piel estaba un poco roja se notaba que habia estado a la deriva desde añoche, pero quien era ella se preguntaba.

Sin dudarlo mucho y ya que tenia equipo medico en su casa decidio llevarla hasta ahi, la tomo en sus brazos, esta entre abrio los ojos pero penso que era un espejismo del alcohol, trato de tocar su rostro pero se desmayo y su mano cayo de golpe, ante la reaccion Jacob apresuro sus pasos hacia la casa, talvez entraria en como si no se apresuraba pensaba.

El mayordomo ya lo estaba espeeando en las escaleras de la casa, pero se sorprendio al ver que Jacod regresaba con alguien y aun mayor sorpresa fue ver que era una mujer, quiso preguntar algo pero se quedo sin palabras ya que sabia que no era el momento.

-Leo ayudame a contactar al Doctor Cazares, rapido- dijo este y subio rapidamente hasta el segundo piso para dejarla en una habitacion.

-Martha, martha- grito Leo por una de las sirvientas.

-Si señor-dijo esta saliendo de la cocina.

-Sube a ayudar al señor, date prisa- martha se quedo confusa ante sus palabras puesto que a Jacob no le gustaba que se le acercaran las mucamas asi que dudo un momento y no se movio.

-¿Que esperas niña? Sube rapido- grito el mayordomo Leo mientras marcaba el numero del doctor.

Martha se sorprendio al entrar a la habitacion de Jacob jamas penso ver que trajo a una mujer extraña y mucho menos penso que la dejaria descanzar en su cama.

-Martha por favor quitale la ropa mojada y ponle esta seca, me avisas cuando termines- dijo con una voz baja.

La mujer solo asintio con la cabeza levemente y se dispuso a cumplir con la tarea que le habian encomendado, al mirar el cuerpo magullado de la mujer se apresiaba que habia estado golpendo con algo, sus quemaduras en la piel eran tan rojas que fruncia el seño cuando la tocaba, pero tenia que hacer su trabajo.

Quedo con la boca abierta al ver su curvilineo cuerpo, Elizabeth tenia una muy buena figura, pero despues de un rato y dejar de llevarse por sus pensamientos por fin pudo terminar de quitarle las ropa mojada y poberle la sudadera de Jacob, se disponia a salir cuando escucho a Jacob conducir al medico hacia la habitacion.

-Esta hecho señor- dijo Martha y salio de la habitacion sin mirar atras.

El doctor examino a Elizabeth, pero esta estaba con fiebre y desidratacion, porque alguien estaria en ese estado penso, es tan joven porque caeria al mar o alguien la queria muerta, sin pensarlo mas solo se limito a ponerle una inyeccion y una bolsa de suero para que se recuperara al salir se encontro con Jacob que ya estaba esperandolo en el pasillo.

¿-Como esta la pregunto nervioso Jacob.

-Estara bien, aun esta inconciente, no se cuando reaccionara pero deben cuidar de sacarle la aguja cuando termine la bolsa que le he puesto- dijo seriamente y se despidio de Jacob.

-Si doctor la estaremos observando- contesto y estaba a punto de irse pero el doctor lo detuvo.

-Por cierto ¿Donde encontraste a la chica?¿Sabes su nombre?-

-No se quien es, la encontre en el peñasco creo que debe haberse caido, pero no se nada mas, cuando despierte le preguntare-

-Creo que talvez deverias tambien llamar a la policia, en caso de que su familia la alla reportado como desaparecida- despues de decir esto se marcho.

Jacob la cuido cuidadosamente y la acompaño en su recuperacion, tardo un dia y una noche en despertar al tercer dia cuando era aun de madrugada, la luz de la luna se reflejaba por las delgadas cortinas de la ventana, su luz era tan triste como su corazon, Elizabeth no pudo evitar llorar, esta vez las lagrimas no dejaban de caer, sus lagrimas eran frias igual a la luna azul.

-¿Porque lloras?- se escucho la voz de un hombre no muy lejos de ahi.

Al escucharlo, Elizabeth volvio en si, examino la habitacion y se dio cuenta de que no sabia donde estaba, pero estuviera en donde estuviera aun asi se sentia muerta en vida, sin una razon para vivir.

-¿Donde estoy?- pregunto por costumbre mas que por curiosidad.

-Te encontre antier en la mañana, estabas en la playa y te traje a mi casa¿Como te llamas?- pregunto Jacob.

-No es importante, ya solo soy un cascaron- dijo triste Elizabeth.

-Bueno señorita cascaron, mucho gusto mi nombre es Jacob- dijo con una sonrisa.

El chiste dio en el blanco ya que Elizabeth solto una risita -Gracias por tu hospitalidad- dijo al hombre ya mas tranquila.