Maria …
— Maria, tu madre se encuentra muy delicada, necesitamos hacer la operación cuánto antes o ya no podremos hacer nada si su situación se agrava — Me dice Mariano el médico cardiólogo que se está encargando de la enfermedad de mí madre desde que le detectaron insuficiencia cardíaca
— Lo sé Mariano, estoy intentando reunir el dinero lo más rápido que puedo, pero sabes que mí salario es bajo, intentaré buscar otro empleo, solo deme un poco más de tiempo — le digo con angustia, ya que me preocupaba la salud de mí madre
Me siento junto a mi madre como todos los días y tomo su mano, verla en ese estado me partía el alma.
Todo comenzó hace 4 años, el día que nos informaron que mi padre y mí hermano habían tenido un accidente y habían fallecido en el momento, a mí madre le dio un infarto y desde entonces comenzó a sufrir de insuficiencia cardíaca
Desde ese tiempo es que Mariano ha estado tratando a mí madre con su enfermedad, pero ahora su situación se está agravando, los tratamientos que Mariano le hace ya no surten mucho efecto, y la única opción para que sobreviva es el trasplante y la cirugía cuesta muy cara.
Desde que mí madre enfermó, tuve que abandonar mis estudios y comenzar a trabajar para poder pagar sus tratamientos, tenía apenas 16 años cuando abandoné mis estudios, no pude terminar la secundaria, ni seguir la universidad, pero era más importante la salud de mí madre
Busque trabajos por mucho tiempo, nadie me quería contratar por ser menor de edad, hasta que por fin había conseguido un empleo donde me contrataron aún siendo menor, fue en un restaurante, trabajando como ayudante de cocina, y desde entonces es el único empleo que he tenido
Aunque ahora ya soy mayor de edad, estoy en mis 20 años, aún así el salario que me pagan en el restaurante es bajo, apenas me alcanzaba para pagar los tratamientos de mí madre y para comer
Pero ahora con su operación se me complicó todo, la cirugía de trasplante cuesta mucha plata y ni siquiera ahorrando todo mí salario por varios meses me alcanza para pagarla, por lo que no me queda más opción que salir a buscar otro empleo.
— Maria — me dice mí madre despertando
— Mamá, ¿Cómo te sientes? — le pregunto preocupada
— Me cuesta un poco respirar, pero estoy bien — me dice ella algo agitada
— Tranquila mamá, pronto conseguiré la plata para tu trasplante y vas a volver a estar bien como antes — le digo con angustia
— Maria, déjame morir hija, déjame ir con tu padre y tu hermano, ya no te estreses por mí, aún eres joven, vive tu vida normalmente como todas las jovencitas de tu edad — me dice mí madre con tristeza, y yo la miro con lágrimas en los ojos
— Eres lo único que me queda mamá, no pienses en dejarme — le digo comenzando a llorar, la tristeza de saber que mí madre quería morirse y dejarme me deprimia
No podía imaginarme una vida sin ella, ya había perdido a mí padre y a mí hermano, no quería perderla a ella también
Tenía a mí tía Eleonor, hermana de mí mamá, pero ella vive en Italia, y al igual que nosotras, no está bien económicamente, por lo que no puede viajar para venir a vernos, pero siempre trata de ayudarme con algo de dinero transfiriendolo a mí cuenta
En cambio la familia de mí padre jamás aceptó a mí mamá en su familia, y por ende a mí hermano y a mí tampoco nos aceptaron, así que por parte de mí padre no tengo familia.
Después de estar un par de horas con mí mamá, ella se volvió a quedar dormida, los medicamentos que le suministran la hacen tener mucho sueño, por lo que la mayor parte del tiempo se la pasó dormida
Salgo de la clínica y me dirijo al restaurante. Mis horarios laborales eran de 8 a 12 pm y de 20 a 00 am, trabajaba solo 8 horas por día por eso mí salario era bajo
Iba en el bus al restaurante y veía a las palenqueras bailar con sus vestidos coloridos, si algo me gustaba de Cartagena era que acá los bailes los veías en cada esquina, era un lugar muy alegre y eso me llenó de tristeza, porque ellas se veían tan felices bailando sin preocupaciones, en cambio mi vida no es como la de las demás jóvenes, mí vida se dividía en dos partes, el trabajo y mí madre
Al llegar, me dirijo a la cocina, me coloco el delantal y comienzo a trabajar
— Maria ven — me dice Luli, una de mis compañeras y mí mejor amiga, tomándome de las manos y arrastrándome hacia afuera
— ¿Qué sucede Lu? — le digo confundida por como me sacó
— Tengo que decirte algo y no podía decirlo delante de los demás, por eso te traje hasta acá afuera — me dice hablando bajito
— ¿Y qué es eso que me tienes que decir que los demás no puedan oír? — le pregunto aún más confundida
— Mari, dime ¿qué estás dispuesta hacer para conseguir la plata para el trasplante de tu mamá? — me pregunta sería
— Lo que sea Luli, con tal de conseguir lo más pronto posible esa plata, haría lo que fuera — le digo con desespero, esperando que ella me de una buena noticia
— Bien, me pasaron el dato sobre un empleo. De entrada te digo que es clandestino, pero la paga ahí es mucho más de lo que ganas aquí trabajando todo el mes, son casi dos salarios mensuales en una sola noche, el tema es que estés dispuesta a hacerlo — me dice ella en voz baja y mirando hacia los lados para ver qué nadie esté oyendo
— ¿Qué debo hacer? Tengo miedo Lu — le digo preocupada, ya cuando dijo que es clandestino me arrepentí
— Amiga, buscan chicas para complacer a los clientes, ahí debes ser sumisa, y lo esencial, ser ciega, sorda y muda. Obedecer a todo lo que se te ordena y jamás quejarte de nada. Yo se que suena horroroso para ti, pero piensa en el dinero Mari. Una noche ahí, son casi 2 meses de lo que ganas aquí — me dice ella y yo abro los ojos como platos, está chica estaba loca, ¿cómo podría yo trabajar de eso? Si jamás estuve con un hombre en mí vida
— Luli no puedo trabajar de eso, yo no sé nada sobre sexo, sabes que jamás estuve con un hombre — le digo asustada
— Mari, no te preocupes por eso, no tienes que hacer nada, ellos te guían en lo que debes hacer y lo mejor es, que es con máscaras, por lo que tú no verás el rostro del hombre, ni él el tuyo — me dice ella emocionada, y a mí que me matan los nervios
Pero en ese momento recuerdo las palabras de Mariano, “Necesitamos hacer la operación cuánto antes o ya no podremos hacer nada” , no quería que mí mamá muriera, y estaba dispuesta a hacer lo que sea con tal de conseguir ese dinero cuánto antes
— Está bien, ¿a dónde tengo que ir y cuándo? — le pregunto suspirando, pero más por nervios por lo que estaba por hacer
— Es está noche, el trabajo es de doce a tres am, coincide justo con tu horario de salida de acá, yo te voy a acompañar porque el dato me lo dio una chica que conozco que también trabaja ahí y quedé en presentarte si aceptabas — me dice ella y yo estoy que tiemblo de los nervios
— De acuerdo, no me queda de otra, necesito conseguir la plata para el trasplante cuánto antes, pero por favor Luli, aclarale a tu amiga, que esto solo lo haré hasta que junte la plata para la cirugía de mí mamá y ya después no lo seguiré haciendo — le digo a Lu para que aclare eso de entrada
No sé qué va a salir de esto, el miedo y los nervios me tienen desconcentrada, pero pienso en mí madre y en que quiero salvarla, así que todo esto lo haré por ella.
Después de hablar con Luli y de quedar para ir a ese lugar después del restaurante, ambas volvimos a entrar y continuamos trabajando, aunque mí cabeza no estaba en el trabajo, aún así no dejé que se notara.
*
*
Soy María Bedoya, tengo 20 años, vivo en Cartagena - Colombia, vivo con mi madre Elena Santillan. Mi padre y mi hermano quienes fallecieron hace 4 años, eran Rafael Bedoya y Felipe Bedoya de 17 años de edad
A mís 16 años tuve que abandonar mis estudios para poder hacerme cargo de mí madre que por su estado de salud tuvo que dejar de trabajar
Mi sueño siempre fue estudiar medicina en la universidad, pero eso es algo que retomaré el día que mi madre vuelva a estar bien
Tengo una mejor amiga Luciana Aguilar , pero yo le digo Luli , ella tiene 22 años y nos conocimos en el restaurante, desde entonces nos hicimos grandes amigas
Al salir del restaurante, nos fuimos con Luli hasta ese lugar, las manos me temblaban, no podía creer lo que estaba a punto de hacer. Siempre Soñé con perder mí pureza con el hombre que fuera el amor de mí vida, pero veme aquí sacrificandome por la vida de mí madre
No estaba arrepentida, por mí madre estaba dispuesta a hacer lo que fuera, pero sentía miedo, y yo pienso que es algo normal, ya que perderé mí pureza de esta forma
Al llegar, puedo notar que es un club nocturno, pero en vez de ingresar por la puerta principal, nos dirigimos al callejón de al lado y Luli golpeó en la puerta que se encontraba ahí
— No te asustes, venimos por aquí porque no podemos ingresar por la puerta principal, ya que si vas a trabajar aquí, nadie puede ver tu rostro — me dice Luli y yo asiento con la cabeza
Enseguida una mujer rubia, de unos veinte y tantos años abre la puerta haciéndonos ingresar al lugar
— Hola Karry, aquí te traigo a María, ella es la chica de la que te hablé que va a ocupar el puesto de trabajo que me mencionaste ayer — le dice Luli señalándome
— Buenas noches María, eres hermosa y tienes un cuerpo espectacular, ¿Por qué quieres hacer esto? — me pregunta sorprendida
— Mí madre está enferma, tiene insuficiencia cardíaca y necesita con urgencia un trasplante. La cirugía cuesta muy cara y necesito juntar la plata para poder pagarla — le explicó del porque estoy dispuesta a hacerlo
— Oh qué pena por lo de tu mamá, bueno, acá se paga muy bien por noche, y si haces un excelente trabajo y el cliente queda satisfecho, recibirás una muy buena propina — me dice la joven Karry
— Karry, hay una cosa que debes saber, Maria jamás estuvo con un hombre, aún sigue siendo virgen y me dijo que una vez que reuna la plata para la operación de su madre, ya no seguirá haciendo este trabajo — le aclara Luli lo que habíamos hablado anteriormente
— ¿Eres virgen? — pregunta sorprendida Karry mirandome — Bueno, de ser así, tu primer noche recibirás el doble de sueldo, ya que perder tu pureza aquí, es especial para los clientes y pagan mucho por eso — continúa diciendo y mí corazón late rápidamente por los nervios
— Bueno, yo me voy, debo volver a casa antes de que mí esposo comience a preocuparse — me dice Luli despidiéndose — Adiós Karry, adiós Mari, mañana me cuentas como te fue en tu primer noche aquí — finaliza dándome un abrazo y yéndose
Después de que Luli se fue, Karry me llevó hasta un vestidor donde había muchos casilleros para guardar mis cosas, y un perchero con trajes eróticos para cambiarme
— Bueno Maria, tu nombre aquí será baby, por nada en el mundo debes decirle tu nombre real a los clientes y mucho menos quitarte el antifaz, ¿Entiendes?, es para proteger tu privacidad — me explica Karry
— Entiendo — le respondo yo algo tímida
— Otra cosa, debes firmar este contrato de privacidad, eso implica que no puedes divulgar nada de lo que aquí sucede, aún cuando ya no trabajes aquí, ¿De acuerdo? o deberás pagar una multa — me dice ella y yo asiento para luego firmar
— De acuerdo — le digo una vez que firmé
— Bien, date un baño rápido y cambiate, en unos minutos vuelvo por ti, por ser tu primera vez, te mandaré con un cliente que te tratara con delicadeza — finaliza diciendo para luego salir
Yo me quedé observando la puerta unos segundos, hasta que respiro profundo tomando coraje y me giro hasta el perchero
Comienzo a observar cada traje que había uno por uno, hasta que decidí ponerme uno negro, estilo conejita que se conformaba en un corset negro de encaje, unas medias de red negras, unos puños blancos para las muñecas, una cola de pompón color blanca y un antifaz con orejeras en color negro
Camino hacia el baño, me quito la ropa y entro bajo la ducha a darme un baño como me lo pidió Karry, luego salgo envuelta en la toalla, me seco bien y comienzo a vestirme con el traje de conejita
Una vez que estaba lista, me miró al espejo y no podía creer que yo estuviera así vestida, me sentía rara y con cada minuto que pasaba, mis nervios crecían aún más
En eso que estaba mirándome en el espejo, llega Karry a buscarme
— ¿Lista baby? el cliente ya llegó — me dice y mis manos comenzaron a sudar, pero ya era tarde y no podía arrepentirme
— Si, estoy lista, eso creo — le digo con un poco de nervios
— Tranquila, se que estás nerviosa, esta es tu primera vez haciendo esto y además es tu primera vez estando con un hombre, pero no te preocupes que el cliente que te designe es una excelente persona y te tratara con mucho cuidado y cariño por ser tu primera vez — me dice Karry y yo me siento igual de nerviosa que cuando llegue, pero no del todo
Salimos del vestuario y nos dirigimos hasta una habitación que era iluminada por una luz roja, dentro de ella había gran cama en el centro de la habitación, y a los lados de la misma había un estilo a un perchero, pero de ese colgaban, cinturones, látigos y cuerdas. Del otro lado había como una vitrina donde se exhibían esposas, muñequeras, consoladores y muchas cosas más. En el techo arriba de la cama, había un gran espejo y a los pies de la cama, a unos pocos centímetros de la misma había un arnés que colgaba del techo, además de sofás y bondage.
Yo la mire a Karry con miedo, ella jamás me había anticipado de esto, en mí mente me imaginaba solo una habitación normal y tener sexo normal con el cliente, pero jamás me dijeron que el cliente era una especie de psicópata en el sexo
Ella me sonrió ya sabiendo lo que yo estaba pensando y luego se dirigió al hombre que se encontraba en un rincón de la habitación donde la luz roja casi no iluminaba y el cual no me había dado cuenta de que estaba. Era un hombre con un traje y antifaz negro
— Buenas noches señor black, lo mandé a llamar porque le tengo mercancía nueva y que le va a gustar — le dice tomándome de la cintura — Ella es baby, es su primer noche aquí y aún conserva su pureza — le dice sonriendo y veo al hombre levantarse del sillón en donde estaba sentado y caminar hacía nosotras
Instintivamente por el miedo hice unos pasos hacía atrás, pero Karry me sostuvo para que no retrocediera
— Gracias Karry, déjanos solos — le dice él hombre y Karry asiente y sale de la habitación dejándonos solos — No tengas miedo, por ser tu primera vez no usaré nada de eso contigo está noche — me dice tomándome de la mano y llevándome hasta la cama
Se acercó lentamente hasta mí cara y comenzó a besarme suavemente, mientras que con sus manos iba bajando el cierre del corset que tenía puesto
Una vez que lo desprende, lo deja caer lentamente al piso dejándome semi desnuda, ya que solo me quedaba la braga y las medias de red
Lentamente comenzó a bajar sus besos hasta mí cuello mientras que con sus manos masajeaba mis pechos
Luego me acostó sobre la cama y comenzó a besar mis pechos, y a jugar con su lengua sobre mis puntos rosados
No sabía que era está sensación que estaba sintiendo, era la primera vez que sentía algo así, todo en mí interior se removía y una especie de electricidad sentí correrme por todo el cuerpo
Sus besos comenzaron a bajar lentamente por mí vientre, poco a poco hasta llegar a mí braga, la cual con mucho cuidado comenzó a quitar
Mí cuerpo no dejaba de temblar, no sabía si era por los nervios que tenía o por lo que ese hombre me estaba haciendo sentir con sus besos
De pronto abrió mis piernas, y hundió su cara en mí parte inferior, instintivamente intenté quitarlo de ahí abajo, comencé a sentir mucha vergüenza de eso que estaba haciendo y mis nervios volvieron a ser el principal sentimiento que tenía
— Tranquila, solo déjate llevar, cierra lo ojos y relájate en lo que sientes con esto — me dice para volver a hundir su cara ahí debajo
Mí respiración era muy acelerada, sentía fuego en mí cara por la vergüenza que sentía, pero poco a poco intenté hacer lo que él había pedido
Me relajé un poco y cerré mis ojos, comencé a sentir como él jugaba con su lengua sobre mí punto sensible y mí entrada, comencé a sentir espasmos en mí bajo vientre y mis gemidos salieron a flote sin poder contenerlos
Él comenzó a jugar con su lengua con más rapidez, eso ocasionó que perdiera totalmente el control que intentaba mantener y sin poder contenerlo, terminé llegando a mí primera liberación
El temblor en mí cuerpo se hizo aún más fuerte y mí respiración era agitada, mí corazón latía con fuerza y no podía controlarlo
Rápidamente ese hombre se puso sobre mí, colocándose entre mis piernas
— Esto te va a doler un poco al principio, solo relájate, seré lo más tierno posible para que no te duela tanto — me dice volviéndome a besar, mientras que poco a poco se fue introduciendo en mí interior
No entendía en que momento se había quitado la ropa, debe haber sido cuando intentaba recuperar el aliento después de mí primer orgasmo, ya que con los ojos cerrados no lo vi
Un dolor intenso sentí cuando atravesó mí barrera, llevándose mí pureza con él. Mis manos se clavaron en su espalda y un par de lágrimas comenzaron a salir de mis ojos
Él se quedó quieto unos segundos, mientras yo intentaba relajarme, y poco a poco comenzó a moverse nuevamente
Sus embestidas comenzaron a acelerarse poco a poco hasta que el dolor que sentí, se había esfumado y en su lugar comencé a sentir placer
Cuando mis gemidos comenzaron a salir por ese placer que estaba sintiendo, él comenzó a dar embestidas más fuertes haciéndome perder la razón
Después de varios minutos, lo siento qué sale de mí interior, y me hace girar quedando boca abajo y posicionándose nuevamente, se vuelve a introducir en mí interior, mientras que con sus manos masajeaban mis puntos rosados
No sé cuánto tiempo habremos estado, pero se me había hecho eterno, cuando al fin él llegó a su liberación
Se quedó unos segundos quieto intentando controlar su respiración, luego lo siento que sale de mí interior y se levanta de la cama, lo veo quitarse el condón que no sé en qué momento se había colocado y comenzar a vestirse
Al verlo vestirse, me levanté rápidamente para hacer lo mismo, pero caigo al piso al no tener fuerzas en mis piernas
— No te levantes de la cama, espera un rato antes de hacerlo, tus piernas están débiles por ser tu primera vez — me dice cargándome en sus brazos y volviéndome a acostar sobre la cama — Cuando te sientas un poco mejor, tomate esto, es un analgésico, lo necesitarás, ya que mañana te dolerá todo sino — me dice colocando una pastilla sobre la mesita de noche
Lo veo sacar plata de su chaqueta, luego lo deja sobre la mesita junto a la pastilla
— Este es tu pago, me encantó estar contigo, adiós preciosa — me dice acercándose a darme un beso y luego salir de la habitación.
Después de que él hombre se fue, intenté levantarme con cuidado, y tomé el dinero que había dejado sobre la mesita, cuando lo miro veo que eran muchos billetes de 100, y cuando vi la suma que me había pagado, casi me infarto, eran 3 meses de salario en el restaurante en una sola noche. Aún así no llegaba a cubrir el costo de la operación de mí madre y eso me deprimió, ya que eso significaba que tenía que seguir haciendo esto hasta llegar al monto para pagar la operación de mamá
Ya un poco más tranquila, me levanto de la cama con cuidado, me dolían las piernas horrores, así que me tomé la pastilla que él me había dejado, luego me coloco una bata que había colgada en un gancho de la pared y salgo de la habitación, nuevamente para el vestuario donde había dejado mí ropa
Al llegar me entró a dar una ducha, la necesitaba con suma urgencia, me sentía sucia y pegajosa. Una vez lista, me vuelvo a colocar mí ropa y salgo del vestuario para la oficina de Karry
— Karry ya me voy, estoy toda adolorida, quiero ir a descansar — le digo entrando una vez que me autorizó
— Ve baby y descansa bien, ya que mañana en la noche debes volver, el mismo cliente te reservo para mañana también — me dice sonriendo y yo abro los ojos bien grande
— Ma… mañana? — le digo asustada, ya que no creo recomponerme tan rápido para mañana en la noche
— Si, te recomiendo que tomes analgésicos cada 8 horas baby, así te recuperas más rápido — me dice muy tranquila — Este trabajo es así baby, por eso pagan muy bien los clientes, y este en especial paga mucho más si queda conforme con la sumisa, y si te volvió a solicitar para mañana nuevamente, es porque quedó conforme contigo, así que no lo decepciones — me dice y yo suspiro
“Aguanta un poco más Maria, todo esto lo haces por mamá, aguanta un poco más” — me digo a mí misma
— Está bien, después de mí trabajo estaré aquí — le digo resignada
Después de despedirme de Karry, salgo del club y me dirijo a la clinica donde mamá está internada. Necesitaba estar con ella, me sentía mal conmigo misma por lo que acababa de hacer. Nunca creí llegar tan bajo para conseguir un poco de dinero, pero sabía que esa era la única forma más rápida de reunir el dinero para su cirugía, Mariano había sido muy claro cuando me dijo que ella estaba empeorando y que necesitaba el trasplante cuánto antes y por eso no tuve más opción que aceptar este trabajo.
Al llegar a la clínica, me dirijo hasta su habitación, todo estaba en silencio, ya pasaban de las 3 am y casi no había mucho movimiento a esta hora
Cuando entro a la habitación, me siento al lado de mí madre que se encontraba dormida, apoyo mí cabeza a un lado de ella y mis lágrimas comienzan a salir silenciosamente hasta terminar quedándome dormida.
Me despierto nuevamente con el sonido de la alarma de mí celular. Al mirar la hora veo que son 7 am, me levanto y mí madre se encontraba despierta
— Buenos días mami, ¿Cómo te sientes hoy? — le pregunto tomando su mano
— Estoy bien cariño, me siento mejor que ayer, no te preocupes — me dice ella sonriendo
— Que bueno mamita, me pone muy feliz verte bien y muy pronto podrás salir de este lugar y vivir una vida normal — le digo con una sonrisa de felicidad
— Mari, la cirugía vale muy cara hija, no puedes reunirla tan rápido, por favor, no te endeudes con nadie por conseguir esa plata, yo estaré mejor si muero hija, ya no te compliques más la vida por mí — me dice con tristeza y yo me levanto enojada de la silla
Estaba cansada de qué siempre estuviera mencionando la muerte, acaso ella no entendía lo importante que era en mí vida y que ella era lo único que me quedaba aquí, además de mí tía, pero ella estaba demasiado lejos
Comencé a llorar sin poder contenerlo, no podía con tanta angustia que sentía, ¿acaso ella no se ponía en mí lugar?
— Basta de decir que te deje morir — le digo enojada y llorando — Si fuese al revés. Si fuese yo la que estuviera en esa cama al borde de la muerte, ¿Me dejarías morir? — le pregunto con mucha angustia
Ella se quedó en silencio y bajó la mirada, sabía que yo tenía razón, si la que estuviese en esa cama fuera yo, ella jamás me dejaría morir, y al igual que yo, haría cualquier cosa por salvarme
— Por favor, no vuelvas a mencionar la muerte mamá, porque si tu te mueres, yo me voy contigo — le digo llorando
— Ya no llores cariño, solo me siento triste de que te estes sacrificando mucho por mí, quiero que seas feliz y no que estés estresada por todo lo que me pasa a mí — me dice ella con tristeza
— Yo entiendo lo que me dices, pero quiero que tu también entiendas, que eres lo único que tengo mamita y no seré feliz sin ti a mí lado — le digo volviéndome a sentar y tomando su mano nuevamente
— Lo siento hija, ya no volveré a decir eso, solo no quiero que te agotes — me dice ella con una sonrisa apagada
— Yo estoy bien mamá, el que tu estés viva me da fuerzas para continuar, tu eres mí mundo y mí pilar, y siempre será así — le digo levantándome y dándole un abrazo — Ahora me voy, debo entrar a trabajar a las 8, vendré al mediodía cuando salga — le digo dándole un beso en la frente
— Cuídate mí niña — me dice sonriendo y yo asiento con la cabeza antes de salir de la habitación
Cuando salgo de la habitación me encuentro con Mariano que venía llegando a revisar a mí madre
— Maria, ¿ya te vas? — me dice mirándome a los ojos
— Si, ya me iba, entro al restaurante a las 8, ¿Por qué? ¿Necesitabas hablar conmigo? — le pregunto mirándolo
— Tranquila, no es algo muy importante, hablamos al mediodía cuando vuelvas, si no llegarás tarde — me dice con una sonrisa y mí corazón comienza a latir con fuerza, ya que cuando dijo “tranquila” me hizo acordar al hombre de anoche más que nada por su tono de voz
Me gustaba Mariano , desde hace mucho, pero ya no era digna de él, después de lo que había hecho la noche anterior, me sentía sucia y usada, ya no era digna de estar con una persona tan buena como él
Agache la mirada, recordar lo de anoche y que había dejado de ser pura e inocente, me hacía sentir miserable, pero sabía que todo lo hacía por mí madre, por su salud y por el bienestar de ella
— Está bien, salgo a las 12, vendré directo hacia aquí — le digo sería
— Bien, te espero en mí consultorio entonces — me dice sonriendo y yo asiento con la cabeza para luego pasar por su lado e irme de la clínica
Sentía vergüenza al mirarlo a los ojos, y debía sacarlo de mí corazón, ya no podía seguir pensando en él como alguien diferente, ya me sentía impura para todos
Al llegar al restaurante, me coloco el delantal y comienzo con mí día laboral
A media mañana en mí tiempo de descanso, me tomo otro analgésico, ya que sentía pequeñas molestias en mí parte íntima, cuando de repente se me acerca Luli, me toma de la mano y me lleva nuevamente al callejón al lado del restaurante
— Dime, cuéntame, ¿Cómo te fue anoche? — me dice emocionada indagando en lo que había hecho anoche
— ¿Qué quieres que te cuente? No pasó nada de otro mundo, solo tuve sexo con un desconocido — digo avergonzada
— Ay por dios María, ¿Pero te gustó? ¿Lo disfrutaste? ¿Cuánto te pagó? — me pregunta demasiado emocionada
— No lo sé, mitad y mitad, ya que en parte los nervios no se me iban y con respecto al pago, jamás había visto tanto billetes juntos, en una noche gané lo que ganaría acá trabajando 3 meses — le digo sorprendida
— Wow Maria, a este paso tu mami se podrá operar mucho antes de lo que te imaginábas — me dice feliz
— Si, lo sé, por eso accedí a hacerlo, todo por ella amiga — le digo sonriendo
Hablamos un poco más con Luli y luego volvimos a trabajar, ya que aún nos quedaban dos horas más de trabajo.
Ya al mediodía, me despido de Luli y me voy nuevamente a la clínica
Al llegar me dirijo hasta el consultorio de Mariano, golpeó la puerta y unos segundos después él abría la puerta
— Maria, bienvenida, adelante — me dice sonriendo y haciéndome pasar
— Gracias Mariano — le digo pasando al consultorio y sentándome en la silla frente al escritorio
Él cierra la puerta nuevamente y se sienta en su sillón frente a mí
— Bueno Maria, lo que te quería decir es que ya se programo la fecha para la cirugía de tu mamá, será dentro de una semana, ya hablé con todo mí equipo médico que son los que me asistirán en la cirugía, todo ya está arreglado. Este es el total de lo que cuesta la cirugía — me dice pasándome una hoja con todos los detalles de la cirugía y el costo de la misma
Casi sé me sale el corazón al ver el costo, ¿cuánto más debía hacer esto que estaba haciendo para llegar a ese precio?
— Yo se que es muy poco tiempo para que reunas la plata, pero la salud de tu mamá cada día está peor, tenemos un corazón y antes de que se lo den a otra persona debemos ocuparlo, porque luego será más complicado volver a conseguir otro — me dice él con preocupación
— Entiendo. — solo logro decir, ya que se me había formado un nudo en la garganta de la angustia que sentía
— Maria, escúchame, sé lo que estás pensando y lo que te preocupa, yo puedo poner la plata para la operación de tu mamá, luego me la vas devolviendo a mí, yo no tengo apuro con eso — me dice él y mis lágrimas comienzan a salir, ¿Por qué no me lo había dicho antes a eso? Y yo no hubiera cometido el error que cometí anoche, ahora ya es tarde, lo hecho, echo está
— No te preocupes, suficiente haces atendiendo a mí madre para que aún siga con vida, yo me ocuparé del dinero y antes de la cirugía ya la tendré — le digo levantándome de la silla para irme
— Espera Maria, ¿Qué te sucede? Desde la mañana que te noto fría y distante conmigo, ¿acaso dije o hice algo que te molestara? — me pregunta confundido y yo comienzo a llorar nuevamente, ya que me sentía sucia después de lo que hice anoche
— Lo siento Mariano, no tuve una buena noche, solo necesito descansar un rato antes de volver al trabajo en la tarde, solo es eso, cansancio — le miento, ya que no podía decirle el porque
Después de disculparme con Mariano, salgo de su consultorio y voy hasta la habitación de mí madre, al llegar ella se encontraba almorzando, hablamos un poco y luego me recosté un rato en el pequeño sofá que había en la habitación.
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