Yo alguna vez tuve un hogar, una familia y una pareja destinada. Hubo una época en que lo tenía todo, pero eso ahora ya es parte del pasado.
Con el despertar de una guerra fría entre clanes el principio del fin llego y no solo para mí, fue algo devastador para todos los que algún día conocí. Pero antes de confundirlos más déjeme contarles como comenzó todo 2 años atrás.
Nuestra aldea era una de las más grandes, rica en minerales preciosos, que ahora ya no sirven de nada, abundante comida y agua y nuestro clan era fuerte por naturaleza. En él nacían los mejores guerreros de sangre pura y dominante, se consideraba mala suerte cruzarte con un alfa enojado y suicido enfrentarlo.
Yo nacida de unos de los alfas más poderosos era considerada una joya sin igual y mi prima Freía, hija de mi tía era inferior a mí en todos los aspectos naciendo así en ella una envidia sin límite qué nos llevaría a otra guerra en la que no solo se perdería la vida, sino algo mucho más valioso.
Este de aquí abajo era mi prometido y digo era porque gracias al cielo ya no lo es más. Jason un hombre bestia de gran poder e influencia. De 27 años de edad, con un carácter firme y dominante, autoritario y muy creído, pero aun así lo quería y estaba feliz de que fuera mi pareja. 👇
Y este es Alan su hermano menor, el prometido de Freía, no tan fuerte y de carácter más amable y divertido. Yo si me llevaba muy bien con él y lo consideraba casi un hermano menor para mí.
Freía por su parte era una mujer arrogante que ama presumir lo que no tenía, cobarde y envidiosa, incapaz de defenderse por si sola y consiguió a Alan luego de suplicar por dos meses enteros al ver que Jason me había elegido a mí, supongo que se conformó con Alan.
Por último, pero no menos importante su servidora. Mi nombre es Megan y no es por presumir, pero tengo excelentes habilidades en combate, casería, de puntería impecable. Además, de ser divertida y amigable. Demasiado confiada para mi desgracia.
Todavía faltan algunos más que si decides quedarte y continúas leyendo de seguro los amaras 😊
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Horas antes de que la guerra entre clanes comenzara y en la noche de nuestro compromiso, Jason me tomo de la mano para escapar de la aburrida fiesta, yo como una tonta cachorra lo seguía como era costumbre, llegando así al hermoso manantial en él cual nos bañaremos de niños.
- Pensaste en que algún día terminaríamos así, Megan.
- Si y tú.
- También, no veo la hora de que por fin seas solo mía.
- Estás nervioso. ¿Pasa algo malo?
- Si pasa algo, pero no es malo, al menos para ti.
- Ya dímelo tonto.
Jason entrelaza su mano con la mía dejandome sentir su calor abrazador. - Después de esta noche tendremos que esperar otro mes más para que la boda se lleve a cabo.
- ¿Qué pasa con eso?
- Pasa que ya no lo resisto más, el deseo que siento por ti me está consumiendo por dentro y lo único que quiero es que seas mi mujer.
Sus palabras me sorprenden más de la cuenta, digo yo ya notaba esas miradas, esas caricias y esos besos tan intensos.. Pero escucharlo directo de su boca fue algo impactante.
- Megan nos vamos a casar de todas formas, si es hoy o en un mes más no hace la diferencia.
- Yo no sé qué decir..
- Voy a ser el próximo líder de la manada y tú serás mi única reina, así que nadie se atreverá a faltarte el respeto.
- Esto es tan reciente que no creo que debamos. Además, todavía tienes que pasar la prueba para ser el líder, no es como que ese puesto ya sea tuyo.
- Nadie es mas fuerte que yo, ningun macho aqui se me compara.. Solo déjate llevar, deja que mi deseo active el tuyo y sigue el instinto que corre por tus venas.
Antes de responder Jason comienza a besarme, mientras sus manos recorren mi cuerpo. Esto está mal, su cuerpo está hirviendo.
- ¿Estás en celo?
- Estoy loco de amor por ti.
- Si estás en celo no puedes salir de tu casa.
- ¿Megan acaso no me amas?
- Claro que te amo y es por eso que te pido parar aquí.
Antes de poder pararme las feromonas hacen efectivo en mí, sus brazos me envuelven intensificando el deseo que comienza a crecer con su cercanía y antes de darme cuenta los dos acabamos en el manantial desnudos entregándonos el uno al otro.
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Muy buenas noches, queridas lectoras que se quieran unir en esta nueva novela que admito no es mi fuerte, pero me gusta experimentar géneros nuevos así que vamos a ver si lo hago bien 😁 Desde ya muchas gracias por leerme ♡
El sol nos sorprendió amándonos, siendo uno mismo, pero la felicidad nos duró poco a los dos.
- Meg lamentó mucho que nuestra primera vez fuera se está manera, pero también es justo decir que no me arrepiento de nada.
- Está bien yo también te amo, Jason.
- Esto no será ningún impedimento para nosotros, te prometo que tu dignidad no se verá empañada por lo sucedido.
- Confío en ti más que en nadie.
Nos damos un último beso antes de volver a la aldea en donde todo ya es un caos, las personas corren de un lado al otro y en sus rostros se ve el miedo.
- Que está sucediendo.
- Hay un avistamiento de la tribu del norte invadiendo nuestras tierras. Vienen armados y buscando problemas.
Antes de poder reaccionar un grito nos pone alerta de inmediato.
- ¡YA ESTÁN AQUÍ!
Intentamos mantenernos juntos, pero con toda la multitud enloquecida nos es imposible, suelto su mano y lo pierdo de vista en cuestión de segundos. Yo corro a mi casa para entender que es lo que está pasando.
- Mamá.
- Gracias a los ancestros estás bien.
- ¿Dónde está papá?
- Megan una guerra a comenzado y tu padre partió junto al primer batallón a defender nuestras fronteras.
- Pero porque, como de la nada hay guerra cuando por tantos años tuvimos paz.
- Eso es lo que pasa con la paz, te da una falsa sensación de seguridad y cuando menos lo esperas te das cuenta de que en realidad nunca existió.
- ¿Qué hacemos ahora?
- Los hombres tienen que ir a defender la frontera mientras nosotras cuidamos aquí. Toma lo necesario para trabajar en la fortaleza.
Es increíble ver como todo puede cambiar de un momento a otro. Horas atrás todos celebraban mi compromiso y ahora la gente está muriendo a mi alrededor, mis amigos, camaradas.
Al llegar a la entrada puede ver a Freía junto a las otras mujeres trabajando duro. - Por fin la princesita decidió ayudas.
- No es momento para eso ahora.
- Donde diablos estabas Megan.
- No es el momento ya dije.
El mundo que conocíamos, la paz que creíamos tener se desvaneció poco a poco y en un mes ya quedaba la mitad de la manada. Perdimos a mi padre y a muchos hombres valientes que dieron su vida para proteger la nuestra.
- Estamos muy mal, ya no nos quedan suministros y el invierno está a la vuelta de la esquina... De seguir así será nuestra extinción.
- Ellos están igual que nosotros, han perdido a sus mejores guerreros por eso todo ha estado tranquilo últimamente. De seguro se están preparando para no morir congelados en el invierno.
- Que hacemos entonces, es una excelente oportunidad para atacarlo.
- Sería suicidio porque al igual que ellos no tenemos los recursos suficientes para que las hembras y los pequeños sobrevivan solos.
- Dinos Jason que sigue a continuación, eres el más fuerte que nos queda y aunque no has tenido tu ceremonia es más que claro que serás el próximo líder de la manada.
- Vamos a comenzar a surtir las bóvedas, conseguir comida suficiente para sobrevivir. Esa será la tarea de las mujeres mientras los hombres haremos rondas para mantener a raya a esos bastardos. Nosotros cuidamos y ustedes juntan comida.
Me levanto de entre la multitud. - Bien yo las voy a guiar y traeremos los recursos necesarios.
- Gracias Megan, eres una excelente cazadora así que serás la líder.
Es verdad yo soy la indicada para esta tarea, soy la hija de un jefe, de un alfa fuerte así que es la hora de servir a mi clan así como él lo hizo.
Los días no fueron más fáciles, con el invierno llegando las presas no eran tan fáciles de cazar y con las tropas enemigas todavía dispuestas a dar pelea era muy difícil mantener el orden. Aun así no me rendí, cada mañana salía y volvía ya entrada la noche con lo que pudiera. Conejos, jabalíes, ciervos. Todo era necesario y yo me esforzaba al máximo para contribuir a mi clan.
Otro mes pasó y los primeros copos de nueve comenzaban a caer, a este paso en unas semanas más el río quedaría congelado y los animales emigrarían a otra región más alejada y nosotros tendríamos que sobrevivir con lo poco conseguido.
- Jason como te encuentras.
- Bien si es que eso existe todavía.
- Te he traído algo de comer.
- Déjalo para los demás, no tengo hambre.
- Tienes que comer si quieres seguir luchando.
- Y pensar que para esta fecha ya estaríamos casados, disfrutando de una vida diferente. Malditos bastardos, sabes quien fue el provocante de todo esto.
- No.
- Su nombre es Nodal y se convirtió en líder de su clan a la edad de 16 años, es un maldito sádico enfermo de la cabeza, despiadado y sin corazón.
- ¿Por qué lo hizo?
- Porque más, es un demente que quiere unificar todo el territorio y así convertirse en el único líder, quiere que todos los demás quedemos debajo de sus zapatos y así pisarnos a su antojo. Pero yo no lo permitiré, Meg yo te voy a proteger al igual que a todo nuestro clan.
- Lo sé, confío en ti más que en nadie, Jason.
- Te amo.
- Yo también te amo.
Salgo dejándolo solo con sus pensamientos, es bueno ver que a pesar de todo sigue siendo el Jason que yo conozco, el que es dulce solo conmigo y nadie más.
A pesar de que afuera todo sea incierto estar aquí junto a él me hace sentir feliz y segura, Jason es un buen hombre y no veo el día de que por fin seamos una familia.
- Deja de soñar despierta Megan.
- Freía porque no me sorprende verte tan tarde todavía dando vueltas.
- Tengo que ver a Jason.
Como me desagrada está maldita mujer, desde que todo comenzó ella es la que parece soñar despierta todo el tiempo, actúa como si fuera la única mujer aquí, con derechos que claramente no se gana.
- Solo déjame decirte que si se te ocurre hacer algo estúpido estaré encantada de darle fin a tu vida.
- ¿Es una amenaza?
- Es una advertencia, ese derecho es únicamente mío y lo disfrutaré al máximo si me das la oportunidad. Ahora quítate de mi camino y recuerda que tu pareja es Alan, no Jason.
La empujó lejos y sigo mi camino como si nada, me encantaría romperle la cara, pero no es el momento de crear otra guerra dentro de estas murallas que se suponen que son el único lugar seguro.
- Meg que pasó ahora.
- Es esa perra de Freía, siempre molestándome, creo que es su pasatiempo favorito.
- Es una descarada, no ayuda en nada más que mantener motivados a los machos.
- Mientras se mantenga alejada de mi hombre todo estará bien.
- Ese es el problema Meg, últimamente visita mucho los aposentos de Jason y no solo yo los he visto más cercano de lo que se deba. La gente ya comienza a hablar.
- Gracias por decírmelo Tisha, la mantendré vigilada.
Esa noche no pude dormir, la idea de que a Jason le puede gustar Freía es algo que no me deja tranquila. Pero a quien si, más cuando ella se ofrece en bandeja de plata con las piernas abiertas de par en par.
Cuando por fin logró dormir un poco un estruendo me hace saltar de la cama, asustada salgo a ver que es lo que está pasando, pero al llegar a la entrada el cuerpo de mi madre se encontraba en el umbral.
Esa noche estaba tan nublada que la luz de la luna no lograba penetrar las densas nubes, pero yo pude ver claramente el rostro de mi madre.
- Corre Megan..
- No mamá, quien te hizo esto.
- Corre, todavía está aquí.
- ¡MAMÁ!
Los fuertes pasos a mi espalda hacen que entre en modo de advertencia, me giró sobre mis talones y lo comienzo a golpear llena de furia y dolor, no me detuve hasta que escuche la voz de Jason.
- Atrápenlo y no lo dejen escapar...
- Mamá.. Mi mamá está..
- Tranquila Megan, estás bien.
- Mi mamá, por favor ayúdala Jason, no la dejes morir.
Él se inclina para revisar sus signos vitales, se quita la chaqueta y la cubre. - Lo siento mucho, Megan.. Tu mamá ya no se encuentra entre nosotros.
Grite, lloré, maldije. Tantas emociones juntas. ¿Cómo fue que ese hombre bestia entró aquí como si nada? ¿Acaso los guardias no estaban cuidando su puesto? ¿Hay más de uno?
Los fuertes brazos de Jason me abrazan intentando calmarme, pero yo no podía hacer eso.
- Escúchame ya estamos revisando todos los alrededores y te juro que los vamos a hacer pagar por esto.
- Quiero verlo, quiero saber por qué y luego matarlo.
- Solo si me prometes que estarás bien.
Nuevamente, afuera todo es un caos, tal como aquel día las personas corren sin mirar a donde, con pánico en sus ojos, con miedo de morir.
- Jason el maldito se suicidó.
- ¿Qué dices Alan?
- Tenía una navaja entre sus ropas, hirió a uno de nosotros y luego se cortó la garganta.
- Como puede ser eso posible.
- Lo he escuchado antes, son kamikazes que invaden las aldeas en grupos pequeños. Si consiguen algo bien, pero si son atrapados se suicidan de inmediato para no revelar información vital, puesto que si vuelven a su manada sin nada los consideran inservibles y de igual maneras los matan de una peor forma.
- Esto cada vez se pone peor, esa clase de gente que no le tiene miedo a morir son los más peligrosos.
- Lo siento mucho, Megan.
- Gracias, Alan.
Luego de perder a mis padres y de ni siquiera poder vengarlos me mantuve alejada de todos, pasando los días cazando, despejando mi mente e intentando aferrarme a la poca cordura que me quedaba.
- Hasta cuando piensas seguir así, Megan.
- Hasta que deje de doler, Tisha. Voy a reportarme con Jason.
- Hoy sí que conseguiste mucha comida.
Camino despacio ignorando a todos a mi alrededor hasta llegar al cuarto de Jason, abro la puerta despacio, no golpeó porque yo soy su prometida, no hay necesidad de anunciarme, pero lo veo junto a Freía. Ella acaricia su rostro y él sostiene su cadera con ambas manos. ¿Este es el mismo hombre al que le dije una y otra vez que confiaba en él más que en nadie?
- Que significa esto.
- Meg.
No les permito a ninguno de los dos reaccionar, tomo el jarrón del agua y se lo lanzo en la cara a Jason mientras tomo del cabello a la zorra y la arrastro por todo el lugar.
- Te dije que solo tenías que darme una oportunidad... Ahora vas a morir Freía.
- ¡AYUDAA! JASON POR FAVOR AYÚDAME..
La golpeó hasta que Jason me levanta y me lleva lejos.
- Tranquilízate, no es lo que parece.
Le doy un codazo en la nariz y salgo corriendo. No es lo que parece, entonces que más puede ser.
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