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Más Que Mí Sexy Alumna

Capítulo 1

Otro interesante día más de clases, pensó Henry.

Él es un importante profesor de la universidad de letras, cuyo trabajo ha amado por siempre, pero últimamente se le ha hecho demasiado tedioso por todas las niñitas mimadas que pretenden conquistarlo, es algo realmente agobiante, y lo peor de todo, es quien realmente le llama la atención, ni caso le hace por lo que lo frustra aún más.

Va entrando a la clase y ve a su niña de ojos esmeralda hablar con su mejor amiga, se ven muy concentradas en su charla que no se han percatado de la presencia de su profesor, mejor para él, pensó.

Henry estaba embobado mirando a Rouse, para él, era la mujer más hermosa que nunca antes había visto, su cabello naranja la hacía ver tan salvaje, pero al ver sus hermosos ojos verde esmeralda contrarrestaba lo salvaje con una increíble calma y dulzura, era perfecta se dijo a sí mismo.

Quería seguir mirándola y a sus cambios de expresión tan divertidos cuando una de las muchas muchachas que pretendían seducirlo de formas tan desvergonzadas se le interpuso en el medio, tapando la vista de la mujer que él quería.

-Querido profesor, ¿qué excitante lectura nos ha traído hoy? - pregunto coqueta la chica mientras le pasaba la mano por el brazo de forma descarada.

-Siéntate en tu lugar y lo averiguarás - le respondió Henry de manera tajante mientras le quitaba su mano de su brazo.

La chica le dedicó una sonrisa coqueta y se fue a su lugar ella no pensaba desistir, ya lleva unos años atrás de ese sexy profesor.

Cuando la clase estaba llena ya por todos los alumnos, Henry comenzó a dar su clase.

-Bueno, como saben cada tanto traigo una novela que genera muchas controversias en los jóvenes y nosotros las debatiremos. Hoy les he traído la novela "Pídeme lo que quieras" que es de la autora Megan Maxwell, su novela ha generado muchas controversias en los jóvenes por ser muy erótica y gráfica. - comenzó su explicación el profesor

Él dejó de hablar un momento para ver cómo reaccionan los chicos de su salón, algunos estaban sorprendidos por el tema que iban a ver, otros estaban fascinados y uno o dos estaban disgustados, eran las típicas reacciones que hacían, nunca se podría contentar a todos a la vez.

-¿Alguien ya ha leído la novela?, sin vergüenza gente. Lo único que debería darles vergüenza es robar - pregunto Henry

Lo siguiente no sé lo esperaba en absoluto, por un momento tuvo que esconderse tras su podio para que no vean su creciente excitación.

Su hermosa niña fue la única en levantar la mano, y aunque estaba roja como un tomate por la vergüenza de ser descubierta leyendo novelas de adultos, ahí estaba toda envalentonada. Él automáticamente dispara su imaginación, podía ver a su niña leyendo esas novelas y como ella misma se prendía por ello. Luego se reprendió mentalmente por sus pensamientos y volvió a la realidad.

-Eso es fantástica señorita... - Henry trato de fingir no saber su nombre para que no notarán que hasta su teléfono sé sabia de memoria

-Soy Rouse Salvatore - aclaró ella tímida.

-Excelente Rouse Salvatore, podrás ir bastante adelantada en esta clase, será un gusto poder debatir contigo y entre tus compañeros sus opiniones - felicito Henry, ya quería saber que pensaba de la novela

Estuvieron charlando sobre el tema del libro y sus orígenes, luego les pago mediante un pdf del libro a todos sus alumnos hasta que sonó el timbre avisando que la clase ya había acabado.

Rouse y su mejor amiga Lexy fueron de las últimas en irse, de nuevo estaban sumergidas en sus charlas.

-Lexy, de verdad ya no lo soporto, es realmente frustrante - se quejó Rouse al ver cómo la misma chica que le había estado coqueteando al profesor Henry, lo estaba haciendo de nuevo, pero está vez, junto a otras tres rubias más.

-Amiga, si de verdad lo quieres deberías decirle y ya, así al menos no te quedarías con la intriga del que hubiera sido... - la alentó su amiga Lexy, ella sabía cuan enamorada estuvo siempre su amiga de su profesor y aunque jamás se lo hizo notar a nadie más  sabía que le dolía toda esta situación, por ser algo prohibido.

-Pero si ya has visto que ni mi nombre se sabía - replicó Rouse.

-No le des importancia a eso, debes hacer que jamás pueda olvidarte, en eso debes pensar, ahora ve por tu hombre - Lexy la empujó hacia el profesor.

Rouse ya estaba media decidida a dar ese paso, pero cuando se acercó a Henry sin que este la viera escuchó una conversación de él con las muchachas.

-De verdad se los digo señoritas, mi mujer es realmente hermosa, mide 1,70 mts, su cabello es negro y sus ojos azules como los míos, pronto vendrá si no me creen. - Les dijo todo orgulloso Henry

-Oh, es realmente una lástima... - dijo una de las rubias.

-Sí, es una pena, pero a mí no me molesta compartir - dijo otra de las rubias, una de las más descaradas.

Rouse no pudo seguir escuchando más y con los ojos llenos de lágrimas salió corriendo al pasillo, Henry al verla correr de esa manera se preocupó por ella, sin saber que ella había escuchado toda su conversación.

En el pasillo Rouse se chocó con un compañero de clase que besaba por donde ella pisaba, este al verla en tal estado la llevó a un aula vacía y sin pedirle explicaciones la abrazo mientras le acariciaba la cabeza y ella lloraba sin poder parar.

Henry que la había seguido sin pensar, los vio acurrucados en un aula vacía, lo que le hizo hervir la sangre. Él entró sin mediaciones y de forma brusca.

-¿Qué está pasando aquí? - pregunto molesto Henry

-Nada importante - respondió el chico, él secretamente sabía del amor que sentía Rouse por él, lo cual lo molestaba pero no podía decir nada.

-Vete de aquí, yo hablaré con ella, es mi deber como profesor - dijo firmemente Henry

El chico quiso protestar, pero Rouse le dijo que estaba bien y le dio las gracias.

-¿Qué desea profesor? - pregunto Rouse ya sin llorar pero con los ojos rojos e hinchados

-¿Él es tu novio? - pregunto molesto Henry acercándose tanto a Rouse que apenas si cabía un alfiler entre ellos.

Capítulo 2

-¿Qué desea profesor? - pregunto Rouse ya sin llorar pero con los ojos rojos e hinchados

-¿Él es tu novio? - pregunto molesto Henry

Rouse no podía creer lo que le estaba preguntando su descarado profesor.

-Eso no creo que sea de su incumbencia, profesor - respondió firme Rouse haciendo énfasis en la última palabra.

-Tienes razón, pero eres mi alumna y como tal me preocupo por ti como lo haría por tus compañeros de clase - respondió él con la mandíbula tensa, le había molestado que no le respondiera a su pregunta

-De acuerdo, ya me encuentro bien, así que con su permiso, me retiro - exclamó Rouse tratando de apartarlo, pero el no se movió en absoluto.

-Rouse, mi niña, ¿de verdad estás bien?, ¿te irás así? - pregunto con cariño Henry mientras la miraba con absoluto amor.

Eso a Rouse la desarmo por completo, nunca lo había visto comportarse así, por un momento se había olvidado de dónde se encontraba y hasta de su nombre, por lo que mirándolo directamente a los ojos, levantó su mano lentamente dirigiéndose a su rostro y con toda la suavidad que le fue posible le acaricio la mejilla.

-Yo... - comenzaba a decir Rouse cuando la puerta del aula fue abierta de golpe haciendo que ambos se separen y desvíen las miradas

Una mujer muy alta de pelo negro como la noche y unos bellísimos ojos azules entró con paso seguro al aula directo a Henry.

-Me dijeron algunos de tus alumnos que te encontrabas aquí, así que vine - explicó ella con una perfecta sonrisa.

Rouse al no poder soportar más la situación en la que se encontraba, se disculpo y salió corriendo de allí. La culpa la estaba matando, pensar que casi hace algo indebido pensó. Debía ponerle fin a esos sentimientos suyos, el ya estaba casado y ella no pensaba ser el dolor de otra mujer, además que viendo a esa perfecta mujer que entró, se sintió muy inferior y humillada.

Henry estaba que mataba a alguien, por fin había logrado acercarse a esa joven que lo tenía loco de hace tiempo cuando su molesta hermana había entrado para arruinar el momento, justo cuando ella estaba por decirle algo importante.

-¿Que quieres Natasha? - pregunto molesto Henry

-¿Así recibes a tu hermanita? - replicó está con un puchero

-No tengo humor para tus juegos, dime, que es lo que  quieres - volvió a preguntar Henry, cada vez perdiendo más los nervios

-De acuerdo odioso, es solo qué papá desea verte - anuncio la joven

Henry rodó los ojos y comenzó a murmurar muchos improperios, detestaba que su padre se inmiscuya en su vida privada.

-Dile que estoy ocupado - ordenó Henry, no tenía ganas de discutir con su padre de nuevo.

-Esta bien, pero no podrás seguir retrasandolo, sabes cómo es él. Por cierto, ¿quién era la joven que estaba aquí contigo y luego salió corriendo al verme? - pregunto curiosa Natasha, su hermano no era de estar con muchachas tontas, de hecho, desde su anterior cuñada, su hermano no había estado con nadie más.

-Es una alumna de mi clase, se llama Rouse Salvatore - respondió Henry ahora más tranquilo al pensar en ella y sin darse cuenta una sonrisa se le escapó, la cual no pasó desapercibida por su hermana menor.

-¿Y porque salió corriendo al verme? - pregunto ella, rogando que no parará de hablar de la joven, la cual había despertado su curiosidad.

-Eso no lo sé, pero mañana sin falta lo averiguare - exclamó firme Henry, no pensaba dar marcha atrás con ella, pero lo haría con mucho cuidado, después de todo él era su profesor.

Rouse al salir del aula corrió como pudo hasta donde se encontraba su mejor amiga. Está cuando la vio inmediatamente se la llevó de allí.

Una vez en la casa de Lexy, Rouse le contó todo lo que había sucedido desde que fue a querer confesarse hasta que salio corriendo del profesor y su mujer.

Lexy estaba furiosa, no podía creer lo desvergonzado que era su profesor y como se había comportado con su mejor amiga, por lo que instantáneamente se le ocurrió una idea.

-Rouse, no debes estar mal, tienes suerte de que al menos no haya ocurrido nada malo, pero ahora por suerte sabes cómo es él realmente y puedes usarlo a tu favor - manifestó Lexy con una sonrisa que no auguraba nada bueno

-¿De que estás hablando Lexy? - preguntó confusa Rouse

-De qué lo haremos pasar un mal rato a ese pervertido profesor, le haremos pagar tus lágrimas - decretó firme y segura su mejor amiga

-¿Que planeas hacer? - la interrogó Rouse curiosa, a veces su mejor amiga era muy vengativa e impulsiva.

-Bueno, estaba pensando que como tu leíste el libro que él propuso para la clase, podríamos torturarlo con eso, ya he visto mas o menos de que se trata y nos viene como anillo al dedo. Y eso solo para empezar - propuso Lexy frotándose las manos mientras pensaba en muchas formas de hacerle pagar a ese profesor infiel.

-¿Eso solo para empezar?, ¿Que más propones hacer? - Rouse ya se estaba preocupando, no quería que tuvieran problemas por su culpa.

-Tengo un amigo que es gay, pero está para chuparse los dedos, él entrará por un tiempo a nuestra clase y fingirá estar interesado en ti, tanto así que se le salte la vena a ese estúpido - juró Lexy maquinando mentalmente cada momento del día que vendrá.

-No estoy muy segura de todo esto Lexy, ¿y si mejor lo dejamos en paz y cada uno con lo suyo?, me duele, sí, pero lo olvidaré - Rouse trató de que su mejor amiga diera marcha atrás con su loco plan.

-¿Y perdernos la diversión? - río Lexy, ella no iba a dar marcha atrás por nada. Además se sentía culpable por empujar a su mejor amiga hacia ese bastardo.

Capítulo 3

-¿Y perdernos la diversión? - río Lexy, ella no iba a dar marcha atrás por nada. Además, se sentía culpable por empujar a su mejor amiga hacia ese bastardo.

Pronto llego un nuevo día, las chicas ya estaban preparadas para la acción, y aunque fue Rouse quien trato de persuadir a Lexy de desistir, no podía negar que estaba un poco emocionada por lo que harían.

Cuando entraron a clases fueron a sus lugares como de costumbre.

Henry al ver a Rouse quiso ir hacía ella, sentía que tenían una conversación pendiente. Estaba a tan solo unos pasos cuando de pronto entró un muchacho de cabellos rubios, unos ojazos azules y un cuerpo más atlético que el de él, pensaba ignorarlo hasta el comienzo de la clase pero al ver hacia donde se dirigía se creyó morir.

El chico rubio fue directo y sin pestañear hacía su niña de ojos esmeralda, la tomo de la nuca y sin reparo le plantó un beso en los labios. Henry estaba por protestar ante aquello y sacar a ese descarado de su clase a patadas, cuando lo que oyó lo dejo patidifuso.

-Hola amor, ¿ya te inscribiste a la clase? - saludó Rouse de manera cariñosa a ese chico, quien se había colocado justo al lado de ella mientras la abrazaba.

-Si mi cielo, ahora seremos compañeros de clase y podremos pasar más tiempo juntos - le contestó el chico mientras la apretaba entre sus brazos.

-Paren chicos, no coman en frente de los pobres - se quejó fingidamente Lexy, quien en realidad estaba encantada al ver la cara de bobo con la que se había quedado el profesor.

El muchacho al sentirse fuertemente observado giro la cabeza y se encontró a un hombre en frente de él que lo fulminaba con la mirada, automáticamente se dio cuenta de que era a ese sujeto a quien debía poner celoso, y al parecer ya lo estaba logrando. Una pena que sea heterosexual e infiel pensó Cris, ya que realmente era su tipo, un hombre fornido de al menos 1,80 mts, cabello negro como la oscuridad, unos ojos azules marinos en los que fácilmente podrías perderte y unos ricos y tentadores labios.

-Oh, usted debe ser el profesor, un gusto, soy Cris - se presentó Cris mientras estiraba la mano para un apretón, aunque solo era otra forma de irritarlo más.

-Aja, ¿por qué se anotó usted a mi clase? - preguntó de mala forma Henry, ignorando la mano tendida.

-Porque amo la literatura, y así también podré pasar más tiempo con mi novia - respondió Cris, haciendo énfasis en la última palabra.

-¿Su novia? - Henry estaba desconcertado, él no sabía de ningún novio de Rouse.

-Así es, aunque no la merezco claro está, pero en mi opinión, nadie es merecedor de ella - dijo mostrando orgullo por la joven

-Ya veo - dijo simplemente Henry volviendo a su lugar.

Cuando ya habían ingresado todos los jóvenes a la clase, Henry comenzó, pero tenía la cabeza por las nubes, en más de una ocasión uno que otro alumno tuvo que corregirlo o ubicarlo en lo que estaban.

Lexy estaba que no se aguantaba más la risa por verlo de esa manera, realmente no creyó que le fuera afectarle tanto ver a su mejor amiga con un supuesto novio. Estaba tan distraída en sus cosas que no se dio cuenta de que el profesor la estaba hablando.

-Parece que usted tiene la cabeza en las nubes señorita Lexy, tal vez quiera ilustrarnos con su opinión con respecto a como se conocieron Eric y Judith en el libro que les mandé ayer. - le recriminó Henry a Lexy de muy mal humor.

Lexy estaba en aprietos, ya que por estar tramando su venganza se le olvidó leer el libro, estaba por decirlo cuando Rouse la interrumpió

-¿Puedo decírselo yo en su lugar profesor? - pregunto Rouse alzando la mano y mirando fijamente a los ojos de Henry, haciendo que el profesor trague en seco.

-Por supuesto señorita Rouse Salvatore, por favor ilustreme, o mejor dicho, ilústrenos. - pidió Henry con un tono de voz sarcástico, pero en realidad estaba tratando de mantener la calma.

-De acuerdo... Yo creo que la manera en la que se conocieron ambos fue bastante graciosa al principio, pero en el trasfondo de ello, ambos se excitaban con el solo hecho de pensar en el otro, estaban todo el tiempo en un ambiente tenso, ya que no podían hacerse demostraciones de ninguna clase, por el hecho de que su amor estaba prohibido o al menos eso creía Jud, para Eric era diferente, él estaba acostumbrado a tener a todas las que quisiera cuando quisiera, pero con Jud no fue así, puesto que ella era distinta, no tenía miedo de dar su opinión ni de hacerse valer. - explicó Rouse haciendo que todos la mirarán, ella estaba un poco avergonzada aunque trataba de ocultarlo.

Henry estaba gratamente sorprendido por tal explicación, pero a la vez se encontraba un tanto inquieto, pues sentía que no le habían arrojado un palo sino más bien un tronco con semejante indirecta, pero ¿por qué?, él no recordaba haberle hecho nada.

-Magnífica explicación señorita Salvatore, pero cabe recordar que aunque Judith al principio se resistió a Eric, al final, termino cediendo a la tentación y por ello se entregó a él. - replicó Henry

-Si, así es, pero se entregó bajo sus propios términos, no bajo los de él. - refutó Rouse

Toda la clase los miraba como a un partido de tenis, de un lado a otro, ninguno pensaba que tal clase pudiese ser tan entretenida.

-También hay que admitir que el señor Eric era un donjuán, estaba con cuanta mina se le cruzaba en el camino y la llegada de Jud no cambió para nada ese hecho - exclamó un alumno de la nada.

Cuando Henry vio de quién de trataba, su enojo solo creció, era el mismo muchacho que la había estado abrazando a Rouse en el aula vacía el día anterior y el mocoso lo miraba de forma muy amenazante.

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