"Mi nombre es o se supone era Sara Kent, pero ahora mismo, la chica frente al espejo, no soy yo, o más bien, esté no es mi cuerpo, esta chica frente al espejo, quien se supone soy ahora es la Duquesa Elena Drake actual señora del condado de Luh y la villana de la novela que leí mucho antes de morir, la villana de la novela llamada "el primer amor del Duque", ella esta casada con el Duque Asher Drake, pero este, nunca la ha querido, solo se casaron por motivos políticos, ya que ella es la hija menor del actual Rey de Zelenyy, si, es una princesa y también una guerrera muy importante para el reino, ella guió valientemente las tropas contra el reino enemigo y logro la Victoria, el Duque Drake, fue uno de los hombres quienes lucharon en esa batalla y fue buen amigo suyo, pero, cuando el Rey ordenó el matrimonio, solo la princesa Elena, estaba feliz pues durante su tiempo juntos, ella había desarrollado sentimientos hacia el Duque, su matrimonio fue de mal en peor, el Duque comenzó a ignorarla y a salir del condado seguido, hasta que un día, la madre del Duque, la señora Laila, llegó a la mansión acompañada de una chica joven de nombre Erin Fleur, si, ella era la heroína de la historia, el Duque se enamoró de ella inmediatamente, debido a su sencillez y amabilidad, comenzaron a tratarse y poco a poco la heroína se enamoró del Duque, aun sabiendo que era casado, la madre del Duque al ver esto, la ofreció como concubina y la Duquesa Elena, tuvo que aceptar. Celosa de la relación de ambos, comenzó a tratar mal a la heroína, cuando el Duque estaba fuera, Elena, usaba a Erin, como su sirvienta y cuando iban a eventos realizados por las damas de la sociedad, la duquesa siempre la presentaba como una sirvienta, pronto se supo del porque de su desprecio hacía la heroína, pero eso no mejoró, ya que ahora, ante todos, la heroína era solo una prostituta que gustaba robarse al esposo de otra, aun así, ella no se rendía e hizo todo lo posible por defender su amor sincero por el Duque, la Duquesa molesta porque no lograba hacerla renunciar a su marido, como último recurso trata de envenenarla, pero fue descubierta, así que en su último intento de desesperación, incendió la mansión cuando el Duque estaba fuera, pero la heroína logro salir de esa y Elena fue llevada ante la corte, donde se le condenó a muerte por causar la muerte de varios sirvientes y huéspedes de la mansión. Así el Duque y la heroína, lograron su final feliz.
Para mi, ese final fue injusto, la Duquesa fue tratada como una villana, la heroína no hizo nada importante, mientras que la Duquesa era una verdadera heroína, al haber librado grandes batallas en las guerras, ella salvo a su país y al final, fue tratada como una criminal solo por intentar matar a la amante de su esposo, tanto el Duque como la heroína, merecían morirse juntos, por ser un par de infieles, si, eso eran, la heroína no hizo más que robarse al esposo de una mujer que daba todo por su país, mientras que la heroína solo era amada por ser amable y linda.
Ahora, estoy atrapada en el cuerpo de la Duquesa Elena y los recuerdos que tengo, es que, pronto el Duque Drake, regresara y a los pocos días, empezará la trama pricipal de la novela, la madre del Duque llegara a la mansión trayendo consigo a la heroína, pero, ahora estando yo en este cuerpo, no pienso hacer nada en su contra, por el contrario, mi meta sera, divorciarme y regresar al palacio para poder seguir siendo la guerrera orgullosa que la Duquesa siempre debió ser, en lugar de casarse con ese Duque inútil"
Llevaba ya un mes de que Sara había reencarnado en el cuerpo de la Duquesa Elena, al parecer alguien la envenenó, mientras que Sara, antes de volverse Elena Drake, había sufrido un accidente o más bien, había sido asesinada, ya que ella era una mujer que se la ganaba la vida siendo una asesina del gobierno, pero en una de sus tantas misiones, cayó en una trampa y murió, ahora, había despertado en el cuerpo de la Duquesa, que murió por el veneno, pero, ese evento no estaba escrito en la novela, así que, tratando se asimilar todo, se quedo encerrada durante una semana, sintiendo dolores de cabeza debido a todos los recuerdos que venían a su mente, ahora sabe, que el envenenamiento no era parte de la novela que leyó, porque aun faltaba poco para que diera inicio lo del libro, así que ahora, en el cuerpo de la Duquesa Elena, planea resurgir a esa mujer valiente y audaz, que un día fue, en lugar de marchitarse en una solitaria mansión, donde lo único interesante por hacer, es asistir a las fiestas de té.
Elena Milton, una joven de cabello blanco, con unos hermosos ojos claro color purpura, alta y delgada, una belleza sin duda ante cualquier hombre, todo hombre noble, deseaba casarse con ella, pero ninguno lograba llamar su atención.
Elena, a sus 15 años, fue por primera vez a la guerra, a los 16, ya estaba comandando a las tropas del Rey, a los 17, finalmente bajo su mando, había logrado que ganaran la guerra, a los 18, después de volver finalmente a Zelenyy, contrajo matrimonio con el Duque Asher Blake.
El Duque era un hombre atractivo, destacaba por su cabellera rubia y ojos verdosos, además de que, su familia siempre sirvió de manera honorable a los Reyes y Asher no era la excepción, pues junto con Elena, guiaron al ejército a la victoria,
su matrimonio nunca fue feliz, por el contrario, el Duque siempre procuró mantenerse lejos de ella, incluso, en su noche de bodas, él, salió del condado y así era siempre, solo regresaba de vez en cuando, pero su único contacto con Elena, era durante la cena, sin siquiera hablar de nada, esa rutina ya era típica.
Y así, nuevamente el día de que el Duque regresara llego, todos los sirvientes se preparaban para su llegada, pero, les parecía sumamente extraño, que la Duquesa aun siguiera en su habitación, ya que, cada vez que el Duque regresaba, ella era la primera en recibirlo, aun cuando el chico, nisiquiera le hacía caso; el carruaje llegó y cuando Duque baja de él, todos los sirvientes están en fila frente a la entrada, inclinándose y dándole la bienvenida, pero, al igual que al personal, se le hizo extraño que Elena no haya salido, sonrió ligeramente, aunque al pisar el primer escalón, notó que Elena salía de la puerta principal, parecía que se había alegrado antes de tiempo, pero, Elena baja las escaleras y solo inclina levemente la cabeza ante el Duque, nisiquiera le dedico palabra alguna y sigue su camino, hasta llegar al carruaje que había parado, tras del que había traído el Duque, los sirvientes y el propio Duque se sorprendieron ante actitud de Elena, quien solo sube al carruaje y este, se dirige hasta la salida de la gran mansión. Dentro del carruaje se relajó y soltó un suspiro, pues todo salió tal como lo había planeado, espero ansiosa su llegada, para poder salir e ignorarlo, si sigue así, pronto el hombre se artara y entonces podrá ser liberada de ese aburrido matrimonio.
- maldito infiel, Elena nunca debió amar a un hombre como tú.
Murmuró para si misma, pues sigue con la opinión de que, Elena, aun cuando hizo las cosas mal en la novela, los culpables de todo son ese par de infieles. El carruaje siguió avanzando, hasta llegar al pueblo del condado, ahí baja y le pide al cochero que espere; no sabe ni porque salió, el caso era que su propósito era salir en el momento de la llegada del Duque.
Como todos saben quien es ella, le saludan de manera respetuosa, así que les corresponde el saludo mientras camina por la calle, mirando distintos locales, hasta que ve uno de armas y decide entrar, en la mansión solo hay las armas de los guardias, así que le vendría bien comprarse una y quizás aprovechar para entrenar con los guardias.
La noche había llegado y el Duque Asher, bajo a cenar, pero, había algo diferente en la mesa esa noche y es que, su esposa no estaba presente, los sirvientes habían servido su comida, pero los platos de la Duquesa estaban vacíos.
- ¿y la Duquesa?
- señor, ella pidió se le sirviera la cena en su alcoba, ella manda decir, que mientras usted cena en esta mesa, ella no estará presente.
Asher apretó las manos ante lo dicho, los sirvientes al ver su enojo, se miraron entre si y mejor se retiran, no saben lo que esta pasando, pero, ellos aprueban la actitud de la Duquesa, ya era hora de que dejará de prestarle atención a un hombre que ni la mira. En su habitación, Elena disfruta de su cena en el balcón, no esta tan mal cenar a la luz de la luna en un lugar tan Pacífico, además de que esta feliz por conseguirse una buena arma, similar a la que uso cuando peleo en la guerra; después de cenar, los sirvientes retiraron todo, quedándose con ella solo su doncella Mari.
- señora, el Duque pregunto por usted, tal como ordeno, se le dijo exactamente sus palabras.
- bien, que sepa que Elena Milton, no rogara más por su atención.
- me alegró por usted señora, el Duque no merece todo ese cariño que usted le ha tenido durante estos dos años.
- dos años perdidos, dos años que dejaré atrás y volveré a mis años de gloria.
- se que lo logrará señora.
Después de ello, Mari paso a retirarse y Elena se disponía a cambiarse cuando escucha que tocan a la puerta, al abrir, era un mayordomo quien le dice, que el Duque desea verla en su estudio. Muy a su pesar, sale de su habitación, pero como no piensa mostrar ningún interés en lucirse ante él, ya que llevaba puesto su camisón para dormir, solo se cubre con una capa y se dirige al lugar acordado, toca y entra.
- he venido tal como pidió, señor.
Le sorprende al Duque que le llame de manera tan formal, pero al levantar la vista, lo que es extraño, es verla desarreglada.
- no debes salir así, hay sirvientes hombres en esta casa.
- solo dígame para que me ha llamado.
- ¿por qué no bajaste al comedor? Siempre que regreso cenamos juntos.
- no hablamos, ni nos miramos, es igual a comer solos, entonces, prefiero cenar en mi alcoba.
- ¿que estás intentando? ¿Buscas llamar mi atención con un berrinche?
- no se crea tanto, señor, no planeo nada de eso, por el contario, solo quiero una vida tranquila sin problemas.
Como no hay nada más que discutir, se retira del lugar sin esperar a que el Duque le siga reclamando, lo siente por él, pero ella, ya no es la Elena que rogaba por su atención. El Duque se había quedado sin palabras, su esposa estaba actuando muy diferente, algo que nunca espero de ella. El mayordomo que había entrado, se para frente a su escritorio dejando un par de papeles sobre este.
- ¿algo pasó con la Duquesa? ¿Tiene acaso un amante?
- no señor, ella siempre ha permanecido en la casa, sale, pero siempre en compañía de sus guardias y su dama.
- no se que esta tramando, ignorarme ¿es acaso un plan para llamar mi atención?
- si me lo permite señor, dos años ha esperado por un poco de su afecto, es normal que se canse. Tal vez es hora de dejarla de ir.
El silencio se hizo presente en ese estudio, mientras el Duque apretó con fuerza su pluma, que la rompió, nunca ha considerado el divorcio y menos, dejar a la hija del Rey, este puede sentirse ofendido y podría perder muchas cosas.
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