Hola yo me llamo Melanie. El día de hoy será mi primer día
de clases en el instituto. Espero que sea un gran día, y que por fin pueda
cambiar un poco mi vida, claro espero que sea para mejor.
Mi madre murió cuando me dio a luz y desde ese día quede a
cargo de mi padre, él siempre se la pasa fuera por cuestiones de trabajo, así
que me quedo bajo el cuidado de su hermana mayor.
Ella tiene un novio que me resulta un poco desagradable.
Siempre que viene a casa se me queda viendo y eso resulta incómodo
para mí, ayer en la noche se quedó a dormir y estoy casi segura de que quería
entrar a mi cuarto porque escuche ruidos en mi puerta, y como en toda historia
igual nadie me creería si yo dijera eso, porque me encuentro sola. No cuento
con el apoyo de mi padre, y como dije recién mi madre murió cuando yo solo era
una recién nacida.
Desde la edad de cinco años comencé por interesarme en la
robótica, me gustaba crear mis propios juguetes, y como mi padre gana muy bien
en su trabajo. Mi tía me compra todo lo que necesito.
Saben, yo siempre he sido solitaria, durante mi estancia en preescolar,
primaria y secundaria, siempre me veían como un bicho raro, como si yo les
fuera a contagiar algo, y se bien porque es, no a todos les agrada construir
cosas, y mis platicas son siempre de lo mismo, acerca de mi robots.
Asamblea de bienvenida.
Directora
-Buenos días a todos ustedes, el día de hoy es un nuevo comienzo
para todos, el día de hoy comienzan una nueva etapa de estudios, les deseo lo
mejor y espero que todos ustedes terminen la preparatoria y que no se queden en
el camino. Pasen a la dirección a ver la lista y saber en qué salón les toca.
Bueno hasta ahorita todo va bien, espero que todo siga
igual.
Salón de clases.
Me toco en el grupo primero (B).
Me sentare en la primera fila junto a la puerta. Para que no
tenga que pasar por frente de las demás filas y alguien me haga tropezar como
siempre me pasaba en la primaria.
Bueno las clases el día de hoy son fáciles, solo fue puras
presentaciones, para conocer mejor a los compañeros. Ya se terminó la primera
parte del día. Así que estamos en el receso.
Se le acerca un grupo de chicas.
-Hola, tu eres Melanie verdad.
-Sí, mucho gusto y ustedes son María, Jesica y Mónica.
-Si así es.
-¿quieren sentarse con migo a comer?
-Por dios claro que no, nosotras nunca nos sentaríamos con
una chica tan fea como tú. Solo te venía a decir que te quitaras esa blusa, no
puedes tener la misma blusa que yo.
-Pero que estás diciendo, como me la voy a quitar, estas más
de tu cabeza o que.
-Bueno ya que no te la quieres quitar entonces aremos que se
vea diferente.
*Tomo el chocomilk que Melanie estaba tomando y lo vertió en
ella. Todos los demás se quedaron bien la mayoría la conocía, varios de ellos habían
estudiado en la misma secundaria que ella y ya sabían qué clase de persona era.
*todos se quedaron viendo, nadie hizo nada, Melanie salió corriendo al baño para poder
limpiar su blusa, pero todo empeoro, la encerraron y allí se quedó el resto de
la tarde hasta que un conserje abrió para limpiar. En cuanto Melanie se dio
cuenta que ya estaba abierto salió corriendo y no se detuvo hasta llegar a casa
donde como siempre no había nadie, solo una nota pegada en el refrigerador que decía.
(Trabajare asta tarde, la cena está en el refrigerador.)
Nuevamente Melanie se encontraba sola sin nadie que la pudiera
ayudar, sin nadie con quien pudiera platicar o alguien que le diera consejos. Se
bañó y acostó, después de tanto llorar se quedó dormida. Una tenue luz naranja
se filtraba por las cortinas, Melanie cerró con fuerza los ojos, y luego de cubrírselos
un rato finalmente los pudo abrir completamente, giro su cabeza hacia la mesita
que estaba a un lado de su cama y miro la hora, eran las 6:55PM.
Muy tarde peso ella, sonó el teléfono de la casa, lo cual
hizo que se sobresaltara, rio tontamente por haberse asustado de esa manera. De
inmediato bajo las escaleras y contesto el teléfono.
-Bueno.
-Buenas tardes señorita Carol, la llamada era para avisarle
que la joven Melanie falto a las tres últimas clases. Por lo cual le pido
amablemente tome cartas en el santo, es el primer día de clases y ya está
mostrando actitudes rebeldes.
-Siento mucho las molestias, Melanie llego con un fuerte
dolor de estómago esta tarde, lamento no haber podido avisarle antes espero me
comprenda. Le prometo que no volverá a pasar.
-Muy bien, solo espero que sea más estricta, dado que es su
tutora, si le permite hacer lo que quiera, después perderá el control.
-Si señor director no se preocupe.
-Eso sería todo, buenas tardes.
-Igualmente.
Menos mal que mi tía nunca contesta el teléfono, y de hecho
su voz de la mía no se diferencia mucho. (Suspiro) creo que cenare de una vez,
de igual forma ella llegara tarde, así que no tiene caso esperarla hasta que
llegue.
*En ese momento escucha un ruido de llaves del otro lado de
la puerta, queda un poco confundida, porque la nota decía que Carol llegaría noche,
mientras estaba perdida en sus pensamientos escucho que del otro lado de la
puerta a la persona que tratara de abrir se le cayeron las llaves, decidió acercarse
un poco lentamente a la puerta y se percató de un olor muy fuerte de alcohol
proviniendo de otro lado. Justo en ese momento entro en pánico, solo una
persona podría tener llaves del departamento, no podía haber nadie más, solo él.
Corrió con todas sus fuerza hasta llegar a su habitación, cerró
la puerta con llave y se ocultó debajo la cama. Ella sabía cuáles eran las
intenciones de esa persona, muchas veces antes intento entrar a su cuarto, pero
ella siempre encontraba la forma de hacer un ruido fuerte al tirar objetos
contra la pared para que su tía despertara, pero en esta ocasión no había nadie
en la casa que la pudiera ayudar, no podía siquiera pensar en escapar por la
ventana, ya que el departamento se encuentra en un cuarto piso. Solo le quedaba
estar hay debajo la cama sin hacer ningún ruido, rogando a dios por que nada
malo le pasara.
*Pronto se comenzaron a escuchar pasos provenientes de las
escaleras, seguidos por el sonido de alguien tratando de abrir la puerta. Como no
pudo abrir, nuevamente se escuchó el sonido de las llaves. Melanie no lo podía creer,
como era posible que el tuviera las llaves de su cuarto. El sujeto abrió la
puerta y recorrió toda la habitación. Cuando Melanie pensó que se marcharía,
este la tomo por la pantorrilla y la arrastro fuera de su cama. Melanie lucho con todas sus fuerzas para
poder zafarse de él. Pero como era de esperarse. Era mucho más grande y fuerte
que ella. Como Melanie no dejaba de luchar, él se sentó encima de ella, con una
mano el agarro de las manos y con la otra la estrangulo hasta que se desmayó…
Melanie despertó mucho tiempo después. Mientras recobraba la
conciencia de lo que había sucedido, se percató de muchas cosas en su habitación,
la primera fue que se puerta se encontraba abierta a todo lo que da, la segunda
fue que tenía un dolor punzante en el abdomen y la última, que toda su ropa se
encontraba tirada en el suelo echa trisas. Se levantó de la cama y noto que había
barias manchas de sangre en su sabana, tomo la cobija y se enrollo con ella. Cuando
comenzó a caminar para cerrar la puerta, aquel hombre apareció frente a ella.
-Valla de ver sabido que eras más estrecha que tu tía, habría
intentado más antes entrar a tu cuarto, pero que se le va a hacer. Todo llega a
su tiempo. Ya había planeado todo, ya sabía que esta noche no llegaría tu tía a
casa, y que no habría nadie que te pudiera salvar.
*Se acercó a ella y le levanto el mentón.
-Ni se te ocurra decirle algo a tu tía, porque yo me
encargare de que quedes como una chismosa, le diré que tú fuiste la que me
sedujo y ella te echara de aquí. Así que si dices algo tú saldrás perdiendo.
*Melanie lo empujo con todas sus fuerzas, pero apenas y lo movió
unos cuantos centímetros. Mientras que el solo se rio.
-No te preocupes ya no me interesas, después de esto ya no volverás
a apretar de la misma manera, así que ya no me interesas.
*Se giró y cerró la puerta tras de sí, Melanie aun podía escuchar
la risas de ese hombre. No lo podía creer, su virginidad arrebatada por esa
escoria, en ese momento sintió muchas ganas de vomitar, y así lo hizo, vomito,
lloro, pete todo lo que tenía enfrente, sentía un gran coraje de pensar como su
tía le había dado las llaves a esa basura, de pensar como fue capaz de confiar
en el sabiendo que su sobrinas se encontraría sola en su casa. Tomo fuerzas se levantó
y tomo un baño. Se sentía sucia y todo por aquel hombre que le quito la
inocencia. Salió y se dispuso a limpiar todo su cuarto. Tomo sabanas, cobijas y
su ropa y la metió en bolsas de basura. No quería volver a ver nada de eso.
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