Posesivo.
CAP. 01
Quetzaly
–Comenzaba a creer qué los chicos me encontraban poco atractiva, aunque eso no debía importarme.–
Quetzaly
–Siempre que pasaban cerca de mí optaban por mantenerse en silencio o no mirarme. Tenía presente a mi novio y tal vez hacía mal al desear que otros me miraran, pero eso no era un delito, simplemente es querer sentirse atractiva.–
Quetzaly
–Sin embargo, sabía que era poco probable que lo hicieran, pues mi novio era Park Jae-sang, aquel chico problemático que prefería manchar sus puños con sangre antes que ver a un chico platicando conmigo.–
Quetzaly
–Durante mucho tiempo quise olvidarme de ese pequeño problema pero desafortunadamente me fue imposible dejarlo a un lado, Jae-sang alejaba a las personas de la peor manera. Ahora mis amigos tenían miedo de acercarse a mí sólo porque Jae-sang se enteraría y entonces tomaría cartas en el asunto.–
Quetzaly
–Debo admitir que no era nada fácil, pero cuando se está enamorado es cómo si tuvieses una venda en los ojos, no puedes saber distinguir lo bueno de lo malo, y eso era exactamente lo que me pasaba, aunque Jae-sang me hiciera daño a mi me importaba poco, pues lo amaba y mantenía la ilusión de poder lograr un cambio de él.–
Quetzaly
–Sonreí cuando ví a Jae-sang, mi novio, esperándome a la hora de recreo fuera de mi clase. Metí los libros en la mochila, corriendo hacia afuera para poder encontrarme con él.–
Quetzaly
Hola cariño. –sonreí–
Quetzaly
–Jae-sang era el hombre más hermoso que había visto en mi vida. Tenía el cabello negro y siempre lo llevaba despeinado pero que eso sólo lo hacía ver más irresistible, ojos color miel que parecían penetrarte y que podía ver más allá de ellos. Una piel perfecta, una fuerte mandíbula y lo mejor de él, sus labios. Era literalmente perfecto.–
Jae-sang
Hola, nena. –le devolví la sonrisa–
Quetzaly
–Su beso era suave y dulce. Sin embargo, quería más, sus besos siempre me dejaban sin aliento. Habíamos estado saliendo por más de dos años. Pero todavía sentía como si fuese el primer beso.–
Quetzaly
–Era seguro decir que estábamos profundamente enamorados el uno del otro. Diecisiete podía parecer una edad muy temprana para enamorarse, pero yo estaba enamorada de él, no importaba cuántas personas dijeran que éramos demasiado jóvenes para saber lo que era el amor. Jae-sang tenía diecinueve años por lo que era prácticamente un adulto, aún así decían lo mismo a él.–
Jae-sang
¿Qué tal la clase, preciosa? –tomé su mochila y la tome de la mano.–
Quetzaly
Bien, aburrida como siempre ¿Y la tuya?
Jae-sang
Lo mismo de siempre. –me encogí de hombros– ¿Cómo es que Gina no está contigo? Tiene clase, ¿verdad?
Quetzaly
–Gina era su hermana y también mi mejor amiga. Ella era un poco...rebelde, siempre se metía en problemas. Me había dicho que no quería ir a clase de matemáticas. Nunca escuchaba a los profesores, aún así yo la quería. Y no quería que se metería en problemas pero tampoco quería mentirle a Jae-sang, teníamos una relación sincera.–
Quetzaly
Sí, ¿qué tiene? pero bueno, Meison que está en mi clase dijo que iba a hacer una fiesta porque sus padres se han ido durante todo el fin de semana y me invitó, y me dijo que podíamos invitar a cualquier persona que queramos, ¿qué te parece?
Jae-sang
¿Meison? –pregunté con el ceño fruncido y ella asintió a modo de respuesta.–
Jae-sang
No, es demasiado peligroso, habrá drogas y los chicos tratarán de tener relaciones contigo.
Quetzaly
Pero no voy a beber, y tú sabes que no tomo drogas, ignoraré a los chicos y simplemente bailaré con mis amigas...
Jae-sang
Olvídalo, Quetzaly, no irás. Me tengo que ir, adiós preciosa, te quiero.
Quetzaly
–Suspiré a modo de derrota, siempre lo hacía, no tenía otra vida social fuera de mi novio y Gina.–
Quetzaly
Yo también te quiero. –dije un poco desanimada y el azabache sonrió.–
Jae-sang
Andando. –abrí las puertas y entramos dentro de la cafetería caminando directamente a la parte delantera de la cola, sin molestarme en pedir disculpas al grupo de personas que esperaban pacientemente.–
Quetzaly
Hola Adam, lo siento...–dije apenada pues Jae-sang se había metido entre la fila.–
Adam
N-no pasa nada. –tartamudeé mirando como Jae-sang abrazaba por la cintura a Quetzaly.–
Adam
¿C-como sabes mi nombre?
Quetzaly
¿Porqué no iba a saberlo? Si estás en mi clase de inglés ¿no? –ladeé mi cabeza en modo de confusión–
Adam
Es...es sólo que eres...–mi voz se quebró–
Jae-sang
¡Vete a la mierda! –grité enfadado–
Adam
L-lo siento...–deje caer mi bandeja asustado–
Jae-sang
¡Cierra la boca y listo!
Quetzaly
Jae-sang, déjalo. ¡Adam ven! –grité al ver cómo el pelirosa salía huyendo.–
Quetzaly
Jae-sang, ¿porqué lo asustaste? es un buen chico. –me crucé de brazos y lo miré molesta–
Jae-sang
Sí. Un "buen" chico que sólo quiere acostarse contigo. –aprete mi mandíbula–
Quetzaly
No todo el mundo es así.
Jae-sang
Sí lo es. Sé cómo son los chicos. Eres mía y todo el mundo debería saberlo, y no voy a permitir que un puto friki ligue contigo.
Quetzaly
Él no estaba...–me quedé callada y entonces me dí cuenta de que todo el mundo se había quedado en silencio y estaban mirando toda nuestra escena. Así que Jae-sang me tomó y me apretó contra él con fuerza.–
Jae-sang
Oigan imbéciles, ¿Qué miran? ¿Acaso no tienen otra cosa mejor que hacer? –espeté–
Jae-sang
Para que lo sepan bolas de perros, Quetzaly es MÍA, solo MÍA ¿Les quedó claro?
Quetzaly
–Me encantaba este chico, no me importaba lo que hacía. Pero su actitud posesiva y protectora se estaba convirtiendo en un pequeño problema.–
CAP. 02
Quetzaly
¿En donde estabas, Gina? –la tomé del brazo para caminar hacia el comedor de la escuela.–
Gina
Quedé con James, y...ya sabes. –dije guiñándole un ojo.–
Quetzaly
Eres un adicta al sexo, ¿faltas a clases para estar con el?
Quetzaly
–Gina era absolutamente guapa y tenía a todos los chicos a su alrededor.–
Gina
Sí, tenía que hacerlo, tuve el impulso.
Quetzaly
Creo que esa fue demasiada información. –reí–
Gina
¿Vas a ir a la fiesta de Meison?, escuché que va a ser épica.
Jae-sang
No, no irá. –dije con el ceño fruncido.–
Gina
Vamos Jae-sang, deja de tratarla como si fueras su padre y déjala vivir un poco. –rodeé los ojos irritada.–
Jae-sang
No la trato como si fuera su padre, y te he dicho que Quetzaly no irá a esa fiesta.
Gina
Eres un idiota, Jae-sang. –lo miré molesta.–
Jae-sang
No empecemos hermanita. Me tengo que ir. –me incliné hacia mi novia y le di un beso en la mejilla.–
Jae-sang
Nos vemos más tarde, preciosa.
Quetzaly
–De repente Jae-sang se subió a la mesa. Oh no, otra vez no. Nerviosa comenzé a tirar de sus pantalones.–
Quetzaly
¡Jae-sang, no te atrevas! –exclame–
Jae-sang
Tengo que hacerlo, amor.
Jae-sang
Escuchen chicos, lo de siempre. No miren a Quetzaly, no hablen con ella, no coqueteen con ella, ni le hagan daño, ni la inviten a fiestas o no hagan nada inapropiado que saben que no me gustará. –grité con fuerza llamando la atención de todos.–
Jae-sang
Porque si lo hacen, personalmente les daré una paliza y les romperé todos los huesos. Y con nadie quiero decir nadie. Ni gays, ni lesbianas, ni transexuales. ¿He sido claro, bola de imbéciles?
Quetzaly
–Todos asintieron y murmuraron un "sí". Me sonroje al ver qué todo el mundo se giró a mirarme. Jae-sang sonrió y se bajó de la mesa.–
Jae-sang
Qué les quede bien claro, que Quetzaly es MI mujer, solo mía.
Jae-sang
Ya me voy, cariño.
Quetzaly
–Despues de ese beso, nos dejó completamente solas a mi y su hermana.–
Gina
Maldito loco, estoy harta de esto.
Quetzaly
–Por mucho que quisiera a Jae-sang, tenía que admitir que Gina tenía razón. Todo se estaba yendo fuera de control.–
Gina
Tenemos que hacer algo, hacerle comprender que no puede decirte lo que tienes que hacer, joder, tiene que darse cuenta de que necesitas divertirte, salir, disfrutar, estar con otros chicos.
Quetzaly
No estoy segura de lo de los chicos, pero sí a todo lo demás.
Gina
Me refiero a tener amigos hombres.
Quetzaly
–Si, también quería tener a chicos como amigos. No todos eran animales enloquecidos por el sexo. Algunos eran dulces, amables y cariñosos.–
Quetzaly
Pero, ¿qué podemos hacer? siempre ha sido así.
Gina
Bueno, no estoy segura de si te va a gustar o no, y a Jae-sang seguramente no le gustará. Pero...
Quetzaly
Dime ¿qué tienes en mente?
Gina
Tienes que romper con él.
Quetzaly
¿Cómo? –la miré sorprendida–
Gina
Rompe con Jae-sang, dale una lección, muéstrale que no puede controlarte, de lo contrario, podría ser demasiado tarde.
Quetzaly
N-no quiero romper con él. Yo quiero a Jae-sang. –sentí una agitación desagradable en mi estómago.–
Gina
Lo sé, pero solo un tiempo, luego, una vez que Jae-sang se de cuenta de sus errores, pueden volver a estar juntos.
Quetzaly
–Pense en ello durante un tiempo y en realidad parecía una buena idea. Cuánto más pensaba en eso, más me parecía un excelente plan.–
Gina
¿En serio? –la miré sorprendida.– No pensé que fueras a estar de acuerdo.
Quetzaly
Pues, es una buena idea, ¿Qué podría salir mal? –sonreí–
Quetzaly
¿Cuando tengo que hacerlo?
Quetzaly
¿Hoy? ¿Tan pronto?
Gina
Sí. De lo contrario, nunca podremos controlarlo.
Quetzaly
Esta bien, lo haré hoy. –dije convencida.–
Gina
Vamos a buscarlo. –tomé a quetzaly de la muñeca y la levanté de la silla.–
Quetzaly
¿Qué? ¡No! –me entró el pánico.–
Gina
Ahora o será demasiado tarde.
Quetzaly
P-pero ¿y si salen mal las cosas? –estaba asustada, conocía a la perfección a Jae-sang y temía por lo que fuese a suceder.–
Gina
Vamos, puedes hacerlo.
Quetzaly
–Dejé que Gina me arrastrara hasta sacarme de la cafetería en busca de Jae-sang. Tragué saliva, secandome las manos en mi falda. No tenía ni idea de cómo iba a reaccionar Jae-sang.–
Quetzaly
–Romper con un chico posesivo nunca podía tener buenos resultados.–
CAP. /03/
Quetzaly
–Encontramos a Jae-sang con sus amigos y su entrenador, estaban practicando para el partido de fútbol, el cual Jae-sang era capitán.–
Quetzaly
–Jae-sang llevaba el traje de su equipo de fútbol, su camiseta estaba completamente sudada y eso hacia que se pegará a tu torso, marcando todos sus músculos.–
Quetzaly
–Me estremecí al pensar en ellos, no era un chico con músculos exagerados, pero era uno de los chicos más atractivos de la escuela y eso volvía locas a las chicas.–
Quetzaly
–Me sudaban las manos, mi corazón latía dolorosamente y mi respiración era entrecortada. Jae-sang nos vio a Gina y a mi y una sonrisa se le formó en su rostro mientras corría hacia nosotras.–
Quetzaly
N-no puedo hacerlo. –murmuré y me apreté las manos con nerviosismo.–
Gina
Por supuesto que sí, es facil.
Quetzaly
Si, fácil para ti decirlo. –dije asustada.–
Gina
Vamos, hazlo. –dije dándole animos– Piensa en lo bien que estarás una vez que acabemos con esto, cuando vuelvan a estar juntos, los dos estarán bien al cien por cien. Serás capaz de ir a fiestas conmigo, divertirte, hacer lo que tú quieras.
Quetzaly
–Sí, tenía razón, esto sería mucho mejor para ambos. Tenía que hacerlo. Me acordé cuando Jae-sang no me dejaba salir, de cuando no me dejaba hablar con los chicos, así que tomé una respiración profunda mientras Jae-sang se paró en frente de nosotras.–
Gina
Quetzaly tiene que hablar contigo. –solté brusca y caminé por detrás de mi hermano.–
Jae-sang
–Levante una ceja y la miré confundido.–
Jae-sang
¿Qué pasa, cielo?
Quetzaly
–Tomé otra respiración profunda para tratar de calmarme.–
Quetzaly
Jae-sang, tengo que...
Quetzaly
–Dejé la frase en el aire ya que las manos de Jae-sang agarraron mi cintura para acercarme a él.–
Jae-sang
¿Porqué estás tan nerviosa? Dime.
Quetzaly
–Tragué saliva y ¡Maldita sea! mire por encima del hombro de Jae-sang y mire que Gina me dijo un "puedes hacerlo".–
Quetzaly
Jae-sang, quiero romper contigo.
Jae-sang
–Aprete mis manos con fuerza en su cintura.–
Quetzaly
–Estaba segura de que me había oído, pero quería que lo repitiera. Sentí que iba a llorar, vamos, esto no era real, iba a volver con él, pero todo parecía tan real, parecía que mi corazón se rompía pedazo por pedazo y me dolía demasiado.–
Quetzaly
Jae-sang, q-quiero romper contigo. –dije con firmeza mientras cerraba mis ojos para retener mis lágrimas.–
Quetzaly
–No hubo respuesta, solo hubo silencio, parecía que mi corazón iba a estallar. Abrí los ojos para ver el rostro de Jae-sang cerca del mío, me miraba con sorpresa y enojo. Me presionó firmemente contra su cuerpo y eso causo que mi corazón doliera mucho más.–
Jae-sang
No. –mis palabras fueron tranquilas y lentas. Estaba enfadado, muy enfadado.–
Jae-sang
Te he dicho que no. No vas a romper conmigo. –aprete mi mandíbula.–
Quetzaly
–Entonces me enfadé, Jae-sang era tan posesivo. Esta era la razón por la que tenía que romper con él, necesitaba darle una lección.–
Quetzaly
Jae-sang. Voy a romper contigo.
Jae-sang
Y yo ya te he dicho que no. Te lo he dicho. Eres mía y nunca te dejaré ir. Y eso es una promesa que voy a mantener. –empecé a darle besos bajo el lóbulo de la oreja y su cuello.–
Quetzaly
Jae-sang, eres tan posesivo y protector que esto ya me cansa, tienes que controlarte.
Jae-sang
Quetzaly...–susurré–
Quetzaly
Jae-sang esto no es gracioso, déjame ir, te he dicho que estoy rompiendo contigo. –dije molesta por su actitud.–
Jae-sang
Entonces dime qué no me quieres. –la miré furioso–
Gina
Jae-sang ya la has oído. Vámonos, Quetzaly, tenemos una cita con la sr. Blanca.
Quetzaly
–La sra. Blanca era la enfermera de la escuela y no teníamos ninguna cita con ella. Pero sabía que solo era una excusa para que Jae-sang me dejara ir. Así que le dimos la espalda y escuché como Gina me decía lo fuerte que era y que yo podía enfrentar está situación. Pero por más que lo intentara no podía concentrarme, todo lo que podía pensar era en lo que Jae-sang me había dicho.–
Jae-sang
"Eres mía y nunca te dejaré ir. Y esa es una promesa que voy a mantener."
Quetzaly
–Me asusté ante sus palabras, Jae-sang era alguien que siempre mantenía sus promesas.–
Quetzaly
–¿Qué es lo que iba a hacer ahora?–
Jae-sang
–Vi como Quetzaly se alejaba de mí y la estúpida de mi hermana se aferraba a ella, no podía creer que hubiera roto conmigo. ¿Cómo podía? La amaba y sabía que ella sentía lo mismo. Así que no tenía idea de porque lo había hecho.–
Jae-sang
–Apreté mis manos furioso, no iba a permitir que ninguno chico la tocara o hablara con ella. Quetzaly era mía y ella lo sabía.–
Jae-sang
–Oí a mis compañeros llamarme, pero yo no prestaba atención.–
Jae-sang
–Tenia que deshacerme de está ira. Moriría antes que dejar que Quetzaly me dejara. Y eso era una jodida promesa.–
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