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No Es Tu Hijo

Capitulo 1. Un mundo de Alphas, Betas y Omegas

¡Hola!, gracias por leer esta obra...

Antes de comenzar quiero pedirle que si le esta gustando apoye con su voto, comentario y un me gusta, para que asi esta obra pueda ser tomada en cuenta por el sistema y le pueda ser remunerada al autor.

Otra acotación que debo hacer es que, esta novela es un Omegaverse, es decir que no es de Lobos, a pesar de que se habla de Alphas, Betas y Omegas, este es un genero que propone un mundo paralelo donde se maneja este estilo jerárquico

Tambien quiero recordarles que subo capitulo diario y no olviden verificar en la etiquetas si la obra se encuentra en emisión o si ya  esta completa, para que no sufra algún momento de molestia

Sin mas nada que decir, mas que solo darles las gracias por el apoyo y la oportunidad a esta obra, ¡COMENCEMOS!

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En un mundo donde la sociedad está dividida entre ricos y pobres, el más fuerte pisa al débil y todos continúan su camino sin prestar atención a las necesidades de las otras personas a su alrededor, el poder lo es todo.

El tema de los géneros también los mantiene divididos en su propio estatus social, ya que, además de existir los géneros del sexo, también desarrollan a cierta edad el segundo género, el cual separa unos de otros, clasificándolos en una jerarquía diseñada para regir y mantener el orden dentro de esa sociedad.

Los Alphas, seres especiales, bendecidos para tener éxito en todo lo que se propongan, lideres por naturaleza, encabezan la Jerarquía, aunque incluso entre Alphas existen eslabones bajos y altos, a esos Alphas que se encuentran por encima de todo se les llaman “Dominantes”, se cree que son quienes se encargan de moldear al mundo según sus antojos, las feromonas de un dominante se mantienen en un constante descontrol, por lo tanto, deben liberarlas cada cierto tiempo para poder soportar su RUT, también conocido como el ciclo de celo de los Alphas, de no liberar sus feromonas, dicho dominante corre el riesgo de perder la cordura, llegando incluso a ocurrir accidentes debido a ello, la mayoría eran casos en los cuales se veían victimas incluidas. Para evitar aquellos problemas, se crearon clubes, en ellos se mantenía un nivel de seguridad extremo para asegurar que todo sea confidencial y también seguros, allí los Alphas pagaban por servicios de Omegas capacitados y preparados para satisfacer y calmar las feromonas de los dominantes, de esa forma aligeraban la carga sin la necesidad de tener que buscar una pareja, resolviendo así el problema de estos.

Los siguientes en la cadena jerárquica, se encontraban los Beta, personas que no desarrollaban segundo género, es por ello que no debían lidiar con los problemas que incurrían las feromonas, logrando llevar vidas normales sin ningún tipo de percance que pudiera causarles molestias, además de las normales que viven cualquier persona. Los Beta conforman la mayor parte de la población.

Al final, debajo de todo y todos, se encontraban los Omegas, considerados tan solo como simples herramientas, esclavos de los Alphas, marionetas fáciles de manipular, quienes no pueden resistirse a las feromonas de los Alphas. Aunque al igual que los líderes de la Jerarquía, los Omegas también se dividían en dos grupos, entre los cuales se encontraban los Omegas dominantes, quienes podían resistir las feromonas de los Alphas, así que, estos solo podían ser subyugados por los Alphas dominantes, a quienes no podían resistirse. Además de eso también debían lidiar con sus ciclos de celo, para los cuales deben tomar inhibidores, que los ayudan en esos casos. Era sumamente peligroso para un Omega estar al aire libre durante su celo, ya que corría el riesgo de ser marcado por un Alpha y con ello, perder su completa libertad, volviéndose sumiso ante el Alpha que lo marco, impidiéndoles reproducirse con otros.

De esa forma se regía el mundo, logrando mantenerse en pie, sobre llevando las adversidades que causaban los segundos géneros entre la población, debiendo mantenerse a la vanguardia con los estudios medicinales para facilitar cada vez más toda aquella situación.

El club Bastión, conocido por ser uno de los más importantes y lujosos clubes, contando con la mayor atención y servicios para Alphas dominantes, convirtiéndolo así en el más frecuentado por los líderes de mayor poder y sus descendientes.

Allí trabajaba Aria Vance, oculta en la cocina como ayudante, una Omega de veinticinco años, que debido a las necesidades de conseguir dinero para los cuidados de su madre hospitalizada por problemas cardiacos y no lograr conseguir empleo, llego al punto de mentir y falsificar su identificación de género, debido a que, en aquel club, el único personal que era contratado para servir en las áreas comunes eran Betas y la paga era una de las más altas que cualquier empresa pudiera ofrecer, mientras que los Omega solo eran contratados para ofrecer, otra clase de atención a los Alphas que iban allí buscando sus servicios para poder liberar sus feromonas.

El personal Omega era atendido y cuidado por especialistas, que se encargaban de verificar que puedan cumplir de forma eficaz con el trabajo para el cual habían sido contratados, asegurando así la calidad del servicio y la complacencia de los clientes.

Era un riesgo el estar en aquel lugar, aunque estuviera alejada del área donde se encontraban los Alphas y por suerte los Beta que trabajaban con ella no podían percibir sus feromonas, no dejaba de ser peligroso. Lo que compensaba todos aquellos riesgos era el llegar al hospital y en aquella habitación, recuperándose y ahora con un mejor semblante, se encontraba su madre, quien la recibía con una gran sonrisa en su rostro.

-          Mamá, buenos días – le dice Aria entrando a la habitación

-          Buenos días, hija mía – le dice abriendo sus brazos para recibir a Aria entre sus brazos, mostrándole su contagiosa alegría al verla

-          ¿Dormiste bien? – le dice Aria abrazándola, sintiendo que podía reponer sus energías con tan solo ese abrazo

-          Claro, aunque dormir en un hospital no es lo ideal – le dice alejándose – preferiría estar en casa contigo y poder ir y venir sin que me vigilen a cada minuto – le dice con voz de tedio

-          No tienes más opción, tu condición no es un juego en este momento – le dice reprendiéndola

-          ¿Mi condición?, yo soy un roble, jamás podrán derribarme – le dice decidida

-          Sí, claro madre – le dice Aria riendo

Capitulo 2. Mirada de Bestia Hambrienta

Desde que Aria tenia memoria, su madre siempre había sido así de enérgica, positiva y alegre, algo que contagiaba a todos los que la rodeaban, incluyendo el padre de Aria, quien por desgracia había fallecido hacia seis años atrás, dejándolas a ellas dos solas en aquella casa, ya que ella era hija única y no tenían contacto alguno con los familiares de su madre, mucho menos los de su padre.

-          Pero mirate la cara, ¿estuviste trabajando toda la noche de nuevo? – le dice tocando las mejillas de Aria, mostrando una expresión de preocupación

-          Estoy bien, no es nada – le dice Aria restándole importancia – mejor dime, ¿Cómo te sientes el día de hoy? – le dice cambiando el tema

-          Sabes que tu madre siempre estará bien – le dice pellizcando su mejilla y Aria se hizo hacia atrás

-          Claro, creo que mejor le pregunto a los doctores – le dice Aria sobando su mejilla

-          Esos solo te darán puras quejas, mejor cree en mi palabra – le dice despreocupada

-          Ja, ja, claro – le dice Aria riendo

Los gastos médicos de su madre no eran nada baratos, pero por lo menos se le estaba notando una gran mejoría en su semblante.

Después de hablar con el doctor encargado del caso medico de su madre y quedarse algo de tiempo charlando cosas irrelevantes con su madre, era hora de ir a descansar por al menos unas horas antes de tener que entrar nuevamente a trabajar.

Su cuerpo se sentía algo pesado, producto del cansancio provocado por las largas horas de trabajo que debía hacer casi todas las noches para poder cubrir con la cuota.

-          Acaban de reportarnos que uno de los mesoneros tuvo un accidente, por lo tanto, no podrá venir el día de hoy, tendremos que cubrir esa vacante – dice viendo un cuaderno mientras le hablaba a todo el personal – Aria Vance, tú fuiste mesera antes de trabajar aquí, ¿no es así? – le dice volteando a verla

-          Si – le responde

-          Bien, por esta noche necesito que cubras el puesto de Axel, no puedo dejar ese puesto en el aire, tendremos una visita estricta esta noche y no quiero que tengo algo de lo que quejarse – dice suspirando

-          ¿De quién se trata? – dice el jefe de la cocina

-          Liam Vidal – dice en tono de tedio – como saben es muy conocido por sus arrebatos de ira, además no parece satisfacerse con ningún tipo de servicio, siendo el cliente más difícil con el que hemos lidiado – dice estresándose – bien, tratemos de que esta noche nos vaya excelente – dice disolviendo la reunión con los empleados

-          Señor – le dice Aria luego de que todos salieran de la oficina de reuniones

-          ¿Sí?, ¿Qué sucede Aria? – le dice cerrando el cuaderno

-          Pues, creo que no me siento capacitada para atender a los Alphas, además yo soy ayudante de cocina – le dice alterada, sabía bien que al aceptar ese trabajo será pasar de la sarten al fuego

-          Sí, yo sé que tal vez te puedas sentir nerviosa – le dice el gerente en tono amigable – pero debes entender que no puedo pedirle a otro que tome ese lugar, todos en la cocina tienen demasiado tiempo de experiencia y tú eres la única novata con la cual puedo contar – le dice suspirando - sé que no es justo contigo, pero no tengo a nadie más con tus cualidades, sé que puedes hacerlo – le dice dándole ánimos

¿Cómo decirle el verdadero motivo por el cual temía acercarse a los Alphas?, lo más seguro era que sería despedida en cuanto contara su verdadero sub género, así que solo le quedaba rezar para que todo saliera bien esa noche.

Por suerte cargaba con ella sus supresores de feromonas, que la ayudarían a superar aquel desafío, incluso si tomar más de uno por día estaba contra indicado, no tenía más alternativa, tomo dos de ellos y comenzó con su jornada laboral.

El servir a los dominantes se volvió una tarea fácil teniendo la ayuda de los supresores, gracias a eso pudo sobrevivir bien durante horas, además, el gerente tenía razón, no era algo tan complicado, solo debía llevar los servicios de comidas o bebidas cuando eran solicitados y luego abandonar la habitación de huésped.

Todo iba a pedir de boca hasta llegada la media noche, todos parecían estresados con el huésped de la habitación “C cuatro” quien era exigente con todos y cada uno de los servicios.

-          Ahora está pidiendo Wisky – dice uno de los mesoneros suspirando del cansancio

-          Cada vez se pone peor el lidiar con ese tipo – dice uno de los empleados de la cocina, ya era la quinta vez que se quejaba de su comida y mantenía a los mesoneros de un lado a otro

-          Aria, ¿podrías ir tu esta vez? – le dice el compañero entregándole el servicio – necesito un momento para reponerme de tener que lidiar con ese hombre – dice en tono de tedio

-          Está bien, yo me encargo – le dice tomando el carro de servicio

-          Gracias- le dice el hombre respirando profundo mientras se sienta en un banco

Aria salió llevando el carro de servicio, preparándose mentalmente para lidiar con el cliente problemático y salir viva de allí. Subió por el ascensor y llego al piso, camino por el pasillo y apenas llego a la puerta se abrió de forma abrupta casi dando con su cara.

-          ¡Largo! – escucha un fuerte grito mientras una mujer Omega sale corriendo de allí.

-          ¿Cuál es su estúpido problema? – dice la mujer pasando hecha una furia al lado de Aria

De la habitación sale un hombre alto, corpulento e imponente, Aria se sintió incomoda ya que el hombre se encontraba sin camisa frente a ella, su mirada era igual a la de una bestia hambrienta.

La respiración de Aria se hizo pesada al igual que todo su cuerpo, se sentía arder, su garganta se secaba y sus piernas se debilitaban, inmóvil ante la imponente presencia de aquel Alpha, padeciendo bajo los efectos de las feromonas de aquel hombre. Sintiendo por primera vez en toda su vida, la experiencia de estar frente a las feromonas de un dominante, sin que siquiera los supresores pudieran ayudarla.

Capitulo 3. Molestia

El haber nacido en una familia con dinero y poder, le enseñó a Liam Vidal, lo dispuestos que estaban todos a su alrededor de complacerlo solo por obtener algún beneficio de las influencias que poseía, siendo un Alpha dominante conoció la malicia bajo las lindas caras de los Omegas, todos y cada uno utilizaban sus delicadas facciones y empalagosas feromonas para manipular su entorno, bien dicen que el eslabón más débil es de quien menos se espera la puñalada y esa es la carta que ellos jugaban a su favor, nadie nunca sospechaba de que pudieran ser seres maliciosos, sembradores de intrigas, sedientos de poder y capaces de hacer lo que sea para conseguirlo.

En ese momento, tenía a una de las peores Omegas, quien hacia honor a todas las conjeturas de Liam.

Adira Reed, traficante de drogas, una de las mafiosas más grandes de toda la ciudad, nadie sabe de dónde salió o como logro obtener todo ese poder, el antiguo jefe de la facción, casado con Adira, en lugar de heredarle todo su poder a alguno de sus hijos mayores, como todos esperaban, sorpresivamente antes de morir llamo a su abogado y cambio por completo su testamento, dejando a sus hijos sin un centavo de su dinero y brindándole todo el poder, dinero y respeto a esa mujer, quien es igual o incluso peor de despiadada que el antiguo jefe.

-          Sabes, esto lo podrías solucionar fácilmente sin tener que tomar estas drogas – le dice Adira Reed lanzando las drogas sobre su escritorio

-          No te he pedido tu opinión, Adira – le dice Liam tomando la bolsa con las pastillas

-          Solo trataba de darle un consejo a uno de mis mejores clientes – le dice en tono despreocupado

-          A ti solo te importa el dinero – le dice guardando la bolsa

-          Si, en eso, estas en lo correcto – le de Adira sonriéndole de forma maliciosa – pero, no estaría perdiendo si de igual forma gastaras tu dinero en el club, después de todo también es de mi propiedad, ¿entiendes? – le dice de forma descarada- además también sería un problema si tu cuerpo colapsa a causa del alto consumo de la droga – le dice suspirando – soy la única que trabaja con ellas por ahora y su te sucede algo, sabrán quien te las vendió – le dice en tono serio

-          Se lo que hago, así que deja de molestar – le dice Liam en tono molesto, después mira al hombre alto y musculoso que se encontraba en la esquina de la habitación, detrás de Adira

-          ¿te da curiosidad? – le dice Adira notando la mirada de Liam - ¿quieres saber de qué forma logre esto? – le dice mostrándole la cadena en su mano que iba directo hacia el hombre en la esquina, quien estaba sin camisa y con un collar de perro en su cuello, que tenía conectada la cadena, con ella halaba al hombre

-          Es un Alpha – le dice viéndola con desprecio

-          Si, si lo es – le dice sonriéndole de forma maliciosa – también es mi mascota, saluda- le dice al hombre en la esquina, halando de la cadena

-          Buenas noches – dice el hombre en tono sumiso

-          ¿Vez?, ¿no te parece entretenido? – le dice riendo

-          Estás enferma – le dice Liam antes de salir de allí

-          ¡Vuelve cuando quieras! – le dice Adira mientras observa a Liam marcharse

En un mundo donde nacer siendo dominante es un beneficio para muchos, Liam no lo consideraba de esa forma, ya que solo existían dos formas para poder calmar sus feromonas antes de su RUT y una de ellas le parecía repugnante, para liberar sus feromonas debía aparearse con Omegas, el problema era que sus feromonas eran demasiado dulces y empalagosas, creando una sensación nauseas en la garganta de Liam, era por ello que prefería utilizar la segunda opción, pastillas que reprimían sus feromonas.

Aunque en ocasiones eran inútiles, ya que todo tiene su límite y al llegar al él, no le quedaba más remedio que, tener que escoger la primera opción, para ello existían clubes, algo que también podría ser similar a ir a un prostíbulo, pero la única diferencia era que, los clubes para la liberación de las feromonas Alphas, eran totalmente legales y controlados por el gobierno.

Dos horas después de haber tomado la dosis de las pastillas, su cuerpo aun dolía por la alta concentración de feromonas, de seguir así podría perder el control de sí mismo.

-          Maldición – dice agitado, tratando de resistir el dolor, toma el teléfono y realiza una llamada

-          ¿Si, diga? - le dice Adira respondiendo como si no supiera de quien se trataba

-          Avísale a tu personal que estaré esta noche en el club – le dice adolorido

-          ¿Quién es usted?, no puedo avisar a mi personal si no tengo conocimiento de quien se trata – le dice jugando con él

-          ¡Adira!, no estoy para tus malditos juegos – le dice Liam alterado

-          Ja, ja, está bien, todo estará listo para tu llegada – le dice riendo, la situación de Liam siempre le parecía chistosa, un Alpha que se negaba a aparearse con Omegas, “ridículo”

Después de colgar la llamada le aviso a su chofer para que fuera alistando el auto. Tuvo que resistir mientras se arreglaba y en todo el viaje desde su departamento, hasta el club.

-          Señor Vance, es un placer el tenerlo aquí esta noche – le dice el gerente de forma cordial en cuanto Liam entro al lugar – su habitación esta lista, también el personal que será el encargado de atenderlo esta noche se encuentra preparado – le dice diligente

-          Bien – le dice Liam caminando hacia el ascensor

-          Espero que disfrute de su estadía – le dice el hombre antes de que la cabina del ascensor se cerrara.

Subió por el ascensor, acompañado del personal encargado de guiarlo hasta su habitación.

-          Por aquí, por favor – le dice el hombre bajando del ascensor y dándole paso a Liam – sígame, por favor – le dice comenzando a avanzar, caminaron por el pasillo hasta llegar a la habitación, el hombre abrió la puerta y Liam entró – por favor, no dude en llamar si necesita algo – le dice en tono servicial

-           Quiero algo fuerte – le dice Liam viendo el lugar

-          ¿Disculpe? – le dice el hombre confundido - ¿podría ser más específico en su pedido? – le dice sumiso

-          Quiero que traiga un trago fuerte – le dice en tono molesto

-          Sí, sí, claro, enseguida señor – le dice tartamudeando, por suerte era Beta, si fuera Alpha, tal vez podría sentir aún más el peligro de estar cerca de ese hombre.

-          Buenas noches, me llamo Sara – le dice una mujer recibiéndolo – seré su Omega de esta noche – le dice acercándose a Liam de forma seductora – sus feromonas son fuertes, es un aroma placentero – le dice la mujer dejándose influenciar por el desborde de feromonas de Liam

-          Ni se te ocurra comenzar a liberar tus feromonas – le dice Liam deteniéndola – primero necesito que traigan mi trago para poderte soportar – le dice con desprecio, algo que como a todos los Omegas que trabajaban en el club y ya habían lidiado con Liam, no le gusto ni un poquito, pero eso era algo que a él no le interesaba en lo más mínimo.

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