Soy el menor de mis hermanos, Si soy Sebastián Montero del Valle, tengo 23 años, jamás me he enamorado, nunca he tenido una pareja y no es que no crea en el amor, más bien espero encontrar a la persona indicada, aquella que me haga sentir único, que sus ojos sean mi luz en mi oscuridad, que el tiempo se detenga cuando estemos juntos, yo quiero un amor de verdad.

Se que es difícil encontrar, y que cuando lo encuentre no lo pierda. Nunca demuestro mis sentimientos, mi comportamiento es frió y como no he tenido una pareja, mi familia creé que soy gay, si supieran que solo busco un amor de verdad y cuando lo tenga haré hasta lo imposible para que esté a mi lado.

SEBASTIÁN

Hoy es un día muy importante, tomaré la vicepresidencia de la empresa de mi abuelo Gonzalo, el es el padre de mi mamá, aún no termino mis estudios pero tengo que conocer la empresa textilera, es la más importante del país y muy pronto del mundo. Llevo una semana en la empresa hoy tengo una reunión muy importante, no puedo llegar tarde de eso depende la expansión, no sé si fue el destino o la casualidad pero ese día se descompuso el auto, no había un taxi disponible, todo estaba en mi contra ese día, pero es ese momento surgió una de mis brillantes ideas, me iría en camión, justo de ese momento pasaba era exactamente el que pasaba, era el de la ruta de la empresa, mi asistente Juan y yo nos subimos por lo que vi el ya tenía experiencia en el trasporte público, una cuadra más adelante se subió una chica, desde que la vi empecé a creer en el amor a primera vista, su cabello era negro, su piel era morena clara y sus ojos tenían un color avellana, sus labios carnosos y un tono rojizos que me invitaba a besarlos, pero su cuerpo unas tetas hermosas tamaño perfecto, una pequeña cintura y sus nalgas que me invitaban a pecar, detrás de ella iba una señora un poco mayor, cabe decir que yo iba cómodamente sentado, Juan mi asistente iba de pie, el camión iba hasta el tope puesto que era la hora donde todos ingresaban a su trabajo, las palabras de esa chica me sacaron de mi hipnotismo, ella hablaba, hablaba:

---Ya no hay hombres caballerosos, que no se pueden levantar y cederle el asiento a esta señora--- Me levantó para cederle el asiento a la señora, pero esa chica me sigue insultando.

NATALIA

Soy Natalia, tengo 18 años y no creo en el amor, no conozco a mi padre el se fue cuando mi mamá le dijo de su embarazo, y mi mamá murió al darme a luz, vivo con mi abuela ella me ha cuidado todos estos años, no he podido volver a estudiar , la situación no me lo permite mi abuela está muy enferma, por eso necesito ese nuevo trabajo para que me den el seguro médico, ella es diabética y actualmente no puede trabajar, me molesta la gente prepotente, los que creen que con su dinero me pueden comprar, yo no soy ese tipo de chicas es más " Si quiero la luna, yo misma la bajo", no he necesitado a un hombre a mi lado, trabajo muy duro y se que con esfuerzo conseguiré mis sueños.

Hoy es el día de la entrevista, trato de verme lo más formal posible, mi ropa es sencilla y económica no puede pagar más, tomo un vestido negro, no es muy corto, pero tampoco largo sencillo y un saco beige, cada que salgo oigo miles de obsenidades, ya estoy harta del acoso, subo al camión y Que es lo que mis ojos ven?, un chico con unos ojos preciosos, es el chico de los ojos grises, pero tan faltó de educación no le ceden el lugar a una pobre mujer, no cabe duda no hay caballeros.

SEBASTIÁN

Desde ese día, me bajaba en la misma esquina para subirme al camión, Juan mi asistente de llevaba mi coche, si esa fue mi primera tonterías, nosé que tenía esa chica que me intimidaba, cada vez que me le acercaba las palabras no me salia, quería invitarla a comer, quizá al cine nosé lo que ella prefiera, pero no, me quedaba mudó, ella bajaba del camión y corría a la empresa y yo la perdía de vista, no sabía su nombre, en qué área trabajaba, cuánto años tenía quería saber todo de ella, si tenía novio o quizá estaría soltera, a lo mejor tendría suerte y no estaba comprometida, me imaginé miles de escenarios posibles, si ella está soltera no habría problema, pero si tenía novio que debía hacer alejarme o luchar por ella.

NATALIA

Desde la primera vez que vi al chico de los ojos grises, trató de verme más linda, no se lo que hago, me subconsciente me traiciona, yo no debo pensar en el amor, pero esos ojos roban mi alma y mis sueños, desde que lo vi no dejo de pensar en él, su olor lo llevo impregnado, cada vez que se me acerca salgo corriendo, tengo miedo de decir alguna estupidez, se que trabaja en la misma empresa que yo, aveces me preguntó si tendrá novia, me imagino que si, alguien como el, no puede estar solo, no se cómo se llama, cuánto años tenga, solo se que me estoy enamorado, debo de olvidarlo, no tengo tiempo para el amor, además todos los hombres engañan, te enamoran y después te botan como basura, después que logran tener sexo, no quiero que se repita la historia de mi madre. Ha pasado un mes y el chico de los ojos grises sigue tomando el mismo camión que yo, el está sentado con un porte tan distinguido que hace que sobresalte mi corazón, el se pone de pie y me sede el lugar, por fin conozco su voz, es tan grave, se nota su fuerza, el camión frena muy brusco haciendo que el pierda el equilibrio, cuando me doy cuenta su paquete está cerca de mi boca, el se incorpora muy rápido, me preguntó que si me encuentro bien, en su rostro se podía ver la pena estaba más rojo que un jitomate y creo que yo también podría sentir el calor en mis mejillas.

--- Como te llamas? --- Pregunto

---Natalia --- contesté.

--- Mucho gusto, yo me llamo Sebastián, Trabajas por aquí? --- dijo

--- Mucho gusto Sebastián, Si trabajo en la textilera en la recepción.--- dije

--- Yo también trabajo ahí, creo que hemos llegado --- dice dándome su mano ayudando a bajar, cuando lo toque sentí una descarga eléctrica que recorría todo mi cuerpo, sus manos eran tan grandes y fuertes, entramos juntos a la empresa, yo fui a los vestidores a cambiarme el uniforme, y el tomo el elevador, al salir a tomar mi lugar en el escritorio de la recepción se encontraba una rosa blanca con una tarjeta que decia:

" Natalia, quieres ir conmigo al cine y tal vez después ir a cenar". Atte. Sebastián.