Una tarde cualquiera el agua estaba tibia y el vapor empañaba los espejos, Lina sostenia su tablet con una mano y con la otra jugaba con la espuma distraida, mientras dejaba la copa de vino.. estaba cerca de terminar su novela electrónica sobre un mundo mágico y reencarnaciones..

[¡la batería!]

Enchufó la tablet, el cable era mas corto y faltaban dos capítulos para terminarla, por lo que improvisó la conexión.. no se dio cuenta cuando la tablet resbalo del borde y cayo al agua, hubo un chispazo y un silencio, luego nada.. sus ojos abiertos miraban el techo y en ese instante final lo unico que penso fue en lo ridiculo que era morir asi, tan tonta, sin siquiera haberse depilado, sintio una verguenza que ardia mas que la electricidad, imaginaba a los del servicio forense, los paramedicos, todos viendola y murmurando, pobrecita, ni tiempo tuvo.. quiso reir, pero no pudo, solo una burbuja subio a la superficie, parecia una risa chiquita que se deshizo en el agua, y en ese segundo entre el miedo y la verguenza penso que ojalá nadie encontrara lo que estaba leyendo, porque solo leia sobre reencarnaciones.. despues todo se apago, pero el eco de su ultimo pensamiento quedo flotando ahi, entre el jabon y el olor a lavanda, “ni depilada, ni digna, ni lista”

Cuando abrio los ojos lo primero que vio fue un techo alto con molduras doradas, una cortina de terciopelo azul y una cama tan grande que parecia tragarse su cuerpo entero, se incorporo de golpe..

—¡¡renací!!—

Tan fuerte que una doncella solto la bandeja de plata que traia, el té voló por el aire como una coreografía trágica

—mi lady, ¿se encuentra bien?—

—bien? estoy viva!—respondió ella saltando sobre la cama—esto... esto es como Bridgerton, verdad? donde estan mis pretendientes? mi corset apretado? alguien tiene un abanico?

la doncella la miraba sin entender nada y ella, que seguia mirando alrededor, se dió cuenta de que aquello no era un sueño. la habitación era demasiado real, la alfombra olía a flores y polvo, y su reflejo en el espejo le mostró una cara distinta.. más joven, con ojos verdes enormes y un cabello rubio tan perfectamente peinado que parecia de mentira.

entonces llegó el golpe de recuerdos, uno tras otro, como un torrente que la aplastaba. Leia Tudor, hija menor del barón Tudor, prometida a un hombre que no amaba, víctima de una familia que sonreía mientras la traicionaba. vio imágenes.. una copa de vino, un veneno lento, una risa hipócrita. su propia muerte, elegante y trágica, en un vestido azul igual al de las cortinas.

[bueno, genial.. muero envenenada por mis propios parientes. fantástico. ni en la otra vida me dejan descansar en paz.]

—mi lady, desea que llame al doctor?

Leia: no, trae mejor una copa de vino... espera, no, eso fue lo que me mató la última vez—

[si estos idiotas creen que me voy a dejar matar otra vez, están muy equivocados. Leia tudor renació... y ahora, cariño, Leia se vengará.]

Leia se sento en el escritorio pegado a la ventana, la luz entraba como si alguien la hubiesen pintado de oro y polvo, saco un papel viejo de la mesa y un lapiz, no queria tinta porque la tinta se corre y la verdad es que queria muchas hojas, muchas marcas, algo desordenado, como su memoria.

empezo a escribir sin ordenar las palabras, porque las visiones no la dejaban respirar, eran imagenes que se pegaban una encima de otra y si no las escupia al papel se le iban a enredar en la cabeza..

"ME LLAMO LEIA TUDOR, hija menor del baron, muerta una vez, viva ahora, planeo venganza"

luego hizo una raya. y empezo la lista de nombres que iba a necesitar, los que tenian manos en su muerte y los que podrian ayudarla. entre ellos estaba MARK DONNELY, duque, jinete del emperador, para que se entienda la jerarquia: emperador, principes, y despues los cuatro jinetes.. que no son caballos, son hombres con poder, dinero y espadas, y Mark esta en ese cuarto..

[asi que si le demuestro que la familia Tudor me traiciono, él me puede creer o al menos me puede proteger, o arruinar jajaja]

escribio tambien como lo recordaba en una visión.. Mark con la capa negra, una cicatriz que le cruza la ceja, montado en un caballo enorme, y sus ojos eran frio y justo, no cruel. se detuvo y anoto.. "ES JUSTO, NO ESTUPIDO"

las notas se volvian dibujos, flechas, tachaduras, flechas otra vez. cada vision tenia un gesto, un olor, un objeto que podia servir de prueba. vio la copa de plata con grabados de la familia Tudor, vio una servilleta con una letra, vio una sonrisa que no llegaba a los ojos. entonces decidio que no bastaba con decir "me envenenaron", tenia que construir una cadena, una pelicula de hechos que el duque pudiera seguir como quien sigue huellas en la nieve.

tambien escribio para si misma una estrategia para acercarse a Mark sin parecer una manipuladora..

primero, observar desde lejos, asistir a un baile donde el vaya, sin llamarlo la atencion.

dejar caer "por accidente" un papel con una frase que solo él sabia, algo que aparecia en sus visiones, para que alguien lo encuentre y lo lleve a los oidos del duque.

si eso no basta, crear una escena pequeña, una confesion teatral..

ultimo recurso.. ir a el con pruebas directas..

se rio al apuntar el ultimo paso, la risa fue escrita con una linea ondulada, una especie de firma. despues se detuvo y puso otra cosa importante..

[no confiar en nadie que lleve apellido Tudor, obviamente]

y su sarcasmo salia en las notas, frases cortas: "los parientes son adorables cuando te clavan el tenedor en la espalda" o "mama siempre dijo que el matrimonio era para ascender de nivel, no para salvar vidas"

por dentro, sin embargo, habia mas.. miedo, recuerdos que cambiaban de color, escenas en las que ella misma era la actriz y la victima, y la idea de que cambiar el futuro era como borrar tinta con saliva, imposible, pero al menos podia manchar otra hoja, crear otra historia.

al final de la pagina escribio en letras grandes y torcidas: "REUNIR EVIDENCIAS. CONSEGUIR A MARK. VENGANZA" y dejo el lapiz encima. se levanto, abrió la ventana y respiró profundo, como quien toma aire antes de saltar a una piscina helada.

Al dia siguiente Leia bajo al comedor con el vestido bien arreglado, el cabello tomado y una calma que ni ella entendia, parecia otra, y en realidad lo era, una que ya habia muerto una vez, asi que lo de hoy le parecia casi un juego..

su padre, el baron Tudor, leía el periodico con gesto de importancia, como si el destino del imperio dependiera de su taza de cafe, la madrastra sonreia dulce como miel podrida, y el hermanastro, Bastian, jugaba con una manzana, lanzandola al aire sin mirar.

[todos parecen felices, como si no fueran los asesinos de mi proximo futuro]

Barón Tudor: buenos dias, Leia.. duermes demasiado, tu hermano ya paseo por el jardin tres veces

Leia se detuvo al borde de la mesa, los miro a todos uno por uno, y dijo con una voz tranquila..

Leia: bueno, quizas duermo tanto porque no tengo la conciencia tan liviana como ustedes

el silencio fue inmediato, se escucho solo el tintineo de la cucharita contra la taza de porcelana. la madrastra, lady Corinne, levanto una ceja y solto una risita fingida

Lady Corinne: oh, querida, parece que alguien se ha levantado de mal humor... no habras tenido pesadillas, verdad?

Leia sonrio, esa sonrisa suya que parecia dulce pero tenia colmillos escondidos..

Leia: no, madrastra, solo tuve un sueño muy lindo... soñé que todos decian la verdad por un dia entero, debio ser eso lo que me dejo tan cansada

Bastian escupio sin querer el trozo de manzana que masticaba, el baron bajo el periodico por primera vez, confundido. Leia se sirvio pan, tranquilamente, como si nada, lo untó con mantequilla y agregó sin mirar a nadie..

Leia: aunque pensandolo bien, si eso pasara el escandalo seria monumental, tal vez ni el jardin soportaria tanto veneno

la madrastra la miro entre divertida y molesta, pero no encontro manera de castigarla, no habia insulto directo, solo un tono... ese tono nuevo que Leia usaba como si lanzara dardos.

el baron tocio, incomodo

Barón: Leia, hija, deberias hablar con mas... suavidad, no es propio de una señorita..

Leia:.. claro padre.. la suavidad es mi especialidad, soy casi una nube

Bastian no pudo contener una carcajada, porque no estaba acostumbrado a verla asi, tan viva, tan distinta. Leia le lanzo una mirada breve, una de esas que dicen riete ahora, que luego lloraras, y siguio comiendo sin apuro..

la madrastra, con la sonrisa tensa, intento retomar el control

Lady Corinne: bueno, supongo que la señorita Leia ya no es tan... callada

Leia dejo la cuchara y la miro directamente a los ojos

Leia: soy callada pero no estúpida..

esta vez ni el baron supo que decir, todos se quedaron quietos, solo el reloj marcaba los segundos entre la sorpresa y el miedo leve que empezaba a colarse en el aire. Leia se levanto, limpio los dedos con una servilleta..

Leia: que tengan un buen dia, familia, disfruten el desayuno, nunca se sabe cual podria ser el ultimo

Al salir, Leia le dijo al cochero que siguiera al duque Donnely, el hombre la miro con desconfianza, pero ella conocía como funcionaban las cosas, leyó muchas novelas asi que le entrego un brazalete..

Leia: amigo cochero esto se le vera muy hermoso a su esposa y además su discreción será bien utilizada..

El hombre asintió y no hizo preguntas..

Lo siguió al salón de te, por las calles, por la feria.. e incluso por el camino que daba a su propia mansión, asi lo hizo por al menos tres días.. y es que Leia se pegaba a la sombra del duque como si fuera una pegatina torpe, tratando de no pisar las botas de sus hombres ni tropezar con las colas de sus capas, pero la torpeza tiene olor y se nota. cada vez que el duque se detenía ella fingía mirar una flor, o el cielo, o su propio zapato..

los hombres del duque la miraban con cejas levantadas, cuchicheos cortos, y uno que otro empujon discreto para alejarla. sir Chris Davies, el asistente del duque, se acercó a su señor con una mezcla de respeto y preocupación..

Chris Davies: milord, ¿cree usted que deberíamos actuar sobre la señorita Tudor?

Duque: actuar? si una mujer joven, rubia, de ojos verdes, cree que puede dañarme... entonces, bueno, deberia morir. jajaj.

las palabras cayeron como una broma mala en el aire. los hombres rieron un poco, cortos, porque el duque se reia y cuando él se rie el mundo lo acompaña. Leia, que habia escuchado todo lo miró con disimulo..

Leia (susurro): que hombre mas pesado..

no paso desapercibida. el duque la miro por primera vez en serio, las arrugas de su ceja mostraron sorpresa. Chris le echo una mirada rápida, evaluando si su señor estaba por ordenarla arrestar, o invitarla a tomar te.

el duque inclino la cabeza, una sola vez..

Duque: señorita...?

Leia: Leia Tudor, milord. la que podria, segun su gracioso juicio, suponer una amenaza mortal.

los hombres se miraron, el duque sonrio de nuevo, pero esta vez sin la burla, con algo que iba entre la curiosidad y la incomodidad. Chris carraspeo, anotando mentalmente que ella podria ser una distraccion... o una advertencia.

[bien, tengo tu atención, ahora solo falta ganarme de a poco tu confianza para que me ayudes a realizar mi venganza..]

El duque Donnely la miró con una sonrisa burlona..

Duque Donnely: señorita Tudor, seria tan amable de acompañarme al salón de té.

Leia: mmmm esta bien..

El duque la miró ladino..

[¿Qué esta tramando esta niña?]

Entraron al salon privado con pasos tranquilos, el duque cerro la puerta con un golpe sordo y señalo las butacas frente a la chimenea. la habitación olia a cera y a papel viejo, y sobre la mesa baja habia una tetera, dos copas y una botellita oscura con un corcho pequeño.

Duque: sir Chris me dijo que andabas siguiendome como si fueras mi sombra favorita.. tomemos te, es mas seguro que enfrentarse a mis guardias..

Leia se sento con las manos en el regazo..

Leia: gracias, milord, el te calma, y por cierto.. su señor tiene mala cara..

el duque sirvio una taza pequeña, y antes de ofrecersela con su magia hizo sonar la ventana.. despues derramo apenas una gota en el borde de la taza de Leia, sin que ella lo notara..

[solo un toque de... verdad jajaja es una pocion mejorada y habia querido probarla hace tiempo… porque quien la toma no puede evitar decir lo que realmente piensa jajaja no hagas perder mi tiempo niña]

El duque bebio un sorbo de te primero, observo su reaccion como quien espera una señal. el liquido tenia un sabor extraño, un poco dulce y con un final metalico, y desde el primer trago ella sintio una ligereza en la lengua, una necesidad absurda de no guardarse nada..

Duque: cuéntame tu verdad Leia Tudor.. solamente la verdad..

Leia: esta bien.. soy Leia Tudor, reencarnada, si, suena ridiculo, pero es verdad.. mis padres, el barón Tudor, mi madrastra y mi hermanastro piensan matarme, por la herencia. quieren que desaparezca y que asi la riqueza se reparta entre ellos como si fueran gente generosa..

el duque la miro, serio, apoyando un codo en el respaldo..

Duque: y crees que te mataran? por envenenarte?

Leia: no creo, yo se.. vi la copa, la servilleta, la sonrisa falsa de mi supuesta madre, y el lugar donde me mori, todo en detalle. y no es solo rencor, es un plan..

el duque ladeo la cabeza, una sombra de incredulidad en los ojos.

Duque: ¿y por que vienes a decirme esto a mi?

Leia lo miro, sus ojos verdes brillaban con una chispa que era mitad reto mitad broma.

Leia: porque usted es justo, o eso dicen, y porque los jinetes del emperador estan por encima de los barones y ademas... porque usted es peligrosamente guapo, de esos que tendrian un cartel que diga.. alejate, peligro jajaja y porque, bueno, si logro desenmascarar a mi familia, tal vez, solo tal vez, yo le permita ocupar un lugar... mas adelante, en su cama.

el duque no pudo contener la risa, una risa corta y sincera que le quito hierro a la escena.

Duque: vaya, usted tiene un sentido del humor peligroso y una lengua aun mas peligrosa.

Leia: que le puedo decir, matar no es bonito, pero si hay que vengarse, al menos que sea entretenido..

el duque la observo por un momento largo, como calibrando la verdad en su medida. luego se apoyo hacia delante..

Duque: bien, Leia Tudor. voy a creerle una cosa.. si eres capaz de mostrarme algo tangible, algo que solo quien vivio aquello sabria, te oigo. si es falso, me retractare y te mando a casa con una sonrisa y dos guardias..

Leia: trato hecho, milord.

Duque: hablare también con la verdad.. es la primera vez que una mujer me invita a la cama en medio de una conspiracion familiar..

Leia: jajaja olvide esa parte, pero recuerde que en unos dias cuando lleguen los mercaderes traerán elementos magicos prohibidos en el imperio..

Duque: esa es una acusación grave niña

Leia: compruebelo duque..

Duque: bien.. lo haré..

El duque sonrió burlón y salio del salón..

Leia se quedo sola un rato mas, sosteniendo la taza como si fuera una armadura pequeña, mirando la tinta que dejaba en el borde. escucho la puerta cerrarse y el sonido de botas alejarse por el pasillo, y por un segundo se sintio ridiculamente feliz.. habia logrado que alguien poderoso tomara en serio sus palabras, o al menos que se interesara lo suficiente como para sonreir y marcharse.

[ahora a esperar a los mercaderes y a ver si traen de verdad esas cosas prohibidas]

Esa misma tarde Leia volvio a la mansion Tudor con el paso medido, casi perezoso, como quien vuelve de un paseo sin importancia. pero en su cabeza las piezas giraban rapido, el Duque Mark Donnely ya tenia su pista con los mercaderes.. y ella, mientras tanto, necesitaba su propia evidencia, una que saliera de adentro de la casa, del corazon podrido de su familia..

entro por la puerta lateral, la de los sirvientes, porque no queria cruzarse con su madrastra ni con su padre, que a esa hora solian beber vino y comentar lo bien que funcionaba el mundo cuando ellos lo controlaban. subio las escaleras descalza, para no hacer ruido, y se detuvo frente al despacho del baron. la puerta estaba cerrada, pero la cerradura era vieja, y Leia tenia una horquilla y cero miedo.

un clic suave, y entro. el aire olia a cuero, a tinta seca y a algo mas... metal caliente. en la pared, los retratos familiares la observaban con sus caras solemnes, casi como si la juzgaran por atreverse a entrar.

[oh, por favor.. ahora me juzgan los muertos en cuadros, fantástico]

se acerco al escritorio y empezo a revisar los cajones. papeles, cartas con sellos rotos, cuentas de la mansion. nada nuevo, hasta que encontro una carpeta distinta, mas gruesa, sin etiqueta. al abrirla vio nombres de mercaderes, fechas, y cifras que no cuadraban con los libros oficiales de la familia. negocios con reinos extranjeros, impuestos omitidos, incluso un par de contratos con un emblema prohibido: una serpiente devorando su propia cola.

[oh, dulce ironia.. mientras el duque busca magia prohibida en el mercado, mi querida familia la compra por correspondencia]

empezo a copiar con rapidez los datos mas importantes en una hoja aparte: nombres, fechas, lugares de entrega. si algo le pasaba, al menos tendria con que negociar.

despues de un rato escucho pasos en el pasillo. escondio los papeles en su corset (no era comodo, pero servia) y cerro todo como si nada. alcanzo a ponerse frente al estante fingiendo leer un libro justo cuando la puerta se abrio.

era su hermanastro Bastian, con esa sonrisa distraida y ese aire de quien siempre se cree el favorito.

Bastian: hermanita, que haces en el despacho de padre?.

Leia: oh, solo buscaba un libro para dormir, uno aburrido, como nuestras reuniones familiares.

Bastian: bueno, procura no tocar sus cosas, ya sabes como se pone..

Leia: lo se, lo se.. no se preocupe, yo entiendo nada de cuentas, dejo eso a los genios de la familia

cuando él se fue, Leia cerro los ojos y exhalo lento. el corazon le latia fuerte, pero habia valido la pena. salio del despacho con paso firme, se dirigio a su habitacion y guardo las copias dentro de una caja de costura. si los mercaderes del duque confirmaban su historia, y ella aportaba pruebas de negocios ilegales de los Tudor, tenia una trampa perfecta.

[Vaya Leia, de morir electrocutada a ser detective de aristocratas. no esta mal]