NovelToon NovelToon

La Emperatriz Sin Rostro.

Capitulo 1: Locura

¡¡ACLARACIÓN!!!

Quiero aclarar que en esta novela la protagonista tendrá algo así como un desorden de personalidad múltiple. Aclaro que esto es una novela de fantasía. Nada de lo dicho aquí es real. Solo creado para que vaya acorde con la trama de la novela. No soy doctora. Ni psicóloga. Ni psiquiatra. No sé más de lo poco dicho sobre este padecimiento. Así que todo lo que escribiré aquí será creado por mí y no tiene nada que ver con la realidad. Todo es fantasía.

...ΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩ...

Ishtar 15 años

Todos soñamos con aquel amor de cuento de hadas, que llega a nuestras vidas a darnos ese felices para siempre. Ver al amor de tu vida de rodillas ante ti. Mostrándote un anillo que simbolice su amor. Sentir ese cosquilleo en tu interior de emoción y anhelo.

Bueno para mi... Estaba siendo todo lo contrario.

Esa mañana cuando desperte lo que menos esperaba era encontrarme en la mitad del salon del trono con el príncipe del Reino vecino de rodillas ante mi. Un anillo de diamantes y una sonrisa egocéntrica.

Mi mirada se clavó en mis padres. Sonrisas galantes. Portes elegantes. Podia ser que ellos conocieran mis sentimientos. Pero otra cosa es que les importaran.

Nunca les habia importado.

Siempre habia sido un hija obediente. Me habia esforzado toda mi corta y tormentosa vida en ser la princesa que mis padres esperaban que fuera. ¿Alguna vez recibí un reconocimiento?

Nunca.

Como me atrevia a si quiera desearlo. Era mi deber. Era para lo que habia nacido. No habia hecho nada que alabar. Ellos mantenían en pie un imperio que estaba en guerra. Alla afuera habian personas que peleaban arriesgando sus vidas por el imperio. ¿Que podria aportar yo al imperio que mereciera un reconocimiento?

Nada.

Esas eran las palabras de mis padres.

Ahora parece que consiguieron algo en lo que si les soy util.

Una moneda de cambio.

¿Queria ser la emperatriz del Reino enemigo?

No

Porque yo seria la Emperatriz del Imperio de Malar.

Mis ojos se clavaron en el hombre de rodillas ante mi. Sus ojos escanearon todo mi cuerpo con desden.

—Princesa Ishtar. He venido desde muy lejano a aceptar su mano en matrimonio, como una ofrenda de paz entre nuestros imperios.

Aceptar mi mano?

Alguna vez se la había ofrecido?

Yo no queria ser su esposa. No deseaba ser la ofrenda del enemigo. Desde niña me obligaron a creen que la unica manera de recibir reconocimiento era hacer grandes cosas. Cosas que no iba a lograr si me volvía la Emperatriz olvidada del principe promiscuo.

Parece que habia llegado el momento de desobedecer a mis padres.

¿Pero como lograba quitar de mi camino aquello que se interponía en la realización de mis sueños?

Solo habia un hombre que seria mi esposo.

Y definitivamente no era el hombre de rodillas ante mi.

Matalo

La palabra se repetía una y otra vez en mi cabeza. ¿Era la voz de mi conciencia? No lo sabia. Y en ese momento no me importo.

Simplemente lo hice.

Mi mano se acerco lentamente a su rostro. Sus ojos me miraron desconfiados y yo solo sonreí. No era su rostro lo que queria entre mis manos. Era aquella vena que palpitaba en su cuello. Podia escucharlo retumbar en mi cabeza.

Y en solo segundo sucedio. Mis uñas se clavaron en su cuello con tanta fuerza que lograron traspasar la piel. Mis dedos tomaron aquel rastro de vitalidad en su cuerpo y la arrancaron de el. La sangre broto hacia todos lados. Un grito ahogado se quedo en sus labios y su rostro se convirtió en profundo terror.

La sonrisa nunca se fue de mi rostro.

Bien hecho.

Su cuerpo se cayo hacia atras. Estaba muerto. Un obstáculo menos.

Ahora solo quedan ellos.

Mis ojos se clavaron en mis padres. Sus rostros en completo terror. La mujer al lado de mi madre quien siempre la acompañaba a todos lados. Se sacudió en arcadas que terminaron en vómito. El lugar se convirtió en un caos. Las sirvientas corriendo a intentar ayudarme. Otros intentando ayudar al príncipe.

Era tarde para el.

Una carcajada se escapo de mis labios. El salon se fundio en completo silencio. Todo pareció detenerse por un segundo y entonces mi padre grito.

—Que has hecho Ishtar?!

Mis ojos se quedaron en el. Su cuerpo se sacudió, dio un paso hacia atras. Temblando de miedo.

—Me deshice de un obstáculo. He nacido para ser la emperatriz de Malar. No sere la emperatriz de otro reino. Cualquier hombre que se atreva a arrodillarse delante de mi y exigir mi mano en matrimonio de nuevo tendrá el mismo final.

—Acaso haz enloquecido?!!

—Lo he hecho padre?

Mi rostro se inclinó a un lado. Di un paso hacia el. Su cuerpo se sacudió en advertencia. Los soldados lo rodearon. Lo protegían de mi.

—Derribare cualquier obstáculo que se presente, pasare por encima de todos por obtener lo que quiero. Ese trono donde tienes el lujo de sentarte me pertenece. ¿No fue eso lo que siempre me inculcaste padre?

Mi padre rio incredulo.

—Una mujer de emperador. No me hagas reir Ishtar. No tienes lo que se necesita.

—Talvez no lo tenga en este momento Padre. Pero lo tendre. Y entonces el mundo entero se rendirá ante mi. Y te veras obligado arrodillarte ante la hija a la que siempre has despreciado.

Su sonrisa se ensancho. Y entonces aplaudió divertido.

—De verdad te crees capaz? Entonces hazlo. Mañana mismo partirás a las minas. Recibirás el entrenamiento que todos los emperadores recibieron. Si logras superarlo entonces te dare el trono. Y me tendrás de rodillas ante ti.

En su mirada se notaba la burla de sus palabras.

—Acepto.

Sus ojos se abrieron en sorpresa. Mi madre bufo

—Ishtar dejar de jugar. Vuelve a tu habitación. Tu padre y yo arreglaremos el desastre que has causado. Olvidemos esta estupida conversación.

—No lo hare.

Sus ojos me miraron escandalizados.

—No te creí tan estupida.

—Dejala que valla. No perderemos nada. Pero ella... Chocara con su propia ignorancia. Hija mal agradecida. No mereces llevar el apellido de nuestra familia. Fuiste un maldito error desde el dia en el que naciste. Una heredera mujer—una risa amarga escapo de sus labios—Has traído solo vergüenza a nuestras vidas.

—Ishtar... Retractate ahora!!

Mi madre grito colérica. Aquellos ojos que me habian depreciado desde que tenia memoria me miraron intentando doblegarme.

Era tarde.

Ellos me habian perdido.

—Arreglen mi viaje. Mañana mismo partire a las minas.

Mis padres me miraron incrédulos.

—Te arrepentirás de esto Ishtar.

Solte una ultima carcajada y abandone el salon.

Ellos van arrepentirse.

Definitivamente lo harian.

Capitulo 2: El Adios

Yoon-Ha 18 años

—Tienes que hacerlo Yoon-Ha. Seras el orgullo de la familia. Volvernos parte de la familia real seria perfecto.

Mi padre sonreía victorioso. Sus ojos evidenciaban su deseo enfermo de poder.

Talvez yo podria llevar aquel cargo. Pero el seria quien diera la ordenes.

Se supone que fuimos criados para ser leales sirvientes de la familia real. Fuimos criados para dar la vida por el bien de este imperio.

Ahora resulta que el deseo de poder de mi padre tenia que importarme mas que el bien del Imperio.

Era un caballero leal de Geronia. Mis principios estaban por encima de cualquier otra cosa.

Yo no queria ser emperador.

Mi amor estaba con ella.

Ishtar D'Labot era mi amor. La mujer a la que amo. La siguiente Emperatriz.

La amaba. Y por esa misma razon.

Jamas dejaría que mi familia metiera sus manos en los asuntos reales.

—No lo haré.

Mi padre me miro incredulo.

—Que haz dicho?

—No voy a pedir la mano de la princesa.

Su mano se impacto con fuerza en el escritorio de madera delante de el.

—Retractate. Haz nacido para servir a esta familia. La princesa esta enamorada de ti. Te casaras con ella. Y honraras el apellido de nuestra familia. Volveremos a pertenecer a la familia real. Como siempre debió ser.

Mi padre estaba enloquecido por aquel tema. Su bisabuelo habia sido medio hermano del emperador que reinaba en esos tiempos. Era solo un hijo ilegítimo. El hijo bastardo. Pero el, llevaba la sangre del emperador. Deberíamos ser parte de la familia real. Eso creía su bisabuelo. Su abuelo. Mi abuelo. Y hasta el.

Yo no creía lo mismo.

—No lo haré. No voy a casarme con la princesa. No me convertiré en emperador.

—Haras lo que se te diga. Si no lo haces te enviare a la guerra. Asi que tu decides. Moriras por tus estupidos principios o vivirás para tu familia. Siendo feliz con la mujer que amas.

Me levante de la silla donde habia estado sentado por 2 largas horas. Estire las piernas. Acomode mi espada en su funda y lo observe a los ojos.

—Prefiero morir protegiendo mis principios. Que condenar al imperio al que jure mi lealtad. Partire a la guerra mañana mismo.

Mi padre explotó en colera. Su mano se impacto en mi rostro. Pero no me inmute. Le di una reverencia y abandone el lugar. Escuchando sus gritos detras de mi.

Nunca faltaría a mis principios. Al juramento que hice de proteger el imperio con mi propia vida si era necesario.

Incluso a costa de mi felicidad.

Esa noche camine por el desolado jardin del palacio imperial. Llegue al mismo asiento de piedra de todos los dias y tome asiento en silencio.

Y entonces la vi llegar. Con una capa de terciopelo rojo. Aunque no podia ver su rostro. Sabia que era ella.

Ishtar camino hacia mi en completo silencio. Se sento a mi lado con la cabeza baja y tomo mi mano. Nos quedamos en silencio. Sintiendo el calor de nuestras manos juntas. Estuve apunto de decirlo... Pero ella lo hizo primero.

—Mi padre me ha ofrecido en matrimonio al principe del Reino enemigo.

Sus palabras se calaron en mi interior. Como lava ardiente que quemaba mis entrañas.

—Ha venido hoy a llevarme con el.

Las palabras no salían de mis labios. No sabia que decir.

—Oh... Eso... Es... Que... Que piensa?.... ¿Se casara con el?.

—Lo asesine.

Tarde segundos en comprender sus palabras. La mire perplejo.

—Que??

Su cuerpo se inclino hacia el mio. Recostó su rostro de mi hombro y suspiro.

—Le arranque la yugular.

Estaba sin palabras. Completamente perplejo.

No todos los dias una princesa relataba haber asesinado a su futuro esposo a sangre fria.

—Yo solo deseo que usted sea mi esposo.

Me quede sin palabras. Incapaz de decirle a la mujer a mi lado. La amarga verdad.

Su rostro se inclino a un lado. Dejo caer su capa hacia atras y aquellos ojos como esmeraldas me miraron inocentes.

—Usted que piensa Joven Duque Yoon-ha?

Mis ojos se clavaron en la union de nuestras manos y suspire. Dejando salir aquellas amargas palabras.

—Yo... No puedo casarme con usted Alteza.

Su mano se alejo de la mia con rapidez. Su cuerpo se movió hacia atrás en el banco de piedra y me miro sorprendida.

—Que... Que dice?... Usted... Usted dijo que me amaba.

—Y la amo Alteza. Usted es lo que mas amo. Mi corazon y mis pensamientos estan repletos de usted. Haria lo que fuera por protegerla. Incluso... Dejarla ir.

—Por que? Digame por que no puede ser mi esposo?

Mis ojos se clavaron en el suelo. Decirle la verdad era doloroso. Y vergonzoso. Aceptar la oscuridad de mi familia. Del hombre que me crio.

—Mi padre desea su lugar. Desea un lugar en la familia real. Hara lo que sea por arruinarlos. Incluso lastimarla. Mi deber esta con el imperio. Mi lealtad esta con la familia real. Por eso no haré algo que los ponga en peligro. Le he dicho a mi padre que no me casare con usted. Y me ha ordenado ir a la guerra.

Un sonido de sorpresa escapo de sus labios.

—No puede...

—Lo hare. Ire a la guerra y peleare por el imperio. Peleare por usted.

Sus manos volvieron a tomar las mias, sus ojos me miraron tan dulces como la miel.

—Me convertiré en emperatriz. Y lo traeré conmigo.

Mis labios se curvaron en una triste sonrisa.

—No tiene que salvarme Alteza. Me mantendré con vida. Por favor cuídese y sea feliz. Recuerde siempre que la admiro. Que tiene mi completo amor y admiración. La llevare en mi corazon para siempre.

Nuestros rostro estaban cada vez mas cerca. Su frente choco con la mia y nos quedamos ahi. Era lo mas cerca que habíamos estado nunca. Podia sentir su aliento caliente en mi rostro. Su olor a fresas se filtraba por mi nariz.

La Amaba. Y ahora tenia que dejarla ir.

—Voy a esperarlo Joven Duque Yoon-ha.

El susurro de sus labios agito mi corazon.

—No tiene que hacerlo Alteza. Lo unico que deseo es su felicidad. Prometame que sera feliz.

Un suspiro tembloroso escapo de sus labios.

—Lo prometo.

Capitulo 3: Deberes

3 años despues.

Una mujer de cabellos dorados camina en completo silencio por el jardin del palacio. Su cabello largo se balancea con el viento. Y entonces como si de un aracnido se tratara. La mujer escala por las paredes con gran facilidad.

En la habitación de los emperadores. El emperador y La emperatriz duermen profundamente. Sin sospechar del peligro que los acecha. Pero entonces un golpe fuerte se escucha en su ventana. El cristal se agrieta volando en mil pesados por el suelo. Los emperadores despiertan asustados. La habitacion se encuentra en completa oscuridad. Pero pueden verlo. Aquellos ojos esmeraldas que brillan en el oscuro rincon de la habitación

—Quien eres?! ¿Como te atreves a irrumpir en nuestra habitación? ¡Guardias!!

El emperador gritaba colérico. La mujer a su lado se aferraba a la sabana que los cubria. Una risa suave se escucho en la habitación. Y entonces aquellos ojos comenzaron a acercarse mas y mas a ellos. Una mujer con un vestido negro. De cabello rojo. Unos ojos esmeralda. Un rostro que jamas en sus vidas habian visto.

¿Quien era ella?

—Quien eres?! ¿Quien te mando? Te pagare el doble!!

La mujer sonrio, se detuvo a los pies de la cama. Observando los rostros de las dos personas delante de ella.

Sus padres.

—Acaso no me recuerdas... Papá

El hombre la miro de pies a cabeza confundido.

—Papá?... Ya basta de juegos. A que has venido?

La mujer se paseo por la habitación en silencio. Paseando sus manos por cada accesorio en la habitación.

Los emperadores no entendían que estaba ocurriendo. El emperador estaba molesto. Eufórico. Como una simple mujer podia infiltrarse en su palacio sin que nadie la notara. Los despediría a todos. Inutiles.

El emperador intentó ponerse de pie, pero fue en vano. Su cuerpo se movió hacia atrás. Volviendo a caer sentando en la cama. Era como si estuviera pegado con pegamento al edredón de su cama. Sus ojos se abrieron en sorpresa y su mirada se clavó en la mujer que ahora estaba a su lado. Y mientras la veía. La mujer parecía hacerse cada vez más grande.

¿Era acaso eso posible? ¿Acaso estaba adentro de alguna pesadilla?

—No no no no. No tienes permitido estar de pie.

—Que?

—Seras un niño obediente y te quedaras ahi sentado hasta que yo te ordene levantarte.

El emperador estaba incredulo. ¿Que significaba todo esto?. No tuvo tiempo para seguir cuestionándose. De repente sintio como sus pies comenzaban a hincharse. Y al quitar la sabana pudo verlo. Sus pies estaban morados. Parecían estar cada vez mas grandes.

—Basta!!! Te...

Las palabras no pudieron salir de sus labios. Porque estaban sellados. Sus manos fueron a sus labios. Estaban cocidos. Intentaba gritar pero nada salia de ellos.

—Silencio. Tampoco tienes permitido hablar si no se te ordena.

El hombre intentaba gritar, pero parecía que mientras mas queria hablar su cuerpo comenzaba a hincharse con mas rapidez. Comenzo por sus pies. Iba subiendo por sus piernas. Su estomago. Sus brazos. Hasta que se sintió apunto de explotar.

—Creo que vas a explotar. Tienes demasiadas cosas por decir. Pero que lastima... No se te permite hacerlo.

El hombre la miro aterrorizado. Y por un segundo aquellos ojos esmeraldas se le hicieron conocidos... Eran identicos a los suyos.

Sucedio en solo segundos. El emperador exploto. El sonido de su piel desgarrándose y la sangre disparada hacia todos lados provoco una reaccion en la emperatriz. La mujer solto un grito aterrorizada. Miraba los desperdicios de quien habia sido su esposo. ¿Como habia sucedido todo eso?

De repente la habitación se fundió en una completa oscuridad. Y un susurro se escucho en su oido.

—Ahora vamos contigo... Mami.

Una luz se encendió en la habitación y la mujer se encontro a si misma de rodillas en el suelo.

Escuchaba unos pasos detras de ella. Su mente le pedia a gritos que hullera. Pero su cuerpo no le respondía. Sus piernas pesaban y dolían como si hubiera estado horas de rodillas. Y entonces sucedio. Un dolor sordo golpeo su espalda. El ya conocido sonido del latigo contra la carne se escucho en el salon y la mujer grito. Pero nada salio de sus labios.

—No puedes quejarte. La emperatriz debe aguantar en silencio. El dolor es parte de la vida. El dolor nos recuerda porque estamos vivos. Nos recuerda quienes somos. Y cuales son nuestros deberes en este mundo.

Otro golpe impacto en su espalda y asi fueron uno tras otro hasta que se sintio casi desmayar. Queria y necesitaba caer hacia adelante pero su cuerpo no cedia. Seguia ahi de rodillas, con la espalda recta. Sin poder soltar ni un poco de todo el dolor que estaba soportando.

—Has aprendido la lección?... Seguiremos mas tarde.

Escuchaba los pasos de la mujer a su alrededor. La rodeaba como si estuviera observándola por completo. Como un cazador a su presa.

—A Ishtar le gustara ver esto.

La emperatriz levanto la cabeza y miro a la mujer delante de ella. Aquel rostro perfilado y esos ojos esmeraldas.

—Ishtar te ordeno hacer esto?

La mujer solto una carcajada divertida. Acerco su rostro al de ella. Se miraron a los ojos en silencio.

—Ishtar no ordena. Yo soy la que pongo las reglas. Los demas la siguen... Y si no lo hacen... Mueren.

La mujer de cabellos rojos se alejo del lugar. Abrio la puerta y camino por los pasillos del palacio hasta llegar a su habitación. Entro en silencio y se detuvo en el espejo. Recito aquel hechizo dulce que habia sido el comienzo de todo esto.

सपना फिर शुरू होंदा ऐ आओ जागे इक होर हकीकत च

Un sello negro silencioso cubrio por completo el imperio. La mujer se acosto en su cama y suspiro.

Pronto tendrían todo lo que habian deseado.

Download MangaToon APP on App Store and Google Play

novel PDF download
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play