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Tus Caricias

Sinopsis+ Capítulo 1

...Sinopsis...

...Ella en los brazos de su ex siempre fue un chispa de fuego a medio prender, y después de su por fin ansiada separación, solo anhelaba trabajar y dedicarse a su hijo, su tesoro más preciado....

...No quería volver a escuchar en los labios de otro hombre "eres mía" no, no quería si para eso tenía que volver a vivir lo mismo que en su relación con el padre de su hijo....

...Él no esperaba lo que el destino le tenía  preparado. No esperaba que su corazón herido y de hielo  volviera a latir así. No después de lo que pasó con su ex novia. Y definitivamente no esperaba pertenecer a una  mujer....

...Y si ninguno de los dos esperaba la llegada del otro a sus vidas, ¿qué sucederá cuando se conozcan?...

...¿Podrá el fuego a medio prender transformarse en una ardiente  hoguera?...

...¿Podrá un corazón herido y de hielo volver a amar, y ser derretido hasta el punto de ebullición, y tal vez generar un sobrecalentamiento más allá de los límites permitidos?...

...Acaso, un par de copas, conocer el cielo y sus caricias, ¿cambiará sus vidas?...

 

...****************...

...Capitulo 1...

— Noo... porfavor, te lo imploro...—le susurro con voz temblorosa al hombre que supuestamente me debía amar y anteponer mis deseos a los de él, un hombre al cual amé con locura y por el cual estuve ciega por varios años— no me hagas esto otra vez...

— ¡Cállate perra! Aunque debo admitir que tus súplicas me calientan aún más... —me responde con voz ronca después de desgarrar mi ropa y dejarme totalmente desnuda ante él. Su mirada depredadora, lujuriosa no es una cosa bonita de ver, ya no, antes lo que eran mariposas de enamoramiento, ahora son nauséas, y asco en mi interior.

Mientras besa mis labios con brusquedad, una de sus manos toman las mías más pequeñas, poniéndolas sobre mi cabeza en la cama, y con la otra separa mis piernas que tiritan de miedo.

《Ya no quiero más esto, no quiero más sexo vacío y con sabor a nada más que miedo》

El olor de su cuerpo sudoroso, su respiración es una combinación de drogas y alcohol, e innevitablemente inunda mis fosas nasales. 《¿cómo pudo haber cambiado tanto, dónde quedó aquel hombre del cual me enamoré? 》

Siento su miembro apretarse contra mi zona íntima, su cuerpo más grande y desnudo sobre el mío, más menudo y cansado.

《¿Porqué tengo que ser tan débil?》

Entonces su miembro entra en mí en un empuje brutal y sin importarle en lo más mínimo si me lástima, o si estoy preparada. Así excitado y solo importándole sus necesidades, su miembro sigue empujando, penetrándome una y otra vez con estocadas brutales, buscando su placer. Su risa y sus palabras repugnantes del acto que llevaba a cabo me revuelven aún más el estómago. Lo escucho jadear, insultarme y acelerar sus embestidas aún más.

Yo muerdo mis labios ahogando mis gritos de dolor, ya que si no lo hago mi hijo que duerme en el cuarto de al lado nos escuchara, y no quiero despertarlo.

— Ya basta... —le suplico en susurros una última vez. Él dirige su puño contra mi mejilla y me callo al instante.

— ¡No vuelvas a hablar perra! No te veo como la mujer que merezco, pero me diste un hijo y vives en mi casa y eso te hace mía... y soportarás todo lo que yo quiera.... no te atrevas a engañarme maldita, porque te irá peor. Oh, maldiciiiiión...esto es tan bueno... —esto último lo dice apenas ya que esta entrando en una nube de poder y lujuria, lo que lo hace creerse mi dueño y señor.

《¡Es un maldito hijo de puta!

¡Lo Odio!》Pero no soy capaz de decírselo en voz alta.

《¿Cómo puede sentir placer con mi sufrimiento?》

《Yo le amaba, pero eso es tiempo pasado, esta relación ya no da para más. Después de este día lo dejaré, sí, sé que es algo que me he dicho muchas veces pero esta vez lo haré》.

Mis lágrimas caen sin cesar por mis mejillas con moratones que marcan mi piel, moratones hechos por sus puños, su pies, ni siquiera por su mano. Mi labio inferior partido tiembla, y después de algunos minutos que parecieron una eternidad, él derrama su semilla en mi interior para caer profundamente dormido. Con un suspiro de alivio lo separo de mí cuerpo como puedo y me voy al baño, allí me meto bajo el chorro de agua fría de la ducha, me restriego con una esponja el cuerpo a ver si así logro quitar su olor de mí.

Agacho la cabeza, mi cuerpo tiembla mientras más lágrimas bajan por mis mejillas confundiéndose con el agua de la ducha. Aprieto mis puños tan fuerte que siento mis uñas clavarse en las palmas de mis manos.

Ya no doy más con esta vida que llevo, cuando ni siquiera es vida lo que vivo a su lado. Cada día es peor que el anterior, tengo miedo, estoy aterrorizada, y si no hago algo pronto, esto tal vez termine en uno de tantos casos de femicidio o al revés.

_______________

Después de la ducha me cambio de ropa, sé que no se despertará hasta el día siguiente, ya que es del sueño pesado, y sus ronquidos me lo confirman.

Con cuidado de no hacer ruido me termino de vestir y abrigarme, tomo algunas cosas importantes como mis documentos y los de mi hijo que guardo en el velador, y salgo de la habitación, cerrando tras de mí con sumo cuidado. Recuesto mi cuerpo cansado y golpeado en la puerta de la habitación, mis piernas tiemblan por el esfuerzo, estoy cansada, pero solo unos segundos de descanso bastan, y a paso firme me dirijo a la habitación de mi bebé.

Después de alistar a mi bebé que esta aún dormido. Lo envuelvo en una mantita grande y abrigadora, tomo su bolsito con sus cosas, las más necesarias y bajo las escaleras, dirigiéndome a la salida, de allí tomo un cochesito que guardo dentro de un closet que hay al lado de la puerta de salida donde se guardan los abrigos. Saco el cochecito y como puedo lo abro, y coloco a mi pequeño en él, quién hace un sonidito con su boca mientras lo recuesto frunce su ceño y arruga su pequeña nariz《todo sea por ti mi pequeño, no quiero que crezcas y seas una imagen de tu padre, no, no quiero》

Beso su frente mientras lo arropo, y él como un pequeño inocente dormido, sin enterarse de lo que sucede a su alrededor. Y es mejor así.

Echo un último vistazo a esta enorme casa, es muy espaciosa y tiene todas las comodidades, pero quien dijo que las cosas materiales dan la felicidad, no sabía realmente de lo que hablaba. Por que si bien es cierto que lo material y el dinero da comodidad para vivir bien, y sin preocupación ecónomicas, no hay que hacerlo a espensas de nuestra felicidad, o bien de nuestra vida.

Salgo de la casa sin siquiera cerrar a mis espaldas, camino empujando el cochecito, y respiro un poco más relajada al darme cuenta que mi bebé se encuentra dormidito aún.

Camino por las calles hasta altas horas de la madrugada, mis pasos son rápidos y no miro hacia atrás, tengo que llegar a la parada de radiotaxis diurnos, con suerte podré encontrar alguno disponible. Ya que desde casa no pude llamarles, no tenía celular, nunca desde que me fui a vivir con él lo tuve, porque era demasiado celoso y veía fantasma donde no los había. Y el teléfono de casa estaba bajo llave.

El automóvil solo lo conducía él.

Antes de llegar a la estación de radiotaxis paso por enfrente de un callejón, y de su interior se escuchaban risas de hombres, se nota que estan drogados. Lo noto por las cosas sin sentido que hablan, cosas que es imposible no escuchar por el volumen de sus voces.

Apresuro mis pasos mientras un escalofrío recorre mi espina dorsal.

— ¡Hey muñeca! ¿Para dónde vas a estás horas y tan solita? —me pregunta un tipo que se situa de pronto frente a mí y mi hijo, mientras que por el rabillo del ojo izquierdo puedo ver a otros tres más acercándose a mí por detrás. El miedo me invade como el maldito egoísta que siempre a sido conmigo.

《Yo no importo pero, ¿y mi hijo? Y si estos malnacidos le hacían algo, o peor, ¿si eran violadores o pedrastas? ¡Dios ayúdame!》

Ruego en silencio, desesperada, y por primera vez mis ruegos casi fueron escuchados.

— ¡¿Qué mierda hacen ustedes par de pelotudos aquí en vez de estar vendiendo la mercancía?! —era un voz de mujer, y se notaba cabreada.

— Nena no interrumpas, ya vamos, no ves que los muchachos han encontrado carne fresca para divertirse.

— ¡Que carne fresca ni que mierdas! ¡Los quiero de vuelta en sus puestos, y para ahora es tarde! Y no me digas nena. —esa era una advertencia, para quién sea que le haya dicho "nena"—porque sabes muy bien que no somos nada, ¡Esa dichosa palabra me emputese aún más!

— Ya vamos jefa. —le responde otra voz masculina, y ella se para frente a mí, con su mirada posada en los hombres. Su mirada es gelida y un poco escalofriante. La miro anonadada por como los hombres le han obedecido, incluso diría yo que le temen. La miro con admiración 《Ya quisiera yo tener un par de ovarios como los de ella para enfrentarme al padre de mi hijo》Es una mujer alta, con curvas capaz de enloquecer a un hombre, es hermosa a su manera, esta vestida con pantalones de cuero negro que se pegan a su cuerpo como una segunda piel, una polera con logotipos de algún grupo de rock, y una chaqueta negra también de cuero, su pelo rubio esta suelto salvajemente. Sus ojos no sé de que color seran, pero su mirada irradia confianza y poder.

— ¡Muevan sus culos ya! Y tú muñeca,—nuestras miradas chocan—muestrame que llevas en ese cochecito. Si es en verdad un bebé es tu día de suerte y te has salvado, y creéme cuando te digo que será suerte, porque esos que van ahí son unos animales, y estas en nuestro territorio. —apunta al grupito mirándome fijamente, se acerca y levanta la sombrilla del cochecito, levanta la manta y sonríe al ver a mi bebé, se acerca a mí y levanta mi mentón, observa mi labio hinchado y los moratones en mi mejilla derecha, y eso no es nada, si solo viera mi cuerpo— veo que ya te has tropezado con otro animal, —me mira con pena— vete antes de que me arrepienta. Y te doy mi palabra que nadie de los de mi zona te tocará un pelo, de eso me encargo ahora mismo.

Me alejo sin esperar una nueva advertencia, porque sea lo que sea que vio en mí, le ablando de algún modo, o tal vez fue mi bebé.

Después de diez minutos de nervios y miedo, al sentirme observada en cada esquina llego a la estación de radiotaxis, cuando me ve uno de ellos, corre hacia mí a ayudarme, seguro fue por lo que vio en mi rostro. Me subo al taxi, y él me lleva pese a mi negativa a la estación de policía.

No podía creer que alguien que ni siquiera conociera me ayudara y se involucrara así, en un problema que ni remotamente era asunto suyo.

All llegar a la estación de policía, no quise decir nada, pero después y por mi hijo finalmente cedí.

Tomaron mi declaración, una patrulla me llevo a mí y a mi hijo a casa de mi madre. Quién al verme corrió ha abrazarme, sollozando.

Había tenido una relación en la que di todo y él nada, nunca nos habíamos casado, porque a él no le importaba, decía que no era necesario porque yo era suya igual, y solo habíamos convivido porque había quedado embarazada.

Ahora esto había acabado, fui cobarde durante mucho tiempo, sin pedir ayuda, sin contar lo que vivía y soportaba a su lado, comenzando por sus engaños, luego sus borracheras, y al final ya todo era un caos cuando comenzó a drogarse, si hubiera seguido a su lado nada hubiera cambiado, todo habría sido peor, mucho peor, tal vez en sus manos hubiera encontrado incluso la muerte.

Y al reaccionar pese a sus amenazas, me di cuenta que era un hijo de puta cobarde, que se desquitaba con una mujer, porque después de mi denuncia no pudo acercarse más a mí, y yo comencé a ver a una psicóloga y a ir a un curso de defensa personal.

Capítulo 2

Un año después.

A pesar de que había pasado ya un año desde que había escapado del lado del padre de mi hijo, todavía los recuerdos eran nítidos y a veces se presentaban en mis sueños como constantes pesadillas.

¿Doloroso? Definitivamente sí, no había espacio para ninguna relación sentimental, no podía sentir nada más que desconfianza y recelo por la población masculina. Todo se basaba en mi hijo y su bienestar, nada más importaba que verlo creciendo feliz.

Mi ex por su lado había cambiado bastante conmigo, no me acosaba y ya tenía otra relación con una de sus amantes.

Aunque al principio cuando supo que me había ido de su lado, y que lo había denunciado se puso como loco. Lo primero que hizo fue ir a casa de mi madre, ordenarme que volviera con él, porque según él yo era tan inútil que no sabría que hacer sin él, por otra parte, me amenazo con quitarme a mi hijo si no dejaba de comportarme como una niña, que si sabía lo que me convenia iba a volver, que en la vida iba a encontrar otro hombre mejor, que nadie me amaría jamás como él lo había echo. 《Sí, el muy desgraciado trato de convencerme al final que con eso de que me amaba, por Dios, nadie ama a golpes, ni regodeándose al humillar a la persona amada》 Su comportamiento violento no hacía mucho para convencerme de volver, además, cuando yo vivía con él, siempre que yo trataba de negarme, o no estaba de acuerdo en hacer algo que quería, lo pagaba muy caro, porque después lo obtenía de mí a la fuerza. Sus maltratos físicos, sicológicos y sexuales, casi me destruyeron por completo, y digo casi, por que si no fuera por mi hijo, nunca habría tenido la fuerza suficiente para dejarlo.

Mi bebé fue la luz y la fuerza para escapar de ese infierno que vivía a su lado.

Y por esa razón, no me deje manipular pese a sus contanstes llamados y amenazas, todo lo contrario, me dio más ideas,  lo grabe y lleve las evidencias a las autorirades, algo que le dio una patada realmente fuerte a sus pelotas de macho alfa y todopoderoso. Nunca pensó que la mujer que a sus ojos era tan inútil y maleable hubiera sido tan inteligente; porque lo detuvieron y tuvo que pedir auxilio a sus padres. Quienes se entrometieron y abogaron por él, me pidieron, no que digo me pidieron, me suplicaron levantar las demandas por nuestro hijo, que el niño no podía criarse lejos de sus dos padres, que eso le haría mal, que no sería normal. Que, qué clase de madre sería yo si le hacía eso al hombre que según ellos me lo dio todo. Pfff se notaba que mi ex había sacado el genio del padre, dominante y dueño de la verdad. Dios quiera que mi bebé no sea así, una razón más por la cuál debo luchar y no dejarme convencer.

Y luego como si no fuera poco, vino la guinda de la torta, y esas serían las palabras que me dijo su madre cuando hablamos a solas. O como ella me dijo, de madre a madre.

Según ella, "una mujer debe soportar todo del hombre con el que decide compartir la vida, y sobretodo cuando hay hijos de por medio, que debemos ser obedientes y callar, todo lo que ellos hacen o dicen no debe ser contradecido, ellos nos mantienen, nos dan un techo. Después de todo somos solo mujeres, y esa es la única manera. Además de que hay que guardar apariencias, que no debía permitir que esta insignificancia se esparciera manchando el buen nombre de su querido hijo. Debía levantar la demanda y someterme a mi querido marido, y así la gente no sabría que había sido detenido por algo sin importancia"

<<¡Ja! Querido marido, gracias a Dios nunca tuve el honor, y nótese el sarcasmo y la rabia, "de casarme con monstruo de su hijito" >>

Yo no sé que clase de vida tendrían ellos, pero sus palabras me repungnaron, y no la escuche pese a sus suplicas vacías, no di mi brazo a torcer, esto se trataba de mí, no de ella. Si ella callo siempre ante una vida de mierda, yo no repetiré su historia. Me dolió escucharle decir que lo que su hijo me hizo fue algo sin importancia, realmente creía que me haría entrar en razón hablando conmigo a solas de "madre a madre" .

Y esa fue la última vez que ví a sus padres, mi ex estuvo detenido una semana gracias a su dinero e influencias, y al haber demasiadas pruebas, de las que casualmente algunas cayeron en manos de la prensa, arreglamos todo por medio de la justicia y abogados.

La custodia de mi hijo la gane yo, también se acordo la cantidad suficiente de dinero para la manuntención de nuestro hijo, al que no podría ver, a menos que acudiera a un tratamiento con un especialista. A mí, no se podría acercar, a menos de 500 metros de distancia.

Aunque el muy hijo de puta, después del juicio me hizo una advertencia, que más que nada se basaba en esa posesividad enferma que sentía por mí a pesar de que le odiaba, yo como persona no le importaba, le daban exactamente lo mismo mis sentimientos, pero como era la madre de su único hijo se creía con el derecho de prohibirme tener una relación sentimental con otro hombre. Y eso más que una advertencia fue una amenaza.

Que para mí estaba latente y sabía muy bien que ese miserable era muy capaz de cumplir sus amenazas, podría quitarme a mi hijo si me veía con otro hombre. Porque para mi mala suerte, su padre tenía el dinero, y las conexiones.

Después de un año pudo comenzar a ver a nuestro hijo, se comprobo que estaba trabajando junto a su padre en su empresa y había reaccionado bien a los tratamientos. Estaba limpio de drogas y alcohol, pero como dicen por ahí "las apariencias engañan" y yo no le creía ni mierda, no me fíe de él, ni me fío.

Es un maldito, y todavía le temo a pesar de saber defenderme, y haber tenido un tratamiento sicológico, al cual todavía acudo. Ya que no puedo negar que el miedo sigue ahí, y no se va. Incluso cuando voy de camino al trabajo, 《algo que me costo mucho encontrar, porque no había estudiado una carrera, y todo por enamorarme del hombre equivocado que me hizo vivir en el mismísimo infierno》su sombra aún me persigue, temo encontrármelo y que me dañe, pero son solo imaginaciones mías.

Mi trabajo de medio tiempo es por las noches de 8pm a 3am, en un club nocturno bastante conocido, exclusivo y con mucha seguridad.

El dueño es amigo de mi hermano, paga muy bien, para él sus trabajadores son como su familia. Algo inusual para alguien con mucho dinero, nos respetaba, y trataba con igualdad. Y como yo era hermana de su amigo, me cuida y ayuda mucho más. Los guardias de seguridad siempre estan atentos a cualquier cosa.

Y aunque no hubiera sido así, yo sabía defenderme de los imbéciles propasados.

Mi ex obvio se entero de inmediato, intento chantajear cuando recién lo supo, luego mi hermano tuvo una conversación con él y lo dejó estar. Mi hermano no me dijo de que trató la conversación solo insinuó que fue muy amigable, algo raro si hablamos de Leo, pero resultó. Total, yo solo trabajaba en ese lugar, no me estaba prostituyendo, como el creyó antes de conversar amigablemente con mi hermano.

_____________

Mi trabajo es servir tragos detrás de la barra,  ayudar a ordenar y limpiar al termino de mi jornada, y como dije la paga era más que suficiente para mantenerme, ayudar a mi madre con los gastos de la casa. También los de mis estudios que había retomado, pagar las cosas de mi hijo y mías.

No era el sueldazo el que pagaban allí, pero me alcanzaba para todo, además no tenía que hacer nada que no quisiera.

Chris mi hermano quien trabaja medio tiempo en una agencia de publicidad me viene a buscar al trabajo al termino de cada turno, y se lo agradezco enormemente, porque no sé que hubiera sido de mí sin el apoyo de él y de mi madre.

Hoy por ejemplo es fin de semana y el club comienza a llenarse temprano, personas que bailan en la pista, algunos charlan y comparten tragos mientras ríen. El sector vip hoy esta completo, allí es donde se gana mejor, y la mayoría de las chicas piden ir allí a servir tragos.

Yo sin embargo, prefiero estar detrás de la barra junto a Juaco, un chico de unos 23 años de edad, de cabellos largos amarrado hacia atrás, facciones duras, y cuerpo bien trabajado, es un chico guapo. La mayoría de la clientela femenina babea por él. Yo por mi parte con mis 26 años de edad, no sentía atracción alguna por el género masculino por lo que estaba a salvo de cualquier tipo de relación o tentación.

Mientras me adentro al club por la puerta de atras, uso exclusivo para el personal, me voy directamente a los vestuarios. Saludo con la mano a mis compañeras y compañeros de la jornada nocturna, y veo que a André, una chica española acercarse a mí, me planta dos besos uno en cada mejilla y me sonríe mientras entramos a los vestidores.

— ¿Qué tal guapisíma? —me pregunta.

— Un poco cansada pero bien, y tú. ¿Cómo esta el ambiente?

— Lo mismo de siempre, aunque...—se pone una mano en la cintura y me observa de arriba abajo, evaluándome— tienes buen cuerpo, y tienes un rostro hermoso, no entiendo como puedes ser madre y seguir así de buena. Creo que a ti te tocaron buenos genes, ya que en mi familia la mayoría después de dar a luz a algun bebé, se le sueltan ciertas partes del cuerpo.—se lleva la mano a la cabeza como si eso fuera lo peor del mundo, y haciéndo caras de horror, es una dramática. La observo y la veo cambiar su actitud de reina del drama a señorita seriedad, me suelta de repente y se acerca al armario donde está el vestuario para las bailarinas y meseras del sector vip. Escoge un vestido corto, saca unos tacones negros y me los pasa.

— ¿Y eso? —le pregunto señalando el atuendo y los tacones.

— Falta personal para el sector vip, y eres la única que puede suplir a Mónica que falto hoy por un asunto personal.

— Sabes bien que allí yo no entro, mi lugar esta en la barra ayudando a organizar y limpiar después.

— Por favor cariño, allí te harás muchas más propinas que lo que te haces en dos semanas en la barra. Y te necesitamos, han venido unos clientes muy importantes.

— Lo siento André, pero no puedo ir allí, no me dejaré manosear o aguantar a ningunos de esos tipos riquillos con ínfulas de dioses, no, no, y no. Lo siento.

— Por favor Dani, no tienes que hacer nada de eso, solo atender. Nadie del personal es obligado a nada, lo sabes. Además tú te sabes defender muy bien si alguno se propasa, su patada en las pelotas y asunto arreglado.

— Sabes que a Gregorio no le gustaría esa idea. —le respondo refieriéndome al dueño del bar.

— Bueno, tienes la suerte de ser la hermanita de Chris, no te echará ni nada, le debe mucho a tu hermano.

— No lo sé, André... —suelto un suspiro, llevo dos meses aquí y he sabido tratar con los que se quieren pasar de listos conmigo, y Gregorio siempre me ha apoyado, además André a sido una de las que más me ayudo a adaptarme, y nunca le he devuelto el favor—esta bien, solo por hoy, pero ni de joda me pongo ese vestido. O mis pantalones con mi camisa negra, o nada. Tú decides.

— Esta bien. — suspira asintiendo y  guardando el vestido, yo comienzo a desvestirme para ponerme mi uniforme.

— Pero dejame maquillarte un poquito. —dice y cuando ve que voy a negarme, levanta la mano mirándome seriamente, y no me queda de otra que dejarme arreglar por ella.

— Listo. —dice después de unos segundos y yo me miro al espejo sorprendiéndome a mi misma. Mi cabello esta tomado en una coleta alta y mis ojos color miel delineados, mis labios pintados tenuemente, estoy... bonita.

— Es hora cariño. —me anuncia apareciendo frente a mí otra vez, ni siquiera me había fijado que había salido de los vestuarios del personal femenino.

Un vez que Gregorio fue avisado y yo dije que estaba de acuerdo en ayudar en el sector vip solo por esta noche, él dio su aprobación. Entonces junto a André me dirigo al  sector vip.

El lugar a pesar de estar lleno esta tranquilo. Comienzo mi tarea, y eso es atender a los clientes.

Después de varias horas sirviendo en los reservados, caminando por la pista de aquí para allá, mis pies comienzan a reclamarme que me tome un descanso, me voy a la barra y comienzo a servir allí. Lo bueno es que hasta el momento ninguno de los clientes es desubicado, majadero, o propasado.

Sus vestimentas son de marca, lo que hace que se note de lejos que todos han nacido en cuna de oro, o solo aparentan.

En una de mis tantas vueltas a ver si necesitaban algo más, recorro los reservados, algunas chicas estan devorando la boca de sus respectivas parejas, otras ya estan a horcajadas, mientras se manoseaban por todas partes sin ningún pudor.

Pero él no, hace horas que esta solo, pensativo, bebiendo, y por alguna razón que ni me explico me llamo la atención.

Su mirada de vez en cuando se encuentra de refilón con la mía, y en uno de esos encontrones de miradas me llama con la mano. Seguramente quiere otro jack daniels, ya que eso es lo que ha pedido a una de mis compañeras.

Camino hacia él con paso seguro y tranquilo, es solo un cliente más, y por si fuera poco un hombre, no me importa.

Al llegar me doy cuenta que bebe como si la vida no valiera más que el alcohol que se llevaba a los labios.

Una vez llego a su lado le pregunto si se le ofrece algo más, él me observa de pies a cabeza y pregunta.

— ¿Cuánto quieres por una noche de sexo? —me quedo estática sin saber que decir, abro mucho mis ojos, lo observo para ver si hay algún rastro que diga que bromea, pero nada. Solo puedo vislumbrar un atisbo de tristeza en su mirada atormentada, me da pena, pero solo por unos segundos mientras digiero su propuesta, o tal vez no se refiere a mí.

— ¿Me estás hablando a mí? —le pregunto solo para asegurarme mirando a mi alrededor, pero no hay nadie más que yo. Entonces espero su respuesta, solo para asegurarme que la patada en las pelotas era cien por ciento para él.

— ¿Cien mil, medio millón? ¿Cuánto vales mujer? —me muevo en su dirección acercándome lentamente a él, sin apartar mis ojos de su mirada atenta a cada uno de mis movimientos, y de seguro por su media sonrisa piensa que voy a aceptar su oferta.

Una vez lo suficientemente cerca de su oído, le susurro.

— Me vuelve a proponer algo así, y la patada en las bolas no se las quita nadie, ¿entendió? —le pregunto esto último y me comienzo a alejar, él abre los ojos un poco sorprendido, pero para nada preocupado. Toma mi muñeca y se pone en pie rápido para estar frente a mí, claro que su altura es mucho más elevada que la mía de tan solo 1,65 cm.—¡Suélteme!

Capítulo 3

No puedo negar que el hombre tiene lo suyo, no es el típico atractivo que emana por cada poro al mirarle, no, es algo diferente, a pesar de que es alto, no es musculoso como un fisicoculturista, su cara mas bien es angelical, la de un niño bueno. Algo raro en un hombre, pero sus ojos, esos ojos grises que parecieran decir tanto y a la vez nada. Tormento, dolor, anhelo es lo que se refleja en ellos.

— No sé porqué te haces de rogar, si vosotras las mujeres sois todas iguales cuando se trata de mí, ¿Cuánto? —me saca de mis exhaustiva evaluación de su persona. Me acerca más a él, tanto que puedo sentir el calor corporal emanando de su cuerpo, que aunque es de constitución delgada es fuerte, duro, y su exquisita fragancia masculina me envuelve. Y por si fuera poco, la dureza de su órgano reproductor choca contra mi estómago. Esto me hace dar un respingo, y la posición en la que estoy es desfavorable,  no me puedo mover para hacerle lo que se merece por atrevido, "una patada en los huevos por  cabrón"— ¿Sientes como estoy de cali*nte por ti pequeña camarera?  ¿Sientes como te deseo? Sabes, quiero sentir esos bonitos labios tuyos sobre el hasta que me corra en tu linda boquita, y luego tal vez te devuelva el favor haciéndote lo mismo. Vamos belleza, ¿cuánto vales? Te aseguro que no tendrás quejas, imagínate desnuda en mi cama mientras te toco, abro de piernas; imagínate desnuda mientras me doy un festín contigo, un festín que te hará hacerte perder la noción del tiempo. Con mi lengua lamiendo, chupando, adentrandome una y otra vez hasta que te corras, y me supliques entre gritos y jadeos que quieres que te foll* hasta la inconsciencia. Tan duro que no sentirás el cuerpo cuando terminemos. —cierro los ojos por inercia, mientras imagino aquella escena explícita con la que sólo he podido soñar. Algo en mi interior se calienta, mi centro palpita, y cierro automáticamente las piernas avergonzada. Entonces, es cuando siento sus manos agarrar mi cintura, acercándome aún más a su cuerpo para que pueda sentir más de cerca lo excitado y duro* que esta bajo la tela del pantalón. Sus labios se acercan peligrosamente a mi oreja y muerde mi lóbulo eróticamente, mi respiración se detiene y luego inconscientemente suelto un suspiro. Una de sus manos baja hasta mi trasero, y lo aprieta con suavidad. Y sin siquiera percatarme de en que momento sucede, ya me tiene acorralada contra una pared de su reservado. Las cortinas están caídas y nos proporcionan una peligrosa privacidad.

Su boca baja hasta mi cuello y comienza a mordisquearlo, y yo maldita sea no puedo moverme, estoy totalmente hechizada por él.

《La culpa la tiene mi abstinencia, sabía que debería haberme comprado un vibrador como me aconsejo André》

La mano que no esta amasando mi trasero se traslada a uno de mis pechos, lo masajea con presteza y sin querer suelto un pequeño, y casi imperceptible gemido de placer.

Es entonces que mis ojos se abren sin poder creer lo que esta pasando, y me obligo a despertar de aquel trance erótico en el que me tiene este imbécil seductor, me alejo contra mi voluntad. Mi cuerpo reclama queriendo más de lo que me hace.

《¡Maldito cuerpo traicionero!》

Él me mira un poco frustrado y con su respiración agitada, sus ojos están bañados de deseo.  Mi cabeza es un caos, y la muevo de un lado a otro para apartar las malditas imágenes y sensaciones en las cuales me enredó.

《¡Este imbécil desconocido me ha llevado a un maldito sueño erótico! Ah, y que no se me olvide lo húmed* que estoy, eso también lo hizo él...》

— ¡Maldito bastardo! —le gritó enoja y frustrada. Me alejo pese a la firmeza de su agarre, mi rodilla se hace espacio y sube golpeando justo en el blanco, él se queja soltándome; cae al piso gimiendo agarrandosé sus partes nobles y duras.

Me doy la vuelta alejándome de él con mis mejillas calientes y mi respiración agitada también.

《¡Mierda! ¿Qué rayos le pasó a mi cuerpo con ese imbécil? Esa no era yo.

No podía haber sentido lo que creo haber sentido, mi cuerpo reaccionó por primera vez en años, esto es raro》

Me pongo al otro lado de la barra, termino rápidamente lo que tengo que hacer, mis mejillas estan acaloradas, mis piernas temblorosas. Cuando termino me voy como un rayo a los vestidores para irme a casa《¡maldito hombre! ¿qué se ha creído?》

Aprieto mis puños frustrada.

Una vez salgo del club me encuentro con Chris y Gregorio.

— ¡Hola hermanita! ¿Qué tal tu noche?—《Ufff si supieras hermano que un tipo casi me f*lla en un apartado privado, ¡maldición! ¿cómo ocurrió eso?》

— Lo mismo de siempre, nada nuevo que contar. ¿Vamos? —él asiente y nos despedimos de Gregorio, no sé que diablos pasa entre estos dos, pero siempre actúan raro en mi presencia. No sé, un poco nerviosos tal vez, a veces incluso he llegado a pensar que no es Gregorio el dueño del Club, si no mi hermano, un pensamiento que no tiene ni pies ni cabeza por cierto, porque en qué cabeza cabe que mi hermano pueda ser el dueño de un lugar así.  Sonrío, mi hermano tiene suficiente para vivir bien y ayudar a mamá en la casa, sería algo ridículo que mi hermano fuera un millonario disfrazado de mendigo, bueno no mendigo pero algo así.

— Mamá tiene que ir al médico mañana, le pregunte el porqué de sus visitas, pero dice que no es importante, ¿qué te ha dicho a ti Dani?

— Nada, le he preguntado el porqué de sus visitas frecuentes al médico pero no quiere hablar del tema, dice que son cosas de ella.

— ¿Tú crees que pueda tener algo grave?

— Ni lo pienses, siempre ha sido muy sana, no digas bobadas, ella no puede...

— Estar enferma. —completa mi hermano por mí.

— Así es, no lo creo.

— Deberíamos hacer algo para enterarnos de lo que sucede, no sé, ¿y si la seguimos un día que el Matí este en el jardín?

— ¿Y si nos descubre?

— Que más da, somos sus hijos, y como ella no nos quiere decir, estábamos preocupados, por eso hicimos lo que hicimos.

— Esta bien.

Esa noche al llegar a casa me ducho, y después voy a darle un besito a mi bebé para irme a dormir.

Al acostarme en la cama el recuerdo de lo que paso en el club acudió a mi memoria como un torbellino. ¿Qué voy a hacer ahora? Si con solo el recuerdo de lo que paso, mi cuerpo se calienta, y rayos, mis deseos de volver a estar entres sus brazos aumentan. Pero eso no pasará, es un desconocido, muy bien podría a ver sido un asesino, o que sé yo, nunca más lo veré.

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