..."La chica que lloraba seguía y seguía, todas las noches a los pies de mi cama, todas las noches suplicaba mi ayuda. Yo solo escuchaba su dolor, y el miedo que sentí al inicio fue cambiando, primero fue enojo, después molestia, finalmente soledad y tristeza......
...La chica que lloraba era mi única compañía por las noches… y los días. La chica que lloraba estuvo ahí sin falta, durante los últimos 3 años, hasta que un día no volvió....
...Ahora los papeles se invertirán, ya no era la chica quien lloraba, ahora era el chico el que lloraba, solo podía hacer eso por ella, solo podía recordarle, junto con el frío que dejaba la soledad de ya no tener con quien llorar por las noches....
...Solo puedo lamentarme el no haber ayudado a la chica que lloraba."...
Esa fue la primera vez que hable acerca de la chica que lloraba, lo hice porque pensé que si hablaba sobre ella con alguien ella volvería, eso por supuesto no paso, y las consecuencias de hacer pública su existencia fue que me tacharan de loco en la escuela, solo tenía 16 y están desesperado, fueron muchos los insultos de mis compañeros a espaldas de mis profesores, y aquel pequeño fragmento de mi mente llamo la atención de la maestra de literatura, nos había pedido un pequeño relato, yo había mostrado mi mejor esfuerzo, producto de mis noches de insomnio por la ausencia de la chica que lloraba, solo podía pensar en como hacer que su presencia fantasmal regresara y mostrará que había un alma más desdichada que la mía, la maestra vio en mi un pequeño atisbo de lo que ella consideraba "la chispa de un futuro gran escritor", llamó a mis padres y ellos solo rechazaron por completo el que yo estuviera cerca de algo artístico, tendría que seguir los pasos de mis padres, como ellos siguieron los pasos de sus padres y el de sus abuelos.
El negocio era su mayor orgullo (muy a mi pesar) y como primogénito y único heredero tendría que hacerme cargo de este algún día, solo que yo no tenía interés alguno en los hoteles de la familia, o cualquiera de sus otros negocios, yo solo quería que la chica que llorara me dejara escuchar sus lamentos.
Al principio de su desaparición esperaba expectante, pasaba la mayor parte de la noche en vela, siendo paciente, recostado en la cama con los ojos cerrados y mis sábanas azules sobre mi cuerpo, contaba los 60 segundos de un minuto, cuando llegaba al minuto contaba otra vez 60 segundos y cuando juntaba 60 de estos revisaba si no estaba en mi cama. Al acabo de unos días mi paciencia inicial fue sustituida por enojo, ella ya no venía, pero yo le necesitaba, hacia mis noches más llevaderas, mi sueño llegaba más suave y ligero, más plácido y cómodo.
Así, aunque durmiera pocas horas el descanso era mayor, y más fácil me era llevar el día; sin embargo ella no estaba ahí, cómo cada noche de los últimos años, pero yo si que estaba...
Ahora, 3 años después, la chica que lloraba es solo un recuerdo y el chico que llora se quedó sin lágrimas.
"Una figura humana descompuesta, con el rostro deformado por las emociones, sus ojos desplazados y cristalizados, sus dientes torcidos, aferrados a un pañuelo arrugado, una mueca de dolor, angustia, desesperación, distorsión y obsesión, con la muerte en brazos. Su rostro externa su sufrimiento interno, la carne putrefacta, la naturaleza muerta del cubismo."
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Es difícil describir físicamente a la chica que lloraba, aunque cada noche compartíamos la cama era casi imposible ver sus rostro, al principio por el miedo paralizante que se apoderaba de mi cuerpo, después fue la indiferencia por saber quién era el responsable de mi incapacidad de descansar, que era ya de por sí escasa. Pensándolo con calma tal vez seguía sintiendo miedo, nunca supe la naturaleza de la chica que lloraba, cerca de su desaparición me sentía en calma y paz, no quería perturbar el equilibrio que había conseguido. Me cuestiono a mi mismo si alguna vez tomaría valor suficiente para verla a los ojos, o intentar distinguir sus facciones bajo esas cortinas espesas en la oscuridad de mi cuarto, la respuesta nunca es clara y siempre me deja la cabeza más pesada.
Mi cama era grande, con sábanas azules y almohadas suaves, la luz entraba suavemente por el ventanal que daba hacia el jardín trasero y se escuchaba la suave brisa mover los árboles, el sonido de sus hojas bailando con el viento y de sus ramas sosteniendo hojas deseosas de escapar, de ser libres o morir en otro lugar...
La chica que lloraba se sentaba en la orilla izquierda de la cama, mirando hacia el frente, hacia la ventana cubierta por las cortinas, a veces solo suspiraba al llorar silenciosamente, otras veces, aquellas que me provocaban una mayor tristeza, se recostaba y sollozaba con fuerza, sin dejar de ser tan delicada, con aquel camisón blanco que arrastraba hasta el piso.
^^^Muy pocas veces la observé caminar o moverse por la habitación, una vez incluso se sentó en el piso frente a la ventana, y se quedó quieta durante horas, yo solo pude mirarla desde la cama, sin hacer movimientos bruscos y respirando profundamente. La chica que lloraba tenía un cabello largo y pesado, oscuro y frondoso, le cubría casi la mitad de la cara por ambos lados, y sus facciones quedaban ocultas tras esa cortina de terciopelo negro, una cortina que en lo profundo de mi ser yo deseaba remover y observar esos ojos, sus ojos tristes enrojecidos por el llanto, unos ojos que imaginaba.^^^
Ahora que lo veo con detenimiento puede que ella fuese la chica de mis sueños, literalmente. Cada vez que la vi pudo significar que estaba en un sueño, un sueño sin descanso, un sueño que nos tenía atrapados a los dos, la chica de mis sueños siempre estaba llorando, tal vez solo era mi subconsciente intentando que no me volviera loco, pero teniendo un efecto contrario. No lo sé, espero que sí ella es (o era) real ya no esté sufriendo, el chico de las lágrimas se quedó sin ellas, pero la chica que llora debería ser felíz y no llorar de tristeza, si no de felicidad.
^^^Si era una alucinación o un sueño sería muy patético de mi parte, ¿eso significa que estoy tan solo que tuve que crear mi propio monstruo para no sentirme tan abandonado? Si fuese así... no lo sé, sería tan lamentable, ya no se que pensar de mi mismo o de ella, porque ella significaría todos mis miedos e inseguridades materializados: una pequeña chica llorosa, que solo puede lamentar resignada no poder hacer las cosas por su cuenta, no poder levantar la frente y negar aquellas peticiones que la incomodan o dañan. Solo puede sentarse resignada a llorar por su propia miseria de la que ella no puede (o quiere) salir, una pequeña figura blanca en medio de la oscuridad, tan delgada y fina que pareciera que el viento la quebraría en pedazos. Aún así seguía ahí, presente con un aura tétrica y absorbente, que solo oprimía mi pecho y me impulsaba a querer salir de mi cama, de mi vida... y no mirar atrás, pero que sin embargo me lo impedía, solo podía mirar y lamentarme en mis pensamientos, por no ayudar a la chica que lloraba, por no poder ayudarme a mi mismo, por abandonarme a voluntad propia de deseos ajenos, por resignarme y no luchar, tan difícil me era pensar siquiera en poder soltarme de las cadenas de mis padres, de mis profesores, de mis compañeros... de mi.^^^
Así que la chica que lloraba, monstruo o persona, alucinación o realidad
estaba atrapada conmigo en ese bucle, ninguno podía hacer más que resignarse y dejarse acompañar en esa oscura habitación azul, con todos aquellos detalles que hacen alusión al cielo y al mar, algo que contradecía el ambiente de la habitación... el mar y el cielo son inmensos, tienen una sensación de libertad y de estar perdido en esa inmensidad; así no se sentía esa gran habitación, era más bien una pecera, dónde la chica que lloraba era un ancla oscura y opresiva, y yo solo era un indefenso pez que se quedaba quieto, esperando algún movimiento, con temor de morir abandonado si se olvidaban de mi.
Ella nunca hablo, desearía haber escuchado su voz, más allá de los sollozos lastimeros que soltaba cada tanto, su risa hubiera sido una bendición en ese lugar tan deprimente, pero era imposible encontrar una razón para sonreír, sería pedir demasiado, incluso si me lograba armar de valor para moverme, el que ella me respondiera o no sería otra cuestión, ¿podía habla?, ¿que hacía ahí?, ¿también me podía ver?, ¿ estaba en otra dimensión?, ¿era real?... miles de preguntas pasaban por mi mente, y quería respuestas, las necesitaba con urgencia, sin embargo nunca me atreví a pronunciar una palabra en alto, en emitir un sonido o hacer algún movimiento que rompiera la oscura atmósfera en dónde la chica que lloraba y yo estábamos inmersos.
^^^Su camisón blanco me atraía, sentía una oscura necesidad de tocarla, el blanco algodón y sus oscuros cabellos contrastaban tan dramáticamente que me volvía loco, sus manos delgadas y pálidas se veían tan solitarias, en su frio regazo, su pequeño cuerpo sentado en mi cama apenas hacia que se hundiera el colchón y la poca distancia que nos separaba me parecía un enorme abismo divisorio entre dos mundos tan parecidos pero a la vez tan diferentes que me confundían.^^^
Estaba tan confundido, necesitaba amor, atención, y la chica que lloraba no parecía la opción correcta. Ella solo estaba ahí, al igual que yo. Solo nos hacíamos compañía, tan vez buscando un poco de calor que nos consolara... aunque al parecer ella si pudo escapar de nuestra tortura, escapar y abandonarme.
La extraño tanto, pero ya han pasado tres años desde la última noche que me hizo compañía, no parece querer volver... y ya no la culpo.
"Da fe al sufrir, sus ojos llorosos y su boca triste, su mirada asustada y la atmósfera fría. Las llamas lo consumían todo, menos a él, inmóvil e intacto era encontrado, con una bestia devorando a sus víctimas llorosas, una bestia difícil de ver ¡y la maldición!, la supuesta maldición... Aquel cuadro fue el responsable". *
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Resignación es una palabra que nunca uso y siempre pienso, no me gusta articularla con mis labios, sin embargo es tan común que ronde por mi cabeza, acechandome casi a diario. Nunca la pronunció en voz alta, en mi cabeza se repite de manera incontable, sin descanso, sin tregua, con tanta desesperación y fuerza que quiero olvidar todo, olvidar y quedar en la nada.
^^^El chico que llora se cansó de esperar a la chica que lloraba y se resignó a que la chica del cabello de camaleón nunca podrá hacerle compañía en sus noches de insomnio y cansancio, también se resigno a que está chica, la chica de cabellos camaleónicos, solo busque su complacencia, el favor hacia su familia y los negocios mutuos, el chico que lloraba no quería arrastrarla a una vida vacía, una vida donde nunca podría ser feliz, o al menos eso fue lo que pensó al principio, tiempo después notó su egoísmo, egoísmo por ambas partes, él simplemente no quiera estar con ella, ella era feliz con las cosas materiales, lo cual no tenía nada malo, solo que eso se lo podría dar alguien más que también tuviera dinero y ella sería feliz, los regalos que recibía de ambas familias eran su mayor felicidad, eso estaba bien, a él no le molestaba, sabía que sería feliz con un hombre que no le prestará atención pero sí regalos y dinero, ella no le importaba, no lo hacía y le tomó mucho tiempo aceptar algo que sabía desde el principio, muy a su (poco) pesar podrían terminar toda relación y contacto, él no notaría un cambio negativo a su vida, por parte de sí mismo, lo negativo vendría de sus padres y su intento por conseguir que el tuviera una nueva novia o que volviera con la anterior, sospechaba que con su ruptura y su nueva "libertad" atraería más dificultades de las actuales, así que simplemente no veía para que atraer más problemas a su vida, ya sabía que él no quería casarse con ella, no quería vivir con ella, no quería tener una relación con ella, una familia... hijos de su unión, sin embargo sospechaba que esos eran los planes de sus progenitores, casarlos apenas se presentará una oportunidad, para así sellar la alianza y asegurar más conexiones.^^^
^^^Así vemos al chico que llora, aquel que solo se resigna y acepta todo lo que sucede en su vida.^^^
Mi existencia como el chico que llora era simple, solo era yo y una profunda tristeza, un deseo de escapar o quedar en la nada, de forma que ambas ideas estan en constante lucha, con la chica que lloraba me sentía acompañado, me sentía entendido y menos solitario, con su desaparición solo me quedé con un vacío, más grande que el anterior a su llegada, ahora simplemente no estaba solo, también había perdido la compañía, había experimentado una pérdida, con su partida llegaban nuevos sentimientos de abandono, que ni siquiera había experimentado con mis padres, no, con ellos era muy diferente, la nana fue la encargada de mi crianza y mis cuidados, mis padres seguirán ahí, lejanos y fríos, hermosos e inalcanzables.
Describirme físicamente es algo simple, a diferencia de la chica que lloraba, aunque no me guste mi cara si que la conozco, aunque a veces me miro al espejo y no siento que ese sea mi rostro. Un rostro delgado con ojeras oscuras, nariz gruesa, labios medianos y ojos café claro, mi rostro ovalado era enmarcado por cabello negro azulado, ligeramente rizado y esponjado. Ese era mi rostro, mi máscara, una combinación de rasgos definidos resultado de la mezcla de sangre de mis padres, ambos hermosos, los labios rojizos y carnosos de mi padre, con su arco de cupido definido, sus cejas gruesas y su nariz recta, los ojos de mi madre, café claro, con sus pestañas largas y lacias, su cabello oscuro y tez mortecina. Un resultado extraño y llamativo, las chicas y mujeres se acercan o intentan llamar mi atención, algunos hombres me miran con insistencia e interés, no me molesta, aunque solo se guíen por la apariencia deberían ser más selectivos, nunca se sabe si un chico guapo es un degenerado o algo así...
Mi personalidad es en si retraída y tímida, me cuesta trabajo hablar con las personas en general, la sensación de que mi personalidad sumisa hará que me odien las personas cercanas a mi alrededor es atemorizante, no me importa lo que piense la gente que no conozco, los que son cercanos son los que me preocupan, familia y amigos (sin importar que sea por conveniencia).
Aunque no me guste esta situación siempre dudo de cómo actuar ante los hechos en los que (siempre) termino envuelto de alguna u otra forma sin saber cómo demonios paso, ciertamente estoy atado de pies y manos en un barco del que soy amenazado por mis propios padres con ser lanzado al mar para ser comido por tiburones, esa idea es aterradora, sin embargo muchas veces me he planteado saltar por mi cuenta, en busca de respuestas que temo conocer. ¿todo acabaría? ó ¿Solo empeoraría mi situación? Tantas dudas que busco responder, todo por no defenderme o intentar liberarme antes del control que otros ejercen sobre mi, que te controlen a tal grado es degradante, incluso pensar por ti mismo resulta difícil, la jaula de oro en la que me encuentro solo me hace pensar en libertad y en las decisiones que no puedo tomar por mi cuenta, fuera de mis barrotes podría cometer un error, un error grande que acabar con mi vida, pero seria mi error, la jaula en la que estoy no soy maltratado o amado, solo estoy en ella, con mi conciencia y mi soledad, con un pensamiento grabado a fuego: las jaulas de oro siguen siendo eso, jaulas.
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*referencia a un cuadro llamado "niño que llora"
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