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MI LOBINO AMOR

1 Alexandra Lilia Eskala

Soy Alex, tengo 25 años, siento que la vida me cruzo sin avisar, siempre compenetrada en mi carrera, para ser veterinaria, amante de los animales, ayudando a los perros qué encontraba en la calle, dándoles un hogar adoptivo, o formando casas para los que preferían estar en la calle.

Conocí a mi prometido en una reunión de amigos de la carrera, él no era del mismo círculo, pero estaba ahí con un compañero mio, al ser su amigo de la infancia que vino por las vacaciones.

Nos conectamos de inmediato, a él le agrado mi manera de ser callada y reservada, le gustaba que no sea como las demás que solo buscaban sobresalir.

No se si porque él se arrimo primero, o porque no tenia ánimos de andar buscando pareja, al estar más interesada en mi capacitación, lo acepte, comenzando una relación a distancia, porque él vivía en otro lado, pero igual lo hicimos funcionar, luego él al recibirse vino a vivir a la misma ciudad, para poder estar un poco más juntos, pero su trabajo le demandaba que apenas nos veamos, sin contar con mi ocupación de cuidar y curar animales.

Ahora que lo pienso, solo fui conveniente para él, al desvivirme por hacerle las cosas mas faciles, retiraba su ropa de la tintoreria, le llevaba su vianda, y ocuparme de mis labores, me esforzaba por ser una novia digna de él.

Casi no nos veíamos, solo me mantenía la ilusión de tenerlo, y creer que al final haríamos nuestras vidas juntos.

Para el día de mi cumpleaños no iba a estar por su trabajo. " Cuando regrese lo celebraremos, tu entiendes que es por trabajo, y es difícil conseguir si se pierde" Fueron sus palabras, cuando supe que regresaba antes de lo previsto, me superó las ansias por verlo, que no regrese a casa a cambiarme, vine derecho de mi trabajo a verlo donde tenia una reunión con sus compañeros o eso creía.

Al verlo tan cariñoso y próximo a una mujer me duele el estómago, vine ilusionada a este lugar al saber que él regresaba y estaria presente, siempre ocupado con su trabajo, de viaje de un lado a otro, siempre lo justifique, entendí, y confiaba que íbamos en el mismo sentido, me sentía feliz que él quisiera crecer para formar un futuro juntos.

Pero al verlo con mis propios ojos, me duele el pecho, mi corazón late acelerado, el aire se escapa de mis pulmones. Presiento lo inevitable al mirar con más atención, esa mujer luce muy atractiva y elegante, su cabello largo sedoso, en un tono rubio oro, su maquillaje que delinea de manera delicada sus facciones, sus piernas largas y firmes bajo esa falda corta, esos tacones rojos qué le dan más elegancia, es mi media hermana menor, la hija del segundo matrimonio de mi padre. Me recorre un sabor amargo por la garganta, algo de envidia siento, y a la vez tristeza.

Ella siempre quería todo lo que a mí me gustaba, desde muy pequeña fue así, y si no le daba hacia un enorme berrinche, siempre conseguía todo por ser así, ella quería ser la primera en comer los dulces, en ser la primera elegida para abrir los regalos de navidad, yo me mantenía callada y conforme para que mi padre no sufra, para no hacer dramas, ya tenía mucho en que pensar para cubrir todos los gastos, y las exigencias de su esposa que quería vivir como una reina, siempre me mostré conforme y cuando por fin tenía algo que creía solo mío, ella aparece para quitarmelo, pero no entendía cómo lo supo, lo mantuve en secreto para que esto no pase, para que ella no vuelva a quitarme algo que me haga feliz, porque odiaba verme feliz, solo ella quería ser feliz y consentida.

 Mi prometido me habia dicho que no le importaba la imagen que le gustaba lo auténtica y única que era, que le gustaba mi estilo relajado, y que no sea superficial al arreglarme con maquillaje. Me miro mis manos de uñas cortas, mi estilo de calza y zapatillas, con una remera ajustada y una chamarra, mi cabello largo, suelto, peinado al viento en un tono oscuro. Tiemblo de la impotencia, la sangre me hierve al ver como él le susurra algo al oido prendido de su cintura y ella sonrie con esos dientes tan blancos y perfectos.

Aprieto mi celular con fuerza y lo llamo, para hablar y no gritarle ante todos los presentes, pero veo que solo apaga su celular y escucho la voz del otro lado que dice que "el número al que esta tratando de comunicarse no se encuentra disponible", enseguida por el dolor que siento camino sin fijarme chocando con un mozo que me vuelca todo el trago que llevaba en una bandeja, fue tan fuerte el choque que caigo hacia atrás, me imagino desparramada en el suelo al ir cayendo en camara lenta, pero algo detuvo mi caída, un brazo fuerte envuelve mi cintura, llevandome contra su cuerpo y mi oído quedo pegado a su pecho escuchando un corazón fuerte y palpitante.

"Debe tener más cuidado" escuche una voz grave y penetrante en mi oído, una barba tupida que acaricio mi cuello al rozarme.

"Lo- Lo lamento" digo apenada y me suelto.

Al mirar me doy cuenta que por el fuerte estruendo llame la atención de mi medio hermana junto a mi prometido.

"JA, JA, VAYA, VAYA" comento ella divertida.

Quería salir corriendo de ahí, pero mis pies parecían clavados en el suelo, era fuerte el shock que tenía por la revelación de ser engañada.

"ALEX" escuché decir a Manuel en un susurro y ví que se quiso soltar de mi media hermana pero ella se aferró a su mano con más fuerza.

"NO HAY QUE OCULTARLO MAS" dijo sin pelos en la lengua.

"No es lugar, ni momento" le dice Manuel nervioso, el sudor le recorría la sien.

"¿Cómo se conocieron?" pregunté con el llanto atorado en mi garganta.

Ella me miro con soberbia, chicleo la lengua y movió su mano izquierda que la tenía libre como un deje de importancia.

"HACE TIEMPO PASE POR TU TRABAJO, PARA SALUDAR E IMAGINA MI SORPRESA, LO VI, Y CUANDO LO VI ME DIJE, LO QUIERO, Y LO QUE QUIERO LO TENGO" Me respondió con un tono grave, en esa frase leí entre líneas lo que quería decir, "yo y solo yo merezco lo mejor, tú no mereces nada".

Se ve que pasó por la veterinaria donde hago mis prácticas aún no soy nada oficial en ese lugar.

"Hablas como si comprarás un objeto" le respondí, nunca decía nada a sus afirmaciones, pero la ocasión lo ameritaba, me sacaba mi novio y eso me molestaba y mucho.

"HAY NO TONTITA, COMO CREES, MANU ES EL PREMIO MAYOR, UN DIEZ SOBRE DIEZ" Dice acariciando el pecho de él que se lo ve bastante nervioso.

Me dolía mucho, sentía que me desmoronaba por dentro, mi corazón latía frenético, tenía ganas de arrancarle todos los cabellos a esa maldita roba novios.

"Él me compro todo lo que llevo puesto y más, quiere que me vea radiante ante sus padres que vienen el fin de semana" Dijo ella haciendo un tono de apenada como si eso le diera vergüenza, y se ventila con su mano.

¿Cómo que él le compro todo?, no me diga que uso los ahorros que teníamos para la boda, pienso nerviosa.

 Me alejo de ellos en dirección al baño, ingreso atajandome por el lavado, me duele el estómago por lo que presiento y reviso la cuenta que compartimos con Manuel, que abrimos para ahorrar y tener para nuestra boda.

Al ver la cuenta en cero grito frustrada y lloro de la impotencia aferrándome al lavado.

Escucho que alguien ingresa y me seco las lágrimas para disimular.

-Alexandra... Crees que puedes tener algo mejor que yo... Pero no es así, yo siempre gano. Escucho que dice mi media hermana.

Me enderezó a mirarla de frente.

-¿Qué? Pregunto incrédula.

-Fui a ver donde trabajabas, pensé en hacerme gerente, pero no me agradan los animales y te ví con él... No podía creer que tengas novio, jamás te ví capaz. Se ríe de manera burlona mirándome con despreció.

Así que ella sabía que él era mi novio y por ser tan egoísta lo quiso para ella.

-¿Por qué no podría? Le pregunté molesta cerrando mis manos en forma de puño.

-Solo mírate. Me dice señalando con desprecio.

Me miro mi atuendo, para mí está bien, pero al parecer no es bueno para los demás.

-Tu cabello está todo parado, tu ropa de segunda mano... Claro que era mío antes, siempre usando lo que dejó... Cuándo me aburra de Manuel te lo regreso... Ya que jamás te molesto lo que ya no me gustaba. Me dice jactandose de ello.

-Al menos soy auténtica, tú eres solo apariencia. Le dije molesta.

-Ja, ja, ja... Solo tu te crees eso... Pero al final me prefieren primero a mi... A ti ni te notan. Me dice salpicandome de agua.

Me cubro la cara para que no me moje.

-¿Te enojaste?... ¿Eso te molesta?. Pregunta con los dientes apretados y carga más agua en sus manos lanzandome sobre mi al mojarme completa.

-¿Pero qué? Pregunto ofendida por su actitud.

-Solo te ayudo a limpiarte, solo es agua, no vas a despreciar mi ayuda. Me dice con burla.

Levanto la mano con ganas de abofetearla.

"AHAAAA, NO ME LASTIMES" grita con pena y no le pegue ni le hice nada.

Entra de golpe Manuel, azotando la puerta contra la pared al abrirla de par en par.

"¿QUÉ CREES QUE HACES?" Me grita con desprecio y ella se le abraza sollozando.

"Me atacó de la nada, no se porque, solo me preocupe por ayudarla" mintió la muy cínica, como siempre victimizándose para conseguir atención de los demás.

Mire llena de bronca contenida, el jamás se mostró así conmigo de protector, al contrario era capaz de ponerme adelante antes que algo lo lastime a él, me usaría de escudo ante cualquier cosa que amenace su salud física, pero ahora estaba protegiendo a mi media hermana, la abrazaba ocultandola de mi vista.

Solté el aire que me presionaba el pecho, mire con dolor esa escena y salí de ese baño chocando el hombro de ella.

"AHAAAA ME LASTIMO" se quejo la muy hipócrita.

Cómo siempre consigue con llanto falso la atención ante todos, quiere ser la única a quien le den atención, es egoísta, envidiosa, vengativa al mango, cuando no se salía con la suya y le decían que era mi turno para recibir primero algo se hacía la que lo aceptaba y terminaba por arruinarlo para mí, como esa vez en los juegos, cuando tenía diez años yo quería ir en la calesita, subirme al unicornio y ella a la montaña rusa, pero mi padre concidero más mi sugerencia al ver peligroso lo que ella eligió y mi media hermana me tiró mi oso al lodo de un jalón, después se disculpaba fingiendo sentirse avergonzada y apenada, pero me miraba con odio.

Antes de salir del restaurante siento que me jalan y me giro viendo a Manuel.

"Lamento que las cosas surjan así, pero no sabía cómo decirte la verdad" me confiesa.

"¿Desde cuándo salen?" le pregunto mirándolo de frente.

"Es reciente" me dice

"Hace tres meses" escucho a mi media hermana que aparece.

"¿Cómo?" pregunto mirándolo.

"Lo siento" dice él muy idiota.

"¿Lo siento? ¿Es todo lo que se te ocurre decir?" Le suelto con bronca contenida, no podía creer el nivel de cinismo que tenía, estaba con mi media hermana hace tres meses y a mí me mantenía ilusionada con lo de la boda.

"¿Qué esperas que te diga?" me pregunta Manuel.

Suspiro tragandome las lágrimas.

"¿Para qué me seguías reteniendo? ¿Necesitabas una sirvienta? ¿Alguien que atienda tus diligencias mientras te revolcabas con esta zorra?" le pregunto molesta.

"UN MOMENTITO, A MI NO ME LLAMAS ASI" Salta mi media hermana enojada.

"NO TE METAS ESTUPIDA" Le grito furiosa dando un paso adelante para abofetearla, pero Manuel se interpone.

"NO LE HABLES ASI, JAMAS PENSE QUE FUERAS TAN VULGAR, MENOS MAL ME DI CUENTA ANTES" Me dice Manuel empujándome de los hombros para alejarme de ella y que no la lastime.

Con lágrimas en los ojos y el corazón destrozado salgo corriendo de ante ellos sin dirección para cruzar la calle, un sonido ensordecedor a bocina me aturde giro viendo unos faros que me enceguecen me cubro la cara con los brazos viéndome atropellada en cualquier segundo.

2 Pecheo

#Alex

Corri ciega del dolor, sin poder contener las lagrimas, las luces del vehículo me paralizan y siento que nuevamente me estiran hacia atrás salvándome de que me lleve un auto por delante.

"Debe calmarse, no puede andar asi" me dijo y no podia entender como fue tan rápido, pero no tenía cabeza en ese momento para pensar en ello.

Los recuerdos con mi prometido invadiendo mi memoria y solo sentía que estrujaban mi corazón herido por la traición.

"No la veo muy bien, venga a tomar algo caliente" me propuso al sacarme mi abrigo mojado y poniéndome el suyo qué tenía un aroma embriagador y cálido de hombre.

Antes que pueda responderle algo, me llevo abrazada de la cintura y nos sentamos en un bar al lado del restaurante donde estaba mi prometido siéndome infiel. Solicitó un café y unos panecillos de queso, eran mis favoritos, no sabia como podía haberlo adivinado, pero él le ordenó al mozo que me traiga eso.

No paso mucho cuando colocaron esa taza humeando ante mi, con espuma en la superficie donde estaba dibujada una hoja.

"Gracias" apenas salio de mis labios.

"Toma antes que se enfrie" me indico.

Su tono grave era atractivo, además de mandon, pero no me molestaba, siempre fui como una oveja que solo obedecía órdenes.

Al tomar el café sentí que me abrazo en un calor acogedor, consolando el frío que sentía por la traición de mi prometido, miro con recelo ese anillo en mi dedo y me lo saco con bronca, no tenía ningún valor, pero como él me lo dio de una maquina que soltaba sorpresas, según me confesó con vergüenza, lo apreciaba y cuidaba, me prometio que al casarnos me daría uno de verdad.

"Quieres contarme que paso" escucho que me dice.

Levanto la mirada encontrándome con unos ojos claros penetrantes de una ceja tupida, una barba muy prolijamente cuidada, mejillas apenas visibles en un tono claro, sus labios finos. Su cabello alborotado largo en el centro y corto a los costados, vestido de manera casual, con camisa celeste, un chaleco y el abrigo qué me facilito, tenia puesto unos Jean oscuros y un par de botines. Lo vi muy liviano en su vestimenta, la noche era muy fría en el exterior, pero a él no parecía molestarle.

Me quedé embelesada, contemplando sus ojos qué me atraian como si ya los hubiera visto antes.

"Ve algo que le gusta" escucho que me pregunta carraspeando.

"Lo encuentro conocido" digo en un susurro

La verdad que era muy atractivo, pero por alguna extraña razón no tenía intenciones de salir corriendo.

" Tan comun me veo" consulto serio.

Él mantenía una pose firme con sus manos sobre la mesa aferradas una con la otra.

"No dije eso" le respondo pensativa

Estira su mano tomando la mía, la sentí caliente, mi mano estaba helada, su toque no me incómodo, con otros no me gustaba tener contacto, pero con él era diferente.

"Me dirás que te tiene mal" insiste mirándome a los ojos.

"No se preocupe, le agradezco su amabilidad, y por salvarme, pero ya debo irme" le respondí con la voz temblorosa, tenia ganas de llorar, gritar a los cuatro vientos mi dolor, pero ante él no quería hacerlo.

"No soy tan mayor para que me hable así" me respondió, sonreí nerviosa sin saber que decir.

Tome todo el café, suspire hondo "Gracias" le dije.

"Prométeme tener más cuidado" me dice serio. Asentí, me incorpore girando para irme lejos y veo como mi prometido sale con mi medio hermana aferrada a su brazo sonriendo, no se percato de mi presencia, tenia toda su atención en ella, pararon un taxi. Mi prometido le abrió la puerta a ella que subió primero, seguida por él y vi como se besaron justo que se marchaba el taxi, me di cuenta que ella miro hacia mi y lo hizo a propósito.

"Puedo llevarte a tu casa" Escuche que me dijo ese hombre que me salvo dos veces de que me lastimé.

Sentí un fuerte dolor en la cabeza, tenía mis emociones aceleradas.

Me seque las lagrimas con mi mano, me gire para negarme, pero solo asentí, no tenía control de mis gestos.

¿Por qué le dije que si?

"Yo me quería negar"

Pienso confundida.

Él me guio a su auto, no estaba por subir, pero igual lo hago. Tenía mi animo por los suelos, debía llegar a casa, era el único lugar en el que pensaba, al no tener donde más ir.

"A Manuel le molestaba el olor a perro que siempre traía a casa, debía bañarme constantemente porque él decía que era molesto, aunque a mi nunca me molesto, y a los perros qué rescataba los bañaba por lo que no tenían un olor feo" Le cuento sin pensar, por alguna razón siento esa confianza de hablarle así.

"Te gustan los perros" escucho que me dice.

"Amo a todos los animales, estudie para ser veterinaria" le cuento

"Tienes tu propia clínica" me dice

"No, solo soy aprendiz" suspiro frustrada.

"No te desanimes, algún día lo lograras" me afirmó.

"¿Dónde queda tu casa?" me pregunta

Suspire recordando la casa de mi padre y sin pensarlo le muestro la ubicación de la casa de él.

Asintió al mirar en mi celular donde le mostré.

"Mira por la ventana, se ve linda la noche" me aconsejo.

Contemple la luna en forma de media luna reflejada en el agua del río, las luces qué bordean el puente, se veía tan calmo todo.

Llegamos a la casa de mi padre el salio al ver un auto en su entrada, le abra parecido raro, no suelo presentarme sin avisar, y casi no me comunico con él. La verdad que ni bien pude irme lo hice, no soportaba vivir más en esta casa con mi madrastra que ponía siempre primero a su hija y a mi me dejaba atrás para todo, no le perdonaba que él no ponga fin a esa situación, era el único que me quedo como familia después de fallecer mi madre, tenemos una buena relación. Por mi parte era consciente que necesitaba tener una compañera, porque tarde o temprano formaría mi propia familia y él quedaría solo, nunca le gusto molestar y sabía que no dejaría su casa con facilidad, este lugar era su vida.

Al bajar me abrazo por él, que se sorprende por mi repentino cariño.

"Buenas noches" escucho que saluda a mi padre.

"Buenas noches, soy Amado Eskala" Le dijo mi padre al pasarle la mano

"Hector Antúnez" Escucho que le respondió.

"Los dejo" se despidio serio.

"Él me salvó que me choque un auto" le dije a mi padre para que lo detenga

"Señor José por favor permita que le agradezca" le dijo mi padre.

"Soy Hector... No es necesario" le respondió serio

Mi padre trataba de ser gracioso al cambiarle el nombre, pero al parecer no lo entendió.

"Perdón, la costumbre de que el anterior era José" le respondió mi padre, me puse roja de la vergüenza, eso era mentira, mi padre solo le estaba probando.

Me adelanté nerviosa para que no siga.

"Gracias por todo, soy Alex... Alexandra, por cierto" le dije al despedirlo.

El solo asintió retirándose.

"EL FIN DE SEMANA ES EL CUMPLE DE MI HIJA, ESTA INVITADO" Le dijo mi padre.

"Estaré presente" le respondió Héctor.

"¿Qué te trae por aqui? Me pregunto mi padre llevandome abrazada del hombro al interior de la casa.

"Deseaba venir" le respondí.

Nunca le confesé de mi relación con Manuel, no quería presentarlo hasta no estar segura que nos casaríamos, y al iniciar con los planes de hacer nuestra boda, pensaba hacerlo el día de mi cumpleaños, todo para que mi media hermana no me lo quite, por alguna extraña razón tenía miedo de que sea así.

Tantos años me hicieron sentir menos que me creí eso, pero ya me cansé de esa situación, que me quite mi novio era la gota que revalso el vaso de mi paciencia.

"Puedes quedarte si asi lo prefieres" me dijo mi padre sin indagar mucho, asentí abrazándome por él, buscaba ser consolada de algún modo.

Su casa ocupaba todo el terreno, apenas tenía un porche atrás con una hamaca donde a mi madre le gustaba sentarse a la tarde a tomar la merienda. Volver a esa casa me traía recuerdos y más al ver las fotos que cubrían la pared de la sala principal, mi padre a pesar del tiempo conserva vivo el recuerdo de ella y sabía que a mí madrastra eso le molestaba, pero lo aceptaba porque él era el que ponía todo siempre, y ella se aprovecho siempre de ello.

Tome un baño y me tire en mi vieja cama, mi padre siempre la tenia lista para cuando quiera venir, él me hacia sentir confortada, siempre tenía un lugar para mi.

Mi teléfono sonaba con mensajes de Manuel, un cínico, estaba con otra y me mensajea como si nada.

"Lamento lo ocurrido"

"Debemos hablar"

"No terminemos así"

Veia los mensajes aparecer uno tras otro, antes los esperaba con ansias y me alegraba por un simple hola, ahora solo me daba repulsión.

Cancele las cuentas que tenía en los bancos, cerré todo, no quería compartir más nada, él sabía de mis cuentas y las claves, me dolió que gaste todo lo que ahorramos para nuestra boda en mi hermana, ella era materialista, no le importaba la persona, solo cuánto podía obtener de ellas y no tardaría en pedirle más, y de seguro él por ganarse su admiración gastaría hasta lo que era mío para conseguirlo, y eso no lo permitiría.

No le respondí ningún mensaje. Al rato me llamo, sabia que si no respondía los mensajes su siguiente movimiento era llamar y de seguro porque le abra llegado el mensaje de que se cerraron las cuentas, si quiso gastar algo.

Apague directamente mi celular, no tenía ánimos de saber nada de él.

Al rato mi padre golpea la puerta.

"Esta llamando un tal Manuel, dice que no le da tu celular" Escucho que me dice mi padre.

Salgo a atenderlo.

"No le digas que estoy aquí, no quiero hablar con él" le pedí en un susurro.

Mi padre asintió " Ella no se encuentra" dijo y corto.

"¿Quién es Manuel?" Indagó con los ojos achinados.

" Nadie importante, si vuelve a llamar solo cortarle, ni le respondas"

" Si es un acosador hay que denunciarlo" me dijo serio

" No toman en serio esas denuncias" le respondo cerrando la puerta.

Me recosté sin ánimos, las lagrimas brotaban, le dedique mi tiempo, mis mejores momentos, soporte sus horribles costumbres, dejaba todo tirado, no lavaba los cubiertos qué usaba, eruptaba y se peorraba de manera sonora, la puerta del baño dejaba abierta dejando que el olor invada el departamento, no era tan atractivo, era de estatura baja, su higiene personal era pésima y a mi me exigía que este siempre limpia.

Al rato escuché que llegó un auto, bajo mi madrastra.

Esto no es cierto, pienso molesta.

"Azucena, llegó tu madre" me avisa mi padre

Me cambié, no tenía ánimos de aguantarla, arme mi mochila para irme de ahí, ni en la casa de mi padre podía estar tranquila, creí que estaba en uno de sus supuestos retiros espirituales.

" Oh, Alex estabas" dijo mi madrastra al verme.

" Es un gusto verla, surgió una emergencia debo irme" le menti.

"Haremos una comida para celebrar a Reina" me avisa

" Claro" le respondí restándole importancia.

"Tu hermanita se va a casar" le escuché decir, frene en el aire.

Me gire con una falsa sonrisa.

" Ella siendo la menor se casa antes que tu, debes apurarte en conseguir pareja, el reloj de la vida no espera y a vos se te pasa el tren" comenta con desprecio.

Ya veo, por eso me llamaba, de seguro para sacarme plata a mi, él muy desgraciado. Pienso molesta.

"¿Con quién se va a casar? Le pregunto imaginando que es Manuel.

" Un multimillonario, empresario muy reconocido, capaz que tú no lo conozcas" me dice haciendo un gesto con la mano.

"¿Tiene nombre?" le pregunto insistente.

"Ya lo conocerás, lo presentará formalmente en una cena, te avisaremos" me dice.

" Genial" respondo con una falsa sonrisa.

" Por ser la hermana mayor debes colaborar para su fiesta" me dice.

"¿Por qué?"

"Por ser la hermana mayor y por tener un trabajo, ganas muy bien no te costará dar unos cuantos miles"

"Si se casa con un millonario que él lo pague" le dije

"No hablo de su compromiso, sino de su fiesta de graduación, claro que el prometido paga la boda, tu nunca sabrás de eso porque nunca tuviste uno, que lenta eres" me dice.

"Ja" le dije ofendida y salí como bala de cañón antes de arrancar sus extensiones.

3 HECTOR JOSE ANTÚNEZ

#HECTOR JOSE ANTÚNEZ

Desde muy pequeño mi destino está marcado por la linea de sangre, me corresponde ser el próximo Alfa, siempre fui el mas fuerte, el mejor en todo, el primero en tener mi metamorfosis, mi hermano menor consumido por la envidia, cuando tuve mi cambio, me atacó, me dejó moribundo abandonado, esperanzado con que me muera y solo él sea el que ocupe el puesto. Para asegurarse de ello me dejó próximo a los humanos, al vivir en una pequeña comunidad, son temerosos por naturaleza y destruyen cualquier especie que consideren una amenaza para ellos, y un lobo es de por si algo que ven con malos ojos. Nunca se imagino que una joven con alma pura sintió pena de un lobo herido, ella cuidaba a todos los animales, me llevo a su casa, curo mis heridas, durmió a mi lado preocupada para que mejore, me trató con inmensa ternura, su padre no estaba muy de acuerdo, pero accedió a su imploración para tenerme hasta que mejore y con la condición de dejarme en libertad al curar mis heridas, acepto.

#Recuerdo

Ella me hablaba como si hablara con un igual

"Soy Alexandra"

"Siempre me han gustado los animales desde pequeña, si encuentro un ave herida, la curo, mi casa parece un zoológico, porque tengo todo tipo de animales, como gatos, perros, loro, gallina, patos, cerdo y una oveja al ser hija única mi padre me da el gusto, pero no le digas que sé eso." Me susurro

"Lastimosamente mi madre falleció por una enfermedad que traía arrastrando hace años, pero encontrarte me da consuelo" me contó con tristeza.

-Hija eso no es un perro. Le dijo su padre al ver que me llevaba en brazos envuelto en un abrigo, en ese entonces era del tamaño de un perro de tamaño medio.

-Como sea lo voy a curar. Le dijo decidida.

Su padre suspiro negando con la cabeza y solo mantuvo silencio, sabía que por más que le dijera lo que le dijera, no la convencería de lo contrario.

Por una semana se dedico a curarme, me armo una cama en un sector del depósito de su padre y velo por mi recuperación, por mi parte estaba muy mal, débil.

-Se que aunque te diga, no me escucharás, pero ese animal está mas del otro lado que este. Escuché que comentó su padre, al insinuar que iba a morir a pesar de todo el esfuerzo que ella ponía para que me recupere.

Cómo refrescaba a la noche me llevaba al interior de la casa cerca de la chimenea, y me tenía en brazos hablándo para animarme, su calidez me confortaba.

-No escuches a mi padre, escúchame a mi, te vas a recuperar. Me susurra al oído.

Al poco tiempo lejos de las expectativas de su padre me recupere, me sorprendió que me dió un baño, me recorrió un cosquilleo al sentir que me pasó el cepillo y me seco con la toalla, ante ella se reveló que era de un hermoso color oscuro con una mancha blanca en el cuello en forma de estrella, mi pelaje era suave al tacto, ella tenía unos ojos enormes que me miraban con ternura, no podía contenerme y le lamía la cara haciéndo que sonria.

Me acostumbro a dormir en su regazo, me daba pequeños trozos de carne cocida que me ponía en un plato y ella me acompañaba para asegurarse que coma bien para que recupere fuerzas.

Ella me tenía en sus brazos, me trasladaba en un pequeño carrito que arrastraba con su bicicleta, me daba agua con una cuchara pequeña, me abrazaba y cantaba dándome ánimos.

No voy a negar que me encariñé, pero una mañana opte por marcharme.

-Te dije que era un animal salvaje, al menos lo curaste. Le dijo como consuelo su padre.

#FIN DEL RECUERDO

Con sus cuidados y cariño mejoré, mis heridas sanaron. No voy a negar que al principio me sentía desanimado, de que no se curen enseguida, porque mi hermano usó una sustancia en el arma que me provocó las heridas, para que no pueda sanar de inmediato, que me dejaba indefenso y de ese modo no poder defenderme si los humanos me atacaran.

 El tiempo que estuve bajo los cuidados de esa joven, mi sistema fue tomando más fuerza, la energía de ser de una especie fuerte y única comenzó a formarse. Era un licántropo joven, que estaba en su etapa de desarrollo, donde se notaría quien merecía ser el que guíe a la manada y no sería la excepción.

Al estar más fuerte, y manejar mi transformación mantuve mi forma lobina el tiempo en que compartí en ese hogar, no fue un problema, su casa estaba a las afueras, por lo que mi presencia no fue notada por otros humanos.

Mi lobo se encariñó con la joven, no quería dejarla, pero tenía una misión, debía regresar y reclamar mi lugar. Así fue que regrese a mi comunidad, rete a una pelea a mi hermano que se había autonombrado Alfa, al creer que me destruyó, lo venci sin mucho esfuerzo, lo único que tenía era arrogancia y no liderazgo. Gracias a mi desempeño guíe a mi comunidad, haciéndola prospera y segura. Mi familia se sentía orgullosa.

Me convertí en un lider poderoso, implacable con los enemigos, frío, determinado, que no duda a la hora de poner fin a la existencia de quienes quieran atormentar la paz en nuestra comunidad.

Una noche me fui a la casa de un amigo para pasar unos días, él optó por vivir entre los humanos, es doctor, y mi visita más que nada era para llegar a un acuerdo con los representantes de los humanos, había un grupo que andaba atrás de nosostros con la clara intensión de destruirnos. En uno de esos ataques terminaron con la vida de mi madre, mi padre deseaba la destrucción de los humanos.

Pero según mi amigo no todos eran así y según su líder ellos querian mantener la paz, las personas comunes no estaban enteradas de nuestra existencia, para ellos solo éramos un mito, una leyenda urbana que usaban para que los niños se comporten, al asegurar que representamos una amenaza. Aseguraron que se ocuparían de los responsables, mi padre quería que los traiga ante él.

Mi amigo me llevo a un restaurante junto a su hermano menor, en ese lugar mi lobo se inquietó, sintió el aroma de esa joven que hace tiempo me cuido, estaba más crecida, su alma seguía pura, no pude seguir atento a la conversación con mis conocidos, mi lobo solo quería estar próximo a ella.

Al notar que se caería no pude evitar atajarla, al sentir su figura entre mis brazos, me recorrió una energía que antes no había sentido, debía tener un control de mi lobo, por lo que mantuve una expresión sería.

Al mirarla pude ver que estaba sufriendo, me di cuenta de que al parecer había uno que era su pareja y la estaba engañando.

Con solo contemplar sus ojos en un parpadeo supe toda su vida, seguía cuidando de los animales, estudio para ser veterinaria, trabajaba con su moto en llevar a personas donde le requerían o paquetes que le solicitaban, incluso para hacer trámites, se esforzaba por pagar sus gastos y poder vivir de manera independiente.

Fui testigo de la discusión que mantuvo con el que era su supuesta pareja y la chica que estaba con él. Al ver que se iba hacia el baño la quise seguir, pero mi amigo Dante me detuvo.

"No debemos involucrarnos" me dijo serio al recordarme que no debíamos interferir en la vida de los humanos, solo observarlos, aprender de sus costumbres y en base a eso juzgar si merecían seguir viviendo.

Me quedé molesto recapacitando sobre todo, mi lobo quería solo protegerla, solo deseaba estar con ella.

Al rato veo que sale apresurada dirigiéndose a la salida y es interceptada por ese tipo y la joven por la que la cambiaba, tenía ganas de romperle el cuello al ver que la empujó, mi amigo me detuvo del brazo al anticipar mi movimiento de querer irme hacia ellos, no debía hacerme notar, tenía que pasar desapercibido, pero no toleraba que la maltraten.

Ella salió corriendo del lugar, iba a cruzar sin mirar, me solté de mi amigo y salí corriendo, la sostuve a tiempo antes de que la atropelle un auto.

La lleve a que tome un café y se calme, pero nuevamente ella presenció como su pareja salía del restaurante que estaba a lado con esa otra joven e intercambiaban saliva mientras se iban en un taxi.

Me ofrecí a llevarla a su casa, ella por suerte aceptó, se notaba que estaba triste.

La lleve a la casa de su padre, ver de nuevo esa residencia me trajo recuerdos. Su padre, como agradecimiento, me invitó a la fiesta de cumple de Alexandra que acepte asistir, cualquier oportunidad de volver a verla era prioridad para mí.

Regrese junto a mis amigos, tomamos un par de tragos.

-Ya que estás aquí, vamos a bailar. Me invita Dante.

- No soy capaz de asistir a esos rituales. Le confesé serio.

- Relájate un poco padrino, quieres conocer las costumbres de aquí, que mejor es ver como se divierten. Me dice Sam, que es el hermano menor de Dante, y mi ahijado a la vez.

-Y no debes bailar si no quieres, no es una obligación. Me comenta Dante.

Suspiré molesto, no me atraía la idea, en nuestra comunidad jamás asistí a esos bailes, porque para nosotros es como un ritual para conseguir pareja.

Mi amigo me miro fijo.

-No tienen las mismas costumbres que nosotros, aquí bailan nada más, comparten una copa, y eso no significa que deban mantener una relación, salvó que así quieran. Me comentó.

-De acuerdo. Pero solo un momento, les dije.

- Antes debes cambiar tu atuendo. Me señala Sam.

-¿Qué tiene de malo? Le consulto mirando mi ropa, siempre visto así, ni para las reuniones me molestó en usar traje.

-Es costumbre vestir bien, dar una buena impresión. Me dijo Sam.

-No entiendo, ¿Para qué o qué? Le pregunto dudando en ir, jamás tuve que impresionar a nadie, al contrario todos se esmeran en impresionarme y quedar bien conmigo.

Suspiro contrariado, si fueran otros los pondría en su lugar con un solo gesto, pero se trata de mis amigos que son más que familia, siempre apoyándome en los momentos más difíciles, fueron los que me ayudaron a frenar a mi padre y que sea mas racional cuando unos humanos terminaron con la vida de mi madre, deseaba destruir a la humanidad, jurando acabar con todos, pero con su apoyo conseguimos que no llegue a ese extremo.

Me llevaron hasta su residencia, me facilitaron una camisa negra y un pantalón negro con un par de zapatos que parecen zapatillas, saben que me gusta vestir de manera relajada, pero insisten, que me vista así.

-Quien lo diría, nunca pensé que serían tan delicados y superficiales en fijarse en el aspecto. Les dije al ver como me alistaron.

-Hay que dar una buena impresión, es importante oler bien, dar una imagen pulcra, para que te acepten como parte de su grupo, aquí los que son sucios, mal vestidos son despreciados y puestos en la parte más baja de la sociedad, además al ser profesionales es la regla ser así. Me dice mi amigo Dante, ellos se vistieron similar.

(DANTE CORGONO)

(SAM CORGONO)

-En ese caso dame uno de esos líquidos que usas para oler bien, tienes una colección. Le señale.

-Ten este es para hombres como tú, es duradero su aroma amaderado, ceibo con toques de aroma a bosque. Me describe.

-Oculta el olor a lobo. Me dice Sam.

-¿Qué tiene de malo mi aroma?

-NINGUNO. Dice nervioso sacudiendo sus manos.

Salimos en su auto, llegamos a un establecimiento, había una cola larga de personas en la entrada.

-No vamos a esperar. Me aclaró Dante al escuchar como resople molesto, no me gustaba la idea de esperar.

Al ingresar la música era ensordecedora, al encaminarnos a un sector que me señalo mi amigo para sentarnos a tomar algo, mi lobo se puso en alerta al sentir el aroma de Alexandra, por lo que me puse a buscarla con la vista.

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