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Bajo Tus Garras

todo pinto a gris

Hola mis sakuritos, este es mi primer libro espero que sea de su agrado, no olviden comentar para así saber si te gusta, eso me motiva para seguir escribiendo, espero que ojalá voten, comenten y si se puede premiar porque no...😀 eso me daría mucha felicidad, muchas gracias ahora sí comencemos...

Escrita por: adamaris Morelo 💚.

Tras la muerte de mi madre, todos los negocios que teníamos se fueron al piso, todo por culpa de mi padre, sí mí padre, él siempre fue arrogante, vanidoso, ambicioso y más que todo cruel.

Mi madre tenía su propia  joyería, está era una de las mejores a nivel internacional, y todavía no acaba, si supieran que ella fue la diseñadora del collar ¡corazón de durazno!. ¿se imaginan lo grande que fue su fama tras elaborar ese collar? el cual fue tallado por armando gavarotti, el mejor tallador de diamantes de la ciudad.

Recuerdo que mamá recibía cientos de contratos los cuales obviamente firmó, y todo para mejorar sus proyectos, bueno ya dejemos de hablar de mamá, me imagino que se preguntarán qué hacía yo, pues, yo era la secretaria de mi madre,... todo iba de maravilla tanto que íbamos volando en una nube de ilusiones y sueños, esos sueños que en solo una noche se borraron.

Mi padre llego a casa muy borracho, como siempre, pero esta ves era diferente, su rostro y cuerpo tenían signos de tortura.

–¿Dónde está tu madre?– preguntó de manera molesta, no sabía que hacer solo me quede paralizada mientras veía su pálido rostro, hecho un desastre

– ¿Pa-papá que te paso?—él se queda callado ante mi pregunta, y solo dejo caer su cuerpo en el sofá, ¿cómo se atreve a ignorarme–¡papá!–le grité y de inmediato él me respondió.

– Nada, solo me golpearon unos bandidos—¿Y lo dice así de fresco? él hace una mueca de cansancio y se intenta levantar del sillón, pero yo lo detengo.

–Padre es mejor que te sientes, estás ebrio, mamá pronto vendrá.

–¡Cállate! Tengo que ver a tu madre!.

–Ella está en una reunión de la empresa–explicarle a papá algo, era como hablarle a una roca.

–Hija, tenemos que hablar–me tomó de la mano, sus dedos están fríos.

–Ya estamos hablando, pero dime ¿Qué ocurre?—pregunté extrañada.

No tengo idea de que está pasando, pero si tengo un mal presentimiento de que se avecina una catástrofe.

–Hija, lo siento tanto, yo jamás quise que esto sucediera– su voz sale entrecortada y eso hace que no pronuncie bien ciertas palabras, desde que tengo memoria jamás había visto a papá llorar, y eso me partió el corazón.

–No llores padre, solo respira ¿Y dime qué pasa?

–Si no consigo mil millones esta noche me matan y ellos son capaces de todo—pone sus manos en la cabeza está desesperado—dijeron que vendrían a buscarme ya deben de estar por llegar esos perros.

—¿Qué? Padre es una gran suma de dinero.

¿Pero qué puedo hacer? es mucho dinero yo creería que ni mi madre se los podría reunir hoy mismo, pero tengo que defenderlo se que en el pasado hizo muchas cosas malas pero eso no quita que sea mi padre.

–Hija ya vienen por mí–exclamó.

–Espérame aquí papá–no se exactamente si lo que tengo en mente vaya a funcionar, pero tengo que hacer algo, no puedo quedarme como una tonta con los brazos cruzados mientras veo que le hagan daño a mi padre.

–¡No me dejes solo Emily!–se aferra a mis manos.

—buscaré el arma—lo solté, y de inmediato subí al cuarto de papá.

No se disparar, pero disparando uno aprende —Voz de conciencia —¿estás loca? cómo vas a decir esas tonterías, ¿Y si te matan a ti? piensa Emily. no puedo pensar en mas nada, eso fue lo único que se me ocurrió.

Tomó el arma que está en el armario de mamá, el tener el arma en mis manos me da ese toque de confianza.

Deslizó mis ojos hacia la pared y veo el teléfono, tengo que informarle a mamá.

Le marqué y se fue a buzón.

—¡Rayos!— porque me pasa esto en estos momentos.

Apoyo mi mano a la pared, me siento estresada, los perros están ladrando más de lo normal, mire por la ventana  y veo tres carros negros enfrente de la casa, luego la puerta de uno de los carros se abre de golpe dejando ver a un sujeto con arma en mano.

Los perros de inmediato se acercan al sujeto que por la poca luz que hay en medio de la noche no logró ver bien su rostro, uno de los perros se lanzó como bestia encima de aquel hombre, pero un solo impacto fue suficiente para acabar con la vida de ese pobre animal.

Empuñé mi boca para evitar soltar un quejido…mis lágrimas amenazaban en salir pero las detuve, mientras tomaba una bocanada de aire.

Luego vi como de los otros carros fueron bajando mas y mas hombres, eran aproximadamente nueve, se dirigen a la puerta y noto como la estrujan intentando derribarla para entrar, el sonido de otro impacto de bala se hace presente, y de un empujón los hombres entran dentro de la casa.

Tengo que apresurarme o de lo contrario, matarán a papá, aprieto el arma y empiezo a caminar, trataré de ser lo más precavida que pueda, cualquier error puede ocasionar mi muerte.

Mi frente suda, mis manos tiemblan,  es aquí donde se definirá todo, al bajar veo uno de ellos apuntando a mi padre en la frente.

De inmediato elevo mi arma y le apuntó al tipo que amenaza a papá.

–Suéltalo o te disparo–digo, no se ni porque me estoy haciendo la ruda, cuando la verdad es que soy una gallina.

–Emily Scott, si no quieres que tú lindo papi muera ¡BAJA EL ARMA!—dice el tipo que apunta a papá, ¿cómo sabe mi nombre?.

– No lo hagas, no te preocupes ellos no me harán nada–dice papá sin mirarme a los ojos.

–Vamos, levántate–dice otro tipo y de un jalón levanta a papá, no permitiré que se lo lleven.

–Si se atreven a cruzar esa puerta–señaló–juro por dios que disparó.

Los hombres rieron en coro, claro yo era una contra nueve.

No sé cómo rayos paso pero unos de ellos me tomó por la espalda y me quitó el arma.

–Jamás dez la espalda, linda–lo miro, él se echa a reír y eso eriza mis bellos.

–Andando el jefe ya está desesperado–dice otro, luego papá se pone de pie, y camina hasta la puerta.

–Papá, no te vayas–le digo, mi corazón duele, sé que está será la última vez que lo vea.

Lo peor del caso es que papá jamás puso resistencia, solo se dejó llevar, como si ya estuviera acostumbrado a este tipo de situaciones.

Los hombres entran a sus autos, pero no puedo dejar que esto acabe aquí, corro y logró subirme en la espalda de uno de ellos, pongo mis manos en su cuello y lo aprieto, el hombre me toma de los brazos y logra zafarse de mi agarre. caí al piso y me golpeé el trasero contra el pavimento.

–Eres una fastidiosa–me dice el tipo, el acomoda su camisa y me vuelve a dar la espalda para después montarse al auto, me quedo pasmada viendo cómo se llevan a papá, todos tenían armas y yo delante de ellos siempre fui una pizca de arena,  la verdad no era rival para esa manada de leones empoderados. todos suben a sus autos y estos arrancan, ni siquiera fui capaz de hacer algo, solo deje que se llevarán a papá, tengo tanta impotencia. me tiré en el suelo ya era demasiado tarde, mis lágrimas salían como chorros, jadeaba una y otra vez intentando retomar mi respiración la cual estaba acelerada.

Me levanté del piso como pude y subí nuevamente al cuarto en busca de comunicarme con mamá, marque otra vez el número y para mi sorpresa ella contestó.

—Mamá a-alguien se llevó a mi padre en un auto y todos los hombres tenían armas — estaba muy asustada, tanto que parecía una metralleta, no dejaba de hablar, mamá intentó hablar pero yo la hacía callar ya que no la dejaba decir nada.

— Hija, tienes que tranquilizarte –¿como que me tranquilice? acaban de llevarse a papá.

–Ellos se lo llevaron, lo van a matar mamá, haz algo.

–No te preocupes voy en camino, te veo en casa, cuídate–cuelga.

Unos momentos más tarde mi madre llegó a todo timbal en su auto y me dio un cálido abrazo. Mientras me preguntaba cómo pasaron los hechos. al contarle notó un gesto de desagrado en ella.

–¿Ocurre algo mamá?–ella niega, su boca está temblando.

–Hija, ya vengo solo espera–asiento y me acomodo en el sofá. Ella se dirige al baño, sé que está perpleja ante todo esto, pero tenemos que llamar a la policía, aunque mamá insiste en que no es necesario.

Sin rastro...

–¡Mamá, sé que estás preocupada por mi padre, pero llamaremos a la policía y todo mejorará!–le gritó.

–Silencio–me responde enojada, lo digo por el tremendo gruñido que hizo, no sé qué le pasa a mamá–me levantó del sofá y me acercó a la puerta y la escucho murmurar.

Pego mi oído para escuchar con más claridad lo que dice y efectivo, logro escuchar, ella está llorando, puedo oír sus sollozos acompañados de la palabra "perdóname" ¿pero a quien le pide perdón?

tocó la puerta y ella no responde solo sigue llorando, seguí tocando la puerta una y otra vez tratando de convencerla de que me abriera pero creo que insistir fue mi mayor error, en ese momento se escuchó un disparo dentro del baño.

–¡Mamá! ¿Qué has hecho?—no imagine que ella tuviera otro arma, o quizás nunca me di cuenta, intentó abrir la puerta de manera brusca pero no puedo, así que busco las llaves y logré abrir la puerta, al entrar mi corazón se detuvo, no podía creer lo que mis ojos estaban viendo, mi madre estaba tirada en el piso, con un impacto de bala en su estómago, ella tenía sus ojos abiertos y esos ojos demostraban vergüenza, me miraba una y otra vez.

–¿Por qué lo hiciste mamá?–ella sonrió. no se que me dio al ver esta escena, pero tenía que ser fuerte, por esa razón llame a la ambulancia y para nuestra suerte esta no tardó en venir, mientras íbamos al hospital le gritaba que no me dejara sola, ya que mi madre estaba agonizando, esa sonrisa que siempre mantuvo en su rostro mientras sangraba dentro del baño, se fue apagando poco a poco, muchas preguntas rondaron por mi mente, ya que apenas era una adolescente que sin ayuda de su madre no iba a poder seguir adelante. mi madre aún respiraba con ayuda de oxígeno, claro está, pero en un instante empezó a temblar, al parecer le estaba dando un paro respiratorio. eso fue lo que dijo el paramédico.

los paramédicos trataron de salvar su vida pero lastimosamente esta ya estaba deteriorada y su respiración se detuvo, el cuerpo de mi madre estaba completamente frío y sus labios eran como hojas de papel. mi mente sabía que mi madre había muerto pero mi corazón aun podía sentir su voz, su cantar, sus regaños, su risa divertida…

Miré al paramédico el cual suspiraba tratando de decirme la frase que yo jamás en mi vida imaginé escuchar.

—Lo siento, su madre ha fallecido— pone su mano en mi hombro.

Y fue hay donde la mente y el corazón batallaban,  aun sin entender lo que pasaba, solo opte por llorar como laguna desbordada sosteniendo las manos de mi querida Madre, mis ruidosos sollozos no dudaron en salir el paramédico me dio un abrazo tratando de calmar la tensión. pero eso jamás me devolvería a mamá.

Se me vino el mundo encima con muchas dudas, preguntas e inquietudes ¿Dios mío, quién me explica qué está pasando? mi padre secuestrado y mi madre muerta.

Esa misma noche mi padre llegó al hospital muy ansioso. me abrazo y beso a mi frente.

– ¿Qué pasó hija y por qué tu madre está en el hospital?–él está como si nada.

–Padre, mamá acaba de fallecer—dije desgarrada en llanto.

–Emily lo siento, todo esto es mi culpa, si yo no hubiese—detuvo sus palabras generando más intriga hacia mi.

– Padre, no tienes la culpa de lo que pasó, y dime ¿Cómo supiste que mamá estaba en el hospital? ¿Y cómo es que te liberaron?

–Hija me estas haciendo muchas preguntas en una sola, cálmate ¿si?.

– Está bien, pero ¿cómo quieres que me calme sí mamá se suicidó?–él abre sus ojos como plato y traga grueso–responde papá, ¿cómo supiste lo de mamá?

–Una enfermera de este hospital que es amiga mía me llamó y me aviso acerca de lo ocurrido con tu madre ahí va tu primera pregunta y la segunda pues, Federico pago mi deuda y por ende me liberaron—lo decía sin mirarme a los ojos, como si ocultara algo y jamás vi una lágrima de su parte tras enterarse de la muerte de mamá.

Mi padre no dijo más nada y sacó su celular e hizo una llamada. se alejó hacia unos arbustos, lo noté muy molestó mientras atendía la llamada, la verdad no escuché nada, solo veía como golpeaba sus puños contra la pared, estoy anonadada ante todo esto pero súbitamente alguien llama a mi nombre detrás de mis espaldas.

volteó y veo a un agente de investigación con un bolígrafo y cuaderno en mano.

– Emily Scott, acompáñeme necesito hacerle un par de preguntas.

Negué con la cabeza—No quiero ir a ningún lado, quiero estar con mi madre–el agente me interrumpe.

–¿Quieres estar muerta entonces?–niego.

–Además si ellos vienen me mataran a mi también–le respondo.

–No tengas miedo, soy el detective Henrry Wason. Te voy ayudar con el caso de tu madre, dime lo que vistes y describe a los sujetos que entraron y se llevaron a tu padre. llamaremos al personal de retratos hablados y será más fácil identificarlos—asentí levemente y seguí al agente.

Me llevaron a una estación de policía y me hicieron centenares de preguntas. mi voz se cortaba, no podía relatar lo que viví horas antes, pero me desahogue contando  sin pelos en la lengua lo que ocurrió.

Sentí mucha tranquilidad mientras hablaba con el agente, luego de terminar me dio su número. para que lo llamara si pasaba algo durante la investigación, recibí la tarjeta y la guarde.

Al salir de la estación estaba mi padre esperando, lo veía algo cansado así que nos fuimos al apartamento.

CINCO DÍAS DESPUÉS...

Hoy entregaron los resultados de la morgue, dónde el diagnóstico de muerte fue: suicidio en primer grado.

– ¿Qué rayos? mi madre no pensaba en quitarse la vida, al contrario era muy feliz... debe haber un error. pero para nadie es un secreto que ella sufrió mucho con mi padre quien la golpeaba mucho, quizás ella  uso su muerte como mecanismo de defensas,  pero no se porque algo me dice que mi padre tiene que ver con  la muerte repentina de mamá…

Han pasado tres años desde la muerte de mamá y toda la carga laboral apuntó a mi ya que mi padre solo salía a tomar licor y drogarse, me gritaba muchas cosas horribles cada vez que venía, además vendió las pertenencias de mamá, cosas como el auto, joyas e incluso despidió a todos los trabajadores de la empresa, y como si fuera poco mal vendió la empresa, quedamos en bancarrota.

Jamás visitó la tumba de mi madre. cuando venía borracho me decía "Claudia" el nombre de mi madre y me golpeaba en la cara, la verdad no sé en qué lo ofendió ella pero se que le guarda mucho rencor a pesar de que ya no existe en este mundo.

Atrapada...

Actualidad.

Hoy trabajé como mula, estoy cansada, llevo mis manos a mis bolsillos y solo tengo cinco mil pesos, con esto alcanza para tomar el micro—suelto un suspiro—sigo caminando y siempre tengo la costumbre de sujetar bien mi bolso.

Finalmente llegó a la estación, hago la fila para esperar mi turno ya que hay personas delante de mí, luego de esperar unos cuantos minutos arrastro mis pies para entrar al micro, pero un sujeto detrás de mí, me coloca un pañuelo en la nariz y éste emane un extraño olor, trate de poner resistencia pero me fue inútil ya que el líquido que tenía el pañuelo hizo que mi visión se volviera borrosa y de inmediato mi cuerpo se desplomó al suelo.

Despierto debido a la fuerte voz de un tipo que va dentro del auto, miro a mi alrededor y me doy cuenta de que hay dos hombres más osea serían tres en total.

–¿Qué hacen? Porfavor no me hagan daño— digo indignada, estos hombres visten de negro y usan capuchas , el que va conduciendo suelta una carcajada como si mis súplicas fueran un chiste, ellos hacen caso omiso a mis palabras.

—Mujer si cooperas, todo será más fácil. te daré un consejo si eres buena con el jefe te irá excelente—lo dice el tipo que va a mi derecha, el me mira por unos segundos y después saca una capucha negra, pero esta es diferente a la de ellos, la diferencia es que está no tiene por dónde ver–pequeña te tendré que poner esto–yo niego pero el me jala del brazo de manera brusca y me la pone en la cabeza, no veo, no veo nada.

–Jack asegúrate de que no vea–dice el que va a mi izquierda.

–Tranquilo, ella no ve nada–afirma el de la derecha, entonces Jack fue el que me puso la capucha, luego siento su mano en mi muslo y una ola de asco aterrizó en mi piel.

–¡No pases tus asquerosas manos en mis piernas!–me quejo.

—¿¡Jack que haces!? ¡No ves que es la mujer del jefe!— dice el que va conduciendo, eso creo, ya que la voz proviene de la parte delantera del auto.

– ¡Qué mujer! bájame por favor— mi cuerpo tiembla como gelatina, cosa que para ellos les causó risa.

—Silencio mujer barata, guarda tus sermones para el jefe—dice el que va a mi izquierda.

—Llegamos, zorrita—dijo el que iba conduciendo.

Luego de algunos minutos llegamos, en todo el viaje los hombres no dejaban de hablar sobre mi, el tal Jack se pasaba de mano larga con Migo, mientras que sus colegas lo regañaban. en realidad no solo me manoseo las piernas si no también los senos, y me susurraba al oído: "Si no fueras la mujer del jefe, juro que te haría mía hasta cansarme"

Las puertas del auto se abren y ellos salen, no quería bajar tenía mucho miedo de saber hacia quien me llevarían por lo tanto  puse un poco de resistencia agarrándome del sillón delantero, luego uno de ellos me jala  fuerte de la camisa para sacarme pero yo no me dejaba seguía aferrada al sillón.

—¡Moisés ándate y sácala, el jefe está desesperado!–dice uno.

—Está mujer es una testaruda, no quiere salir–dice Jack.

—¡Quítate!—solo los escucho discutir, no veo ni una pizca de luz, mi cara está empapada de sudor está capucha me está volviendo loca. De momento siento que me toman del cabello y de un brusco jalón me tumban del asiento y me quitan la capucha, miro a mi alrededor y estamos en un callejón o algo así, además huele a basura, miro a los tres hombres los cuales están enojados.

—Mira mujer, si no sales estaremos obligados a golpear tu lindo rostro de blanca nieves–dice el que iba a mi izquierda. lo reconozco por el lunar que tenía en su mano.

No pongo más resistencia así que hago caso a lo que quieren.

—Así es linda, se obediente—dijo Jack.

Caminamos hasta un pasillo lleno de barro y oscuridad, ellos abren un portón y me hacen entrar a la fuerza, al entrar veo a un hombre sentado en un sillón cruzando sus brazos.

–Jefe aquí le trajimos a la mujer.

El hombre se levantó del sillón y caminó hacia mi, es muy alto y su mirada me causa mucho miedo.

—Hermosa, por fin llegas–arquea una ceja.

–Mira, no tengo ni idea de que está pasando, lo único que quiero es irme de aquí, ¿Si?–el sonríe y dice que no, con su dedo índice.

—Cómo te diré...a decir verdad llevo años enamorado de ti. por cierto, perdona por hacerte traer de esta espantosa manera.

—¿Enamorado?–pregunto.

–Si mi vida, enamorado–sonrie dulcemente.

–Sabes que en estos momentos hay personas que están buscandome, tengo una familia allá fuera–digo para tratar de convencerlo.

—¡Cállate! ya eres mía—Él pasa sus manos por mi cabello dándome una caricia, pero yo lo esquivo, luego pasa su dedo índice por mis labios, el me mira con deseo y eso me repugna, abrí mi boca dándole un mordisco en su dedo, el grita y me maldice una y otra vez.

Inmediatamente Jack me dió una fuerte trompada en el estómago, quedé sin aliento y poco a poco me fui cayendo al piso hasta quedar arrodillada.

–Eres una perra muy molesta, nadie se atreve a agredir al jefe.

—¡Jack Cállate!—dijo el hombre que acababa de morder—¿No ves que es mi mujer? guarda respeto hacia ella. y tú amada mía, no me he presentado aún soy Yusuf lember–me guiño su ojo derecho.

No puede ser, este es "Yusuf Lember" el hombre que es acusado de cometer decenas de asesinatos, soborno, microtráfico y narcotráfico, pero los rumores no concuerdan con su belleza, ¿como es posible que una persona tan hermosa sea tan mala? míralo, parece un ángel caído del cielo.

Es que lo veo y no lo creo, si el no me hubiera dicho su nombre jamás hubiera pensado que era ese temible narcotraficante.

Su cara es perfecta, su larga nariz hace que sus ojos verdes resalten la belleza que tiene.

y sus labios, ni hablar parecen tallados por la misma virgen de Guadalupe.

–Llevenla a casa–dice Yusuf sin apartar sus ojos de mi. esos hermosos ojos llenos de maldad.

–¿A dónde vas jefe?–pregunto el hombre que iba conduciendo.

–Ire a arreglar unos asuntos, chicos sean cuidadosos con ella, y mucho ojo, no dejen que escape, porque los mato a todos, ¿Entendido?

Yusuf se agacho y tomo mi mentón.

–No tengas miedo, con Migo vas hacer feliz–me quedé helada, esas manos que sostenían mi mentón, eran las manos de un asesino.

El dejo un beso en mi frente y se colocó de pie, luego dio unos cuantos pasos y salió del callejón.

Jack me ayudó a levantar del piso, mientras que los otros vigilaban la zona.

Ya vamos en el auto, y otra ves ellos colocaron la calurosa capucha en mi cabeza, estoy cansada, quiero escapar, quiero ver a papá, aunque lo odie, pero quiero verlo. al fin y al cabo no dejará de ser mi padre.

Minutos más tarde llegamos a lo que se podría llamar "mi nuevo hogar" ya que el auto paro del todo y ellos empezaron a bajar.

–Te voy a encerrar hasta que venga Sara, ¿entendido?–jack me susurra al oído, no sé quién es Sara. Y ni siquiera puedo ver.

Cómo si mis palabras tuvieran poder el retira la capucha de mi cabeza, y veo, veo la inmensa mansión, esto parece un palacio.

¡Waw! es…es hermosa.

No me dió tiempo de analizar bien la mansión, ya que Jack me llevo a una pequeña habitación que está en la planta baja.

–Bueno por lo menos está mejor que el callejón al que me llevaron, hubiera sido mejor que me trajeran directamente para la mansión, no veo la necesidad de ir a ese apestoso lugar.

Aún siento los dedos de Yusuf acariciando mi mentón.

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