11 de marzo del 2005.

"Las víctimas del tsunami del diciembre del año  2004, siguen en recuperación al igual que continua la búsqueda de los desaparecidos, entre otras noticias..."

La televisión fue apagada por la madre que no detenía sus lágrimas, en su mano tenía las pertenencias de su hija que habían llegado tres meses después y una hoja que daba por fallecida a su hija, el cuerpo fue irreconocible al encontrarse en estado de putrefacción.

— Elise... Mi Elise... —era lo único que podía susurrar.

La casa estaba vacía, el padre de Elise también falleció en el tsunami en un viaje de navidad con su hija quien iba a casarse recién volviera.

La puerta sonó sin descanso hasta que fue abierta por la madre, frente a ella estaba Março, parecía haber salido corriendo del trabajo, su rostro estaba demacrado como si no pudiera dormir.

—¿Hay noticias? —preguntó sin descansar.

La madre de Elise le entregó el anillo de su hija.

—Fue encontrada, su cuerpo tuvo que ser cremado al instante... Ella no volverá.

Fue Marco quien lloró sin resignación, incluso ante las cenizas de ella no se detuvo en la búsqueda, pese a que ella no estaba  él vio por la madre de Elise en todo momento, diario iba a oficinas de rescate cuando se encontraba algún  herido.

Finalmente después de cinco años aceptó la muerte de ella, fue doloroso y nada fácil pensar en dejarla ir, al menos pensar que estaba perdida calmaba su corazón un poco.

Aún así, apreciaba todo lo que ella dejó, su madre y una casa llena de recuerdos juntos, los girasoles que ella plantó florecían cada temporada era como una visita de ella para Março.

—Hijo... Ya no tienes que preocuparte por mi, eres joven y buena persona, deberías buscar una compañera que cuide de ti... —dijo Elena la madre de Elise.

—Yo no creo volver a querer a alguien como la quise a ella.

—Eso no lo sabes, si bien ella fue tu novia por todos sus años desde secundaria, soy  testigo de cuanto te amaba. Pero se que ella querría que fueras feliz.

Con él paso de las semanas que visitaba la cafetería donde iba a ponerse sobrio con un café después de beber en las noches llamó la atención de una camarera que se esforzó en cuidar y conocer acerca de él, finalmente después de un año empezaron una relación, Março volvió a ser el Março de antes, cuando de momento volvía a pensar en Elise procuraba no sentirse triste, si no recordar sus días felices.

Febrero 2013

Ocho años después del tsunami del 2004 el paciente 013 despertó de un coma del cual era casi imposible despertar.

—Soy la doctora Emma, ¿Recuerdas tu nombre!? —preguntó la mujer de bata blanca.

—Si... Me llamó Elise...

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¿QUIÉN ERES?

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— Mi nombre es Elise, Elise Rupert. Soy estudiante de medicina, tengo 20 años, sufrí un accidente de vacaciones con mi padre...

La doctora pareció algo nostálgica.

—¿Sabes que año es? —preguntó.

—¿2004 o 2005?—contestó para ella misma.

—Quiero que estés tranquila, hoy es 22 de febrero del 2013... , llevas 8 años en coma.

Fue como un golpe a Elise, empezó a reírse pensando que era un chiste, sin embargo el rostro serio de la doctora la hizo dudar, con dificultad se levantó y caminó al baño frente al espejo.

Era sin duda Elise, su rostro ya no parecía de 20 años, era un rostro joven solo que con madurez, parecía más delgada... Realmente ocho años que le fueron robados.

Paso tres meses en recuperación hasta ser dada de alta, recibió un seguro por parte del gobierno y se dirigió directo al aeropuerto.

Desde su recuperación decidió no dar aviso a su madre, quería darle una sorpresa a todos, pero ¿Cómo sería volver?

—Vuelo 134 con destino a California —anunció la aerolínea.

Elise subió al avión donde durmió las tres horas de viaje hasta llegar al aeropuerto y tomar un taxi directo hacia su casa con Marco.

Fueron 40 minutos que dieron eternos a comparación con las 3 horas del vuelo.

Llegó al amanecer, apenas el sol estaba saliendo, el jardín de su casa era tal y como lo recordaba, había girasoles y ¿rosas? No recordaba gustarle las rosas tal vez y a Março si.

Con su bolsa en mano tocó la puerta sintiendo escalofríos de emoción.

Minutos después escuchó pasos por las escaleras y después la cerradura fue abierta.

—Março... —susurró con las voz ahogada.

—Disculpa ¿Quién eres? —preguntó una mujer completamente desconocida.

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ÉL YA NO ME AMA

—Disculpa ¿Quién eres? —preguntó la mujer en la puerta.

Otros pasos la siguieron.

—¿Ocurre algo? —preguntó la conocida voz que Elise recordaba bastante bien, como un silbido suave.

La persona se acercó hasta poder ver a quien estaba fuera de la puerta, se detuvo al momento y sus manos temblaron creyendo que volvía a alucinar como solía hacerlo, pero sorprendentemente seguía sin controlarse incluso con una imagen falsa.

—Marco... —Susurró Elise  con demasiada alegría.

Marco avanzó hacia ella, desde que él  recuerda, su cuerpo siempre va a ella. La mano que se estiraba poco a poco a Elise fue sujetada por Hanna.

—¿La conoces amor? —preguntó Hanna incrédula.

—Elise... No puedo ser... Yo te enterré.. —dijo Março con la garganta seca y el pecho subiendo y bajando lleno de presión.

Hanna sintió una oleada de frío, ella conocía ese nombre, su rival siempre había sido la novia muerta de Março, cuando escucho e ella creyó que era asombrosa en todos los sentidos, varias veces había ido con marco a visitar a la madre de Elise quien tenia demasiadas fotos de una chica castaña y de ojos grises.

La luz de los ojos de Marco al hablar de ella o las veces que él visitaba sus cenizas la hacían pensar "No puedo ganarle..." a pesar de eso no se sentía mal, sabia que Edel la quería.

"Pero... ¿Por qué esta ella aquí? "

—Lo siento —dijo Elise  —,no sabia que...

—¿¡Donde estabas!? ¡Despareciste por muchos años! —gritó Março sin contener su frustración.

—Estuve en coma, desperté hace unos meses en los que estuve en rehabilitación —dijo Elise con los ojos llorosos al ver la mano de Março y la mujer entrelazadas.

"Ocho años, no solo perdí mi vida...también te perdí a ti."

—¿Tú madre ya sabe esto? —preguntó Março.

—No, quería verte primero a ti... Quería volver a casa —dijo con la voz quebrada, sus lágrimas estaban cayendo al igual que su mundo. Lo peor es que no podía hacer nada.

—Te busque  —dijo Marco—. Te busque por muchas partes y por  tanto tiempo... Yo casi me vuelvo loco.

Marco contenía las lagrimas al contrario de Elise quien temblaba.

—Al final —dijo Elise—, te diste por vencido conmigo...  Tu estas ya con alguien más...

—Si —dijo Março —, ella es Hanna, la conocí hace un tiempo, ella me salvó de donde me encontraba, llevamos un poco mas e un año juntos.

—Ya veo... Supongo que es eso.

Elise dio vuelta y se marchó, caminó  hasta encontrar un taxi y fue rumbo a casa de su madre.

—¿Ella es Elise? —preguntó Hanna —, es muy linda, puedo ver por qué la querías mucho.

—Si, es ella. Pero ahora estoy contigo, no tienes que sentirte insegura.

Hanna abrazó Março con fuerza.

—Lo sé.

Cuando la madre de Elise la vio casi cayó del impacto, las dos lloraron y Elise le contó lo que ocurrió, también se enteró que su padre había muerto en el accidente,

—Mamá... Março ya no me ama... —dijo Elise.

Su madre la abrazó con fuerza, su hija solo era un juguete de la calamidad, en esa vida de desgracia que ella tenía merecía tener una bendición grande, tan grande que quería ver a su hija llorar de felicidad