Faltan 2 días para mí cumpleaños número 16, es el más importante, tanto como mujer como lo es para esta familia. Me encuentro en mi habitación, como siempre antes de ir al colegio pero alguien llama a la puerta.
- Adelante - Nunca pregunto quién es ya que nadie más que mis padres y hermanos tienen derecho a acercarse a mi habitación, ni siquiera los empleados pueden entrar, soy bastante complicada.
- Buen día hija. - Mi padre como siempre entra y me dedica una gran sonrisa, se acerca a mí tocador y me abraza por la espalda.
- Buen día papá y ese milagro de verte hoy, y a esta hora, siempre pasas en la noche, mi mamá es la que siempre viene, ¿algo anda mal?.
- Tenemos que hablar sobre tu cumpleaños. - El tema del que menos le gusta hablar a él, y si lo saca a colación es porque hay problemas.
- Que pasa, hasta donde se, todo está organizado mi mamá se encargó de eso, de acuerdo a tus especificaciones.
- Hija no es eso - Mi papá me coge las manos. - Es sobre el compromiso y la responsabilidad de llegar a esa edad, tu sabes y lo hemos estado hablando, no he ocultado nada de esto.
- Si papá lo sé, y e aceptado mi responsabilidad. - Mi padre me mira a los ojos. - Es algo con lo que tenemos que lidiar.
- No lo vas a hacer, no quiero que te cases con alguien que no amas, no quiero que seas el tapete de nadie. Yo quiero que estudies que seas alguien importante, independiente que te sepas defender sola. Que no dependas de un hombre o que vivas a la sombra de él. Todas las demás familias lo hacen hija, pero yo no quiero eso para ti. E visto muchas cosas y son terribles, esa vida no es para nada buena.
- ¿Como resultó mi mamá metida en esto?, ella también te fue entregada a esa edad.
- No hija, tu madre nunca perteneció a una familia de la mafia, pero sus padres si trabajaban para los Monsalve, cometí un error con ella que me causo muchos problemas, cuando me case con ella lo hicimos por que queríamos vengarnos de ese infeliz, ella no me amaba y yo a ella tampoco, pasaron años para que eso sucediera, cuando supimos que ella estaba embarazada rogamos que no fueras una niña, pero acá estás, ya sabíamos lo que iba a suceder, y en cuanto los Moretti se enteraron y te reclamaron. Lo he pensado muchos años y no voy a cometer ningún error, te salvare tus hermanos se harán cargo no hay necesidad de que estés aca. - Me quedé en shock, nunca había pensado que mi propio padre se sintiera así por este compromiso.
- Papá estás seguro de lo que me dices, tu sabes que es una tradición y más que eso, es para mantener buenas relaciones y mantener alianzas, si no lo hago esto traerá problemas y muy graves.
- Hija ya lo decidimos con tu madre, a pesar de tu corta edad, entiendes muy bien las cosas, se que estaremos en problemas aunque ya encontré una solución, momentánea. En la cual cuando se den cuenta tu ya no estarás acá. Va a ser difícil, hija porque tendrás que irte de este país y no sé cuándo podremos volver a vernos.
- Papá y mis hermanos que no los volveré a ver. - nosotros siempre hemos sido muy unidos.
- Me temo que no, por un tiempo largo. Se que el día de tu fiesta te tengo que presentar, pero no será si no hasta que cumplas 22 años que te vas a casar, es el tiempo suficiente para encontrar otra excusas y que no te encuentren. - Dichas estas palabras, se levanta de la silla y a acerca a la puerta sin antes decirme - Te amamos y haríamos todo por tu felicidad.
Cuando sale de mi habitación me quedo perturbada, que se le habrá ocurrido a mi padre, para librarme de tal compromiso.
Pero para poder entender mi dilema me presentaré mi nombre es Samantha Ricci Salvatore soy la mayor de cuatro hermanos mi papá se llama Leonardo Ricci es conocido por como resuelve las traiciones con la muerte, mi mamá se llama Victoria Salvatore ella es otra mujer dura, está a la misma altura de mi padre, entre los dos manejan el negocio. Tengo tres hermanos Dante que tiene 13 años, le sigue Ángel que tiene 10 y Maicol con tan solo 9 años.
Pertenecemos a una de las más grandes familias de la mafia de Londres, al ser la mayor y mujer me han comprometido con uno de los hijos de la mafia Moretti, eso me lo han explicado mis padres desde que tengo 10 años. Hoy cumplo mis 16 seré presentada formalmente ante toda la sociedad de mafiosos, y se dará mi mano en matrimonio a Antonio, no me casare hasta que tenga 22 años, pero mientras el tiempo pasa no podré salir de mi casa, no podré ver a mas hombres,no podré salir de fiesta, no podré tener amigos ni amigas, si no es a Antonio no es con nadie se supone que con esta unión las familias fortalecerán lazos y sus negocios prosperarán pero si no se hace la unión una guerra podría estallar.
- Hija ya estás lista. - Mi mamá entra en mi habitación, yo había elegido un hermoso vestido morado y negro, pero no sé porque me lo hicieron cambiar a uno más sencillo de color rosado, como si me gustará ese color.
- Mamá me puedes decir por fin que pasó con mi vestido, este no es el mío y yo no me quiero ver como una princesa.
- Ya lo vas a entender - En ese preciso momento entra mi padre con una muchacha de mi edad, ella llevaba mi vestido. Pero antes de que yo pudiera protestar o gritar mi padre habla.
- Ella se hará pasar por ti, nadie te conoce de verdad, así que ella es la persona que vamos a presentar, tu podrás disfrutar de la fiesta pero no como mi hija sino como una invitada más, amiga de Samantha, amiga de la familia.
- Eso era lo que tenías planeado.
- Si hija, perdona por no decírtelo pero tenía que encontrar a la persona adecuada. Ella estaba en un orfanato y mientras ella se haga pasar por ti, vivirá acá y estará con nosotros, no le faltará nada.
- Y yo dónde quedó papá.
- Te vas a vivir a Argentina, ya tengo todo arreglado, esta misma noche viajas después de la fiesta, te van a acompañar Ezequiel, Noa y Duncan. - Me caigo en el sofá, no esperaba está noticia me voy a otro país, lejos de mi familia de mis hermanos de todo.
En ese momento en el que estoy en mis pensamientos mis padres me dan un gran abrazo y con este gesto, quieren decir que la función acaba de empezar.
Cómo mi padre había dicho, Sara se hizo pasar por mi, fue ella quien bajo por las escaleras del brazo de mi padre, estaba dolida, esa debí haber sido yo, pero la situación no me lo permitía, en cambio yo había bajado por otras escaleras y me encontraba con los demás invitados, sintiéndome aislada de todo, me sentía rechazada aunque mis hermanos me hicieron compañía la mayor parte del tiempo. Eran mis mejores amigos y los amaba mucho, haia estado con cada uno de ellos desde su nacimiento.
Cuando la fiesta llegó a su apogeo un joven de unos 20 años se me acerco.
- Bailamos. - Me extendió la mano, y como educación la acepte.
- Con gusto - Nos dirigimos a la pista de baile que estaba bastante llena, era un joven simpático. - Puedo preguntar cómo te llamas.
- Claro, mi nombre es Antonio Moretti Sinisterra. - Perdí la concentración y lo pise, ese era el hombre con el que yo debía de casarme. Mierda no puedo dejar de que me descubra. - Y tú cómo te llamas.
- Me llamo Reichel, gusto en conocerte.
- El gusto es mío, eres muy hermosa.
- Gracias y te puedo preguntar porque no estás con tu prometida. - El se puso pálido y muy nervioso - Que pena mi intromisión, es que me dijeron que está era aparte del cumpleaños de Samantha sería también anunciado el compromiso contigo.
- Si, me casare con Samantha, pero todavía no, asi que me puedo divertir un rato - divertirse con razón mi padre no quería esta vida para mí, y me alegra que me envíe a otro lado.
La noche sigue avanzando, hablamos de muchas cosas, pero me di cuenta que a él no le interesaba tener a nadie ni casarse el quería ser libre y tener muchas mujeres. Cuando terminamos de bailar, me solté rápidamente, ya se me había hecho tarde para mí vuelo, no iba a viajar en el jet de la familia me iba en un vuelo comercial. Termine de alistar maletas y Ezequiel me ayudó a bajarlas dónde mi padre me esperaba en la puerta trasera de la propiedad.
- Hija te amo con todo mi ser, espero que te encuentres bien aya, ellos te cuidarán lo más que puedan hay una cuenta a tu nombre puedes utilizar todo el dinero que quieras. Son para tus gastos, el colegio y la universidad ya estan cancelados. - Lo abrace lo más fuerte que puede.
- Gracias papá, por darme está oportunidad de salir adelante y continuar con mis estudios. - En ese instante llegaron mis hermanos, y mi mamá, me abrazaron los bese y salí de la mansión. Al llegar al aeropuerto la gente me miraba raro, habían tres hombres viajando conmigo, Ezequiel tenía 25 años, Noa tenía 30 y Duncan 40.
Abordamos el avión rumbó a mi nueva vida, mi padre solo había cambiado mi apellido quitó el de el y dejo el de mi madre, así era imposible que me encontrarán. Decidí descansar, era un viaje bastante largo y estaba cansada por la fiesta.
Horas después Ezequiel me despertó .
- Señorita ya llegamos.
- Gracias Ezequiel, ya me levanto. - Me estire un poco me dolia el cuerpo ya que el espacio no era muy acogedor. - A dónde vamos ahora.
- Vamos al apartamento, por esta semana te quedarás dentro, la próxima entras a estudiar, Duncan se hará pasar por tu padre y nosotros seremos docentes ya nos contrataron. - como harían para que los contratarán, ellos tenían cara de todo, menos de profesores.
- Entonces van a estar en el mismo instituto que yo.
- Si, por órdenes de tu padre no podemos dejarla sola eres menor de edad todavía. - Suspiré esto no iba a ser fácil, el camino hacia mi nuevo apartamento no fue muy largo, al llegar al edificio me quedé sorprendida era muy lujoso. Yo viviría en el penthouse, mi padre no escatimó en gastos, todo estaba a la perfección había mercado, muebles y habitaciones para cada uno de nosotros, en fin una jaula de oro solo para mí. Cambie de país, pero no de prisión.
La semana paso rápidamente, cuando menos pensé ya estaba alistando mis libros para la escuela, solo me faltaba un año para graduarme y asi poder continuar con la universidad.
Por lo que puede investigar en días anteriores, está escuela era una de las mejores, casi nunca recibían estudiantes en el último año, quién sabe que habrá dicho o hecho mi padre para que me recibieran.
Era difícil amoldarse a una nueva vida, sin tu papá, sin tu mamá y sin tus hermanos, me comunicaba constantemente con mis padres y mis hermanos la situación no había cambiado mucho, Sara se hacía pasar por mi y Antonio la llevaba a citas, almuerzo, reuniones dónde requerían la presencia de la prometida del mayor de los Moretti, en cambio yo solo me dedicaba a estudiar y en el apartamento. Había días en los que podía escaparme de mis guardaespaldas pero siempre me encontraban, el tiempo pasaba a prisa, era la mejor de mis clases, no tenía amigos, mi vida se volvió muy solitaria.
Y si llegara a tener amigos que les diría, no podría llevarlos a mi apartamento, vivía con tres hombres, no podía salir sin que ellos le siguieran y a parte de todo ellos pertenecían también al instituto.
Era el día del baile de graduación nadie me había invitado así que decidí ir sola, no me preocupaba nada, Duncan me dejó en la entrada del salón de eventos, en cuanto a Ezequiel y Noa ellos estaban presentes.
Todo iba muy bien hasta que un muchacho un poco borracho se comenzó a insinuarse, no me soltaba, me cogió por la muñeca con fuerza tratando de sacarme del salón, a pesar de que mis guardaespaldas me estaban dando algo de entrenamiento en defensa personal nunca pense que que lo iba a utilizar en la fiesta.
Recordé todas las prácticas con Noa y Ezequiel y puede deshacerme del agarre del tipo, pero el seguía insistiendo hasta tal punto que metió su mano debajo de mi vestido, Noa se dió cuenta y se acercó a el, agarrándolo por el cuello de la camisa y lanzandolo lejos.
Cuando ya no estaba cerca, se giró hacia mí y me analizo, se dió cuenta que no había nada de que preocuparse pero me saco del baile. Y regresamos al apartamento.
Se acercaban las festividades, Ezequiel se había convertido en un gran amigo, nos la pasábamos hablando de todo un poco, a pesar de nuestra diferencia de edades, nos la llevamos muy bien.
Hoy saldría a hacer compras para navidad y año nuevo, sería el primer año que la pasaría sola, ya que les había dado permiso a los muchachos de ir con su familia, mi padre no sabía sobre eso, y ellos hacen caso a mis decisiones, y si mi padre lo supiera pondría el grito en el cielo aunque lo amo ellos lo merecían, no iba a permitir que ellos estubieran lejos de sus seres queridos solo por estar con migo.
- Hola Ezequiel.
- Señorita ya está lista para salir.
- Si por favor, me llevas al centro comercial, dile a Duncan y Noa que no es necesario que vengan no creo que nos pase nada por dos o tres horas que estemos fuera.
- Como diga - Mientras yo me subía al auto, el hizo la llamada para avisarles y después arrancamos.
- Ezequiel, ya alistaron todo para su viaje. - El me miró por el espejo retrovisor.
- Si señorita, pero sigo pensando que es una mala idea, si su padre se enterará de esto, nos mataría a los tres. - Su tono era serio, pero su cara demostraba gratitud.
- Si se llega a enterar, yo soluciono ese problema no te preocupes, lo importante es que ustedes compartan con su familia, ya es mucho sacrificio el estar acá conmigo en otro país lejos de ellos.
- En ese caso señorita muchas gracias, mi madre está muy alegre de que vaya, le puedo hacer una pregunta.
- Si adelante.
- .¿Va a salir en estas fechas a algún lado?
- No te preocupes por eso, no voy a salir, prefiero estar en el apartamento, es mi primera navidad y año nuevo sola, lejos de mi familia asi que no tengo ánimos de celebrarlo.
El solo asiente y sigue su camino, cuando llegamos nos dirigimos directo a las tiendas, quería tener un detalle con ellos por todo el tiempo que han estado conmigo, a cada uno les iba a dar un detalle y les iba a enviar algo a sus familiares, solo Duncan tenía hijos pero Noa y Ezequiel tenían hermanos menores, se que ellos tienen como darles algo, pero este era de mi parte.
El día se pasó demasiado rápido, cuando llegamos al apartamento ya era de noche, como de costumbre yo cocinaba para los cuatro. Cuando nos sentamos en la mesa a cenar los muchachos se veían muy nerviosos.
- Que está pasando. - Los tres me miraron sorprendidos. - Por favor ya saben que no me gusta que me escondan nada y los conozco muy bien.
- Señorita Ricci, la verdad es que estamos muy nerviosos por dejarla sola, es una semana - Noa es el que habla primero.
- Nunca la habíamos dejado así y menos en la mansión de su padre, siempre hemos estado al lado de ustedes. - Duncan lo secunda. - Más que todo de usted señorita.
- Miren se que es difícil para ustedes irse, pero teniendo en cuenta que van a ser los únicos que pueden compartir en familia, yo no y no se hasta cuándo, por favor vayan, mañana sale el vuelo para Londres espero que ya tengan todo listo. - Al final de las palabras se me comenzó a quebrar la voz. Pero tome aire y me calme. No podiá dejar que me vieran llorar eso podría dar paso a que se quedarán.
- Si señorita ya tenemos todo listo y la verdad queríamos agradecerle por este gesto llevamos años sin pasar navidad y año nuevo con nuestros parientes y familia.- Dice Ezequiel, y yo lo sabía, aunque viviéramos en Londres, mi padre no os permitía salir mucho.
- No hay de que, se lo merecen, ustedes trabajan muy duro. - Seguimos cenando y ellos poco a poco se fueron relajando.
A la mañana siguiente, me levanté temprano para hacerles el desayuno cuando me acercaba a la cocina ví que ya tenían las maletas listas, me emocionaba darles ese regalo a ellos, el que pudieran estar en familia.
Después del desayuno, me despedí de ellos, mis ojos se llenaron de lágrimas, solo faltaban dos días para navidad, y la nostalgia se apoderaba de mi atrozmente, no podía dejar de pensar en mi familia, mi papá, mis hermanos y mi mamá, también estaba aquella chica que se estaba haciendo pasar por mi, como la envidiaba en este momento.
Al fin llegó el día, me levanté tarde y no tenía mucho que hacer, un sándwich de almuerzo, me puse a leer y a verificar todo lo relacionado con la universidad. Al caer la noche decidí preparar la cena, también natilla y buñuelos antes de que fueran las 12 recibí una video llamada de un número desconocido. Al descolgar me lleve una gran sorpresa.
- Hola hija - Era mi papá, hace un buen tiempo no hablaba con el.
- Hola papá - Mis ojos se llenaron de lágrimas, y está vez las dejé salir, me encontraba sola en el apartamento, pero está llamada lo llenaba todo.
- Como estás hija.
- Bien papá, cuando puedo ir a verlos me hacen mucha falta.
- Hija todavía no se puede, pero esperemos que pronto. Solo llamábamos para desearte una feliz navidad y espero que en compañía de Ezequiel Noa y Duncan la pases muy bien. - Trague saliva el no sabía que ellos no estaban.
- Si papá la vamos a pasar súper, y me alegra mucho escucharlos. Dónde están mis hermanos.
- Tu sabes cómo son, andan corriendo de un lado para otro, menos Dante que está organizando unos papeles importantes.
- Ya lo estás preparando papá.
- Tu sabes que toca amor, no voy a durar para siempre y entre más el se involucre mejor irán las cosas. - A pesar de ser la mayor, no podía llevar el negocio, porque era mujer.
- Si lo sé papá, me los saludas a todos por favor y dile a mamá que la quiero mucho que me hacen mucha falta. - Después de estas palabras colgué, mi realidad me afectó estaba completamente sola en navidad. Mis lágrimas salieron fluidamente, cene y me acosté a ver películas, pero no dure mucho estaba tan cansada y había llorado tanto que mis párpados se cerraron.
Los días pasaron rápidamente, cuando menos me di cuenta ya estaba entrando a la universidad. Iba a estudiar negocios internacionales y administración de empresas.
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