Narra Fernando de Aragón
Mi plato favorito se encuentra listo, pero mi apetito acaba de ser arruinado.
Solo deseaba disfrutar de un almuerzo tranquilo y no se me ocurrió una mejor opción que mi restaurante favorito y una agradable compañía. Sin embargo, la belleza que se encuentra frente a mi, no deja de hablar y hablar sobre sus caprichosos deseos. Lo debo admitir, fue agradable disfrutar de sus encantos durante estás dos semanas, pero al igual que las muchas mujeres hermosas con las que he salido, sus deseos van más allá de mis intereses.
- Deberíamos hacer una fiesta e invitar a todos nuestros amigos y conocidos para informarles sobre nosotros, me muero por conocer a tu familia, no sé mucho de tí - Dice Tania, mientras saborea su filete.
Está mujer está yendo demasiado lejos, tengo que poner un alto.
- Disculpa pero no recuerdo haber estado de acuerdo en tener una relación contigo ni con nadie. Seamos francos, ambos disfrutamos el uno del otro, pero solo salimos un par de semanas, eso no significa que nos debamos algo. Lo siento si te hice perder el tiempo, pero no estoy interesado en nada de lo que estás hablando, así que está será la última vez que hablemos. Fue un placer conocerte.
Me levanto y dejo dinero en efectivo en la mesa, suficiente para pagar el almuerzo que no pude disfrutar, lo que ella ordenó y una buena propina.
- Quién te crees que eres para tratarme de esta manera!! Crees que soy un juguete al que puedes usar y luego tirar cuando ya no lo necesites? - grita furiosa mientras me alejo - Nunca podrás librarte de mí me escuchaste?!.
- No tengo tiempo para tus niñerías, no agotes mi paciencia, no te conviene - le digo mostrando aquella expresión que naturalmente muestro a quienes son de mi desagrado.
Ella se queda petrificada en su sitio, no se atreve a decir una sola palabra más, es alguien inteligente después de todo. Salgo de ese lugar sin mirar atrás, mi chófer se encuentra esperando en mi Lamborghini.
- Sr. De Aragón, a dónde se dirige - pregunta mientras abre la puerta del pasajero para mí.
- Al Club Stellar, debo consultar algunos asuntos.
- Enseguida Señor - Responde Taylor.
Es un buen empleado. Inteligente, servicial y bastante discreto, sin contar con sus excelentes habilidades de conducción.
Llegó al Club Stellar y me recibe el manager del lugar - Le puedo ayudar en el algo Señor? - pregunta de manera muy servicial.
- Dígale al Señor Prince que el Señor de Aragón se encuentra aquí - le respondo un tanto molesto, el tipo es nuevo y no me conoce, y al parecer no se tomó el tiempo para informarse sobre las personas cercanas a su jefe. Mi humor va de mal en peor.
- Fernando de Aragón!!! - Prince aparece detrás de su empleado exclamando mi nombre - Vaya milagro tenerte tan temprano por mi humilde lugar!! O es que tú GPS te ha jugado una mala pasada? - Pregunta de manera sarcástica.
- Siempre hay un momento para los amigos, aunque a veces es bueno hacerse extrañar - le digo mientras nos damos un abrazo fraternal.
- Ven, vamos a mi salón privado para conversar - me dice un tanto cauteloso - Aunque me alegra tu visita, algo me dice que no es para beber y recordar viejos tiempos - reclama mientras sirve whisky para dos.
- Me parece que estás al tanto de que estoy teniendo ciertos inconvenientes con la gente del Sr. Charles. No es mi estilo involucrarme con la mafia a menos que sea extremadamente necesario, pero sus actividades están dando problemas a mis empresas. Soy un hombre de negocios Prince, y no estoy dispuesto a tolerar perdidas por negligencia. Así que vine a pedir tu consejo, ya que eres quien más influencia tiene en ese medio.
- Si te conozco lo suficiente, daría por hecho que ya hiciste tú primer movimiento o me equivoco?
- Tengo en mi poder a un infiltrado del Sr. Charles. Mis hombres lo sorprendieron tratando de robar información sobre mis negocios y clientes. No encuentro aún la manera de hacer hablar a ese parásito y saber que trama en mi contra, y lo más importante, por qué me eligió a mi como blanco.
- El dinero atrae a las ratas, y tú eres el empresario más adinerado hasta el momento. El dinero trae consigo el poder y el poder, mi querido amigo, es el premio que el Dr. Charles busca a como de lugar. Al crecer tanto en el área financiera, tu te llegaste a convertir en su principal obstáculo, por no decir, su mayor rival.
- Nuestras fuentes de ingreso son muy distintas, sin embargo, aparentemente mi presencia en el medio financiero promete dificultades a sus actividades ilegales, y esa es la razón por la que me quiere fuera del juego. De todos modos, le envié un mensaje al Sr. Charles y parece que desea hablar de negocios a cambio de la libertad de su infiltrado. Crees que su interés por negociar es genuino?.
- Te volviste demente?, La única razón por la que ese hombre accedería a reunirse con su rival, es porque te tiene preparada una emboscada!! ¿Acaso crees que se va a arriesgar a presentarse en persona y negociar solo por la vida de uno de sus tantos peones?.
- Ya me lo esperaba, por esa razón, vengo a proponerte mi plan. Sin el Sr. Charles en el camino, tú serías el jefe de la mafia más influyente del lugar, y al ser mi buen amigo, si bien no trabajaría en tu área, estaría dispuesto a mantener mis intereses sin que estos afecten a tu negocio. Te interesa?
- Cuenta con eso. Cuál es tu plan?.
- La verdad es sencillo aunque arriesgado. Me reuniré esta noche con el Sr. Charles. Debido a mi imagen de empresario el ha bajado su guardia al punto de creer que realmente acudiré con unos cuantos hombres, sin un plan B. Pero la verdad es que tú y tu gente se encontrarán rodeando el área mientras se lleva a cabo la reunión en la vieja fábrica de colchones. Ustedes estarán bien armados, es posible que su gente también haga lo mismo. Y cuando yo de la señal, ustedes atacarán con todo, pero tu principal objetivo será el Sr. Charles, en otras palabras, te lo entregaré en bandeja de plata. Solo depende de tí.
- Es una oferta tentadora amigo, solo que estás pasando por alto algo importante. Es muy posible que el mismo Sr. Charles no acuda a dicha reunión, si no que envíe a alguien más en su lugar, estás tratando con gente peligrosa y tramposa amigo.
- Eso es cierto, pero se que aunque envíe a alguien en su lugar, se encontrará cerca para asegurarse que todo resulte a su favor por el medio que sea. Por eso te necesito a tí en el lugar, conoces su rostro y sus tácticas, será fácil para ti identificar dónde se encuentra camuflado y entonces, atacarán. El verdadero desafío será encontrarlo, antes que descubran nuestro plan.
- Tienes razón, es arriesgado. De verdad estás dispuesto a exponerte de esa manera?.
- Lo estoy, porque confío en ti.
- Entonces empezaré los preparativos.
Llega la noche y me pongo en marcha, mis hombres me siguen en el auto de atrás. La gente me ha conocido por tomar decisiones arriesgadas todo el tiempo, quizás esa es la razón de mi triunfo en los negocios. No fué mi decisión venir a este mundo, pero fué mi decisión en quien me convertiría. Sin embargo, mi más grande ventaja para permanecer en la cima, es el hecho de que no tengo nada que perder. Mi vida? No me interesa, hace mucho tiempo que me prometí a mi mismo que si tengo que vivir, lo haré a mi manera, y si tengo que morir, lo haré peleando por lo que quiero. No, mi vida no es valiosa para mí, nunca lo fué para nadie, y nadie creyó jamás en que yo pueda llegar a convertirme en uno de los hombres más adinerados. No tengo una razón especial para vivir. Todo lo que tengo, todo lo que he logrado, es para demostrarme a mi mismo que puedo, lo demás, no tiene sentido. Soy consciente de que el día que parta de este mundo, lo haré de la misma forma en la que vine.
Llegamos al lugar indicado, observo muchos hombres, se encuentran armados. Salgo del auto y me dirijo hacia uno de los hombres del Sr. Charles que se acerca a recibirme. Aunque él se encuentra armado, se acerca para revisarme, por si llevo algún arma conmigo. Al no encontrar nada, me indica el camino donde me encontraré con mi enemigo. Taylor trae al espía, manteniendo una capucha en su cabeza.
- Señor de Aragón, no sabía que su fama de puntual fuese verdadera - me dice un hombre con sombrero, mientras prende un puro.
- También tengo fama de tener buena memoria y recuerdo muy bien que acordamos que está reunión sería amistosa, para negociar nuestros términos Sr. Charles - le digo mientras observo a los hombres armados.
- Oh! Se refiere a las armas!! Meras formalidades mi estimado, nada de lo que tenga que preocuparse - dice sonriendo descaradamente.
Nunca he visto cara a cara al Sr. Charles, se supone que está es la primera vez que lo vería. Sin embargo, mi instinto me dice que éste no es quién dice ser. De todos modos, debo aparentar ingenuidad ante mi adversario y darle tiempo a Prince, para encontrar al verdadero Sr. Charles.
- Ya que las cosas son así, espero que podamos llegar a un acuerdo que beneficie a las dos partes - le digo intentando manejar la situación - Aunque nuestros negocios son muy distintos, los dos somos empresarios después de todo - le digo sonriendo.
- Me temo, mi estimado amigo, que sus negocios están afectando a los míos. Usted ha comprado muchas de las propiedades, que son clave para mí negocio. Sin contar, con su colaboración con la policía y sus influencias dentro de sus departamentos. Me enteré de que tiene muchos contactos anónimos dentro del departamento policial y que además, cuenta con el apoyo de varios abogados de renombre y algunos jueces. Me equivoco señor de Aragón?.
- Parece que ha hecho su tarea. Sin embargo, esas son meras formalidades, nada de que preocuparse - respondo sonriendo descaradamente.
Veo una luz azul sobre el sombrero de mi interlocutor que palpita tres veces. Esa es la señal. Prince encontró el objetivo. Sin perder el tiempo, con un movimiento veloz desarmo a su cómplice que se encuentra detrás de mi y me coloco detrás de él, apuntando con el arma a su cabeza, se escucha un grito - Es una trampa!!! - y empieza la fiesta, envío un disparo certero en la frente del falso Charles, uso como escudo al infeliz al que le quité el arma y voy retrocediendo mientras propino disparos a mis oponentes.
Mientras me alejo del lugar en dirección a mi auto que se encuentra con mi escolta quien cubre mis espaldas, pienso que todo está a punto de terminar. De pronto entre el ruido de tantos disparos, siento un impacto en mi espalda, cerca de mi costado derecho el cual provoca que pierda el equilibrio, de repente se vuelve difícil respirar. Mi gente se apresura a sostenerme y meterme en el auto - está perdiendo mucha sangre!- dice uno de mis hombres, cada vez aumenta la dificultad para inspirar - hay un hospital cerca! Rápido dobla a la derecha! . Taylor se apresura conduciendo lo más rápido, el dolor se vuelve insoportable.
Siento que Taylor y su compañero me levantan y colocan en lo que parece una camilla de hospital, hay mucha conmoción alrededor, estoy sintiendo frío. Una voz femenina sobresale con un tono autoritario preguntando:Qué le pasó al paciente? - recibió un disparo en la espalda - dice Taylor
- Rápido, canalizaremos una vía venosa periférica, enfermera consiga 3 paquetes globulares tipo ORh -, interno, prepare la sala de quirófano de inmediato, que el practicante contacte con el cirujano cardio - torácico, realizaremos una tomografía antes de pasar al quirófano y preparar al paciente, usted que es el acompañante, firme los formularios requeridos y contacte a los familiares. Conoce si el paciente es alérgico a algún medicamento?
- No que se conozca - dice Taylor.
Me siento mareado a estas alturas, y un frío estremece todo mi cuerpo - Tranquilo, estás en buenas manos, tú puedes salir de esto, sólo tienes que ser fuerte - Mis ojos se abrieron como platos buscando a la dueña de esa voz, aquellas palabras que se habían quedado en mi memoria y me sacaba de mis más oscuras pesadillas "tú puedes salir de esto, sólo tienes que ser fuerte". Miro a la mujer que me llevaba en la camilla por el pasillo, su rostro, ese era su rostro! había cambiado, se ve madura y concentrada, pero esos ojos café oscuro, esa mirada amable y al mismo tiempo demandante, esas líneas que perfilan su cara, el color de su piel, no cabe duda, es ella!. Siento que la cabeza me va a explotar y el corazón está agitado dentro de mi pecho, aún no sé si es por la emoción de verla después de tanto tiempo o por la cantidad de sangre que he perdido, pero me quedo mirando su rostro, mientras ella sostiene mi mano - Quédate conmigo, no te des por vencido - me dice nuevamente. Hago mi mejor esfuerzo hasta que me llevan a una habitación bastante iluminada, un hombre vestido de verde me examina, me conecta a un montón de aparatos, yo sólo quería verla a ella, que en un lado de la sala se colocaba unas batas con ayuda de un asistente - Quédese quieto señor, en poco tiempo va a pasar todo - me dice el hombre que parece ser un anestesiólogo. Ella se acerca con las manos levantadas cubiertas con guantes - el cirujano está llegando, falta poco me dice - Tenía tantas cosas que decirle, no podía articular las palabras, quería decirle que la había extrañado, que la había buscado por tanto tiempo, que en toda mi vida, ella fué mi ángel, aquel ángel que me sacaba de la oscuridad en mis peores momentos, que aún solo con su recuerdo me bastaba, para vencer los obstáculos y obligarme a vivir. Si, quería decirle que si tenía alguna razón para vivir esta vida, esa era ella. De pronto, empecé a sentir una tranquilidad extraña - Zuly!! - dije agotando el poco aire que me quedaba. Su rostro mostró una mezcla de asombro con confusión. Colocaron una mascarilla sobre mi rostro que hizo que todo se volviera borroso hasta que me quedé en tinieblas....
Narra Fernando...
Dicen que cuando alguien va a morir, toda su vida pasa frente a sus ojos. Tal vez esa es la razón por la que me encuentro recordando estos momentos. No, no quiero mirar. Supongo que esto es a lo que la gente llama "recoger los pasos". Aunque nunca me importó morir, jamás me imaginé que sería tan pronto, a mis 33 años, en la cima de mi éxito, y sobre todo, cuando por fin la encontré. De pronto siento pesar, todo lo que hice, todo lo que logré, alguna vez soñé poder disfrutarlo con ella, soñé convertirme en su salvador, así como ella lo fué para mí.
Yo había nacido en una familia disfuncional, en un pueblo de la zona rural llamado ciudad Y. Mi padre fué un hombre de vicios, violento, jamás sentí el deseo de llamarlo padre. Mi madre, una mujer de poco carácter, vivía atemorizada y lavando ropa ajena para poder alimentarnos, ya que mi padre debido a sus vicios con el alcohol y las apuestas, nunca llevaba dinero al hogar y tenía muchas deudas. No importaba cuántas veces le rogaba llorando a mi madre que nos fuéramos de ese lugar, que escapemos, luego de que mi padre la moliera a golpes hasta dejarla tirada en el piso vomitando sangre, mi madre siempre decía " no tenemos a dónde ir", "tu padre es buen hombre, yo tuve la culpa", "nunca pienses en darle la espalda a tu familia". Familia!! Ja!... Yo no conocía el significado de esa palabra, no sólo por todo lo que mis padres me ofrecían con su pésimo ejemplo, si no también por el demonio de hermano mayor que me tocó. Cada vez que mi padre lo golpeaba por cualquier estupidez que hacía, venia hacia mí y me daba una paliza gratis, no necesitaba razones, simplemente por quitarse la rabia que traía. No contento con sus golpes, los insultos y sobrenombres eran un constante fastidio "idiota", "basura", "bueno para nada", "desecho", son sólo unos cuantos de sus sobrenombres favoritos.
Yo tenía diez años cuando mi padre que estaba borracho en la casa, recibió la visita inesperada de un vecino que le dijo que su hijo mayor había robado unas botellas de licor de su bodega y que si no se las devuelve llamaría a la policía. Yo salí de la casa para no presenciar lo que se venía después cuando mi hermano llegue. Me quedé en la orilla de la quebrada que pasaba cerca de la escuela de varones jugando a hacer huecos en la tierra, había otros niños más allá, pero no me apetecía acercarme. No me había dado cuenta que mi hermano pasaba cerca y ya le habían contado lo que le esperaba en el infierno que llamábamos casa. Una patada en el trasero hizo que me eleve y caiga al piso mientras con los ojos llenos de lágrimas busqué mirar a mi agresor - Que haces aquí renacuajo. Crees que porqué no estás en la casa te librarás de la paliza que te espera?. Por si no me levanto con lo que el viejo me haga, te adelantaré tu parte!- me dijo mostrando una sonrisa retorcida mientras me elevaba agarrándome de la camiseta que traía puesta, yo por mi parte, ya no puse resistencia, de nada servía forcejear, mi cuerpo de niño jamás podría vencer al adolescente cuyos puños impactaron mi cara y abdomen, lo había intentado antes, no funcionó y no lo haría ahora. Me preparé para recibir otro golpe en la barriga cuando lo oí gritar - Ahhhh!!- Gritó llevándose la mano sobre el ojo izquierdo - maldita perra! Que te crees!! - gritó otra vez mirando hacia el lugar de donde había venido la piedra que lo golpeó.
- Tú grandísimo baboso!! Gritó una niña pequeña que traía varias piedras recogiéndolas en su falda mientras sostenía otra en su mano derecha. - Matón! Eres un matón que lastima a los niños pequeños! Auxilio!! Ayúdenos señor! Ese muchacho está golpeando a mi hermano y a mí! Ayúdenos por favor!! Gritaba la niña mientras se acercaba un hombre mayor vestido con uniforme de militar. - Tío! Tío! Defiéndenos por favor! Le dijo mientras aquel hombre venía a paso ligero en nuestra dirección y empujó con fuerza a mi hermano que cayó sobre su trasero por el impacto.
-Qué crees que haces mocoso! - le dijo el militar- te crees muy hombrecito porque golpeas a unos niños indefensos? A ver si eres muy valiente enfrentándote a un hombre de verdad!. Ya veo que te empieza a salir el bigote, ya pareces de edad suficiente para que inicies tu servicio militar! que te parece si te llevo conmigo al cuartel y te enseño a ser un verdadero hombre!.
Ves a esa niña? Es mi sobrina infeliz! Dónde te atrevas a molestarla o simplemente a asustarla con tu presencia, te llevaré al cuartel de dónde nunca más podrás salir sobre tus dos piernas!.
La cara de mi hermano estaba horrorizada, solo pudo levantarse a tropezones limpiándose la sangre de la cara que salía por la herida en la ceja causada por la pedrada que le dió aquella niña, para luego correr como alma que había visto al mismo diablo. Yo no sabía que a mi hermano le aterraba tanto la idea del servicio militar.
Intenté levantarme pero aún me dolía el estómago por los golpes que recibí.
Fué entonces cuando aquella niña corrió hacia mí para ayudarme mientras me ponía en pie. - Muchas gracias señor militar - le dijo sonriendo - yo sabía que usted es un héroe! - halagó al uniformado.
Un momento! No dijo que era su tío? Y aquel hombre había dicho que ella es su sobrina!
El militar se acercó a nosotros y le acarició la cabeza - De nada pequeña, tienes buena puntería, la verdad es que no sé lo que le hubiera pasado a tu amigo si no hubieses lanzado esa piedra para detener a ese holgazán, yo no hubiera llegado a tiempo desde el otro lado de la calle. Eres muy valiente - le dijo amablemente el militar - Vayan a su casa y no se metan en problemas - dijo mientras se alejaba.
- Ven! Vamos a lavarte la cara - dijo la niña mientras me llevaba hacia la quebrada, me senté en la orilla lavando mis piernas empolvadas, ella cogió agua con sus pequeñas manos y las acercó a mi rostro acariciando suavemente los sitios donde estaba lastimado, no me había dado cuenta que mi nariz estaba sangrando hasta que ví sus manitos manchadas. Nunca nadie había hecho nada parecido por mi, ni siquiera mi madre que veía cada vez las marcas de los golpes que me daba su esposo o su hijo mayor, siempre decía que "un varón aprende desde pequeño a limpiarse las heridas".
Ella se lavaba las manos para luego coger más agua y seguir lavando mi rostro, no le asustaba la sangre, tampoco le daba asco, su rostro era sereno, casi tranquilo, sus ojos color café oscuro resaltaban con cierto brillo, y su cabello ondulado movido por el viento le daban una imagen de pureza que nunca antes había conocido. Mis ojos habían visto un ángel y se llenaron de lágrimas con la idea - "Tú puedes salir de esto, sólo tienes que ser fuerte" - me dijo ofreciéndome una bella sonrisa mientras limpiaba mis lágrimas. Que significaban esas palabras? Acaso ella podía ver a través de mis lágrimas? Acaso podía adivinar que estaba atrapado en un infierno sin salida?.
- Me llamo Zulay, pero me gusta que me digan Zuly, y tú cómo te llamas? - me preguntó - Fernando Salas, pero me dicen Nacho - le contesté un poco avergonzado.
- Fernando es un lindo nombre, no me gustaría cambiarlo - me dijo un poco seria. - Cuántos años tienes? - Volvió a preguntar - tengo 10 - le dije bajando la mirada.
- Vaya, eres un chico grande! Yo todavía tengo 7 años - dijo mostrando una emoción algo inusual - Cuando mis compañeras de salón sepan que tengo un amigo de 10 años, no me lo van a creer! - dijo sonriendo - capaz si les hablo de tí se burlan de mí diciendo que soy una mentirosa.
-Qué les vas a decir de mi? - pregunté algo confundido y avergonzado.
- Que tengo un amigo más grande que yo y que además es muy guapo y tiene unos lindos ojos verdes! - dijo sin una pizca de vergüenza.
Fué la primera vez que sentía mi rostro en llamas sin que la ira sea su causante. De dónde había salido está niña? por qué habla de esa manera siendo tan pequeña? Y por qué me siento tan feliz de haberla conocido?. En mi estómago había una revolución entre frío y calor que parecía que algo iba a abrir mi panza y salir volando! El dolor de los golpes se me había olvidado por completo.
- Si quieres, puedo ir a verte a la salida de tu escuela para acompañarte a tu casa - le dije con mucha vergüenza - así tus amigas no creen que eres una mentirosa - le dije mirando hacia otro lado.
-En serio puedes ir? - Me dijo poniendo una amplia sonrisa.
- Si tú quieres - le dije agachando la cabeza.
- Claro que sí! - exclamó - mi escuela es la de las hermanas del sagrado corazón de Jesús, salgo a las 2 de la tarde. Siempre salgo con mi hermanita menor que está en el kinder, es muy linda y juguetona - me dice emocionada.
- Está bien para mí, yo salgo de la escuela un poco antes que tú, así que te puedo ir a ver a la salida - le digo más confiado.
- Buenísimo, entonces te veo mañana a la salida, ahora debo irme, mi mamá está a punto de llegar a la casa y no le gusta que este afuera. Mi hermanita está con mi tía y ya mismo deben volver. Chao amigo! - dijo moviendo su manito mientras corría hacia un camino angosto que subía una colina.
- Chao amiga! - le digo mientras su imagen se aleja, dejándome la sensación de haber estado en un sueño.
Aquel día, fue el primero de tantos en los que no me sentí triste por existir. Ese día fue cuando empecé a sentir ganas de vivir.
Recuerdos de Fernando...
El día siguiente llegó y yo tenía la sensación de haberlo soñado todo. Me levanté de mi cama temprano y me puse el uniforme que había preparado la noche anterior. Me miré al espejo un poco incrédulo de todo lo que había vivido hace un día, de verdad iba a verla hoy de nuevo!!. Cada vez que pensaba en ella, sentía una revolución en la panza, estaba bien que un niño de mi edad tenga estos sentimientos por haber conocido a una niña pequeña?. Al ver mi rostro en el espejo, sentí vergüenza. Tenía moretones por los golpes que mi hermano mayor me dió, pero por primera vez no estaba enojado. De alguna manera, se me cruzó por la cabeza que de no haber sido por esos golpes, no la hubiera conocido. Mi madre ya estaba de pie cocinando mientras intentaba hacer el menor ruido posible para evitar que el viejo se despertara. Me acerqué a la cocina dando los buenos días, mi madre no respondió. - Ahí está tu pan con café, come rápido y vete a la escuela, no quiero más molestias - me dijo intentando ocultar su rostro. Sabía por qué lo ocultaba, el viejo la golpeó por intentar defender a mi hermano mayor mientras le daba su esperada paliza por haber robado el licor del vecino. Comí lo más rápido que pude sin hacer comentarios. Recogí mi mochila y me despedí de mi madre mientras me dirigía a la escuela.
La mañana pasó bastante lenta, estuve distraído la mayor parte del tiempo, me preocupaba que mi rostro se vea lo suficientemente feo como para asustarla cuando me vea fuera de su escuela. Sentí vergüenza de nuevo. Sonó el timbre y recogí todo con la mayor velocidad que pude y fui corriendo en dirección a la escuela de las hermanas del sagrado corazón de Jesús. Estuve esperando mientras algunos miedos asaltaban mi cabeza. Y si ella no vino hoy?, Bueno, supongo que lo sabré al final de la jornada. Y si ella no existe y solo la imaginé? No, ella fué tan real como la herida en la ceja de mi hermano. Y si al verme le da vergüenza y me ignora? Bueno, no sería tan extraño, después de todo, yo no le agradaba a nadie y eso por lo general no me molestaba, pero por alguna razón, pensar que yo no le agrado a ella, era inusualmente doloroso.
El timbre de su escuela sonó y las niñas empezaron a salir, algunas se encontraban con sus padres, otras iban en grupos caminando mientras reían y contaban lo que había pasado en el recreo, mis ojos la buscaban y ella aún no aparecía, no se porque razón empecé a angustiarme, cómo cuando esperaba con ansias el regalo de navidad que Santa Claus traía a los niños, pero yo fuí el único que no recibió ninguno, mis ojos se humedecieron como aquel día.
De pronto la ví, la reconocí por su cabello. Tenía el mismo peinado de ayer, traía una mochila un poco grande para su estatura y de su mano llevaba a una niña más pequeña cuyas mejillas estaban rojas, posiblemente por haber jugado en el sol por mucho tiempo. Ahora que lo noto, mi pequeña amiga se ve más bien pálida, cómo si no se expusiera mucho a la luz del sol. Quise ir corriendo a su lado, pero un sentimiento de cobardía me invadió, me quedé observándola desde lejos. Se quedó en la entrada y sus ojos buscaban en la multitud. Me está buscando?, Está esperando por mi? De pronto un grupo de niñas que parecen ser de su edad se quedan en la entrada cerca de ella y empiezan a burlarse - Miren es la niña llorona!!, Si, nadie la quiere ni siquiera sus papis na na na na - y reían con sus comentarios malvados. Me llené de ira con tanta facilidad que no me di cuenta en qué comento empecé a caminar en su dirección. Una vez llegué cerca de ella, sus ojos se iluminaron como si estuviera viendo a su persona favorita. Me sonrió y saludó moviendo su mano. - Ven hermanita, vas a conocer a mi amigo - le dice a la pequeña a su lado mientras seguía su camino ignorando a las pequeñas burlonas con cara de demonios.
- El es mi amigo Fernando - dijo mirándome con esos ojos tiernos.
- Hola amigo - dijo la pequeña un poco avergonzada.
- Hola! - Les dije sonriendo, para no parecer alguien malo - Dame tu mochila, te ayudaré - le dije mientras quitaba de su espalda ese peso.
- Gracias! Me dijo mirándome fijamente y haciendo que mi cara se ponga roja como un tomate.
Mientras caminamos en dirección a su casa, no sabía que decir para romper el silencio. Hasta que de la nada, Zuly empezó a hacerme preguntas. Y en qué grado escolar estás? Y Cuál es tu comida favorita? Cuál es tu color favorito? A qué te gusta jugar?. Puedes enseñarme a jugar con las canicas?. Cuántos amigos tienes?.
Hablar con ella era tan fácil, las preguntas que me hacía eran fáciles de responder, pero lo mejor de todo, era que no me preguntaba nada acerca de aquel muchacho que me golpeó, ni siquiera para enterarse de que se trataba de mi hermano. Seguimos nuestro camino conversando sobre las cosas que nos gustaban y que nos hacían felices. Si, por un momento me detuve en seco al darme cuenta de lo que salió de mi boca - Me hace feliz que seas mi amiga - le dije sin pensar y al darme cuenta mi cara ardió como que estuviera en llamas.
- Ella me miró con una sonrisa juguetona - Yo también soy feliz de que seas mi primer y único amigo - Me dijo mientras en sus mejillas se dibujaban unos lindos hoyuelos al sonreír ampliamente.
Esa sensación en mi pecho, no la he vuelto a vivir. Sentir que algo dentro crece tanto que no te deja respirar bien y te sientes mareado por la emoción mientras peleas con esa cosa que revolotea en la panza. Definitivamente, ese es el recuerdo que más atesoro. Aquel día en el que pensé que estaba dentro de algún bello sueño.
Los siguientes 10 meses luego de conocer a Zuly, viví los días más felices de mi existencia. De pronto las peleas en mi casa eran ajenas a mi, mi hermano pasaba poco tiempo en la casa porque salía todos los días con sus amigos y cuando me encontraba en la calle a veces me molestaba con los sobrenombres pero desde que le dije que el "tío" de mi amiga siempre me pregunta por él, no se atreve a golpearme en la calle. La escuela se ha vuelto agradable para mí, no me es difícil entender lo que enseñan los profesores y los compañeros de clase de repente empezaron a hablar conmigo como si fuera alguien más de su grupo, de repente no me siento ignorado o talvez mi rostro se ve más alegre y ya no les asusta mi cara lo cuál les permite acercarse con confianza.
Todas las tardes iba a ver a Zuly y a su hermanita después de clases y las acompaño a su casa, cada día es más especial y siempre aprovechamos para jugar y hacer carreras donde siempre le gano a pesar de cargar en la espalda a la pequeña Paty. Zuly no tiene mucha resistencia física después de todo, con el esfuerzo se vuelve algo débil, así que algunas veces, dejaba que ella me gane a propósito para poder ver su sonrisa más seguido.
Durante ese tiempo, conocí algo de mi amiga. Era la primera hija, su familia no es adinerada, vive en una casita pequeña de paredes de madera y techo te teja, que se encuentra alejada del pueblo, justo subiendo una colina. Su padre pasa ausente trabajando en otra ciudad y regresa un fin de semana cada 15 días, su madre trabaja haciendo ventas todos los días hasta las 6 pm. Por esa razón, Zuly cuida de su pequeña hermana Paty, a tan corta edad, conoce los quehaceres domésticos, e incluso sabe cocinar!. Luego de llegar de la escuela, se cambia de ropa, almuerza, lava los platos, arregla la casa, hace sus tareas y le ayuda a su hermana. Sale a jugar conmigo en la cancha de tierra donde nos conocimos cerca de la quebrada, siempre lleva a su hermana con ella. Cuando son las 5 pm se despide para ir a hacer la merienda. Para ser sincero, se me hacía increíble que ella cocinara, pero un día, jugamos un poco más de la cuenta así que ella se fue a su casa un poco nerviosa y yo me ofrecí a ayudarla en lo que pueda. Así que me dejó ayudar a cocinar arroz, freír plátanos y cocinar el pollo en una salsa que no sabía cómo se llamaba. Verla sostener el cuchillo de cocina siendo tan pequeña me ponía nervioso y fue cuando me di cuenta de la cicatriz que tenía en el dedo índice de su mano izquierda.
Ella ya se había lastimado mientras aprendía a manejar el cuchillo de cocina. Me sentí triste de pensar en ella sangrando, llorando y sóla hasta que llegue su mamá. Cuando lo pensé, entendí porque mi amiga generalmente tenía la mirada triste cuando no estaba sonriendo.
Su mamá por otro lado, era una mujer de muy mal carácter. Varias veces que me encontraba cerca de su casa ya sea para llamarla a jugar o para irme antes de que su mamá me vea (porque a Zuly le aterraba la idea de que su mamá se entere que alguien "ajeno" esté en su casa mientras ella no está), siempre que su madre se encontraba en casa, estaba gritándole y también la pegaba, por eso la escuchaba llorar siempre. Alguna vez tuve tanta rabia de que sea tan mala con su hija que quise intervenir, pero Zuly me rogó llorando que no lo haga, por qué si lo hago ya no podríamos ser más amigos. Otra vez me sentí impotente y lleno de ira por no poder protegerla. Se supone que los padres deben proteger a sus hijos, por qué ella y yo habíamos tenido que nacer con esa suerte?.
A pesar de todo aquello, mi querida amiga siempre tenía una sonrisa dulce cuando me veía. Podía tener su cara y ojos hinchados de tanto haber llorado, pero cuando me veía, sus ojos se iluminaban y esos lindos hoyuelos aparecían en sus mejillas, provocando un calor agradable en mi pecho, no importaba lo que su madre le hubiera dicho o hecho, no importaba cuánto dolor sentía a su corta edad, ella siempre me mostraba su sonrisa, haciéndome olvidar que el mundo era una mierda.
Si, eso es lo que significaba para mí la vida en este mundo y la única razón por la que valía la pena vivir, era su sonrisa y su alegría. Talvez a pesar de ser una niña tan pequeña, ella lo sabía, sabía que la única felicidad de su amigo era verla sonreír y por eso sin importar su dolor, sonreía para mí.
Yo quería hacer todo lo posible por mantener esa sonrisa. No importaba lo que tenía que hacer, los juegos que debía inventar, los cuentos y chistes que le tenía que contar, con verla feliz me bastaba y el saber que yo provocaba esa felicidad me llenaba de satisfacción. Incluso llegué a soñar con crecer rápido, para casarme con ella y llevarla lejos de todas las personas que le hacían daño y dedicar el resto de mi vida para hacerla sonreír. Acaso un niño puede pensar en casarse con una niña?. La respuesta no me importaba mucho, sabía lo que quería y eso era que Zuly y yo podamos crecer rápido para casarme con ella. Yo no sería como mi padre, sería todo lo contrario, trabajaría mucho para verla feliz.
Quién diría que perdería esa felicidad tan pronto, que su sonrisa se apagaría convirtiéndose en una mirada vacía a tan corta edad?. Cómo me iba a imaginar que pronto el destino nos arrebataría la poca suerte de hacernos felices sólo con vernos. No me lo esperaba, no lo ví venir.... Cómo era posible tanta maldad!!
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