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Buscando Un Papá

Introducción

Emma tenía 23 años cuando se enteró que estaba embarazada, cursaba su último año de la universidad cuando aquel doctor le dio la noticia.

Separada de Nicolás el padre de su hijo decide cambiar sus planes y quedarse en Seattle para criar a su hijo junto a su familia y amigas.

Cuando el pequeño Oliver nació su vida cambio por completo, luego de miles de citas a la dirección del colegio y muchas sesiones con psicólogos, terminaron por informarle que su pequeño hijo, era un niño pródigo con un coeficiente intelectual de 180.

Ahora criaba un pequeño genio, lo que ella no sabía era que su pequeño ángel sería el encargado de encontrar al amor de su vida.

I

^^^Hace 10 años atrás^^^

- Está embarazada señorita Wood

Observo al hombre que está frente a mí, sus ojos negros están cubiertos por unas pobladas cejas marrones, la barba de dos días se hace presenté en su rostro, su cabello castaño está perfectamente cortado, debe tener unos 30 años, sus manos están entrelazadas encima del escritorio de vidrio y una pequeña argolla de oro en su dedo anular, la bata blanca tiene su nombre grabado "Dr. Richard Clayton"

- Debe ser una broma - exclamó en voz baja, pero no lo suficiente porque estoy segura que acaba de oírme.

- Sé que debe ser un shock para usted, pero debe saber que tiene opciones, el momento de hacer algo es ahora, más adelante…- levantó la mano para que se calle

- ¿Me está hablando de abortar? - alzó una ceja.

- Solo comento sus opciones - se encoje de hombros - No quise ofenderla.

- No sé preocupe - muerdo mi labio mientras trato de pensar qué hacer - ¿Qué cuidados tengo que tener?

- Le voy a dar una receta para que compre ácido fólico, hierro y vitaminas. También le voy a pedir análisis más completos para asegurarnos que todo está bien con usted - anota todo en dos papeles - Ahora vamos a observar si todo está en orden, en caso de ser así la veré por aquí en unos 15 días.

- De acuerdo - tomó los papeles y lo sigo hasta el lugar donde se hace la ecografía.

- Acuéstese aquí, desprenda su pantalón y suba su remera - hago lo que me pide.

Contraigo mi vientre cuando coloca un gel frío en mi estómago y lo próximo que veo en su tubito en mi vientre moviéndose de un lado al otro, esparciendo el liquido que acaban de colocarme.

- Eso que está ahí, es su bebé - señala una pequeña bolita en la pantalla - Tiene aproximadamente 8 semanas de embarazo, lo vamos a confirmar una vez que estén los análisis de sangre - me pasa un papel para que me limpie.

- Está bien - me incorporo.

- Todo se ve en orden, pero cualquier cosa vuelve a consulta - me observa - Es importante que no beba alcohol ni consuma tabaco o algún otro tipo de sustancias.

- Está bien – repito la misma frase, una y otra vez mientras me habla – Que tenga un buen día - dicho eso salgo del lugar.

¡Mierda! ¡Mierda! Tengo que encontrar como decirle a mi ex que estoy embarazada, porque sí, es mí ex y no pienso volver con él bajo ningún concepto y menos por un hijo. ¡Mierda! Están mis papás, la facultad… definitivamente necesito volveré a organizar mi vida o moriré lentamente.

Camino al complejo de la facultad, vivo aquí desde que empecé a cursar hace 3 años, es un enorme complejo con varios edificios con departamentos y uno más grande en el centro que es la universidad. Hoy falte a clases, algo raro en mi ya que no me pierdo nunca una clase.

Actualmente me encuentro cursando el último año de Logística empresarial, ya tengo el título de Marketing y tenía la leve esperanza de salir de Seattle y trabajar en alguna empresa importante en Europa, siempre quise vivir allí, aprendí castellano solo para poder irme.

Entro en mi habitación y me tiro boca abajo en la cama, pensé que era estrés, tomo anticonceptivos y una sola vez no usamos preservativo, tanta suerte voy a tener. No es que sea una niña, tengo 23 años, puedo hacerme cargo y llevar esta responsabilidad adelante, solo esperaba estar casado y tener hijos con alguien que amara.

- ¿Qué te pasa? – la voz chillona de Margo suena en nuestra habitación. – ¿Nicolas sigue insistiendo? – despego mi rostro de la almohada y la observo.

- Ojalá fuera eso – me siento y ella se acomoda a mi lado.

Margo es mi amiga desde que llegamos, es de esas personas con las que conectas en segundos y con la que compartes pensamientos similares, en algunas ocasiones terminamos la frase de la otra o hablamos al mismo tiempo.

Sus ojos azules me miran, se le ha formado una pequeña “v” entre las cejas, siempre pasa cuando esta desconcertada, su cabello rubio cae en pequeños bucles. Es toda una modelo de revista y la mujer más inteligente que conozco.

- Me estas preocupando Emma – muerde su uña – Llamare a las chicas y hablaremos todas juntas, algo me dice que es importante – hago una pequeña mueca.

- Sí, mejor llámalas – hablo después de un rato.

- Estás blanca como un papel – toca mi frente – Dime que pasa, sabes que puedes decirme lo que sea.

- Estoy embarazada – mi voz es un susurro, pero sé que me oyó perfectamente.

- Wow – se apoya contra la pared – Es de Nicolas, verdad – asiento - ¿Qué vas a hacer?

- Tenerlo – toco mi vientre – Decirle a Nico y ver qué pasa. – la puerta se abre.

- ¿Qué paso? – Amy habla, mientras Clara y Hayley entran detrás de ella.

- Hola chicas – me miran – Siéntense – Les señalo la cama de Margo.

- ¿Qué ocurre? – Clara nos observa a ambas.

- Estoy embarazada – las tres abren la boca y se quedan observándome.

Si nos vieran ahora mismo podríamos pasar tranquilamente por las Spice Girls, Margo es la rubia, Hayley es una morena de ojos marrones y pelo estilo afro, su madre es africana y su padre americano. Amy es colorada natural, sus ojos son verdes y la piel blanca como el algodón, desde aquí se pueden ver las pecas de su rostro. Clara al igual que yo, tiene la piel oliva y el pelo castaño, sus ojos son marrones como el chocolate. En cambia los míos son color avellana. Todas tienen el pelo largo a excepción mío que lo llevo en un corte Bob.

Observo una vez más a cada una, sus bocas permanecen abiertas y ninguna emite una palabra, debo admitir que, aunque no tiene nada de gracioso me resulta bastante cómico el momento, asique ahora me encuentro riendo por sus rostros.

- Perdón – limpio una lagrima que cae por mi mejilla – No es gracioso, pero sus caras.

- ¿Es broma? – por primera vez Hayley emite palabra.

- Para nada – me pongo seria nuevamente – Me acabo de enterar – saco la foto de mi bolso – Van a ser tías – las cuatro me abrazan.

- ¿Qué vas a hacer? ¿Lo vas a tener? ¿Y la facultad? ¿Es de Nicolas? ¿De cuanto estás? – Hablan todas juntan y rápido.

- ¡Paren! – grito y todas se callan – Sí es de Nicolas, lo voy a tener, parece que estoy de 8 semanas, terminare la facultad total solo faltan cuatro meses y no todavía no lo saben mis padres.

Pasamos la siguiente hora hablando de la situación, luego se pelearon por ver quien seria la madrina y quedaron de acuerdo para mantenerme acompañada por si me descompensaba en el día. La verdad nunca pude pedir mejores amigas que estas, luego de dos horas la puerta de la habitación sonó y Nicolas se hizo presente, las chicas me observaron esperando mi aprobación para marcharse, asentí con la cabeza y nos dejaron solos.

- Bueno que querías hablar.

Lo observo por un instante, no es para nada feo, sus ojos verdes me observan, su cabello castaño claro está perfectamente peinado en un look desarreglado, que solo él logra. Si no fuera porque es un completo imbécil, podría estar babeando completamente por él, vamos a que ser un ciego para no ver lo fuerte que está.

- Seré directa – hablo luego de unos minutos y juego con mis manos – Estoy embarazada. – levanto la vista para verlo.

Está callado, sus ojos se posan en mi vientre y vuelven a mis ojos una y otra vez. Se que no hace falta decirle que es suyo, a final de cuentas fue él quien me gorreo con la señorita curvas perfectas.

- Y… ¿Qué quieres hacer? – su pierna se mueve de forma nerviosa.

- Tenerlo – se sienta a mi lado – Estoy de 8 semanas y bueno creí que deberías saberlo – lo enfrento – Ahora lo que tú hagas depende solamente de ti.

II

^^^Actualidad^^^

- ¡Ring! ¡Ring!

Hoy es uno de esos días donde el teléfono no para de sonar. Astracán textil, es una de las mejores empresas exportadoras de telas, se encuentra en el puesto número 2 del rating mundial, su dueña la Señora Alissa Hinault fue la creadora de este gran imperio, y digo fue porque lamentablemente falleció el año pasado dejando a su único nieto Theo Hamilton, mi actual jefe como su heredero

>>Astracán textil, buenos días, mi nombre es Emma Wood, con quien tengo el gusto.

>> Emma, cariño – la voz de la madre de mi jefe suena del otro lado – Necesito hablar con mi hijo, ¿me lo pasarías por favor?

>> Señora Hamilton, que gusto escucharla, espéreme un segundo que la comunico. – aprieto el interno de mi jefe.

- Señorita Wood – la voz ronca suena del otro lado de la línea.

- Señor Hamilton, tengo a su madre en la línea 2.

- Uf… Muchas gracias, ahí la atiendo – le paso la llamada y cuelgo el teléfono.

Si hay alguien que pone de mal humor a mi jefe, esa es su madre, todas las semanas lo llama y todas las semanas se pone de mal humor. En alguna que otra ocasión directamente aparece por la empresa, con alguna muchacha con la que quiere emparejarlo y él me pide que invente alguna reunión importante para zafar.

La voz de Lady Gaga me saca de mis pensamientos, mientras el nombre del colegio de mi hijo aparece en pantalla. Resoplo por lo bajo, sea lo que sea no debe ser nada bueno y lo peor de todo es que Oliver sabía que hoy solo podría buscarlo yo.

>> Emma Wood – contesto

>> Señorita Wood, nos comunicamos del colegio de su hijo Oliver Fournier, necesitamos que lo venga a buscar.

>> ¿Qué hizo esta vez? – mi voz es cansada.

>> Ha vuelto a faltar el respeto a su docente y además le explico a sus compañeros la reproducción del ser humano y los animales – me golpeo la frente mientras maldigo internamente. – Con detalles.

>> En un rato estoy por ahí – me levanto de mi asiento y golpeo la puerta de mi jefe.

- Adelante

- Señor Hamilton, quería pedir permiso para salir un momento y vuelvo – trato de sonar lo más relajada posible.

- ¿Está todo bien? – deja los papeles y me observa

- Es mi hijo – explico – Será un momento y vuelvo.

- Tranquila Emma – me sonríe – Espero no sean nada grave.

Agradezco una vez más y salgo disparada para el colegio de Oli. Llamo a todas mis opciones de niñeras, aun sabiendo que fracasare estrepitosamente, porque todas aprovechan para trabajar, salir o lo que sea que quieren hacer no es que tengan que estar a mi disposición, ni mucho menos, pero lo que me hace todo más difícil es que Nicolas trabaja en Canadá desde hace dos años asique solo viene en sus vacaciones.

Llego al colegio, mi hermoso hijo me espera sentado, lo observó por unos minutos. Oliver lee un libro de matemáticas, su pelo castaño claro está revuelto dándole un aire rebelde, sus ojos son verdes, su nariz perfilada, es todo un modelo para ser que solo tiene diez años. Mi mirada sigue y se encuentra con la de su directora que me mira con cara de pocos amigos como de costumbre.

- Señorita Wood, creí que no volvería a suceder estas cosas.

- Lo lamento mucho, estoy tratando de conseguirle banco en un colegio que sea adecuado para él.

- Este es un buen colegio – su mirada está cargada de furia.

- Jamás dije que no lo fuera – me cruzo de brazos – Pero no están capacitados para llevar a Oliver, se aburre, no puede ir al mismo ritmo que los chicos, el médico fue muy claro con respecto a su inteligencia y usted se niega a adelantarlo de curso. – Oliver toma mi mano.

- Está en el curso que le corresponde de acuerdo a su edad – eleva su tono mientras me habla.

- Tiene un coeficiente de 180 por todo lo santos – ahora yo le grito – Mire, lo va a tener que aguantar hasta que consiga un colegio donde lo motiven, ahora si me disculpan… tengo que volver a trabajar.

Salgo del lugar echando chispas, mi hijo se mantiene callado y no lo culpo es lo suficientemente inteligente para saber que no le conviene abrir su pequeña boquita, al menos que no quiera llegar a la facultad. Subimos al auto y me encamino hacia la oficina, mi amiga y su madrina Margo me avisa que puedo buscar a mi hijo dentro de dos horas, no es lo mejor, pero al menos es algo.

Llegamos a la oficina, jamás he traído a Oli asique me paso todo el ascensor pidiéndole que se comporte, no tengo autorización para esto asique espero que él señor Hamilton no me despida, porque vamos, ¿a quién en su sano juicio se le ocurre llevar a su hijo al trabajo? A ti. La pequeña voz de mi cabeza me responde haciéndome poner más nerviosa. Acomodo las cosas en mi escritorio, cuando la puerta de su despacho se abre.

- Señorita Wood, ya volvió – mira sobre mi hombro. – Es su hijo – levanta una ceja.

- Si – me acerco nerviosa – Perdón no tengo con quien dejarlo y…- levanta la mano.

- ¿Cuántos años tiene? – Oli deja de leer y lo mira

- Tengo 10, en uno meses cumplo 11 – Theo abre la boca cuando escucha lo bien que habla. - ¿Usted cuanto tiene?

- Oliver – le llamo la atención.

- 33 años – se acerca – Theo Hamilton – le estrecha la mano.

- Oliver Fournier – lo observa – ¿Es casado? – arruga su entrecejo y yo lo miro con cara de asesina.

- Oliver por favor – lo regaño.

- No es problema Emma – se ríe – No, no soy casado. Tampoco tengo novia – se apoya en la puerta.

- ¿Es gay? – abro la boca y tapo con mi mano la suya.

- Lo lamento mucho señor, él no sabe controlar la boca. – quiero golpear a mi pequeño ángel en este momento.

- ¿Tú sabes lo que es eso? – Theo parece totalmente entretenido.

- Claro, se muchas cosas, como calculo, estadística, ciencias – se cruza de brazos.

- Vaya… ¿y como sabes todo eso?

- Soy un niño genio, mi coeficiente intelectual es de 180, lo que hace que tenga habilidades que otros niños no – se encoje de hombros – Por ejemplo, hoy mi señorita se enojó, porque le dije que estaba explicando mal un tema, y después me echaron porque les explique cómo se reproducen los seres humanos – hace puchero – Algunos de mis compañeros creían que provenían de la cigüeña o de un huevo o no sé – sacude la cabeza en forma negativa.

- Creo que el problema es la escuela, no tú – Theo me observa y asiento.

- Mi mamá piensa lo mismo – Theo cruza los brazos – Hoy casi la golpea a la directora o iba a insultarla, tendrías que haberla visto…

- Gracias hijo – tapo su boca, Theo me mira y se ríe y Oliver saca mi mano de su boca.

- ¿Te quieres acostar con mi mamá? – pregunta cuando ve que nos reímos juntos

- ¿Cómo? – mi jefe se pone nervioso y yo me pongo roja como un tomate.

- Es una linda mujer, tiene buenos genes, es soltera, tú también – parece muy convencido – Es trabajadora, sabe cocinar y es la mejor bailarina del mundo. – enumera una a una mis cualidades – Es un gran partido.

- En eso tienes razón, es un gran partido. – le da la razón y se apoya en el marco de la puerta.

- Oliver por favor, ya basta, vuelve a leer tu libro – lo encamino hacia el escritorio.

- Ya terminé todo el libro mamá – se queja – Tienes que hacer algún balance, graficas, algo – me pone carita de perro mojado.

- Sí, tengo que hacer algunas cosas – vuelvo a mirar a mi jefe – Lo siento, no tiene filtro.

- Emma por favor pase conmigo a la oficina – me da paso y yo trago con dificultad pensado en la enorme reprimenda que voy a recibir – Oliver, ya te devuelvo a tu madre, puedes usar la máquina de aquel escritorio si quieres – Oli le sonríe y se encamina hacia ella.

- Señor, enserio lo siento mucho – hablo apenas cierra la puerta – No pensé que fuera a hablar tanto.

- No es problema, es un chico muy agradable – me indica que me siente – ¿Porque no va a un colegio adecuado para él? – se sienta frente a mí.

- No conseguí banco, estoy en lista de espera. – suspiro – Ser madre soltera de un niño genio no es tan fácil, él padre vive en Canadá, le consiguió colegio allá, pero la verdad no quiero irme de aquí, tengo mi familia y todas las personas que me ayudan.

- Hablare con la dueña del colegio – cruza su pierna – Es clienta de nuestras tiendas, seguro le encantara hacerme el favor, si tiene descuento de por vida.

- Yo no podría molestarlo con tanto señor.

- Créame no es ninguna molestia, su hijo es encantador – se levanta y lo imito – Ahora siga con sus actividades que enseguida saldremos a almorzar los 3 juntos – me quedo observándolo – No acepto un no por respuesta Emma.

- Está bien – me dirijo a la puerta – Con su permiso – me observa de arriba abajo y asiente.

Camino a mi escritorio y comienzo con mi trabajo, Oli está en una página de ciencias viendo experimentos, sus ojos no se apartan del monitor en ningún momento y anota cada pequeño detalle. Ama las ciencias y las matemáticas, podría hablar todo el día sobre eso sin cansarse.

Me concentro nuevamente en mis papeles, esta semana llega el pedido de seda desde china, nuestro principal socio comercial. El señor Li es un hombre mayor, como de unos 60 años, es bajo y gordito, siempre que venía tenía que esconderme en algún lugar ya que le encanta babearse conmigo e insinuarse de una u otra forma.

El señor Hamilton siempre me salvaba, poniéndose en el medio o cubriéndome con el pecho. Hace un tiempo toco “sin querer” mi cola, recuerdo ese día Theo y James me agarraron para que no lo golpeara. James es el abogado de la empresa y fue el encargado de decirle todas las acciones legales que podría presentar en su contra.

La frente del señor Li estaba totalmente sudada, su rostro se tornó más blanco, su hijo, quien está por ocupar su puesto en poco tiempo, se disculpó conmigo durante media hora y me depositaron una suma considerable de dinero para evitar las acciones legales. Me compre mi auto con eso, pero además de eso el señor Li no volvió más a la empresa, según tengo entendido el señor Hamilton le prohibió la entrada, asique ahora solo viene su hijo.

Anoto los datos de producción, el rendimiento de la cosecha, datos financieros, etc. Comienzo con la cosecha de algodón, para luego pasar al lino. Por suerte todos los números van en aumento, lo que significa más ganancias para la empresa y menos probabilidades de quiebra, que se resume a un sigo con empleo.

- Vamos a almorzar – mi jefe se acomoda el saco mientras nos observa. – Oliver… – se acerca a él, mientras observa las notas sobre el escritorio.

- ¿Sí? – mi hijo deja de observar el monitor – ¿Nos vamos? – me mira mientras agarro mi bolso.

- El señor Hamilton nos invitó a almorzar – sonríe mientras se acerca.

- ¿Qué te gustaría comer? – Theo espera su respuesta.

- ¡Mc!

- Me parece bien, hace mucho no como una de esas.

Bajamos al estacionamiento y una camioneta Audi de este año nos espera, un hombre que me hace acordar a Taylor (el chofer de Christian Grey) abre la puerta para que subamos. Durante todo el viaje, Oliver charlo con mi jefe sobre distintos temas, para mi sorpresa en varias ocasiones rieron juntos, era raro ver a mi hijo tan sociable, pero al parecer mi jefe había logrado caerle bien.

Llegamos al famoso local de comida rápida, que se encarga de preparar no solo las mejores hamburguesas y papas de mundo, sino que también es la responsable que mis pantalones dejen de prender. El chofer estaciona el auto y caminamos hacia la entrada, entonces algo choca mi hombro.

- ¿Emma? – la voz me es familiar, levanto mi vista y ahí está él.

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