“El Sabor De La Traición”
1
La mansión Kaelis despertaba cada mañana como un reloj suizo: cortinas abiertas a la misma hora, pasillos impecables, personal en silencio. Todo era orden, hasta que apareció Lioren Kaelis.
Lioren Kaelis [O.D]
[Bajó las escaleras aún despeinado, en pijama, con una sonrisa soñolienta.]
Lioren Kaelis [O.D]
¿Ya están todos tan formales? Son las ocho, deberían estar durmiendo todavía.
Un par de sirvientes se miraron y no pudieron evitar reírse.
.
Si nosotros seguimos su consejo, joven amo, ¿quién mantendría la casa en pie?
Lioren Kaelis [O.D]
Pues yo mismo, aunque… [se rascó la cabeza, pensativo] tal vez la arruinaría antes de empezar.
Las carcajadas llenaron el aire.
En la cocina, la cocinera sacaba panecillos recién horneados. Lioren se acercó como un ladrón y tomó uno sin permiso
？？？
¡Señorito Lioren! ¡Están demasiado calientes todavía!
Lioren Kaelis [O.D]
[soplando y mordiéndolo igual]¡Perfecto! Queman, pero así saben mejor
？？？
Ni los modales de un gato…
Lioren Kaelis [O.D]
[guiñándole un ojo] Los gatos también tienen encanto, ¿no cree?
Se sentó en la primera silla libre, ignorando el comedor elegante preparado para él.
Más tarde, en los jardines, encontró a un jardinero luchando con un rosal.
Lioren Kaelis [O.D]
Cuidado, esas espinas muerden. Déjeme un segundo
Lioren Kaelis [O.D]
[Tomó las tijeras, cortó con paciencia y le tendió la rosa al hombre.]
Sergio
Gracias, joven amo. Tiene buena mano para esto.
Lioren Kaelis [O.D]
Lo aprendí de mi madre… bueno, en realidad de mirar. Ella hace todo ver más fácil.
Se alejó silbando con la flor en la mano. En la entrada, una niña del personal lo esperaba con ojos curiosos. Lioren se inclinó solemnemente y le ofreció la rosa.
Lioren Kaelis [O.D]
Para usted, princesa. Hoy gobierna más que yo en esta mansión.
？？？
[La pequeña soltó una risa, abrazando la flor como si fuera un tesoro]
Así era Lioren: un heredero que nunca trataba a nadie como inferior. Lo querían no por su apellido, sino por la forma en que veía a cada persona.
Ese brillo suyo, tan puro, todavía no sabía la sombra que se acercaba
2
La mansión Kaelis despertaba cada mañana como un reloj perfecto: cortinas abiertas, suelos brillantes, personal en silencio. Todo parecía ordenado… hasta que bajó Lioren, despeinado, en pijama, con una sonrisa perezosa.
Lioren Kaelis [O.D]
¿Ya tan temprano? Yo digo que deberíamos declarar domingo permanente
Los sirvientes soltaron risitas. Uno de ellos le respondió:
.
Si hacemos eso, joven amo, su padre nos corre a todos
Lioren Kaelis [O.D]
¡Pues yo los defiendo! Aunque… [se encogió de hombros] seguro me echa junto con ustedes.
Las carcajadas recorrieron el pasillo.
En la cocina, Lioren tomó un panecillo recién hecho.
.
¡Joven amo, todavía queman!
Lioren Kaelis [O.D]
[soplando y mordiendo igual] ¡Mejor! Así saben como recién nacidos
En ese momento entró Seraphine Dely, su madre, elegante en bata de seda, pero con los pies descalzos.
Seraphine Delyra
[O.P]
¿Otra vez robando panecillos, Lio?
Lioren Kaelis [O.D]
[con la boca llena] No robo, pruebo calidad. Es mi deber como heredero
Seraphine Delyra
[O.P]
[Se rió y le revolvió el cabello.]
Seraphine Delyra
[O.P]
Tu padre dice lo mismo cada vez que asalta la bodega.
Como invocado, Caelum Kaelis apareció en el marco de la puerta con una copa de jugo en mano.
Caelum Kaelis[D.D]
¡Mentira vil! Yo no asalto, inspecciono.
Lioren Kaelis [O.D]
Ajá, inspecciona tanto que la bodega llora cada noche.
Los tres rieron. El personal observaba con ternura: en esa familia, la cercanía era tan natural como la riqueza que los rodeaba
Más tarde, en el jardín, Lioren ayudó a un jardinero con un rosal y se quedó con la flor. Al regresar, encontró a sus padres tomando café en la terraza.
Lioren Kaelis [O.D]
[entregando la rosa a su madre con una reverencia exagerada] Para usted, madre. Una reina merece su corona.
Seraphine Delyra
[O.P]
Y un príncipe merece aplausos. [lo besa en la frente]
Caelum Kaelis[D.D]
¿Y yo qué recibo?
Lioren Kaelis [O.D]
Un café frío, si no se apura.
Caelum Kaelis[D.D]
[Soltó una carcajada y pellizcó suavemente la mejilla de su hijo.]
Así eran los Kaelis: una familia poderosa, pero tan cálida que cualquiera podía sentirse en casa a su lado.
Nadie lo sabía aún, pero esa misma calidez pronto sería puesta a prueba.
3
La mañana en la mansión Kaelis parecía la de siempre: risas en la cocina, aroma a pan recién horneado, Lioren bromeando con los sirvientes.
Hasta que el mayordomo anunció con solemnidad:
？？？
Señores, el nuevo chef ha llegado.
El murmullo se extendió entre el personal. Todos giraron la cabeza hacia la puerta.
Un hombre alto, de cabello claro y ojos intensos, entró con pasos seguros, vestido de blanco impecable. Traía un aire reservado, casi frío, que contrastaba con el bullicio cálido de la cocina.
？？？
Les presento a Evander. A partir de hoy estará a cargo de la cocina principal
Evander Sorel [D.D]
[Hizo una leve inclinación de cabeza.]
Evander Sorel [D.D]
Un placer. Espero que el trabajo de mi cocina hable más que mis palabras
Hubo un breve silencio. Lioren fue el primero en romperlo, con su sonrisa desarmante.
Lioren Kaelis [O.D]
¡Bienvenido, Evander! Espero que le guste el caos de esta casa. [dio un mordisco a un panecillo]Porque aquí nadie sobrevive mucho si no sabe reírse.
Algunos rieron. Evander alzó apenas una ceja, sorprendido, antes de contestar con calma
Evander Sorel [D.D]
No se preocupe, joven amo. Sé adaptarme.
Lioren Kaelis [O.D]
[mirando con dulzura] ¿Adaptarse? Aquí la regla es simple: comer mucho, reír más
Caelum Kaelis[D.D]
No dejar que mi hijo robe todos los panecillos.
Lioren Kaelis [O.D]
¡Protesto! Eso es tradición familiar
Evander Sorel [D.D]
[No sonrió, pero sus ojos parecieron suavizarse un instante]
Más tarde, mientras el personal seguía con sus tareas, Lioren se acercó curioso al recién llegado.
Lioren Kaelis [O.D]
¿Y bien, Evander? ¿Cuál es su platillo favorito para preparar?
Evander Sorel [D.D]
[Dudó apenas un segundo antes de responder.]
Evander Sorel [D.D]
El que haga sonreír al comensal.
Lioren Kaelis [O.D]
[riéndose] Entonces nos llevaremos bien. Soy fácil de hacer sonreír
Por primera vez, una sombra de sonrisa cruzó los labios del chef, fugaz, casi imperceptible.
Nadie lo notó, pero mientras Lioren se alejaba silbando, Evander lo observó con una atención inusitada, como quien estudia cada detalle de un mapa.
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