*MI ÚNICA CURA ERES TÚ*
*Capítulo 1*
Aquí me encuentro nuevamente, una vez más saliendo de eso a lo que mis padres le llaman "una pequeña ayuda." A pesar de que mi locura-literalmente- no tiene cura, según yo soy una chica completamente normal, un poco rebelde,de pocos amigos, metida siempre en mi ipod, con amor al arte...ah si, y sufro de esquizofrenia una enfermedad mental que de una población mundial sólo el 1% sufre de esto, yo soy ese 1% , lo que significa que a veces alucino y mi mente me permite escuchar una extraña voz en mi cabeza yo la llamo *mi otra yo*. Claramente soy un caso muy extraño, no cualquiera que padezca esta "discapacidad" está consciente de que la tiene.
Obviamente para mi esto es algo un poco complejo, para mis padres es lo peor del mundo y para mi familia soy un fenómeno. Esa es una de las desventajas, todos me tienen lástima.
En fin, me encuentro saliendo de la observación médica que se realiza tres veces al mes ya que mis padres no quieren que *mi otra yo* afecte en mi vida futura aunque realmente no quiero alejarla de mi
-¡hola cariño!- dice mi madre mientras subo al auto, mi madre siempre ha sido una gran motivación para mi, ella es mi ejemplo a seguir y a diferencia de mi padre, extrañamente me entiende.
-hola madre - le digo mientras le doy un rápido beso en la mejilla y me pongo el cinturón de seguridad.
- ¿cómo te sientes? En casa te espera una sopa de mejillones - me dice con una sonrisa satisfecha.
*Iugh*
la miro de reojo y pongo cara de asco mi madre suelta una risotada y es inevitable no reír con ella, su risa es muy contagiosa.
-mentira cielo e preparado tu comida favorita. - asiento sin decir nada más porque ya me habia acostumbrado a éste tipo de atenciones por parte de ella, me dispongo a colocarme los audífonos y miro por la ventana durante todo el camino a casa.
***
Una vez que llegamos mi padre me recibe con un cálido abrazo aunque a veces pienso que lo hace porque mamá se lo pide, siempre me doy cuenta que no es genuino.
- ¿cómo estás Elizabeth? - Dice mi padre con mucha seriedad, más de la debida, como un robot en modo automático.
- bien papá, gracias por subirme el animo con ese abrazo. - miento.
*Siempre mentimos, asi pasamos desapercibidas*
Asiente y se me queda viendo como intentando descifrar que estoy pensando, algo que jamás conseguirá, quien entra en mi mente no sale más.
* tu padre está loco*
Me dirigió rápidamente a la cocina donde se que se encuentra mi hermana menor Isabelle, honestamente ella es mi persona favorita, es pequeña y siempre lo será, a pesar de ser un poco malhumorada para su edad pues tan solo tiene seis años pero es muy madura, cuando ella nació yo tenía 11 y creía que ella era mi regalo de navidad, en aquel momento aún no me habían medicado y alucinaba con mi pequeña hermana.
- ¡Eli! - me dice Isabelle saltando a mis brazos y riendo de tantos besos que le doy.
Suelo compensar mi ausencia con amor. Puesto que no tenia el tiempo suficiente para ser una hermana mayor normal.
*Normal, esa palabra no está en nuestro diccionario*
Mis padres entran a la cocina y ríen de vernos mi madre sirve la comida, y todos nos sentamos en la mesa, mientras comíamos entramos en una conversación sobre el calentamiento global, luego de política y por último de religiones; Es sorprendente cuántas tonterías hablamos, me gustaría que pasáramos mas tiempo asi, en familia.
Terminando de comer subo a mi habitación, al entrar me invade el sentimiento de familiaridad, amo estar en mi zona de confort.
Todo se encuentra perfectamente organizado, tener el control sobre mis cosas es muy importante para mi. Pintada de blanco con violeta y con un gran espejo estilo camerino, Luces blancas y muchas fotos de mi familia y mis amistades, mirarlas me ayuda.
Aunque tengo muy pocas personas en mi círculo social, Verónica era mi mejor amiga, recordé que debía llamarla, a diferencia de mi ella es muy sociable, demasiado para mi gusto, una de las pocas personas que sabe todo de mi.
Tenia dos amigos hombres que completaban mi pequeño grupo de amigos, observe la fotografía que nos habíamos tomado los cuatro hace unos meses, de verdad que los amaba.
*¿Amar? Una loca no sabe amar*
Esta era mi vida, asi era diario, un sin fin de comentarios sarcástico que me hacían perder la cabeza.
Y la cordura.
*MI ÚNICA CURA ERES TÚ*
*Capitulo 2*
Mañana en la mañana me reintegro de nuevo a la universidad después de haber faltado casi una semana entera debido a varios exámenes médicos que salieron de imprevisto, sonreí al recordar que volvería a mis clases de diseño gráfico.
Para las pocas personas que saben de mi enfermedad, dicen que es extraño que tenga una vida tan normal, la diferencia de otros pacientes y yo, es que yo no permito que *mi otra yo* me controle, ella da opiniones importantes pero no me da ordenes.
*Eso es lo que crees*
Y con tanto medicamento que ingiero alucino poco y no son cosas tan relevantes, con el tiempo he aprendido a controlarlo a diferencia de cuando era más pequeña y aún no sabia de la enfermedad, solía confundir la realidad y la fantasia, y no importa cuanto medicamento tome o cuan seguido vaya con el psiquiatra, esa voz en mi cabeza permanece siempre con la misma intensidad y al parecer jamás se ira, me convenzo de no me molesta en absoluto, o eso quiero creer de igual forma debo estar bajo la observación médica y psiquiatra constantemente.
*Ash*
Alisto todo para el siguiente dia, y me acuesto a dormir realmente estoy muy cansada de escuchar:
¿te duele si hago esto?
¿estás bien?
¿como está ese cerebro?
Mi doctor podía ser un poco molesto a veces.
***
Me despierto de un golpe como todas las mañanas por el volumen tan alto de mi despertador.
*Un dia moriré de un infarto*
Me doy una ducha larga para relajar mi cuerpo y me visto usando unos jeans negros algo desgastados, una camisa color coral que es un poco ancha, los accesorios que básicamente consisten en aretes y trato de peinar mi larga melena castaña, dándome por vencida luego de 20 minutos y haciéndome un moño muy despeinado.
Me dirigo a la cocina donde esta mi madre cocinando y cantando entre dientes.
La verdad me sorprende el gran parecido que tenemos a diferencia de que mis ojos son verdes como los de papá pero no pasa desapercibido nuestras similitudes fisicas, hasta en el carácter nos parecemos.
- Buenos días mamá. - le digo mientras me siento en junto a la isla de la cocina.
-buenos días cielo - dice mi madre sin apartar los ojos del sartén, al minuto me sirve tostadas con tocino y como lo mas rápido que puedo para no llegar tarde.
Agarro mi mochila le doy un beso a mamá y a mi pequeña hermana recién levantada y me voy caminando a la universidad la verdad no queda tan lejos y no me permiten conducir por mi estado, viendo el lado positivo me hace bien caminar ya que es el único esfuerzo físico que se me da bien, eso de correr, saltar o nadar no es lo mio.
***
-Elizabeth Dailet Morgan, estoy muy molesta contigo no he sabido nada de ti desde el viernes.- Verónica comienza con sus reclamos mientras se acerca, mi amiga era muy controladora he insiste en saber de mi cada media hora.
Le sonrió como si no hubiera escuchado nada y la abrazo.
- hola extraña - le digo sin soltarla.
- ¿porque no me haz llamado? ¿Te olvidaste de mi existencia? - me responde separándose de mi.
- disculpa, ayer fui a la clínica y llegue muy cansada, olvide llamarte.
Lo pensó un momentito y luego torció sus ojos - bueno estas perdonada - sonríe con los labios color carmín.
Va vestida como siempre elegantemente; Jean ajustados, camisa de seda y zapatillas. Sin mencionar que de su cabello no sobresale ningún mechón.
*No se como es nuestra amiga*
- ¡¡HOLA CHICAS!! - Grita Andrés mientras se acerca a nosotras con los brazos abiertos como si tuviera años sin vernos lo que nos hace sonreír.
*deberías buscarte amigos normales *
Asi era él, extremadamente ruidoso.
- hola Andrés - le digo mientas le doy un beso en la mejilla y él me toma con ambos brazos y me pega contra su cuerpo para abrazarme aunque en realidad me asfixiaba.
- Ya, ya, vas a dejarla sin respiración.- dice Eitan apareciendo para apartarlo de mi.
*Eitan es muy celoso contigo*
Siempre me ha protegido, sólo es eso.
Nos separamos para entrar a la primera clase, miro el dibujo que realizo en mi libreta mientras escucho a la profesora sin prestar demasiada atención, a veces me cuesta un poco concentrarme por "mi otra yo" y sus comentarios sarcásticos, hago lo que puedo para evadirla en horas de clase.
*al fin* - dice la voz en mi cabeza.
y para mi mala suerte debo regresar caminando a casa.
O eso planeaba.
*MI ÚNICA CURA ERES TÚ*
*Capítulo 3*
-Hey ¿te llevo?- pregunta Andrés mientras me pasa por un lado con su motocicleta. - nunca he sido fan de las motos admito que siempre les he tenido un poco de miedo, considero que los auto son más seguro de cierta forma, aunque a mí no me dejen ir en ninguno de los dos sin autorización de mi padres, lo cual es un poco ridículo porque inclusive con ellos mismos me podría ocurrir un accidente.
*no, no vallas con el*
me dice en tono de advertencia aquella voz en mi cabeza. Me sorprendo un poco, y eso me hace fruncir el ceño, desde pequeña me advertía las cosas justo antes de que sucedieran, cuando me iba caer o cuando mamá y papá peleaban por mi estado pero hace mucho que no sucedía, activé mi estado de alerta inmediatamente, sin embargo, la duda de si lo estaba diciendo por advertencia o simplemente por arruinarme el día quedó en mi mente.
-¿Que sucede? ¿Que te ha dicho esa voz metiche? - dice Andrés al notar el debate que hay en mi cabeza. Quisiera que pudiera entenderme un poco más sin juzgarme.
Se supone que no debo dejar que ella me controle sólo es otro de sus comentarios sarcástico - pienso y trato de convencerme que mi amigo únicamente quiere ayudarme.
Le sonrió a Andrés niego con la cabeza para demostrarle que todo está bien y subo a la moto a modo de respuesta.
- ten, por tu seguridad.- me da su casco y una vez que me lo coloco acelera haciendo que lo tome fuertemente de la chaqueta.
Como la universidad no quedaba tan lejos de mi casa calcule que llegaríamos aproximadamente en 10 minutos o menos.
Era una gran aventón.
Mientras estoy dentro de mis pensamientos me doy cuenta que Andrés tomó otra ruta.
- ¿Que haces? ¿A dónde vas? - le digo nerviosa.
- confía en mi, te llevare a un lugar que descubrí y es muy hermoso. - responde
- Andrés no, debo llegar a casa. - mentí para no tardar demasiado, debia tener todo bajo control y cumplir mi horario de llegada.
- cálmate ¿si? Disfruta el momento, no te secuestrare somos amigos - gritó Andrés por encima de su hombro.
*agarrate fuerte*
*Mi otra yo* comienza asustarme ¿por que me esta diciendo estas cosas? ¿Qué es lo que yo no puedo ver que ella si?
- ¡Andrés detente por favor! Llévame a casa otro día me enseñas. - le exijo en un colapso de llanto.
- ¿Es por esa estúpida voz que escuchas en tu cabeza verdad? ¿Por qué? - cuestiona un poco fuerte - ¿Por qué arruinas tu vida escuchándola? Ignorala la pasaremos bien en serio te encantará. - grita molesto.
No es mi culpa que ella esté en mi.
*Cierra los ojos Elizabeth*
Estoy confundida, ¿que pasa?
Controlate me digo mentalmente ignorando por completo el último comentario de aquella insidiosa voz.
Recuesto mi cabeza en la espalda de Andrés mirando hacia mi lado derecho y veo que un carro viene directo a nosotros.
Maldición debí hacerle caso.
Download MangaToon APP on App Store and Google Play