Estaba dejando las últimas cajas en el gran comedor que tenía ante mis ojos mi madre miraba todo a su alrededor con una gran sonrisa.
- Es todo tal cual como lo vi en Internet – mi madre había estado buscando una casa por Internet para estar más cerca de su nueva pareja, si así es mi madre por fin llevaba tiempo saliendo con alguien, después de la muerte de mi padre estuvo mucho tiempo en depresión.
- A si que por fin podré conocer a ese hombre – mi madre me mira con cara de pocas amigas.
- Tiene un nombre y ese es Mark – pongo mis manos en mi cintura riéndome.
- Esta bien mamá, si tu eres feliz yo lo seré – se acerca acariciando mi pelo.
- Podrás conocerle a el y a su hijo – me separó rápido de ella mirándola como si me estuviese tomando el pelo.
- ¿Hijo? ¿Desde cuando tiene un hijo? – mi madre al escucharme me mira ¿nerviosa?
- Mira no te lo quería decir hasta ahora porque sabía cómo ibas a reaccionar además de que hoy mismo sale de la cárcel
Espera un momento, ¡A dicho cárcel! ¿Dónde estaba las cámaras escondidas? Esto tenía que ser una broma sin duda.
- ¿Cárcel? – me sale más alto de lo normal.
- Si, pero tranquilízate se lo que se te puede estar pasando por la cabeza el es muy bueno solo esta por peleas y le acusaron de algo que no hizo – miro a mi queridísima madre como si estuviese loca.
- ¿Pero tu te estas escuchando? – me alzó las manos a mi pelo tirando un poco de el.
- Te caerá genial ya lo veras, además hay otra noticia más
- A ver impresióname – me cruzó de brazos mirándola cabreada.
- Eso tiene que esperar cuando todos estemos presente – suelto una risa que parecía que la loca fuera yo.
- Una familia feliz di que si – mi madre abre la boca asombrada por mi atrevimiento de contestarla así.
Decido dar una vuelta por la casa pero no paro de darle vueltas a lo del chico que hoy salía de la cárcel, ¿de verdad mi madre me iba a presentar a un delincuente que al saber lo que hizo?
Que además se iba a convertir en mi hermanastro, dios trágame tierra.
Tengo veintidós dos años, me e mudado con mi madre tres veces ya, así que estoy acostumbra a cambiarme de sitios rápido, me alegro que mi madre este siendo feliz pero odiaba que me ocultase datos como estos tan importantes, para nada estaba preparada de comenzar un nuevo comienzo.
- Selene ven a ayudarme con esto – me llama mi madre abriendo una caja enorme.
La estuve ayudando a colocar las cosas, eche un vistazo a las habitaciones y obviamente me elegí una grande coloque mis libros, ordene mi ropa en el armario, mis cosas de aseo las deje en el baño que lo mejor de todo que la ducha era genial.
- ¡Selene! – mi madre me grita desde abajo cosa que odió.
- Voyyy – la digo, cojo mi móvil y me miro por última vez en el espejo de cuerpo entero antes de salir y bajar las escaleras corriendo.
- ¿Qué pasa? – la digo terminando de bajar los últimos escalones de abajo despacio al verla coger las llaves del coche.
- Nos vamos, el hijo de Mark esta apuntó de salir de la cárcel – no puedo creerme esto sin duda.
- Mamá, ¿me lo estas diciendo enserio? ¿Qué tenemos que ver nosotras allí?
- Se lo prometí a Mark iremos a comer, vamos – dijo rodando los ojos.
¡Que alguien me explique como me metí yo en esta situación! Esto tiene que ser un sueño no me puede estar pasando.
Respira Selene seguro que no es para tanto, o eso espero…
Miro por la ventana apoyada mientras que por la radio suena Kygo; Firestone, el aire golpea en mi rostro causando que los pelos se pongan en mi cara, me lo pongo por detrás de la oreja salimos por una calle que se vuelve más fría hay edificios grandes.
- ¿Mama queda mucho? - la pregunto al ver que las calles son más solitarias.
- No cariño, ya estamos llegando – mi madre tenía razón un enorme sitio con muchísima seguridad y cámaras por todos lados queda delante de nosotras.
- Creo que voy a quedarme aquí - trago duro.
- De eso nada, vamos no pasara nada – mi madre abre mi puerta tirando de mi cuando desabrocha mi cinturón.
- ¿Y si nos matan? Yo no quiero morir tan joven – la suelto mirándola con cara de miedo.
- Vamos no seas exagerada, te caerá bien confía en mi – mi madre tira de mi hasta una puerta gigante de metal con muchos pinchos por encima, un coche aparca casi a nuestro lado y de el baja un hombre que para su edad se nota que se cuida.
- Mi amor - se acerca a mi madre dejándola un beso – pongo cara de asco al estar al lado.
- Hola estoy aquí cortaros un poquito por lo menos – sonrió o por lo menos es un intento de una sonrisa cuando el mira en mi dirección.
- Tú debes ser Selene – se acerca a mi dejándome dos besos en las mejillas.
- Selene se educada por favor – mi madre me replica.
- Tranquila, cariño es normal, encantado Selene me llamo... - no le dejo terminar.
- Mark, lo sé – por las apariencias no parece un mal tipo, pero si de verdad quiere a mi madre lo tendrá que demostrar.
- Lo siento por conocernos en esta situación, pero todo ha sido rápido y mi hijo va a salir antes de lo previsto – al saber lo que a echo tu querido hijo, pienso, pero no lo digo.
- Bueno pues vamos a entrar – mi madre me mira mi falda y frunce el ceño.
- Dios que cabeza se me olvido decirte que te pusieras algo mejor – ahora yo soy la que la mira rara.
- ¿Qué tiene de malo mama si casi siempre las uso? - mi madre niega.
- No cariño no es por eso, vamos a entrar donde hay muchos hombres y... - alzo mi mano en tono de que parase.
- Entiendo lo que quieres decir, tranquila
Decido dejar hay el tema es verdad seguro que alguno al verme así me dirá algo pero que se jodan como digo yo pueden mirar mucho pero no tocar.
Entramos por fin no sin antes de que unos guardias nos obligaran a dejar nuestras pertenencias y hacernos un escaneo con una máquina que pitaba si notaba algo de metal, el chico que me escanea de arriba abajo se le nota un poco nervioso y yo solo me limito a reírme de él.
Unas grandes puertas nos esperan que tuvimos que esperar unos minutos para que la abriesen, había mucha seguridad me atrevería a decir que aquí sería imposible de escapar.
Tres guardias con sus porras están a nuestros lados cada paso que daba se notaba un poco más de frio, pasemos por unas celdas y los gritos de ellos empezaron a hacerse presente.
- Este será mi regalo anticipado de Navidad porque madre mía lo acepto – le miro rodando los ojos hasta para decir “piropos” eran malísimos.
- Que buena que esta – comenta otro que le saco mi dedo del medio.
- Mira que piernas – al pasar por una celda escucho a otro noto como se sube un poco la falda y rápido me doy la vuelta no me da tiempo a recriminarle nada cuando un guardia le da con su porra.
- Por aquí - nos guía otro de los guardias al girar.
Otras celdas aparecen, pero estas tienen algo distinto a las otras como si estuviesen un poco más de seguridad, nos paramos y una de las celdas se abre escuchando una voz ronca.
- ¡Que te den por culo tío! - le dice a otro preso cuando le intenta darle un abrazo.
El chico sale de la celda y nuestras miradas se cruzan quedándonos fijamente mirándonos, sus brazos están llenos de tatuajes, lleva como un chaleco que le tapa el pecho, su pelo es corto y marrón me fijo en sus ojos, dios sus ojos son preciosos son azules el me da una rápida mirada como si me estuviera escaneando.
- Hijoo – su padre se tira dándole un gran abrazo.
- Acompañarme no podemos estar aquí - uno de los guardias nos señala con su porra para que salgamos, me pongo al lado de mi madre me doy cuenta que el chico se da media vuelta para mirarme de nuevo se asoma una medio sonrisa.
- Hijo te presento a Catalina y a su hija Selene – mi madre le saluda muy amable yo sin embargo me quedo en el sitio que estaba sin mover ni un solo musculo, mi madre me da con su codo suavemente al ver que no me muevo, pero ni eso me anima a hacer nada me quede petrificada mirándole.
- ¿A sí que tú serás mi hermanastra no? - se asoma por su comisura de sus labios una medio sonrisa mientras que se acerca a mí y me deja un pequeño beso en la mejilla.
- Hola hermanita – me susurra para que solo lo pudiéramos escuchar los dos un escalofrió por su aliento y su voz pasa por mi cuello haciendo que me aparatarse intentando disimular como si no hubiera pasado nada.
- Tenemos muchas cosas de las que hablar así que salgamos de aquí - habla Mark rompiendo el momento incomodo que yo por lo menos si sentía.
Salimos y volvemos a tener que ser escaneados, nos dejan unas bandejas con nuestras cosas cada uno coge lo suyo cuando estamos de nuevo en la calle puedo respirar mejor, observo a el chico que no me había percatado que llevaba como una bolsa y tenía la capucha puesta mira todo a su alrededor vuelve la mirada a mí y yo rápido la aparto tocándome el pelo.
Para que mentir estaba bastante bueno.
¡Basta Selene es tu hermanastro por dios, controla esas hormonas – me grita mi subconsciente!
Valla día me espera...
Estaba en el coche con mi madre gracias dios mío por escucharme y no tener que estar con el chico en el coche.
- Selene más te vale comportarte bien – mi madre me advierte mirándome por el retrovisor ya que estaba sentada atrás.
- Si mamá – la digo rodando los ojos sin que me vea.
- Más te vale jovencita en la otra ciudad na más que me dabas disgustos – me remuevo.
- Ay mamá eres muy dramática – en la otra ciudad me escapaba de casa para irme de fiesta por la noche, faltaba a veces a clases.
- Solo te advierto pequeña rebelde, hemos cambiado de ciudad para empezar de cero se que la muerte de papa te dolió – me pongo para adelante para que me mirase y no siguiera.
- Mamá no sigas – eso la es más que suficiente para que supiera que no me estaba gustando esta conversación.
- ¿Ahora donde vamos? – la digo para que no se pudiera triste por contestar así de seca.
- Ya te dije iremos a comer con ellos
- Mamá, ¿Por qué no me contaste que tenía un hijo? El cual acaba de salir de la cárcel – la última frase la digo agitando mis manos.
- Cuantas veces te he dicho que no puedes juzgar a una persona por su portada – la miro sin creerlo.
- Solo lo defiendes porque es el hijo de tu pareja – suelto más bajo pero me termina escuchando.
- ¡SELENE!
El pequeño trayecto no fue muy largo, al salir vi como el novio de mi madre aparcaba a nuestro lado, mi madre quiso esperar hasta que bajaran para entrar en el restaurante.
- Hola de nuevo hermanita – me dice cuando pasa por mi lado, le enseño mi dedo del medio aunque me este dando la espalda.
- Imbécil, es hermanastra – digo aunque no me escuchase y si lo escucha me da igual.
Al entrar había un chico con una carpeta en su mano y un boli, quien hizo la reserva Mark, nos dejan paso tenían una mesa grande preparados para nosotros.
Me quería sentar con mi madre, pero ella me obligó a sentarme al lado de mi “hermanastro” esa palabra era tan grande para mi, todavía estaba dándole vueltas en mi cabeza como mi madre me había ocultado que tenía un hijo no lo quería asimilar.
- ¿A que te dedicas Selene? – Mark es el que comienza la conversación después de hacer pedido todos, obvio yo le cogí arroz y ensalada, nada de carne no la como.
- Bueno estoy terminando de estudiar sicología – desde bien pequeña me a gustado poder saber lo que una persona piensa y dice a través de una mirada.
- Es una buena carrera y sin duda nada fácil – asiento cuando traen nuestra comida, me encojo en mi sitio noto la mirada de mi hermanastro y me incómoda.
- ¿Cómo te ha ido en la cárcel Jasón? – mi madre habla, ¿a sí que el imbécil se llama Jasón?
- Mamá – la digo cuando veo que Jasón cambia a un gesto serio.
- Lo bueno es que ya es libre – habla el padre para romper el hielo.
A veces mi madre podría ser muy bocazas, pero no lo hacía con mala intención.
- Entró a la cárcel siendo inocente – Mark vuelve a hablar para dejarme claro, pero la sonrisa como si hubiera contado un chiste su padre me hace dudar.
Noto como pega a mi pie por debajo de la mesa, le miro fruncido el ceño pegándole una patada aún más fuerte haciendo que su rodilla chocase contra la mesa haciendo un ruido fuerte.
- ¿Jasón están bien? – pregunta mi madre al escucharle soltar un quejido apretando su mandíbula.
- Si tranquila – me mira por un momento, si las miradas matasen yo ya lo estaría.
¿A que vino la patada?
Comimos mientras que Mark hablaba de su trabajo y cosas que le habían pasado a los dos cuando salían por hay, nada interesante la verdad estaba apoyada en la mesa con mi codo mirando mi móvil.
- Aburrida hermanita – un mensaje llega a mi móvil de una amiga mía que vive aquí también.
- ¿Estas hablando con tu novio? – le miro haciéndole una burla.
- A ti que te importa imbécil – vuelvo la vista a mi teléfono leyendo el mensaje.
Mensaje de Gordi 😘
Estoy tan contenta de que estés aquí , a ver si quedamos y salimos de fiesta como en el pasado
Mensaje de Selene
Te tengo que contar una cosa que te vas a quedar muerta, ¿quedamos esta tarde?
- ¿Puedes dejar de mirarme? – le digo bloqueando el móvil.
- Yo también estoy sorprendido de tener una hermanita – miro a otra dirección intentando calmarme.
- No soy tu hermana, somos hermanastros es diferente o que pasa se te quemaron las dos neuronas que te quedaban en la cárcel
- No hables de lo que no sabes – me mira serio.
- Entonces no te metas en mis asuntos
- ¿Siempre eres tan amargada? - ¡Me acaba de llamar amargada!
- ¿Y tu tan imbécil?
Estaba apuntó de contestarme cuando mi madre interrumpió.
- Bueno chicos os tenemos que decir una cosa muy importante para nosotros - ¿Qué será lo siguiente que esta embarazada?
- Selene ellos vivirán con nosotras – que alguien me pellizque y que me diga que escuche mal o estoy soñando.
- ¿Qué? Pero mamá…
- No Selene, esta decidido llevamos saliendo mucho tiempo y es una decisión que me costo tomar – me levanto de golpe cogiendo mi móvil saliendo del restaurante echando humos.
- ¡SELENE! – escucho a mi madre llamarme pero paso.
- Vuelve aquí ahora mismo – mi madre intenta pararme al salir a la calle, pero empiezo a correr alejándome más rápido de aquel sitio.
¿Por qué a mi?
No, yo no podría tener un hermanastro y menos vivir con el.
Download MangaToon APP on App Store and Google Play