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El Hilo Negro Del Destino

Hilo Negro.

Si no deseas leer la introducción puede continuar en el siguiente capítulo.

Casi todos conocemos la historia del hilo rojo del destino:

Una de las leyendas japonesas en torno a esto, cuenta que, un anciano que vive en la luna sale cada noche y busca entre los espíritus aquellos afines a reunirse en la Tierra, que tienen algo que enseñarse mutuamente, y cuando los encuentra les ata un hilo rojo para que encuentren su camino. Aceptar esto, o al menos considerarlo, es un consuelo secreto; es como si nuestros pasos, por más obstinados que a veces nos parezcan, supieran la ruta y la geografía de sus múltiples destinos amorosos y por lo tanto hubiera “tropiezos” o decisiones mal tomadas.

"Un hilo rojo invisible conecta a aquellos que están destinados a encontrarse, sin importar tiempo, lugar o circunstancias. El hilo se puede estirar o contraer, pero nunca romper"

Pero, ¿Conocen la historia del hilo negro? ¿Alguna vez escuchaste hablar de éste?

Si tu respuesta fue "NO", por favor, continúa leyendo...

¿Haz sentido que tu amor no es correspondido? ¿Te haz puesto a pensar en un amigo o amiga que continúa con su pareja "tóxica" por más daño que le hace?

Sabiendo que el hilo rojo no se puede romper, es posible que en muchos casos este sea muy largo, mientras tanto, a lo largo de ese hilo de color rojo, salen nudos de hilo negro, como si estuvieran "empatados", es aquí donde inicia el problema de los líos amorosos.

El hilo negro son los tropiezos o accidentes que nos conectan a una persona equivocada, alguien que no es compatible con nosotros, alguien que puede ocasionarte problemas, no sólo de tipo amoroso, puede llevarte por el mal camino, sientes una extraña atracción a esa persona y es casi difícil deshacerte de ese sentimiento. Dependerá de uno mismo si desea continuar sometido a ese largo camino de sufrimiento o no.

El Hilo Negro es aquél que unió a Alina con su esposo Jhon, el que después de haberla engañado incontables veces, la abandonó.

Es aquél que el Rey más rico del mundo atrajo cuando se caso con alguien de "sangre azul" para mantener sus riquezas y establecer una buena herencia a sus descendientes, claro, nunca hubo amor en su matrimonio.

Es aquél que conectó a Jorge con Susana, sabiendo que ella nunca le haría caso, él se aferro a sostener su hilo negro, mientras su hilo rojo estaba justo detrás de él, su mejor amiga, la que lo consolaba de su "amor no correspondido".

Si, yo sé que ya has entendido el concepto.

Pero es importante que lo entiendas muy bien antes de que sigas con tus creencias de que "Nunca vas a encontrar el amor".

Sé paciente, recuerda que los hilos son de distintos tamaños, algunos pueden llegar antes u otros muy tardes, pero siempre, han de llegar. No te aferres a tu hilo Negro y recuerda:

"Las cosas siempre pasan por algo".

Puedes dejar de leerlo, pero si te gustan las historias tristes, continúa el capítulo 2.

La historia de Emilie

A continuación, vas a leer una historia causada por el hilo negro del destino.

Algunas de las siguientes historias contiene momentos de tensión y trauma para algunos lectores. Se recomienda discreción.

El hilo negro del destino.

Emilie, una chica con poco dinero, su madre no tenía tiempo para ella, apuradamente se encargaba de darle de comer, por lo que ella tuvo que aprender desde los 8 años. Sé que algunos verán mal esto, pero ella ya había entendido que su madre tenía que trabajar todo el tiempo para mantenerla.

Un día como cualquier otro, de camino a su escuela, Emilie vio que la calle por la que pasaba todos los días estaba desierta, era como si ese día todos se pusieran de acuerdo para no salir.

Una furgoneta blanca se estacionó justo detrás de ella.

"Puede ser de algún vecino" -pensó.

No podrías estar más equivocada.

Fue entonces cuando un sujeto le llegó por detrás, le cayó la boca con un trapo lleno de cloroformo.

Ella intentó escapar, pero el sujeto era más fuerte que ella. Quedó inconsciente.

Cuando despertó estaba en una habitación que contaba con una cama, una mesa y un baño. Por más que ella gritara nadie la iba a escuchar. La habitación no tenía ventanas la exterior de la casa, sólo contaba con una puerta y una ventana donde ingresaban los alimentos que debía consumir en estrictos horarios.

9 a.m. Desayuno

3 p.m. Comida

5 p.m. Aperitivo

8 p.m. Cena

Eran al rededor de las 5:40 p.m. Ella se dignaba a rechazar la comida que le daban, pues tenía miedo de que pudiera contener veneno o alguna sustancia que pusiera en peligro su vida.

8:57 p.m. Seguía suplicando que la sacaran de ahí.

10:34 p.m. Se quedó dormida sin darse cuenta.

9:15 a.m. Vio una nota al lado del desayuno:

"Por favor come, la comida no está envenenada. No grites, nadie te va a escuchar."

Comenzó puso a llorar.

Cuando se tranquilizó se sentó justo detrás de la puerta y escucho una pisada

"¿Estás ahí?" -preguntó Emilie.

Sin respuesta

"Por favor, lo único que quiero es salir de aquí, mi madre debe estar muy preocupada, no le diré a nadie que estuve aquí, ni siquiera conozco el lugar, no puedo dar detalles sobre la casa" - dijo inocentemente.

Sin respuesta.

Un libro fue entregado desde la ventana donde proporcionan los alimentos.

Abrió el libro y cayó una nota:

"No te dejaré salir, por favor, lee este libro".

Emilie volvió a llorar y se rehusó a leerlo.

4:39 p.m. Aburrida. Tomó un pedazo del sandwich para no morir de hambre...

"Esto sabe muy bien" - pensó.

Continuó comiendo y empezó a leer el libro.

Emilie duró encerrada mucho tiempo, cada vez que terminaba de leer un libro le daban otro.

"Emilie Walker de 16 años, continúa desaparecida" -Decía la portada de un periódico que le fue entregado en lugar de un libro.

"Continúan buscandome" -pensó. "No diré nada" -dijo dirigiéndose hacia la puerta- "me has tratado muy bien... Hasta cocinas delicioso" -dijo mientras se le formaba una sonrisa.

Fue entonces cuando se abrió la puerta.

"¿De verdad vas a dejarme salir?" -preguntó mientras la puerta se abría.

El chico que la había secuestrado entró en la habitación, se quitó el pasamontañas.

"Vaya, eres muy joven, ¿Qué edad tienes?" -le preguntó mientras veía su rostro.

"21" -contestó después de un silencio.

"¿Por qué has decidido abrir la puerta? Y ¿Por qué has decidido quitarte la máscara?"

Un nuevo silencio los invadió a ambos.

"Sígueme" -Fue lo único que dijo.

La sacó de aquél lugar, no sin antes ponerle una venda en los ojos. Llegaron a su nuevo destino, la cambió de escondite, pues ese ya no era seguro, unas personas habían decidido rentar justo la lado de ellos y podían sospechar de el chico.

"Ahora permanecerás aquí" -dijo mientras le quitaba la venda.

Emilie observó lo que sería su nueva habitación y dijo: "por qué no me dejas libre? Si esperas un rescate no te van a dar nada, mi madre no tiene dinero, vivimos al día... Confío en ti y te digo la verdad"

Tras otro silencio le contestó: "No te he secuestrado para pedir dinero."

"Entonces, ¿Por qué?" -Preguntó Emilie.

"Ya sabía que tu madre no tenía dinero para pagar un rescate, llevo tiempo observándote. Me pareciste muy linda".

Emilie se sonrojó por un momento y se sentó en la cama - "gracias, tú también me pareces lindo" - dijo mientras lo veía fijamente.

El chico cerró la puerta y continuaron su rutina igual que en la casa anterior. Un libro y comida por una ventana.

03 de marzo. Para la hora de la comida no sólo había una porción de espaguetis a la crema, también había una rebanada de pastel.

¿Pastel? ¿Celebraste algo? - dijo Emilie.

Hoy es mi cumpleaños -dijo el chico.

Emilie: Vaya, felicidades, ya tienes 22 años. Mi cumpleaños también está cerca.

El chico: Lo sé. 10 de marzo.

Emilie: Veo que me conoces muy bien.

Comenzaron una charla amistosa.

10 de marzo. Se abrió la puerta.

¿Me compraste un pastel? -dijo Emilie entusiasmada.

E. C.: Creo que te mereces uno, no te celebré ninguno de los anteriores que llevas encerrada aquí.

E.: No te preocupes, usualmente no celebro mi cumpleaños, es la primera vez que me compran un pastel, muchas gracias.

Terminando de comer aquél pastel de cumpleaños, compartieron algunas sonrisas y sin haberse dado cuenta, Emilie ya estaba enamorada de ese chico, ¿Un chico que la secuestró?, Vaya, esto no va muy bien...

Día 1,221 de encierro.

Alguien toca a la puerta.

¿Quién es? - preguntó el secuestrador mientras abría la puerta muy preocupado.

Dos policías enfrente de su puerta con una foto de Emilie preguntando por ella.

Esta es la última foto que tenían de ella, claro, ahora debe tener unos 17 años, así que se ve más grande - dijo uno de los policías.

No, no la he visto - contestó el chico.

Este es un lugar demasiado alejado de la ciudad, ¿No lo cree? - dijo el otro policía.

Si, es que me gusta vivir sólo, alejado de los demás... - contestó el chico con un tono algo nervioso.

¿Le molesta si entramos un momento? -preguntó el segundo policía que parecía sospechar algo.

No, adelante... ¿Les parecería bien si les ofresco algo de tomar? -Dijo el chico.

Estamos bien, muchas gracias - dijeron los policías.

Mirando al rededor un policía se dio cuenta de una puerta con al menos 5 seguros, justo como para encerrar a alguien ahí.

-Bueno, regresaremos en otro momento, señor...

Señor Jones. -contestó el chico.

-Que tenga un buen día.

Salieron de esa casa los policías. Inmediatamente el chico comenzó a ponerse muy nervioso, pero llegó a la conclusión de que no sospecharían nada, pues de haber sido así lo habrían llevado arrestado.

La historia de Emilie [Parte 2]

Necesito un permiso para revisar esa casa -dijo el oficial que vio la puerta.

-¿Por qué? No había nada sospechoso.

-¿Ves normal tener una puerta con 5 cerraduras?

- ¿5 cerraduras? ¡Porsupuesto que no!

-Ese chico tenía una puerta ahí adentro.

-De cualquier manera no te darán ese permiso sin una prueba.

-Tienes razón, me quedaré aquí a vigilar.

-¿Estás loco? Si te pilla podría demandarte y perderás tu trabajo.

-Lo sé, pero tengo una corazonada.

-¿Todo por una corazonada? Rayos, amigo, estás loco. Está bien, pero yo no sé nada de esto.

-Claro.

El policía comenzó a vigilar al chico e hizo las siguientes anotaciones.

-Todos los días sale a las 9:30 a.m.

-Regresa antes de las 4:30 p.m. con suficiente comida para dos personas.

Nota extra: ¿O come mucho o hay alguien más ahí?

-Nadie más ha salido de esa casa.

Nota extra: Puede que coma mucho, nadie más ha entrado o salido de ahí.

-Nadie lo visita.

18 de abril.

-¿Qué pasó? ¿Averiguaste algo?

-Nada, sólo sospechas, o come mucho o tiene a alguien secuestrado.

-¿Por qué?

-Lee esto.

-¿Todos los días sale a comprar comida suficiente para dos personas?

-Siii, es muy sospechoso. Necesito ese permiso.

-Pues con esto yo creo que si estará bien, vayamos a pedir permiso al juez

2 días después, alguien toca a la puerta del secuestrador.

-¿Q-Quién es? -Pregunta nuevamente nervioso y preocupado.

-Somos la policía, abra la puerta.

Asustado abre la puerta sospechando lo que va a suceder.

-Tenemos permiso para revisar su casa -dijo unos de los policías mientras otros comenzaban a entrar y revisar cada parte de ésta - Quiero que abra esta puerta -señala a la puerta que tiene 5 cerraduras.

El chico sabe que no puedo huír, así que sabe que su mejor decisión es abrir la puerta y lo hace.

Todos se sorprenden al ver a Emilie dormida y en la cama de esa habitación.

El policía pide que arresten al sujeto y sale a hacer una llamada.

-Tenemos a la chica desaparecida.

Se dirigen hacía la fiscalía para interrogar al secuestrador.

-¿Te encuentras bien? Le preguntó el policía a Emilie.

-Yo estoy perfectamente bien, ¿Por qué lo han arrestado?

-Pues, ser secuestrada no creo que te parezca algo normal.

-Pero me ha tratado bien, no tengo miedo de él, incluso puedo confíar en que jamás me haría daño.

El policía se sorprende y se aparta unos momentos.

-¿Qué sucede? -le pregunta su compañero.

-Hay que llamar un psicólogo para la chica, tal parece que desarrolló el Síndrome de Estocolmo.

-¿Qué? Acaso...

-Le tiene demasiada confianza.

Emilie logró reunirse con su madre y fue llevada a terapia psicológica durante un tiempo.

6 meses después.

Salen los 2 policías felices porque uno de ellos ha sido ascendido. De repente se acerca Emilie.

-Señor, quiero agradecerle por haberme encontrado, ahora sé que debí parecerle una tonta cuando defendía a ese tipo. Que asco me doy.

- No se preocupe, muchas personas desarrollan eso al experimentar un secuestro o algo parecido.

Emilie parecía que no había visto bien al policía, al levantar su mirada se dió cuenta que era el hombre más guapo que había visto en toda su vida, parecía de revista, de esos que ves y piensas que son realmente inalcanzables. Al percatarse que lo veía embobada se avergonzó y volvió a bajar la mirada.

-Bueno, mi madre y yo queremos agradecerle invitándolo a comer esta tarde, ¿Qué le parece?

-Sería un gran honor para mí, pero no es necesario que-

-¡Por favor! - interrumpió Emilie mientras le rogaba que asistiera.

-Valr, iré.

¿Quién iba a decir que ese sería el inicio de todo?

Después de esa comida por la tarde, Emilie empezó a frecuentar al policía. Empezaron a salir, se casaron y tuvieron 2 hijos.

Su hilo negro; el secuestrador, lo iba a llevar a su destino, su hilo rojo; el policía.

Fin de esta historia.

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