Likes And Buried Secrets
Capítulo 1 – Ecos del Pasado
1987. Londres.
La lluvia caía sobre los ventanales del Instituto St. Augustine. Entre los pasillos iluminados por faroles antiguos, las risas de los estudiantes llenaban el aire… hasta que un grito desgarrador quebró la calma.
Elisa, una joven de cabello rosado, corría con todas sus fuerzas. Sus zapatos resonaban contra el suelo de mármol, el corazón latiendo tan fuerte que apenas podía escuchar sus propios pensamientos.
Quería salir, contarle al mundo lo que había visto.
Pero era demasiado tarde.
Una lanza atravesó su pecho, manchando el suelo con un rojo oscuro. Sus ojos quedaron abiertos, fijos en el techo, como si aún intentaran aferrarse a la vida.
Desde las sombras, una figura arrastró su cuerpo hacia la oscuridad.
El instituto nunca volvió a ser el mismo.
2015.
Después de casi tres décadas cerrado, el Instituto St. Augustine volvió a abrir sus puertas.
La fachada gótica se levantaba imponente en el corazón de Londres. Entre la niebla y la llovizna, los nuevos estudiantes llegaban con maletas, móviles en mano, grabando cada rincón para subirlo a sus redes.
Los rumores decían que el lugar estaba maldito. Que allí había muerto alguien. Que las paredes aún susurraban secretos.
En medio de la multitud, una joven de ojos verdes y pelo rubio bajó del autobús escolar.
Clara Bennett
Vaya… así que este es el famoso St. Augustine.
Emily Carter
¡Clara! ¿Tú también viniste aquí? Pensé que los becados como tú no entraban en esta escuela.
Clara Bennett
Gracias por recordármelo, Emily. Qué detalle tan lindo de tu parte.
Emily Carter
Oh, no te ofendas. Solo digo que aquí… todo es distinto. Y no todos saben encajar.
Emily sonrió para su cámara frontal, posando frente a la puerta principal, mientras cientos de corazones y comentarios aparecían en su pantalla.
Los estudiantes se repartían en grupos. Algunos hablaban en voz baja de las leyendas del colegio. Otros solo se preocupaban por captar la mejor foto para Instagram.
Clara levantó la vista hacia las gárgolas del edificio. Una sensación extraña le recorrió la piel. Como si alguien la observara desde las ventanas oscuras del piso superior.
Noah Williams
No mires tanto hacia arriba. Dicen que esos ojos te devuelven la mirada.
Clara giró, sorprendida. Un chico con capucha negra y expresión enigmática estaba de pie detrás de ella.
Noah Williams
Las gárgolas. Las historias. Ya sabes… cosas que nadie debería tomar a broma.
Clara Bennett
Vaya forma de presentarte.
Noah Williams
No soy de los que se presentan. Pero si insistes… Noah Williams.
Un coche negro se estacionó frente a la entrada. De él bajó Ethan Collins, el chico más popular de todo el instituto. Su sonrisa era perfecta, sus seguidores se multiplicaban con cada publicación.
Ethan Collins
¡Chicos! ¿Listos para el mejor año de nuestras vidas?
Las chicas suspiraron. Algunos levantaron sus móviles para grabarlo. Clara rodó los ojos.
Clara Bennett
Increíble… ya tiene a medio instituto detrás de él.
Noah Williams
Así es Ethan. El chico de oro. Cuídese, señorita Bennett. El oro a veces se oxida.
El sonido de la campana resonó en todo el campus. Las puertas se abrieron lentamente. Los estudiantes comenzaron a entrar, riendo, charlando, grabando historias para TikTok.
Pero Clara no podía quitarse de la cabeza la sensación de que aquel lugar guardaba algo.
Las paredes parecían respirar.
Los pasillos, susurrar.
Y en algún rincón oscuro del instituto, alguien encendió un móvil.
Una cuenta anónima subió la primera publicación del año:
chico misterioso
@Buried – “Bienvenidos de nuevo al St. Augustine. Algunos secretos nunca se entierran del todo.”
Un corazón rojo apareció en la pantalla.
Uno que goteaba como sangre.
Capítulo 2 – Sombras en los Pasillos
La enorme puerta del Instituto St. Augustine se cerró con un sonido metálico que retumbó en los oídos de todos. El eco viajó por los pasillos oscuros como si las paredes despertaran tras décadas de silencio.
Los estudiantes caminaron hacia el hall principal. El mármol brillaba bajo las lámparas antiguas. En el centro, un mural de 1880 mostraba a fundadores severos, con ojos tan vívidos que parecían seguir cada movimiento.
Clara respiró hondo, intentando ignorar la sensación de que aquel lugar no la quería allí.
Clara Bennett
Esto es… enorme.
Emily Carter
Claro, ¿qué esperabas? Aquí estudiaron políticos, actores, millonarios. No es cualquier instituto.
Clara Bennett
Y también alguien murió.
Emily Carter
Rumores. Historias para asustar a los nuevos.
Emily volvió a enfocarse en su móvil, transmitiendo en vivo a sus miles de seguidores.
Un murmullo general llenó el hall cuando una mujer alta, de rostro severo y cabello recogido en un moño impecable, subió al escenario improvisado.
Margaret Turner, la directora.
Margaret Turner
Bienvenidos, estudiantes. St. Augustine abre nuevamente sus puertas después de muchos años. Aquí forjarán su futuro. Aquí se les exigirá disciplina, excelencia… y respeto absoluto por las normas.
Clara la observaba. Su voz resonaba como un martillo. La mirada gris de la directora no parecía buscar a los alumnos, sino examinarlos como piezas en un tablero.
Clara Bennett
Esa mujer podría helar un volcán con la mirada.
Noah Williams
Dicen que su padre fue director aquí en los ochenta. Conoce cada secreto de estas paredes.
Clara Bennett
¿Y tú cómo sabes tanto?
Noah Williams
Escucho. Observo. Los demás gritan por atención. Yo recojo lo que nadie nota.
En la primera fila, un hombre de traje oscuro permanecía de pie. Su postura erguida, mandíbula cuadrada y ojos azules fríos imponían autoridad.
Richard Collins, padre de Ethan.
Ethan Collins
Ese es mi padre. Vino a inaugurar el año con la directora.
Clara Bennett
Ah, claro. Tecnología y poder.
Ethan Collins
Bueno, alguien tiene que poner el dinero para mantener esta belleza en pie.
Clara lo miró con desdén.
Otra figura apareció: Elena Sullivan, profesora de literatura. Su sonrisa cálida contrastaba con la rigidez de la directora.
Elena Sullivan
Queridos estudiantes, este instituto no es solo disciplina. También es creatividad, pensamiento crítico. Espero verlos en mis clases.
Clara sintió que había encontrado un rostro amigable entre tanto frío.
En un lateral, un hombre con cabello oscuro, gafas y expresión tensa observaba a todos con detenimiento.
Andrew Wright, profesor de ciencias.
Andrew Wright
Recuerden que aquí no hay espacio para juegos. Ciencia, lógica, resultados. No desperdicien su tiempo.
Su mirada se posó unos segundos en Clara, y ella apartó los ojos de inmediato. Algo en ese hombre la inquietaba.
Clara Bennett
Ese profesor me miró como si me conociera.
Noah Williams
Tal vez lo haces. O tal vez… solo quiere leer tus secretos.
Clara Bennett
Genial, justo lo que necesito: un profesor que parece sacado de una película de terror.
Entre los adultos, una mujer elegante con vestido caro y joyas discretas destacaba. Sus ojos azules recordaban a Emily.
Helen Carter, madre de Emily.
Helena
Es un honor ver a mi hija aquí, siguiendo la tradición de nuestra familia.
Emily sonrió ampliamente para sus seguidores en directo.
En otra esquina, un hombre de cabello canoso y traje impecable estrechaba manos con políticos locales.
Charles Montgomery, padre de Isla.
Isla Montgomery
Ese es mi padre. No le hagas mucho caso. Él solo ve votos, no personas.
Isla Montgomery
Yo sé moverme en cualquier escenario. Eso es todo lo que importa.
Su mirada gris helada la hacía ver como una reina entre peones.
La ceremonia terminó con un aplauso contenido. Los estudiantes fueron dirigidos hacia los dormitorios.
Los pasillos olían a madera antigua y humedad. Las luces parpadeaban de vez en cuando. Clara sintió un escalofrío recorrerle la espalda.
Lucy Bennett
¡Clara! ¿Cómo es la escuela?
Clara Bennett
Es… grande. Imponente. Y extraña.
Lucy Bennett
Mamá dice que te cuides. Ella confía en ti.
La voz de su hermana pequeña le devolvió algo de calma.
Mientras los demás instalaban sus cosas, Clara decidió explorar un poco. Caminó por un pasillo apartado, donde las sombras parecían tragarse la luz.
De pronto, escuchó un susurro.
chico misterioso
…Algunos secretos nunca se entierran…
Clara giró, pero no había nadie. Solo una ventana empañada y el eco de pasos lejanos.
Al volver al dormitorio, encontró a Emily, Isla y Mia discutiendo sobre qué habitación elegir.
Emily Carter
Obvio que yo me quedo en la esquina, tiene la mejor luz para grabar videos.
Mia Sullivan
No puedes adueñarte de todo.
Isla Montgomery
Por favor, ambas discuten por tonterías. Aquí lo que importa es quién manda.
Todas la miraron con desprecio. Clara suspiró y dejó su maleta en la cama menos disputada.
Esa noche, la directora reunió a los estudiantes en el comedor. Candelabros iluminaban las mesas largas, creando un ambiente más de castillo medieval que de escuela.
Margaret Turner
Reglas básicas: toque de queda a las diez, no se permiten móviles en clase, y jamás, repito, jamás, se adentren en la ala este del edificio. Está clausurada.
Los murmullos se multiplicaron.
Noah Williams
Exacto. Y ahí es donde empiezan las historias de terror.
Mientras cenaban, Clara observó a los adultos en la mesa principal.
Victoria Bennett, su madre, la saludó desde lejos con una sonrisa protectora.
Helen Carter conversaba animadamente con políticos.
Richard Collins y Charles Montgomery discutían sobre negocios.
Elena Sullivan intercambiaba bromas con otros profesores.
Andrew Wright no apartaba la vista de los alumnos.
Cada uno parecía representar una pieza de un rompecabezas que Clara aún no podía entender.
---
De repente, un sonido vibró en los móviles de todos los estudiantes. Una notificación en rojo.
Una cuenta anónima.
chico misterioso
@Buried – “Primera noche. Primer secreto. ¿Quién será el primero en caer?”
Una foto apareció en la pantalla: el pasillo oscuro de la ala este.
Clara sintió que el corazón le golpeaba el pecho. El mismo lugar donde había escuchado aquel susurro.
Clara Bennett
Esto… no puede ser una broma.
Noah Williams
Alguien quiere jugar. Y parece que tú ya estás dentro del juego.
La tensión llenó el comedor. Algunos reían nerviosos, otros miraban alrededor con miedo.
La directora exigió apagar los móviles.
Pero era demasiado tarde.
El juego había comenzado.
Capítulo 3 – Ecos tras la Medianoche
Después de la reunión, cada estudiante se dispersó hacia los dormitorios. Los adultos abandonaron el instituto con rostros tensos, intercambiando palabras que nadie alcanzó a escuchar. El eco de los pasos quedó atrapado en los pasillos interminables, como si el edificio respirara lentamente después de tantos años en silencio.
Las luces parpadeaban con intermitencia, bañando de sombras los techos altos. Clara caminaba con el móvil apretado en la mano, incapaz de apartar de la mente la imagen enviada por aquella cuenta anónima: el pasillo prohibido de la ala este.
En su camino, tropezó con un grupo de chicos y chicas que no había tenido ocasión de conocer en la ceremonia. Todos cargaban maletas, almohadas y algún que otro objeto personal.
Clara Bennett
Lo siento… no los había visto.
Liam Foster
Tranquila. No es el mejor lugar para caminar distraída, créeme.
Daniel Hughes
Se ve nerviosa, ¿qué pasa?
Clara Bennett
Nada… solo fue un día largo.
Oliver Grant
Claro, “nada”. Todos recibimos la misma notificación. Nadie puede decir que está tranquilo ahora.
Marcus Turner
Suficiente. Si fue una broma, mañana la dirección se encargará. No hay razón para exagerar.
Clara Bennett
¿Y si no es una broma?
El silencio se hizo espeso. Nadie quiso responder.
---
Subieron juntos la escalera principal. Los retratos antiguos enmarcaban la subida, ojos pintados que parecían seguirlos desde siglos atrás. Emily apareció de repente, con el móvil todavía encendido y un aro de luz portátil colgando de su mochila.
Emily Carter
¡Clara! Estaba buscándote.
¿En serio? Pensé que estabas ocupada mostrando todo esto a tus seguidores.
Emily Carter
Obvio. Pero no quita que te quiera en mis transmisiones. Eres la “chica misteriosa”. Eso da vistas.
Clara Bennett
No soy un personaje para tu canal.
Emily Carter
Ay, no seas tan dramática.
Marcus Turner
Ignoremos esto y avancemos.
En el pasillo de dormitorios, varias puertas estaban abiertas. Algunos estudiantes decoraban con luces, fotos y pósters; otros simplemente dejaban las maletas sin abrir. El aire olía a mezcla de perfumes juveniles, libros nuevos y polvo antiguo.
Clara entró en su habitación y dejó caer la mochila. Frente a ella, Isla estaba sentada en su cama, con una libreta de cuero en las manos.
Clara Bennett
¿Tú también aquí?
Isla Montgomery
Por supuesto. Este cuarto es amplio y silencioso, perfecto para concentrarme.
Clara Bennett
¿Concentrarte en qué?
Isla Montgomery
En mantenerme un paso adelante de todos.
Clara la miró con extrañeza. Emily apareció segundos después, arrojando sus cosas sin orden.
Emily Carter
Este cuarto tiene la mejor iluminación. Punto.
Isla Montgomery
Y también la peor compañera.
Emily Carter
Mira quién habla, la reina de hielo.
Clara Bennett
Genial. Va a ser un año largo.
Mientras organizaban sus pertenencias, un golpe resonó en la ventana. Todas giraron al mismo tiempo. Afuera, solo se veía la neblina nocturna que envolvía los jardines.
Clara Bennett
¿Lo escucharon?
Isla Montgomery
Probablemente ramas.
Clara Bennett
No parece una rama…
En el pasillo, Noah apareció caminando despacio. Sus pasos no hacían ruido sobre la alfombra. Llevaba una linterna pequeña.
Noah Williams
Deberían bajar la voz. El eco aquí viaja demasiado.
Clara Bennett
¿Qué haces rondando a estas horas?
Noah Williams
Observar. Algo no encaja.
Emily Carter
¡Oh, perfecto! El “detective oscuro” aparece para dar miedo.
Noah Williams
No necesito inventar nada. El miedo ya está aquí.
Emily lo fulminó con la mirada, pero Clara notó un estremecimiento real en la voz de Noah.
Más tarde, las luces del pasillo se apagaron de golpe. Un grito resonó desde otra habitación. Todos salieron corriendo. Encontraron a Daniel apoyado contra la pared, con la respiración acelerada.
Clara Bennett
¿Daniel, qué pasó?
Daniel Hughes
La ventana… se abrió sola. Y escuché… pasos. Dentro del cuarto.
Marcus Turner
Ridículo. El viento puede hacer eso.
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