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Una Esposa Para El Príncipe Maldito

Renacer

Ella se llamaba Lucia tenia 27 años y vivia sola en un departamento pequeño lleno de libros y gatos, le gustaba leer novelas en una aplicacion del celular porque decia que asi podia olvidarse del mundo por un rato, a veces pasaban dias sin que saliera de casa, solo se escuchaba el ruido de las paginas digitales pasando y el ronroneo de sus gatos que eran su unica compañía..

esa noche habia pedido comida otra vez, una pasta con pollo que tenia un olor raro pero el hambre le gano, cuando la probo noto un sabor diferente, dulce y amargo a la vez, penso que quizas era alguna salsa nueva o algo asi, siguio comiendo distraida mientras leia una historia romantica, pero a los pocos minutos sintio un picor leve en la garganta, algo que le parecio una molestia comun, se levanto a buscar agua..

el picor se volvio ardor, y el ardor paso a una sensacion de ahogo, Lucia se miro al espejo del baño y vio su rostro enrojecido, los labios empezaban a hincharse, la respiracion se hacia dificil, el pecho se apretaba como si algo invisible lo aplastara, trato de hablar pero la voz no salia, recordo de pronto que tenia alergia a la nuez y que ese sabor extraño probablemente era eso, nuez molida en la salsa.. el miedo la congelo, intento buscar el telefono pero las manos le temblaban, el celular cayo al suelo, uno de los gatos se acerco y maullo nervioso, ella trataba de arrastrarse para alcanzarlo pero el aire no entraba, los ojos le lagrimeaban, sentia que el cuerpo entero ardia por dentro, las manos se le entumecian y una desesperacion inmensa la envolvió.. recordó que tenia un antialérgico pero era tarde..

quiso gritar pero solo salio un gemido ahogado, se aferro al marco de la puerta mientras el mundo giraba, penso en su madre, en los libros que no terminaria, en la historia que estaba leyendo, en los finales felices que nunca tuvo, los gatos la rodeaban confundidos, uno se subio al sillon y la miro fijo mientras ella caia de rodillas..

Lucia penso que seria solo un momento, que se pasaria, pero el pecho ya no respondia, todo se oscurecio lento, el ultimo pensamiento que tuvo fue que no queria morir asi, sola, por algo tan simple, por una cena cualquiera..

afuera llovia, la ciudad seguia su curso indiferente, y en el departamento pequeño los gatos maullaban junto al cuerpo inmovil de su dueña, mientras el telefono seguia vibrando con una notificacion de la aplicacion de lectura: “nuevo capitulo disponible”

Lucia no supo cuanto tiempo paso, no sabia si dormia o soñaba, solo recordaba una sensacion fria y un zumbido lejano, a veces creia escuchar voces, como si alguien hablara detras de una pared muy gruesa, pensaba que tal vez la habian encontrado, que estaba en un hospital, que la habian salvado, y quiso moverse pero el cuerpo no le respondia

poco a poco las voces se hicieron mas claras, una decia algo como “mi lady” otra susurraba “ya despertara pronto”, Lucia fruncio el ceño confundida, no conocia esas voces ni entendia por que la llamaban asi, hizo un esfuerzo por abrir los ojos y cuando lo logro la luz la cegó por completo..

tardo unos segundos en acostumbrarse, lo primero que vio fue un techo alto lleno de adornos dorados, luego unas cortinas gruesas de terciopelo y una cama enorme con sabanas blancas, todo parecia sacado de una novela de las que ella leía, una habitacion lujosa, antigua, con candelabros y espejos, no habia ningun aparato moderno, ningun ruido de ciudad..

ella se sento lentamente y sintio el corazon golpearle el pecho, miro sus manos y se quedo sin aire, eran finas, delicadas, palidas como porcelana, no eran sus manos, las uñas largas y bien cuidadas, nada que ver con las suyas siempre manchadas de tinta o de comida para gatos, se llevo una mano al rostro y toco su piel suave, el cabello le cayo por delante y vio que era negro largo y brillante

no entendia nada, penso que seguia soñando o que tal vez habia muerto y aquello era algun tipo de cielo extraño, se puso de pie con torpeza y al hacerlo sintio un mareo fuerte, el suelo parecia moverse, dio un paso y todo se le nubló otra vez, escucho un grito lejano “mi lady cuidado!” y luego el golpe sordo de su cuerpo al caer

antes de perder el conocimiento otra vez alcanzo a pensar que si aquello era la muerte, era demasiado real para ser un sueño..

cuando Lucia desperto otra vez todo seguia igual, la habitacion elegante, la luz entrando por las cortinas y una mujer mayor mirandola con preocupacion, le decia algo pero ella apenas entendia las palabras, su cabeza dolia, sentia una presion extraña en el pecho, como si algo dentro de ella estuviera a punto de explotar

y entonces vinieron los recuerdos, como si alguien abriera una puerta en su mente, imagenes, nombres, voces que no eran suyas, vio un espejo roto, un anillo dorado, una carta con un sello real, un hombre de ojos rojos mirandola con tristeza, un carruaje, fuego, gritos y despues silencio, lucia se llevo las manos a la cabeza y jadeo, no eran sus recuerdos, no eran suyos pero se sentian tan reales que el corazon se le acelero

“Nora...” susurro la voz de la mujer que estaba junto a ella “mi lady Aldridge”

ella abrio los ojos de golpe, el nombre le sonaba, Nora Aldridge, lo conocia, lo habia leido cientos de veces, era un personaje de una de sus novelas favoritas, una mujer arrogante, hermosa y cruel, hija de un duque poderoso, que siempre humillaba a los demas con su belleza y su magia, y que al final terminaba sola, muerta en un bosque despues de huir de su compromiso con el principe maldito..

Lucia temblo, no podia ser, recordaba perfectamente la historia, el principe de ojos rojos, la guerra entre reinos, y Nora, la mujer que todos odiaban, la que habia despreciado al hombre que mas tarde salvaria al mundo..

[no... no puede ser... yo lei esta historia... esto no es real..]

pero el dolor en su cabeza y el peso de ese cuerpo extraño le decian lo contrario, se miro en el espejo y vio reflejada a Nora Aldridge, con su cabello oscuro cayendo como una cascada, los ojos verdes intensos y el rostro perfecto, lucia dio un paso atrás horrorizada, si esa era Nora entonces ella... habia muerto y renacido dentro de la novela

recordaba como terminaba la historia, recordaba que Nora no duraba viva mucho tiempo despues de huir del compromiso, recordaba su muerte, sola en un bosque oscuro, olvidada por todos

Lucia apretó los puños, la mente le daba vueltas, si de verdad estaba dentro del cuerpo de Nora entonces tenia poco tiempo, y la unica manera de sobrevivir seria cambiar la historia antes de que fuera demasiado tarde..

Nora Aldridge

Lucia ahora Nora, paso el resto del dia en silencio tratando de entender todo lo que pasaba, cuando miro por la ventana vio el jardin lleno de rosas y fuentes, pero algo en el aire se sentia raro, como si todo respirara junto a ella, levanto una copa que estaba en la mesa y sin tocarla esta se movio un poco, flotando apenas unos segundos antes de caer, Nora se quedo helada, era como si su pensamiento se hubiera materializado..

en la novela recordaba que Nora tenia magia psiquica, un poder extraño que le permitia mover cosas, os e incluso romper objetos con solo desearlo, pero ella casi nunca lo entrenaba, decia que era perfecta..

los dias siguientes los paso planeando, sabia que si queria sobrevivir necesitaba aprender a controlar ese poder psiquico, en la novela Nora nunca entendio su don y eso la llevo a perder el control mas de una vez, asi que Nora decidio buscar ayuda, aunque eso significara desafiar al duque..

le pregunto a su doncella si conocia algun mago o estudioso del espiritu, alguien que entendiera de energias mentales o visiones, la muchacha se asusto, dijo que esas artes eran prohibidas, que el duque jamas lo permitiria, pero Nora insistio, prometio guardar el secreto..

asi descubrio que en el limite del ducado, cerca del rio gris, vivia un hombre extraño, un antiguo consejero real que habia sido desterrado por experimentar con la mente, algunos decian que podia oir los pensamientos de las aves o hacer que la gente durmiera para siempre con solo mirarla..

una tarde, sin avisar, Nora salio del castillo con una capa oscura y lo fue a buscar, el viento soplaba fuerte y el cielo estaba cubierto, cuando llego a la vieja casa lo encontro esperandola, como si ya supiera que vendria

—hija del duque —dijo el hombre sin saludarla— tu mente grita tan fuerte que los ecos me despertaron, vienes buscando control pero en ti hay miedo

Nora trago saliva, tenia razon

Nora: quiero aprender.. quiero usar mi poder sin destruir nada

el mago sonrio apenas..

Mago: tu magia no destruye, tu miedo lo hace, el don psiquico se alimenta del pensamiento, y tus pensamientos estan divididos entre dos mundos..

Nora no entendio del todo, pero sintio que el viejo sabia mas de lo que decia, esa noche comenzo a entrenar, aprendio a mover objetos pequeños, a escuchar el eco de su propia mente y cada vez que cerraba los ojos podia sentir el peso del aire, la vibracion de las cosas

ella recordaba esa parte de la historia, Nora tenia poder psiquico, podia mover objetos con la mente, pero nunca lo habia entrenado, decia que no lo necesitaba, que ese poder era inútil para alguien de su posición, y que solo los desesperados dependian de la magia. era arrogante, y por eso cuando más la necesitó, no supo controlarla..

los dias siguientes los pasó intentando mover objetos, primero con plumas, luego con velas, después con libros pequeños. casi siempre fallaba, a veces los objetos se movian solos sin que ella lo quisiera, otras se quedaban inmóviles aunque gritara dentro de su cabeza. su poder era inconstante, igual que sus emociones, y eso la frustraba..

en las noches caminaba por el jardin recordando la historia original, pensando en cada decisión que habia llevado a Nora a morir. todo empezaba con su huida, y esa huida con su miedo al principe.

si podia cambiar eso, si podia enfrentarlo, quizás su final seria distinto.

los primeros dias solo logró levantar una rosa del suelo. al tercero, una copa. al quinto, un candelabro por unos segundos. cada intento la dejaba exhausta, pero también más decidida.

cuando llegó la última noche antes del viaje, encendió una vela, la levantó con su mente y la sostuvo firme. era la primera vez que no temblaba..

[quizás no soy tan débil como creia.. y esta vez... no pienso morir igual.]

el viaje al palacio fue largo y silencioso, el carruaje avanzaba por los caminos de piedra bajo un cielo gris, y Nora miraba por la ventana con el corazón encogido, sabia lo que venia, lo habia leido mil veces, esa era la parte de la historia en la que el principe Jahir Hassan aparecia por primera vez, el hombre de los ojos rojos, el heredero maldito del reino de Deira..

recordaba cada linea del libro, decian que Jahir era un hombre de guerra, frio, con una magia desconocida que nadie entendia, un poder que habia nacido en él desde niño y que incluso los magos más antiguos temian, fue él quien más tarde salvaria al reino de Deira de la invasión del reino de Aragon, pero su venganza seria brutal, quemó aquel reino entero hasta convertirlo en cenizas, y por eso lo llamaban villano..

la verdadera Nora habia huido antes de conocerlo, apenas escuchó su nombre y vio sus ojos en el banquete, escapó del ducado en plena noche, diciendo que jamás se casaria con un monstruo, y su huida la condenó a morir sola en un bosque helado.. ella apretó los puños, sabia que ese era el destino que debia evitar.. el carruaje se movia lento, los árboles parecian mas oscuros mientras se acercaban al palacio, la doncella que viajaba con ella hablaba sin parar para distraerla, contandole sobre los rumores del principe, decian que su magia era roja, que sus manos podian incendiar el aire y que nadie sabia si estaba realmente maldito o si era la bendición del dios del fuego..

—dicen que sus ojos brillan como carbones encendidos, mi lady —susurró la doncella— y que sino obedeces puede quemarte con una sola mirada..

Nora sintió un escalofrio, no sabia si era miedo o curiosidad.. en el libro él siempre habia sido descrito como un monstruo incomprendido, pero ahora que estaba dentro de la historia queria verlo por si misma, queria saber si todo eso era cierto o si solo eran palabras escritas por alguien que nunca lo entendió..

afuera comenzó a llover, el sonido golpeaba el techo del carruaje, y el castillo de Deira apareció a lo lejos, grande, negro, con torres que tocaban las nubes, parecia un lugar donde el sol nunca entraba, pero aun asi, una extraña energia la llamaba, como si algo dentro la esperara desde siempre..

mientras el carruaje se detenia ante las puertas del palacio, nora respiró hondo y se dijo en silencio

[esta vez no voy a huir… aunque me mire con esos ojos]

Jahir Hassan 1

Cuando el carruaje se detuvo frente a las puertas del palacio de Deira, Nora contuvo la respiracion, el lugar era enorme, hecho de piedra negra y metal, con torres que parecian arañar el cielo, los guardias vestian armaduras oscuras y no hablaban, solo observaban, como si nada se les escapara, la lluvia caia fina sobre el patio y el sonido rebotaba entre las paredes altas

al entrar, el aire cambio, olia a hierro, a magia vieja, a algo que no pertenecia al mundo comun, los pasillos eran largos y las antorchas no parecian necesitar fuego, flotaban en el aire ardiendo sin tocar nada, las sombras se movian despacio como si tuvieran voluntad propia, Nora tragó saliva, sentia una presion extraña en el pecho, como si alguien la mirara desde todas partes

la doncella que la acompañaba susurró que el rey estaba enfermo y que pronto seria llamada para presentarse ante el, pero Nora apenas la escuchaba, su mente estaba en otra parte, percibia algo en el ambiente, una presencia que la seguia, que la estudiaba

para distraerse y evitar pensar en eso, se dirigio a una sala vacia, una especie de invernadero cerrado con ventanales cubiertos de lluvia, alli habia mesas antiguas y objetos flotando como si una fuerza invisible los sostuviera, Nora penso que era el lugar perfecto para practicar..

se sentó, cerro los ojos y comenzó a concentrarse, una pluma se levantó lentamente del suelo, temblando en el aire, luego una copa, y por último una silla que se movio unos centimetros antes de caer con ruido, el sonido retumbó en la sala y ella se asustó, pero tambien sonrió, estaba mejorando..

no sabia que del otro lado del espejo que tenia enfrente, alguien la observaba..

el espejo no era un espejo normal, era un canal de vision creado por la magia del palacio, y detras de el se encontraba el principe Jahir Hassan, de pie, vestido con ropa oscura, los ojos rojos brillando como brasas, observando en silencio cada movimiento de la joven que flotaba una pluma frente a si..

su mirada era fria, analitica, desconfiada, conocia bien a la hija del duque Aldridge, arrogante, orgullosa, una mujer que segun los rumores detestaba todo lo que no fuera suyo, sin embargo la que veia ahora no parecia la misma, habia algo distinto en ella, en su concentracion, en la manera en que su respiracion temblaba entre esfuerzo y miedo..

[asi que esta es mi prometida.. y ya juega con su poder]

la magia del palacio vibró, como si respondiera al tono de su amo, y durante un segundo Nora sintio una punzada detras del cuello, una sensacion tan clara que levanto la cabeza de golpe y miro hacia el espejo, convencida de que alguien estaba alli..

el principe dio un paso atras, los ojos aun fijos en ella, y una sonrisa apenas visible cruzó su rostro..

[no tan debil como dicen.. esto sera interesante]

Nora, sin entender por que, sintio que la temperatura bajaba en la sala, los objetos cayeron al suelo y un escalofrio le recorrio la espalda, no sabia que ya lo habia conocido sin siquiera verlo..

aun asi seguia practicando cuando escuchó que la puerta del invernadero se abria con un chirrido. giró la cabeza, pero en lugar de ver a un guardia o a una doncella, vio a un joven cubierto de tierra hasta los codos, con ropas viejas y cabello despeinado. llevaba un cubo lleno de herramientas de jardineria y una sonrisa burlona en los labios.

—vaya, asi que esta es la prometida del principe maldito —dijo con voz ronca, apoyándose en la puerta—. pobre de usted, señorita. dicen que cualquiera que lo mira a los ojos pierde el alma o la cordura.

Nora lo observó con una ceja arqueada. el comentario la habria irritado antes, pero ahora solo le causó una ligera risa.

Nora: tambien dicen que yo soy arrogante, cruel y vacia.. supongo que las habladurias son buenas para quien no tiene nada mejor que hacer..

el supuesto jardinero se quedó quieto unos segundos, sorprendido por su respuesta. esperaba una mirada altiva o una orden para que lo echaran, no esa serenidad.

—entonces no le importa casarse con un monstruo —replicó con una media sonrisa, probándola.

Nora: no.. lo que me importa es no convertirme en alguien que huye sin intentar entender.

por dentro, su corazón latia rápido, porque recordaba perfectamente cómo la Nora original habia escapado, cómo su cobardia habia sellado su destino.

[no cometere los mismos errores]

el jardinero ladeó la cabeza, sus ojos —ocultos bajo el cabello desordenado— la estudiaron con atención. por un instante, Nora sintió que esos ojos tenian un brillo extraño, pero parpadeó y lo atribuyó a la luz.

—habla como si ya supiera lo que va a pasar —dijo el despacio, casi intrigado.

Nora: quizás lo sepa.. y aún asi pienso cambiarlo.

esa respuesta lo descolocó. el principe Jahir, escondido tras el disfraz, no estaba acostumbrado a que nadie lo enfrentara con tanta calma. la mayoria lo temia incluso sin conocerlo, pero aquella mujer, que debia ser debil y mimada según los rumores, lo observaba con una determinación que no encajaba con su fama..

[interesante.. veremos si sus palabras valen más que su poder.]

Nora lo observó mientras el se agachaba, y una sensación extraña la recorrió, una mezcla de desconfianza y curiosidad. habia algo en la forma en que hablaba, en cómo se movia, demasiado seguro para ser un simple jardinero.

cuando el joven se retiró del invernadero, la magia en el aire volvió a agitarse. Nora frunció el ceño, consciente de que algo no encajaba..

del otro lado del pasillo, una vez fuera de su vista, el supuesto jardinero alzó una mano y la ilusión comenzó a deshacerse. la suciedad desapareció, el cabello se volvió oscuro y ordenado, y los ojos carmesi brillaron bajo la luz tenue.

Jahir Hassan sonrió apenas.

[asi que no eres la misma de antes, Nora aldridge.. pero aún no se si eso es bueno o peligroso.]

y mientras se alejaba, el palacio entero pareció reaccionar a su pensamiento, vibrando con una energia que solo respondia a él.

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