Ligado A Él
Traición Silenciosa
Lía Zamora es una mujer de 26 años que perdió a su padre en un accidente en el que ella también viajaba con él.
La vida de Lía cambió por completo después de la muerte de su padre; su madrastra mostró entonces su verdadera maldad.
Lía y Clara salen de la universidad después de clases.
Clara
Uff, por fin terminó el día.
Clara
Ese examen me dejó el cerebro frito.
Lia
Aunque creo que me fue bien, estudié toda la noche.
Clara
Siempre tan aplicada, Lía.
Clara
No sé cómo lo haces.
Lia
No me queda de otra, tengo que mantener la beca.
Clara
Claro… tú siempre tan responsable.
Lia
¿Quieres ir por un café antes de irte?
Clara
No, mejor hablemos un momento.
Clara
Hay algo que debo decirte.
Clara baja la voz, mira a su alrededor, y toma a Lía del brazo con preocupación.
Clara
Lía… no quiero que te ofendas, pero deberías irte de esa casa.
Lia
¿Irme? ¿Por qué dices eso?
Clara
Tu madrastra… todos saben cómo te trata.
Clara
No mereces seguir soportando eso.
Lia
No exageres, puedo manejarla.
Clara
No, Lía. Es peligroso. Esa mujer no tiene límites.
Lia
Es solo cuestión de tiempo, ya se calmará.
Clara
No seas ingenua… no sabes de lo que es capaz.
Lía frunce el ceño y suspira, mirando hacia el suelo. Su voz tiembla entre rabia y determinación.
Clara
¿Por qué no? No vale la pena arriesgarte.
Lia
Porque si me voy, ella se quedará con todo lo que es de mi padre.
Clara
¿Tu herencia? ¿Aún crees que podrás recuperarla?
Lia
Mi padre me la dejó, y no pienso renunciar.
Clara
Estás hablando de dinero, pero esto es tu vida, Lía.
Lia
No es solo dinero… es justicia.
Clara se congela. La mirada de Lía se endurece; el viento sopla entre ellas.
Lia
Además, ya sé la verdad.
Clara
¿Verdad? ¿De qué hablas?
Lia
El accidente de mi padre… no fue un accidente.
Clara
¿Qué estás diciendo? Eso suena muy grave.
Lia
Fue planeado, Clara. Alguien manipuló los frenos.
Lia
No todavía, pero las voy a encontrar.
Lia
Y cuando lo haga, pagarán todos los culpables.
La tensión se disuelve apenas por un momento. Lía sonríe con tristeza y se prepara para irse.
Clara
Lía, por favor, ten cuidado. No andes diciendo esas cosas.
Lia
Lo sé, solo confío en ti.
Clara
No deberías confiar ni en tu sombra.
Lia
Tranquila, estaré bien.
Clara
Llámame cuando llegues a casa, ¿sí?
Lia
Claro, gracias por preocuparte.
Clara
(finge una sonrisa) Siempre, amiga… siempre.
El taxi se aleja. Clara observa la calle con una sonrisa helada. Su guardaespaldas se acerca lentamente.
Martin (guardaespalda de Clara)
¿Y bien, señorita Clara?¿Cómo salió todo?
Clara
Perfecto. Ella no sospecha nada.
Martin (guardaespalda de Clara)
¿Todavía confía en ti?
Clara
Más que nunca. Pobre ingenua.
Martin (guardaespalda de Clara)
¿Entonces seguimos con el plan?
Martin (guardaespalda de Clara)
Entendido… la vigilaré de cerca.
Clara saca su teléfono, camina hacia un rincón oscuro del estacionamiento, y marca un número.
Clara
(en voz baja) No sospecha que está hablando con su enemigo.
???
¿Quieres que actúe ahora?
Clara
Sí… mátala. No debe arruinar mis planes.
???
Entendido. No dejaré rastro.
Clara
Que parezca un accidente, como el de su padre.
???
(en tono frío) ¿Segura de esto?
Clara
Completamente. Nadie detendrá lo que es mío.
Clara guarda el teléfono, respira hondo y se acomoda el cabello. Su mirada se vuelve melancólica.
Clara
Llévame con mi padre.
Martin (guardaespalda de Clara)
¿Al cementerio?
Clara
Sí… quiero contarle que todo está saliendo como planeamos.
Martin (guardaespalda de Clara)
(asintiendo) Entendido.
Clara
Pronto, todo el legado Zamora será mío.
Martin (guardaespalda de Clara)
Tu padre estaría orgulloso… supongo.
Clara
(sonríe) No lo creo. Pero eso ya no importa.
Sombras en la Mansión Zamora
El aroma a café y pan recién hecho llena la cocina. Lía entra con una sonrisa cansada. Las sirvientas la reciben con cariño; en ese rincón de la mansión, aún hay un poco de calidez.
x
Qué gusto verla de vuelta, pensé que hoy no vendría.
Lia
No podía faltar, ustedes hacen el mejor café del mundo.
x
(riendo) ¡Ah! Entonces se queda a cenar con nosotras.
Lia
Si Camila me viera, me mandaría a dormir sin postre.
x
Esa mujer no tiene corazón.
Lia
(sonríe con ternura) No se preocupen, ya estoy acostumbrada.
x
Ojalá las risas de esta cocina le den fuerzas, señorita.
Lía fue a su habitación después de comer algo.
La nana toca suavemente la puerta y entra con gesto preocupado. Lía se está cepillando el cabello frente al espejo, ajena a la tensión que se avecina.
Sofia
Mi niña… la señora Camila te está esperando en la sala.
Lia
(suspira) ¿Otra vez? No me da ni un respiro.
Sofia
Prométeme que tendrá cuidado, algo que no me gusta es como te habla.
Lia
Tranquila, Nana, solo serán unos minutos.
Sofia
Lía, esa mujer te puede hacer algo, ten cuidado.
Lia
Lo sé, pero no pienso esconderme.
Sofia
Que Dios la proteja, mi niña.
La atmósfera en la sala es tensa. Camila, impecable y fría, la observa desde su sillón de terciopelo. A su lado, una mujer joven de mirada altiva sostiene una copa de vino.
Camila
Por fin llegas, Lía. No me hagas perder el tiempo.
Lia
Buenas noches, señora. ¿De qué se trata esta vez?
Camila
Iré al grano. Mi hijo vendrá en unos días.
Camila
Y quiero que te mantengas lejos de él.
Lia
(arquea una ceja) ¿Lejos de Damián?
Camila
Exacto. No te atrevas a acercarte ni a mirarlo como antes.
Lia
¿Tanto le molesta nuestra amistad?
Camila
No me molestan las amistades, me molesta que seas tú.
Lía cruza los brazos, molesta, intentando contener una risa de incredulidad.
Lia
Esto es absurdo. Damián y yo solo somos amigos.
Camila
No te hagas la inocente. Sé perfectamente lo que tramas.
Lia
(con ironía) ¿Y qué es lo que “tramo”?
Camila
Engatusar a mi hijo, igual que tu madre que me quito todo.
Lia
Respete el recuerdo de mi madre.
Lia
(fría) Temes que Damián sienta algo por mí, ¿verdad?
Camila
Lo único que temo es que ensucies el apellido.
Lia
Ese apellido ya está manchado desde hace mucho.
Elena se levanta del sofá, segura de sí misma. Su perfume llena el aire, su sonrisa es tan falsa como sus joyas.
Elena
Soy Elena Campos… la futura esposa de Damián.
Lia
(sorprendida) ¿Esposa? No lo sabía.
Elena
Y quiero dejar algo claro. Ni tú ni nadie me lo quitará.
Lia
(riendo) Con esa actitud, dudo que te ame algún día.
Lia
Mi relación con Damián es muy íntima.
Camila
(se levanta furiosa) ¡Basta ya, insolente!
El golpe resuena en la sala como un trueno. Lía se toca la mejilla, temblando de rabia. Camila sonríe satisfecha.
Camila
¡Nunca te aceptaré como mi nuera!
Lia
(con voz temblorosa) Pagarás por esto, Camila.
Camila
Mi única nuera será Elena, no una bastarda como tú.
Lia
(con los ojos llenos de fuego)
Lia
Un día te veré pidiendo piedad ante mí.
Camila
(riendo) No me hagas reír, Lía.
Lía da media vuelta y se marcha con la dignidad intacta, hará todo para arrebatar lo que es suyo.
Sombras en la Mansión Zamora (Parte II)
Elena
Esa mujer debe pagar por lo que me dijo, suegra.
Camila
(sonríe) No te preocupes, querida.
Elena
Pero se burló de nosotras, ¡y tú la dejaste ir!
Camila
Hay ofensas que se pagan… con algo más que palabras.
Camila
Algo que no olvidará jamás.
Elena
(entusiasmada) Me gusta cómo suena eso.
Camila se reclina en el sillón, disfrutando del poder de su propio veneno. Su voz se vuelve más baja, más oscura.
Elena
Quiero ayudarla, suegra.
Elena
Hablaré con mi padre, él puede encargarse.
Camila
(arquea una ceja) No, querida. Tengo algo mejor en mente.
Elena
¿Ah, sí? ¿Qué puedo hacer entonces?
Camila
Dile a tu padre… que tiene un nuevo juguete para su colección.
Elena
No esperaba menos de usted.
Camila
(sonríe con crueldad)
Camila
Él sabrá cómo enseñarle modales a Lía.
Camila sabía perfectamente lo que eso significaba. El padre de Elena era un hombre sádico… y ese sería el castigo perfecto.
Elena bebe un sorbo de vino, satisfecha con la idea.
Camila
Después de todo, ya es hora de que mi hijastra cambie de aires
Elena
(sonríe apenas) Sí, un cambio que no olvidará.
Elena
Usted y yo somos iguales, suegra.
Elena
Sabemos eliminar lo que estorba.
Camila
(en voz baja) Si supieras la verdad, Elena.
Camila
(rápido) Nada, querida.
Camila
Solo que me alegra tenerte de aliada.
El bullicio del aeropuerto contrasta con la calma en la mirada de Alejandro. Es un hombre firme, de porte militar y mirada cansada. A su lado, dos niños esperan instrucciones.
Alejandro
Max, Leo, espero que se porten bien, ¿entendido?
Leo
Sí, papá… ¿tendremos internet allá?
Max
(cruza los brazos) ¿Y cuándo regresaremos?
Alejandro
Será después de que termine mi trabajo, hijo.
Alejandro
No, pero debo cuidar a alguien muy importante.
El auto se detiene frente a una casa elegante. Paola baja primero con los niños y sonríe al hombre que está a punto de marcharse.
Paola
Señor Torres, los niños estarán bien.
Alejandro
Gracias, Paola. No sé cuánto durará este trabajo.
Paola
Lo estaré esperando… ya sabe dónde encontrarme.
Alejandro
(levanta una ceja)
Alejandro
No me esperes, Paola. No es necesario.
Paola
(coqueta) Si te aburres, ya sabes que estaré para ti.
Alejandro
(sonríe apenas) Siempre tan directa.
El motor ruge. En el asiento del copiloto, Pedro revisa unos archivos confidenciales. Alejandro mantiene la vista al frente, serio.
Alejandro
¿Conseguiste algo sobre el caso Zamora?
Carlos
Sí, señor. La hija de Lorenzo… corre peligro.
Alejandro
(tensa la mandíbula) Lía Zamora.
Carlos
Exacto. Alguien planea algo en su contra.
Alejandro
Entonces manda a mis mejores hombres. Que la protejan.
Carlos
¿Esto es personal o anónimo?
Alejandro
Personal. Le debo mucho a Lorenzo.
Alejandro
No permitiré que su hija corra la misma suerte.
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