Aquí vamos de nuevo. Otra vez el mismo escenario de siempre, cada vez que esa mujer regresa mi esposo me abandona y cuando ella se va él regresa por mí. Esto ya se volvió un bucle infinito de autodestrucción y aunque al principio estaba de acuerdo con sus condiciones llego el momento de tomar las riendas de mi vida y de vivirla por primera vez en tantos años.
Frente a mí está mi esposo Francisco Montriel dibujando una sonrisa que yo ya reconozco con facilidad, es la misma que pone cada vez el amor de su vida Constanza, viene de visita a la ciudad. También es la misma con la que me entrega los papeles de divorcio hasta que ella se va de regreso a su fabulosa vida de estrella de Hollywood y todo vuelve a empezar.
¿Les resulta extraño? Bueno déjenme entrar en más detalles. Todo comenzó hace 5 años atrás cuando mi padre perdió todo lo que tenía y adquirió una enorme deuda con la familia de Francisco quien estaba en ese momento con el corazón rotó luego de que Constanza rechazara su propuesta de casamiento para seguir su sueño de ser una actriz de pantalla grande.
Así que resumiendo yo me case con él para asumir la responsabilidad de la deuda. Pero mejor regresemos el tiempo atrás hasta ese preciso momento en que mi vida cambió y así tal vez logren entender el porqué siempre volví una y otra vez a su lado y como llegamos a este punto sin retorno en el que por fin consigo mi libertad.
5 años atrás:
- Cristal, hija mía tienes que hacerlo por nosotros.
- Lo entiendo papá.
- Sabes que yo lo intente, esos delincuentes me estafaron y ahora no tengo forma de arreglar el desastre de mi descuido.
Papá es un hombre trabajador que lleva 20 años en la empresa de la familia Montriel, su desempeño es intachable, pero en esta ocasión le jugaron sucio y lo estafaron con los materiales de la nueva sucursal provocando enormes pérdidas de dinero. Aun así no entiendo el porqué de este matrimonio si yo no tengo nada para ofrecer a cambio de ser la señora Montriel.
De echo ellos serian los que perderían conmigo porque no soy buena en casi nada, pero supongo que la señora me tiene un cariño especial, ya que mi padre me ha criado solo todos estos años y en vacaciones solía acompañarlo a su trabajo. Así fue como conocí a los padres de Francisco y un poco a él.
- No hay problema papá siempre que pueda te ayudaré. Después de todo tú has hecho todo por mí.
- Mi bella, Cristal eres lo más valioso que tengo en esta vida. Ya tengo un hermoso vestido preparado para ti.
- Es hermoso, me cambio y bajo.
Arreglo mi cabello largo lo mejor que puedo, de mi aspecto es lo que las amo, ya que vagamente recuerdo como mamá cuidaba de él y para mí es un orgullo llevarlo por debajo de la cintura. El vestido que papá escogió es simplemente encantador, nadie mejor que él me conoce a la perfección así que no lo culpo por esto.
Llego la hora de que yo le devuelva un poquito de todo lo que ese hombre me dio. - Simplemente encantadora. - Me doy el último retoque en mis labios y bajo para encontrarlo ya arreglado.
- Te vez hermosa, me recuerdas tanto a tu madre.
- ¿Ella lucía como yo a esta edad?
- Incluso la has superado, mi bella Clara aunque hermosa a sus 24 no se compara contigo y de seguro está muy orgullosa de ti.
Perdimos a mamá cuando yo tenía 10 años luego de que tubo un derrame celebraba de la nada. Fue extremadamente doloroso acostumbrarme a la idea de que un día la vi sonreír alegre como de costumbre y al siguiente ya no estaba más. Para papá fue incluso más doloroso porque la amaba tanto qué luego de que la perdimos cerró su corazón y jamás se lo volvió a entregar a nadie.
- Vamos que nos esperan.
Como todo un caballero abre la puerta del auto para mí y me lleva a una casa hermosa en donde veo a los que serán mis futuros suegros.
- Cristal estás más bella que nunca.
- Usted también, señora Eloísa se ve grandiosa.
- Vamos a que te vea Francisco, de seguro se enamora de ti a primera vista.
Ojalá las cosas pasarán así en la vida real, pero yo sé que ese hombre me odiara. Francisco es alto de 1,87 diría yo. Su cabello es castaño un poco oscuro, perfectamente peinado a un costado y sus rasgos son simplemente perfectos. Ojos oscuros, piel clara con un cuerpo trabajado en el gimnasio. ¿En desventaja? Su carácter, las pocas veces que lo he visto siempre tiene una expresión de desagrado y severidad.
Eloísa lo obliga a saludarme y luego de un incómodo momento me lleva a un costado.
- Escúchame bien tú, no creas que yo quiero esto, así que no uses ningún truco sucio o esperes algo de mí.
Si justamente a eso me refiero, un carácter de perro rabioso.
- Cristal, no tú. Y entiendo perfectamente a que se refiere así que dígame en que le colaboro y nos llevamos la fiesta en paz, créame que si no fuera por mi padre yo tampoco estaría aquí y no es el modelo de esposo que me gustaría tener.
Su mirada es intensa, casi con una pizca de odio. Pero no podría importarme menos porque yo también dije la verdad y aunque Francisco sea un lujo para los ojos de las mujeres yo no soy tan superficial. A mí me gusta el producto, no el envoltorio, ya que este siempre al final del día se bota a la basura.
- Quiero dejar reglas claras. Esto es un simple contrato de intercambio, vas a ser mi esposa solo en papel, pero sin derechos en absolutamente nada que me relacione a mí o a mi familia. No vas a ser la señora Montriel.
- Genial, porque yo tampoco me creo capacitada para ese puesto.
- No intentes jugar conmigo o te arrepentirás.
- No tengo intenciones de absolutamente nada que tenga que ver contigo.
Mis palabras lo sacan de quicio rápidamente y yo acabo de descubrir un jovi nuevo para pasar el tiempo. La señora Eloísa nos invita a la mesa en donde se deja en claro que no nos es permitido divorciarnos al menos hasta que papá logre resolver el asunto de la construcción.
Papá me mencionó que ellos son muy fieles al contrato de matrimonio y que en generaciones nadie se ha divorciado dentro de su familia. Que estén dispuestos a hacer una excepción conmigo es algo que valoro muchísimo. Aunque puedo notar que la señora tiene otros planes entre manos y de seguro hará algo para que yo me quede si es que le agrada mi desempeño como esposa modelo.
Al finalizar la cena Eloísa es quien me aparta un momento en esta ocasión. - Cristal yo sé que esto es difícil para ti y por eso te voy a ser sincera.
- La escucho, señora.
- Mi hijo está pasando por un corazón rotó en este momento así que te pido le tengas paciencia hasta que se acostumbre a ti o hasta que esté listo para abrirse nuevamente al amor.
- No tiene nada de que preocuparse, nos iremos acostumbrando el uno al otro despacio.
Siempre y cuando Francisco no me moleste yo estoy dispuesta a hacer lo mismo por él. Desconozco la sensación de un corazón rotó, así que mejor no me meto donde no me llaman.
Un mes después se llevó una boda sencilla, pero con muchísimas personas influyentes del ámbito financiero. Todas las amistades de Eloísa asistieron mostrando que su hijo ahora tenía esposa y dejo bien en claro que a la que se le ocurriera pasarse de lista ella misma la sacaría de los pelos.
En ese mes no volví a ver a Francisco hasta el día de hoy y de repente tendríamos que estar viviendo juntos fingiendo algo que claramente no éramos. "Una pareja".
La boda a pesar de todo fue increíblemente hermosa, el sueño de toda mujer diría yo, lo unico malo era el hombre a mi lado que en ningún momento volteo a verme. Incluso en la parte que el cura dijo "Puede besar a la novia" Francisco dejo un ligero, casi imperceptible beso en mi frente y se alejó de mí.
Bailamos la primera pieza de música y luego de interactuar con los invitados damos por terminado el trabajo. Ya no veía la hora de sacarme estos condenados zapatos.
- Sigo pensando que quien los inventó en realidad los hizo como forma de tortura y no de belleza.
- ¿Me hablas a mí?
- A quien más si aquí únicamente estamos nosotros dos solos. Mira ya entendí que no me quieres aquí y yo tampoco quiero estar en este lugar y menos contigo (Doy un fuerte suspiro) Pero al menos intentemos ser cordiales.
- Firma esto y lo pensaré.
Francisco desplaza un acuerdo sobre la mesa y una pluma. Me tomo mi tiempo en leerlo detenidamente antes de firmar cualquier cosa, no sea que le esté dando derecho a vender mis órganos al muy maldito.
- Me puedes ofrecer una copa de vino al menos, ya que me estás queriendo destripar.
- ¿De qué diablos estás hablando ahora?
- Ja ja ja ¿No tienes sentido del humor? Bien, no quieres que interfiera en tus negocios o vida personal. Tampoco puedo tomar voto en cosas de la familia y me mantendré quietita en un rincón fingiendo que no existo. No puedo tener otra pareja sentimental lo que significa que moriré siendo una monja.
- Exacto.
Arqueo una ceja confundida. - ¿Qué ganó yo?
- Pagar la deuda de tu padre.
- Espera amigo, mi papá está trabajando en eso, yo estoy aquí como garante para asegurar que él no piensa escapar. Al menos déjame trabajar para ganar dinero y mantenerme.
- Siempre y cuando no pidas un puesto en mi empresa.
- Créeme a mí también me basta con ver tu cara solo aquí.
- Que acabas de decir.
- Nada, ya lo firme así que me voy a la cama.
Estúpido presumido y egocéntrico, ahora entiendo porque le rompieron el corazón. ¿Quien en su sano juicio permanecería a su lado con esa actitud? Sin dudas yo no.
Al menos no me puedo quejar mi habitación es hermosa y la cama es un sueño. Me quito el vestido y el maquillaje, toda mi ropa ya está aquí así que eso facilita las cosas. Papá por favor resuelve esto rápido antes de que me muera del aburrimiento en este lugar.
Una semana después se podría decir que ya había entrado en mi papel de esposa diligente. Como siempre fuimos papá y yo ya estaba acostumbrada a realizar los deberes de la casa y tenía buena mano para la comida aunque Francisco no solía acompañarme yo lo disfrutaba igual. Una semana más y podré volver a mi vida normal, ya mandé mis papeles a varios lugares y con suerte conseguiré algún trabajo para escapar de mi monótona rutina.
- ¿Qué es ese olor?
La voz de Francisco me toma por sorpresa, es la primera vez en una semana que llega temprano, también la primera vez que lo veo desde aquella noche porque suele salir antes de que yo me levanté y llega después de que ya estoy acostada y eso sí es que viene.
- Flan de coco.
- ¿Por qué haces postre a esta hora?
- Me gusta comer algo dulce por la noche. ¿Ya cenaste? Me quedo algo de sopa en la olla.
- Ya cené gracias.
Si como si te quisiera convidar de todas formas, este será mi desayuno de mañana. Luego de acabar subo a darme una ducha y checar mis correos esperando buenas noticias.
Francisco la ve subir con su plato en mano y tentado por el olor no se resistió a probar la comida acabando así con todo antes de darse cuenta.
- Genial ahora como oculto esto ahora.
Dejo deliberadamente la ventana abierta así pensará que un gato entro por la noche y yo quedaré libre de culpa.
Antes de irme a mi cuarto paso por el de ella y la puerta está cerrada con llave, pero puedo escuchar el sonido de su voz hablando con alguien. Al menos me agrada que esté cumpliendo su parte del trato, pero tenerla aquí es muy incómodo todavía.
••••
Ficha de personajes:
Cristal Martínez 24 años de edad, su sueño es ser decoradora de ambientes y así poder ayudar a su padre quien es un arquitecto. Le gusta caminar bajo la lluvia y tiene un carácter dulce, pero firme. Ama cocinar y pasar su tiempo cuidando de las plantas, ya que ese era el pasatiempo de su madre y así se siente conectada con una parte de ella.
Viste sencillamente con jardineras de preferencia o algo cómodo para moverse, odia los zapatos de tacón alto y a las personas superficiales. Piensa que la autenticidad se lleva por dentro y no de lo que presumes así que esa es la gran razón por la que no conecta con su esposo. Jamás se ha enamorado de nadie.
Francisco Montriel de 27 años sigue el claro ejemplo de su padre y ahora administra sus empresas, su único pasatiempo es el deporte que realiza cada mañana y noche sin falta. Estuvo muy enamorado de Constanza una joven que conoció en una reunión de negocios y después de un romance de 7 meses le propuso casamiento, pero ella lo rechazó dejándolo herido profundamente.
Después de su desamor cerró su corazón y ya no cree en el amor así que tener que casarse por compromiso es algo que le desagrada demasiado y por eso no soporta ver a Cristal.
La mañana llega con el cantar de los pájaros y al levantarme como ya es costumbre Francisco no está. Voy directo a la cocina para calentar mi desayuno con la sorpresa de ver la olla vacía y la ventana abierta.
- Señora.
- ¿Qué le pasó a mi comida?
- De seguro el gato callejero que anda merodeando por el patio se coló en la casa por la noche. ¿Le preparo algo?
- Está bien con una taza de café y unas tostadas ya estoy.
Francisco tiene a su propia señora de la limpieza, no me deja entrar a las habitaciones que él usa así que ella se encarga de mantener todo en orden, pero lo de la comida me da mala espina.
He visto al gato del patio y suelo alimentarlo todos los días así que sé que no fue el quién se robó mi sopa, sino un gato más grande y mañoso.
Que le costaba aceptarla anoche, digo tampoco es como que lo vaya a culpar por un poco de comida. Ese hombre sí que es orgulloso.
- Voy a ir a visitar a mi padre está tarde.
- Señora su esposo me dejó un recado para usted y es que la señorita Melisa vendrá a cenar.
- ¿Melisa?
- Es la prima de su esposo.
- Ya veo y que tengo que ver yo en todo esto.
- Quiere que la reciba porque acabará tarde debido a una reunión en la ciudad vecina.
Ahora soy su mucama o que le pasa a este desgraciado, tampoco es como que me pueda negar. - Bien voy a estar de regreso a las 17.
Hay papá en que lío más grande me has metido, ojalá y puedas solucionar todo pronto. No tengo dudas de sus habilidades, pero no quiero pasar toda mi vida en esta casa y menos al lado de este hombre.
Una hora después llegó a la constructora, todos me reciben entre sonrisas y felicidades por mi supuesto matrimonio. Ellos me conocen desde pequeña y para mi son como mi familia.
- Papi.
- Mi hermosa princesa ya está aquí.
- Mira que desordenado está todo aquí. No me digas que has estado durmiendo en ese viejo sillón estos últimos días.
- Quiere solucionar esto lo más pronto posible.
- Papá no hace falta que te esfuerces tanto, lo harás increíble así que tomate tu tiempo, yo estoy bien y dentro de todo Francisco no es malo.
No puedo creer que hace momentos atrás estaba deseando que acabará pronto, verlo así de cansado me rompe el corazón mientras yo me quejo de nada.
- Ven déjame ayudarte un poco.
- Gracias princesa.
Tomó la computadora y comienzo a dibujar los planos, si queremos salir de esta vamos a trabajar duro los dos juntos como siempre lo hemos hecho.
Antes de darme cuenta ya es tardísimo, reviso mi celular y están a punto de ser las 20 horas.
- Papá me tengo que ir.
- Gracias por todo Cristal, salúdame a Francisco.
Genial ahora estoy en graves problemas con ese hombre porque de seguro su prima ya le aviso que nadie la recibió en casa. Apretó a fondo el acelerador para llegar lo antes posible y al bajar puedo notar un auto llamativo estacionado en la entrada.
- Señora.
- Perdón llegó muy tarde.
- Ella la está esperando en la sala.
Mientras camino veo a una castaña de piernas cruzadas con una taza de café en las manos.
- Buenas tardes, me disculpo por la tardanza.
- Así que eres la esposa de Francisco, que mala primera impresión dejas querida.
- Surgió algo importante en el trabajo, pero veo que ya estás muy bien instalada así que no hay problema. ¿Melisa verdad?
Ella se para imponente y dominante ante mí, creo que esto es un mal gen que corre por la familia.
- Así es y déjame decirte que yo siendo doctora me tome tiempo de mi apretada agenda para venir a saludar a la nueva integrante de la familia. Esperaba al menos un poco de educación de tu parte.
- Bueno ya me disculpé otra cosa no puedo hacer.
- Ja que bajo ha caído mi primo.
- Que acabas de decir.
La puerta se vuelve a abrir y vemos llegar a Francisco, ella corre a su encuentro chocando conmigo.
- Primo que bueno es poder verte después de tanto tiempo.
- Melisa que agradable verte también.
- Gracias por dejar la reunión para venir a verme. No pude asistir a la boda por que estaba en una cumbre al otro lado del mundo.
- Es lo menos que puedo hacer y lo comprendo, no te perdiste de mucho en realidad.
Hago un gesto con mi mano en forma de burla por su conversación antes de comenzar a subir las escaleras.
- ¿Adónde vas Cristal? Acabas de llegar y ya me dejas sola otra vez.
- Si eso estoy haciendo, Melisa que bueno que te das cuenta.
Sigo mi camino ignorando a esos dos, no hace falta que digan que no soy bien recibida y tampoco tengo ganas de fingir que me importa.
- Ella es todo un caso. Puedes creer que no estaba en casa cuando yo llegué.
- Lo desconocía por completo, hablaré con ella más tarde.
- Ven y dime como fue todo, nunca pensé que de la nada te casarías.
- Simplemente, pasó no hay nada que contar al respecto.
- Sabes vi a Constanza en mi viaje.
- ¿Cómo estaba ella?
- Muy bien, más que bien diría.
- ¿Te pregunto por mí?
- Si lo hizo y te manda saludos. Ah y también me dio esto para ti.
- Gracias por traerlo.
- Tranquilo no le dije nada. ¿Pero por qué permitiste esto cuando todavía la amas a ella?
- No tenía opción, pero Cristal no significa nada en mi vida mucho menos pienso aceptarla como mi pareja.
- Ya veo... Tengo muchísima hambre, que tal si vamos por algo delicioso.
- Genial salgamos a disfrutar de la noche, mi amigo acaba de abrir un lugar que de seguro te encantará.
Desde la ventana logró ver como ambos se van, esa mujer no me agrada y claro está que yo a ella tampoco. Siempre y cuando se vaya por donde vino todo estará bien porque no voy a poder soportar a dos de ellos a la misma vez.
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